CABA
Del piquete a la Rosada: el MTD con Kirchner
Dieciocho representantes de los MTD nucleados en la coordinadora Aníbal Verón se reunieron con el Presidente y varios de sus ministros entre el jueves y viernes pasado. Los detalles de esas reuniones revelan cuál es el palo en la rueda para que los planes de gobierno se transformen en hechos. Los piqueteros hablaron de la justicia, el asistencialismo y las empresas privatizadas. Y escucharon a Kirchner enunciar sus intenciones: desde un intercambio comercial con Venezuela para bajar los precios internos de los combustibles hasta la formación de una comisión que investigue la Masacre de Puente Avellaneda. «Caiga quien caiga, el que cometió un delito y violó la ley va a ir preso», prometió. En principio y por primera vez, un gobierno reconoció a estos movimientos como lo que son: formas organizadas que posibilitan que los recursos del Estado lleguen, por fin, a la gente.
Alberto Spagnolo, sacerdote suspendido, 38 años, uno de los inspiradores del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, es -según los diarios- un «piquetero duro».
Él arquea las cejas con cierta resignación y asegura que «siempre tuvimos la intención de llevar las cosas bien, en buenos términos». Y agrega: «Nosotros no matamos a nadie. Nunca. No tenemos vocación de asesinos. La policía ha matado. La palabra dureza les corresponde a ellos».
Pero Alberto y otros 17 integrantes de diversos MTD reunidos en la coordinadora Aníbal Verón fueron esos «piqueteros duros» que el jueves 19 de junio caminaron levemente impresionados sobre las alfombras que adornan los pasillos pomposos de la Casa Rosada, para reunirse alrededor de una mesa ovalada con el presidente de la Nación, Néstor Kirchner y varios de sus ministros (Interior, Salud, Planificación, Trabajo y el secretario General de la Presidencia).
La reunión duró más de dos horas, y dejó un saldo de diversas novedades y noticias:
- El Presidente aseguró que creará una comisión investigadora de los asesinatos y la represión del 26 de junio de 2002, que incluirá al MTD y a organismos de derechos humanos. Dijo: «Caiga quien caiga, sea quien sea, el que cometió un delito y violó la ley va a ir preso. Va a tener que responder ante la justicia».
- Hablando del tema de las privatizadas y las tarifas, Kirchner comentó que se está estudiando un convenio de intercambio con Venezuela para abaratar aquí el precio de los combustibles. La Argentina enviaría alimentos a cambio de combustible, para poder así regular hacia abajo los precios internos.
- Pese a la oposición inicial del ministro de Salud, Ginés González García -con quien tuvieron un encontronazo durante la reunión- se acordó que por primera vez el MTD será responsable de recibir y distribuir medicamentos para garantizar que lleguen a los destinatarios sin que se esfumen en manos de punteros políticos u otros cuentapropistas por el estilo. Hasta ahora todo se concentraba en los Centros de Salud.
- Se agilizarán las normas para la conformación de cooperativas de trabajadores. Dijo Kirchner: «No puede ser que resulte más difícil armar una cooperativa que una sociedad anónima». La medida entronca con la idea de que las cooperativas de trabajo y vivienda puedan hacerse cargo de parte de los planes de obras públicas destinados a una presunta reactivación de la economía, motorizando de paso fuentes autogestivas de trabajo y recursos.
- Kirchner dijo además que las obras relacionadas con el Estado (arreglo de escuelas, hospitales, mantenimiento de diversas instalaciones) funcionarán como fuentes de trabajo para desocupados, y no para empresas intermediarias.
Alberto repasa esos ítems y dice: «Para nosotros fue positivo el reconocimiento como organizaciones sociales. Pero no vamos a andar a los besos y los abrazos. Queremos ver los hechos. Queremos trabajar, tenemos la mejor disposición, si las cosas se hacen. Puede haber anuncios muy hermosos, pero si no se traducen en la práctica, no son nada».
