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Carlos del Frade: contar para vivirla

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Periodista y diputado santafesino, apareció en una lista de condenados por los narco. Su antecesor en esa lista fue asesinado el 6 de septiembre. Investiga y relaciona al modelo extractivo con el lavado de dinero y el negocio ilegal de drogas. El comienzo del narcotráfico en el país. El descontrol en los puertos. La inseguridad en un medio narco-policial. Propuestas para la soberanía ambiental, y la democratización de la democracia. Por Sergio Ciancaglini.

Carlos del Frade: contar para vivirla
Del Frade en Rosario. Superó las PASO. En los noticieros le querían cobrar 300.000 pesos para hacerle notas. Foto: Eduardo Bodiño

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Carlos del Frade me cuenta que murió el domingo 10 de mayo de 2015, mientras corría por la ciudad de Rosario entre la cancha de Central y el Monumento a la Bandera. 

Sin embargo aquí está: la muerte súbita que padeció aquel día no pudo con el nada súbito deseo de vivir de este periodista de investigación de 58 años devenido legislador provincial, que actualmente sigue su difícil campaña para ser diputado nacional por Santa Fe. Su proselitismo fluye desde la calle, las redes y la escasez de visibilidad mediática por dos razones: 

La Legislatura no le ha dado oficina alguna pese a ser diputado provincial. Trabaja en los bares, las plazas, los lugares donde hay conflictos y las calles. Rareza política: solo viaja en colectivo. 

No pagó los 300.000 pesos que le exigen los canales de televisión para entrevistarlo. 

Pese a todo, superó las PASO, su partido Soberanía Popular se constituyó en la cuarta fuerza provincial, y ahora busca escalar la tremenda cuesta que le permitiría convertirse en diputado nacional. “Sacamos 55.000 votos y hay que llegar a 140.000. Está muy difícil pero la vamos a pelear. Como hincha de Central aprendí que la victoria está en la insistencia”.   

Lo dice con una sonrisa que no se le borra a pesar de que vive una situación que espantaría a cualquiera: pudo leer su nombre escrito en una lista de ejecuciones programadas por una de las principales narcobandas rosarinas. 

Detalle de actualidad pura: su antecesor en esa lista de crímenes, el arrepentido Carlos Argüelles, fue asesinado en su taller el pasado 6 de septiembre, a la tarde, frente a su mujer y varios de sus cinco hijos e hijas, de dos balazos en la cabeza. 

La historia y el presente de Del Frade pueden resultar, por lo tanto, una muestra de la genética de al menos tres universos: el político, el mediático y el narco. 

Tiroteos y acolchados

Se presenta en sus redes en el siguiente orden: “Periodista de investigación. Diputado Provincial del Frente Social y Popular de Santa Fe”. Ambos oficios y un dato impulsaron a Carlos Argüelles a conectarse con él en marzo de 2020, antes de que se estableciera la cuarentena. “Yo venía denunciando una serie de tiroteos contra el Poder Judicial fundamentalmente. En 2018 hubo 14 balaceras y siempre se atribuían a la banda de Los Monos. Yo decía que era una mono explicación monotemática que no tenía que ver con la realidad. Denuncié que me parecía que todo eso favorecía al otro grupo que disputaba el grueso de la distribución de drogas en Rosario, liderado por Esteban Lindor Alvarado. Este tipo empezó a matar gente para reforzar su poder y terminó preso por el asesinato del usurero Lucio Maldonado”. 

Alvarado fue detenido en Córdoba y le secuestraron un celular que tiró a un río: “Se descubrieron conexiones muy importantes que tenía con policías y políticos de Santa Fe. Y se pudo confirmar que de los 14 tiroteos y atentados que le atribuían a Los Monos, la mitad correspondía a Alvarado”.     

Argüelles llegó al encuentro con Del Frade portando un cuaderno espiralado. “Nos vimos en el bar Esquina Roca. Él vino con una mujer que hacía muy poco había recibido cuatro balazos de parte de sicarios vinculados a Alvarado. Contaron que se alejaron del grupo y empezaron a declarar contra Alvarado. Ahí quedan sentenciados a muerte”. 

