#NiUnaMás
Travesticidios: un crimen social
Este mes el foco está puesto en el padrón de travesticidios, crímenes de odio contra personas travesti, trans y no binarias, que el Observatorio lleva adelante. Este año se registraron ya 8 travesticidios: muertes crueles, violentas y deshumanizantes. “Son muertes que no pueden entenderse sino como encadenadas a vidas de vulneraciones de derechos, estigma y criminalización”, analiza la antropóloga e investigadora Florencia Paz Landeira. Recordamos sus nombres, distinguimos la singularidad de sus crímenes respecto de los femicidios y damos cuenta de las violencias estructurales, cotidianas y persistentes que traman sus experiencias de vida y de muerte, para desarmar también la invisibilización.expresa en el informe la antropóloga Florencia Paz Landeira.
En lo que va del año ya se registraron ocho travesticidios, cuatro de los cuales tuvieron lugar en agosto, un mes de escalada de la violencia transodiante. Alddana, Giaccobi, Fernanda, Sofía, Pancha, Victoria, Carina y Nicol. Nombres que deberían estar escritos en calles y banderas. Nombres que sintetizan una lucha y una gesta, para rememorar el libro de Lohana Berkins. Nombres que evocan vidas de injusticias y exclusiones y, lo peor, muertes crueles, violentas y deshumanizantes. Y, aun así, nombres que no llegan a la tapa de los diarios ni convocan marchas masivas en la capital del país, nombres que apenas se cuelan en las secciones de policiales disputando dignidad -aun desde la muerte- a un periodismo rancio y discriminador que a diez años de la ley de identidad de género todavía no ha aprendido nada sobre el trato digno.
Travesticidio es la categoría política que desde el activismo se acuñó para nombrar los asesinatos de personas trans y travestis motivados en la discriminación por identidad de género, para distinguir la singularidad de estos crímenes respecto de los femicidios y también para dar cuenta de las violencias estructurales, cotidianas y persistentes que traman sus experiencias de vida y de muerte. Porque son muertes que no pueden entenderse sino como encadenadas a vidas de vulneraciones de derechos, estigma y criminalización.
La singularidad de estas muertes suele también entramparse en sistemáticos mecanismos de invisibilización. Por eso, el Observatorio Lucía Pérez desde su creación se presentó como un padrón de femicidios y travesticidios, exhibiendo los patrones comunes de la violencia patriarcal sin perder de vista la especificidad y la enseñanza de Lohana: las muertes de las personas trans tienen que considerarse travesticidios porque se trata de vidas sin derechos. La categoría de travesticidio entonces procura sintetizar los efectos materiales y simbólicos que se derivan del mero hecho de ser trans o travesti en una sociedad que subordina, patologiza y excluye aquellas identidades que no se corresponden con el sexo asignado al nacer. Como dijo Marlene Wayar a lavaca hace unos años: “las travas estamos condenadas a caminar en el riesgo” y a cada paso, en cada interacción, una pregunta, “¿Me va a matar o no me va a matar?”.
*
En enero de este año, a Alddana Lorens la mataron de un golpe en la cabeza en su propia casa. El sospechoso y detenido -después de estar ocho meses prófugo- es su hermano. La madre de ambos también está acusada por abandono de persona, porque permitió que Alddana estuviera dos días en el piso, sin posibilidad de levantarse sola. Su salud estaba deteriorada porque meses antes había sido atacada por un prostituyente: le tiró el auto encima cuando ella estaba en una esquina. Al hospital llegó gracias a la ayuda de una tía, pero no fue hasta después de su muerte que pidieron intervención policial y judicial para investigar lo que había pasado. ¿Se ve la trama de violencias y abandonos?
En agosto, A Alejandra Ironici la encontraron en su casa con quemaduras en su cuerpo y sobre un charco de sangre. Alejandra era referente del movimiento trans en Santa Fe y había sido la primera en la provincia en obtener el DNI con la rectificación de su nombre y género autopercibido. La autopsia reveló 46 puñaladas que habrían sido perpetradas por su ex pareja, único sospechoso y detenido. ¿Se siente la crueldad?
