CABA
#AbortoLegal: Crónica en vivo desde adentro del Senado (actualizada)
Por Pablo Marchetti desde el Senado Nacional.
El frío de la historia
Habla al país la senadora Silvina García Larraburu. Esa cuyo nombre conocimos en los últimos días. Esa que había dicho que votaba con el resto de les 9 integrantes del bloque del Frente Para la Victoria. Esa que había comprometido su voto a favor. Esa que después se fue de viaje. Esa que volvió a la vida pública como “pro vida”.
García Larraburu arrancó victimizándose. Le dedicó su
discurso a quienes, dijo, viralizaron su número de teléfono. A quienes llenaron de amenazan su whatsapp. Y siguió con justificaciones que ya no le importan a nadie.
En el Salón de las Provincias todo el mundo está en otra. El
clima entre partidaries del aborto legal es de resignación y angustia. ¿Qué hacer?, es la pregunta leninista roja adaptada al feminismo verde. Se habla de pañuelazos, de cacerolazos, de llamados a un referéndum.
Nunca nadie soñó con que alguna vez se podía llegar a este
momento. Pero si sos El Porvenir y llegás a jugar la final del Mundial de Clubes contra el Real Madrid, la querés ganar aunque nunca hayas soñado siquiera estar ahí.
Aquí los celeste antiderecho son pocos. Y no festejan. Hay
una mezcla extraña en ese no festejo. Por un lado, no se festeja
cuando uno retiene un poder que considera que, por derecho, es propio. Por otro, el triunfo feminista consistió en volver vergonzante el voto
celeste.
Está claro que hay fanáticos fetistas, el ala dura del
albinismo, que celebrará con lanzamiento de fetos lo que considerarán un triunfo histórico. Pero quienes ven políticamente las cosas con un poco más de visión de futuro entienden que no es mucho lo que hay para festejar.
A los celeste antiderecho no los une el amor sino el espanto. No están aglutinados por un proyecto sino por la oposición, por el
rechazo a una ley. Puestos a construir, existirían fisuras entre
quienes quieren quemar a las pibas que abortan en plazas públicas y quienes piensan que no debe penalizarse ni a la mujer ni al médico o a la médica que practica un aborto.
La discusión que se abrió en la sociedad es un llamado de
atención a construir consensos sobre un tema que existe y es grave. Pero les partidaries del aborto legal no lograron capitalizar estas contradicciones. Les antiderecho cerraron filas y se mostraron como un bloque sólido con una identidad clara (el ser “pro vida”) cuando era gente que pensaba distinto sobre un mismo tema.
El resultado está cantado: 38 a favor, 31 en contra, dos
abstenciones, una ausencia. El senador por Santa Fe Omar Perotti, que se abstiene, insiste en que presentará su proyecto alternativo, al que define como la implementación en todo el país del protocolo de Rosario. Algo es algo.
En este momento cualquier cambio cotiza en alza. Así de
difícil está todo. Afuera llueve y bajó violentamente la temperatura. Hace frío y cada vez se hace más difícil estar en la calle. A nadie le importa.
Lo bueno de esta noche de hastío y de frío es que en la
calle, la gente aguanta porque lo tiene claro. Es una noche difícil
para hacer historia. Pero no hay más remedio que hacer historia.
La historia se construye en noches difíciles. De frío y de
lluvia. Y en la calle.
Y en eso llegó Norita (19:00)
Murmullo permanente, el discurso de senadores que sale desde una pantalla, periodistas que se cruzan datos, gente que pide un
tomacorriente o un cargador de celular, voces que se entrecruzan.
Cada tanto, algún senador o senadora que se para frente a las cámaras, frente a los camarógrafos de varios canales (una fila de diez, con trípode), con el panel con el logo del Senado (acá no hay esponsors) y una bandera argentina, y habla, rodeado de periodistas con micrófonos y celulares.
Mientras tanto, el tedio: los camarógrafos que mandan
mensajes por whatsapp, algún periodista que escribe, mucha gente que rosquea lo que venga. No hay mucho más para contar sobre la bóveda de mármol. Las banderas de las provincias, los bustos de algunos próceres; lo dicho, la bóveda. Y de repente, como un milagro, la vida.
