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Carlos del Frade: contar para vivirla

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Periodista y diputado santafesino, apareció en una lista de condenados por los narco. Su antecesor en esa lista fue asesinado el 6 de septiembre. Investiga y relaciona al modelo extractivo con el lavado de dinero y el negocio ilegal de drogas. El comienzo del narcotráfico en el país. El descontrol en los puertos. La inseguridad en un medio narco-policial. Propuestas para la soberanía ambiental, y la democratización de la democracia. Por Sergio Ciancaglini.

Carlos del Frade: contar para vivirla
Del Frade en Rosario. Superó las PASO. En los noticieros le querían cobrar 300.000 pesos para hacerle notas. Foto: Eduardo Bodiño

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Carlos del Frade me cuenta que murió el domingo 10 de mayo de 2015, mientras corría por la ciudad de Rosario entre la cancha de Central y el Monumento a la Bandera. 

Sin embargo aquí está: la muerte súbita que padeció aquel día no pudo con el nada súbito deseo de vivir de este periodista de investigación de 58 años devenido legislador provincial, que actualmente sigue su difícil campaña para ser diputado nacional por Santa Fe. Su proselitismo fluye desde la calle, las redes y la escasez de visibilidad mediática por dos razones: 

La Legislatura no le ha dado oficina alguna pese a ser diputado provincial. Trabaja en los bares, las plazas, los lugares donde hay conflictos y las calles. Rareza política: solo viaja en colectivo. 

No pagó los 300.000 pesos que le exigen los canales de televisión para entrevistarlo. 

Pese a todo, superó las PASO, su partido Soberanía Popular se constituyó en la cuarta fuerza provincial, y ahora busca escalar la tremenda cuesta que le permitiría convertirse en diputado nacional. “Sacamos 55.000 votos y hay que llegar a 140.000. Está muy difícil pero la vamos a pelear. Como hincha de Central aprendí que la victoria está en la insistencia”.   

Lo dice con una sonrisa que no se le borra a pesar de que vive una situación que espantaría a cualquiera: pudo leer su nombre escrito en una lista de ejecuciones programadas por una de las principales narcobandas rosarinas. 

Detalle de actualidad pura: su antecesor en esa lista de crímenes, el arrepentido Carlos Argüelles, fue asesinado en su taller el pasado 6 de septiembre, a la tarde, frente a su mujer y varios de sus cinco hijos e hijas, de dos balazos en la cabeza. 

La historia y el presente de Del Frade pueden resultar, por lo tanto, una muestra de la genética de al menos tres universos: el político, el mediático y el narco. 

Tiroteos y acolchados

Se presenta en sus redes en el siguiente orden: “Periodista de investigación. Diputado Provincial del Frente Social y Popular de Santa Fe”. Ambos oficios y un dato impulsaron a Carlos Argüelles a conectarse con él en marzo de 2020, antes de que se estableciera la cuarentena. “Yo venía denunciando una serie de tiroteos contra el Poder Judicial fundamentalmente. En 2018 hubo 14 balaceras y siempre se atribuían a la banda de Los Monos. Yo decía que era una mono explicación monotemática que no tenía que ver con la realidad. Denuncié que me parecía que todo eso favorecía al otro grupo que disputaba el grueso de la distribución de drogas en Rosario, liderado por Esteban Lindor Alvarado. Este tipo empezó a matar gente para reforzar su poder y terminó preso por el asesinato del usurero Lucio Maldonado”. 

Alvarado fue detenido en Córdoba y le secuestraron un celular que tiró a un río: “Se descubrieron conexiones muy importantes que tenía con policías y políticos de Santa Fe. Y se pudo confirmar que de los 14 tiroteos y atentados que le atribuían a Los Monos, la mitad correspondía a Alvarado”.     

Argüelles llegó al encuentro con Del Frade portando un cuaderno espiralado. “Nos vimos en el bar Esquina Roca. Él vino con una mujer que hacía muy poco había recibido cuatro balazos de parte de sicarios vinculados a Alvarado. Contaron que se alejaron del grupo y empezaron a declarar contra Alvarado. Ahí quedan sentenciados a muerte”. 