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Hacer un repaso por los rasgos comunes y salientes de las trayectorias de las personas trans en nuestro país y en la región, supone reconstruir una historia atravesada por la exclusión. Las diversas formas de discriminación, opresión y segregación a las que trans y travestis están expuestas constituyen un cuadro de sinergia de vulnerabilidades. Así, no pueden pensarse los travesticidios sino como el vértice atroz de un entramado de exclusión y vulneración de derechos, que nos habla de una violencia estructural, que se fortalece en la ausencia de políticas públicas que contemplen sus derechos humanos fundamentales y sus necesidades básicas. De allí la necesidad de incorporar estos nombres en una genealogía, en una historia colectiva atravesada por la persecución, marginación y, primordialmente, de privación de derechos. En base a esta discriminación sistemática, se funda una realidad de exclusión: las personas trans no gozan de igualdad de oportunidades y de trato en ningún ámbito de la vida social e institucional; la mayoría de ellas vive en extrema pobreza, privadas de derechos económicos, políticos, sociales y culturales.
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En la marcha producida por el grito Ni Una Menos en 2015, Diana Sacayán participó de la primera salida al espacio público del padrón de femicidios y travesticidios, cuando dejamos las huellas de nuestras manos con pintura roja sobre una tela negra y los nombres y edades de nuestras muertas. Meses después fue asesinada brutalmente en su casa por dos hombres, uno de ellos, Gabriel Marino, pareja ocasional de Diana. Murió apuñalada con ensañamiento. La condena estableció la prisión perpetua para Marino por “homicidio agravado por odio a la identidad de género”, en referencia al inciso 4 del artículo 80 del Código Penal en el que se incluye al odio de género o de orientación sexual, identidad de género o su expresión como agravante de un homicidio. Gracias a la lucha travesti, los fundamentos de la sentencia incorporaron de manera explícita por primera vez la categoría de travesticidio, con el objetivo de evidenciar que la violencia estuvo motivada en el odio por su identidad de género travesti y su activismo y trabajo por la diversidad sexual y los derechos de la población trans.
Sin embargo, la Sala 1 de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal confirmó en 2020 la condena a prisión perpetua de Marino, pero excluyó el agravante de “odio a la identidad de género”. El fiscal Ariel Yapur y la fiscal Mariela Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), presentaron un recurso extraordinario contra el fallo y familiares de Diana solicitarán a la Corte Suprema de Justicia de la Nación la apertura a amicus curiae (amigos del tribunal) de la causa sobre el crimen. Para que no se niegue su identidad y su historia de vida. A su vez, demandan por la incorporación de figura del travesticidio y del transfemicidio dentro del Código Penal. La teoría travesti revolucionando el mundo jurídico incluso desde la muerte.
El activismo travesti se ha visto forzado a darle un giro político a tanta muerte y desde el dolor construir sus trincheras de imaginación, de pensamiento y de vida. Marlene recuerda que a Lohana le decían que ella empezaba cada discusión tirando las muertas sobre el escritorio. “Pero es así. Ustedes primero nos mataron”. Es desde esta realidad insoportable y cruenta que el colectivo travesti hoy exige reparación, políticas de resarcimiento que expresen la responsabilidad estatal en el exterminio sistemático de la personas trans, una ley que las saque “del barro que crea la heterosexualidad”.
Diez años de la ley de identidad de género y todavía las vidas trans parecen valer menos. Diez años de discursos y campañas de “Argentina Igualitaria” y todavía las personas trans y travestis tienen una expectativa de vida medieval. Años de conquistas, de luchas y de muertes. Y todavía nos falta Tehuel.
Por Florencia Paz Landeira. Doctora en Antropología Social. Becaria posdoctoral del LICH-CONICET. Integrante del Programa de Estudios Sociales en Género, Infancia y Juventud (UNSAM).
#NiUnaMás
8M: Estamos
En otro Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista volvió a llenar las calles de Buenos Aires, frente al Congreso, como supo hacer durante las movilizaciones a favor del aborto, en medio de algunas novedades: un gobierno que ataca al feminismo, que cree que lo puede contener con un protocolo antipiquetes y que enfrenta la agenda de derechos que las mujeres y disidencias volvieron a poner hoy en la calle. La desigualdad como eje. Las principales reinvindicaciones y palabras de hoy. Los testimonios que hablan de emergencias de hambre (con comedores sin comida y con el triple de gente), a la conexión con las banderas de derechos humanos. Les Nietes de personas desaparecidxs, y el lema de la bandera que salió hoy por primera vez a la calle: “Soy feminista porque tengo memoria”.
Texto: Anabella Arrascaeta
Fotos: Lina M. Etchesuri
“Soy feminista porque tengo memoria”, dice la bandera que Ana, nieta de detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pintó para marchar junto a sus compañeres de Nietes. Es la primera vez que esta frase sale a la calle, en este 8M, a días del 24, el primer marzo de la era de Javier Milei.