El mecánico se dedicaba a “emponchar” autos robados: disfrazarlos, disimularlos, para usos múltiples de la banda. “Se dedicaban al robo de autopartes de modelos sofisticados. Argüelles me pareció un tipo desesperado, de clase media, que había visto cómo Alvarado se había desmadrado totalmente. Me resultó creíble, arrepentido en serio, con una cuestión muy cristiana, si se quiere, de la culpa. Estaba conmocionado por haber trabajado para un asesino, y terminó testimoniando como imputado colaborador”. 

En su cuaderno, Argüelles había anotado con birome roja una lista de 35 personas, algunas ya asesinadas y otras sentenciadas. Su propio nombre aparecía debido a su decisión de colaborar con el Poder Judicial para aliviar su condena, y tal vez su espíritu. Del Frade figuraba en la nómina porque había alertado sobre las mono explicaciones monotemáticas, que terminaron iluminando las actividades de Alvarado y depositándolo en la cárcel en 2019, acusado hasta ahora por el crimen del usurero Maldonado y por el transporte de casi 500 kilos de marihuana a Río Negro. “Alvarado hablaba de mí con bronca porque fui el primero que lo denunció públicamente”.          

Cuando Del Frade reveló en 2020 la existencia de esa lista de futuros homicidios, Alvarado se comunicó con la Radio Dos desde la cárcel y descartó cualquier hecho violento de su parte, anunciando su preferencia por la blanquería: “El fuerte mío es la venta de sábanas y acolchados”. 

Carlos del Frade: contar para vivirla

Apuntes de un condenado

Del Frade tuvo acceso al cuaderno de Argüelles, en el que el mecánico anotó no solo nombres de condenados, sino también sus reflexiones tras las experiencias que le tocó vivir. Ejemplos: 

“El silencio cómplice es y será siempre la primera arma que tienen los violentos”.

“Ellos fueron peligrosos porque nosotros tuvimos miedo. Al final nadie queda impune. Todo tiene sus consecuencias”.

“Hay que asegurarse tiempo para las relaciones humanas. No se dejen robar la libertad. Eres libre solo cuando gastás tiempo de tu vida en aquellas cosas que te motivan sin joder a otros”. 

“La felicidad es también un poco de solidaridad”. 

“Un día dijimos nunca más. Pero no podemos luchar solos, necesitamos ayuda. Acá en Rosario aún prevalece un tipo de dictadura, la narcodictadura. Esta sociedad está sometida por estas personas que nos matan, nos desaparecen, nos torturan, nos roban… no tenemos paz. Pibe que se cruza en su camino, pibe que tuercen y desgracian, no solo porque lo usan sino también desgracian a toda su familia porque van por todos y todas, no discriminan”.

“Le tengo rabia al silencio por lo mucho que sufrí. Que no se quede callado quien quiera vivir feliz”. 

Sostiene Carlos: “Argüelles, para declarar, pidió protección para la familia, no para él. Se supo que quisieron matarlo en octubre de 2020 y en febrero de ese año, pero fallaron. Me mandaba whatsapps: ‘Me dispararon la semana pasada. ¿Con quién puedo hablar? ¿A quién hay que ver? La verdad es que no hubo mucha respuesta concreta. Y la tercera fue la vencida. Me hace acordar a esa imagen de Juego de tronos, cuando Sansa Stark dice ‘Nadie puede cuidar a nadie’. Una frase tremenda. Eso pasa en los barrios de Rosario. Por eso cuando me preguntaban desde la fiscalía si quería protección yo decía que no. Porque no quería privilegios, y porque mi concepción es que todas estas bandas son narco policiales: no le voy a dar la protección de mi familia a quien estoy convencido que forma parte del problema. Hay alguna idea de protección de testigos en las causas por delitos de lesa humanidad. Pero en esto de lo narco policial no hay mucha idea”. 

