Sigamos en contacto

Nota

Cómo hicimos Escena Política

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

A pedido de la revista francesa Divague, del Thèâtre Le Quai, el colectivo Escena Política, del que forma parte MU, escribió este artículo sobre cómo se organizó el congreso transversal realizado en octubre pasado. Representa un ejercicio de memoria sin balance: un registro del hacer colectivo  para dejar constancia de algunas prácticas que otros colectivos pueden corregir, aumentar o tachar según sus objetivos, pero que al mismo tiempo intenta así hacerse cargo de registrar el hacer. Del cómo se hizo al cómo lo hicimos. 

Por el colectivo Escena Política
www.escenapolitica.org

Identidad colectiva

Somos un espacio abierto sin jerarquías ni roles fijos; un grupo de artistas vinculados a las artes escénicas de la Ciudad de Buenos Aires, articulados a través de dos espacios de activismo cultural, FDA (foro danza en acción) y TIM (teatro independiente monotributista).  Nos nucleamos a comienzos del 2015 para realizar una serie de acciones que intentaban visibilizar zonas oscuras de la política y de la producción cultural. Durante todo ese año nuestras intervenciones apuntaron a un cuestionamiento de la política cultural de la Ciudad de Buenos Aires, sobre todo del Complejo Teatral de Buenos Aires, que incluye siete de los teatros públicos mas importantes del país. Durante la última década estos teatros sufrieron un vaciamiento presupuestario, político e institucional en contrapeso con la intensa actividad de la producción de los teatros independientes. Este contraste nos interpeló y nos vimos en la necesidad de intervenir más activamente en la política cultural estatal.
A fines del 2015, Mauricio Macri, ex-jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos entre el 2007 y el 2015, y responsable de muchas de las políticas culturales que veníamos cuestionando, se convierte en el presidente de Argentina. Con un gobierno declaradamente neoliberal en el país y, nuevamente, en la Ciudad, la agenda de resistencia al vaciamiento estatal se vuelve urgente. Desde los primeros meses de gobierno fueron vulnerados nuestros derechos culturales y civiles, amparándose en un discurso que apunta a la eficacia del Estado y la reducción del gasto público, con un estado de carácter fuertemente policial y punitivo.
En este contexto nos preguntamos cómo seguir. ¿Tenía sentido seguir siendo los auditores sociales del Estado, aquellos que observan y señalan las faltas de una política cultural que nos resultaba completamente ajena, con la que no encontrábamos aperturas para habilitar un diálogo? ¿No sería mejor, en ese contexto, usar el tiempo para imaginar nuevas formas de vida y de producción cultural, para contaminar la política con aquello que a priori creemos que no es la política, es decir nuestras prácticas artísticas?

Organización del Congreso

Entonces, decidimos hacer un Congreso Transversal, que articulara y cruzara lo que no entra en la cuenta de la política tradicional, la academia y las instituciones del arte. Generarnos un espacio de pensamiento y acción que nos posibilitara armar nuestra propia “agenda” o temporalidad política, sin correr detrás de los problemas de la coyuntura, generando así modos propios de resistencia inventiva desde nuestra cotidianeidad amenazada. La necesidad y el deseo fueron el de alimentar y generar un espacio-tiempo de sensibilidad, complicidad e imaginación política, donde activar otras maneras de percibir, pensar y experimentar las propias prácticas políticas y de creación artística.
Trabajamos casi un año en el armado, en reuniones semanales abiertas y en comisiones que se fueron armando de acuerdo a las necesidades que iban apareciendo. Surgieron un grupo de estudio para leer y discutir a los pensadores que nos proponíamos entrevistar, una comisión de curaduría colectiva, otra de comunicación, otra de producción, etc. No teníamos un mapa creativo antes de empezar, ni objetivos ideológicos a priori, pero comprendimos de inmediato la importancia de la experiencia de “poner el cuerpo” en cada encuentro; de ir tomando las desiciones en presencia, quienes allí estábamos. La importancia, en definitiva, de la potencia de encontrarnos y reunirnos.
Así la actividad de armado del congreso empezó a parecerse más a un proceso artístico, creativo y grupal de esos que conocemos desde nuestras prácticas artísticas. Las artes escénicas en la Ciudad de Buenos Aires tienen una larga tradición independiente y autogestiva en la que, de un modo u otro, muchos de nosotros nos inscribimos. Reunirnos, pensar y crear con otros sin saber muy bien a dónde estamos yendo es parte de nuestra práctica y situación cotidiana. Pasar esta forma de actuar y relacionarse a una actividad vinculada a la política fue un proceso orgánico y lógico para nosotros.
Apareció, entonces, una práctica colaborativa de ejercicio del poder que nos permitió pensar haciendo colectivamente, sin definiciones previas, en el intento de dejar de lado prejuicios y dogmas ideológicos. Habitamos nuestros sucesivos encuentros como un espacio de subjetivación, de crítica y estudio de lo que nos gobierna. Y en el hacer fuimos encontrando una dinámica propia de trabajo.

