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Retiro, de villa a barrio

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Desde hace siete años, la Facultad de Arquitectura de la uba impulsa un proyecto de urbanización para las villas de Retiro. Vecinos y organizaciones del barrio lo tomaron como propio y se organizaron para defenderlo. Una propuesta que deja en claro que esta urbanización es posible, rentable y de probada eficacia.

Retiro, de villa a barrioFrente a los departamentos Sory que están sobre avenida Libertador y entre la estación de ómnibus de Retiro, el puerto y las líneas del ferrocarril, está ubicada la villa más antigua y más resistida de la ciudad. Tiene más de 70 años de historia y un sinfín de idas y vueltas con amenazas de urbanización desde las diversas representaciones del Estado. Como era de esperar, la respuesta más razonable surgió del propio barrio.
Desde el año 2002, el arquitecto Javier Fernández Castro, de la Facultad de Arquitectura de la uba, trabaja –junto a estudiantes, pasantes y otros investigadores– en un proyecto de urbanización para el barrio. ¿Qué reconocieron los vecinos de la villa de diferente en este proyecto? El concepto: por primera vez dejaron de hablarles de sus viviendas y se centraron en los espacios públicos, los únicos que son responsabilidad del Estado y que, por supuesto, ellos autogestionan como pueden y con lo que tienen. Así, después de haber golpeado innumerables puertas y recorrido dependencias de sucesivas gestiones, la propuesta ya tiene forma de anteproyecto, ya pasó por la Comisión de Vivienda de la Legislatura de la Ciudad, donde fue aprobado, y está a la espera de ser tratado en la Comisión de Planeamiento Urbano.
“El proyecto no se plantea como la única solución posible sino como un primer escenario a discutir. Si hay que darlo vuelta todo, hay que darlo vuelta todo. Lo único que sí el proyecto ha demostrado es que pueden estar ahí. Y que esto no es contradictorio con ninguna gran obra de infraestructura de la ciudad, ni que impide ningún desarrollo ni del sector norte, ni del centro, ni del puerto, ni nada por el estilo”, adelanta Fernández Castro.
“El mérito que tiene el proyecto es haber instalado la posibilidad de urbanización. Después podrá concretarse con ese dibujo o con otro. O las viviendas nuevas van acá o un poco más allá o con tal forma o tal otra. Eso no es lo grave. Es haber puesto un escenario donde esa hipótesis es de posible desarrollo”.
En el barrio, vecinos, instituciones y organizaciones sociales hicieron bandera de la propuesta y se juntaron para conformar la Mesa de Trabajo por la Urbanización Padre Carlos Mugica. Desde allí acompañan y discuten el proyecto, realizan actividades para difundirlo y presionan para hacer efectivos sus derechos.
 
La desgracia de existir
Aunque ni las topadoras de las sucesivas dictaduras lograron erradicarlo, el mapa de situación para el barrio continúa siendo bastante conflictivo. Como explica Fernández Castro, “el resto de las villas del sur tienen la suerte y la desgracia de casi no existir para los medios de comunicación”. Las villas 31 y 31 bis, en cambio, con sus 25.987 habitantes –según el último censo realizado en mayo por el Gobierno de la Ciudad– es una de las más mediáticas y aparece como mucho más visible por estar dentro del circuito turístico. El sentido común porteño, con sus comentarios dignos de ser plagiados por los ficcionales oyentes radiales de Diego Capusotto, logra el resto.
Así las cosas, innumerables promesas han llegado a oídos de los residentes del barrio desde las distintas gestiones, pero también incontable cantidad de amenazas sobres sus destinos. Al parecer nadie quiere hacerse cargo de algo que es como una papa caliente. La mayor parte de los terrenos sobre los cuales está asentada la villa pertenecen al Estado Nacional, pero es el gobierno de la Ciudad quien dicta el código de urbanización por ser la autoridad local. Por este conflicto de juridiscciones los vecinos y vecinas de este barrio –que nació allá por la década del 30 al calor del trabajo en el puerto y el ferrocarril– soportan una situación de alerta indefinida sin encontrar más soluciones que los parches habituales de chapas, caños y punterismo.
 
