Sigamos en contacto

#NiUnaMás

El fin de la cultura del acoso

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La agrupación Periodistas Argentinas presentó el informe “La cultura del acoso: punto y aparte” en el que reconstruyeron el testimonio de 19 mujeres –colegas, alumnas, vecinas– que sufrieron acoso por parte de Pedro Brieger. Los testimonios, que abarcan un período de 30 años, fueron presentados en el Senado de la Nación. “Ustedes necesitan saber, nosotras necesitamos hablar” se planteó a lo largo de la lectura colectiva del informe. “Brieger era nuestro profesor, nuestro compañero de trabajo, nuestro jefe de cátedra, nuestro vecino, nuestro colega, nuestro acosador” dijeron: “Su prestigio profesional logró enmascarar su perversión”.

Publicamos aquí los 19 testimonios reunidos por Periodistas Argentinas, y el informe completo que propone una legislación que castigue específicamente este tipo de conductas abusivas, sumada a campañas de prevención y erradicación del acoso en medios de comunicación públicos y privados y en universidades públicas y privadas en las que se denunciaron estas conductas. “Consideramos imprescindible también que Pedro Brieger pida disculpas públicas a las afectadas”, agregó el trabajo de Periodistas Argentinas.

Una voz colectiva irrumpió en el Senado de la Nación para poner punto y aparte a la cultura del acoso. Un freno. Un hasta acá que marque el comienzo de otra forma de transitar la profesión periodística. 

Periodistas Argentinas presentó el informe “La cultura del acoso: punto y aparte” en el que reconstruyeron, con escucha, paciencia, lágrimas y organización, el testimonio de 19 mujeres –colegas, alumnas, vecinas– que sufrieron acoso por parte de Pedro Brieger. La periodista Nancy Pazos abrió la presentación diciendo: “Esto que nos llama a estar hoy acá es un gran pedido de reflexión para todos”. Es que los relatos que se relevaron y hoy se presentaron transcurrieron a lo largo de 30 años. “Brieger era nuestro profesor, nuestro compañero de trabajo, nuestro jefe de cátedra, nuestro vecino, nuestro colega, nuestro acosador”, sintetizó la periodista Agustina Kämpfer que en el año 2010 expresó públicamente en un programa de televisión que el periodista Pedro Brieger, flamante ganador del premio Martín Fierro, era “un acosador”. En ese momento nadie la escuchó. 

El fin de la cultura del acoso

Nancy Pazos y Agustina Kämpfer, de Periodistas Argentinas. Y un mensaje: “game over”. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Kämpfer describió que quienes sufrieron el acoso tuvieron que “abandonar tesis, mudarnos, renunciar, dejamos de ir a conferencias, coberturas; todo con el único fin de no volver a verlo. Él viajó por el mundo, recibió premios, condujo programas, vivió donde quiso por el tiempo que quiso. Su prestigio profesional logró enmascarar su perversión”. Por eso pidió a una sala llena: “Ustedes necesitan saber, nosotras necesitamos hablar” y dio paso a la lectura de algunos de los 19 testimonios. 

Los relatos fueron leídos por distintas periodistas. Cada uno de ellos fue hilvanando historias en donde Brieger se masturbaba, tocaba a colegas, las abordaba en ascensores, en habitaciones, en salas de control de televisión. Relatos en donde él hablaba unilateralmente de sexo, o donde hacía exhibicionismo explícito. En la mayoría de las situaciones él estaba en posición dominante, en donde había una asimetría de poder que, además de humillar, buscaba despojar de algo a la víctima. El informe revela la compleja dimensión del acoso y a su vez desnuda las responsabilidades institucionales de medios públicos y privados, instituciones académicas públicas y privadas y todos y cada uno de los contextos y personas que silenciaron y naturalizaron estas violencias que son imposibles de soportar. 

Aunque en este caso hay un nombre y apellido, la colectiva de periodistas que nuclea profesionales de todo el país, resaltó que lo que reconstruyeron también “se puede ver reflejado en un montón de otras historias”. Es que luego de cada uno de esos encuentros, pudieron trazar lo común: ir de lo biográfico a lo sistémico, y descubrir el mecanismo de la máquina abusadora.

La describieron así: 

  • Se activa por sorpresa, busca producir asco y humillación, enmudece y coloca a la afectada en una situación de degradación y culpa. ¿Qué hice yo para merecer esto?
  • El mecanismo incluye que luego, al contarlo a otros, –aquellos que son los responsables de poner límites o pueden ayudar a construirlos– no se dimensiona el daño, se naturaliza esa conducta, y no se hace pública, lo cual permitiría a otras prevenirse y al responsable de esa conducta, limitarse.
  • Al sexualizar por asalto y en la primera oportunidad, desde el vamos, las relaciones laborales y académicas se produce un despojo de la dignidad de esos vínculos, deshonrando su condición previa, que no es moral sino ética: quien enseña, cuida; quien tiene prestigio profesional, oficia de mentor y guía, protege.
El fin de la cultura del acoso
  • Uno de los tantos abrazos, con la periodista Claudia Acuña. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org
  • La reiteración deja en claro el estímulo que provoca la impunidad. ¿Qué construye esa impunidad? El silencio y la inacción cómplice, pero sobre todo la combinación de esos factores con algo que lo potencia: el prestigio que construyen los premios, oportunidades y espacios de visibilidad pública que acumula la conducta abusadora.

“Las afectadas cargan entonces con la responsabilidad de “denunciar” ante una institución ajena al ámbito donde se produce el daño: “la Justicia”. El desafío, entonces, es cómo hacer justicia para estos casos”, expresó Nancy Pazos. En Argentina existen leyes para penalizar el acoso callejero, pero no para aquellos acosos que se producen en el ámbito laboral y académico: esa es la gran deuda que el informe de Periodistas Argentinas propone saldar y por eso sugirió que se legisle específicamente este tipo de conductas abusivas. 

Entre quienes escuchaban había personas que pueden llevar adelante el debate en los poderes del Estado: la Ministra de las Mujeres Género y Diversidad, Estela Díaz;  las diputadas nacionales Mónica Macha y Paula Penacca; la diputada del Parlasur Victoria Donda. Luego llegó el senador nacional Martín Lousteau. También Larisa Kejval, Directora de la carrera de Comunicación de la UBA; Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de CTA Autónoma; Yamile Socolovsky, Secretaria de género de CTA T; y Ana Paoletti, Secretaria General Adjunta de SIPREBA. 