Curaduría colectiva

Empezamos a invitar a nuestras reuniones a colectivos con los que nos interesaba dialogar, muchos de ellos provenientes de las artes visuales pero también de otras áreas con las que solemos tener menos contacto como la comunicación, las ciencias sociales, la filosofía, los activismos culturales o la producción cultural de la noche. Fuimos entendiendo en esos encuentros que el congreso no debía tener aquello que se entiende habitualmente como conferencias o ponencias. Resolvimos un formato base de “talleres”, esto es, espacios de trabajo y pensamiento colectivos. Espacios de práctica y acción, donde no hay unos que hablan y otros que escuchan. La forma que finalmente asumieron los talleres fue el efecto del diálogo con los talleristas invitados. A partir de ejes de investigación situada generamos un intercambio que potenciara ese pensamiento y creamos a su vez redes afectivas transindividuales.
El congreso transcurrió durante cuatro días, entre el 20 y 23 de octubre. Hubo instalaciones, talleres, video-conferencias, conferencias performáticas, sesiones de prácticas de movimiento colectivo, performance de calle, caminatas temáticas, manifestaciones callejeras.
Cada día tuvo un eje temático sobre el cual giraron estas actividades. El primero, funcionó como una presentación abierta del colectivo organizador, a través de la lectura de nuestros manifiestos y de la exposición de muchos de los materiales escritos que intercambiamos durante la organización del congreso. El segundo, centrado en la desobediencia cultural, giró en torno a la pregunta ¿Cómo la inteligencia colectiva se organiza en la acción? El tercer día estuvo orientado a indagar e inventar futuros posibles, a pensar otra relación con la realidad capitalista y otra sensibilidad hacia lo común. Y el cuarto y último día, intentó ensayar y crear nuevas formas colectivas de componer y habitar el espacio público.

Talleres

Los temas de los talleres que se elaboraron con cada colectivo e invitad*s fueron de lo más variados y singulares: “Situarse: potencialidades y tensiones de un pensar/hacer/mover situado”, coordinado por Marie Bardet ; “Primero hay que saber rajar: un escritura del agite”, a cargo del Colectivo Juguetes Perdidos ; “La hazaña colectiva: políticas del goce de la actividad nocturna en la Ciudad de Buenos Aires”, por Hiedrah Club de Baile; “Contra la crítica”, guiado por el Colectivo MU La Vaca;  “Y nos dicen que llueve: intervención del espacio público expandido”, orientado por el Colectivo P.A.P.O; “Xpropiaciones: colectivización de estrategias existenciales cerca y lejos del Estado”, coordinado por Escena Política; “Genealogías de una subversión utópica: historia y política en el arte argentino”, a cargo de Juan Ignacio Vallejo; “Entrismo ejercicios escuela”, coordinado por el Colectivo Proyecto Secundario Liliana Maresca; “Kurdistán: la revolución silenciada. Proyección del documental «Nû Jîn -Yeni yaşam», con charla debate a cargo de Delil Delali; “Donde termina tu cuerpo empieza el mundo”, guiado por el Colectivo Centro Rural de Arte; “Tensiones del discurso histórico. Proyección de la película El movimiento”, con la participación de Benjamin Naishtat; “El Caso Lopérfido: El Pez por la boca muere o cómo hacer saltar un ministro con palabras”, en formato de conferencia performática coordinada por el Colectivo Trabajadores de la Cultura; “La mesa de arena”, del Colectivo La Dársena.
Durante el segundo y el tercer día se realizaron seis talleres en simultáneo en una misma sede. Al finalizarlos se realizaba una puesta en común de lo ocurrido en cada espacio de trabajo. A partir de una pregunta tensora por día, nos convocábamos en un estado asambleario, con reglas de participación muy heterogéneas para hacer aparecer la voz y el cuerpo. Se delimitaba un rectángulo performativo vacío, al modo del battle del hip hop y el parkur, o el ring side del box, donde cada quien podía cruzarse con prácticas de movimiento e intervenciones verbales. Las reglas eran susceptibles de modificarse en el transcurso de la puesta y eso permitió que cada día albergara de formas muy diferentes las energías y las tensiones que se habían generado en los distintos talleres.
Video-conferencias
El segundo y el tercer día del Congreso se iniciaron cada uno con una video conferencia, que fueron una especie de conversaciones íntimas y públicas a la vez con dos pensadores, amigos políticos de nuestro colectivo e intelectuales marginales de la academia europea: Franco Berardi Bifo (Italia) y Amador Fernández-Savater (España). “¿Qué puede el arte?, fue el título de la conversación con Bifo; y “¿Cómo se compone lo común?, el de la conversación con Amador. El intercambio con ellos fue a partir de sus configuraciones conceptuales, en una tentativa de pensar las situaciones de nuestra comunidad sensible y los posibles desplazamientos de nuestra práctica para componer poder social.

