Nota
David Viñas, un a-dios
(por Daniel Riera, para lavaca)
–¿Usted sigue escribiendo en La Nación?
–Oh, sí.
–¿Y ya redactó su propio artículo necrológico?
–¿Cómo dice?
–El que van a publicar cuando usted se muera.
(Tartabul, 2006)
Duele como la puta que lo parió y tal vez, pienso, tal vez precisamente por eso hay que escribirlo ahora. David Viñas ha muerto. Hoy estuve en el bar La Paz y pensé en él, parroquiano habitual del bar, con su bigote coloreado por la nicotina. Fue en el bar La Paz donde le pedí que me firmara mi ejemplar de Jauría, la edición original de Granica, que tiene el dibujo de Carlos Alonso en la tapa. Fue en el bar La Paz donde me lo crucé algunas veces en los últimos años para pedirle una nota que me negó siempre, argumentando problemas de salud que saltaban a la vista. David Viñas ha muerto y da miedo pensar en todo lo que muere con él: un escritor cada vez más libre, cada vez más experimental. No es el Viñas de Literatura argentina y realidad política ni el de Indios, ejército y frontera el que más me interesa, y eso que es difícil encontrar una obra crítica de semejante espesor. Pero tengo la impresión de que el Viñas ensayista ha sido un poco usado para ningunear a un narrador con una obra única. Si describiéramos a Lionel Messi como un gran goleador, no faltaríamos a la verdad, pero ocultaríamos una parte, y los lectores que no lo vieron jugar podrían cometer el error de pensar que Messi es algo así como el Martín Palermo del Barcelona.
Así como la obra de Balzac se denomina La comedia humana, el títuloLiteratura argentina y realidad política podría ser aplicado tranquilamente a la obra narrativa de Viñas. La campaña del desierto (Cayó sobre su rostro), los fusilamientos de la Patagonia (Los dueños de la tierra), la guerra civil española (Un dios cotidiano), los movimientos revolucionarios surgidos en América latina a partir de la revolución cubana (Cosas concretas), la casta militar que volteó a Yrigoyen y a Perón (Hombres de a caballo) el Viejo, un general que es Urquiza, pero en el fondo es Perón (Jauría), la últimas dictadura (Cuerpo a cuerpo), todo eso está presente en su obra, a la cual sin embargo le quedan francamente chicos rótulos pedorros como «Novela histórica» (¿Cómo sería, por otra parte, una novela ahistórica?)
Mientras reviso sus libros en mi biblioteca, descubro, en la solapa de Cosas concretas, un texto que tiene un aire al párrafo anterior. Dice: «En un sentido podría afirmarse que todos los libros de David Viñas (incluso sus ensayos) pueden ser leídos como un gran texto único: una amplia saga balzaciana en la que distintos niveles de escritura (ensayo, crítica, narración, reportaje, crónica) se organizan en función de la dialéctica entre biografía privada e historia política que osbsesiona al autor.» Me lo llevo. Ojalá siguieran escribiéndose solapas como esta en los libros.
En Un cuarto propio, Virginia Woolf afirma que los escritores deben dejar de lado el resentimiento a la hora de escribir, porque ese resentimiento les impedirá escribir obras maestras. David Viñas -su vida, su obra- prueba exactamente lo contrario. Viñas escribía con huevos y con odio y con dolor: no se sumergía en una probeta en busca del adjetivo perfecto. Y de este modo concibió una obra troncal en la literatura argentina. Los escritores norteamericanos viven en busca de la entelequia de «la gran novela [norte] americana (The great american novel)» La gran novela argentina, en cambio, ya fue escrita. Su primer capítulo es Cayó sobre su rostro y fue publicado en 1955; el último, Tartabul, fue publicado en 2006.