El fin de la cultura del acoso

Larisa Kejval, directora de la carrera de Comunicación de la UBA, y las diputadas Mónica Macha y Paula Penacca. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Luego Periodistas Argentinas hizo un pedido concreto de reparación que se sintetizó así: 

  • En aquellos medios de comunicación públicos y privados donde se produjeron estos hechos: espacios para campañas de prevención y erradicación del acoso.
  • En aquellas universidades públicas y privadas donde las afectadas tuvieron que soportar estas conductas: jornadas y campañas dedicadas a la prevención del acoso.
  • En todos estos ámbitos: procedimientos claros y ampliamente informados para canalizar denuncias, a cargo de personas capacitadas para garantizar la no re victimización y la confidencialidad que requieren estos casos.
  • Consideramos imprescindible también que Pedro Brieger pida disculpas públicas a las afectadas. Nuestro objetivo y nuestro compromiso es organizarnos y abrazarnos hasta lograrlo.

“Salir de lo biográfico, ir a lo sistémico es lo que cambia el mundo. Nos tenemos que organizar y nos tenemos que abrazar, y lo vamos a cambiar. Este es un momento para escucharse”, dijo sobre el final la periodista de MU Claudia Acuña. “La justicia no sabe qué hacer con esto, nosotras si, por eso pedimos cosas razonables”. 

El aplauso del final fue enorme: una forma de abrazo. Quizás la frase que sintetiza fue la que tenía escrita en su saco Nancy Pazos: game over. 

El fin de la cultura del acoso

Nancy Pazos, y la emoción tras la lectura colectiva del Informe. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Los testimonios

Testimonio 1

Año 1995

Escenario: Universidad de Belgrano

Afectada: Empleada Administrativa

Situación: “Brieger llamó a la Universidad de Belgrano, preguntando por una de las autoridades de la Facultad. Y como no estaba, le dijo a la secretaria: ‘Estoy en casa, en short, ojotas, en un sillón muy cómodo y con mi (…) muy duro’. Y luego le dijo una serie de groserías. La secretaria le cortó la llamada, pero Brieger volvió a llamar varias veces durante ese mismo día, así que ella habló con el decano y el director de la carrera, quienes intervinieron, convocaron a Brieger y le dijeron que tenía que renunciar a su cargo docente. Según personas cercanas a la secretaria, ella vivió con miedo por mucho tiempo, al punto que cambió el recorrido cotidiano para llegar a la universidad”.

El fin de la cultura del acoso

La ministra de la Mujer y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, junto a Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de CTA Autónoma y Yamile Socolovsky, Secretaria de género de CTA T. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Testimonio 2

Año 1996

Escenario: Edificio donde vivía Brieger

Afectada: Vecina

Situación: “Vivíamos en el mismo edificio, en Belgrano. Yo en la planta baja, él, unos pisos más arriba. Cada vez que nos cruzábamos él me miraba libidinosamente. Un día subí por el ascensor hasta la terraza para colgar la ropa. Él justo había entrado al edificio y subió conmigo. Enseguida me expresó que cada vez que me veía salir con mi bicicleta, le calentaba mi culo subiéndose al asiento. Luego, se abrió la bragueta del pantalón y sacó su pene. No supe qué hacer. Volví a mi casa asustada y helada, dejé el canasto y subí a la casa de unos vecinos a contarles lo que me había pasado. Ellos le tocaron la puerta, pero él no respondió. Mis vecinos me sugirieron que hiciera la denuncia. Cuando salí camino a la comisaría, me crucé con un policía de la calle y le pedí ayuda: `Es la palabra tuya contra la de él: ni te molestes, me dijo. Mirar para todos los costados cada vez que tenía que entrar o salir del edificio me estaba volviendo loca. Pedí dinero prestado porque no tenía un mango (criaba sola a dos criaturas) y apenas pude, me mudé.”

Testimonio 3

Año 1996

Escenario: Conferencia

Afectada: Alumna

Situación: “Tenía 21 años, era alumna de tercer año en TEA, había cursado Política Internacional con él y había trabajado en la investigación de uno de sus libros, sin percibir remuneración. En agosto o septiembre de ese año me invitó a una conferencia del escritor español Juan Goytisolo en la Fundación Los Cedros, muy cerca de la facultad, por lo cual a la salida de TEA fuimos caminando hasta el lugar. Durante el trayecto, hizo comentarios sobre la ropa que llevaba puesta, me preguntó si tenía novio, etc. Mientras esperábamos el inicio del evento sentados, de la nada, me susurró: `cómo te bajaría la bombachita y te pegaría en la cola´. Me quedé absolutamente paralizada, muda, sin saber qué hacer. Transcurrió toda la conferencia y no me moví. Luego hubo un cóctel, en el que me alejé de él todo lo posible, hasta que me dijo `¿nos vamos?´. Le dije que no, que me iba a quedar. Esperé un rato y salí mirando para todos lados, aterrada de que estuviera en la calle, o escondido en algún lado. Siguió llamando a mi casa (era la época de los teléfonos fijos), yo intentaba no atender, pero una vez lo hice y me preguntó por qué no le hablaba más. Recuerdo haberle dicho `vos sabés bien por qué´ y que se hiciera el desentendido. No me acuerdo si en ese llamado o en otro, me invitó a una reunión una noche en su casa, con gente que no estaba en pareja. Obviamente me negué. Fue mi última comunicación con él. Decidí no dedicarme a la política internacional, algo que me apasionaba, para nunca volver a verlo”.

El fin de la cultura del acoso

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.

Testimonio 4

Año 2001

Escenario: Maestría de la Universidad Nacional de La Plata

Afectada: Alumna

Situación: “Soy licenciada en Economía, pero siempre me interesó Medio Oriente. Por ello, a fines de los años noventa averigüé en qué maestría podía inscribirme. Mi novio (hoy padre de dos de mis hijos) estaba cursando, justamente, la materia de Medio Oriente, en la facultad de Sociales de la UBA. Así llegué a él. Conversé con él y decidí empezar la maestría de Relaciones Internacionales en la UNLP, donde era docente. Yo volvía de La Plata a CABA en micro. Un sábado, compartimos el viaje. Nos sentamos juntos. De la nada, se me tiró encima para besarme. Me quedé helada. Lloré. Lo único que me acuerdo es haberle dicho `vos conocés a mi novio´. No me acuerdo cómo siguió el viaje, ni cómo llegué a mi casa. Nunca más volví a la maestría. Perdí tiempo, plata y, lo más importante, mi sueño de estudiar lo que me apasionaba”. 

Testimonio 5

Año: 2001

Escenario: Reunión de propuesta laboral

Afectada: Ex alumna

Situación: “Había sido mi profesor, lo elegí para que me entregara el diploma. Era un vínculo de mentoría. Nos juntamos por una propuesta laboral en un café en Barrio Norte. Nunca mencionó el trabajo. En un momento, fuera de contexto, me pregunta “¿vos en la cama también sos tan culposa?”. Me sentí muy incómoda, me quedé inmóvil y en silencio, mayormente mirando el piso. Por una hora me habló de cómo se masturbaba recordando cómo me sentaba yo en clase y con la ropa que yo llevaba en la entrega de diplomas. Me contó que él tenía una forma de vivir el sexo diferente porque había vivido en un kibutz, relató una situación iniciática en una carpa en la que había descubierto que gozaba con mirar a otros tener sexo y masturbarse. Todo esto era un monólogo sin pausas.