El origen de esta reunión fue otro encuentro con el Presidente, hace unas semanas, en el que participaron el Bloque Piquetero, Polo Obrero, Barrios de Pie, y el MIJD, sigla creada por el polifacético Raúl Castells. Se suponía que ahí debía estar también el MTD, o una representación de la Coordinadora Aníbal Verón, pero tal cosa no ocurrió. Las otras agrupaciones dijeron que la Aníbal Verón estaba representada por el CTD, sigla que cobija al grupo Quebracho. «Nosotros ya no compartimos un espacio con ellos en la Verón» informa Alberto. Sin embargo, en aquella reunión con Kirchner, hubo cierta sobredosis de olvido y nadie aclaró que la Verón no estaba representada.
El malentendido (¿malentendido?) se solucionó unas semanas más tarde, a través de una comunicación con Héctor Metón, ex funcionario del ministerio de Trabajo bonaerense que parece lucir, según Spagnolo, una característica inesperada: «Siempre nos pareció un hombre con palabra, pese a que en la política está todo muy mal. Siempre que dijo ‘vamos a hacer esto’, se hacía, y velaba para que se cumpliera. Lo llamé y le pregunté qué estaba pasando -porque habíamos pedido una reunión- y me dijo que el gobierno ya daba como que nos habían recibido. Se aclaró la situación y al rato me llamó para decirme que el Presidente tenía la intención de sentarse a hablar con nosotros».
Aquel ataque de olvido promovió para los MTD reunidos en la Aníbal Verón la posibilidad de tener una reunión individual, por así decir: en realidad no se trata de un movimiento único, sino de una coordinadora de 15 movimientos, cada uno de los cuales preserva su autonomía. Por eso fueron todos, salvo los representantes de Río Negro. El grupo sumó 18 personas, con doble participación de algunos MTD bonaerenses.
La Coordinadora había mantenido reuniones para definir los puntos de reivindicación que presentarían a Kirchner. Cada asamblea había designado a su representante. Solano determinó que Alberto fuese su vocero.
-¿Cuál era el clima en esas reuniones previas frente a algo inédito para ustedes, como sentarse a hablar con un presidente de la Nación?
-Hay signos que tienen que ver con el deseo profundo del pueblo argentino de que haya cambios. Cambios en la Justicia, en la manera de entender cómo se hace la política. Tenemos mucha prudencia en cuanto a no acelerarnos, porque esto está recién empezando. Los compañeros dicen: ‘somos personas, y si nos invitan a una mesa vamos a tener un diálogo siempre y cuando haya respeto, y se vean los resultados’. Los compañeros también decían: «no vamos a una negociación, no vamos a una tregua. Hay una expectativa y queremos trabajar. Pero no vamos a bajar la guardia’.
El jueves 19 Alberto Spagnolo pasó primero por la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, junto a unos documentalistas europeos de los que vienen a esa especie de imán del turismo político en que parece haberse convertido la Argentina. Unas cuantas rondas después, se habían ido congregando otros integrantes de la Aníbal Verón. Recibieron un llamado a un celular para que fueran acercándose por Rivadavia a la Casa de Gobierno. Un funcionario fue a esperarlos. Cruzaron la valla a mitad de la Plaza de Mayo que todavía mantiene a la Casa Rosada como dentro de un corralito, por decirlo de algún modo.
Cada visitante fue identificado. Entraron al edificio y pasaron por el pasillo donde se ven los bustos de los ex presidentes. «Había algunos personajes desagradables de la historia, como Aramburu o Lonardi. A nuestro gusto no deberían estar. No vi si estaba Videla. Sería demasiado, no tienen nada que ver con la democracia. Comentaron que a Rodríguez Sáa lo van a poner».
Alberto reconoce que lo impactó tanto mármol y tanta alfombra. Los condujeron a un salón y al rato llegó el Presidente, que saludó uno por uno a sus visitantes.
Le habían llevado un regalo: Darío y Maxi-Dignidad Piquetera, la investigación y testimonio que acaba de realizar y publicar el MTD sobre los crímenes y la represión del 26 de junio de 2002.
