Sigamos en contacto

Nota

Cuando la cancha canta

Publicada

el

¿De dónde vienen los cantos futboleros contra Mauricio Macri? ¿Ocurren por el fútbol o por la política? ¿Qué dicen quienes lo cantaron? ¿Es cierto que lo arrancaron las barras? Entre tanto ruido mediático, Ariel Scher indaga estos interrogantes con teoría, historia y voces. Los antecedentes contra Onganía, las dictaduras uruguayas y argentinas, e incluso los antecedentes contra Macri. Los libros que analizan el tema de la trampa de la apolitización del fútbol y cómo es que «el opio de los pueblos» puede convertirse en una forma -más- de rebeldía.

Cuando la cancha canta

Foto: Nacho Yuchark

Por Ariel Scher* para lavaca.org

Carlitos ya no está en edad de ser Carlitos pero canta con unas ganas parecidas a las de las horas en las que era Carlitos. Andaba por los diecipocos calendarios el día de 1967 en el que en el estadio de Racing, su casa en muchos sentidos, miles y él entre esos miles transformaron a ese estadio en una caja de silbidos en contra de Juan Carlos Onganía, dictador, militar forjado en la Caballería, dueño de una biografía distante del fútbol e inoportuno habitante de ese recinto de goles en la final de la Copa Intercontinental contra el Celtic escocés. Anda por los sesenta y nada ahora, en el verano de 2018, siempre en la cancha, siempre con Racing, siempre Carlitos a pesar de los almanaques que avanzan, y canta, canta con otros miles, contra otro presidente.
«Algo es bien diferente: aquél llegó por un Golpe de Estado y a éste lo votó la gente. Y algo es igual: tengo y tenemos bronca. Cuando la cancha habla, hay que escucharla», resume Carlitos mientras comienza a desplazar su atención desde la política hacia la suerte deportiva de Racing frente a Cruzeiro en la Copa Libertadores y mientras, además, certifica que los gritos y los saltos contra Mauricio Macri, en pleno entretiempo, le dejaron los músculos más como Don Carlos que como Carlitos. «En el fútbol -apunta, con las pulsaciones rumbo a cierta normalidad- siempre se suelta lo que no nos gusta».