William Faulkner nos hace libres. Cualquiera que lo haya leído se siente libre, desde ese preciso momento, para escribir como se le canta, para experimentar con la lengua y los procedimientos literarios, para cagarse en el trencito introducción-nudo-desenlace y en sus vagones que se detienen casi siempre en las mismas estaciones. «La estructura es para los ingenieros», decía Faulkner. David Viñas es nuestro Faulkner, un Faulkner pasado por Sartre y por Mansilla. Un escritor imperfecto y digresivo y, precisamente por eso, un escritor a menudo genial. Y si Yoknapathawa es la tierra de las novelas de Faulkner, la Yoknapatawpha de Viñas se llama Argentina.
A propósito de la reciente polémica sobre la visita de Vargas Llosa, Américo Cristófalo escribió en Página/12 que V. Ll. es ( ha devenido) un escritor de derecha porque en los últimos treinta años su obra ha perdido todo riesgo artístico y se convirtió simplemente en una maquinaria eficaz al servicio de la industria editorial. No sé si Cristófalo tiene razón, porque no he leído obras de V.LL. posteriores a la gran Conversación en la catedral, pero en todo caso, no deja de emocionarme pensar que los últimos libros de Viñas son los más rupturistas, los más audaces; que en lugar de desalentarse porque la Revolución con la cual soñaba no había llegado, Viñas optó por hacerla desde su literatura.
En las novelas de Viñas, la gente huele. «Yo hiedo, viejito; mi cuerpo es un queso. Bilbao, no: camembert. En los sobacos y en las verijas -te ruego- oléme, soy una planta, Lore, no me desprecies. […]»
En las novelas de Viñas, la gente coje. Con jota. Y hay saliva, semen, fluidos.
En las novelas de Viñas no hay asepsia.
Opuestos por el vértice. Borges escribe con la tradición de la literatura argentina en la cabeza. Viñas escribe con la tradición de la literatura argentina en la cabeza. Cada uno se hace cargo a su manera de esa tradición. Borges escribe cuentos. Viñas escribe novelas: escribió un libro de cuentos, Las malas costumbres, pero es, sobre todo, un novelista. Viñas denunciaba al borgismo como un camino paralizante. Un ejército de epígonos berretas de Borges y de Bioy Casares dan fe de cuanta razón tenía.
Hombres de a caballo, una novela sobre milicos, es la obra de transición de Viñas. El momento en que empieza a lanzarse al vacío. En una novela sobre milicos, Viñas rompe filas. Cuerpo a cuerpo fue escrita en 1979, cuando la dictadura de Videla ya había desaparecido a sus hijos María Adelaida y Lorenzo Ismael, y se publicó por primera vez en la Argentina en 2006. Cuerpo a cuerpo circula por librerías de viejo o de saldos: cuesta 15, 20, a lo sumo 25 pesos según la librería. En Cuerpo a cuerpo, a un general le rompen el culo. Literalmente. Y luego su propia hija le pega un tiro en la cabeza. Cuerpo a cuerpo es una novela disruptiva, áspera, que requiere un enorme compromiso de parte del lector acostumbrado a la papilla narrativa. Seguime, Chango. Y si te animás a seguir a Viñas, quedate tranquilo que no te va a defraudar. Cuerpo a cuerpo es «la» novela de la dictadura. Ideología y estética son absolutamente inescindibles en la obra de Viñas.
La Academia (léase Filosofía y Letras, Puán, etc.) ha reconocido a Viñas. Los cánones literarios construidos y promovidos desde la Academia suelen ser denunciados por su arbitrariedad desde una postura ciertamente tilinga. Si no fuera por la influencia benéfica de las operaciones culturales diseñadas desde la universidad de Buenos Aires, escritores como Héctor Viel Temperley, Osvaldo Lamborghini, César Aira, Juan José Saer, se habrían ido perdiendo en el olvido. Viñas mismo es un gran pionero en la creación de cánones. Un grupo de estudiantes universitarios entre los cuales estaban los hermanos David e Ismael Viñas fundó una revista durante la década de los 50 y la llamó Contorno. El primer número de Contorno estuvo dedicado a un escritor por entonces olvidado que se llamaba Roberto Arlt.