El mecánico se dedicaba a “emponchar” autos robados: disfrazarlos, disimularlos, para usos múltiples de la banda. “Se dedicaban al robo de autopartes de modelos sofisticados. Argüelles me pareció un tipo desesperado, de clase media, que había visto cómo Alvarado se había desmadrado totalmente. Me resultó creíble, arrepentido en serio, con una cuestión muy cristiana, si se quiere, de la culpa. Estaba conmocionado por haber trabajado para un asesino, y terminó testimoniando como imputado colaborador”. 

En su cuaderno, Argüelles había anotado con birome roja una lista de 35 personas, algunas ya asesinadas y otras sentenciadas. Su propio nombre aparecía debido a su decisión de colaborar con el Poder Judicial para aliviar su condena, y tal vez su espíritu. Del Frade figuraba en la nómina porque había alertado sobre las mono explicaciones monotemáticas, que terminaron iluminando las actividades de Alvarado y depositándolo en la cárcel en 2019, acusado hasta ahora por el crimen del usurero Maldonado y por el transporte de casi 500 kilos de marihuana a Río Negro. “Alvarado hablaba de mí con bronca porque fui el primero que lo denunció públicamente”.          

Cuando Del Frade reveló en 2020 la existencia de esa lista de futuros homicidios, Alvarado se comunicó con la Radio Dos desde la cárcel y descartó cualquier hecho violento de su parte, anunciando su preferencia por la blanquería: “El fuerte mío es la venta de sábanas y acolchados”. 

Carlos del Frade: contar para vivirla

Apuntes de un condenado

Del Frade tuvo acceso al cuaderno de Argüelles, en el que el mecánico anotó no solo nombres de condenados, sino también sus reflexiones tras las experiencias que le tocó vivir. Ejemplos: 

“El silencio cómplice es y será siempre la primera arma que tienen los violentos”.

“Ellos fueron peligrosos porque nosotros tuvimos miedo. Al final nadie queda impune. Todo tiene sus consecuencias”.

“Hay que asegurarse tiempo para las relaciones humanas. No se dejen robar la libertad. Eres libre solo cuando gastás tiempo de tu vida en aquellas cosas que te motivan sin joder a otros”. 

“La felicidad es también un poco de solidaridad”. 

“Un día dijimos nunca más. Pero no podemos luchar solos, necesitamos ayuda. Acá en Rosario aún prevalece un tipo de dictadura, la narcodictadura. Esta sociedad está sometida por estas personas que nos matan, nos desaparecen, nos torturan, nos roban… no tenemos paz. Pibe que se cruza en su camino, pibe que tuercen y desgracian, no solo porque lo usan sino también desgracian a toda su familia porque van por todos y todas, no discriminan”.

“Le tengo rabia al silencio por lo mucho que sufrí. Que no se quede callado quien quiera vivir feliz”. 

Sostiene Carlos: “Argüelles, para declarar, pidió protección para la familia, no para él. Se supo que quisieron matarlo en octubre de 2020 y en febrero de ese año, pero fallaron. Me mandaba whatsapps: ‘Me dispararon la semana pasada. ¿Con quién puedo hablar? ¿A quién hay que ver? La verdad es que no hubo mucha respuesta concreta. Y la tercera fue la vencida. Me hace acordar a esa imagen de Juego de tronos, cuando Sansa Stark dice ‘Nadie puede cuidar a nadie’. Una frase tremenda. Eso pasa en los barrios de Rosario. Por eso cuando me preguntaban desde la fiscalía si quería protección yo decía que no. Porque no quería privilegios, y porque mi concepción es que todas estas bandas son narco policiales: no le voy a dar la protección de mi familia a quien estoy convencido que forma parte del problema. Hay alguna idea de protección de testigos en las causas por delitos de lesa humanidad. Pero en esto de lo narco policial no hay mucha idea”. 