En un momento me preguntó:

-¿Qué te gustaría más, tocarte para que te mire o que me toque para que me mires?

-¡Quizás no me interesa nada nada de todo lo que estás diciendo!

-¿Y entonces por qué decís “quizás”?

Esa respuesta me terminó de enojar, porque me di cuenta que además me estaba intentando manipular. Lo saludé y me fui. Corrí. En mi casa escribí todo lo que había pasado. Todavía lo tengo. Unos días después le envié un correo electrónico, le dije que no me hablara nunca más, le hablé de su abuso de autoridad, de la diferencia de edad, de que la propuesta laboral se había transformado en someterme a su monólogo sexual. Que su exhibicionismo me había causado parálisis y asco. No respondió por escrito, pero intentó comunicarse conmigo insistentemente por varias semanas. Nunca volvimos a hablar”.

Testimonio 6

Año 2001

Escenario: TEA

Afectada: Alumna

Situación: “Estaba cursando periodismo en TEA cuando lo tuve de profesor de Política Internacional. En cada clase, se paraba delante de mí y me acosaba con las miradas: eran sistemáticas, repetidas y explícitas durante toda la clase: pasaba por mi entrepierna, luego mis pechos y luego mis ojos; y volvía a bajar para empezar su recorrido otra vez. Yo me preocupaba por estar todo el tiempo con las rodillas muy juntas, cuidando cómo me vestía los días que iba a cursar con él. Mis compañeros comenzaron a pensar que teníamos un vínculo íntimo, porque él transmitía eso: se me acercaba para hablarme al oído y decirme cosas inapropiadas, asquerosas, por lo bajo, pero delante de todos. La pasé muy mal y tenía con él dos de las tres clases semanales”.

Testimonio 7

Año 2003

Afectada: Periodista

Situación: “Fue mi profesor en TEA a principio de los 2000 y, luego, el primer periodista que me dio trabajo. En los años siguientes, ya él un referente muy conocido y respetado, me abrió puertas que me ayudaron a comenzar mi carrera como periodista especializada en temas internacionales. Trabajando juntos, cuando estábamos solos, solía hacer comentarios sexuales que nada tenían que ver con la conversación. Yo siempre trataba de cambiar de tema, pero él seguía. La vez más grosera fue una noche en la que lo alcancé a su casa en mi auto, y me preguntó insistentemente sobre mis gustos sexuales. Tenía veinte pocos y él me duplicaba la edad. Me congelé, no supe qué decir, me aterrada que la situación escalara. No recuerdo bien cómo salí de ese momento, pero sí que a partir de ahí intenté no volver a quedarme a solas con él, y de a poco fui abandonando esa relación profesional. Por décadas, me dio vergüenza reconocerlo, tanto ante los demás, como ante mí misma”. 

Testimonio 8

Año 2005

Escenario: TV Pública

Afectada: Periodista

Situación: “Era redactora del noticiero nocturno y de Visión 7 Internacional. Tenía con él una relación amable, hasta que un día, estando sola en control, él entró y se colocó detrás de la silla en la que estaba sentada. Estaba trabajando, cuando siento que me agarra el cuello y luego mete la mano por adentro de mi pullover y comienza a tocarme. Sentí asco y humillación. Me levanté inmediatamente, fui a la redacción y se lo conté a mis compañeros, que como respuesta se rieron”.

Testimonio 9

Año 2005

Escenario: Cobertura internacional

Afectada: Periodista

Situación: “Tenía 25 años y trabajaba en la TV Pública. Desde allí, me enviaron a Mar del Plata a cubrir la Cumbre del ALCA para darle asistencia periodística a él. Al inicio del viaje, en el colectivo, hablaba de lo contento que estaba de trabajar conmigo. Empezó a tocarme los muslos cada vez que podía, el cuello y la espalda, en la parte de la cintura. También tenía la costumbre de hablarme cerca, muy cerca, hasta que le sintiera su aliento. Yo me alejaba, pero él se acercaba de nuevo. Desde el primer día se inventó que nos debíamos una cena y desde el comienzo del trabajo no paraba de decir de lo lindo que iba a ser cenar juntos. En ese momento usábamos handies, y por esa vía me decía cosas fuera de lugar y me insistía con cenar. También me pidió que fuera a su cuarto. No recuerdo qué excusas le puse para no ir. Me di cuenta de que no iba a parar. Recuerdo la sensación de preguntarme ¿por qué hace esto? En un momento me animé a decirle: Basta. Ni se inmutó. Yo era como su presa. Por un lado, estaba cumpliendo mi sueño de ser periodista, y por el otro, estaba viviendo una pesadilla. Era tan insoportable que decidí pedir ayuda. Era medianoche y él seguía diciéndome cosas por handy. Lo puse en altavoz y le pedí a mi productora jefa que lo escuchara. Ella no lo podía creer. Le dije que, por favor, por más que al otro día teníamos notas importantes, me dejara irme de la cobertura, porque él no iba a parar. Ella habló con mi jefa directora. No recuerdo qué excusa le dimos, ni siquiera tengo claro por qué no dijimos la verdad. Me pagué yo misma el viaje de regreso y me fui. Tiempo después, cuando me lo cruzaba en el canal, lo evadía. Y él se hacía que no me conocía. Tuve miedo, vergüenza; quería olvidarlo, aunque nunca pude”.

Testimonio 10

Año 2006

Escenario: Trámite de ingreso al doctorado de Ciencias Sociales, UBA

Afectada: Alumna

Situación: “Me presenté al Doctorado de Ciencias Sociales con beca Conicet. Al haberme especializado en Medio Oriente, le pedí que me dirigiera. Como soy de Rosario, la mayor parte de la comunicación fue por mail, y en términos cordiales. Pactamos un encuentro en Buenos Aires para que él firmara los papeles del doctorado. No me acuerdo en qué bar, pero cuando llegué, comenzó a preguntarme cuáles eran mis fantasías sexuales. Ante mi negativa a hablar del tema, comenzó a decirme que quería tener relaciones sexuales en un avión, y que le gustaba que la gente lo mirara. Me relató un encuentro en un hotel alojamiento con una mujer, que los vio alguien de limpieza y que eso los excitó más. Yo estaba helada y transpiraba del terror. Salí del bar y me subí a un taxi llorando. No entré al doctorado, no le escribí nunca más”.

