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Clara: un nuevo disco parido desde la escena independiente y femenina

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Conservatorio y autogestión. Guitarra y voz. Poesía y realidad. Folklore y algo más. De la Escuela de Música Popular de Avellaneda a las redes de músicas. Por María del Carmen Varela.
Clara recuerda que en su casa, cuando todavía cursaba el jardín de infantes, sonaban dos discos: uno del Oso Arturo, el personaje de Videomatch; y Euforia, de Fito Paez, primer disco grabado en vivo por el músico rosarino en el que repasa sus grandes éxitos. Ese puñado de canciones la fue conectando con el universo musical, al que llegó por curiosidad: a los 13 soñaba con tocar la batería, hasta que un día su hermana no pudo continuar con las clases de guitarra y ella ocupó esa hora con el profesor particular. Desde entonces, Clara y la guitarra son inseparables.

Siempre que llovió

Que no es sólo hambre de panza
Que también es de querer jugar
Que en la plaza de mi barrio se escuche a lo lejos
Y que cuando escampe va a sonar
¿Cuándo lloverá más suerte y menos agua?
¿Cuándo retumbará hasta acá?
Cuando escampe es el nombre de su flamante disco y un tema que Clara compuso durante su adolescencia en un taller de canciones en el que, semana tras semana, los integrantes tenían el compromiso de llevar una composición propia.
Lo que inspiró a Clara para darle forma a su canción fue lo que sucedía en un taller de recreación infantil que organizaba junto con otros compañeros y compañeras del centro de estudiantes del Normal N° 1, en la Plaza Solís, en el barrio porteño de La Boca. Clara recuerda: “Es un barrio con mucho movimiento, que se transforma todo el tiempo. Muchas veces tienen que cuidar a sus hermanos o hermanas, salir a trabajar desde muy chicos, enfrentar diferentes realidades que no les permiten jugar ni disfrutar de la infancia, que es lo único que tienen que hacer a esa edad. Dentro de ese espacio podían transformar un ratito su realidad. Con algunos sigo en contacto, ahora ya son adolescentes”.

Costos y manos

A sus 28 años, Clara es egresada como instrumentista de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA), semillero de músicos, desde donde se gestaron y siguen naciendo infinidad de proyectos musicales. Allí, también, se parió el disco. “Tenía varias canciones y quería plasmarlas de alguna manera”. ¿Cómo se hace para grabar un disco? “Colaboraron amigas y amigos de la EMPA, también conocidos y conocidas del círculo de músicos y músicas. Algo que empieza a suceder dentro de la música folclórica y latinoamericana, en la música under, es que se forman diversos circuitos al cruzarnos en peñas o en seminarios. Siempre hay buena predisposición y ganas de tocar. y nos ayudamos a producir nuestros propios proyectos. A todos les dan ganas de participar cuando la música los convoca”.
Un subsidio del Instituto Nacional de la Música ayudó a cubrir los costos de la puesta en marcha del disco. En la grabación de Cuando escampe trabajaron lo que Clara define como “músicos increíbles”: Bruno Milano en bajo, Aldana Bozzo en flauta, bandoneón y coros, y Lucas Wilders en batería y percusión. Su compañero Elián Mercure, a quien conoció cuando ambos estudiaban en la EMPA, estuvo presente en la grabación y realizó también aportes musicales. Después de una campaña de crowfounding para poder fabricar las copias físicas, Clara realiza la entrega en mano a cada persona que colaboró en la venta anticipada.
La presentación fue en Galpón B, en el barrio de Boedo, sede de la orquesta de tango joven Ciudad Baigón. Clara se ocupó de buscar el lugar, contactarse con la gente, generar las entradas, hacer el flyer, y hasta cocinó para los músicos que la acompañaron esa noche. Una maquinita de la autogestión. También pidió ayuda a su amiga actriz Julieta Gutman. “Me ayudó mucho. Las personas de teatro con las que laburé son muy precisas cuando se trata de trabajo de producción. Ese día hubo un montón de manos amigas presentes, ayudando en la que se necesitaba, y vinieron casi todos los invitados que participaron del disco”.

Clara: un nuevo disco parido desde la escena independiente y femenina

Clara Aíta por Martina Perosa.

La época canta

Cuán grande puede ser el pañuelo
Con mis manos uno los extremos
Cuán lejos remontará vuelo
Palomita conmigo te llevo
Este tema llamado El pañuelo se lo dedicó Clara a Chicha Mariani – una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo-cuando apareció la sospecha de que había aparecido su nieta Clara Anahí. Clara vio la historia de la búsqueda reflejada en el tema Baguala de Juan Poquito de María Elena Walsh, en el que el grillo Juan Poquito llora la partida de su novia la chicharra que “se ha ido pero no por ser ingrata, se le fue porque tenía su casita en una chala, hace nada más que un rato al pasar un tren de carga, se llevó todos los choclos con casita y con chicharra”. La diferencia es que la historia del grillo y la chicharra tuvo un final feliz: hubo reencuentro. Chicha murió el 20 de agosto de este año sin poder encontar a su nieta. Así, con la suavidad de su voz Clara se mete en temas contundentes.
¿Cómo es y qué representa hacer música en esta época?
Es una herramienta de transformación muy poderosa, al igual que la educación. Como docente lo pienso de la misma manera: generar sensibilidad en el otro es algo importantísimo porque estar sensibles nos permite estar despiertos a lo que sucede a nuestro alrededor y de esa manera poder detectarlo y transformarlo. Imagino que a otras personas las convoca componer sobre la vida diaria, el amor, sobre lo que sea que los movilice en ese momento, y es hermoso que eso suceda. A mí en este momento me dan ganas de componer temas en relación a lo social, es lo que más me está movilizando como compositora. En este momento me sale hablar de lo que sucede a mi alrededor.
Clara le escapa a la clasificación: “No sé si me identifico mucho con la palabra cantautora, porque no me considero cantante. Me gusta muchísimo cantar pero no es algo que haya desarrollado estudiando. Me identifico más como una guitarrista que hace composiciones”.

4000 músicas

Parte de escala social se conecta inevitablemente con la revolución verde. Clara cuenta un dato concreto de cómo en la música también se están moviendo las estructuras: “En Facebook hay bancos de músicos y lo que sucede cuando son mixtos, por lo general, es que el trabajo lo terminan teniendo los hombres. Una de las chicas del colectivo Femimúsicas hizo un posteo y armó un grupo en el que invitaba a poner nombre e instrumento a otras mujeres músicas. A las dos horas ya había cuatro mil mujeres de todo el país. Ahora entre nosotras nos estamos repartiendo trabajo para eventos”.
Así también, gracias a estas redes, Clara fue invitada a participar del show Cantautoras, donde cantó con Charo Bogarín, Lorena Astudillo y Ana Robles en Café Vinilo. Admiradora de Liliana Herrero, Juan Falú y Raúl Carnota, entre otros talentos, también comparte su arte con niñes en su rol de profesora de música. Como docente, aprende: “Cada niñe reacciona de una manera distinta. En sala de dos son muy deambuladores, dan vueltas todo el tiempo y suena la guitarra y se quedan congelados mirando fijo. Otros, más desde la exploración, se te tiran encima para investigar la guitarra. Tengo un alumno en sala de tres que marca los ritmos perfectos, todo el tiempo propone patrones rítmicos para que el resto los aprenda. Agarré un pedacito de lo que él armó, le pusimos una letra y empezamos a cantarla. Hay mucho por descubrir: la música es infinita”.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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