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Ahora es mejor

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Nosotros somos el futuro. Creación colectiva, método asociativo y músicas contemporáneas forman parte de este relato adolescente que sube a escena para interrogar a los adultos sobre el presente.

Ahora es mejor

¿Qué queres ser cuando seas grande? ¿Qué vas a hacer de tu vida? A estas preguntas incómodas y cotidianas que suele imponerles el mundo adulto, los jóvenes actores y actrices de Nosotros somos el futuro responden: ¡Ya somos! ¡Ya hacemos! La obra es resultado de la creación colectiva que surgió del Taller de Investigación Teatral para Adolescentes. Los directores, Flavia Gresores Lew y Lautaro Mackinze, conocieron a los actores dando clases en los centros culturales Rojas y  San Martín. Si seguimos la clasificación etárea que plantea Nosotros somos el futuro, en escena son: 17 los que actúan de adolescentes y tienen entre 15 y 19 años; uno que actúa de adulto y tiene 22; y uno que actúa de niño y tiene 7. Es decir, un montón de jóvenes que ponen en escena su mundo. El mundo.

Creando juntos

Todo comenzó como una muestra del taller. Les plantearon a los chicos dos opciones de formato: la narrativa tradicional o trabajar con imaginarios de forma asociativa. Eligieron la segunda y comenzó el viaje. El trabajo en conjunto tomó tal magnitud que todos coincidieron en que querían seguir en el escenario este año. Hoy agotan  entradas  en el Teatro El Método Kairos.

Lautaro me cuenta qué implica hacer una obra asociativa: “Entregate a la obra; no trates de entender la historia de forma lineal y  fijate qué te pasa. No vas a encontrar el cuentito con principio, nudo y final. Hablamos de un conglomerado de temáticas que nos atraviesan.” Flavia agrega: “Los chicos nos dejaron ir para adelante hacia la deformidad, asumiendo un riesgo enorme. Igual tampoco es cualquier cosa. Yo odio cuando una obra es tan pretenciosa que al final no se entiende nada. Esta obra tiene un hilo conductor que se logra  por acumulación de energía, de sentido y de carga afectiva. Parte de algo muy concreto -un viaje de estudios- y eso nos permite dar un salto poético.”

La obra toca como uno de los tópicos centrales la adolescencia. ¿Por qué? Flavia cuenta: “Tiene que ver con esa carga enorme que implica  la frase: ´ustedes son el futuro´. Yo considero que todos somos el futuro. Me resulta jodido eso de que se tengan que estar preparando siempre para algo que se viene, cuando sus planteos y vidas son en el presente. Hace doce años que trabajo con adolescentes y creo que nuestra tarea es generarles un presente más amoroso”. Marcos, uno de los actores de 17 años, también acerca su sensibilidad  sobre el eje de la obra: “Lo que me gusta es que nunca se estanca ni se solemniza el discurso. Al ser adolescentes que hablamos sobre adolescencia, nos comportamos como tales dentro de ese mismo discurso. Corrompemos, en el buen sentido, una historia que si no  podría volverse moralista y no funcionaría”.

La edad difícil

«Te vas Alfonsina con tu soledad, ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?”, cantan actores y actrices en  la obra con un tono entre emotivo e  irónico. Es uno de los momentos asociativos que llama mi atención. ¿Qué significa hablar de ese modo de un tema como el suicidio? Flavia contesta: “Buscamos no plantear el suicidio como una temática en particular, pero sí nos permitimos pensarlo desde otro lugar. El eje está puesto en  que hay adolescentes que mueren, pero que ninguno de ellos muere de adolescencia. Podés tener anorexia; podés tener mal de amores; te podés pasar de sobredosis, pero es una frase muy facilista  decir: la adolescencia es una edad difícil”.

¿Por qué pensar que estos temas atraviesan hoy a los adolescentes? “Por el mundo en el que vivimos. Por ejemplo, hoy muchos alumnos me hablan de  ataques de pánico. Cuando un chico viene y me dice que se le empieza a dar vuelta el piso, ya sé que es algo absolutamente afectivo. Tiene que ver con una necesidad del contacto físico, y con que el contacto físico no siempre tiene que ser sexual. Si lo abrazo se le pasa porque tiene que ver con la falta de un gesto amoroso.”, explica Flavia.