En la Facultad de Filosofía y Letras, David Viñas ha tenido cátedras a su cargo, desde donde impuso su perspectiva crítica, absolutamente ajena a la bananeada de la «muerte del autor», a la escisión quirúrgica entre vida y obra. [Quiero decir: ¿Los condicionamientos sociales en que surgió la obra?; Sí, por supuesto, ya sé; ¿El contexto político?, Sí, claro, ya, sé, de acuerdo, pero qué hacemos con vos, el autor de ese libro. Sí, vos también, porque lo político y lo privado, como dice el solapista de Cosas concretas, en Viñas no se escinden jamás: la pregunta del millón es, digamos, como interactúan una cosa y la otra.]
Cuerpo a cuerpo se estudia en Literatura Argentina II. Pese a este esfuerzo académico, Viñas no tiene la cantidad de lectores que se merece. Ojalá el tiempo ponga las cosas en su lugar.
A Viñas le molestaba ser definido como un «escritor». Prefería ser llamado «intelectual». La diferencia entre un término y otro se relaciona con el deseo, la necesidad, la obligación de intervenir en su tiempo para transformarlo. Según Piglia, el tema de la obra de Viñas es la «indagación sobre las formas de la violencia oligárquica». Desde allí escribe. Desde allí, también, interviene como intelectual. Desde allí lee. Viñas es un modo de leer la literatura argentina. Viñas es un modo de leer la Argentina.
Duele como la puta que lo parió y quizá por eso mismo hay que escribirlo ahora. David Viñas ha muerto. No se trata de estetizar la muerte: su rigor intelectual no lo permitiría. Viñas es un corazón que se detuvo, un cuerpo que ha comenzado a descomponerse. Parece como si la literatura argentina se hubiera muerto, pero no, es un eclipse nomás. Queda, siempre, el legado de Viñas: el resentimiento como ejercicio de la lucidez, la experimentación formal como acto revolucionario. Y un general al que una de sus víctimas le rompió el culo y su hija le pegó un tiro en la cabeza.
Nota
297 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez

De enero a noviembre de 2023 el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 297 femicidios y travesticidios en todo el país. Como resultado de estos crímenes se registraron además 233 huérfanxs por femicidios, un drama silenciado del cual es necesario hablar.


No son cifras y por eso en nuestro padrón se visualizan sus nombres, edades, dónde vivían y cómo sucedió el femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar el problema.
Solo un caso entre cientos: Evangelina, de Mar del Plata, estaba a punto de ser abuela. Sus 5 hijas presenciaron el crímen; la más pequeña, con 3 años, marchó con la foto de su mamá por las calles de la ciudad costera reclamando justicia. Fue una de las 391 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que registramos durante el año.


Registramos además 312 tentativas de femicidios. En noviembre uno de estos crímenes fue contra una mujer de 31 años que está embarazada de 6 meses.
Este 2023 registramos 120 desaparecidas. Y llevamos 1023 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.
Todo la información que producimos es de público y libre acceso en www.observatorioluciaperez.org
Nota
Madres de Plaza de Mayo: rondar el presente

La Ronda de Madres de cada jueves como lugar de encuentro, denuncia y reflexión, desde los 12 hasta los 93 años. Elia Espen y lo que vienen pidiendo hace más de 40 años. Por Lucas Pedulla
Tiene 12 años, se llama Catalina y es la primera vez que viene. «Es hermoso», dice, con brillo en los ojos, después de tomarse un tren y un subte desde Lomas de Zamora, sur del conurbano, con su tía Daniela, para venir a la ronda de las Madres en Plaza de Mayo, segunda después del triunfo de Javier Milei en el balotaje presidencial.
La caminata la encabezan Nora Cortiñas y Elia Espen, Madres de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora. Hay menos personas que la semana pasada, pero el movimiento sigue siendo vital para pensar esta época.