Norita Cortiñas se acerca frente a las cámaras. Fue invitada
por el senador Fernando Pino Solanas y ella vino a dar su testimonio, a decir presente. Como siempre. Norita de pañuelo blanco en la cabeza y pañuelo verde en el cuello. Toda una síntesis de las luchas de las mujeres con pañuelos en la Argentina.
Norita habla de su compromiso con la causa, sobre los
distintos pañuelos, habla de las pibas, habla del futuro. Y habla
también de la Iglesia: “La Iglesia no tiene autoridad para hablar de aborto porque fue responsable de la dictadura. No cómplice:
responsable de la dictadura cívico-religiosa-militar”.
Es conmovedor verla y ver lo que genera. Ella, diminuta y
gigante, sentada en una silla de ruedas. Y a diferencia de la rutina
periodística sobre los senadores, esta vez se arma el revuelo de las pibas para escucharla.
Están las cámaras, pero hay un montón de chicas que se
acercan con sus celulares a filmarla, a grabarla, a escucharla, a
preguntarle. “Bajen los celulares”, gritan los camarógrafos. “Dejen
trabajar”, se enojan, como si el trabajo consistiera sólo en tener una cámara de un canal.
Antes de llegar, cuando venía por el pasillo, Norita se cruzó
con Gabriel Michetti. Encuentro de mujeres en silla de ruedas. “Te
quiero felicitar, me gustaría charlar con vos”, le dijo la
vicepresidenta. “Bueno, pero entonces hacé que salga la ley para que dejen de morir las mujeres”, le contestó Norita.
Michetti se puso incómoda. “Yo te admiro, más allá de las
diferencias que podamos tener”, dijo. “Aprobá la ley”, insistió
Norita. “No puedo, yo no voto”, dijo la vicepresidenta, una reconocida militante celeste antiderecho, un baluarte del albinismo. “Si vos querés, la ley sale”, insistió Norita.
Se fueron. La idea de Pino era que Norita estuviera en un
palco, para que les senadores la vieran mientras debatían. Norita
aceptó encantada. Pero no pudo ir.
¿A quién no saben quién se negó a que Norita Cortiñas pasara a un palco del recinto de la Cámara de Senadores? La presidenta de la cámara. ¿Saben quién es? Sí, acertaron: Gabriela Michetti. Eso sí, la admiración por Norita sigue intacta.
La Iglesia que ilumina (17:30)
El senador por Neuquén Guillermo Pereyra invoca a monseñor Jaime de Nevares, “don Jaime”, como lo llama, como lo llama la inmensa mayoría de los neuquinos. Y recuerda al obispo de Neuquén como una excepción: la de una Iglesia “comprometida con los derechos humanos, con la lucha de las Madres de Plaza de Mayo”.
Pereyna no cita ni La Biblia ni la Constitución Nacional, sino el Nunca Más: “Allí se cuenta cómo a las secuestradas por la dictadura se las violaba y algunas se las hacía abortar. Sacerdotes como Monseñor Plaza participaban de las sesiones de tortura. La Iglesia debería preocuparse por eso más que por el aborto”.
No creo en Dios. Pero si existe, allí donde esté, seguramente debe estar dándole la razón al senador.
La vida y la muerte (17:00)
Es un milagro que estemos vivos. El Salón de las Provincias del Senado de la Nación tiene todas las paredes de mármol, columnas de mármol y parece una gran bóveda. Para mí, eh. Hay gente que opina otra cosa. Claudia Acuña dice que parece un geriátrico.
¿Bóveda o geriátrico? Insisto: bóveda. Dudo que estemos vivos. La única forma se saberlo es ver qué pasa afuera. Salgo a la calle.
Afuera hay gente bailando, cantando. Afuera hay color, chicas maquilladas, llenas de purpurina. El verde es el gran protagonista, pero hay también violeta y muchos, muchísimos colores que rompen con la tarde gris digna de un tango.
Las chicas bailan bajo la garúa. Las chicas bailan indiferentes a la bóveda del Senado. Las chicas bailan, gritan, agitan. Ahora llueve más fuerte y las chicas bailan más, agitan más.
Cuando hablo de las chicas hablo de las verdes. Pero debo confesar que hasta en el entusiasmo celeste antiderecho hay más vida que adentro de la bóveda-geriátrico-Senado. Y no por las dos vidas que dicen cuidar: por el entusiasmo, por la música, por la pasión.
