Nota
“A las mujeres nos han reducido a una cuota biológica y vaciado como sujeto político”
La feminista y activista boliviana María Galindo está en Madrid para presentar su último libro No hay libertad política si no hay libertad sexual. Compartimos el reportaje que le realizó el medio independiente El Salto, en el que la fundadora de Mujeres Creando habla de la “tecnocracia del género”, la “domesticación de la mariconada y los feminismos” y traza una radiografía de la homofobia y el racismo que habitan en el centro del sistema democrático representativo: «Este sistema se sustenta sobre una representación válida solo para el hombre blanco. Si perteneces a la diversidad, se te reduce a una identidad cosificada donde no media proyecto político. Los partidos para reciclarse toman personajes de los movimientos sociales, maricas, discapacitados, mujeres… siempre que se adhieran al patrón heteropatriarcal blanco y masculino. Es una representación aparente en la que no se cuestiona la estructura de privilegios de la sociedad».
Anarcofeminista, escritora, psicóloga y, sobre todo, firme defensora de la autogestión y la acción directa. Así es María Galindo, la activista boliviana que, como ella misma cuenta, fue la primera mujer en declarase públicamente lesbiana en su país. Enemiga de la “tecnocracia del género” y de la “domesticación de la mariconada y los feminismos”, la historia como activista de Galindo suma décadas. Fue una de las fundadoras del colectivo Mujeres Creando y la grafitera de mini cápsulas políticas como “No saldrá Eva de la costilla de Evo”, “Para ella la culpa, para él la disculpa”, o “No se puede descolonizar sin despatriarcalizar”. Sus años en la emisora comunitaria Radio Deseo han hecho que a menudo lleve con ella su grabadora. Galindo es los ojos del oyente y el castigo de machistas, racistas y homófobos. Es el escrache en directo, que no duda en señalar hasta al vicepresidente de Bolivia por el impago de la pensión alimenticia y las “evadas” del presidente Evo Morales.
Para su último libro, No hay libertad política si no hay libertad sexual —que presenta este sábado en Madrid, en el espacio Vaciador de Oporto—, Galindo ha tenido que subir con frecuencia las escaleras del Parlamento boliviano, incomodando tanto a la derecha como a la izquierda parlamentaria. El resultado: una radiografía del machismo, la homofobia y el racismo que habitan en el centro del sistema democrático representativo.
El 28-J es una fecha doblemente simbólica: se celebra el “orgullo marica”, como tú lo llamas, y es el segundo aniversario del inicio de vuestro proyecto No hay libertad política si no hay libertad sexual, cuéntanos, ¿qué pasó ese 28-J?
Mujeres Creando nunca asistimos a la típica marcha del 28-J en Bolivia porque pide permiso al gobierno y está básicamente controlada por las ONG. Es una marcha privatizada por grupos que se autopresentan como la representación GLTB y tienen poca postura política frente al régimen neoliberal o al extractivismo. Es una marcha muy simple, de derechos para nosotros y punto. Pero no es un fenómeno particular de Bolivia. Es algo que ha pasado con el vaciamiento político de lo marica a escala mundial desde que la reivindicación del llamado matrimonio igualitario ha escondido voces que no están por ese matrimonio. Eso es salir del clóset de la exclusión para entrar al clóset de la clase media pequeña burguesa. Ese clóset me parece tan carcelario como el otro. Nosotras, para el orgullo marica, hacemos acciones subversivas, guerrilleras, sediciosas y no violentas. Hace dos años hicimos una escultura erótico-política-lésbica en vivo: nos colocamos una compañera y yo en ropa interior sobre una mesa de comedor con mantel. En ese momento, salió un parlamentario del Movimiento Al Socialismo (MAS) a decir que éramos asquerosas y que había que expulsarnos del país porque contaminábamos la bondad de la mujer boliviana. Fue un acto muy previsible de homofobia.
Y convertisteis ese ataque homófobo en una oportunidad para radiografiar la homofobia y el machismo en el Parlamento boliviano. ¿Cómo fue ese proceso?
Ahí, nosotras decidimos tomarle la palabra al Estado. No fue un acto de ingenuidad. Dijimos: “Si el Estado dice que es incorrecto el racismo, el machismo o la homofobia, vamos a hacer la denuncia”. Cuando fuimos a presentarla, no quisieron recibirla para no verse obligados a respondernos. Hicimos bastante escándalo y presión y recibí una llamada del vicepresidente del Estado totalmente inesperada.
¿Qué te dijo?