Argentina, 2024. Sobre Callao la Policía Federal intenta mantener cortada la Avenida para la foto que da cumplimiento al protocolo de la ministra Patricia Bullrich. No pueden. Los autos circulan solo esa cuadra y doblan a la izquierda por Avenida Rivadavia. Hacia la plaza Congreso las calles están cortadas porque el músculo de los feminismos está entrenado y volvió a llenarla. Partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales, culturales, asambleas, deportistas, músicas, periodistas, y miles de grupitos de amigas, madres, abuelas, hijas, vecinas, nietes, en un largo y cada vez más inabarcable etcétera.
A las cuatro de la tarde el hit sacude el pasto: “El que no salta votó a Milei”.
La Plaza, una vez más, está llena.
¿Por qué?
Límites
Cristina, 80 años, abre los ojos grandes desde abajo de la gorra que la protege del sol y dirige la mirada hacia sus amigas (otra Cristina de 72 años, y dos Lilianas, 67 y 70 años). Dice: “Peleamos mucho por este momento, y lo tenemos que defender”. Llegaron temprano, con sus remeras del grupo de teatro comunitario al que pertenecen y con el que en el último tiempo hicieron una obra sobre la Semana Trágica, y otra que es un homenaje a Azucena Villaflor, Madre de Plaza de Mayo desaparecida. “Tenemos una edad donde vivimos a full el patriarcado, y vemos en nuestras hijas ese cambio de paradigma: no son las mismas mujeres y yo me alegro profundamente por eso. Y aprendo todos los días de las generaciones nuevas, necesitamos acompañarlas porque debemos lograr ese cambio que de a poco se va modificando. No es que se haya logrado todo, nos falta, pero tenemos que estar unidas”.
“Estar” y “juntas” son de las palabras que más se repiten hoy en Congreso. Y que se sienten: todas las generaciones, de los centros a los bordes. Dice una de las Cristinas: “Te voy a decir una frase peronista: unidos o dominados. En este momento, con este gobierno estamos en un retroceso, y nosotras tenemos que poner un límite: hoy, todas en las calles, estamos poniendo ese límite concreto en la calle”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Comedores
Claudia, 54 años, vino de San Miguel y señala a una compañera: “Ella trae una papa”, y después apunta a otra: “Ella trae una cebolla”. Después mira a otra: “Ella trae fideos”. Así explica cómo están sosteniendo en los barrios las ollas desde que no reciben alimentos tras la asunción del nuevo gobierno.
Dice que lo hacen porque, cuando hay una emergencia, “el pueblo es solidario”. Y porque saben cómo hacerlo. “Nosotras echamos a los ingleses: las mujeres. Hicimos la bandera para Belgrano, organizamos la campaña para San Martín, y ahora tenemos que organizar la campaña para sacar a este loco. Las compañeras muchas son de programas sociales, todas trabajan, sirvieron cuando estaba la pandemia pero ahora las quieren descartar”.
Según su termómetro, la gente que asiste a los comedores se triplicó. No son solo niñes: ahora son familias enteras.
Fotos: Lina Etchesuri
“El barrio ahora se está dando cuenta que la casta somos nosotros” dice a lavaca. “La gente estaba cansada de los políticos comunes corrientes, pero ahora las mujeres del barrio están preocupadas porque no les alcanza para comer. Muchas no pudieron comprar útiles de sus hijos, y en los comedores no hay mercadería”.
Claudia, que es militante del Movimiento Evita, dice que la organización está haciendo una autocrítica interna, pero ella ya tiene clara una posición: “Aunque sea un gobierno nuestro, si hay que hacer un reclamo, hay que hacerlo. No hay que esperar. Aprendimos que si un funcionario o compañero no está haciendo las cosas como corresponde, hay que protestar”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
En los comedores de La Boca que tiene el MST también se triplicó la demanda. “Muchos vecinos que no iban, ahora van. En diciembre ya teníamos escasez de variedad pero ahora la situación está cada vez peor. No tenemos alimentos, hace varios meses no llegan”, dice Susana. Para sostener la olla organizan actividades: rifas, hay quienes arreglan cosas, otras que hacen las uñas: “Nos la rebuscamos”. Ese es el reclamo que llegó hoy hasta el Congreso.
