Las gemelas integran el dúo Ópera Queer, y cada una transita a la vez un camino musical, de docencia y transformación, siempre junto a otres. A las puertas de una nueva propuesta de presentación en Mar del Plata, cuentan cómo resistir en tiempos donde el colectivo travesti trans es atacado, y la cultura denostada: arte versus redes, salir del progresismo trucho, fijarse en las infancias, problematizar hacia adentro y copar las marquesinas. Por María del Carmen Varela.

Amantes de la ópera desde la infancia, las gemelas Ferni y Luchi de Gyldenfeldt le imprimen a este género musical su sello personal con humor y audacia. Juntas conforman Ópera Queer, dúo artístico con más de siete años en escena, que transforma lo solemne en desparpajo, desafía los códigos tradicionales y como dignas representantes del elemento fuego que define su signo zodiacal (Sagitario) impregnado en sus flamantes 35 primaveras, declaran convencidas: “Nada nos detiene”. 

Las hermanas melómanas siguen el rumbo que les marca el deseo y, si bien cada una ha ido encontrando los propios espacios donde experimentar sus gustos musicales, aseguran que Ópera Queer “es un bálsamo”. 

En el folclore, Ferni reconoce un ámbito afín: organiza la Peña Arcoiris, encara la grabación de su primer EP con algunas canciones de su cosecha, es facilitadora del Taller de canto La Voz Mutante para personas trans, travestis y no binaries en MU Trinchera Boutique y planea gira de un mes para el 2025, con ganas de “llevar esta música popular de perspectiva transfeminista hacia España –¡devuélvannos el oro!–: me voy con la caja y con la guitarra”. 

Luchi está a cargo, junto con la pianista Jazmín Tiscornia, de la Cátedra de Canto Disidente de la Licenciatura en Música con orientación en canto de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) que desde 2021 habilita la búsqueda de la propia identidad vocal desde una perspectiva no biologicista ni binaria. Es, a la vez, alumna de la especialización en ópera barroca, y busca ingresar en el Segundo Ciclo del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. 

Con alegría y orgullo, Ferni y Luchi revelan que sus fotos con elegante vestuario negro y lentejuelas doradas, magistralmente peinadas y maquilladas, no solo se lucirán en esta revista sino también en la marquesina del Teatro Auditorium del Centro Provincial de las Artes de Mar del Plata para anunciar las cuatro funciones de Ópera Queer durante la primera quincena de enero. “Estamos creativas, las puertas nos las seguimos abriendo nosotras”, resume Luchi. Ferni: “En este contexto aparece el arte como una posibilidad de ser felices un rato y de hacer felices a otres”. 

La marquesina y el humor

En estas tres décadas y media de vida descubrieron que el arte es paraíso, hogar y trinchera. En diciembre de 2017 se presentaron en Mu Trinchera Boutique (la sala teatral de Cooperativa lavaca) y un mes después fueron elegidas como Revelación en el Festival Diverso, Disidente y Autogestivo de El Bolsón, Río Negro, con el abrazo de la artista Susy Shock y la activista Marlene Wayar. 

Protagonizaron durante 2018 un ciclo mensual en MU. Después, en plena pandemia se sumaron a la Posta Sanitaria Cultural. en las escalinatas del Teatro Colón junto a Susy Shock. Hicieron también C.A.L.L.E. (Ciclo Artístico Lírico, Llamativo y Extraordinario) frente al Congreso de la Nación, y tantos otros shows en distintos escenarios del país que fueron marcando un crecimiento profesional al cuadrado. En 2021, Ferni logró que el Festival de Cosquín modifique sus categorías de género: había obtenido una buena calificación pero fue rechazada en la categoría Solista Vocal Femenina por su elección de género; con la intervención del INADI el festival decidió unificar las categorías, sin género, y Ferni pudo cantar en Cosquín; pero eso no solo favoreció a Ferni sino al colectivo. En agosto fueron nominadas a los Premios Hugo, que reconocen lo más destacado del teatro musical, en los rubros Revelación Femenina (fueron nominadas ambas) y Mejor Music Hall, Café Concert y/o Varieté musical. “Esto sucedió por la potencia de lo disruptivo”, coinciden. “Cantar ópera para nosotras es un mensaje, la ópera es una música para todo el mundo”.

Hace poco un antropólogo social le preguntó a Luchi por su infancia trans. Luchi aclaró que no fue leída como una niña trans y explicó por qué su proceso de inserción fue complejo: “Me puse la máscara obligada de la masculinidad y de la heterosexualidad como un instinto de supervivencia en un mundo en el que a las travestis públicas se las discriminaba, se las expulsaba de sus casas y estaban destinadas a ser la escoria de la sociedad. Ninguna infancia con ganas de recibir un abrazo va a querer ser lo que esta sociedad está matando”. 

Jazmín es la pianista de Ópera Queer desde 2019. Con emoción, relata que durante un show en Rosario unx niñx lloraba y la mamá se puso muy nerviosa. “Ferni dijo: ¡Qué hermoso! Una infancia mirando el espectáculo. Ojalá a mí me hubieran llevado a un espectáculo hecho por dos travas cuando era pequeña”. Por eso la marquesina es un acto político. “Somos artistas visibles, parte de un colectivo –asegura Luchi–, y quizás para otras infancias podamos ser referentas. Se puede ocupar un espacio en uno de los teatros más importantes de la provincia de Buenos Aires, y eso es hermoso”.