“Hola, habla el vicepresidente Álvaro García Linera. Quiero que subas a mi oficina y que resolvamos”. García Linera es un personaje de la izquierda latinoamericana bastante importante y es conocido como un hombre inteligente. Me dijo: “Mire compañera, entiendo que se sientan muy ofendidas. Han sufrido un acto de homofobia, pero lo que dijo el vocero era justo y él tenía razón. Le voy a explicar el porqué: ese señor expresa la mentalidad de la sociedad. Él no puede pensar de manera contraria a la sociedad a la que pertenece. Así que ya me dirás, ¿qué podemos hacer para remediar una cosa así?”. Ahí le dije: “Quiero hacer una investigación sobre homofobia, machismo, prostitución, construcción de masculinidad y feminidad con todo el Parlamento boliviano. Quiero que me des una oficina para entrevistar a los parlamentarios”. El estudio duró dos años y entrevisté a 49 miembros del Parlamento, a todos los que accedieron.
¿Cuáles son las conclusiones de la investigación?
Una de ellas es cómo está construida la representación política. Un Parlamento donde hay diversidad, con un 54% de mujeres y muchos sectores sociales e indígenas, resulta que no es participativo. De ese 54% de mujeres, el 80% condenan el aborto. Entonces, ¿una mujer por el hecho de ser mujer me representa? No. En cuanto a la representación masculina, ningún hombre acepta que otro lo represente por el mero hecho de ser biológicamente un hombre; lo hace por ideología. Pero a las mujeres nos han reducido a un cuota biológica. Eso es vaciar de contenido a las mujeres como sujeto político. Sucede igual con los indígenas que en el parlamento, a la hora de hablar de sexualidad o aborto, repiten el discurso del cura del pueblo alegando que es su cosmovisión indígena. Por eso, hay que repensar los mecanismos de representación política.
Si los representantes no representan la diversidad de la sociedad, ¿cómo se sustenta el sistema político de representatividad?
Este sistema se sustenta sobre una representación válida solo para el hombre blanco. Si perteneces a la diversidad, se te reduce a una identidad cosificada donde no media proyecto político. Los partidos para reciclarse cogen personajes de los movimientos sociales, maricas, discapacitados, mujeres… siempre que se adhieran al patrón heteropatriarcal blanco y masculino. Es una representación aparente en la que no se cuestiona la estructura de privilegios de la sociedad. Por eso planteo que hoy los partidos políticos tienen que morir. Esta forma de representación hoy no sirve. El voto no implica el derecho a controlar lo que esa persona va a hacer o a que delibere contigo sus decisiones. Además, la democracia liberal tiene cajas negras. En Bolivia, el parlamento ha aprobado la Ley de Identidad de Género porque era muy retórica y poco garantista, pero en el mismo contexto ha penalizado el aborto. ¿Cómo puede el Parlamento aprobar una ley relacionada con la soberanía sobre el cuerpo y al mismo tiempo penalizar el aborto? No hay congruencia política. Para penalizar el aborto concilió con la Iglesia católica y la Ley de Identidad de Género la uso como corrección política frente a los organismos internacionales. Nosotras no queremos una política de urnas donde demos un cheque en blanco y luego nos convirtamos en clientes baratos y menospreciados del sistema político.
Esa ley provocó fuertes movilizaciones de grupos que están en contra de lo que ellos llaman “la ideología de género”. ¿Quiénes están detrás de esos movimientos?
En América Latina identificamos esta guerra de baja intensidad imperialista hace muchos años. No son movimientos, son sectas cristianas fundamentalistas que han obtenido medios de comunicación y una amplia financiación de sectores híper conservadores. Tienen además un gran despliegue social en sectores populares, campesinos e indígenas a través de políticas paternalistas y de caridad. Lo más grave es que partidos como MAS se han aliado con esos sectores porque son los que determinan el voto de manera disciplinaria, pese a que no tienen una bancada formal. Nosotras cuestionamos el estatus de estas sectas que tienen carta blanca para actuar y sus alianzas políticas. La representación política está adulterada, cosificada y es aparente. Es meramente enunciativa y eso no es democrático.
¿Por qué No hay libertad política si no hay libertad sexual?
Estamos en democracia sin cuerpos. El cuerpo está expulsado de los temas políticos. Los propios parlamentarios me decían que el tema del cuerpo no lo habían tocado jamás, no se considera importante. Por tanto, cuando se debate el aborto, no hay bases de discusión políticas establecidas y quienes sí las hemos construidos somos expulsadas del derecho a la deliberación.
Antes hablabas de la “domesticación del orgullo”. ¿Afecta también a los feminismos?