Tengo que volver al deber. Tengo que entrar otra vez en el Senado. Camino cabizbajo como quien entra un lunes de mañana en la fábrica o en la oficina patronal y ocurre el milagro. Por la calle vacía por los vallados que impiden el acceso, en silla de ruedas, chiquita y gigante, va Norita Cortiñas.
La veo, me veo, nos damos un beso, sonrío. La vida, sin dudas, está en la calle.
No pude estudiar, señorita (16:00)
El voto calificado es un argumento que históricamente esgrimieron las clases acomodadas para evitar que voten los sectores más pobres. Se dice que no deberían poder votar quienes no tienen un determinado nivel mínimo de educación, de información.
Obviamente, el sufragio universal implica el riesgo de que
voten personas que no tienen idea de qué es lo que se vota, quiénes son las candidates ni qué proponen. Queda para otro momento el debate de si la mayoría de les candidates propone algo o no. Pero es cierto que el sufragio universal puede banalizar el voto.
Sí, el riesgo es el disparate. Pero, ¿alguien puede asegurar
que con información y educación la democracia va a estar exenta de disparate? Definitivamente, es mejor correr el riesgo. Es más justo, más inclusivo. Más democrático.
El voto calificado debería ser analizado como una
posibilidad. No en el sufragio, pero sí a la hora de legislar. Que una persona vote a presidente sin tener idea qué es lo que se vota es un riesgo que la democracia debería asumir. Pero, ¿la democracia puede ermitirse el lujo de que un legislador vote un proyecto de ley sin haberlo leído?
La senadora por San Juan Cristina del Carmen López Valverde votó en contra del aborto legal. Y justificó su voto con un discurso en el recinto en el que contó que no había leído el proyecto.
Hablemos del proyecto de ley más debatido en la Argentina
durante todo 2018. Entre los tratamientos en Diputados y en Senadores pasaron unos 500 especialistas (juristas, científicos, filósofos, economistas, médicos, artistas, militantes sociales, funcionarios, etc.), mitad a favor y mitad en contra.
Se escucharon argumentos de todo tipo, les senadores tuvieron la oportunidad de interrogar a les especialistes, se escucharon todo tipo de datos y conceptos.
Aducir, como hacen algunes, la falta de “un debate en
profundidad” es una falta de respeto a toda la gente que fue a
exponer, a favor o en contra. Pero decir: “No lo leí” es directamente vergonzante. Una falta que en cualquier otro trabajo sería causal de despido.
Por suerte, esto es el Senado de la Nación.
El futuro llegó (14:30)
La senadora por Santa Fe María de los Ángeles Sacnun fue una de las más activas en las audiencias previas. Sacnún preguntó, debatió y defendió su postura firme a favor de la legalización del aborto. “Fue un debate rico, que nos permitió saber qué opinamos todos, a pesar de algunas barbaridades irresponsables, como la del doctor Abel Albino, que pone en duda el programa de repartir preservativos”, afirma.
“Vamos a seguir discutiendo y tratando de llegar a un
consenso”, dice Sacnún, diplomática. Pero aclara: “No podemos perder de vista el reclamo de la gente que está afuera, que se movilizó durante todos estos meses para exigir un derecho de las mujeres”.
Sacnún prefiere mostrarse optimista a pesar de que los
números indican que el proyecto no se aprobaría. Esto es política,
esto es el Senado, este es un territorio donde todo puede pasar. Pero está muy difícil.
El dilema ahora es hasta dónde se negocia con los
dinosaurios. ¿Es posible aún mantener una esperanza en el dictamen que no fue? O sea, habilitar la objeción de conciencia institucional y bajar de la semana 14 a la 12. Dicho así, las cosas no cambiarían mucho. Por eso mismo, es improbable que los antiderecho, que se ven victoriosos, acepten la propuesta.
Lo otro es la despenalización, sin legalizar. ¿Tiene sentido?
¿Conviene llevarse una migaja? ¿Cuál puede ser el impacto en la calle de que no salga la ley, pero que haya acuerdo? ¿No es mejor asumir la derrota, que quede claro quiénes son los responsables de las muertes (como la de Liliana Herrera, la joven de 22 años, de Santiago del Estero) y que paguen el costo político?