En otro momento de la asociación, una actriz grita: “¡Me beso con chicos, pero cojo con chicas!” Los adultos se mueven en sus sillas incómodos y se despierta otro contrapunto de la obra: la sexualidad. El adulto de 22 años me comenta al respecto: “Es interesante porque no se cae en el cliché del adolescente y las hormona. Le señalamos a los señores del noticiero que hay cosas más importantes de las cuales los adolescentes se están haciendo cargo. Lo que a mí me parece positivo de lo que veo hoy es que las etiquetas, los dogmas y los encasillamientos que hay en la sexualidad lentamente van desapareciendo. Importa lo que uno siente en el momento, no el sexo de la otra persona”.

Soy

Aparece en pantalla gigante una publicidad nefasta de Coca Cola en la que una rubia canta: “Soy el mañana del mundo, de mi nación la esperanza, soy la gente del futuro que en todas partes avanza”. La imagen es nefasta no sólo por ser de esa gaseosa; no sólo porque hay orientales y negros sonrientes con una botella en la mano mientras la rubia canta, sino porque ese video se grabó en los años 80, una época en que  miles de jóvenes estaban desapareciendo por tener  una idea bastante diferente del mañana del mundo. Termina el video y los jóvenes del presente empiezan a gritar con enojo y a capella: “Soy lo que dejaron, soy toda la sobra de lo que se robaron (…) Las caras más bonitas que he conocido, soy la fotografía de un desaparecido.” Lo hacen con una emoción que me pone la piel de gallina. Lula que tiene dieciocho años me explica qué significa para ella esa respuesta: “Me parece muy clave el momento en que cantamos Latinoamérica, de Calle 13, porque lo hacemos  después de esa publicidad que es todo pomposidad y boludez. Lo hacemos con una energía que a mí me parece muy particular porque es una banda contemporánea a nosotros. La cantamos con una agresión  que es muy concreta y que habla mucho de lo que estamos reclamándole y prometiéndole  al adulto. Es un reclamo en el sentido que cantamos para decir: vos me pusiste la responsabilidad del futuro sobre mis hombros y ahora, ¿qué hacemos con esto? ¿me vas a echar toda la culpa? ¿ahora la responsabilidad recae sólo sobre mí? A la vez, le prometemos que nos podemos hacer cargo. No somos sólo adolescentes a los que pueden menospreciar en los noticieros diciendo que lo único que hacemos es drogarnos y escabiar. Esa promesa y ese reclamo, que pueden resultar hasta un poco contradictorios, son parte de la realidad que nos atraviesa a todos nosotros.” Camila, también de 18 años, suma: “Algo que tiene esta obra es una visión muy política de la realidad. Muestra cómo nos vinculamos con esa realidad. En ese momento en el que cantamos Latinoamérica se siente nuestro compromiso con el mundo.”

“Hacer una obra tiene que ver con el encuentro y el encuentro hace que este mundo sea mucho más bello.”, dice Flavia y entiendo por qué el público, adultos y adolescentes, sale del teatro emocionado hasta las lágrimas. Pienso: ni el futuro, ni el presente pueden ser interpretados hoy mismo, pero encontrarse y comunicar este tipo de mensajes ayuda a crear algo mejor aquí y ahora.

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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Artes

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

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“Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”. Con esa consigna trabajadorxs de las artes escénicas salieron a exigir la derogación del decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro y pone en serio riesgo al sector teatral independiente. Hubo color y calor, pese a los tiempos oscuros y fríos. El apoyo de la gente en la calle, el fondo del planteo, y la inesperada reacción de Pluto.

Por María del Carmen Varela. Fotos: Sebastián Smok

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

El público en la calle, sumándose al reclamo en favor del Instituto Nacional del Teatro.

La cita fue en la puerta del cine Cacodelphia, en Diagonal Roque Saenz Peña 1150, desde donde partió la colorida y ruidosa caravana que dobló por 9 de Julio y continuó por Av. Corrientes, hasta llegar a Rodriguez Peña. A las dos de la tarde el tramo de la Diagonal entre Lavalle y Corrientes fue punto de encuentro para actores, actrices, músicxs, bailarinxs, cirquerxs y zanquistas que engalanadxs con trajes de colores, vestidos de puntillas, tapados simil piel y elegantes sombreros le pusieron alegría y movimiento a una lucha que viene desde hace tiempo y se agudizó con el decreto que pone fin a a la autonomía y financiamiento del INT, entre otros organismos afectados. Una de las consignas: “Vestite de gala y salí a la calle. Sacate la careta, ponete el antifaz”.

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

¿Quién dijo que hace frío?