Hoy hay una emergencia de voces y movimientos feministas, y eso me gusta. Pero desde hace tiempo, sobre todo desde los años de las políticas de ajuste estructural neoliberales, hay una política de género que nosotras llamamos tecnocracia de género. Consiste en coger el género, despolitizarlo de cualquier utopía y estandarizarlo en términos de demandas que empiezan y terminan en reformas jurídicas y legales para introducir la categoría de género como equivalente a mujer y en términos supuestamente de igualdad de derechos. Esa tecnocracia la manejan el FMI, el BM, los organismos internacionales y los Estados. Pero a las mujeres de la calle esas políticas no les han servido para mucho. Son esas mismas políticas las que han supuesto la representación biológica, que no ideológica, de las mujeres con la estandarización de las leyes de cuotas.
Ahí, ha habido una domesticación muy fuerte de amplios sectores del feminismo que ha reducido la lucha feminista a una cuestión de derechos escritos en leyes, que son retóricas. Y no. El imaginario feminista apuesta por propuestas políticas para la transformación de la sociedad. No es un ideario de derechos para las mujeres dentro de un sistema neoliberal patriarcal. La subvención más importante del capitalismo es la crianza gratuita de las mujeres de los niños y niñas, el trabajo doméstico convertido en amor y servidumbre y la desvalorización de los costos del trabajo de cuidados de las mujeres, sobre todo de las mujeres del Sur del mundo para las mujeres del Norte. Estamos subvencionando las estructuras del poder que nos empobrecen. Ahí no hay igualdad. El problema no es una ley, el problema son las estructuras.
Para combatir la violencia machista, desde Mujeres Creando optáis por lo que llamáis “políticas concretas despatriarcalizadoras”. ¿Cuáles son?
Nosotras planteamos la necesidad de un feminismo capaz de traducirse en políticas concretas para todas las mujeres, sean o no feministas. Por eso creamos nuestro propio servicio contra la violencia machista con una metodología distinta: la palabra de una mujer se toma como documento principal y, además, sabe lo que quiere. Por eso, hacemos dos preguntas que nos tomamos muy en serio: ¿qué le ha pasado? y ¿qué quiere usted, compañera? No todas quieren lo mismo y lo que cada una quiere es fundamental. Nosotras no delegamos en el aparato policíaco-judicial. Tenemos un programa en Radio Deseo en el que elaboramos una lista con los datos personales de los padres que no pagan la pensión, por ejemplo. Si la mujer nos pide este servicio, nosotras verificamos los datos y los incluimos en la lista que se emite cinco veces al día por la radio. Sale con mi voz para que el responsable no pueda hacer un proceso de difamación a la víctima, si no que tenga que hacérmelo a mí. Ya hemos tenido un proceso de difamación y ahora este servicio es ilegal.
¿Puedes poner algún ejemplo?
Un día llegó una mujer indígena con el nombre del ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural que también ha sido senador, presidente de la cámara de senadores y una de las figuras más importantes de Evo Morales. Debía dos años de asistencia familiar. Sacamos este escándalo en la radio y, por supuesto, recibimos intimidaciones. Pero lo teníamos claro: el ministro tiene que pagar. Y lo hizo en diez días. ¿Por qué esa mujer no encontró justicia sola en los estratos judiciales? Porque era el ministro, y la jueza demoraba las audiencias aceptando sus excusas. El escrache fue efectivo. Si logras eso con un ministro es un efecto dominó con los que están más abajo. Por eso practicamos la acción directa no violenta, pero nunca hacemos nada que no quiera la mujer. Eso es sagrado.
Habrás oído hablar del caso de La Manada, que ya tiene imitadores que se autodenominan La Nueva Manada, y de cómo han aumentado las violaciones grupales. ¿Como pueden enfrentar estas violencias los movimientos feministas desde posiciones no punitivistas?
La impunidad reproduce impunidad. Estos son hechos muy muy graves. Creo que los feminismos se equivocan si piensan que con la reforma de la ley es suficiente. No es una cuestión de reforma legal. Los feminismos no tienen que delegar la gestión de la violencia al Estado y a la Policía, deben estar a cargo de esa gestión. No creo en las cárceles, tienden a ser la reproducción de la estructura de poder de la sociedad: los más pobres están hacinados, los ricos no. Pero creo que tenemos que generar formas paralelas. Nosotras hemos logrado legitimar escenarios de negociación paralelos y que no son contrarios a la ley. En nuestras audiencias, que a veces son transmitidas por radio con el consentimiento de las personas implicadas, las partes hablan sin límites y se proponen soluciones para llegar a un acuerdo. En la Constitución boliviana está garantizada la justicia plural y reconoce muchos sistemas de justicia. Es importante generar sistemas de justicia paralelos.
Además, hay que legitimar la acción directa. El año pasado nosotras tomamos el set del canal oficial de televisión [Bolivia TV] porque el director estaba denunciado por acoso sexual a una periodista. No salimos hasta que la ministra de Comunicaciones pidió la dimisión del director. No fue fácil, pero la acción directa no violenta funciona.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
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