Nota
#Nieto130 con una búsqueda increíble y una pregunta: ¿vos sos Javi?
Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de Javier Matías Darroux Mijalchuk, el nieto 130. Tiene 41 años y es hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, desaparecidos en diciembre de 1977. Lo habían secuestrado junto a su mamá, quien además estaba embarazada de dos meses. Su tío realizó la primer denuncia en 1999, mientras Javier Matías se acercaba a la filial de Abuelas en Córdoba. En 2016 les comunicaron lo que habían esperado toda la vida. “Los invito a tomar coraje, a acercarse a Abuelas. La restitución de mi identidad es una caricia al alma”, alentó Javier Matías a quienes tengan dudas sobre su identidad. “Si tengo que sintetizarlo es el abrazo con mi tío después de 40 años”. El tío, el otro protagonista, resaltó que aún tienen dos familiares desaparecidos: “No es mi propósito desmerecer esta celebración pero hoy también es un día de duelo. No olvidemos las cosas que hacían los genocidas”.
Roberto Mijalchuk mantuvo toda su vida el mismo número de teléfono a la espera de ese llamado que le cambiara la vida. Dejó ese mismo contacto la primera vez que se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo, en 1999, cuando se decidió a denunciar la desaparición de su hermana, Elena Mijalchuk, de su cuñado, Juan Manuel Darroux, y de su sobrino, Javier Matías Darroux Mijalchuk, en diciembre de 1977. Sabía en carne viva que un desaparecido no es “una entidad”, alguien que “no está, ni vivo ni muerto”, como escuchó de boca del genocida Jorge Rafael Videla el día que se le revolvieron las entrañas, sino alguien que vuelve todos los días. “Hasta en las boletas que entraban debajo de la puerta de casa y que uno pensaba que podían venir de mi hermana, de cualquier parte del mundo, de donde esté”, dice.
Su búsqueda comenzó a los 19 años, pero el teléfono sonó finalmente en 2016. Atendió. Era la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que le comunicó lo que toda su vida había esperado.
Hoy Roberto tiene 60 años.
Está en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo, veinte años después de dejar su teléfono.
Y a su lado está su sobrino, Javier Matías, el mismo al que llamó y le preguntó, con total respeto:
-Hola, ¿vos sos Javi?
Lo que sigue es el abrazo 130 de una historia de memoria, lucha y amor.
Tomar coraje
-¿Es un hermoso día, verdad?
Estela de Carlotto sonríe de amor a una sala llena de abrazos. Afuera, paró de llover. “Y ya está saliendo el sol”, dice la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo en una sala repleta, mientras acaricia la mano de un hombre de pelo largo y barba. Lo mira. Le sostiene la mirada. La misma que Roberto, su tío, le sostiene ahora después de 41 años de búsqueda. Y Estela, sin dejarle la mano ni de sonreirle, anuncia:
-Es el nieto 130. Pero tiene nombre: es Javier Matías.
Javier Matías Darroux Mijalchuk es hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux, ambos detenidos y desaparecidos en diciembre de 1977. Nació el 5 de agosto de 1977, tiene 41 años y agradece, antes que a nadie, a su tío Roberto, sentado a su lado. “Nunca bajó los brazos ni perdió la esperanza de encontrarnos con vida. Mantuvo siempre su mismo número de teléfono a la espera del llamado que siempre esperó”. También agradece a su compañera, Vani, y a dos amigos que lo animaron a acercarse a Abuelas a dejar una muestra de ADN. “Siempre respondía que tenía la certeza de que mis padres podrían haber sido desaparecidos, pero que estaba bien en quién era”.
Pero en 2006 –dice- lo pensó mejor. “Entendí el egoísmo de mi postura. Porque si no era importante para mí, tenía que ser conciente que del otro lado podría estar buscándome un tío, un hermano, una abuela”. Y tomó una decisión. “Vani y mis amigos tenían razón: había un tío buscándome hace 40 años”.
Javier Matías y Roberto se miran.
Se sonríen.
Se abrazan.
Javier Matías dice: “Los invito a tomar coraje. A acercarse. La restitución de mi identidad es una caricia al alma. Si tengo que sintetizarlo es el abrazo con mi tío después de 40 años. Sí: Abuelas son abrazos”.