Porque si la ley no sale se terminan las estadísticas y
empiezan los nombres y los apellidos. De las víctimas y de los
responsables de esas víctimas. Es entonces cuando el futuro se
transforma en una pregunta sombría: ¿Quién resistirá cuando el aborto ilegal vuelva a atacar?
Transplante de almas (14:00)
La senadora por Santiago del Estero Ada Iturrez de Cappellini habla de los bracitos, de las piernitas, de la columna vertebral, del corazón del “niño por nacer”, como define al feto. Pero va más allá. “También tiene un alma”, dice.
Cada vez estoy más convencido que el próximo debate que se va a dar en el Congreso Nacional es para dilucidar si la tierra es o no es plana.
El Superyó del gobernador (13:30)
Juan Manuel Urtubey se pronunció hace un par de meses a favor del aborto. La decisión del gobernador de Salta sorprendió a mucha gente: en su provincia se da educación religiosa en las escuelas públicas y Urtubey siempre había mostrado posiciones ultraconservadoras al respecto. Como cuando en 2015 salió a defender a Abel Albino, candidato de Mauricio Macri a Ministro de Salud de la Nación.
La posición de Urtubey tuvo más que ver con una lectura
política electoral que con algún cambio de convicción personal.
Urtubey quiere ser presidente. Y estar en contra del aborto puede
sumarle votos en su provincia, pero es absolutamente impresentable en los sectores medios de las grandes ciudades. Sobre todo de Buenos Aires. Y ni hablar de los medios.
Si bien Urtubey declaró públicamente que cambió de postura, está claro que no quiere perder de vista su terruño. Y qué mejor que su propio hermano para representarlo en el terreno que mejor maneja: el celeste antiderecho.
Rodolfo Urtubey es senador por la provincia de Salta. Y dio un discurso en el que dio la impresión de que hizo catarsis por todo lo que no puede decir públicamente su hermano. “Derechos humanos es que no haya más abortos”, dijo el senador. Para terminar con una bestialidad digna del más inspirado Abel Albino: “No todas las violaciones son contra la voluntad de la mujer”, dijo.
Hay que reconocer que las declaraciones del senador stuvieron cargadas de rock. Porque su definición de la violación
parece calcada de la que expresara hace no mucho Gustavo Cordera.
Verso a verso (13:00AM)
“Quiero ser imparcial”, dice lal presidenta del Senado y
vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, con una sonrisa
ganadora. Y le pasa la palabra a la senadora por Corrientes Ana
Claudia Almirón, que inmediatamente se pronuncia a favor de la ley. Pero enseguida llega el turno del poeta y senador Estaban Bullrich.
“El aborto es un fracaso social”, dice Bullrich, otro de los
ilustres militantes albinistas, saco azul, corbata celeste antiderecho sobre camisa blanca. “El objetivo es trabajar para que no haya abortos en la Argentina, no podemos elegir el camino de la resignación cuando legislamos”, agrega Bullrich, con el idealismo propio de los poetas.
Albino not dead (12:30AM)
La senadora por La Rioja Inés Brizuela tuvo una presencia muy fuerte en las audiencias preliminares. Participó activamente, preguntó a les especialistas que expusieron y debatió acaloradamente. Hay que reconocerle a Brizuela tener convicciones firmes y defenderlas con firmeza. Brizuela cree. Y milita a fondo por esas creencias.
Brizuela es una de las espadas más firmes del celeste
antiderecho. Sólo le falta tatuarse Abel Albino en un brazo. Es una
gladiadora del albinismo. Y por supuesto, se encarga de defender la vida del niño por nacer. Su discurso no decepciona. Sólo le falta
hablar de porcelana. Sus fans, las huestes albino-fetistas que rezan vestidos de celeste, deben estar conmovidos con sus palabras.
Adentro y afuera (12:00AM)
El senador por Entre Ríos Pedro Guastavino denuncia que recibió
amanazas por parte de la Iglesia católica por votar a favor del aborto legal. “Esa misma Iglesia que cuando torturaban a nuestras compañeras embarazadas, miraban para otro lado”, recuerda. Sus palabras son un oasis en medio del Senado.
El diputado por Catamarca Dalmacio Mera toma la palabra y nos recuerda que estamos en el Senado. “Le estamos diciendo a los médicos que hasta la semana 14 tienen que ser servidores públicos y después se transforman en asesinos”, afirma.
