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Daiana Abregú: la muerte que despertó a un pueblo

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El fiscal que investiga qué le pasó a la joven en la Comisaría Comunal le dijo a este medio que no tiene certeza sobre la causa de muerte. En tanto la Comisión Provincial por la Memoria le reclama “dilatar demasiado” una segunda autopsia, el titular de la investigación asegura que no tiene cómo trasladar el cuerpo y que las fotos del primer examen se hicieron con un celular. Y, en las calles de Laprida el recuerdo Dai —“La Sole” como le dice su familia— rompió el silencio: ¿Quién nos cuida de la policía?, se preguntan. 

Tercera entrega de la cobertura conjunta entre Revista Cítrica, Lavaca y Perycia. 

Por Bernardita Castearena y Facundo Lo Duca

Fotos: Mauro Arias

Laura Abregú solo lava los miércoles y los sábados, pero ese domingo lavó. Cuando sonó la puerta, estaba dándose una ducha para ir a la iglesia después de haber prendido la estufa a leña y colgado toda la ropa que unos minutos antes había dado vueltas en el lavarropas a paleta que usa desde que se le rompió el automático. Una de sus hijas abrió y Laura se enroscó la toalla alrededor del cuerpo para gritarle que ya iba. Unos segundos después un grito desgarrador retumbó en toda la casa: a las seis menos diez de la tarde, Victor Mallón bajó de un patrullero junto a otra oficial para comunicarle a la familia de Daiana Soledad Abregú que “lamentablemente, Daiana decidió quitarse la vida”. 

Al lado de Laura estaba su hija Sheila sosteniéndola, del otro Morena, que antes de que el policía emitiera sonido, salió corriendo descalza a buscar a Roberto Arias, su papá y marido de Laura, que estaba tomando mates en la casa de un amigo.

 —¿Qué te pasa? ¡Pará de gritar! —le dijo a Laura cuando llegó y la encontró con un ataque de nervios.

 —¿Cómo querés que no grite si se mató la Sole? 

Un mes después de aquel  5 de junio, la carátula del caso —averiguación de causales de muerte— sigue igual. Ignacio Calonje, titular de la Unidad Fiscal de Instrucción Especializada en Violencia Institucional de Azul que investiga la muerte de la joven de 26 años, confirmó a este medio que aún no tiene una línea de investigación clara. “No llegamos a una certeza en el causal de muerte. Las hipótesis de un homicidio o suicidio todavía se están analizando”, detalló. 

Daiana Abregú: la muerte que despertó a un pueblo
Fotos: Mauro Arias.

Los policías

 —¿Puedo verla? —le preguntó Laura al Comisario Inspector Marcelo Amaya ese domingo cuando llegó a la comisaría, unos minutos después de recibir la noticia.

 —Quedate con los recuerdos de cuando ella salió de tu casa porque es horrible verla así —le respondió el policía entre lágrimas. 

Desde el escritorio de al lado, el comisario Cristian Barrios le dijo que estaba la Policía Científica y que no podía tocar el cuerpo. 

Amaya y Barrios, encargados de dirigir la comisaría, serían desplazados hacia otra dependencia de Bahía Blanca a los pocos días. 

Otros cinco efectivos bonaerenses, además, fueron separados de sus tareas en la fuerza: Adrián Nuñez, Pamela Di Bin, Victor Mallón, Vanesa Nuñez y Yasmin Larios. Desde que Daiana entró en la comisaría por una contravención a las siete de la mañana hasta que se la encontró muerta entre las cuatro y cinco de la tarde, estos policías estuvieron presentes en diferentes horarios. Calonje ordenó allanamientos en sus domicilios. Allí secuestraron celulares que están siendo peritados.

Sin embargo, el fiscal confirmó que —por el momento— no piensa citar a ningún agente para tomarle una declaración testimonial. “Hasta que no tenga certezas en la línea de investigación, no puedo citar a alguien que no sé si es culpable, cómplice o autor”, señaló. Por otro lado, reveló que los primeros exámenes toxicológicos del cuerpo respecto a drogas y a alcohol “dieron negativo”, contrariando la versión policial de que Daiana fue detenida en un “estado alcoholizado”. También se refirió al estudio de las cámaras alrededor de la dependencia: “Encontramos algunas imágenes relevantes y aún restan por analizar otras”, detalló. 