La historia
Juan Manuel y Elena se conocieron en la Universidad de Morón. Él había trabajado en la Prefectura Naval Argentina durante poco más de cuatro años, y en 1969 entró a la Universidad, donde trabajó en tareas administrativas hasta mayo de 1975. Ella estudiaba para Contadora Pública.
Se pusieron de novios. La familia de Elena se opuso en un primer momento por la diferencia de edad: él era más grande. Finalmente, se mudaron para Capital. Elena terminó la carrera a fines de 1976. Ocho meses después nació su primer hijo, en el Hospital Alemán de CABA. A Elena le gustaba Matías, pero le agregaron Javier para que tuviera las mismas iniciales que su padre. La pareja se mudó a Caseros con la familia Mijalchuk.
Al poco tiempo, Elena volvió a quedar embarazada.
Lo último que la familia supo sobre Juan Manuel fue a través de sus primos Luis Molina y Domingo Carmelo Graziadio, a comienzos de diciembre de 1977. Durante el anuncio, Estela leyó el comunicado oficial de Abuelas para precisar nombres y ubicaciones, a los fines de obtener más información:
- “Se habían encontrado con él en un bodegón en la localidad de Valentín Alsina, ubicado en Rucci y Viamonte, donde se solían reunir. Luego Juan Manuel le pidió a su primo Domingo que lo acercara hasta Paraná y Panamericana, zona norte del conurbano. Domingo lo dejó allí pero como lo notaba preocupado volvió a pasar y vio cómo su primo discutía acaloradamente con cuatro hombres que lo subieron a una Chevy azul metalizada. Fue la última vez que lo vio”.
Elena recibió una llamada hacia fines de ese mismo año. También una carta en la que Juan Manuel le indicaba que el 26 de diciembre debía encontrarse con unos compañeros en Capital Federal.
Lee Estela:
- “En la víspera, Día de Navidad, Elena mostró la carta a sus padres y les pidió que la acercaran con su bebé al lugar. Al día siguiente, tal lo convenido, llevaron a Elena y al pequeño Javier Matías a la cita, en Pampa entre Lugones y Avenida Figueroa Alcorta, en Núñez. Esa fue la última vez que los vieron”.
Elena estaba embarazada de dos meses.
El encuentro
Las familias Mijalchuk y Darroux pidieron a fines de los ´80 la presunción de fallecimiento en la Justicia. Sin embargo, en mayo de 1999 Roberto denunció la desaparición de su hermana embarazada, su cuñado y su sobrino. Allí dejó el número de teléfono de línea que nunca dio de baja. De a poco, las familias fueron incorporando sus muestras al Banco Nacional de Datos Genéticos, mientras Abuelas solicitaba las exhumaciones de familiares fallecidos para completar la información genética. El detalle es importante para entender el trabajo que hay detrás de este abrazo: la última muestra que se sumó fue la de la abuela paterna, que permitió la identificación de Javier Matías. Por su parte, la CONADI continuaba la investigación de las causas de la desaparición de Elena y Juan Manuel.
Javier Matías se acercó a la filial de Abuelas Córdoba con dudas sobre su identidad. Siempre supo que no era hijo de las personas que lo criaron. Estela precisa:
- “Su expediente de adopción consignaba que había sido encontrado por una mujer la noche del 27 de diciembre de 1977. Fue en la intersección de Ramallo y Grecia, a tres cuadras de la ESMA, cerca de donde esa misma madrugada Elena Mijalchuk fue vista con su bebé por última vez”.
El bebé se crió en la Ciudad de Buenos Aires. De joven, se mudó a Córdoba Capital en 1999. Allí inició su búsqueda. Casualmente el mismo año en el que su tío, Roberto, denunció su desaparición. En 2016, el Banco informó que su perfil coincidía con el la familia Darroux Mijalchuk.