Testimonio 11

Año 2006

Escenario: Radio Nacional

Afectada: Periodista

Situación: “Tenía 33 años y estaba a cargo de la revista de una asociación civil, como secretaria de redacción. Lo contacté para entrevistarlo. El encuentro fue en Radio Nacional. Al principio todo fue cordial. Entramos a una sala muy pequeña, en la que sólo cabía una mesa y una silla en cada extremo. Le hice mi lista de preguntas, y al final le consulté si quería agregar algo que yo no le hubiera preguntado. Inmediatamente, hizo una alusión a mi cuerpo. Me descoloqué, simulé no haber escuchado, y volví a preguntarle “¿querés agregar algo que no te haya preguntado?”. Y volvió a decirme lo mismo. Di por terminada la entrevista, volví a mi trabajo y se lo conté a mis compañeros, que me dijeron que no exagerara, que sólo había sido un piropo”.

Testimonio 12

Año 2007

Escenario: Palacio San Martín, cancillería argentina

Afectada: Estudiante y miembro de la comunidad islámica

Situación: “Tenía 25 años y hacía dos años me había recibido de licenciada en Ciencias Políticas en la UBA. Vengo de una familia de musulmanes originarios de Siria. Para ese año yo colaboraba con una fundación turca, a la cual llegué a dirigir unos años después. En ese entonces se desarrollaban cenas en Cancillería, a las que acudían referentes del mundo islámico en Argentina. Una de esas noches yo conduje el evento, y por eso estaba sentada en la mesa principal. A mí lado se sentó él. Intercambiamos palabras, le hablé de mis intereses académicos, y de la nada, se acercó a mi oído y me dijo: `son tan lindas las musulmanas de acá… ¡como vos!´Me pareció un comentario desubicado de su parte. Mi madre estaba sentada a mi lado. Al final de la noche me dio su mail y me dijo que le escribiera, a propósito de mi investigación académica. Así lo hice. La respuesta fue mucho peor al comentario de la cena. Me preguntaba cómo era el sexo de las musulmanas. Me contaba sus preferencias sexuales y me invitaba a encontrarme con él. Nunca le contesté el mail. Siempre quedó rondando en mi cabeza qué había hecho yo para que se desubicara de esa forma… me sentía estúpida y culpable”.

Testimonio 13

Año 2008

Escenario: Conferencia de política internacional

Afectada: Periodista

Situación: “Trabajo como corresponsal en Medio Oriente y Asia desde hace años, cubriendo las noticias desde el lugar de los hechos. Como directora de un curso a corresponsales, lo invité a dar una charla. Luego de la conferencia fuimos a almorzar. Inmediatamente comenzó a preguntarme si me masturbaba, a decirme que no me veía bien, que estaba seguro de que mi novio no me satisfacía, y a contarme sus inclinaciones sexuales. Le dije que no me interesaba hablar de nada de eso, pero él no se detuvo. Luego de ese episodio, comenzó a enviarme mensajea. `¿Hiciste los deberes?´, me preguntaba. Se refería a lo que me había dicho en ese almuerzo: si me había masturbado frente al espejo. Yo sufrí un abuso en mi infancia, y esa situación me quebró de manera tal que siento aún en el cuerpo, en los huesos, el dolor de la humillación que me provocó no haber podido frenarlo con más determinación”.

Testimonio 14

Año 2008

Escenario: Cobertura internacional

Afectada: Periodista

Situación: “Llegué a Túnez junto a uno de mis jefes de Télam para cubrir el viaje de la entonces presidenta Cristina Kirchner. Ahí conocí a Brieger, que era parte de la delegación. Tomamos un té con galletitas en el hall del hotel y charlamos de temas profesionales. Al día siguiente, me dijo que no podía asistir al encuentro con la mandataria, me pidió que le compartiera el audio y me dio su número de habitación. Subí, con la computadora en la mano, a dejarle el audio como favor de colega. Al llegar a su habitación, veo que tenía la puerta entreabierta. Me lo encuentro desnudo, recostado sobre el respaldo de la cama, tapándose con una sábana, masturbándose mientras me hablaba. No recuerdo cuanto tiempo me quedé ahí ni lo que me dijo. Me fui y nunca más le volví a hablar. En ese momento no le dije nada a mi jefe, no era un contexto cómodo para hablar algo así. El 99% de la delegación eran hombres. Seguí trabajando como mecanismo de defensa. Lo bloqueé. Lo negué. Pasó el tiempo y él aparecía en todos lados. Yo veía que ganaba premios y que cada vez tenía más visibilidad y más poder. Me daba miedo dar la cara y exponerme”.

El fin de la cultura del acoso

El encuentro de Periodistas Argentinas en MU, antes de la presentación del informe. Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

Testimonio 15

Año 2010

Escenario: Radio AM 750

Afectada: Alumna y periodista

Situación: “Tenía 25 años, daba mis primeros pasos en el periodismo. Él era bastante más grande que yo y un referente en temas internacionales. Cuando me presenté, le dije que quería dedicarme de lleno a lo internacional, que me gustaría que me contemplara si encaraba una búsqueda laboral. Me dijo que no tenía nada concreto para ofrecerme, pero que podía ayudarlo con las noticias sobre Siria, algo que comencé a hacer sin percibir un salario. Este trabajo no remunerado se mantuvo unos meses y a la par cursé su materia de Sociología de Medio Oriente (UBA). Un día fui a hacerle una entrevista para un portal digital en el que trabajaba. Me citó en el centro cultural Caras y Caretas, donde hacía su programa de radio, en la AM750. Fuimos al hall y mientras lo entrevistaba se masturbó ahí mismo, delante mío, mientras yo le pedía por favor que no lo hiciera. Había gente cerca, pero no le importaba nada. Me llevó años entender que no había tenido la culpa”.

Testimonio 16

Año 2010

Escenario: TV Pública

Afectada: Periodista

Situación: “Lo contacté para entrevistarlo. Me sorprendió su inmediata respuesta a mi correo, ya que era un sábado a la noche. Mucho más me sorprendió el tono de ese correo: me llamaba “ovejita” (la revista se llamaba Oveja Negra), me preguntaba qué estaba haciendo un sábado a la noche y me pidió que le mandara fotos. Comenté esto en la reunión de sumario con el equipo de redacción de la revista. Me ofrecieron no hacer la entrevista, o ir acompañada por un de ellos. Sentí que ambas propuestas vulneraban mi capacidad de afrontar situaciones difíciles. Pedí que me acompañe el fotógrafo de la publicación, quien estaba al tanto de todo.

La entrevista se hizo en la TV Pública, donde él era columnista internacional del noticiero de la noche. Al comienzo, todo fue normal, hasta que llegamos al camarín. Me hizo entrar y le cerró la puerta en la cara al fotógrafo. Se sacó los pantalones y quedó en calzoncillos, camisa y corbata. Eran unos calzoncillos grandes, de esos que tienen abierto adelante, que abrió aún más para mostrarme su pene. Me quedé helada, pegada contra la puerta, agarrando el picaporte. No pude reaccionar. Cuando salimos del edificio, le conté a mi compañero fotógrafo lo que había pasado, y me dijo “Qué zarpado”.