La idea
Fernández Castro cuenta que la idea de trabajar en el proyecto surgió de un contacto con otro colega que, tras el exilio se radicó en Brasil y comenzó a desarrollar el programa que dio en llamarse favela-barrio para resolver un problema habitacional que se hacía acuciante: en Río de Janeiro, por ejemplo, el 50 por ciento del tejido urbano es favela. “Es un programa que cambió el concepto de trabajo sobre el hábitat informal a partir de que el concepto de vivienda no es lo prioritario. Siempre se trabajaba desde las políticas clásicas partiendo de que el déficit es únicamente de vivienda y eso llevó a lo largo de los años a muchos fracasos”, explica Javier. Entonces, “lo que hacía el favela-barrio era intervenir sobre el espacio público, dotar de infraestructura, de equipamiento, de calidad, de prestigio, al mismo nivel que el del resto de la ciudad. Y luego la vivienda venía casi por contagio o consecuencia, después. Porque hay una inversión popular en la vivienda. De hecho, se han asentado en el lugar y han construido”.
Concluyeron que sería interesante intentar replicar la experiencia en Argentina haciendo un trabajo en conjunto y comenzaron a pensar en dónde. “La Villa 31 era el lugar más cuestionado en el cual poner a prueba este proyecto de urbanización con la metodología del favela-barrio. Era el mayor desafío”. Y hacia allí fueron ellos.
 
Del plano al debate
En 2003, al año de haber comenzado a transitar por la villa, presentaron a los vecinos y delegados el primer croquis del proyecto para recibir devoluciones y continuar enriqueciéndolo. Desde ahí, es dinámica de trabajo no cesó nunca hasta el día de hoy. “Íbamos viendo qué contradicciones generaba. Enseguida todo el mundo se busca en el plano: yo quedé, dónde estoy, a mí me corriste, pasaste una calle por donde yo estoy. Entonces se fue produciendo una discusión que fue larga, pero necesaria para ir generando esa conciencia”.
Mientras tanto, la villa continuó recibiendo gente y fue sufriendo un proceso de densificación, por lo cual se hacía necesario actualizar constantemente los dibujos y los planos. “Rápidamente los vecinos fueron comprendiendo de qué se trataba la cuestión. Porque muchas veces en el barrio también está el imaginario de que va a venir el Estado y va a entregar una vivienda llave en mano,” explica Javier.
La versión con la que están trabajando ahora es una apuesta de máxima. Es decir, “ya que vamos a poner todos los deseos sobre el papel, pongámoslos sin reparos. Por eso contempla la densificación que tuvo la villa en los últimos tiempos –advierte– donde ya empieza a haber condiciones de hacinamiento que no había en el inicio del proyecto. Y donde ya no alcanza con las tierras que ocupa hoy estrictamente la villa para solucionar el tema”.
Con el cambio de esta variable evaluaron que sería necesario construir viviendas nuevas para un sector de la población cuya situación habitacional es en exceso precaria y, dentro de esta hipótesis, la posibilidad de que el Estado pueda comprar parte de los terrenos que hoy son de la empresa Repsol ypf para edificar allí. “Evaluamos ahora que tendremos que hacer una mayor cantidad de viviendas nuevas que lo pensado originalmente sobre ese terreno, y urbanizar el resto con la consolidación de las viviendas existentes. Después habría ciertos equipamientos de prestigio y un parque urbano que pueda usar toda la ciudad. Porque uno de los conceptos es que todo equipamiento que se ponga en el barrio no sea sólo para el barrio sino que sea un equipamiento abierto y accesible para el resto de la ciudad. Son los puntos de integración o llamados articuladores urbanos”, detalla el impulsor del proyecto. “En vez de tratar de asemejar la villa a la ciudad, en realidad, pensamos rótulas o piezas de anclaje donde se dan relaciones. Es respetar esa otra identidad y establecer espacios de negociación. Y el espacio público, abierto y democrático es el espacio especial para esto”.
 
Promesas y realidades
El Jefe de Gobierno porteño, dentro de su plataforma de campaña, antes de ser electo, anunció que la Villa 31 y 31 bis sería erradicada y que sobre las demás se trabajaría con urbanización. Hasta el momento nadie ha visto ninguna propuesta concreta o alternativa para los habitantes de Retiro y ninguna de las otras villas ha sido urbanizadas. Con un caso cotidiano Fernández Castro explica algo sobre costos y políticas públicas. “El otro día estábamos en la villa y viene el camión a destapar una cloaca. Si hubiera una instalación de cloacas no haría falta que venga un camión todos los días a destapar. Hay unos sobrecostos enormes por ineficiencia y por no hacerse cargo de lo que hay que hacerse cargo. Los paños fríos que pone el Estado son siempre mucho más caros”.
¿Por qué no se soluciona definitivamente si así es más caro?
Porque si lo hago, consolido y doy derecho. No quieren dar ningún paso que lleve a pensar que se van a poder quedar ahí. Y así, en realidad, el Estado está gastando mucho en la villa, no es que no gasta. Hoy está haciendo una inversión muy fuerte en mantenimiento de algo obsoleto, que no tendría que hacerla si la infraestructura fuera normal. Pero por otro lado, supongamos que nos ponemos de acuerdo en que hay que erradicar: ¿a dónde, a qué terreno? Hay que pagar un terreno. ¿Quién lo paga? Además de pagar un terreno hay que hacer viviendas nuevas. ¿Quién las paga? Un proyecto de esa envergadura sale entre un 60 y un 70% más de lo que cuesta rehabilitar en el lugar, como lo propone el concepto favela-barrio. Entonces, es algo viable incluso para optimizar recursos del Estado. Y ni qué hablar del conflicto social.
 