El abrazo estaba a punto de sellarse. La demora en su divulgación se debió a que la CONADI derivó el caso a la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños para investigar qué pasó con sus padres, que envió la causa a la justicia federal, ya que no había información. Hasta hoy se siguen recabando datos y testimonios. Javier Matías tomó la decisión de hacerlo público con las precisiones del comunicado, para saber si algún compañero o amigo de sus padres, puede aportar algún dato nuevo. “Tengo la necesidad de difusión pública para poder reconstruir este rompecabezas”, dice.
Javier Matías inició así otra búsqueda: saber qué pasó con su hermano o su hermana.
El abrazo
“Hace 43 años comenzó nuestra búsqueda”, dice Roberto. “Yo tenía 18 cuando recorría las oficinas de Abuelas y de todos los organismos. Presencié el Juicio a las Juntas, donde sentenciaron el Nunca Más al genocidio y a la desintegración sistemática de la sociedad”. Cuenta que siempre tuvo esperanzas de encontrar a su hermana y a su cuñado con vida, pero que, lentamente, las esperanzas se les fueron desvaneciendo. Pero aclara: “Nunca perdí las esperanzas con Javier Matías”.
Por eso, recuerda la nefasta expresión del genocida Jorge Rafael Videla, cuando dijo: “Si reapareciera tendría un tratamiento X, y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento tendría un tratamiento Z. Pero mientras sea desaparecido no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido”.
Roberto se presenta como profesor universitario de Matemática y Física. “Conozco de variables, de X y Z, pero entre ellas falta otra letra: la Y. Esa era Javier Matías. Él no era una incógnita. La incógnita era lo que habían hecho con él y dónde estaba. Por eso, ese señor hipócrita tuvo un error de formulación”.
Javier Matías cuenta que lo tuvieron que buscar para contarle la noticia porque los datos de contacto que había dejado no eran vigentes: se había mudado de Córdoba Capital a Capilla del Monte. El 25 de octubre de 2016 se acercó a Abuelas y allí le abrieron un sobre con los estudios genéticos: “Me decían que habían encontrado a mi familia y que tenía un tío que me buscaba hacía 40 años”.
Le dieron un teléfono para que lo llame, ese mismo que Roberto nunca cambió. A su vez, a Roberto también le habían pasado el número de Javier Matías, pero le recomendaron que esperara el llamado de su sobrino y así respetar el tiempo que llevara el proceso de su nueva identidad.
“Pero yo no podía”, cuenta Javier Matías. “Entonces me terminó llamando él”.
Se abrazan otra vez.
Roberto sonríe. Y cuenta que después de tanta espera, de tanto dolor, no pudo aguantar más.
Llamó.
-Hola, ¿se encuentra Javi?
Del otro lado lo había atendido Vani, la compañera de su sobrino, que respondió:
-¿Quién es Javi?
Lo que sigue es el abrazo 130 de una historia de memoria, lucha y amor que, como a Javi, nos acaricia el alma.
Ahora y siempre.
Nota
Septiembre en Mu Trinchera Boutique
Obras de teatro, música, comida rica, dos ceremonias especiales, y una propuesta para las infancias: este septiembre te esperamos en nuestro espacio (Riobamba 143, CABA) con todas estas propuestas. Recordá que si sos suscriptor, tenés descuentos.
Sábado 7 de septiembre, 20.30hs
TERROR DE ARRABAL
Tres barrios porteños, tres leyendas urbanas y la pesadilla de una inquilina en busca de hogar. Terror de Arrabal es un unipersonal de narración oral que recorre leyendas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires en el camino de una inquilina que mudanza tras mudanza no para de chocar con lo paranormal.
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 8 de septiembre, de 13 a 17 hs
PACHA URBANA
Una ceremonia para testimoniar la vida y celebrar el placer del encuentro colectivo.
Un ritual para nutrir el cuerpo y el alma, con el escenario urbano de fondo, con nuestros pies sobre el territorio que nos cobija.
Empanadas salteñas, bebidas, DJ y fiesta: todo incluído.
Anfitriona y cocinera: Carla Morales Ríos
Musica en vivo y DJ: Big Mama Laboratorio
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Sábado 14 de septiembre, 20 hs
NENA GORDA
Un biodrama que surge de la convicción de que una herida personal es un interesante y genuino punto de partida para la creación. En éste caso, el foco está anclado en lo más íntimo y a la vez universal: el cuerpo propio y la mirada de los otros sobre él.