Al grito de “Señor, señora no sea indiferente, estamos defendiendo el teatro independiente” la caravana de la cultura logró su objetivo. Irrumpieron sobre el carril peatonal de una Avenida Corrientes poblada de gente en plenas vacaciones de invierno y nadie quedó indiferente. Aplausos, bocinazos, brazos en alto y muchas gargantas se unieron al canto. El reparto de volantes con el logo de ENTRÁ –Encuentro  Nacional de Teatro en Resistencia Activa– puso palabras al reclamo:

Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor

¿Te imaginás la calle Corrientes sin teatros?

Las luces apagadas, las pizzerías vacías

Los artistas callejeros sin público

¡Esta peatonal es orgullo nacional!

Y eso es gracias a nuestro teatro

Hoy, nuestro teatro llena la calle de música y color

en este desfile en defensa del Instituto Nacional del Teatro

que para quienes se pregunten ¿qué es y de qué sirve?

Para fomentar y garantizar que el teatro llegue a todo el país

Hace dos meses, el gobierno firmó el decreto 345 que vacía al Instituto

con argumentos falsos sobre su funcionamiento y financiación

¡Al INT, que con los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar,

produce obras, abre salas, genera trabajo y construye cultura e identidad federal!

¡El Instituto no solo implica poco gasto, sino que genera tanto valor!

¡Defendámoslo!

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Las familias y el apoyo a la creación, al arte y al significado del teatro.

El teatro que habla y Pluto en marcha

Nora es una de las mujeres que no resultó indiferente. Mientras paseaba por Corrientes se topó con la caravana y se sumó con canto y aplauso. “Me resulta muy conmovedor porque están defendiendo lo más precioso que tenemos, nuestra posibilidad de seguir creando. Esta puesta en escena me emociona, es poner en escena el deseo”.

¿Vas al teatro? “Todo lo que puedo, cuando puedo pagarlo”.

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Los besos vuelan.

Las niñeces se sintieron muy atraídas por la caravana y no dudaban en acercarse a saltar y aplaudir. Frente al Teatro General San Martín, hicieron una parada y allí el Teatro habló:

  • Ay, ay, ay, me duele todo
  • Teatro, ¿qué pasa?
  • ¡Me dieron una piña en la cara! Y en la panza y en las piernas. ¡Me tiembla todo!
  • ¿Por qué?
  • ¡Quieren desmembrarme!
  • ¿Quién?
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  • El teatro explicándo por megáfono la situación.
  • El decreto 345 quiere vaciar mi instituto
  • ¿Al instituto  que produce obras y abre salas en todo el país? ¿Al instituto que genera trabajo y construye cultura e identidad?
  • Sí. (El Teatro llora y casi se desvanece)
  • ¡Cuidado el teatro se desmaya!
Sacate la careta y ponete el antifaz: una caravana para defender al teatro con color y calor
  • Al teatro le da un soponcio.
  • Yo les juro, no hice nada, el instituto recauda los impuestos que pagan los medios de comunicación y los juegos de azar, pero parece que no sirvo para nada
  • ¿Qué serían las noches sin tus risas y tus lágrimas? ¿Sin tu forma de imaginar? ¿Sin que nos animes a encontrarnos?
  • ¿Alguien vio un teatro? (Señalan a los distintos teatros de calle Corrientes y gritan: ahí, ahí)
  • ¡Quiero vivir! (grita el Teatro).
  • Si, acá estamos y nos organizamos– replican todas la voces.
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Pluto junto a las familias en la calle, observando y aplaudiendo.

La escena de un Teatro golpeado pero en resistencia, revitalizado por la suma de voluntades que lo quieren vivo, se repitió en la puerta del Teatro Astral, donde mucha gente salía de una función infantil. Una vez más, muchxs se acercaron y acompañaron. Pluto, o la persona con el disfraz del famoso perro creado por Walt Disney, saludaba niñxs a su paso aprovechando la alta concurrencia del Astral.

Una vez finalizada la performance del Teatro que quiere seguir contando historias, la caravana emprendió el regreso hacia el lado del Obelisco. Y hasta Pluto decidió abandonar el teatro comercial y se sumó a la fiesta del teatro independiente, mientras otra mujer con su familia se hacía oír con cuatro palabras: “¡Que viva el teatro!”

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Disparatemos: artistas al poder

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Un experimento con artistas clave de la escena independiente cruzó textos y discursos políticos con música, danza, canto y perfomance en MU Trinchera Boutique. Qué nació como resultado de las Postas Culturales Sanitarias. Los cambios de percepción que implicó la pandemia, la vuelta a los escenarios, la creación de comunidades de sentido y la necesidad de encontrarse, más acá de Zuckerberg. ¿Que queremos ser, y qué no? Por Claudia Acuña.

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