¿Y el miedo? “Es bravo, pero hay que seguir. El tema es la familia, pero sin tener una idea clara de cómo proteger. El día que mataron a Argüelles sentí eso. Lo charlamos en familia, hablamos de cuidarnos, estar en contacto, y seguir adelante: es lo que mejor uno sabe hacer. Mucho peor es en los barrios pobres, donde la gente está desamparada. Ese es el problema de construir un Estado que tiene en su interior focos de corrupción que terminan siendo socios de quienes van a producir la muerte”. 

Del Frade es una persona extraña para estos tiempos: en lugar de quejarse, de victimizarse, de buscar algún rédito en la situación, razona y actúa frente al tema como parte de un sistema de cosas que quiere cambiar. Es una de las excepciones que van contra la imagen de que todos los políticos son iguales.  Me dice, como queriendo ir a lo que más le importa: “Así que hay un texto, y hay un contexto”. 

El sistema narco

El contexto obliga a mirar mucho más allá y más arriba de los barrios que usualmente son el territorio de la llamada “batalla contra el flagelo de la droga”, entre otras oraciones pomposas a las que Carlos define como narcozonceras.   

Para este periodista el narcotráfico es principalmente “ese gran negocio paraestatal del capitalismo, absolutamente consolidado desde los años sesenta junto al petróleo, las armas, los medicamentos y la trata”. Un informe de la Universidad Nacional de Rosario calculó en 2018 que el negocio en la provincia mueve unos 111 millones de dólares anuales. “Y podemos agregar que después del récord de 2013 con 264 asesinatos, nos mantenemos en un promedio de unos 200 homicidios anuales. Este año ya vamos por 157 y la situación es la misma, porque estamos hablando de un sistema que los grandes partidos no quieren cambiar porque es parte del negocio general”. 

Del Frade propone un punto de partida para esta historia: 24 de abril de 1978, con la llegada al puerto de Rosario de un cargamento de azúcar desde Bolivia que en realidad encubría 200 kilos de cocaína. “Leopoldo Galtieri era el comandante del Cuerpo II del Ejército, y junto al almirante Eduardo Massera recibió oficialmente con ese cargamento a los militares bolivianos que luego propiciarían lo que se llamó el narcogolpe en ese país, encabezado por Luis García Meza y Luis Arce Gómez. Trabajaban con Roberto Suárez Gómez, el principal impulsor del desarrollo de la cocaína desde Bolivia hacia el mundo, y primer proveedor de Pablo Escobar Gaviria. Ahí ya se armó un negocio paraestatal y multinacional, en el que el Estado Argentino empezó sus negocios corruptos mientras continuaba con los crímenes, desapariciones y violaciones a los derechos humanos”. 

Otro punto crucial que señala Del Frade en libros como Ciudad blanca, crónica negra – Historia del narcotráfico en Santa Fe, fue la privatización durante el menemismo del Banco provincial. “Se lo entregaron a los hermanos narcolavadores José y Carlos Rohm, que venían del Banco General de Negocios relacionados con el lavado de dinero del Cartel de Juárez”. Tercer paso: “En 1998 se privatizó el puerto de Rosario a un grupo filipino que iba a exportar autos de General Motors y jamás exportó ninguno. ¿Qué hacían?”.

El mapa quedaba completo: “Construyeron el sistema físico para el tráfico, y la geografía financiera para el lavado de dinero. Hoy te encontrás con puertos y empresas que son un país dentro del país, que ni siquiera pueden ser investigados, en el lugar que más dinero mueve en Argentina”. Datos de 2019: en Santa Fe se abrieron 2.323 causas por delitos relacionados con el narcotráfico, y apenas 18 causas por lavado de dinero. Por eso Carlos hizo público un proyecto para crear “un área que reporte ese tipo de actividades económicas cada vez más vinculadas a los negocios mafiosos o ilegales”.

Ejemplo 2021 de los efectos del sistema: en enero incautaron en Alemania el que fue calificado como el mayor cargamento de cocaína de la historia europea. El origen fue Paraguay, pasó con serenidad por toda la llamada hidrovía, los contenedores con latas de supuesta masilla fueron cambiados de barco en Buenos Aires, y las 16 toneladas, valuadas 600 millones de dólares, llegaron a Alemania donde, por una vez, se las detectó. Sería interesante poder estudiar, frente a un contrabando como el descripto que aparece muy cada tanto, cuántas exportaciones de miles de barcos no se detectan por la obvia falta de controles, para abastecer el sostenido consumo europeo.  