Como muchísimas cuestiones, los lazos entre la política y el fútbol fueron objeto de frecuentes miradas lineales. Cerca de Carlitos y en la noche de Avellaneda, alguien que lo oyó insultar al presidente argentino susurró, con disgusto, el clásico «no hay que mezclar estas cosas», en una versión contemporánea de lo que el investigador francés Jean Meynaud llamó «apoliticismo deportivo». Analista temprano de un fenómeno que las ciencias sociales tardaron en atender, Meynaud explicó en su libro El deporte y la política. Análisis social de unas relaciones ocultas (1972) que el presunto «apoliticismo deportivo», o sea el discurso de que la política y el deporte juegan o deben jugar en estadios diferentes, es una toma de posición -precisamente- política. Tesis sencilla la del «apoliticismo»: el deporte es «limpio, puro y une a las personas» y la política enloda todo lo que roza. Con ese pretexto, por ejemplo, la FIFA que el empresario brasileño Joao Havelange encabezó entre 1974 y 1998 pateó afuera a las protestas contra los horarios tórridos del Mundial mexicano de 1986 que levantaron jugadores como Sócrates, Jorge Valdano y Diego Maradona («Usted, cállese y juegue», proclamaba el mandamás de la pelota, socio de las autocracias latinoamericanas) o el titular semieterno de la AFA, Julio Grondona, desarticuló la posibilidad de que los equipos de Primera salieran al césped con banderas de apoyo a las luchas de los docentes argentinos durante el menemismo. Veterano en sufrir proscripciones, Carlitos asocia estos y otros hechos con el intento de prohibir los coros contra Macri que esbozó Guillermo Marconi, ex árbitro y secretario de Trabajo de la Nación justo en los días de Carlos Menem. «Eso sí que no cambia: cuando no les gusta para qué usás la boca, siempre te quieren cerrar la boca», apostrofa.
La otra réplica del gobierno nacional (o de los núcleos comunicacionales que son sus aliados) consistió en atribuir la multiplicación de cantos sin amor por Macri a una maniobra articulada por barras bravas. «El sector de la barra fue el último que cantó. Surgió desde la otra popular y se repitió en las plateas», asegura Tomás, un experto en las entrañas de Independiente, que indagó y desmenuzó por qué en las tribunas rojas de Avellaneda, durante el partido con Banfield, las gargantas ardientes dedicadas al jefe de Estado retumbaron y mucho. Un poco después, el presidente del club, Hugo Moyano, figura protagónica de la movilización callejera contra las políticas de ajuste en la misma semana, declaró, sobre los ecos que brotan de esas gargantas, al programa Rojos de pasión: «No se pueden controlar. Uno no los comparte aunque no tenga simpatía con el presidente. Pero es inevitable». Aunque nunca haya pisado los dos enormes estadios de Avellaneda, Meynaud casi coincidiría con Moyano. Y hasta añadiría que, en esos sitios, «la multitud se inflama más allá de todo control».
Sin embargo, Meynaud y otros teóricos que se inquietaron por la dimensión política del fútbol parpadearían asombrados con la parábola que expresa el caso de Macri. Es que en la interpretación de esos estudios, el fútbol funciona como un posible instrumento de control social, una herramienta que ayuda más que lo que complica a quienes están en el poder. Jean-Marie Brohm, otro francés que se aplicó al tema, habló en su Sociología política del deporte (1976) de la «alienación deportiva». «El deporte es utilizado como medio de compensación con fines de canalización inofensiva», sentencia. El propio Meynaud manifiesta que el deporte es capaz de «desviar la atención de los ciudadanos de una situación política fastidiosa o de problemas a los que los gobernantes no son capaces de hacer frente». Abundan los ejemplos que podrían abonar esas teorías. No obstante, quizás el mismísimo Macri, con los tímpanos inquietos luego de registrar cómo hinchadas diversas entonan música popular con su apellido, no les pondría la firma. ¿Quién se atrevería a sostener que tanta gente que confluye en un canto construye sólo una canalización inofensiva y, menos aún, un desvío de la atención de los ciudadanos? ¿Quién se animaría a negar que en las tribunas argentinas está ocurriendo algo que acelera exactamente en la dirección contraria?
https://www.youtube.com/watch?v=H94M5l9yEuk
«Voté a Macri en el 2015, pero canté contra él en el Monumental porque el gobierno, además de otras cosas que no me parecen correctas, hace todo a favor de Boca», revela Fabio, morador infaltable de la popular de River. «Nunca votaría a Macri, pero voy a siempre a la cancha y sé que no hubo nada armado cuando fuimos los primeros en putearlo. Si ahora, en otros clubes, se organizan para cantar y putear, me parece fenómeno. Y algo importante: el canto nuestro no empezó en el epicentro de la popular local que ocupa la barra. Se largó en la otra popular después de una expulsión y se propagó a la Platea Sur, llena de socios», evalúa Jorge, el alma y el cuerpo en San Lorenzo, cuya gente popularizó el hit que sacude las orejas presidenciales durante un domingo de furia y perjuicios arbitrales frente a Boca. Macri creció como un hombre del poder económico y le añadió poder político a ese poder económico a partir del triunfo electoral que, en el cierre de 1995, lo instaló como titular de Boca, lo que implica que el fútbol, como sucedió con otros individuos, lo puso en carrera. Paradoja o no tanto, ahora el fútbol -y el peso de Boca en el fútbol- se le presenta como un gol en contra. Más allá de cualquier tentación simplificadora, la vida política suele dejar interrogantes sin respuestas: ¿hubiera sido posible que Macri se tornara presidente sin su desfile por Boca?, ¿sería igualmente insultado Macri en el ámbito del fútbol si su pertenencia deportiva no remitiera a Boca?