Testimonio 17

Año 2011

Escenario: Facultad de Ciencias Sociales, UBA

Afectada: Ayudante de cátedra y alumna

Situación: “Lo conocí siendo su alumna en la cátedra de Sociología de Medio Oriente, que él dictaba en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Más tarde, fui ayudante de cátedra en esa misma materia. Al tiempo, también comencé a hacer algunos trabajos free lance para él. Sufrí dos situaciones claras que me incomodaron y que recién ahora, en 2024, puedo identificar como acoso sexual. La primera, fue un día en que me lo encontré en el pasillo de la Facultad poco antes de que empezara su teórico: recuerdo que nos pusimos a charlar, en principio de forma cordial, y de golpe se me acercó a la cara y me hizo un comentario sobre mi cuerpo. Me quedé inmóvil y “salí” de la situación abruptamente, ante la llegada de una de mis compañeras. La segunda situación fue por mensaje de texto, y más explícita: teníamos una cena de la cátedra y me mandó un mensaje preguntándome si después de la cena me quería `fugar con él´. Nunca le contesté; tampoco fui a esa cena. Finalmente, acordamos el pago de lo que me debía y ese fue el fin de mi trato con él. Al tiempo renuncié a la cátedra”.

Testimonio 18

Año 2012

Escenario: Entrevista

Afectada: Periodista

Situación: “Estaba haciendo un programa especial por las elecciones en Venezuela para el canal Hispantv, lo invité a participar, ya que él se encontraba en Caracas. Apenas lo recibí en el hotel en el que se realizaba la transmisión, me miró de arriba a abajo, fijó su mirada particular e insistentemente en mis pechos, me abrazó, me acarició la espalda de forma inapropiada y, acercándose, me habló con voz libidinosa. Continuó la entrevista sin apartar su mirada en la misma parte de mi cuerpo”.

Testimonio 19

Año 2019

Escenario: Radio 10

Afectada: Periodista

Situación: “Conseguí trabajar en el programa de radio donde él estaba. Era la columnista de género. No cobraba, pero recién empezaba mi carrera y me parecía importante tener esa experiencia. Comencé a recibir sus comentarios desubicados y traté de soportarlos, pero eran constantes. Hasta que comenzó a enviarme mensajes a mi celular. Y yo, que supuestamente tenía que darles herramientas a las oyentes sobre estos temas, no sabía cómo responderle sin poner en riesgo mi trabajo. Decidí renunciar. Para explicar por qué me iba, le mostré las capturas de pantalla al productor”.

El fin de la cultura del acoso

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

El fin de la cultura del acoso

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

#NiUnaMás

La ley que falta: acoso sexual en contextos laborales y académicos

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La colectiva Periodistas Argentinas presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que tiene como objetivo modificar la Ley de violencia contra las mujeres, incorporando una nueva modalidad de violencia: el acoso sexual en contextos laborales y académicos. Publicamos el proyecto completo, que se originó en la situación de acoso ejercida por Pedro Brieger que generó el informe de Periodistas Argentinas presentado en la Cámara en julio de este año (foto).

El proyecto de ley de modificación a la ley 26.485, que incorpora la modalidad de violencia y acoso sexual contra las mujeres en el contexto laboral y académico, surgió del acompañamiento que la colectiva dio a periodistas afectadas por el acoso sexual ejercido por Pedro Brieger, y a muchas otras que también han atravesado situaciones de la misma índole y al vacio legal que notaron al hacer ese acompañamiento. Responde entonces a la urgencia de legislar sobre un problema que afecta de manera sistemática a las mujeres en los espacios laborales y de estudio. 

“En vez de hacer una denuncia hicimos un proyecto de ley, en vez de ocuparnos en reparar un grupo nos ocupamos de mejorar el camino de todas”, dice en un video difundido por Periodistas Argentinas la periodista y conductora Agustina Kampfer. El proyecto además de la incorporación de la modalidad de violencia propone medidas concretas para que empleadores y autoridades académicas actúen de manera eficaz ante denuncias de acoso, creando mecanismos accesibles y confidenciales de resolución.

El camino legislativo

El proyecto lleva la firma de representantes de distintos bloques evidenciando un apoyo interpartidario. Entre quienes firmaron están: 

  • Mónica Macha, Paula Penacca, Gabriela Estévez, Brenda Vargas Matyi, Sabrina Selva, Carolina Yutrovic, Hilda Aguirre, Leila Chaher y Ana Carolina Gaillard de Unión por la Patria.
  • Silvana Giudici, Silvia Lospennato, Nancy Ballejos, Sofia Brambilla, Belén Avico y María Angel Sotolano del PRO.
  • Carla Carrizo de la UCR.
  • Vanina Biasi del Frente de Izquierda.
  • Esteban Paulón de Encuentro Federal. 
  • Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica.

La iniciativa ya fue ingresada en la Cámara de Diputados y tendrá tratamiento en las siguientes comisiones: Comisión de Mujeres y Diversidad, presidida por la diputada Mónica Macha (Unión por la Patria) que impulsó el proyecto junto a Periodistas Argentinas. La comisión será cabecera del proyecto, todas las integrantes que la integran acompañan la iniciativa. Además se tratará en la Comisión de Legislación del Trabajo, presidida por el diputado Martin Tetaz (UCR). 

La propuesta

El proyecto busca incorporar el inciso j al artículo 6° de la Ley 26.485, tipificando la violencia y el acoso sexual como conductas no consentidas que atentan contra la dignidad de las mujeres, generando entornos intimidatorios, hostiles y humillantes. De esta manera, se busca ofrecer una protección integral a trabajadoras y estudiantes que hoy enfrentan este tipo de agresiones sin un marco legislativo específico. 

La iniciativa está inspirada en el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que establece la obligación de los Estados de prevenir y sancionar la violencia y el acoso en el mundo laboral. En los fundamentos el proyecto explica: “Argentina ha ratificado el Convenio, expresando su compromiso con la promoción de entornos laborales libres de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso sexual. Esto implica que nuestro país se compromete a implementar las disposiciones del Convenio en su legislación, incluyendo la adopción de medidas efectivas para prevenir, abordar y eliminar estas barbaridades, creando también mecanismos adecuados para la denuncia y la resolución de casos relacionados con acoso sexual”. 

Es que la propuesta también busca erradicar la impunidad que, hasta el momento, ha permitido que los acosadores sigan violentando sin consecuencias. 