Daiana Abregú: la muerte que despertó a un pueblo
Fotos: Mauro Arias.

Un cuerpo que todavía no habló

La lucha por ver el cuerpo duró casi 24 horas: el día de la muerte de Daiana Soledad, la Policía le dijo a la familia que a las ocho de la mañana del lunes iban a trasladar el cuerpo a Azul para hacerle la autopsia. El lunes bien temprano llegaron los familiares platenses de Laura y Roberto, y salieron todes en patota para la comisaría. “Entramos con Antonella y nos dijeron que se habían llevado el cuerpo la noche anterior porque habían decidido adelantar la autopsia y que la comisaría estaba intervenida”. 

De ahí salieron corriendo hasta la Ayudantía Fiscal de Laprida, donde les recibió su titular, Alejandro Braga, diciéndoles que la Estación de Policía no estaba intervenida, y que tenía un auto preparado para que fueran hasta Azul a ver el cuerpo antes de que le hicieran la autopsia.

En la esquina les avisaron que el cuerpo ya estaba llegando a Laprida, con la autopsia realizada, y que si no tenían plata para cubrir los gastos del velatorio, elles se iban a encargar de todo. La autopsia fue ordenada por el primer fiscal de la causa, Christian Urlezaga, y realizada por la Asesoría Pericial de Azul, que determinó una muerte por asfixia mecánica. Ese examen sería duramente criticado por la Comisión por la Memoria (CPM), dado que no se había respetado el protocolo de Minessota, medida que evita que funcionarios del Estado sospechados de haber cometido crímenes puedan actuar o influir en una investigación en curso. En este caso, la misma policía. 

“Detectamos, además, varias falencias en el procedimiento”, señalaron desde la CPM. El faltante de radiografías, la ausencia de análisis para determinar si algunas marcas o heridas en el cuello de la joven fueron generadas con anterioridad o son posteriores a su muerte y el carácter limitado del registro fotográfico y fílmico fueron algunas de las fallas detalladas por el organismo. A su vez, remarcaron la falta de especialidad de la médica que llevó adelante la autopsia. Si bien estaba habilitada para realizar ese tipo de exámenes, explicaron en un informe, el protocolo Minesotta obliga en estos casos a que se constituya “un equipo apto, con distintas especialidades para el análisis científico”. Desde entonces, la CPM insiste en avanzar con una segunda autopsia. Mientras tanto, el cuerpo de Daiana está en un depósito del cementerio local a la espera de una sepultura o un nuevo examen.

A un mes, sin certezas ni explicaciones

Roberto, el padrastro de Daiana, fue el primero que la vio. Antes de pensar en llorar o sentarse al lado del cajón, empezó a revisarla toda. Luchaba con los dedos para descubrir qué había debajo de las capas y capas de maquillaje que tenía encima el cuerpo de quien “se parecía más a él que sus hijas de sangre”, según Laura. Ahí descubrió que el cuerpo tenía marcas en la frente y en los brazos, y el tabique roto.

“Entiendo que la familia dijo haber visto otros rasgos de violencia en el rostro, pero eso fue producto de la autopsia que altera considerablemente las facciones”, señaló el fiscal Calonje. La posibilidad de hacer una segunda autopsia trajo un contrapunto entre la CPM y Calonje. El organismo criticó al fiscal por “dilatar demasiado” la cuestión y poner en riesgo el cuerpo de la víctima al no conservarlo de “una manera adecuada en una cámara de frío”.  La CPM, además, denunció que si no se aplica pronto un nuevo examen —con los protocolos debidos—, se perderán “pruebas valiosas e irreproducibles” ante la inevitable descomposición del cuerpo. 

Para Calonje, en cambio, la segunda autopsia no es una alternativa sencilla: “La realidad es que las asesorías periciales más cercanas a Laprida, como la de Azul o Junín, no realizan ese tipo de procedimientos. También hay un tema de recursos. Yo no dispongo de vehículos especiales para trasladar cuerpos. Para que te des una idea, las fotos de la primera autopsia fueron tomadas con un celular”, agregó. “Consideramos que el primer examen del cuerpo arrojó elementos suficientes para proseguir con la investigación. Valoro el trabajo que hace la CPM y por eso seguimos buscando alternativas teniendo en cuenta los tiempos de descomposición”. El organismo de derechos humanos sugirió que el Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora sea quien realice los nuevos exámenes. “Lo estamos evaluando”, concluyó el fiscal.

