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Otro paraíso en peligro

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Las empresas forestales Arauco y Stora Enso retomaron el proyecto iniciado por la española Ence para instalar una nueva pastera en Uruguay. El lugar elegido es Conchillas, un pueblo declarado Monumento Histórico Nacional.

Otro paraíso en peligroEntre Carmelo y Colonia queda Conchillas, un lugar que vive la tranquilidad de los domingos todos los días de la semana. Las casas mantienen el color original amarillo y las aberturas el bordó del antioxidante. Fueron construidas hacia 1880 con lo que había a mano: piedra y barro. Fuertes, urgentes, con paredes gruesas, sin cimientos y con techos de chapa a dos aguas. El objetivo era alojar a los inmigrantes que llegaban de Europa para trabajar en la construcción del Puerto de Buenos Aires. Porque este pueblo de 400 habitantes nació a instancias de la empresa británica Walter y Compañía. La firma eligió Conchillas como cantera para abastecer de materiales al proyecto encargado por el gobierno argentino. La zona es rica en piedra, arena y cal y también en su elección hubo una cuestión religiosa: los bajos costos empresarios que habilitaba la cercanía entre ambos puntos.
En Conchillas no hay turistas, ni restaurantes ni hoteles. Tampoco hay comercios que posean wi fi ni adolescentes que trabajen haciendo delivery. Por ser una especie de postal de la arquitectura de finales del siglo xix, la municipalidad de Colonia, distrito al que pertenece, la declaró Monumento Histórico Nacional. Esta declaración de septiembre de 1994 dice expesamente, en su artículo 2, que se prohíbe el establecimiento de industrias contaminantes y de actividades extractivas.
 
 
Mona queda
Mario Leal nació en Colonia, pero vive desde hace 11 años en Conchillas. Es un activo defensor del patrimonio cultural del pueblo y resume así lo que pasó una noche: “Me dormí con unas leyes y me desperté con otras”. Es que durante una sesión nocturna los concejales decidieron exceptuar de la declaración de Monumento Histórico la franja de terreno perteneciente a la empresa española Ence para instalar una fábrica de celulosa. Esta modificación permite que se puedan realizar todo tipo de actividades ¿productivas? Luego, llegó la Autorización de Explotación de Zona Franca, otorgada por el Ministerio de Economía y Finanzas, en enero de 2008 Es decir que la fábrica allí instalada está libre de pagar impuestos. Mario tiene una pregunta: “¿Por qué en Uruguay los jubilados pagan impuestos y estas empresas no?”.
La firma sueco-finlandesa Stora Enso, se asoció con la compañía chilena Arauco, conformaron Montes del Plata. La corporación anunció que se iniciarán los estudios de factibilidad para levantar una planta de procesamiento de celulosa en Punta Pereira, muy cerca de la localidad de Conchillas. El lugar fue elegido originalmente por Ence, pero nunca pudo terminar de establecerse. Y en mayo del año pasado vendió el total de las acciones y participaciones que poseía en las sociedades uruguayas Eufores, Celulosa y Energía Punta Pereira y Zona Franca Punta Pereira. La transacción incluyó las 140.000 hectáreas forestales que tenía en Uruguay. En su página de Internet Montes del Plata asegura, muy orgullosa, que “tiene presencia forestal en Flores, Durazno, Río Negro, Soriano, Paysandú, Rivera y Tacuarembó, alcanzando un total de 235 mil hectáreas de patrimonio. De éstas, 136 mil están forestadas y 91 mil hectáreas son de conservación.”
Edwin Kaufmann, gerente general del consorcio, afirmó en declaraciones recogidas por el diario El Observador de Uruguay que la pastera proyectada “va a exportar el 100% de lo que produce. Tenemos pensando hacer un puerto en Punta Pereyra para la salida de la materia prima”. Y anuncia:: “Ence ya tenía prácticamente listo el terreno para poder hacer la planta, nosotros lo estamos terminando ahora”.
A Mario le surge otra pregunta que lanza al aire sin esperanza de respuesta: “¿A quién le vamos a golpear la puerta si los políticos no dudan en acomodarse a los deseos de las empresas?”. Y ejemplifica el desamparo que siente: “Tanto Ence como Montes del Plata se comprometieron a no pasar sus maquinarias y camiones con materiales por el pueblo y construir caminos alternativos. Nada de esto se cumplió y existe un peligro real de daño porque las construcciones no tienen cimientos”.
 