La máquina abusadora

En el proyecto presentado Periodistas Argentinas da cuenta del mecanismos que identificaron en la máquina abusadora instalada tanto en ámbitos laborales como académicos. Detallan: 

  • “Se activa por sorpresa, busca producir asco y humillación, enmudece y coloca a las afectadas en una situación de degradación y culpa: “¿qué hice yo para provocar esto?”
  • “El mecanismo incluye que luego, cuando los episodios son comentados a otras personas -responsables de poner límites o en posición de ayudar a construirlos- el daño real no es dimensionado, se naturaliza la conducta acosadora y no se hace pública, por más que el salir de lo secreto permitiría a otras mujeres prevenirse, a la vez que haría que los acosadores se limiten”. 
  • “Al sexualizar por asalto, en las relaciones laborales y académicas se produce un despojo de la dignidad de los vínculos, deprimiendo el rendimiento académico o profesional de las víctimas”
  • “La reiteración deja en claro el estímulo que provoca la impunidad. ¿Qué construye esa impunidad? El silencio y la inacción cómplice, pero, sobre todo, la combinación de esos factores con el prestigio que construyen las oportunidades que, sin sanciones acordes, se les siguen dando a los acosadores”. 

“Las afectadas cargan entonces con la responsabilidad de “denunciar” ante una institución ajena al ámbito donde se produce el daño: “la Justicia”. El desafío, entonces, es cómo hacer justicia para estos casos”, dice el proyecto. Es por eso que Periodistas Argentinas impulsa esta ley para legislar específicamente este tipo de conductas abusivas. 

Seguir leyendo

#NiUnaMás

Femicidios, huérfanxs y desaparecidas desde Jujuy a Tierra del Fuego: los nuevos datos del Observatorio Lucía Pérez sobre violencia patriarcal

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

El año ya tuvo 274 días. En ese tiempo se produjeron en Argentina 231 femicidios y travesticidios, 74 desapariciones de mujeres, y 150 menores quedaron huérfanxs. Tales son los datos que surgen del primer padrón autogestivo que existe sobre la violencia patriarcal en el país, elaborado por el Observatorio Lucía Pérez (observatorioluciaperez.org). Se trata una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por la Cooperativa Lavaca. Uno de sus efectos es dimensionar un problema que, salvo en contados casos, permanece oculto tanto en la información estatal como en la que se produce mediáticamente: el contexto y magnitud de los crímenes cotidianos que no aparecen en los discursos oficiales ni en los periodísticos.

En lo que va del año, los datos representan un femicidio cada 28 horas. Pero las víctimas de esta violencia en realidad son 250, ya que se debe sumar a las 19 infancias asesinadas como efecto de estas situaciones.

Y hubo además 185 tentativas de femicidio. En cada caso hay un nombre y una historia que reflejan una violencia que no cede con el correr de los años, con la responsabilidad muchas veces del Estado por la falta de investigación de los casos, por inacción y/o complicidad policial y muchas veces judicial frente a las denuncias y alertas, y por la ausencia de medidas concretas que eviten la continuidad de los crímenes.  Aquí los datos hasta fin de septiembre de 2024.   

Femicidios, huérfanxs y desaparecidas desde Jujuy a Tierra del Fuego: los nuevos datos del Observatorio Lucía Pérez sobre violencia patriarcal

En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 231 femicidios y travesticidios en todo el país. 

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca, que desde 2020 elabora de modo autogestivo una serie de padrones que permiten abordar la dimensión de la violencia femicida en todo el país. En lo que va del año se registraron femicidios en todas las provincias, sin excepción, desde Tierra del Fuego hasta Jujuy. 

Femicidios, huérfanxs y desaparecidas desde Jujuy a Tierra del Fuego: los nuevos datos del Observatorio Lucía Pérez sobre violencia patriarcal

En el caso particular de septiembre, se registraron 28 femicidios y 1 travesticidio (el de Ana Paula Costas, de 43 años, en San Salvador de Jujuy).

Solo en los últimos 7 días del mes fueron 9 los crímenes en ocho provincias distintas del país. Septiembre se convirtió así en uno de los meses más sangrientos de este año, luego del período de verano en el que recurrentemente, año a año, se ve un aumento de la violencia contra las mujeres: enero registró 33 femicidios y febrero 35. 

Femicidios, huérfanxs y desaparecidas desde Jujuy a Tierra del Fuego: los nuevos datos del Observatorio Lucía Pérez sobre violencia patriarcal

Los números no son cifras aisladas: representan la cartografía de la violencia patriarcal y muestran también sus heridas.

Un dato que casi nunca se valora en toda su dimensión: como consecuencia de estos asesinatos, los huérfanos por femicidios a lo largo del año son 150. En algunos casos además, les hijxs presenciaron los crímenes, en otros fueron quienes denunciaron que su mamá no aparecía. Recientemente, por ejemplo, fue lo que le sucedió a la hija mayor de Vilma Acosta en José C. Paz, que fue a la comisaría para denunciar que hacía dos días no sabía nada de su mamá. La policía la encontró sin vida, enterrada en el patio de la casa su pareja Fabián Real. Vilma tenía además otros tres hijxs menores de edad que se han sumado a la impactante nómina de huérfanxs. 

Femicidios, huérfanxs y desaparecidas desde Jujuy a Tierra del Fuego: los nuevos datos del Observatorio Lucía Pérez sobre violencia patriarcal

Otro saldo estremecedor para este 2024 es que ya hubo 19 infancias asesinadas como producto de esas situaciones de violencia femicida, es decir menores de edad que terminaron siendo víctimas también de la violencia.

Y se produjeron, además, 185 tentativas de femicidios.

Para seguir exigiendo justicia, se llevaron a cabo 250 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal en todo el país en lo que va del año. En el último mes fueron 23 las movilizaciones. 

Este trabajo de investigación que se comparte libremente en la web comenzó a materializarse en talleres realizados con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información producida por el Observatorio Lucía Pérez es de público y libre acceso en www.observatorioluciaperez.org

Seguir leyendo

#NiUnaMás

Ciberacoso a periodistas mujeres: nuevo informe de Periodistas Argentinas

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La facultad de Derecho de la UBA fue la sede de presentación de un informe inédito en el rubro llamado “Ciberacoso a periodistas mujeres: la tecnocensura” que contextualiza los ataques a periodistas mujeres vía redes sociales y reclama al Estado y a las empresas de medios medidas urgentes para parar la espiral de violencia. El 80% de las periodistas censadas se ve inhibida de manifestarse en redes y el mismo porcentaje temió o teme por su integridad física. Cómo funciona el trolling, y su objetivo: silenciar. El carácter sistemático, y los casos paradigmáticos. Lo más grave: que sea agitado (si no financiado) desde el Estado.

Por Anabella Arrascaeta. Fotos de Cleo Bouza.

La colectiva Periodistas Argentinas presentó hoy en el Salón Azul de la Facultad de Derecho de la UBA el documento “Ciberacoso a periodistas mujeres: la tecnocensura”, un informe que contextualiza los ataques que soportan actualmente las profesionales, resume casos paradigmáticos y formula pedidos concretos al Estado y a las empresas de medios.