Kirchner luego tomó la palabra. «Dijo que en el gobierno hay una actitud de diálogo para sanar las heridas abiertas en el pueblo argentino, y que hay disposición para trabajar sin discriminar a ningún sector. Después planteó que la Argentina está afectada por una política clientelística, por los privilegios, y que él vino para revertir eso, para que haya una nueva forma de hacer la política e incluir a todos los sectores que quedaron afuera».
Los señores del MTD escucharon sin responder. «Estamos un poco curtidos» dice Alberto, como quien espera que los discursos se transformen en hechos.
El anfitrión cedió la palabra a sus visitantes, que hablaron primero de la justicia, o más bien de la injusticia.
-Mencionamos la situación de impunidad, con una justicia que inclina la balanza para un solo lado.
-¿Quién habló?
-Todos. Fue repartido, íbamos interviniendo, agregando, cada compañero mechaba algo, profundizaba, sumaba ideas.
-Armaron una Ronda de Pensamiento en la Rosada. (El MTD de Solano organiza tal ronda, una especie de asamblea abierta y en círculo, una vez por mes).
-Es que no nos llega mucho eso de que hable una sola persona. Hubo mucho ida y vuelta, con discusión, fundamentaciones y nuestro parecer sobre la situación social, económica y política.
-¿Pero qué hablaron concretamente sobre el tema de la justicia?
-En principio, el caso de un compañero, Javier Barrionuevo, asesinado por Jorge Bogado (hombre del justicialismo bonaerense enviado a romper un piquete). Hay un fiscal que no acusa, y Bogado salió en libertad. A ese fiscal se le está pagando un sueldo, pero no cumple su deber al dejar en libertad a una persona que asesinó. Ahí aparece el tema de la impunidad y las complicidades del poder político y policial. Se puso énfasis pidiendo que se considere si hay equidad en los tribunales de Lomas de Zamora, donde el duhaldismo es muy fuerte. Queremos que pongan gente idónea en algo tan importante como la justicia.
Otro tema fue la causa penal -la llamada Causa Complot- que abrió el ministro radical del duhaldismo, Jorge Vanossi, donde acusa al MTD de asociación ilícita, robo y atentado contra la democracia, nada menos que por los hechos del 26 de junio de 2002, en el Puente Pueyrredón, que culminó con los asesinatos a mansalva de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Traducción: las víctimas son las acusadas (aunque bien leídas, las palabras asociación ilícita, robo y atentado contra la democracia describen muy minuciosamente lo hecho por buena parte de la clase dirigente).
-Como el Presidente habló de sanar heridas, le pedimos como un gesto el retiro de esa causa, que muestra la estrategia del gobierno: reprimir y además penalizar el conflicto social.
-Ustedes planteaban estos temas ¿Kirchner y los ministros qué hacían?
-Tomaban nota. Un poco como resultado de la conversación dijeron: ‘seguramente ustedes vienen trabajando, tienen equipo de abogados. Nosotros queremos formar una comisión para trabajar en forma conjunta para garantizar que esto no quede en la impunidad’. Vamos a ver de qué se trata porque a veces uno no sabe las comisiones en qué terminan.
-¿Pero algo les generó desconfianza?
-No, hubo una afirmación muy contundente del Presidente, diciendo que caiga quien caiga, sea quien sea, el que cometió un delito y violó la ley va a ir preso. Va a tener que responder ante la justicia.
-Hasta ahora ¿quién está preso?
-Algunos policías que estuvieron en el operativo, aunque otros no. Y a nivel político, nadie.
-¿Quién creen ustedes que tiene responsabilidad?
-Hay autores materiales y autores ideológicos. Ahí entran funcionarios del gobierno, integrantes de la Side, muchas personas que trabajaron sistemáticamente para llegar a lo que fue la masacre de Puente Pueyrredón.
-¿Por ejemplo?
-Jorge Matzkin que era ministro del Interior, Oscar Rodríguez (ex segundo de la Side, esposo de la diputada Mabel Müller e íntimo de los Duhalde), Alfredo Atanasof, y varios más. Y en última instancia el propio Duhalde, como parte de este plan criminal.