 
Ovejas negras
Durante 2008, las actividades de Ence en Conchillas dividieron al pueblo. Se convirtió, según Mario Leal, en una batalla entre River-Boca. Por un lado algunos comenzaron a buscar los antecedentes de la empresa y nada bueno encontraron. Se enteraron así de las manifestaciones anuales en Galicia, con apoyo de las autoridades comunales, para que la papelera deje de contaminar la ría de Pontevedra. También de la acusación por el perjuicio que sufre la población gallega por la plantación masiva de eucaliptos.
Otros vecinos, en cambio, se cegaron y apostaron al corto plazo, a ciertas fantasías: Ence va traer trabajo, el valor de las propiedades va a aumentar. En muchas paredes y carteles se ve este cruce de graffitis. Mario cuenta: “Cuando llegaron al pueblo algunos ambientalistas españoles para contarnos su experiencia pedimos que nos prestaran el club para hacer una reunión, nos dijeron que sí y en el momento que estaba convocado no nos dejaron entrar y tuvimos que hacerla en mi casa”. En ese tiempo algo resultó contagioso: los carteles en las puertas de las casas con la leyenda “No a Ence”. La mitad del pueblo rechazaba el emprendimiento y las fotos ilustraban los principales periódicos del país.
Actualmente Stora Enso genera confianza en la mayor parte de la población de Conchillas. Creen que la pastera hará revivir el esplendor de principios de siglo, cuando contaba con esos miles de obreros atareados. Sólo unos pocos permanecen desconfiados y desorganizados: los productores locales, Mario Leal y dos o tres vecinos más. Ya hubo propuestas de juntar firmas para echar a estas “ovejas negras”.
En tanto, Gervasio Garepe secretario general del Sindicato Único de la Construcción de Uruguay (sunca) filial Colonia, que representa a los 106 trabajadores que están haciendo los caminos para Montes del Plata, mantiene un precario equilibrio. Por un lado considera que su sindicato no puede frenar ni rechazar ninguna obra de este tipo porque genera fuentes de trabajo, y por otro señala que la instalación de este tipo de inversiones representó, para la central de trabajadores que integra, una discusión de seis meses. Para Garepe, su tarea consiste no sólo en “resguardar los derechos y mejorar las condiciones laborales de los empleados, sino también exigir que se respete el medio ambiente”. Un precario equilibrio.
 
 
Cuestión de estados
Anahit Aharonian Kharputlian es ingeniera agrónoma y cofundadora de la Comisión Multisectorial de Uruguay, una organización integrada por un grupo de ciudadanos, muchos de ellos profesionales. Anahit define su objetivo: “Buscamos contribuir a mejorar la gestión y manejo de nuestros recursos, desde una perspectiva no economicista, sino más bien centrada en el bienestar de todos y de cada uno de nosotros, sin comprometer los recursos de los que han de venir mañana. A ellos nos debemos, pues no pueden decidir. En cambio, nosotros sí”.
En este sentido, la especialista señala: “El modelo económico y productivo de Uruguay plantea que se pueble el campo, que vaya gente a trabajar la tierra, pero simultáneamente se está permitiendo el avance de inversiones extranjeras en grandes latifundios”. Por eso considera que las plantas de celulosa son una consecuencia y no la causa del problema. “El tema es que hay enormes plantaciones de eucaliptos que hacen posible esta lógica ¿Cuál es la ecuación del inversor? ‘La planta al pie de los montes y la papelera al pie de los mercados’. Y los mercados están muy lejos de nuestra región, en Europa y China. Esto es negativo para nosotros no sólo por todos los daños sociales y ambientales que produce y que no se pueden equilibrar con fuentes de trabajo, sino porque nosotros -como uruguayos- le exportamos los troncos de eucaliptos a la zona franca y ese pasaje a pasta de celulosa tiene muy poco valor agregado y, además, es la parte más contaminante”.
Anhit sigue desentrañando el tema: “En todos nuestros países se sigue un modelo productivo que aumenta el pbi (producto bruto interno), un indicador muy cuestionado. A fines de la década del 70 se lo criticaba como insuficiente porque no valoriza los recursos naturales”. Entonces, hace una pregunta central: “¿Cuánta agua, cuánta fertilidad, y biodiversidad está consumiendo aquel que planta soja, eucaliptos o el que instala una pastera?”. Opina también que en algunos gobiernos de la región puede existir la intención de repartir en forma equitativa las ganancias que generan las actividades extractivas y de producción de pasta de celulosas y mejorar así la calidad de vida de la población, “pero esto no es posible -afirma- porque nuestro territorio es finito, no se puede reproducir la fertilidad de la tierra de un día para otro”.
 
 
Otra naturaleza
La añorada unidad latinoamericana tiene su lado oscuro. Y está explicado en un documento elaborado por la Comisión Multisectorial: Globalización de mercados versus integración de los pueblos. Un eje del texto se refiere a la Iniciativa de la Infraestructura Regional Sud Americana (iirsa). Esta entidad nace como un mecanismo que busca la agilidad en las comunicaciones “con diferentes regiones poseedoras de recursos de alto valor de intercambio (minerales, energía) y la rápida salida de las materias primas”. iirsa y otras estrategias de este tipo argumentan que es necesario derribar las barreras socioeconómicas en pos de mayor integración comercial. “Sin embargo, este razonamiento no incluye el pasivo ambiental que han de generar, así como tampoco quién ha de pagar finalmente los costos de las infraestructuras faraónicas que tales iniciativas exigen”.
Mario Leal admite que cuando recibió la noticia de que retomaban el proyecto de la fábrica de celulosa en Conchillas no quiso meterse, pero sintió que no iba a poder dormir tranquilo si no hacía todo lo posible para frenar el proyecto. Dice que esto también está en su naturaleza.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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