Inconveniente adicional para quienes se envuelven en la seducción de las simplificaciones: las palabras no dicen siempre lo mismo. Y los cantos, tampoco. Jorge, el de San Lorenzo, informa que el cantito de esta época es un reestreno o una herencia: «En el 2011, Macri era jefe de gobierno de la Ciudad y había dicho que existía el uno por ciento de chances de que volviéramos a Boedo. En el fin de semana siguiente, surgió la reacción con esa música y con esa letra». En 2011 y en 2018, ¿música y letra repetidas tienen significado idéntico, emparentado o diferente?
«La fórmula ‘pan y fútbol’ ha sido aplicado un tanto mecánicamente», escribió el catalán Manuel Vázquez Montalbán, ensayista y novelista fabuloso, en 1974, en un artículo en la revista Triunfo, al que rotuló «Barca, Barca, Barca» y en el que, desde la izquierda y aún entre los pliegues represivos del franquismo, fue pionero en desmantelar la idea de que, en lo político, el fútbol actuaba sólo como un adormecedor de las masas. El propio Barcelona, como las instituciones deportivas vascas, representó un guardián de identidades y de resistencias en los años de extensa dictadura española. Por ese entonces, Vázquez Montalbán estaba lejos de Buenos Aires. De haber venido, futbolero como era, hubiera puesto los ojos en alguna hinchada. Acaso en la de Boca, nada menos que en la de Boca, que trinó ese año, en más de una ocasión, contra el ministro de Bienestar Social, José López Rega, quien recién fugaría de su cargo y de otras cosas en la mitad de 1975. «López Re, López Re, López Rega/la puta que te parió» sonaba el breve canto, según evocan, todavía afinados, los hinchas con buena memoria.
Aquel señalamiento de Vázquez Montalbán vulnera las posturas demonizadoras de lazo entre política y deporte, se parece más a los abordajes modernos de los estudios sociales sobre la cuestión y ayuda a decodificar por qué los acordes de los hinchas, en muchos rincones de la Tierra, no sólo convalidan las necesidades de los sectores de poder. Desde Uruguay, el periodista Fermín Méndez recuerda que, en 1998, cuando murió Jorge Pacheco Areco, el presidente que abrió las puertas a la dictadura en ese país, recibió puteadas y no silencio de parte del público de Nacional en el estadio Centenario cuando se pretendió homenajearlo. Pacheco Areco censuró al diario Época, conducido por Eduardo Galeano, un lúcido detector de que el fútbol despabila la codicia de los dominadores pero también representa una oportunidad de expresión para los que pelean para no ser dominados. Otro periodista uruguayo, Juan Aldecoa, detalla que, en 1994, en días hegemónicos de los partidos tradicionales en su tierra, grupos de hinchas de Peñarol aprovecharon el aire del Centenario para sacar banderas del Frente Amplio y apoyar la candidatura de Tabaré Vázquez, dirigente del club Progreso que arribaría a la primera magistratura una década más tarde. «Se va a acabar, se va a acabar» vocearon sobre su dictadura los uruguayos durante el Mundialito de comienzos de 1981 y «se va a acabar, se va a acabar» bramaron muchos argentinos en más de un escenario deportivo en los meses que siguieron a la derrota de Malvinas. Anticipo certero: ambas se acabaron.
Un gol victorioso de su equipo y veinte esfuerzos vocales contra Macri le regalaron a Daniela, a pleno de Huracán, una afonía que persiste desde el sábado, cuando su equipo venció a Estudiantes y su hinchada acompasó el canto de otras tantas. «Los medios más poderosos -musita como puede- están todos con el gobierno. De algún modo, tenemos que hacernos oír. En nuestro caso, se cortó la luz en el estadio. Otra cosa en la que te jodés, otra cosa que no funciona. Ahí, primero cantamos contra San Lorenzo porque son del fútbol y después contra Macri por cosas que no lo son».
https://www.youtube.com/watch?v=RBHLlWt8Ho0
¿Será así? ¿Será que lo que se tapa en un pozo brota en otro pozo? ¿Será que, una vez más, para reflexionar sobre política, poder y deporte hay que enfocar hacia la industria de la comunicación, poder entre los poderes de esta era? Lo que emite Daniela afónica remite a lo que planteó el experto en medios Martín Becerra en El zapping de los huérfanos: «El derecho a expresarse, que en la Argentina estuvo y está limitado al derecho a opinar de una élite con acceso a redacciones y micrófonos, tiene el renovado desafío de superar el monocromo oficialista que descompensó la posibilidad de hallar perspectivas disonantes en medios con potencia junto con una estructura concentrada y dependiente de las señales de la conducción estatal». Lo que emite Daniela afónica tira paredes con la advertencia que, hace años, lanzó la lingûista Leila Gándara en Las voces de la cancha: «Estas no son voces aisladas sino de decenas de miles de personas cada domingo. Tal vez por eso sea importante oírlas y tenerlas en cuenta como emergentes de una realidad social».
De lo deportivo a lo político, de lo inorgánico a lo orgánico y a todo lo que cabe en el medio en materia de organización formal o difusa, de lo espasmódico a lo sistemático. O, quién sabe, al revés: de lo político a lo deportivo, de lo orgánico a lo inorgánico y a todo lo que cabe en el medio, de lo sistemático a los espasmódico. No existe un auricular social, político y deportivo que explore de manera integral por qué en las cancha suena lo que suena y suena contra Macri.
Pero suena.
Por eso Carlitos canta. Canta y no deja de cantar.