-Es llamativo que teniendo la oportunidad de una reunión, en lugar de empezar hablando de las necesidades económicas, hayan priorizado el tema de la justicia.
-Sí, fue una opción, pero hubo un acuerdo unánime de cada asamblea. No hubo dudas. Una de las desgracias que tenemos es que no haya una justicia independiente, igual para todos. En una democracia tiene que haber una justicia que vele por los derechos de todas las personas. Alguien que roba por necesidad un pollo, va preso mucho tiempo. Y sin embargo está el caso del intendente Fernando Geronés, de Quilmes, que robó muchísimo dinero a la comunidad. Organizó con unos concejales tres empresas fantasmas, que facturaron servicios que la comunidad nunca recibió. Pagó una fianza, quedó libre, y ahora es candidato a senador. Entonces, ¿dónde está la justicia? A este tema le dedicamos la mayor parte de la reunión.
-¿Con qué eco?
-Lo principal es lo de seguir trabajando para que esto no quede en la nada. Le dijimos a Kirchner que hay además una penalización de la pobreza, que tiene que ver con la represión en los barrios y con ver al pobre como una amenaza social. En un momento fueron los subversivos. Hoy son los pobres. Se los criminaliza.
-Ustedes perciben que el que defiende sus derechos -si es pobre- es visto como un delincuente.
-Claramente. Y bueno, ellos seguían tomando nota. Salvo el ministro de Salud que parecía un poco cansado. Fue importante que el Presidente hablara de hacer trabajos integrados de los ministerios, porque antes te encontrabas con 900 proyectos, cada uno en un área distinta. Es auspicioso que eso cambie.
-Esa dispersión suele ser una estrategia: no se hace nada, pero todos parecen estar trabajando en innumerables proyectos.
-Y así se desaprovechan recursos increíbles. Kirchner contó -cuando hablamos de la parte de acción social- que se estaban pagando un millón de pesos por mes en cajas de cartón para la mercadería de los planes sociales. Cuesta un peso cada caja. Ahora la retiraron, y sólo con eso hay un millón más para aplicar a los planes.
-Si eso pasaba con las cajas de cartón, da miedo pensar qué ocurre con insumos más valiosos.
-Es que en esas cosas ganan las redes clientelares, empresarios, funcionarios. No creo que esas cajas se las compraran a los cartoneros.
El tema siguiente fue el del trabajo. Kirchner explicó que en Santa Cruz promovió el mecanismo de cooperativas para la autoconstrucción de viviendas, una manera de generar trabajo con personas que construyen su vivienda y a la vez tienen un ingreso mensual. «Hizo la descripción, le dijimos que estamos de acuerdo pero que siempre que hubo obras públicas fueron las empresas privadas las que se llevaban el negocio para ellos. Le dijimos que hay que implementar beneficios para los que necesitan, y no para sectores que ya están enriquecidos. Dijo que iban a tratar de gestar cooperativas y de facilitar los trámites, porque es más difícil gestar una cooperativa que una sociedad anónima, y tendría que ser al revés».
Según Spagnolo, Kirchner también informó que todo lo relacionado con el Estado, arreglo de escuelas, hospitales, mantenimiento de instalaciones, serán fuente de empleo para desocupados y no para empresas intermediarias.
Se trata de un cambio de tema. En lugar de hablar de desocupación, se habló de trabajo. Alberto reconoce que las cosas han ido mutando, incluso en el propio MTD, esa sigla que representa tan fuertemente toda una identidad: «Pese a que no estamos empleados, estamos trabajando. No estamos desocupados, parados. Cuando empezamos, lo que nos convocaba era el gran problema de la desocupación. Y lo que nos pasaba a nosotros, le pasó a millones. Pero el movimiento no es sólo de trabajo, es más integral, incluye otros aspectos de la vida como la educación, la salud. Hemos estado charlando eso, por ahí correspondería más llamarnos Movimiento de Trabajadores Autónomos».