¿Y el miedo? “Es bravo, pero hay que seguir. El tema es la familia, pero sin tener una idea clara de cómo proteger. El día que mataron a Argüelles sentí eso. Lo charlamos en familia, hablamos de cuidarnos, estar en contacto, y seguir adelante: es lo que mejor uno sabe hacer. Mucho peor es en los barrios pobres, donde la gente está desamparada. Ese es el problema de construir un Estado que tiene en su interior focos de corrupción que terminan siendo socios de quienes van a producir la muerte”. 

Del Frade es una persona extraña para estos tiempos: en lugar de quejarse, de victimizarse, de buscar algún rédito en la situación, razona y actúa frente al tema como parte de un sistema de cosas que quiere cambiar. Es una de las excepciones que van contra la imagen de que todos los políticos son iguales.  Me dice, como queriendo ir a lo que más le importa: “Así que hay un texto, y hay un contexto”. 

El sistema narco

El contexto obliga a mirar mucho más allá y más arriba de los barrios que usualmente son el territorio de la llamada “batalla contra el flagelo de la droga”, entre otras oraciones pomposas a las que Carlos define como narcozonceras.   

Para este periodista el narcotráfico es principalmente “ese gran negocio paraestatal del capitalismo, absolutamente consolidado desde los años sesenta junto al petróleo, las armas, los medicamentos y la trata”. Un informe de la Universidad Nacional de Rosario calculó en 2018 que el negocio en la provincia mueve unos 111 millones de dólares anuales. “Y podemos agregar que después del récord de 2013 con 264 asesinatos, nos mantenemos en un promedio de unos 200 homicidios anuales. Este año ya vamos por 157 y la situación es la misma, porque estamos hablando de un sistema que los grandes partidos no quieren cambiar porque es parte del negocio general”. 

Del Frade propone un punto de partida para esta historia: 24 de abril de 1978, con la llegada al puerto de Rosario de un cargamento de azúcar desde Bolivia que en realidad encubría 200 kilos de cocaína. “Leopoldo Galtieri era el comandante del Cuerpo II del Ejército, y junto al almirante Eduardo Massera recibió oficialmente con ese cargamento a los militares bolivianos que luego propiciarían lo que se llamó el narcogolpe en ese país, encabezado por Luis García Meza y Luis Arce Gómez. Trabajaban con Roberto Suárez Gómez, el principal impulsor del desarrollo de la cocaína desde Bolivia hacia el mundo, y primer proveedor de Pablo Escobar Gaviria. Ahí ya se armó un negocio paraestatal y multinacional, en el que el Estado Argentino empezó sus negocios corruptos mientras continuaba con los crímenes, desapariciones y violaciones a los derechos humanos”. 

Otro punto crucial que señala Del Frade en libros como Ciudad blanca, crónica negra – Historia del narcotráfico en Santa Fe, fue la privatización durante el menemismo del Banco provincial. “Se lo entregaron a los hermanos narcolavadores José y Carlos Rohm, que venían del Banco General de Negocios relacionados con el lavado de dinero del Cartel de Juárez”. Tercer paso: “En 1998 se privatizó el puerto de Rosario a un grupo filipino que iba a exportar autos de General Motors y jamás exportó ninguno. ¿Qué hacían?”.

El mapa quedaba completo: “Construyeron el sistema físico para el tráfico, y la geografía financiera para el lavado de dinero. Hoy te encontrás con puertos y empresas que son un país dentro del país, que ni siquiera pueden ser investigados, en el lugar que más dinero mueve en Argentina”. Datos de 2019: en Santa Fe se abrieron 2.323 causas por delitos relacionados con el narcotráfico, y apenas 18 causas por lavado de dinero. Por eso Carlos hizo público un proyecto para crear “un área que reporte ese tipo de actividades económicas cada vez más vinculadas a los negocios mafiosos o ilegales”.

Ejemplo 2021 de los efectos del sistema: en enero incautaron en Alemania el que fue calificado como el mayor cargamento de cocaína de la historia europea. El origen fue Paraguay, pasó con serenidad por toda la llamada hidrovía, los contenedores con latas de supuesta masilla fueron cambiados de barco en Buenos Aires, y las 16 toneladas, valuadas 600 millones de dólares, llegaron a Alemania donde, por una vez, se las detectó. Sería interesante poder estudiar, frente a un contrabando como el descripto que aparece muy cada tanto, cuántas exportaciones de miles de barcos no se detectan por la obvia falta de controles, para abastecer el sostenido consumo europeo.  