Ariel Scher es periodista y escritor. Su especialidad es el cruce entre literatura y fútbol. Lleva escritos una decena de libros; el último, Deportivo Saer. Además, dicta un recomendable curso de Literatura y deporte del que se puede obtener más info escribiendo a [email protected]

Nota

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Publicada

el

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.

A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).

Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.

La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.

Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Por Anabel Pomar

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.

En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).

¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.

En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. 

¿Por qué se incluyó a nuestro país?  Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.

Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.

Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.

El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.

Omnipresentes

 Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Los resultados de los venenos en materia fecal.

En los hogares

Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.

Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la  potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.

A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.

Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.

La mordaza

En la conferencia virtual –toda en inglés– que  duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.

Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.

Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.

El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.

Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.

“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la  investigación.   

En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.

La vida cotidiana asediada

En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.

En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Seguir leyendo

Nota

Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»

Publicada

el

Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.

Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes. 

En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó: 

  • La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
  • Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
  • La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
  • Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
  • Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.

Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.

El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas. 

El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.  

El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
El Poder Judicial es el segundo del Estado con más denuncias. Datos de Observatorio Lucía Pérez.

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.

Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento. 

Seguir leyendo

Nota

El escenario y la vida: el universo Cárdenas

Publicada

el

Dos obras teatrales de un mismo autor nos invitan conectar con su universo personal: Martín Flores Cárdenas, dramaturgo y director, no se define como actor pero actúa, o como prefiere decirlo “está en escena”. El duelo por la muerte de su abuelo, la propuesta para montar una obra en Brasil y lxs amigxs como tesoro y sostén son algunos de los temas que aborda en No hay banda; mientras que en La fuerza de la gravedad el desafío fue escribir una obra y dedicársela a una amiga actriz, que se convierte en la protagonista. Cómo llevar la vida al escenario —o el escenario a la vida— para que la experiencia traspase la propia piel.

Fotos: Nora Lezano

“No creo que sea teatro documental. Tampoco una conferencia performática. En realidad, no es nada”, afirma el dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas. Se refiere a su obra No hay banda, primera entrega del ciclo Obras Truncas, que está actualmente en cartelera junto a La fuerza de la gravedad, otra de sus producciones. Ambas transcurren en Casa Teatro Estudio, tres palabras que definen lo que sucede en Guardia Vieja 4257. Martín vive en la parte de arriba, pero aclara que la sala teatral es como si fuera una extensión de su casa: “Como lo son las obras, también, forman parte de uno: extensiones o sucursales de uno”.