Catalina, por ejemplo, cuenta que en su colegio se discutió mucho durante las elecciones, y si bien fueron pocos los compañeros que apoyaban a Milei, lo hacían con argumentos que le parecían extraños: «Hablaban de la dolarización y pedían que vuelvan los militares».

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Zurda vas a correr
Daniela –31 años, preceptora– abre los ojos: «¿Por qué será que siendo tan jóvenes crean eso? Soy docente y he tenido problemas por tratar de frenar esos discursos. Tenía estudiantes que me chicaneaban, y aun si lo hacían para hacerme enojar, eran chicanas violentas: ‘Se te acaba la joda’, ‘viene el Falcon verde’. Mi otro sobrino, el hermano de ella, me dijo: ‘Zurda vas a correr’. Tiene 10 años».
¿Dónde vio eso? «En Tik Tok», dice. Catalina suma su visión: “Hay mucho Tik Tok y mucha violencia. Las redes sociales no ayudan para nada”. Daniela piensa que son necesarias nuevas formas de comunicar: “Trato de dar información, hablar con mi mejor tono, y enfatizar los ejemplos: los militares secuestraban personas y las tiraban vivas de los aviones. Pero no cala. En algo estamos fallando. Ahora todo son 10 segundos efímeros”.
De fondo, mientras caminamos, una voz lee nombres:
Lopez Ceferino.
López Bravo José María.
Lópes Calvo María Eugenia.
Son personas que siguen desaparecidas.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
El lugar donde se mira al mundo
Otro de los camina en ronda es Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el joven de 28 años que desapareció el 1º de agosto de 2017 en medio de una brutal represión de Gendarmería a una comunidad mapuche en Esquel, provincia de Chubut. Su cadáver, sospechosamente aparecido meses después, fue señalado como efecto de un “accidente”. Eran tiempos de Mauricio Macri como presidente y Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. Tiempos en que también fue asesinado por la espalda Rafael Nahuel en la Patagonia. Maldonado está en Buenos Aires porque el 11 de diciembre iba a tener la audiencia de apelación por el intento del juez Gustavo Lleral de cerrar la causa, pero se la postergaron hasta el 28 de febrero.
Percibe, en general, un sentimiento de retroceso: “Todas las instituciones se rompen, como un desmoronamiento general. Ya no es un negacionismo, sino desidia. Hubo una disconformidad que se manifestó, pero también es irresponsabilidad: es triste ver cómo la tercera fuerza se mete ahora a manejar el gobierno, con el discurso de rebeldía, pero el ministro de Economía va a ser el mismo que nos endeudó por 100 años (Nicolás Caputo). Hay un grupo de gente que no votó con el bolsillo, sino de manera irracional”.
No sintió miedo, pero sí preocupación: “Bullrich está coqueteando con el Ministerio de Seguridad, aunque hoy también sonó para Trabajo. Representa dos épocas nefastas, porque como ministra de Trabajo en 2001 ya le recortó el 13% a los jubilados. Y ni que hablar que ahora, si asume en Seguridad, tiene como vicepresidenta a alguien que reivindica el genocidio”.
¿Por qué, entonces, venir a la Plaza? “Quedan poquitas Madres y esto tiene que seguir. Nos encontramos con seres queridos en una misma línea. Capaz no sabés la fecha de cumpleaños, pero es un lugar de reencuentro. Desde acá se mira el mundo y también se interpela a la Casa Rosada. No hay que perder el vínculo con las Madres”.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Pensar todo otra vez
Lua tiene 16 años y Paloma 17. Son estudiantes de cuarto año del colegio porteño Carlos Pellegrini. Paloma viene por primera vez: “Estamos en una situación complicada y ahora, que se está reivindicando la dictadura, es súper importante cuidar la memoria”.