Susana explica: “Los comedores están compuestos por mujeres: somos las que los mantenemos. Pero hoy hay muchas compañeras grandes que no pudieron venir; son mayores y hace mucho calor; otras tienen muchos chicos. Antes podíamos venir, pero ahora no, porque se reprime. Es una decisión que muchas compañeras que tienen muchos hijos se quedan cuidando los comedores y las demás que podemos venir, venimos”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Aguante
Paula está con un cartel que clama: “Nuestros derechos no se negocian”. Del otro lado sentencia: “Milei nunca”. Llegó sola a Plaza Congreso, pero se encontró con amigas en el camino. Tiene 52 años, y dice: “Viví muchas crisis, pero hoy veo que estamos cada vez peor, tenemos un gobierno que no tiene idea de lo que es la empatía, de cómo se lleva adelante un país con todos los sufrimientos que hemos tenido, con una dictadura todavía reciente, con cosas nefastas que nos han pasado. Y en ese contexto, las mujeres somos las que hemos luchado”.
Paula afirma que así como hubo y hay crisis, hay salidas: “Salimos primero organizándonos; somos las que podemos sacar este país adelante, porque somos empáticas. Hoy tenía miedo que no haya gente pero para sorpresa y alegría veo que todavía hay mucho aguante. Seguimos acá”.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Tensión
Cuando los bombos de ATE dejan de tocar, Marina, a quien llaman “La capitana”, descansa. Están al frente de la masiva columna de trabajadoras del Estado, aún cuando se anunció que se les iba a descontar el día a quienes pararan. El efecto fue el contrario: “Estamos acá justamente por eso, a pesar que nos quieren guardadas en nuestros lugares y casas, aunque estén avasallándonos con que nos van a descontar el paro, con tomar represalia, venimos a poner el cuerpo más que nunca porque no vamos a permitir que se retroceda en ninguno de los derechos que hemos conquistado y están tratando de poner en riesgo”.
¿Cómo los resguardamos? “Con esto”, dice y mira alrededor una marea de gente. “Animándonos entre nosotras a salir a la calle, fortaleciéndonos entre nosotras en los lugares que ya habíamos conquistado, perdiendo el miedo, entendiendo que si estamos juntas vamos conseguir la fuerza para defendernos, que ninguna se va a salvar sola, que es muy necesario que los feminismos puedan poner una voz en lo que está sucediendo y poder decir cómo impacta sobre nosotras el hambre que está generando este gobierno. Las voces están, las compañeras estamos: hay que animarse a levantarlas porque los lugares están todavía en tensión”.
Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa, joven asesinada en Capilla del Monte. Foto: Lina Etchesuri
Transversal
Las integrantes de Nietes posan con su bandera que lleva la insignia con la que comienza esta nota. Ana cuenta que escribió esa frase para recuperar “las luchas que hacen a las libertades que tenemos hoy y la memoria de los derechos que tenemos: esa es la conciencia que hoy reivindicamos”.
¿Cómo se conectan el movimiento feminista y el de derechos humanos?
Lucía: No lo hemos charlado con tal profundidad en el organismo, podemos darte nuestras perspectivas; yo considero que empezaron a tener puntos de conciliación a partir del 2017-2018, con todo el movimiento que generamos las feministas jóvenes junto con las feministas históricas, contra la violencia hacia las mujeres que después se pudo darle muchísima fuerza a lo que fue la legalización del aborto. Solemos tener mucho vínculo con sobrevivientes, construcción política fraternal y compañerismo; hablando con una compañera de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de Tucumán, nos contaba cómo le influyó el movimiento desde el 2017 en adelante, para tener el valor de poner en palabras la violencia sexual como parte de las torturas. A partir del 2017 se pudo retomar de otra manera porque también había más herramientas para problematizar un montón de cosas y para que también las nuevas generaciones acompañen procesos de históricas luchadoras.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
¿Por qué les parece que esas dos banderas, la de feminismos y derechos humanos, son las más atacadas hoy?
Ana: Creo que son los dos movimientos que han tenido la masividad, que han logrado interpelar al conjunto de la sociedad; tanto el movimiento de derechos humanos como el movimiento feminista ha logrado ser transversal a todas las tendencias. Y esa fuerza constituye una amenaza muy fuerte y ellos lo saben. Yo creo que los esfuerzos en desarmar todo esto es por la potencia que tiene en términos de transformación social, económica, subjetiva; por la fuerza y la potencia que tiene de interpelar al conjunto de sociedad, que se involucren personas que por ahí en la política no se meten tanto y en temas como derechos humanos y feminismos, sí. Eso es una fuerza muy grande.