Desde 2019 y junto al escenógrafo brasileño Ruslan Alastair Silva coordina esta sala artística del barrio de Almagro. “Es un espacio —cuenta Martín— que da la posibilidad de experimentar, sobre todo, nuevas formas de producción. Y eso, a veces con suerte, genera cosas reveladoras en el lenguaje escénico. Reveladoras para nosotros. Lo que más nos interesa es ir por caminos alternativos a los que ofrece la lógica de ´el mercado´. O al menos, tratar de producir sin que esas lógicas contaminen lo que hacemos. Es una sala re chiquita que permite crear sin presión de fechas ni, no sé… de objetivos económicos”.

No hay banda y La fuerza de la gravedad podrían encuadrarse en las clasificaciones de teatro documental o de “conferencia performática”. También como un biodrama, docuficción o teatro autobiográfico. Vamos a hacerle caso a Martín y dejaremos de lado las etiquetas que definen el género de una obra teatral. Sí vamos a decir que ambas abren una puerta —en sentido literal y simbólico— y nos permite instalarnos allí con agrado. Son invitaciones a navegar por un rato en el universo personal de quien las sintió, las escribió y puso el cuerpo en escena para contarnos parte de su vida. Y esa parte incluye la muerte de un ser querido: su abuelo.

El escenario y la vida: el universo Cárdenas

Banda sonora

Imposible no identificarse con este duelo y sus reflexiones, incluso las más bizarras en un contexto de pérdida reciente, porque también hemos tenido esos pensamientos absurdos que dispara el dolor. Martín utiliza recursos eficientes para su narrativa, nos distrae, nos distiende, y nos vuelve a traer a una zona donde la piel se eriza y el corazón cruje. “No hay banda apareció como posibilidad de desobturar la escritura. Por más que quisiera escribir otras cosas, siempre aparecía aquella obra trunca como un tapón. Un duelo mal hecho que esta nueva obra me ayudó a atravesar. Como me parecía imposible ensayar solo, busqué un dispositivo que me contuviera. Me junté con amigos a armar los videos, a grabar los audios. Y, texto en mano, empecé a leer la obra a amigas, amigos. A mostrar lo que había pensado. Algo de esa combinación entre lo ultrapremeditado o realizado y la fragilidad del estar ahí y lo improvisado se volvió lo que es hoy la obra”.

La muerte de su abuelo y una llamada para proponerle montar una obra en Brasil. Ambas circunstacias sucedieron casi al mismo tiempo. El fin de una vida, el comienzo de un proyecto. “Me interesaba problematizar el concepto de existencia. Suena re pretencioso, ya sé. Un clásico. Pero bueno… Traté de ser honesto cuando la escribía y pensaba y trato de ser honesto ahora respondiendo esta entrevista. La existencia de una obra primero ¿Qué hace que una obra exista? ¿Dónde o cómo existe lo que imaginamos? ¿En qué momento una obra empieza a ser y cuando muere o termina? Y desde ahí poder dialogar con la relación entre existencia y materia. La existencia de aquellos que murieron y cuya falta generó una obra. Y la materialidad del cuerpo en general y del autor en particular que, bueno, en este caso soy yo. Que no soy actor pero estoy en escena. Me gusta decirlo así: estar en escena. Porque de alguna manera plantea o propone algo ¿Qué es estar en escena? ¿No es actuar acaso? Pensar el cuerpo en escena. Autor que escribe e interpreta. No hay límites o bueno… Esa es otra pregunta. Son muchas: no hay un sólo tema o eje, como verás”.