Regresar, a través de sus objetos, al cuarto de la infancia; aquel sitio que alberga aún el recuerdo, las memorias, los deseos de otros proyectados sobre nosotros.
Una foto. Una pequeña bailarina clásica llamativamente gorda es el disparador para preguntarnos ¿Qué tiene que cambiar para que el cuerpo de una niña sea suficiente?
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 15 de septiembre, 18 hs
MARYTA DE HUMAHUACA
KILLA RAYMI (la Fiesta de la Luna)
Maryta de Humahuaca, cantora indígena, jujeña, llega a Buenos Aires para presentar sus nuevas canciones en una ceremonia con artistas invitadas.
Entradas por Alternativa Teatral
Viernes 20 de septiembre, 21 hs.
Maca Mona Mu
Nos invita a recibir la Primavera
presentando su disco Ruca.
Canciones enhebradas a través del elemento fuego para iluminar, abrigar, cocinar y encender nuestros sentidos.
La voz de Maca Mona Mu narra emociones íntimas que exponen la nueva sensibilidad de esta época.
Sábado 21 de septiembre, 20.30 hs
SER EVA, por Eva Basterra Seoane
Textos y canciones para no olvidar, el arte para testimoniar y celebrar la vida.
La Eva artista, la que se rebela, la que se entrega, la lucha, la que grita, la que muerde, la que sueña, la que vive.
Un encuentro mensual, con una invitada especial en cada ocasión. En esta oportunidad: Graciela Daleo, docente, investigadora, sobreviviente de la ESMA.
Eva es escritora, cantora, murguera, feminista, hija de Víctor Basterra y Laura Seoane, sobrevivientes de la ESMA. El testimonio de Victor fue crucial en el Juicio a las Juntas Militares, inmortalizado en un texto de Jorge Luis Borges.
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Domingo 22 de septiembre, 16 hs
FESTIVAL MOSTRES E INFANCIAS
¡Primer Festival para Infancias libres y Todo Tipo de Familias, porque deseamos que crezcan en toda su diversidad!
Habrá:
-Ronda de Lectura con hadas travas madrinas: Susy Shock, Luz Ventura, Eugi
-Juegos participativos y Juegos cooperativos: Amarella y Amarellita.
-Talleres organizados por la Editorial Muchas Nueces.
-Música en vivo: La Banda de les Mostres, Susy Shock, Sofia Dieguez, Lelé Música, Amarella, Mika De Frankfurt, ¡y más amigues!
Entradas por Alternativa Teatral
Nota
Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández
Comienza este martes el juicio por el asesinato de Nancy Fernández que se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Por Anabella Arrascaeta.
Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada (ambas en la foto de portada). Sin embargo, se caratuló el caso de Micaela como suicidio. El acusado es Juan Carlos Corvalán, conocido narco de la zona. Nancy y Micaela eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.
Esta historia, situada en el Municipio de Tigre, se teje entre muertes e impunidades. El crimen de Micaela Fernández fue caratulado como suicidio, y sigue impune. Este martes comienza entonces el juicio por el asesinato de su madre, Nancy Fernández, que se extenderá hasta el viernes 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Hay un solo imputado por el femicidio: Juan Carlos Corvalán, narco de la zona.
El entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse.
Nancy Fernández, de la comunidad qom del Tigre. La asesinaron porque seguía denunciando que el caso de su hija Micaela no había sido un suicidio, sino un asesinato (Foto de Canal Abierto)
Los crímenes
En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”.
El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas.
Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Ahora, diez años después, su muerte llega a Tribunales.
El reclamo de justicia
Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales.
La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estará presente en los Tribunales acompañando a Lisette.
“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.
Marisa Rodríguez, la mamá de Luna Ortiz, junto a Lisette, hija de Nancy y hermana de Micaela que retomó el reclamo de justicia ante la audiencia que comenzará este martes 3.
Esa red garantiza por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organiza que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención.
El juicio marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia.