Daiana Abregú: la muerte que despertó a un pueblo
Fotos: Mauro Arias.

Un pueblo que empieza a hablar

Roberto dice que hay muchas cosas que no le cierran y que “todo el pueblo se enteró antes que nosotros”. Laura agrega: “Ese día todos teníamos el mismo pensamiento: ¿por qué se va a querer matar? Acá hacía lo que se le daba la gana, cuando cobraba compraba ropa para ella y para el nene, no tenía depresión, no tomaba pastillas. Éramos muy compañeras, ella siempre estaba pegada con nosotros”.

En base a datos del Ministerio de Seguridad, la CPM informa que actualmente el 39% de las personas detenidas en comisarías en la provincia de Buenos Aires están en dependencias clausuradas administrativas o judicialmente. En total:1687 personas. 

Daiana Soledad ya había sido demorada dos veces en la comisaría por otras contravenciones. En ambas oportunidades le contó a Laura que le habían pegado. Ahora, en todas las marchas se les acerca gente de diferentes edades a contarles que también sufrieron violencia institucional en la Estación de Policía Comunal de Laprida.

El 8 de junio, tres días después del hecho, una multitud se agolpó frente a la Policía Comunal de la calle Carlos Pellegrini. “En 20 años en Laprida nunca había visto algo igual. Esto nos marcó”, dice Cecilia, una vecina que asistió a esa primera convocatoria por justicia. Sin embargo, el apoyo a la familia no solo se sostenía de vecinos. 

La CPM también había llegado a Laprida esa jornada en su calidad de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura y junto a les padres de Daiana y Calonje, actual fiscal del caso, ingresaron a la comisaría por primera vez para su inspección. La dependencia no contaba con capacidad para alojar personas y registraba una clausura tanto administrativo como judicial. La información se desprende de un informe que el Centro de Operaciones Policiales (COP) del Ministerio de Seguridad bonaerense envió a la CPM el 31 de mayo de 2022, donde detalla un estado similar en otras comisarías de la Provincia. 

Ese mismo día, tras salir de la dependencia, la familia comenzaría el arduo camino en la Justicia para saber qué pasó con Daiana.

“Estamos seguros de que no intentó quitarse la vida”

“Lo primero que hice fue llamar a Sergio y explicarle que la causa hacía ruido por donde se mirase”, dice la abogada Pía Dufau desde su casa en Laprida. Junto al abogado Sergio Roldán ambos ofrecieron patrocinar gratuitamente a la familia Abregú. “Había ido a la marcha como vecina y también porque conocía a Daiana”, cuenta Dufau. Ambas cursaron en el mismo colegio secundario, cuando Daiana entró a mitad de año, tras llegar a Laprida desde La Plata. “Ella después abandonó. Y si bien no compartimos tantas cosas juntas, éramos hinchas del mismo club. Nos cruzábamos seguido”, cuenta. Hasta que les abogades fueron aceptados como particulares damnificados, la causa por el fallecimiento de la joven estuvo a cargo de Urlezaga, titular de la UFI 7 de Olavarría que junto a Braga —Ayudante Fiscal de Laprida—, tomaron las primeras medidas del caso.

Sin embargo, dos denuncias anticiparon la salida de Urlezaga. El primero —denunciado por Dufau y Roldán—, fue que el fiscal nunca separó a la bonaerense de la investigación, ni tampoco pidió que apartaran a los cinco policías que estaban ese día en la comisaría. “Era muy poco serio que el hecho haya ocurrido en manos de la policía y lo investigasen ellos mismos”, explica Dufau. El segundo —denunciado por la CPM—, fue en relación a la autopsia por no respetar el protocolo de Minessota.

“Estamos conformes con la primera autopsia y se lo transmitimos a la familia”, vuelve Dufau. “El cuerpo de Daiana habló y demostró pruebas que, si bien aún están siendo periciadas, apuntan a que no fue un suicidio”. Las pruebas a las que se refiere la defensa —y que aún no fueron confirmadas por el fiscal Calonje— tienen que ver con la posibilidad de que la joven haya sido asesinada, tras ser atacada con una bolsa en la cabeza. 