En la reunión todos los presentes reconocieron que querrían salir del asistencialismo y los planes, aunque los integrantes de la Aníbal Verón recalcaron que el drama es el «mientras tanto»: mientras se llega a situaciones mejores, aquellos desocupados y desamparados que cuando el MTD nacía en 1996 eran «sectores» hoy ya son millones de personas.
«Y además, el propio asistencialismo falla, porque los planes no contemplan la situación de los mayores, ni la de los jóvenes, ni la de los indocumentados, ni la de los discapacitados: la realidad es mucho más compleja que lo que marca un decreto».
-¿Se tocó el tema de salud?
-Sí, tuvimos un cortocircuito porque el ministro (Ginés González García) empezó hablando de lo bueno que era el Plan Remediar. Pero los compañeros plantearon que había dificultades con la llegada de medicamentos, que se los utiliza de forma clientelar, y él reaccionó con mucha fuerza. Estaba un poco dormido, pero se despertó y se puso un poco loco. Pensó que decíamos que no servía, pero no era eso.
-¿Y ustedes qué planteaban?
-Valoramos que se avanzó en poner freno a la ambición de los laboratorios, y se generaron posibilidades de elegir con los remedios genéricos. Vemos los aspectos positivos, pero sabemos también que hay mucho que avanzar en los territorios.
-¿Por qué reaccionó?
-Se sintió mal porque dice que es uno de los planes más monitoreados, que lo fiscalizan organizaciones que no son del gobierno. Kirchner un poco le salió a paso y le dijo que muchas veces hay planes que en lo ideal son buenos, pero que en la realidad no funcionan tan bien. Así que sería bueno escuchar, y le dijo que sería bueno ir al territorio y ver ahí directamente qué es lo que está pasando.
-Les dio la razón a ustedes.
-Es que éramos varios movimientos de distintos distritos del conurbano diciendo lo mismo, que no se satisfacen las necesidades. De hecho quedamos en que exista una comunicación para ver qué problemas hay en los centros de salud, que no falten remedios en ningún centro. Hay algo raro: los botiquines se envían según las consultas, y hay remedios suficientes, así que no se entiende que haya problemas de suministros, cuando en este caso los recursos están. Por eso al día siguiente, cuando nos reunimos con González García, nos contó que se habían robado algunos camiones, y nos pidió que veamos si no aparecen remedios por algún lado raro. Dijo: «voy a tener que salir a cortar cabezas».
-¿Cómo quedó la relación con él?
-Bien, pidió disculpas por la reacción que tuvo y dijo que se había levantado a las 4 y media de la mañana, y estaba agotado. Se lo veía. Lo principal para nosotros fue el reconocimiento de Kirchner de que podemos ser parte en el programa de salud. Ser parte activa y reforzar lo que hace el Estado. El ministro decía que no se pueden tener remedios en una organización barrial, en un lugar no adecuado, sin responsabilidad de un médico. Le contestamos que nosotros somos los primeros en sentir esa responsabilidad, y lo venimos haciendo hace muchos años. Colaboran con nosotros profesionales, porque los remedios no pueden darse como caramelos. Así que estamos dispuestos a que nos inspeccionen, que verifiquen si estamos en condiciones, pero queremos contribuir con la comunidad porque vemos que los Centros de Salud, y ni hablar de los hospitales, están totalmente desbordados.
El gobierno había planteado que aspira a la universalidad del plan. El MTD hizo un aporte para que eso sea algo más que una expresión de deseos.
El ministro, conociendo el conurbano, dijo: «Pero ojo, que después los medicamentos no se vendan», cosa que tal vez sabe que ocurre en los feudos políticos dominados por los punteros de cierto partido oficialista. Los señores del MTD aclararon que ellos no son los que hacen ese tipo de cosas.
El 3 de julio habrá una nueva reunión para evaluar el alcance de la asistencia que puede dar el MTD, y para poner en marcha lo que se ha conversado.