Nota
Talento eterno
Ricardo Talento –actor, director, dramaturgo y docente, fundador del Circuito Cultural Barracas y uno de los principales impulsores del teatro comunitario– se “mudó de casa”, como dicen las Madres de Plaza de Mayo cuando alguna de ellas parte hacia otras dimensiones. El recuerdo de Luis Zarranz, periodista, escritor y autor de del libro Actores Sociales, de Lavaca Editora: una investigación, descripción y guía sobre una experiencia de una profundidad única en el mundo, con Ricardo Talento como uno de sus emblemas. En esa obra Luis explica el rol del teatro comunitario en la reconstrucción del tejido social tras la dictadura, hasta el presente. Y en esta nota cuenta sus batallas, sus conceptos, lo que fue capaz de crear con la mirada siempre puesta en lo grupal. Su debate tanto con el liberalismo como con el progresismo sobre lo que significa el arte como producción social y autogestiva. La definición de la palabra “talento” que le falta a los diccionarios. El retrato de un imprescindible que supo combinar alegría, entusiasmo y comunidad.
Por Luis Zarranz
(foto de portada publicada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices)
Ricardo Talento tuvo un apellido que le calzaba justo. Su virtud no estaba solo en su capacidad actoral o dramaturga sino en algo más trascendental y difícil de hallar: la potencia para generar proyectos artísticos comunitarios a lo largo y ancho del país.
En ningún lugar de eso que llamamos mundo existe algo similar –en términos de extensión, recorrido, articulación, transformación y hecho cultural– como el teatro comunitario argentino. ¿Qué es? Teatro de y para vecinos y vecinas. En nuestro país, más de sesenta grupos conforman una red nacional de enorme vitalidad en la que se fusionan conceptos tales como comunidad, arte, identidad, celebración, autogestión y juego: todo como parte de una unidad teatral.
Sin embargo, lo que hace más interesante aún al teatro comunitario es la generosidad fundacional con la que creció. Y es precisamente ahí donde emerge la figura de Talento junto con la de Adhemar Bianchi como directores de los dos primeros grupos del país: fueron ellos quienes durante los días aciagos del 2001 salieron por los barrios a propalar el encuentro de vecinos a través del arte, lo que permitió que surgieran diversos grupos hasta en los lugares más inimaginables del país.
Eso es Talento.
A partir de ese impulso, en pueblos de no más de seiscientos habitantes, por ejemplo, comenzaron a surgir grupos de teatro comunitario en los que participaba buena parte de la comunidad: la vieja estación de tren abandonada pasaba ser un escenario para una función, lxs vecinxs contaban ellxs mismxs la historia del lugar, es decir su historia.
Talento vio allí el hecho cultural en toda su dimensión transformadora.
Antes, mucho antes, en la década del setenta había participado en el Centro de Cultura Nacional José Podestá, en el grupo La Podestá y en el Grupo de Teatro Cumpa. En 1987 comenzó a dirigir al grupo de teatreros Los Calandracas. Finalmente, en 1996, en plena sobredosis menemista, fundó el Circuito Cultural Barracas y, junto a Adhemar, creó “El Fulgor Argentino Club Social y Deportivo”, la gran obra del primer grupo de teatro comunitario, Catalinas Sur de La Boca, hermano mayor del Circuito de Barracas.
Imagen de la actual versión de El fulgor argentino, espectáculo organizado y creado en1996 por Ricardo Talento y Adhemar Bianchi, cuyo éxito lo renueva año año. Foto Lina Etchesuri
Pero todo el párrafo anterior engendra un error: nada de lo que haya hecho Talento podría conjugarse en singular. Sus iniciativas siempre propiciaron el encuentro con el/la otro/a para, a partir de allí, crear proyectos de índole grupal.
Su nombre y apellido nunca fueron un nombre propio sino sustantivos colectivos. Por eso le preocupaba tanto combatir la aparente capacidad individual de un artista. Ese fue su verdadero arte: dialogar con la época para transformarla en comunidad: “Creemos que el arte es un derecho de todos. El mundo liberal creó la figura del artista como para decir que están los que se permiten desarrollar su actividad y tienen un don. Están diciendo que otros no lo tienen. Y, además, que se trata exclusivamente de una producción personal. Es un nefasto concepto liberal y hay otro del progresismo: la idea del arte como herramienta, como una utilidad. Nosotros creemos que en sí es transformador”.