“Te encontrás entonces con un esquema de empresas y puertos que hacen negocios legales e ilegales, pero que nadie puede investigar en serio. Desde el punto de vista del lavado creo que eso se ve en las importaciones infladas para cobrar reintegros, y en las exportaciones de cereales y otras materias primas, donde se declara mucho menos que lo real, generando masas de dinero negro que van al lavado”. 

Agregado sobre los tiempos de Macri: “El último control estatal que quedaba en los puertos y aeropuertos, desde el punto de vista al menos de la salud era el del Senasa, pero también fue apartado por lo cual desde 2016 las terminales privadas nombran a sus propios controladores. A partir de ahí hay un crecimiento vertiginoso de la cantidad de chicas y chicos de los barrios que van presos por el narcomenudeo, pero aumenta la exportación de cocaína y de metanfetaminas al mundo. Los informes de Naciones Unidas nos ubican como segundo exportador de metanfetaminas de América hacia Europa, detrás de Brasil, y tercero de cocaína. Se habla de combatir al narcotráfico pero esto, que es el negocio en serio, se mantiene intacto y en crecimiento”. Conexiones: “Yo relaciono el narcotráfico con el negocio extractivo y con el modelo económico, impuesto de afuera hacia adentro. Por eso el desprecio a la naturaleza en toda América Latina, y la directa relación del extractivismo con cualquier cosa que salga por los puertos”. Una percepción: “Combatir realmente al narcotráfico implica ir contra el capitalismo. Por eso los gobiernos y los grandes partidos no hacen nada. Es algo que no quieren cambiar”. 

El gobernador santafesino Omar Perotti le planteó al nuevo ministro de Seguridad Aníbal Fernández la necesidad de un comando unificado de fuerzas federales y provinciales para la supuesta lucha contra las drogas. “Todo para la tribuna” describe Del Frade. “Fue lo que hizo Sergio Berni en la etapa anterior y después Patricia Bullrich. Luego Sabrina Frederic le restó importancia increíblemente a todo lo que ocurre en Santa Fe pese a los 200 asesinatos anuales. Ahora Aníbal Fernández retoma la cuestión, reabrirán algunas comisarías, pero es más de lo mismo. Se da sensación de más seguridad a los barrios, pero en la práctica solo se aumenta el peaje para las zonas liberadas, y que siga el negocio”.   

Cómo plantear otra política

Del Frade hace periodismo desde fines de los 80, dedicado principalmente a la investigación y la denuncia. Fue un pionero en el tratamiento de temas ambientales con uno de sus primeros libros: Ecología y reconversión industrial en el Gran Rosario. “Las empresas tiraban toda la basura tóxica al Paraná y al aire. Y los primeros contaminados eran sus propios trabajadores”. Fue el primero en denunciar casos de abuso sexual ante el Vaticano cometidos contra al menos 47 seminaristas, por parte del arzobispo provincial Edgardo Storni, anticipando una avalancha  de casos que años después se haría global. Sus intervenciones periodísticas fueron puro conflicto. “El director de una de las radios en las que trabajé me dijo: ‘Usted habla de derechos humanos, en contra de los empresarios y trae cuestiones sindicales’. Me echó como un perro, pero tenía razón”. 

La última vez fue en LT8: denunció el despido de obreros de Coca Cola, empresa que levantó su pauta de la radio hasta que Del Frade desapareció de la programación. “Desde el 2000 empecé a tener programas en radios y canales de distintos pueblos, sumaba de a puchitos, escribía libros y hacía presentaciones para venderlos. De eso vivía”. 

Es tal vez el más fértil autor de libros periodísticos del país: 50 títulos, 28 de los cuales son de acceso gratuito en su página web carlosdelfrade.com.ar, incluyendo toda la serie sobre la Geografía Narco que abarca política, justicia, policía, empresas, barrios, bandas, sangre, el negocio del sistema y otras incomodidades que la prensa comercial mantiene en la penumbra. 