El informe enciende una alerta: “El ciberacoso se ha convertido en una práctica sistemática que afecta gravemente a las mujeres periodistas”, explicitan. Durante la presentación las periodistas Nancy Pazos, Noelia Barral Grigera, Romina Manguel y María O’Donnell dieron cuenta de cómo funciona la industria de los ataques “impulsados por actores institucionales que diseñan campañas en distintas plataformas –aunque con especial intensidad en la red X– para coordinar intimidaciones y descalificaciones con el propósito de silenciar a comunicadoras críticas. “Estos ataques desinforman, intimidan y restringen la participación de periodistas en el debate público y, como consecuencia, socavan la democracia”, sintetiza la investigación presentada por Periodistas Argentinas. 

Entre quienes acompañaron la presentación se encontraban la diputada Mónica Macha, presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados; la especialista en derecho Marisa Herrera; Carla Gaudensi, Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN); y Agustín Lecchi, Secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). 

“Se tienen que abrir los ojos: esto es un problema, y tiene consecuencias”, dijo a lavaca la periodista Nancy Pazos, y siguió: “Se puede generar estadísticas, legislación, y hasta protección, no solo del Estado sino de las empresas periodísticas. Hay que abrir los ojos para que las empresas periodísticas se den cuenta que están atentando no contra la libertad de prensa de una periodista sino del conjunto”. 

La periodista Noelia Barral Grigera explicó a lavaca que “la diferencia que encontramos en el último tiempo en el comportamiento de este tipo de cuentas es que ya no son usuarios anónimos aislados, sino que efectivamente son comunidades organizadas, rentadas, que se coordinan para atacar y hostigar a comunicadoras críticas, a personas que tienen influencia en las redes, y que opinan críticamente”. 

El informe, además del diagnóstico, recomendaciones y pedidos concretos para salir de esta grave situación, da cuenta de 16 casos paradigmáticos, entre ellos los de Nancy Pazos, Romina Manguel y María O Donnell, que pusieron su voz en la presentación. 

La periodista Cynthia García, en diálogo con lavaca, hace foco en que “lo que se establece es una trama sistemática” y considera que esa trama “es estatal, entonces el acoso es grave, porque es una violencia en redes sociales en un momento donde tenemos un gobierno que cree que la democracia se legitima en las redes sociales, y un Presidente que retuitea y ejerce esa violencia”. Y agrega: “El informe establece que el objetivo es el silenciamiento, que no es personal, que tiene un sesgo de género, y sobre todo que es sobre periodistas que se expresan política, socialmente en la esfera pública”.  

De lo que hablamos entonces es de un ataque a la libertad de expresión entendida como un pilar de la democracia. 

Trolling para silenciar

El informe da cuenta de que el término troll cambió en los últimos años. “En la actualidad, su uso está industrializado y tiene como finalidad aquello que el periodista mexicano Alberto Escorcia denomina ‘tecnocensura’: no se trata ya de alguien oculto detrás de un falso perfil, sino de un mecanismo financiado para producir desinformación. Este financiamiento puede provenir de grupos de poder o de gobiernos, tal como advierte Reporteros Sin Fronteras (RSF)”, explican y agregan que en los últimos años “la industria del ciberacoso ha tenido, además, un incentivo: las nuevas tecnologías son manipuladas para que los mensajes de odio adquieran mayor magnitud”. 

En ese contexto plantean que “la relación de las campañas de trolling y el periodismo es estratégica porque representa el campo difusor de los temas de actualidad: es blanco de los ataques para forzar la agenda de la conversación social”. La red social que identifican como más agresiva es X -ex twitter- y encuentran como explicación que es la red donde se disputa el control de la conversación política. 

A esto se suma que “en términos generales, la cultura digital tiende a invisibilizar a las mujeres o desplazarlas hacia la periferia. Esto quiere decir que todas aquellas acciones orientadas a reivindicar una posición de mayor centralidad en la sociedad (como las que realiza históricamente el feminismo) han tenido una violenta contestación en Internet”. 

Las mujeres con voz pública se vuelven así especial foco de ataque. El informe de Periodistas Argentinas retoma un material realizado por ONU Mujeres y la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información que luego de estudiar ataques a periodistas señala: 

  1. La visibilidad las expone a la violencia en línea por el solo hecho de ser mujeres con voz pública. 
  2. Hay sesgos de género en los ataques que reciben. 
  3. La violencia sistemática en línea tiene por objeto silenciarlas.

Dice Periodistas Argentinas: “Trolls para dirigir ataques contra algún actor específico, bots para viralizar rápidamente un hashtag, difusión de datos personales o creación de fake news son algunas de las estrategias visibles que se usan en las redes sociales para dañar la reputación de una persona, atemorizarla y desplazarla del debate”. Y señalan las particularidades que encuentran en los casos que analizaron de violencia dirigida hacia mujeres con voz pública: 

  • Son ataques sistemáticos. No se trata de hechos aislados. 
  • Hay ataques reactivos –a un posteo, una cobertura, una nota– y hay otros que se perciben como azarosos, “porque sí”, que pueden llegar en cualquier momento y que las entrevistadas relacionan con el ensañamiento y la intención de correrlas del debate público. 
  • A menudo, se sospecha, y en ocasiones, se comprueba que existe una coordinación.

Esta violencia tiene consecuencias, todas las periodistas entrevistadas para el informe elaborado manifestaron impactos en su participación en la conversación pública. Los datos: 

  • El 80% limitó su participación en las redes: ha omitido opinar o manifestarse sobre determinados temas.
  • El 40% manifestó haberse autocensurado, evitando escribir o hablar sobre un tema de su pertinencia en el medio o ámbito en el que se desempeña.
  • Un tercio cambió de puesto laboral. 
  • Una cuarta parte experimentó despidos o la no renovación de sus contratos. Y la mitad tiene miedo de perderlo. 
  • Un 80% temió o teme por su integridad física.

Otros datos que retoma el informe de Periodistas Argentinas: 

  • El informe “Los derechos de las mujeres: investigaciones prohibidas”, publicado por Reporteros Sin Fronteras muestra que, entre las principales víctimas de los ataques digitales, se encuentran las periodistas. 
  • Una investigación realizada en el Reino Unido por el think tank Demos, tras estudiar miles de tuits, reveló que las reporteras reciben en promedio tres veces más comentarios inapropiados o insultantes que sus colegas varones. “Mentirosa” y “prostituta” son algunos de los insultos más comunes, también la amenaza de violación. 
  • La amenaza de agresión sexual, también fue detectado como algo recurrente por ONU Mujeres y la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información. 
  • Reporteros Sin Fronteras también informa que el trauma sufrido conduce al silencio y reduce el pluralismo de la información.
  • En todos estos informes se identifica un mismo mecanismo: a partir de un mensaje posteado o retuiteado por una persona “real” –generalmente, funcionarios de gobierno o personalidades que forman parte de la red de comunicación y propaganda oficialista– se desata el ataque.