Después de marchar, les Nietes tocan en el piano de nuestra trinchera “Los dinosaurios” de Charly García. Y cuando terminan, aplauden y brindan por lo que están haciendo juntes. Historia, futuro, y presente.
Fotos: Lina Etchesuri
Actualidad
“Un genocidio por goteo”: el informe en Plaza de Mayo de Familias Sobrevivientes de Femicidios
El colectivo Familias Sobrevivientes de Femicidios, que nuclea a familiares de todo el país, se reunió hoy en Plaza de Mayo para presentar un informe elaborado junto al Observatorio Lucía Pérez sobre los crímenes de los últimos años. El estudio (que publicamos aquí) abarca distintas administraciones del Estado (Macri, Fernández y ahora Milei) y permite ver lo que las familias describieron como “un genocidio por goteo, que avanza a un ritmo constante que aumentó desde la pandemia, y desde entonces no para de incrementarse”.
El trabajo del Observatorio Lucía Pérez, entregado también en Presidencia con un pedido de audiencia, muestra que el año pasado hubo 343 femicidios contra 281 de 2016. En lo que va de 2024 hubo 65 crímenes de este tipo: un aumento promedio del 12% con respecto a 2023.
Agregan las Familias: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.
Guillermo, el padre de Lucía Pérez y Susana, la madre de Cecilia Basaldúa, firmando en Plaza de Mayo el informe entregado en Presidencia. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)
Estuvieron presentes Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; quienes junto a Mariela, mamá de Iara Nardelli, llegaron desde Mar del Plata; Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa; y Alfredo y Roxana, papá y mamá de Carla Soggiu; en representación de muchas otras familias de todo el país a las que se les complica cada vez más llegar hasta Buenos Aires por el actual contexto económico y social.
Mariela, la madre de Iara Nardelli, leyendo en Plaza de Mayo un tramo del informe. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca).
El informe se leyó en Plaza de Mayo, en el encuentro que las familias organizan mensualmente el primer lunes de cada mes, y luego se entregó en Casa Rosada dirigido al presidente Javier Milei. El funcionario encargado de recibirlo indicó que iba a ser leído primero por Karina Milei, hermana del mandatario y actual Secretaria General de la Presidencia, para determinar cómo seguir. Junto al informe, las familias volvieron a solicitar una audiencia con funcionarios y funcionarias del actual gobierno. Por ahora lo único que recibieron es “estén atentos al teléfono por si los llaman”.
A días del 8M, el mensaje transmitido desde la Plaza al gobierno fue contundente: “Tienen que hablar menos y hacer más, acá tienen una oportunidad”, dijo al micrófono Daniel, papá de Cecilia Basaldúa, asesinada en Córdoba en el 2020 cuyo crimen aún se encuentra impune.
Madres y padres en la Plaza de Mayo, reclamando justicia. Como siempre. En este caso esperando respuestas de la Casa Rosada. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)
“En este grupo hay familias con procesos judiciales a medias, otros ni siquiera empezaron, son procesos muy largos, el Estado tiene que ayudar”, reforzó Guillermo, papá de Lucía Pérez, asesinada en Mar del Plata en 2016. Marta, mamá de Lucía, agradeció el acompañamiento: “Esperamos que nos escuchen, que esto se termine para nosotros porque es agotador. Juntos podemos lograr lo que estamos buscando: justicia por nuestras hijas y una vida digna como personas”.
Alfredo, Marta y Daniel entregando el informe en la Rosada dirigido al Presidente. Les dijeron que primero lo verá Karina Milei. (Fotos: Lina Etchesuri para lavaca)
El video de la lectura del informe en Plaza de Mayo: https://www.instagram.com/p/C4F8Yk8OZSM/
El informe completo presentado por las Familias Sobrevivientes de Femicidios
No son cifras: son vidas. Incluyen las de nuestras hijas. Por eso mismo pedimos que con respeto y sensibilidad social analicemos lo que estos datos representan. Los ha elaborado especialmente para compartir hoy el Observatorio Lucía Pérez. Se concentra en la última década. Diez años que involucran tres administraciones diferentes del Estado y que marcan un ritmo que nos preocupa, ocupa y que queremos parar. Necesitamos juntar más fuerza para lograr lo que queremos: políticas públicas de prevención, contención y reparación. Solo así vamos a detener la máquina femicida que se alimenta de la desigualdad, la cultura del odio y la explotación de los cuerpos, por nombrar solo tres de los factores que, con preocupación, notamos que se están propagando desde las más altas instancias del poder.