“Entre presentaciones, charlas y demás, dormía en los colectivos de tanto viaje, y al volver de una conferencia en Neuquén en 2015, me fui a correr una maratón de 21 kilómetros, estaba llegando al Monumento a la Bandera y no me acuerdo de nada más hasta que abrí los ojos en el hospital”. Estuvo muerto más de dos minutos, lo trajeron de nuevo a la vida, le instalaron tres by pass. “Vivía en un estrés permanente. Pero ese mismo año por primera vez me eligieron diputado después de haber perdido tres elecciones. Había empezado con Pino Solanas, en Proyecto Sur. Pero lo que aprendí ese día de la maratón es que te podés morir en cualquier momento, entonces las cosas hay que hacerlas hoy. No mañana ni el mes que viene. Por eso me pone loco la situación actual en la que los que gobiernan, que son supuestamente progresistas, no quieren transformar la realidad, ni resolver problemas que conocen perfectamente. Están logrando que en 2023 pueda volver el macrismo”. 

Diagnostica que en la política hay gente buena y gente horrible. “Como en todos lados. El tema es si jugás para la historia, o para mantener el cargo”. Sobre los medios: “Los canales 3 y 5 me quisieron cobrar 300.000 pesos para hacerme notas en noticieros, que encima son horribles, así que seguiremos haciendo lo nuestro”. 

Cálculo electoral: “En Santa Fe no fue a votar el 36% del padrón, más de un millón de personas. Y entre votos en blanco y nulos sumaron 175.000. En 2019 tuvimos 100.000 votos, ahora casi la mitad, pero confío en que mucha gente vaya a votarnos”.  

Sigue corriendo maratones deportivas y recorriendo experiencias sociales que le hacen renovar el oxígeno: “Hay un movimiento feminista fuertísimo, y un movimiento ambiental que es impresionante. Lo vi con lo de la Ley de Humedales. En plena pandemia, pibas y pibes menores de 30 años salieron a defender la naturaleza. Si lo pensás, es absolutamente anticapitalista. Salen a poner el cuerpo para que no destruyan el río. Es maravilloso”. Al Paraná en baja Carlos le atribuye una causa: “Desforestaron el 18% del Amazonas para hacer minería y ganadería, con lo que eso afecta además al calentamiento global. Por eso hablamos de soberanía ambiental, además de la soberanía económica”. 

Cuenta que con Pino Solanas siempre tuvieron un proyecto: democratizar la democracia. “Generar participación, asambleas en cada barrio, lograr la comunicación directa con la gente. Si no hacés eso, el Estado se convierte en cómplice y bobo. El modelo de desarrollo va a salir de esa comunicación, de esa participación, que no es por las redes, sino cara a cara”. Una ecuación: “Si tenés 19 millones de pobres en un país rico como la Argentina, eso es una construcción, no un castigo divino. Entonces hay que construir algo distinto”. 

Dice que se siente parte de una izquierda pragmática, no dogmática. “La izquierda no comprende lo nacional. Pero lo mío es el periodismo, así que soy muy respetuoso de lo que veo. Y si veo movimientos tan extraordinarios como el feminismo o el ecologismo, estoy ahí. No pongo primero la teoría sino la realidad, lo que puedo ver y contar”. Se ilumina hablando de Manuel Belgrano: “Decía que el objetivo de la política y de la revolución es la felicidad. Es un concepto hermoso, porque lo comprende todo el mundo. Así que creo que hay que democratizar la felicidad”. 

¿Y cómo funcionaría eso en los barrios violentos? “Haciendo crecer a un Estado virtuoso y no a un Estado bobo o corrupto. Hay que generar trabajo, educación, cultura, deporte, alegría, porque si no va a haber siempre droga, hambre y violencia. Hoy es más fácil conseguir un revólver que un trabajo estable. La mayoría de la gente sigue despertándose cada mañana soñando con que la vida sea distinta. No quieren ser sicarios ni desocupados. Sus cabezas y sus almas quieren ser libres. Y como eso lo veo, pese a todo, no puedo dejar de tener confianza”.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Actualidad

Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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