Lua ya vino varias veces: “Se cuestiona algo tan básico que siempre me pareció incuestionable. Y es importante venir para que en las casas se vuelva a hablar”. Percibió que Milei entró en el Pellegrini más silenciosamente, a diferencia de otros colegios donde el apoyo fue más colectivo, precisa: “La mayoría son por las familias; o lo toman como chiste, un meme, algo nuevo; o por la desconfianza en la política. Muchos descreen de lo político, entonces tampoco hablan, por lo general, con alguien que no piensa como ellos”.
¿Qué pudieron hablar post balotaje en el Pellegrini? “Siento que es un momento donde deberíamos hablar más que nunca, pero en mi colegio la juventud no se está pudiendo organizar lo suficiente para pensar estos cuatro años. Recién pasaron dos semanas, pero tuvimos una instancia para hablar y éramos nada más que 20 personas. Siendo un colegio tan politizado, es poco, y hay que replantearnos cosas básicas y volver a esquematizar todo”.
–¿A qué te referís con esquematizar?
–Pensar cómo vamos a salir, cómo van a ser nuestras marchas, cómo nos vamos a cuidar. Probablemente a mucha gente no la dejen ir a las marchas, porque somos pibes de 16, 17, 18 años, incluso menos. Tenemos que ser un gran volumen.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Me tienen podrida
Elia Espen tiene 93 años. El 18 de febrero de 1977, su hijo Hugo Orlando Miedan Espen fue secuestrado y llevado al centro clandestino de detención y tortura El Atlético. Sigue desaparecido.
«Están diciendo pobrecitos los generales, que tienen que liberarlos, mientras nuestros hijos siguen desaparecidos, fueron tirados al mar –habla, micrófono en mano, una vez terminada la ronda–. Estamos como empezamos: me tienen podrida. ¿Qué más podemos decir? Seguimos pidiendo lo mismo que pedimos hace más de 40 años: verdad y justicia. Estoy escuchando cada cosa por la radio y televisión que me espanta. Todavía no sabemos nada de lo que pasó con nuestros familiares. Ojalá se unan, ustedes, todos. Lo único que tenemos que seguir haciendo es estar juntos».
Luego, le pasó el micrófono a Nora Cortiñas, 93 marzos. Su hijo Gustavo está desaparecido desde el 15 de abril de 1977. Nora habló y dejó frases para tomar apuntes:
- “Todavía este pueblo no llegó a captar los horrores que vivimos durante el terrorismo de Estado porque, si no, las elecciones hubieran sido diferentes”.
- “Vamos a tener que seguir hablando”.
- “Como vienen días muy difíciles tratemos de estar juntas, juntos, y pensar que no queremos que se repita más lo que vivimos”.
- “Tenemos que estar en la calle todo lo que podamos”.
- «En vez de absorber el veneno que tienen les contestaremos con el amor que tenemos».
- “Hay que salir y reivindicar lo que lucharon nuestros 30 mil”.
- “Vengan acá, vengan a acompañarnos porque así vamos a demostrar que exigimos memoria y verdad hasta el final”.
- “A seguir luchando. Vamos a vencer”.
- “No pasarán”.
Voto cansancio
Rocío, 23 años, de Lomas de Zamora, estudiante de Periodismo en la Universidad Nacional de Avellaneda (UnDAV), militante del Movimiento Evita, la escucha con atención. También, es la primera vez que viene. “Me movilizó mucho venir ahora que Milei es gobierno, ver todo el sufrimiento de las Madres, pero que siguen acá. Vine por eso. Y seguro vuelva”.
Rocío es de las que piensa que no fue un voto negacionista sino un voto cansancio: “Venimos haciendo las cosas muy mal y hay reconocerlo: en los últimos cuatro años no hubo grandes políticas que le cambiaran la vida a la gente, que es por lo que el peronismo se identifica. Hay un cansancio: no creo que el 55% sea negacionista. Espero que no”.