Los objetivos
Por su parte, los integrantes de la Mesa de Trabajo por la Urbanización Padre Carlos Mugica, que cada viernes se reúnen para discutir y proyectar acciones de trabajo en el barrio en relación al proyecto, sintetizaron la explicación de esta solución para su barrio del siguiente modo: “Urbanizar significa integrar nuestro territorio a la ciudad como un barrio más, con sus espacios públicos de jerarquía (parques, plazas, calles), equipamiento social (escuelas, centros deportivos y culturales, hospital, áreas comerciales y sobre todo sitios para el trabajo y la producción de empleo) y la dotación de todas las infraestructuras de las que goza el resto de la ciudad: agua potable, cloacas, gas, electricidad, telefonía, Internet, televisión y transporte público”. La sola enumeración de lo que para otros es obvio resulta un inventario de lo que el Estado les negó durante todos estos años.
La Mesa trabaja también sobre el problema de la vivienda, según explica: “Consolidando y calificando la mayoría de las hoy existentes, dotándolas de todos los servicios y permitiendo su terminación; además de proyectar la construcción de otras nuevas en el mismo barrio y sus cercanías, para realojar el pequeño grupo que deba ser suplantado por necesarias aperturas de calles que contempal el proyecto”.
Lourdes tiene 20 años; tenía 12 cuando llegó con su familia desde Bolivia. Ella define la villa como una “pequeña Latinoamérica”. El porcentaje más alto de los habitantes de la villa lo constituyen inmigrantes bolivianos, paraguayos, peruanos y migrantes argentinos de distintas provincias del interior. Esto genera, explica ella, “una riqueza enorme por la convivencia de muchas culturas en un mismo espacio”. Mientras cursa el ingreso para la carrera de Economía en la uba se hace tiempo para participar de la Mesa de Trabajo: es la representante de sus vecinos desde abril último, cuando la eligieron en asamblea porque su manzana había quedado sin referente.
“Hay muchos vecinos que dicen que como nunca la sacaron, entonces nunca la van a sacar. Parece que siempre ésa es la respuesta. Pero yo les digo que si ya estuvo 70 años así y no se transformó, yo no me resigno a vivir diez años más en estas condiciones. Si es que no nos van a sacar, pongamos las manos, empecemos a luchar, pero para urbanizar el barrio. Porque hoy vivo así, con toda su infraestructura que no es muy buena, pero no puedo ponerme a pensar de vivir diez años más en estas mismas condiciones sin que cambie nada”.
Víctor, de 33 años, compañero de Lourdes de la Mesa, participa junto a otros vecinos en un club que habilita espacios deportivos para los jóvenes y en una cooperativa que armaron para la generación de trabajo. Él explica cómo es el funcionamiento de la Mesa: “Es abierta y pueden participar todos los vecinos para discutir todo lo que se refiere a la urbanización del barrio”. Pablo –de 31 años, trabaja en un Centro de Acción Familiar dentro de la villa desde 1999– completa: “Es un espacio que reúne una importante diversidad de perspectivas y sectores que sería difícil que coincidan en otras situaciones o con otros objetivos”.
La Mesa se reúne todos los viernes por la noche. Antes del plenario, funciona una Comisión de Comunicación y Prensa. Es la encargada de cosas muy concretas: volantes, declaraciones, comunicados, afichetas, etc. Pero también de pensar cómo mantener activa la participación y el debate dentro del barrio y el apoyo afuera. Entre otras herramientas están proyectando el blog de la Mesa; cuatro cuadernillos que recorran pasado, presente y futuro del barrio, una cartilla de actividades sobre la urbanización, con propuestas didácticas y videos para trabajar el tema en instituciones del barrio. “Creo que vamos a pasos lentos, pero firmes”, resume Víctor. Significa, entonces, que están avanzando.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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