¿Qué representa esta ayuda? En el caso de Solano, por ejemplo, las cuentas son claras: el presupuesto de salud es de 1.500 pesos mensuales, de los cuales 800 están comprometidos en la compra de medicamentos de por vida (oncológicos, para diabéticos, para gente mayor). El rubro «lentes», cuenta Alberto, les lleva unos 400 pesos. El botiquín estatal (que incluye antibióticos, vitaminas y una muy completa variedad de medicamentos) permitiría volcar esos 1.500 pesos a otras necesidades del área de salud que un botiquín no alcanza a cubrir.
Para tomar el caso de Solano, además de las urgencias médicas, el MTD se hace cargo de asuntos de largo alcance, como planificación familiar y prevención del sida, que de otro modo no serían cubiertos en absoluto. Alberto dice que lo que hay que reforzar es la prevención en general: un desafío que abarca desde el tema de alimentación hasta el de información. No es ningún hallazgo: las organizaciones sociales tienen más claridad, honestidad y eficiencia sobre estos temas que las bandas de funcionarios que en las últimas décadas sólo dejaron que las cosas lleguen a los extremos actuales.
-¿Hablaron de las empresas privatizadas?
-Sí, sabíamos que no podíamos tocar a fondo todos los temas, pero era un punteo general. Planteamos que las empresas privatizadas han desarrollado un nivel de lucro que afecta la finalidad social que debe tener un servicio. La luz, el gas y el agua, no pueden ser elementos de lucro sino que son necesidades de un ser humano, un derecho.
Y dijimos que mientras fuera sólo lucro, las consecuencias están a la vista. Aguas Argentinas, por no retirar agua de los pozos sino directamente del río, generó todo el problema de las napas. No generó obras, no hizo cloacas, no invirtió en materiales. Un montón de compromisos que estaban en los contratos y que nunca se cumplieron. Lo que sí han hecho bien es la cuestión de cobrar deudas, cortar servicios, no contemplar la situación de ancianos y desocupados, y cortar el servicio del agua de una manera despótica. Son situaciones que duelen. A algunos barrios fueron a cortar los servicios con la policía y la gendarmería. Y está el tema del gas, las garrafas están carísimas.
-¿Qué dijo Kirchner?
-No nos dijo demasiado, comentó que lo están estudiando a fondo, y que hay mucha resistencia por parte de las compañías privadas. Pero sí dijo que veía que la nafta y el gas tienen que bajar como combustibles. Y dijo que están charlando con el presidente venezolano Hugo Chávez, para abrir un intercambio. La Argentina enviaría alimentos, y ellos suministrarían combustibles. La idea es bajar el precio del combustible y poder regular al sector privado.
-Parece un absurdo. A la Argentina no le faltan combustibles.
-Claro, pero no se pueden manejar los precios. Los funcionarios dijeron que están dando batalla en esos temas. Y que no es fácil. Kirchner dio a entender que hay mucha resistencia de las privatizadas a temas como tarifas sociales, servicios que lleguen a la comunidad, obras, y a cumplir lo que dijeron que iban a hacer. Sabemos que hay presión, además, de los países a los que pertenecen esas empresas. Quedó planteado el tema, y se seguirá trabajando.
Un dato: quedó sobre la mesa la idea de una futura visita del propio Kirchner a alguno de los asentamientos del MTD.
La reunión concluyó agendando varios encuentros con los ministros. Eran pasadas las 10 de la noche. Los invitados fueron hasta la sala de prensa, pero casi todos los periodistas ya se habían ido. Luego los integrantes de los MTD salieron rumbo a la Plaza de Mayo para coordinar entre ellos los futuros encuentros: «De golpe nos dimos cuenta, y pasamos al otro lado de la valla, no fuera cosa que nos metieran presos por estar ahí».
-¿Qué impresión intercambiaron en ese primer momento?
-Nos pareció bueno el resultado. Es la primera vez que se nos recibe en un ámbito así. Es bueno ser reconocidos de alguna manera. Nos costó tanto. Hemos peleado mucho por nuestra autonomía. Y hemos tenido un costo altísimo. Por ahí a uno le agarra una cierta pena. Si hubiéramos tenido en la Argentina este diálogo, esta forma de hacer las cosas, hubiéramos evitado derramamiento de sangre de muchísimas personas. No se tendría que haber llegado a lo que se llegó.