Le cuento que recién, en otra entrevista, una docente hablaba de la necesidad de nuevas formas de comunicar. ¿Qué piensa una estudiante de periodismo? “Las empresas de medios siguen siendo funcionales al sistema. Yo me tiro del lado de los medios autogestivos, ahí se cuenta la realidad de los hechos. Soy mamá de una nena de cuatro años y no quiero que se malinforme por Tik Tok. Deberíamos volver a lo que hicieron las Madres y contar desde ahí. Por no querer confrontar, la juventud peronista fue tibia. Tenemos que perder el miedo y dejar de ser sumisos. El Nunca Más es Nunca Más en muchas cosas”.
-¿Qué destacás en las Madres como comunicación?
-La sensibilidad. Las Madres son un gran ejemplo de cómo enfrentaron la dictadura. Hubo estrategia ahí. Cuentan un hecho terrible que vivieron en carne propia, pero desde la sensibilidad con el otro, de entender al otro, de comunicar hacia el otro. Es por ahí y es lo que nos está faltando.
Repite: “Es por ahí”.
El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

Fotos: Sebastián Smok/lavaca.org
Nota
Crimen de Rafael Nahuel: condenan a los prefectos a 4 y 5 años de prisión; la familia apelará

La condena por el asesinato de Rafael Nahuel llegó tarde y mal: el prefecto Sergio Guillermo Cavia, responsable del delito de homicidio agravado, fue condenado a 5 años de prisión. Sus cuatro compañeros, cómplices, a 4 años y 6 meses. Y hasta tanto no quede firme la condena, seguirán libres. La familia anunció que apelará el fallo, a las puertas de una nueva presunta asunción de Patricia Bullrich, la responsable política del asesinato. Crónica de la audiencia de un veredicto anunciado, en cobertura colaborativa con Perycia.
Por Ludmila Cabana Crozza. Fotos de Jaime Carriqueo
desde fiske menuco
El fiscal llegó antes que nadie. Al habilitarse la sala de audiencias era la única persona sentada en la sala, en su lugar. Por momentos cerraba los ojos, por momentos revisaba su teléfono celular. Cuando ingresó al Juzgado saludó a una de las decenas de policías federales que custodiaban el edificio del Tribunal Federal de la ciudad de General Roca adentro y afuera. Antes de iniciar la subida por la escalera recibió un buen deseo. Va a estar todo bien, doctor, le dijo un policía.
Desde las 7:25 am hasta que se habilitó el ingreso a la prensa, el fiscal Rafael Vehils Ruiz estuvo solo en la sala. Entraron la prensa y la familia de Nahuel. Se llamó a un breve cuarto intermedio y todos regresaron, junto al Tribunal, cerca de las 11 para presenciar la lectura de la decisión final.


Este miércoles 29 de noviembre de 2023 en la sala de audiencias Alfredo C. Nielsen se leyó el veredicto que los jueces federales Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava entendieron como justicia por unanimidad: condenar a Sergio Guillermo Cavia por considerarlo autor material responsable del delito de homicidio agravado por haber sido cometido mediante la utilización de arma de fuego y con exceso de legítima defensa, a 5 años de prisión e inhabilitación especial por 8 años.
Eran cinco los prefectos procesados por la muerte de Rafael Nahuel en 2017 en Bariloche. Francisco Pinto, Juan Obregón, Carlos Sosa y Sergio García fueron condenados a 4 años y 6 meses de prisión e inhabilitación especial por 7 años por el tribunal oral criminal federal de General Roca ya que los consideraron partícipes necesarios del delito de homicidio agravado cometido por Cavia. Los 5 condenados no tendrán condena preventiva: serán detenidos cuando la sentencia quede firme. Hasta tanto no podrán abandonar el país ni retirarse de su domicilio por más de 24 horas salvo que avisen con anticipación.


Pero antes de los 6 minutos que tardó la lectura del veredicto hecha por el presidente del tribunal, Alejandro Silva, los cinco procesados tuvieron un momento para decir las palabras finales. Todos hicieron uso de ese derecho y dijeron casi lo mismo: que obraron en cumplimiento del deber, conforme a derecho, sin cometer excesos y con una orden judicial que los legitimaba.