“Te encontrás entonces con un esquema de empresas y puertos que hacen negocios legales e ilegales, pero que nadie puede investigar en serio. Desde el punto de vista del lavado creo que eso se ve en las importaciones infladas para cobrar reintegros, y en las exportaciones de cereales y otras materias primas, donde se declara mucho menos que lo real, generando masas de dinero negro que van al lavado”. 

Agregado sobre los tiempos de Macri: “El último control estatal que quedaba en los puertos y aeropuertos, desde el punto de vista al menos de la salud era el del Senasa, pero también fue apartado por lo cual desde 2016 las terminales privadas nombran a sus propios controladores. A partir de ahí hay un crecimiento vertiginoso de la cantidad de chicas y chicos de los barrios que van presos por el narcomenudeo, pero aumenta la exportación de cocaína y de metanfetaminas al mundo. Los informes de Naciones Unidas nos ubican como segundo exportador de metanfetaminas de América hacia Europa, detrás de Brasil, y tercero de cocaína. Se habla de combatir al narcotráfico pero esto, que es el negocio en serio, se mantiene intacto y en crecimiento”. Conexiones: “Yo relaciono el narcotráfico con el negocio extractivo y con el modelo económico, impuesto de afuera hacia adentro. Por eso el desprecio a la naturaleza en toda América Latina, y la directa relación del extractivismo con cualquier cosa que salga por los puertos”. Una percepción: “Combatir realmente al narcotráfico implica ir contra el capitalismo. Por eso los gobiernos y los grandes partidos no hacen nada. Es algo que no quieren cambiar”. 

El gobernador santafesino Omar Perotti le planteó al nuevo ministro de Seguridad Aníbal Fernández la necesidad de un comando unificado de fuerzas federales y provinciales para la supuesta lucha contra las drogas. “Todo para la tribuna” describe Del Frade. “Fue lo que hizo Sergio Berni en la etapa anterior y después Patricia Bullrich. Luego Sabrina Frederic le restó importancia increíblemente a todo lo que ocurre en Santa Fe pese a los 200 asesinatos anuales. Ahora Aníbal Fernández retoma la cuestión, reabrirán algunas comisarías, pero es más de lo mismo. Se da sensación de más seguridad a los barrios, pero en la práctica solo se aumenta el peaje para las zonas liberadas, y que siga el negocio”.   

Cómo plantear otra política

Del Frade hace periodismo desde fines de los 80, dedicado principalmente a la investigación y la denuncia. Fue un pionero en el tratamiento de temas ambientales con uno de sus primeros libros: Ecología y reconversión industrial en el Gran Rosario. “Las empresas tiraban toda la basura tóxica al Paraná y al aire. Y los primeros contaminados eran sus propios trabajadores”. Fue el primero en denunciar casos de abuso sexual ante el Vaticano cometidos contra al menos 47 seminaristas, por parte del arzobispo provincial Edgardo Storni, anticipando una avalancha  de casos que años después se haría global. Sus intervenciones periodísticas fueron puro conflicto. “El director de una de las radios en las que trabajé me dijo: ‘Usted habla de derechos humanos, en contra de los empresarios y trae cuestiones sindicales’. Me echó como un perro, pero tenía razón”. 

La última vez fue en LT8: denunció el despido de obreros de Coca Cola, empresa que levantó su pauta de la radio hasta que Del Frade desapareció de la programación. “Desde el 2000 empecé a tener programas en radios y canales de distintos pueblos, sumaba de a puchitos, escribía libros y hacía presentaciones para venderlos. De eso vivía”. 

Es tal vez el más fértil autor de libros periodísticos del país: 50 títulos, 28 de los cuales son de acceso gratuito en su página web carlosdelfrade.com.ar, incluyendo toda la serie sobre la Geografía Narco que abarca política, justicia, policía, empresas, barrios, bandas, sangre, el negocio del sistema y otras incomodidades que la prensa comercial mantiene en la penumbra. 