Pero también queremos resaltar que no podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar sin nombrarlo ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social.
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Hemos pedido reuniones con diferentes funcionarias y funcionarios de la nueva administración del Estado, todavía sin respuesta. También con representantes parlamentarios. A todos le entregaremos este informe y transmitiremos la exigencia de acciones concretas, ya. Esto es urgente y necesario, realmente.
Con la esperanza de ser escuchadas y la convicción de no detenernos hasta lograr justicia para todas las familias y una vida sin violencia para toda la Argentina compartimos este informe.
Muchas gracias por escucharnos
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Familias Víctimas y Sobrevivientes de Femicidios y Desapariciones
Marzo de 2024
Los datos
- Si observamos la última década notamos un genocidio por goteo, que avanza a un ritmo constante que aumentó desde la pandemia, y desde entonces no para de incrementarse:
AÑO | CANTIDAD DE FEMICIDIOS | % AUMENTO/DISMINUCIÓN |
2016 | 281 | |
2017 | 284 | +2 |
2018 | 229 | -2 |
2019 | 253 | +10 |
2020 | 315 | +20 |
2021 | 327 | +4 |
2022 | 336 | +3 |
2023 | 343 | +3 |
2024 hasta el 2 de marzo | 65 | +12 |
- Si clasificamos estos datos por meses del año en los que se produjeron estos femicidios y travesticidios notamos la misma tendencia: el ritmo es constante, con leves variantes que señalan a los meses de diciembre, enero y febrero como alertas a donde habría que dirigir todos los esfuerzos de prevención y contención:
MES | PORCENTAJE DE FEMICIDIOS ANUALES |
ENERO | 10.5% |
FEBRERO | 10.4% |
DICIEMBRE | 10.2% |
OCTUBRE | 8.8% |
MARZO | 8.6% |
ABRIL | 8.4% |
NOVIEMBRE | 7.7% |
JULIO | 7.7% |
AGOSTO | 7.5% |
MAYO | 7% |
SEPTIEMBRE | 6.8% |
JUNIO | 6.5% |
- Uno de los principales reclamos de nuestras familias es para que el Estado cumpla con su deber de proteger a las infancias huérfanas por la violencia femicida. Lo dijimos hace cuatro años y lo repetimos ahora: la ley Brisa está mal reglamentada. La asistencia llega tarde y el trámite lleva años. En el peor momento, el de más sufrimiento, estas infancias no tienen nada. Y esa nada es un derecho incumplido por el Estado. Acá las cifras de quienes están sufriendo esta injusticia:
AÑO | INFANCIAS HUERFÁNAS POR FEMICIDIOS |
2020 | 216 |
2021 | 374 |
2022 | 391 |
2023 | 414 |
2024 hasta el 2 de marzo | 43 |
- Si analizamos las localidades que sufrieron estos femicidios y travesticidios encontramos que hay territorios que concentran estos crímenes. Comprender las tramas que los impulsan y concentrar en esas zonas programas piloto de shock de prevención, contención y reparación –involucrando a todas las fuerzas sociales locales- permitirían comprobar la efectividad de las políticas en acciones concretas, para corregirlas, mejorarlas y expandirlas. Algunos ejemplos:
CABA | COMUNA 1 |
PROVINCIA DE BUENOS AIRES | LA PLATA, LA MATANZA, GENERAL PEUYRREDÓN |
CÓRDOBA | Capital, Punilla, Colón |
MENDOZA | Guaymallén, Capital |
SALTA | Gral José de San Martín, Orán |
TUCUMÁN | Capital, Cruz alta |
SANTIAGO DEL ESTERO | Capital, Banda |
CHACO | Resistencia, San Fernando, Comandante Fernández |
SANTA FE | Rosario |
Fotos: Lina Etchesuri para lavaca
Actualidad
62 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez
El Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 62 femicidios y travesticidios en todo el país en los primeros 60 días de 2024. Durante febrero, fueron 29 femicidios: uno por día.
Como resultado de los 62 femicidios y travesticidios se registraron además 43 huérfanxs por femicidios. Y 54 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que exigen justicia ante los crímenes que no cesan. Hay, además, 10 desaparecidas en lo que va de 2024.
Además, en lo que va del 2024 se registraron 34 tentativas de femicidios.
Y llevamos 1.113 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?
No son cifras, y por eso en nuestros padrones se visualizan sus nombres, edades, dónde vivían y cómo sucedió el femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar la violencia.
El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans.
Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.
Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org
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