“Los exámenes arrojaron que sus pulmones están contaminados”, destaca Dufau. Si bien aún restan más pruebas con respecto a la hipótesis de un homicidio, como ver si debajo de sus uñas hay rastros de piel, los abogados están seguros de que Daiana “no intentó quitarse la vida”. La práctica de tortura con bolsas en la cabeza no sería ajena a la comisaría de Laprida. Según pudo recabar este medio, hay testigos que, de forma extrajudicial, aseguran haber sido atacados de esa forma por algunos efectivos, además de recibir fuertes golpizas.

El abogado Sergio Roldán también confirma estos métodos: “hay chicos que sé que les pasó, pero no se animan a denunciar”, cuenta. “Es una comunidad pequeña. Todos conocen a algún policía y eso genera miedo”, agrega. 

Otra hipótesis que los abogados evalúan es la negligencia. Daiana, señala Roldán, debería haber estado “bajo permanente vigilancia desde que entró a su celda”. Fuentes policiales de Laprida relataron a este medio cómo funcionan  los controles de los detenidos en la comisaría. Un efectivo debe permanecer monitoreando las celdas en todo momento. Cada dos horas, además, un superior debe presentarse, junto a otros dos guardias, para una inspección rutinaria. Sin embargo, explicaron, esos procedimientos “casi nunca se cumplían” y las guardias, muchas veces, “se falsificaban con una firma en la planilla oficial de la dependencia”. 

Tampoco se respetaba la dinámica judicial con los detenidos. “Lo primero que un policía tiene que hacer cuando encierra a alguien es notificar al secretario de turno del juzgado de paz”, retoma Roldán. “El juzgado de Laprida se enteró de que Daiana estaba en la comisaría cuando ya estaba muerta”, detalla. 

Hasta el momento, la carátula del caso —averiguación de causales de muerte— continúa igual. Sin embargo, la querella apunta a que eso cambie. “La responsabilidad de todo lo que pasé en una comisaría es completamente de la policía. En el caso de Daiana estamos seguros de que no intentó suicidarse. Y lo vamos a probar”, finaliza Roldán. 

El recuerdo de Daiana, “La Sole”

Tobías —el hijo de Daiana Soledad—- tiene nueve años y fue la última persona de la casa que compartió tiempo con ella. El sábado a la tarde, su mamá lo cargó en la bicicleta y fue a lo de un amigo a tapar un tatuaje que ya no le gustaba. Un rato después de salir de su casa, en lugar de una frase tenía un ramo de flores en el centro del pecho. Daiana era fanática de los tatuajes: tenía el cuerpo intervenido con tinta desde el cuello hasta las piernas. Ese mismo amigo le tatuó el nombre de sus hermanes, de sus sobrines, frases y dibujos.

El 4 de mayo fue el último cumpleaños de Daiana. Como no le gustaba comer tortas, las hermanas le prepararon algo sencillo para soplar las velitas “porque ella con cualquier cosa era feliz”, dice Morena. Ese día tomaron mates, cenaron en familia, sacaron algunas fotos y escucharon música: algo que con Daiana Soledad nunca podía faltar. Antes de ponerse a limpiar, a cocinar o lavar la ropa a mano, conectaba el parlante con el teléfono por bluetooth y ponía alguna canción de cumbia o rock nacional. 

“La Sole no paraba”, coinciden todos alrededor de la mesa en la que servía canelones en tiempo récord. Ahora el parlante, que ocupa gran parte de la barra que separa la cocina del comedor, permanece en silencio. Un mes después de la muerte de Daiana, el parlante reproduce canciones feministas en la puerta de la comisaría.

Daiana Abregú: la muerte que despertó a un pueblo
Fotos: Mauro Arias.

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Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

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El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.

A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).

Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.

La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.

Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Por Anabel Pomar

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.

En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).

¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.

En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. 

¿Por qué se incluyó a nuestro país?  Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.

Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.

Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.

El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.

Omnipresentes

 Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Los resultados de los venenos en materia fecal.

En los hogares

Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.

Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la  potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.

A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.

Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.

La mordaza

En la conferencia virtual –toda en inglés– que  duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.

Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.

Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.

El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.

Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.

“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la  investigación.   

En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.

La vida cotidiana asediada

En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.

En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

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Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»

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Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.

Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes. 

En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó: 

  • La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
  • Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
  • La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
  • Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
  • Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.

Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.

El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas. 

El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.  

El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
El Poder Judicial es el segundo del Estado con más denuncias. Datos de Observatorio Lucía Pérez.

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.

Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento. 