Ferni y Luchi cantan la música que las apasiona, y suman otros géneros musicales que expresan sus sentires. Tango, folclore, música latinoamericana, la canción italiana y hasta algunas canciones de Disney. Ferni: “Lo que sentimos nosotras es que finalmente Ópera Queer viene a cuestionar en líneas generales qué hacemos con esta herencia cultural. Nos vemos en el compromiso y en la obligación de contar lo que esconden esos argumentos, lo que esconden esas historias, pero no de un lugar progre, individualista, de ‘seamos feministas porque es la moda’. Nos corremos de ese lugar, nos interesa también interpelar a nuestro colectivo. Es importante debatir seriamente y nuestra propuesta es hacerlo con calidad a través de un espectáculo en el que cantamos, actuamos y sobre todo, hacemos reír. El humor es una gran herramienta”. 

¿Cómo se construye lo genuino? Ferni: “Yo creo que todo lo que es serio se muestra con hechos y acciones. No perder el contacto con las bases, finalmente lo otro es el progresismo trucho. ¿Por qué tendrías un Ministerio de Disidencias y no hablás de lo que necesitan las disidencias? ¿No te preguntás qué les pasa a las travestis, qué les pasa a los chicos trans? Tenemos que organizarnos y construir una propuesta superadora. No va a ser con lxs mismxs de siempre: tenemos que poder discutir y problematizar esto que nos ha ocurrido”. Suma Luchi: “¿Nos alcanzó con estar en agenda? No, verdaderamente, no.  Es necesario tener una discusión real de por qué es importante un Ministerio de Mujeres y Diversidades, por qué es importante una Cátedra de Canto Disidente, por qué es urgente. Como dice Susy: ‘Me importa que la gente pueda entender que nuestras vidas valen’. Entonces la marquesina vuelve a posicionarse en un lugar de lucha, de construcción del futuro que soñamos”.

Arte versus redes

Empatía, respeto y diversidad. Las hermanas De Gyldenfeldt apuestan a las estrategias colectivas: se comprometen con su época y participan de aquellos actos que reivindiquen y defiendan lo comunitario. “No somos solo intelectualas, somos hacedoras”, enfatiza Luchi. “Esto que salimos a defender como universidad pública, laica y gratuita no es la universidad atrapada en el tiempo de las primeras generaciones que pudieron salir de sus familias migrantes. Esto que estamos defendiendo ahora es una universidad más inclusiva todavía, es esa universidad de futuro para todes, aunque nos quieren hacer creer que estamos saliendo a luchar por cosas antiguas, vetustas. Estamos saliendo a defender la Cátedra de Canto Disidente, por más travestis docentes, por más travestis rectoras. Nos quieren hacer olvidar de todo esto que supimos madurar”.  Ferni subraya que “la crítica tiene que ser también para adentro: cuando se adquiere un sillón en una legislatura, o un puesto en el Estado, ¿qué pasa que no llegan esas demandas sociales a ser agenda? ¿Qué pasa que no se logra trabajar el compromiso con esas luchas y esos logros que queremos alcanzar? ¿Qué es lo que está pasando a nivel empatía? Antes sentíamos que las plazas, las calles, eran nuestro campo de batalla y entendíamos el poder que eso tenía. En 2015, 2017, 2018 llenábamos Plaza de Mayo. La estrategia de estas personas que subieron ahora fue crear y construir otro mundo, otro campo de batalla: las redes sociales, y es muy difícil ganarles ahí porque son los que las han creado, los que las dominan”. Una vez más, la marquesina escapa a esas demandas virtuales y pone en juego el cuerpo, lo tangible. El arte como territorio de encuentro.

Esto también pasará, augura Susy Shock, despertando la confianza. ¿Cómo prepararse mientras tanto? Ferni: “¿Cómo salimos de esta? Primero, claramente, vamos a salir ofreciendo la resistencia cultural, hay que prepararse, formarse. Nuestro colectivo se ha convertido en un blanco fácil. En este año ya van 291 femicidios y transfemicidios –cifra al cierre de esta edición– y vivimos un evento terrible para nuestra comunidad como fue el triple lesbicidio en Barracas. Amenazan con sacar el DNI no binario, aunque después no lo hagan, y no respetan la Ley de cupo trans. La pandemia y el uso de las nuevas tecnologías lograron hacer mella en la empatía”. Luchi: “ Hay que ser un poco Quijotas, con estos molinos. Tenemos que cuidarnos con esta perspicacia de sabernos unides, en trinchera. Hace justamente un año hacíamos acá en MU el ciclo Atrincheradas. Tenemos que poder imaginar otro mundo posible, reírnos, descomprimir energías, toxicidades, buscar la potencia para seguir. Es con la alegría de seguir estando pese a todo”. 

Las hermanas refieren a la cualidad de la flor de loto, con sus raíces incrustadas en el barro, estira sus tallos y florece. 

Durante la noche se cierra y se hunde en el agua, para volver a ofrecer su belleza cuando llega el día. 

Esa es la propuesta de Ferni y Luchi: “Seamos la flor de loto”.

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