La salida a la calle
La experiencia de intervenir el espacio público asumió durante esos días distintos formatos: performances, caminatas sonora y peripatética, prácticas de movimiento, fiesta, caravana. La “salida a la calle” fue un modo de generar resistencia haciéndonos presentes, siendo cuerpos visibles, desobedientes. La intervención de los cuerpos en la geografía urbana nos habilitó la creación de nuevos territorios, constituyéndonos como fuerza creativa amorfa, múltiple, heterogénea, que trama otros posibles, que visibiliza conflictos, que resignifica espacios y ritmos, y que inventa futuro frente a la incertidumbre.
El “Diálogo peripatético”, coordinado por Hernan Borisonik, consistió en un modo de reflexionar en movimiento, un pensar caminando, al estilo aristotélico. Mientras se avanzaba por algunas callecitas del centro porteño, se habló sobre lo privado y lo común, sobre la técnica, la producción y el dinero como representación de las cosas; sobre la política y lo público. La caminata terminó al borde del agua, en una contemplación silenciosa de la Ciudad.
En la acción “Abogados Manteros” coordinada por Escena Política, una decena de abogados tendieron mantas en el microcentro porteño y atendieron por un precio simbólico consultas jurídicas de los transeúntes. Finalizando un año donde la ciudad se “limpió” de vendedores ambulantes esta acción buscó visibilizar la persecución policial y estatal a la que son sometidos quienes viven de/la/en la calle, al tiempo que evidenció el carácter de “territorio en disputa” del espacio público. (Manteros se llama en Buenos Aires a los vendedores ambulantes que ocupan una porción de la vereda u otro espacio público, con una “manta” sobre la que ubican los productos que venden. Durante los últimos años, y especialmente durante el 2016, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires los fue sacando violentamente de las calles y prácticamente desaparecieron del paisaje urbano)
La “Caminata Sonora”, guiada por la compositora y performer Guillermina Etkin, fue una singular experiencia colectiva de escucha. Transitar produciendo sonido y escuchando, como una posibilidad de percibir de otro modo, activa y singularmente, el ritmo ensordecedor de Buenos Aires, sus múltiples capas, sus sentidos.
La “Práctica de movimiento abierta y colectiva para cuerpos deseantes”, coordinada por la artista del movimiento uruguaya Federica Folco, comenzó en el subsuelo de la sede al finalizar la puesta en común del tercer día del congreso. Luego de varias horas de pensar y discutir todos los participantes cerramos los ojos e iniciamos una actividad de contacto físico que luego se derramó hacia la calle. Esta ocupación del espacio público constituyó una verdadera zona de tráfico de afectos, un entramado de vínculos, hipersensibles y erotizados.
Durante el último día del Congreso artistas, colectivos y participantes nos reunimos en un gran salón del Centro Cultural Torcuato Tasso y dimos cuerpo al “Comité Cósmico de Crisis”. Por más de tres horas compartieron el espacio cuatro talleres funcionando en simultaneo. Probamos, debatimos, ensayamos formas de mover y de hacer visibles y audibles los cuerpos. El artista Osías Yanov, coordinó el Taller “Corte de Ruta y Pasarela”, para inventar técnicas personales de trasformismo deambulante y desplegarse en el tiempo-espacio de la caminata-caravana. La artista visual y activista, Mariela Scafati, coordinó el Taller de “Cartelismo”, memoria activa de lo compartido durante las jornadas previas del Congreso, traducido en consignas de cartel. La confección de los carteles, con sus frases, sus formas, sus colores, sus materiales, fue también el catalizador de un pensar haciendo en torno al desplazamiento de nuestras palabras, voces y cuerpos en el espacio público. “Canciones del Presente para la marcha del futuro”, taller coordinado por Luci Cavallero y Guillermina Etkin, hizo de las resonancias del trabajo desarrollado en el congreso, letras y melodías de canciones para la manifestación. El Colectivo Foro Danza en Acción, articuló un taller en torno a la generación de prácticas de transferencia y contagio de movimiento, pensando el cuerpo en manifestación.