En los próximos meses No hay banda se va a presentar en Madrid, en el Festival Iberoamericano de Cádiz y en Alicante, España. “Tanto No hay banda como La Fuerza de la gravedad se hacen cuando se puede. El público tiene que estar atento a las fechas que aparecen en Alternativa Teatral. Porque como tenemos estos viajes pueden estar una semana sí y a la siguiente no y así”. Martín asegura que ambas obras tuvieron procesos muy diferentes y comparten dos elementos en común: el lugar desde donde fueron creadas y que no se puede determinar una fecha de estreno ya que comenzó a mostrarlas y se fue sumando público.

El otro como un territorio a descubrir

La fuerza de la gravedad es una pieza teatral cuya materia prima es la ternura. Un abrazo que nos incluye a quienes estamos sentadxs frente a la actriz Laura López Moyano y su pila de hojas A4 de las que irá descubriendo hilos de vivencias con la amistad como protagonista. Martín: “Apareció primero como una idea. Yo hacía mucho tiempo quería hacer una obra para mis amigos. Y tenía la idea de este dispositivo en la cabeza. Pero recién cuando se me ocurrió que Laura podía ser la amiga que pondría el cuerpo me puse a escribir. Es una obra dedicada a mis amigxs pero sobre todo a ella. Las ideas son ideas… Están ahí. Gracias a ella, a que existe y es mi amiga, existe esta obra”. La amistad como territorio a descubrir, como un vínculo necesario y elegido. “Quería hablar del vínculo con la otredad. No me gusta cómo suena esa palabra pero creo que es la que le hace más justicia. No hablar sólo de la amistad. En todo caso, usar ese vínculo misterioso para mí, para hablar de otros vínculos. La relación con la naturaleza, el planeta o el espacio. Poder pensar al otrx como un territorio desconocido. Y que mi relación con ese cuerpo me constituye”.

Sin espoilear diremos que el final de esta obra es un momento infinitamente disfrutable, de regresión al universo infantil, ese paraíso que puede no estar perdido si se lo sabe buscar. ¿Cómo se elabora en la escena lo personal y lo ficcional? ¿Te sentís cómodo trabajando con esos elementos? “No sé si es cómodo. Justamente por eso es divertido, supongo. O útil para hacer algo. Lo pienso en relación a mí pero también a Laura. Para ella no fue fácil ni cómodo. Pero lo quiso hacer, lo encontró o encontramos necesario. Forma parte del trabajo. Cómodo no era y justamente por eso nos dieron ganas de encararlo. Esa decisión nos permite meternos en lugares nuevos, propios o bueno… singulares, me gusta decir. Claro que hay otras de formas de hacerlo. No sé: nosotros elegimos esta”.

En ambas obras lxs amigxs están presentes, colaboran, aconsejan, observan, actúan. ¿Qué significan en tu vida tus amigxs?

Difícil responder esta pregunta. Todo lo que pienso suena mal. Me gusta la idea del amigo como algo que también es uno. Una parte de mí. Soy mis amigos, también. ¡No! Soy con mis amigos. Sin ellos no soy. Eso. Pero también con los otros. Los desconocidos. Estamos todos comprometidos. Los gravísimos problemas ambientales, sociales, económicos que sufrimos deberían hacernos tomar consciencia. Te lo digo a vos y me lo digo a mí que como ciudadano o terrícola no soy ejemplo de nada, la verdad. Pero bueno. Tenerlo presente, pensarlo me ayuda a hacer algo… Por el otro, otra. Hacer un poco más. Algo que nos vuelva menos mierda. Como amigos, como habitantes de este mundo.

Casa Teatro Estudio

Guardia Vieja 4257, CABA

No hay banda

Lunes, 20.30 hs, hasta el 9/10/23

La fuerza de la gravedad

Sábados, 18 y 20.30 hs, hasta el 7/10/23

@tatofc

@moyanolaura

@casateatroestudio

Seguir leyendo

LA NUEVA MU. Sobra-falta

La nueva Mu
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Lo más leido