Cavia agregó que tenía fe en que se iba a hacer justicia; Obregón dijo que respetó la vida propia y la de terceros en cuanto se pudo. García dijo que actuó en este “lamentable hecho conforme a derecho”. Todo fue escuchado y visto en una pantalla, porque ninguno de los acusados pisó el Tribunal Federal en ninguna de las audiencias: siguieron el juicio desde sus casas, conectados a internet. Recibieron el veredicto en las mismas circunstancias.
Durante el debate oral hubo dos querellas: una por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación con el abogado Mariano Przybylski como representante, y otra por parte de los padres de Rafael Nahuel con los abogados Rubén Marigo y Ezequiel Palavecino. En los alegatos ambas querellas pidieron prisión perpetua para los 5 prefectos por homicidio agravado.
El pedido de pena máxima se desprende de lo que el abogado Marigo entiende es un delito político, un delito de violencia institucional pero fundamentalmente una deuda de la democracia: no haber terminado con prácticas que vienen de la dictadura militar. Se refiere a usar el aparato estatal (en este caso las fuerzas de seguridad) en contra de ciudadanos comunes.

La defensa fue por la absolución, no reconoció ningún delito pese al resultado de una persona muerta y dos heridos de bala del mismo lado. El fiscal Vehils Ruiz, por su parte, pidió 5 años de prisión para los acusados. No consideró quitar el atenuante en la acusación original de homicidio en exceso de legítima defensa y fue por la idea de un enfrentamiento entre las partes. Esta posición, pese al pedido de las querellas, limitó la decisión del Tribunal en cuanto a la pena dictada: la más alta fue la que pidió el Ministerio Público Fiscal.
Rafael Nahuel fue alcanzado por un disparo por la espalda y murió el 25 de noviembre de 2017, tenía 22 años. Quienes lo acompañaban también fueron heridos y oficiaron de testigos en una de las jornadas del juicio que ayer terminó, no estaban armados.
El miércoles 29 de noviembre, día del veredicto, la mamá de Rafael Nahuel cumplió años. Se llama Graciela, es una mujer bajita, lleva zapatillas negras de caña alta, medias de color rosa, un pantalón animal print y una remera mangas largas con otra blanca encima con la cara de su hijo asesinado. La misma remera llevan Alejandro, el padre y Ezequiel, el hermano. Graciela tiene, en el día de su cumpleaños, que estar lejos de su casa en Bariloche, a 481 kilómetros, porque le falta un hijo y busca justicia.
Lleva dos hebillas con brillos en el pelo, tiene una bolsa de tela de Unelen que revisa buscando alguna cosa, hace un gesto como de revolver algo en la boca mientras escucha y mira lo que dicen los jueces sobre los acusados de la muerte de su hijo, que son culpables y están en sus casas -¿qué mastica Graciela? ¿bronca?-.
Afuera, al sol, dijo frente a un micrófono que no está conforme, que esperaba más, que está desilusionada. El abogado Marigo aseguró que apelarán, Horacio Pietragalla Corti, titular de la Secretaría de Derechos humanos de la Nación que acompañó la jornada dijo que, a pesar del cambio de gestión que se acerca, esa también es la intención de la Secretaría.


El 29 de Diciembre de 2023 a las 11 hs. es el día fijado para dar a conocer los motivos del hecho en el que se funda el veredicto conocido hoy. «Que tengan un excelente día, cuídense», fueron las palabras del juez antes de dejar el recinto.
En 2017, el año del hecho juzgado hoy, la poeta neuquina Silvia Mellado escribió:
Rafael Nahuel
han soltado los albatros
en el medio del bosque
donde dice tierra ancestral
leen coto de caza los perdigueros que olisquean
gustosos un pedazo de tu muerte
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