Casos paradigmáticos

Sobre la situación en nuestro país Periodistas Argentinas detalla que “en los últimos meses, se ha observado una escalada significativa de trolling contra mujeres periodistas, pero con una particularidad: las agresiones ya no solo provienen de usuarios no verificados o bots, sino también y principalmente de cuentas verificadas y de integrantes del dispositivo de comunicación oficial, quienes utilizan sus cuentas personales en las redes sociales (especialmente las de X) para multiplicar mensajes que descalifican y desacreditan la credibilidad de estas comunicadoras”. 

La colectiva relevó y da detalles de 16 casos de periodistas que han sufrido ciberacoso, y encontró características en común:

  • Son comunicadoras que informan, comentan y opinan sobre política y economía. 
  • Generalmente, los ataques no los originan sus opiniones personales sino la información que producen en sus medios y comparten en sus redes sociales. 
  • En la mayoría de los casos que citamos en este informe, el ataque ha sido iniciado o replicado por el Presidente de la Nación, Javier Milei, desde la red X, lo cual ha derivado en una campaña de trolling muy agresiva en el día del posteo, que se mantiene a lo largo del tiempo con menor intensidad.
  • En muchos de los casos, el ataque ha afectado también la relación periodística de estas profesionales con funcionarios y fuentes oficiales.
  • La violencia escala tanto y tan rápido que deciden alejarse de las redes o no responder. 
  • Algunas decidieron usar sus redes sociales de manera unidireccional, solo para informar a su comunidad, pero sin mantener interacciones.
  • No creen que sea personal, aunque sí disciplinador.
  • Coinciden en que hay un impacto sobre la libertad de expresión.

Los casos paradigmáticos que detallan son los de Luciana Peker, periodista y escritora feminista;  Ivy Cángaro, periodista de investigación; Paula Moreno Román, presidenta de Fopea; Marina Abiuso, exeditora de género de TN; Nancy Pazos, presidenta de Periodistas Argentinas; María O´Donnell, conductora de radio y televisión; Romina Manguel,  conductora de radio y televisión; Luisa Corradini, corresponsal del diario La Nación; Silvia Mercado, periodista del diario El Cronista; Sofía Diamante, periodista del diario La Nación y columnista del canal LN+; Jesica Bossi, periodista de TN; Ángela Lerena, periodista especializada en deportes; Cecilia Boufflet, periodista de TN y Radio Mitre; Julia Mengolini, periodista y fundadora de FutuRöck; Mónica Gutiérrez, periodista, conductora de radio y televisión; y Delfina Celichini, periodista del diario La Nación. 

Los pedidos

Como conclusión del informe desde Periodistas Argentinas solicitan:

-Al Estado:

  • Refuerce el marco legal para que restrinja el acoso en línea a periodistas y que la legislación se aplique estrictamente.
  • Imponga obligaciones a las plataformas en lo relativo a la transparencia de los algoritmos y el uso de ejércitos de robots que amplifican los ataques para que respeten los principios de la libertad de expresión y de información, sin que esto implique controlar los contenidos ni censurarlos.
  • Instaure dispositivos de resarcimiento de daños y perjuicios para las víctimas de ciberacoso (indemnización financiera, ayuda médica y psicológica, etc).
  • Prohíba financiar este tipo de agresiones para intentar influir en la opinión pública o para atacar a personas en línea; en otras palabras, que no se permita ni al Estado ni a los partidos políticos pagar ejércitos de robots para manipular a los usuarios ni para acosar a periodistas.

-A las empresas de medios:

  • Asuman la amenaza de ciberacoso y la prevengan. Los medios de comunicación deben capacitar, tanto a los periodistas como al resto de sus empleados, para que enfrenten este tipo de amenazas, y crear dispositivos de urgencia internos para garantizar que los y las periodistas víctimas de acoso cuenten con apoyo y protección. No deben tomarlo como un ataque personal que debe enfrentar la o el periodista en forma individual, sino como un daño a la libertad de expresión, al periodismo y a los medios y, por tanto, asumir la responsabilidad de contener, responder, litigar si fuera el caso, capacitar y prevenir.
  • Aborden el tema del acoso en línea que sufren las y los periodistas: que realicen más reportajes e investigaciones que informen y sensibilicen a la población en general, al gremio periodístico y a las autoridades, sobre este desafío que aún no se reconoce como un ataque a la libertad de expresión ni como un serio riesgo del ejercicio de la profesión.

-A su vez dan recomendaciones de cómo responder a un ataque: 

  • El primer paso es guardar pruebas: hacer capturas o fotos de pantalla con las muestras del acoso.
  • Reporteros Sin Fronteras aconseja denunciar los contenidos en las plataformas y bloquear las cuentas que participan del ataque; hacerlo todas las veces que se requiera.
  • La guía Acoso y violencia digital. Herramientas de acción para periodistas –una iniciativa de UNICEF, UNFPA, PNUD y ONU Mujeres–, advierte que al denunciar ante la red social ”el cierre de la cuenta puede interpretarse como la pérdida de evidencia”, por eso “el primer paso es ubicar las pruebas y preservarlas (por ejemplo, hacer capturas de pantalla de los mensajes recibidos)”. Recomienda también diseñar un plan de acción, que incluya el resguardo de la seguridad, realizar la denuncia judicial y poner en conocimiento a organismos de derechos humanos y defensores de la libertad de expresión.
  • Informar del ataque a jefes, compañeras/os de trabajo y organizaciones periodísticas y  sindicales. 
  • Recurrir a la solidaridad periodística. Colegas que han sido víctimas de acoso en redes pueden emprender una contraofensiva manifestando su apoyo a través de sus redes. 
  • Dice la guía Acoso y violencia digital: “Muchas veces se considera que responder a un ataque es transformarlo en una noticia, un hecho que se agranda al darle entidad. Las soluciones no son universales, pero frente a las estrategias de desinformación es importante considerar el alcance de no tomar acciones para aclarar los hechos que generan el hostigamiento y la violencia. El periodismo tiene un compromiso con la verdad y corresponde también frenar y rectificar las fake news (noticias falsas). Dar cuenta del hostigamiento desde el propio medio es una forma de respaldar a las periodistas agredidas”.
  • Por lo general, los ataques son violentos, pero de duración limitada. Desconectarse algunas horas si se considera necesario. 
Ciberacoso a periodistas mujeres: nuevo informe de Periodistas Argentinas
Integrantes de Periodistas Argentinas después de la presentación.
Seguir leyendo

LA NUEVA MU. ¿Dónde está?

La nueva Mu
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Lo más leido