“Entre presentaciones, charlas y demás, dormía en los colectivos de tanto viaje, y al volver de una conferencia en Neuquén en 2015, me fui a correr una maratón de 21 kilómetros, estaba llegando al Monumento a la Bandera y no me acuerdo de nada más hasta que abrí los ojos en el hospital”. Estuvo muerto más de dos minutos, lo trajeron de nuevo a la vida, le instalaron tres by pass. “Vivía en un estrés permanente. Pero ese mismo año por primera vez me eligieron diputado después de haber perdido tres elecciones. Había empezado con Pino Solanas, en Proyecto Sur. Pero lo que aprendí ese día de la maratón es que te podés morir en cualquier momento, entonces las cosas hay que hacerlas hoy. No mañana ni el mes que viene. Por eso me pone loco la situación actual en la que los que gobiernan, que son supuestamente progresistas, no quieren transformar la realidad, ni resolver problemas que conocen perfectamente. Están logrando que en 2023 pueda volver el macrismo”. 

Diagnostica que en la política hay gente buena y gente horrible. “Como en todos lados. El tema es si jugás para la historia, o para mantener el cargo”. Sobre los medios: “Los canales 3 y 5 me quisieron cobrar 300.000 pesos para hacerme notas en noticieros, que encima son horribles, así que seguiremos haciendo lo nuestro”. 

Cálculo electoral: “En Santa Fe no fue a votar el 36% del padrón, más de un millón de personas. Y entre votos en blanco y nulos sumaron 175.000. En 2019 tuvimos 100.000 votos, ahora casi la mitad, pero confío en que mucha gente vaya a votarnos”.  

Sigue corriendo maratones deportivas y recorriendo experiencias sociales que le hacen renovar el oxígeno: “Hay un movimiento feminista fuertísimo, y un movimiento ambiental que es impresionante. Lo vi con lo de la Ley de Humedales. En plena pandemia, pibas y pibes menores de 30 años salieron a defender la naturaleza. Si lo pensás, es absolutamente anticapitalista. Salen a poner el cuerpo para que no destruyan el río. Es maravilloso”. Al Paraná en baja Carlos le atribuye una causa: “Desforestaron el 18% del Amazonas para hacer minería y ganadería, con lo que eso afecta además al calentamiento global. Por eso hablamos de soberanía ambiental, además de la soberanía económica”. 

Cuenta que con Pino Solanas siempre tuvieron un proyecto: democratizar la democracia. “Generar participación, asambleas en cada barrio, lograr la comunicación directa con la gente. Si no hacés eso, el Estado se convierte en cómplice y bobo. El modelo de desarrollo va a salir de esa comunicación, de esa participación, que no es por las redes, sino cara a cara”. Una ecuación: “Si tenés 19 millones de pobres en un país rico como la Argentina, eso es una construcción, no un castigo divino. Entonces hay que construir algo distinto”. 

Dice que se siente parte de una izquierda pragmática, no dogmática. “La izquierda no comprende lo nacional. Pero lo mío es el periodismo, así que soy muy respetuoso de lo que veo. Y si veo movimientos tan extraordinarios como el feminismo o el ecologismo, estoy ahí. No pongo primero la teoría sino la realidad, lo que puedo ver y contar”. Se ilumina hablando de Manuel Belgrano: “Decía que el objetivo de la política y de la revolución es la felicidad. Es un concepto hermoso, porque lo comprende todo el mundo. Así que creo que hay que democratizar la felicidad”. 

¿Y cómo funcionaría eso en los barrios violentos? “Haciendo crecer a un Estado virtuoso y no a un Estado bobo o corrupto. Hay que generar trabajo, educación, cultura, deporte, alegría, porque si no va a haber siempre droga, hambre y violencia. Hoy es más fácil conseguir un revólver que un trabajo estable. La mayoría de la gente sigue despertándose cada mañana soñando con que la vida sea distinta. No quieren ser sicarios ni desocupados. Sus cabezas y sus almas quieren ser libres. Y como eso lo veo, pese a todo, no puedo dejar de tener confianza”.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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