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El escenario y la vida: el universo Cárdenas

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Dos obras teatrales de un mismo autor nos invitan conectar con su universo personal: Martín Flores Cárdenas, dramaturgo y director, no se define como actor pero actúa, o como prefiere decirlo “está en escena”. El duelo por la muerte de su abuelo, la propuesta para montar una obra en Brasil y lxs amigxs como tesoro y sostén son algunos de los temas que aborda en No hay banda; mientras que en La fuerza de la gravedad el desafío fue escribir una obra y dedicársela a una amiga actriz, que se convierte en la protagonista. Cómo llevar la vida al escenario —o el escenario a la vida— para que la experiencia traspase la propia piel.

Fotos: Nora Lezano

“No creo que sea teatro documental. Tampoco una conferencia performática. En realidad, no es nada”, afirma el dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas. Se refiere a su obra No hay banda, primera entrega del ciclo Obras Truncas, que está actualmente en cartelera junto a La fuerza de la gravedad, otra de sus producciones. Ambas transcurren en Casa Teatro Estudio, tres palabras que definen lo que sucede en Guardia Vieja 4257. Martín vive en la parte de arriba, pero aclara que la sala teatral es como si fuera una extensión de su casa: “Como lo son las obras, también, forman parte de uno: extensiones o sucursales de uno”.

Desde 2019 y junto al escenógrafo brasileño Ruslan Alastair Silva coordina esta sala artística del barrio de Almagro. “Es un espacio —cuenta Martín— que da la posibilidad de experimentar, sobre todo, nuevas formas de producción. Y eso, a veces con suerte, genera cosas reveladoras en el lenguaje escénico. Reveladoras para nosotros. Lo que más nos interesa es ir por caminos alternativos a los que ofrece la lógica de ´el mercado´. O al menos, tratar de producir sin que esas lógicas contaminen lo que hacemos. Es una sala re chiquita que permite crear sin presión de fechas ni, no sé… de objetivos económicos”.

No hay banda y La fuerza de la gravedad podrían encuadrarse en las clasificaciones de teatro documental o de “conferencia performática”. También como un biodrama, docuficción o teatro autobiográfico. Vamos a hacerle caso a Martín y dejaremos de lado las etiquetas que definen el género de una obra teatral. Sí vamos a decir que ambas abren una puerta —en sentido literal y simbólico— y nos permite instalarnos allí con agrado. Son invitaciones a navegar por un rato en el universo personal de quien las sintió, las escribió y puso el cuerpo en escena para contarnos parte de su vida. Y esa parte incluye la muerte de un ser querido: su abuelo.

El escenario y la vida: el universo Cárdenas

Banda sonora

Imposible no identificarse con este duelo y sus reflexiones, incluso las más bizarras en un contexto de pérdida reciente, porque también hemos tenido esos pensamientos absurdos que dispara el dolor. Martín utiliza recursos eficientes para su narrativa, nos distrae, nos distiende, y nos vuelve a traer a una zona donde la piel se eriza y el corazón cruje. “No hay banda apareció como posibilidad de desobturar la escritura. Por más que quisiera escribir otras cosas, siempre aparecía aquella obra trunca como un tapón. Un duelo mal hecho que esta nueva obra me ayudó a atravesar. Como me parecía imposible ensayar solo, busqué un dispositivo que me contuviera. Me junté con amigos a armar los videos, a grabar los audios. Y, texto en mano, empecé a leer la obra a amigas, amigos. A mostrar lo que había pensado. Algo de esa combinación entre lo ultrapremeditado o realizado y la fragilidad del estar ahí y lo improvisado se volvió lo que es hoy la obra”.

La muerte de su abuelo y una llamada para proponerle montar una obra en Brasil. Ambas circunstacias sucedieron casi al mismo tiempo. El fin de una vida, el comienzo de un proyecto. “Me interesaba problematizar el concepto de existencia. Suena re pretencioso, ya sé. Un clásico. Pero bueno… Traté de ser honesto cuando la escribía y pensaba y trato de ser honesto ahora respondiendo esta entrevista. La existencia de una obra primero ¿Qué hace que una obra exista? ¿Dónde o cómo existe lo que imaginamos? ¿En qué momento una obra empieza a ser y cuando muere o termina? Y desde ahí poder dialogar con la relación entre existencia y materia. La existencia de aquellos que murieron y cuya falta generó una obra. Y la materialidad del cuerpo en general y del autor en particular que, bueno, en este caso soy yo. Que no soy actor pero estoy en escena. Me gusta decirlo así: estar en escena. Porque de alguna manera plantea o propone algo ¿Qué es estar en escena? ¿No es actuar acaso? Pensar el cuerpo en escena. Autor que escribe e interpreta. No hay límites o bueno… Esa es otra pregunta. Son muchas: no hay un sólo tema o eje, como verás”.