En esos haceres compartidos en taller, nos constituimos en cuerpo colectivo potente y sensible para salir a las calles. Recorrimos el Barrio de la Boca, uno de los más pobres de la ciudad, en dirección a Puerto Madero, focus del poder económico y símbolo de riqueza y snobismo. Fuimos en caravana con nuestras canciones, nuestros pasos de baile, nuestros “disfraces” y nuestros carteles, conmovidos por el reciente Paro General de Mujeres, del colectivo Ni Una Menos, marchamos con la consigna principal “Sindicato social / Asamblea Bailable”. Avanzamos inventando nuestros modos de ser multitud visible y desobediente en las calles. Llegamos a Puerto Madero y bailamos nuestros pasos de resistencia en terreno privatizado y blanqueado. Contra el silencio del poder, alzamos la voz y fundamos en ese acto, aunque de modo precario y transitorio, otra posibilidad de ordenamiento territorial.
La fiesta de cierre del Congreso, coordinada por Hyedra Club de Baile, se desplegó desde la sede de MU, Centro Cultural que sostiene una cooperativa de periodismo autogestionado, hacia la calle, a unos metros de la plaza del Congreso de la Nación. Esta celebración fue pura potencia: una práctica de desterritorialización y reterritorialización colectiva en movimiento. Allí confluimos personas provenientes de universos y composiciones sociales distintas, con experiencias vitales diversas: artistas, activistas sociales, personas en situación de calle, intelectuales, estudiantes, migrantes, personas travas y trans, etc. Y allí situados nos reconocimos en lo común. Un encuentro que en su estar-siendo y por el tiempo que duró, logró fisurar el dominio espacial del capital; reconfigurar el espacio como escenario de creatividad. La calle, esa zona de combate abierto en donde pueden aparecer nuevas formas de lo social y lo político fue, por unas horas, nuestra.
EL PORVENIR. LOS DEVENIRES
Durante los cuatro días del Congreso, primó un estado de cuidado, comunión y amistad. Escena Política alojó, como una especie de plataforma multiforme, formas diversas de intervención, de asociación, de pensamiento y acción.
Resta un tejido de redes a ampliar, multiplicar, diseminar y fortificar, y la sospecha de que este modo de inventar “comunidades de sentimiento”, de animar  la imaginación política, de rehabilitar los afectos es, en tanto gesto de insubordinación, nuestra poderosa arma política.
¿Cómo hacer de esta experiencia memoria útil e inspiradora y no cristalización de procedimientos, de formas y acciones?
¿Cómo seguir trabajando para que nuestros afectos, nuestros deseos, nuestro tiempo no sean capturados por las promesas capitalistas?.
¿Cómo defender lo común y su potencia de la máquina trituradora y engullidora neoliberal?.
Desafíos y preguntas desde nuestro presente para pensar haciendo.

Nota

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

Seguir leyendo

Nota

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Seguir leyendo

Nota

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.

Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.

Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.

Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.