Eso es Talento.
Así, en 2001, bajo su dirección, el Circuito Cultural Barracas parió una de sus emblemáticas obras: El casamiento de Anita y Mirko. Un casamiento como una excusa para generar un espacio de encuentro, intercambio y diversión que amortiguara la crisis neoliberal que, como un tsunami, arrasaba con todo. La fórmula que crearon lxs vecinxs fue medicina para curar el agobio, la desesperación y el desencuentro. Y fue también un éxito teatral que lleva veinte años ininterrumpidos de funciones agotadas sábado tras sábado, con más de 70 vecinxs actores en escena.
El Casamiento de Anita y Mirco, obra y experiencia emblemática del Circuito Cultural Barracas desde 2001, otra muestra de la capacidad de Ricardo para reunir lo social y lo artístico y hacer una fiesta (literal y divertidísima) que comparten y actúan con el público más de 70 vecinas y vecinos del barrio. Foto Lina Etchesuri para lavaca .
Hace un tiempo, en una charla para una nota de lavaca, Talento me dijo: “En todo estos años cambió el clima político y el social, pero sigue esa necesidad de jugar, aunque sea por dos horas, a que no tenemos paranoia el uno del otro. En el fondo, el Casamiento es una ficción: ficcionamos que nos conocemos, que nos podemos divertir juntos, que podemos compartir una mesa sin que nos conozcamos. No es poca cosa”.
Eso es Talento.
Más Talento: “El teatro es la última ceremonia humana que le queda al ser humano. Cuando la comunidad la toma, vuelve a darle encarnadura, sentido. Porque a veces el teatro se vuelve una ceremonia hueca, no de comunicación sino de exhibición: de habilidades, de construcciones artísticas. Una de las cosas por la cual el teatro comunitario tiene tanta repercusión en el público es porque al tomarlo la comunidad vuelve a tener sentido esta ceremonia celebrativa. El vecino produce con otro vecino, que es el espectador: hay empatía y todos juntos estamos participando de un hecho colectivo”.
Así, con esas pócimas, Talento supo dialogar y protagonizar su tiempo: con otros/as: “Creatividad significa cómo puede imaginarse uno de otra manera, cómo puede modificar el entorno y puede construir política. Estás desarrollando prácticas a nivel comunitario, de construcción política, partiendo de la posibilidad de imaginar de otra manera. Y ejercerla, además, porque no es que lo decís teóricamente y después te vas a tu casa solo. No, lo estás ejerciendo todo el día en la práctica, con otros”.
Cómplices y compinches. Adhemar Bianchi y Ricardo Talento, creadores de espacios de encuentro, intercambio y diversión para escaparle a la desesperación y los desencuentros. Foto LAVACA
Pocas veces palabra y acción se sintieron tan a gusto: eso sí es Talento.
Otra vez, cuando participó del Foro Social de Porto Alegre puso en discusión la frase “Otro mundo es posible”, leiv motiv de esos encuentros. Talento planteó dos cosas: primero que nada iba a ser posible si no éramos capaces de imaginarlo. Y, segundo, que no había que plantear otro mundo posible sino este, el de aquí y ahora, el que se manifiesta en el más político de los ámbitos: el cotidiano.
Eso es Talento.
Hay personas que dejan una huella tan imborrable de su paso por el mundo que resulta imposible mencionarlos en pasado, su tiempo es tan actual que siempre están en presente: eso es también es Talento. Y, por eso mismo, siempre están y estarán vivas: cada vez que un grupo de teatro comunitario se junte, cada vez que empiece una función, cada vez que surja otro grupo más, Ricardo Talento estará ahí, como parte inescindible de esa acción.
La Real Academia Española, que poco sabe del mundo real, admite tres definiciones de “talento”: “1) inteligencia (capacidad de entender). 2) aptitud (capacidad para el desempeño de algo). 3) Persona inteligente o apta para determinada ocupación”.
Le falta la más trascendental de las definiciones: “Talento: sustantivo colectivo teatral y comunitario”.
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