En los próximos meses No hay banda se va a presentar en Madrid, en el Festival Iberoamericano de Cádiz y en Alicante, España. “Tanto No hay banda como La Fuerza de la gravedad se hacen cuando se puede. El público tiene que estar atento a las fechas que aparecen en Alternativa Teatral. Porque como tenemos estos viajes pueden estar una semana sí y a la siguiente no y así”. Martín asegura que ambas obras tuvieron procesos muy diferentes y comparten dos elementos en común: el lugar desde donde fueron creadas y que no se puede determinar una fecha de estreno ya que comenzó a mostrarlas y se fue sumando público.

El otro como un territorio a descubrir

La fuerza de la gravedad es una pieza teatral cuya materia prima es la ternura. Un abrazo que nos incluye a quienes estamos sentadxs frente a la actriz Laura López Moyano y su pila de hojas A4 de las que irá descubriendo hilos de vivencias con la amistad como protagonista. Martín: “Apareció primero como una idea. Yo hacía mucho tiempo quería hacer una obra para mis amigos. Y tenía la idea de este dispositivo en la cabeza. Pero recién cuando se me ocurrió que Laura podía ser la amiga que pondría el cuerpo me puse a escribir. Es una obra dedicada a mis amigxs pero sobre todo a ella. Las ideas son ideas… Están ahí. Gracias a ella, a que existe y es mi amiga, existe esta obra”. La amistad como territorio a descubrir, como un vínculo necesario y elegido. “Quería hablar del vínculo con la otredad. No me gusta cómo suena esa palabra pero creo que es la que le hace más justicia. No hablar sólo de la amistad. En todo caso, usar ese vínculo misterioso para mí, para hablar de otros vínculos. La relación con la naturaleza, el planeta o el espacio. Poder pensar al otrx como un territorio desconocido. Y que mi relación con ese cuerpo me constituye”.

Sin espoilear diremos que el final de esta obra es un momento infinitamente disfrutable, de regresión al universo infantil, ese paraíso que puede no estar perdido si se lo sabe buscar. ¿Cómo se elabora en la escena lo personal y lo ficcional? ¿Te sentís cómodo trabajando con esos elementos? “No sé si es cómodo. Justamente por eso es divertido, supongo. O útil para hacer algo. Lo pienso en relación a mí pero también a Laura. Para ella no fue fácil ni cómodo. Pero lo quiso hacer, lo encontró o encontramos necesario. Forma parte del trabajo. Cómodo no era y justamente por eso nos dieron ganas de encararlo. Esa decisión nos permite meternos en lugares nuevos, propios o bueno… singulares, me gusta decir. Claro que hay otras de formas de hacerlo. No sé: nosotros elegimos esta”.

En ambas obras lxs amigxs están presentes, colaboran, aconsejan, observan, actúan. ¿Qué significan en tu vida tus amigxs?

Difícil responder esta pregunta. Todo lo que pienso suena mal. Me gusta la idea del amigo como algo que también es uno. Una parte de mí. Soy mis amigos, también. ¡No! Soy con mis amigos. Sin ellos no soy. Eso. Pero también con los otros. Los desconocidos. Estamos todos comprometidos. Los gravísimos problemas ambientales, sociales, económicos que sufrimos deberían hacernos tomar consciencia. Te lo digo a vos y me lo digo a mí que como ciudadano o terrícola no soy ejemplo de nada, la verdad. Pero bueno. Tenerlo presente, pensarlo me ayuda a hacer algo… Por el otro, otra. Hacer un poco más. Algo que nos vuelva menos mierda. Como amigos, como habitantes de este mundo.

Casa Teatro Estudio

Guardia Vieja 4257, CABA

No hay banda

Lunes, 20.30 hs, hasta el 9/10/23

La fuerza de la gravedad

Sábados, 18 y 20.30 hs, hasta el 7/10/23

@tatofc

@moyanolaura

@casateatroestudio

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