Mera lleva 25 minutos hablando. Se suponía que los diputados tenían 10. Esto se hace largo. Allá afuera, en la rosca
extraparlamentaria, las noticias son complicadas: María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, dijo que sentirá alivio si no se aprueba la ley.
“No importa el resultado, hoy ganará la democracia”, afirmó
el presidente Mauricio Macri en un posteo en Facebook. El presidente parece estar abriendo el paraguas frente a lo que podría ser una derrota. Una derrota que, de producirse, en su caso sería doble: la bronca verde en las calles y la derrota frente a la Iglesia.
La senadora pampeana Norma Durango habla en el recinto. “La discusión no es aborto sí o aborto no, la discusión es aborto legal o aborto clandestino”, dice. Afuera, las pibas pueblan las calles. Todavía no se vota. Todavía hay esperanza.
Las apariencias no engañan (11:00AM)
Araceli Ferreyra tiene chalina verde, pañuelo de la campaña, un collar que dice “aborto legal” y, sobre el pecho, tres pins. Destaca uno en especial, que dice “yo aborté”, blanco sobre verde. Lo muestra con orgullo para la foto. “Hoy vine bien barroca, me puse todo, hoy era el día”, dice.
Nathalia González Seligra tiene pullover verde y pañuelo al cuello. Romina del Pla tiene pañuelo al cuello y las uñas pintadas de verde. Hacía 26 años que no se pintaba las uñas, pero la ocasión lo ameritaba.
Victoria Donda también tiene las uñas de verde. No hace 26
años, sino 26 minutos que no se pintaba las uñas. Karina Banfi tiene el pañuelo verde en el cuello. Carla Carrizo, en la muñeca.
Bien temprano, antes de que empiece la sesión, Nancy Pazos estaba en el Salón de las Provincias del Senado para transimitir en vivo desde aquí para su programa de radio. Llevaba un vestido verde manifiesto. Lo mismo que Cinthia García, que también estaba transmitiendo, también de verde.
Acá en el Senado, quienes luchan por el aborto legal tienen los mismos colores que las pibas en la calle. Y esa es una buena
noticia. La marea verde ya llegó al corazón del Senado gris.
Ola Sorora (10:30AM)
Fue una ráfaga, un aluvión de diputadas. Victoria Donda, Araceli
Ferreyra, Lucila Delponti, Karina Banfi, Carla Carrizo, Natalia González Seligra y Romina del Pla, más Malena Galmarini querían entrar al Senado. Ellas fueron protagonistas centrales para lograr la media sanción de Diputados y el personal de seguridad no quería dejarlas pasar.
Se produjo un forcejeo, gritos, algún empujón y lograron una entrada triunfal, con toda la prensa y toda la gente presente
pendiente de las sororas. Nadie explicó por qué no querían dejar
entrar a las legisladoras. Ya está. Las diputadas ya están adentro
haciendo el aguante. El problema es que hoy quien vota es el Senado.
Oíd Mortales (10:00AM)
“Acá falta Télam”, dice el cartel que despliega la senadora por La
Pampa Norma Durango. “Tiene que salir la ley para que las mujeres podamos decidir”, dice la senadora, dos veces vicegobernadora de su provincia, verde intenso.
Durango se sorprende cuando le recuerdan que fue gracias a los votos de los diputados de La Pampa que se logró la media sanción. “Se ve que no conocen el protocolo sobre aborto, las políticas que implementamos desde la provincia hace 20 años”, explica.
La senadora entra. Parece estar todo bien. Pero no, es un
espejismo. Desde la pantalla de la sala de prensa se muestra que
Carlos Menem está entrando al recinto. Qué feo es cuando te la bajan, te la secan así. Por no hablar del balde de agua fría con el que amanecimos: el senador José Alperovich, ex gobernador de Tucumán, vota en contra.
Lo peor de todo es que Alperovich vota así porque quiere
volver a ser gobernador. O sea, ser antiderecho le da votos en su
provincia. O al menos eso es lo que cree. Que es lo mismo que cree el actual gobernador, Manzur, que declaró a Tucumán provincia pro vida. Que, traducido al castellano, significa antiderecho.
Están cantando el himno, acompañados por una violinista.
Siempre arrancan así las sesiones: con música en vivo para acompañar el coro de senadores. Arranca la sesión. Lo que sigue es historia.
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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