Alberto cree que el comportamiento de Kirchner es el que corresponde a un funcionario que cobra un salario pagado por la sociedad: «Los funcionarios no son los faraones a los cuales accedían solamente los sumos sacerdotes o los militares: la corte. Nadie mejor que los que están trabajando junto a la comunidad para saber qué es lo que está pasando sin quedar preso de los microclimas del mundo político».
Esa frase encierra todo un programa político, que está por verse.
El viernes fue la reunión-reconciliación con el ministro de Salud, pero también hubo un encuentro con Alicia Kirchner, hermana del Presidente y responsable de Desarrollo Social, que los recibió con Alberto Gandulfo y Sergio Berni.
El primer problema es que el lugar era demasiado chico, y les propusieron formar una comisión más pequeña. «Somos 18» fue la respuesta de los MTD. A los funcionarios no les quedó más remedio que aceptar, y por eso terminaron un tanto apretujados, pero sin excluidos (interesante metáfora social sobre el país).
Se habló de infraestructura, de los comedores, de los emprendimientos productivos. La anfitriona dijo que lo suyo no es sólo aplicar planes, sino lograr la participación, y que haya un verdadero ida y vuelta para que se garantice un trabajo consensuado entre el gobierno y la gente.
Esta vez hubo otro cortocircuito, ya que la secretaria defendió los consejos consultivos bonaerenses. Cuenta Alberto: «Empezaron con Duhalde. Se supone que son un espacio institucional de discusión y representación, pero nuestra experiencia es negativa. Son más de lo mismo, no son organizaciones genuinas. Son aparatos de la política tradicional. Son fantasmas».
-Comisiones que se organizan para no hacer nada.
-Exacto, yo comenté que en el país no solo se rompió la organización por arriba, sino que también en la comunidad, en la base, existe un grado muy amplio de corrupción y oportunismo. Y te encontrás con espacios como esos, que están viciados de entrada, armados para chuparse los recursos que vienen del Estado. En un momento le dijimos que lo que ella decía era muy idealista, no tiene nada que ver con la realidad del conurbano.
-¿Qué es lo idealista?
-Eso de que va a juntar a todos los sectores comunitarios, en un mismo ámbito para discutir, hacer las cosas, todos unidos. Le explicamos que uno no puede ilusionarse, que hay señores feudales en los territorios, y que no va a ser gratis todo esto. Tenemos una situación donde la expresión comunitaria, real, de trabajo de base, está muy rota. Le conté una experiencia en un asentamiento, La Matera, donde intentamos que fuera un ámbito común con organizaciones genuinas, serias, honestas, y con la violencia terminaron rompiendo la experiencia. Había un sector de la CTA, la sociedad de fomento, gente que toda la vida trabajó en la zona, y los MTD. Conformamos una especie de asamblea donde íbamos trabajando todos los temas: comisiones de salud, alimentos, relación con los servicios públicos. Generamos toda una tarea y cuando vieron que nadie podía sacar provecho de ese espacio, vinieron con la violencia, prendieron fuego a casas de compañeros, vinieron armados. Fue por el poder, el territorio es un espacio de disputa. Ahí fracasan estos planteos de juntarse todos. Llevamos las de perder porque estos punteros actúan con la complicidad policial y todos reinan a través de la fuerza, si es necesario.
-Ustedes pusieron la dosis de pragmatismo bonaerense.
-No les queremos tirar abajo la idea de trabajar con organizaciones comunitarias, ni creemos que somos los únicos. Al contrario: ojalá se reproduzcan y sean miles las que aparezcan. Pero con un compromiso real y no ficticio como en estos concejos consultivos que son toda una parafernalia inútil. Creo que le consejo consultivo de Quilmes había 600 organizaciones que nunca tuvieron una práctica social. Era todo armado para robarse los recursos que llegaran del Estado.
Se habló también de la tierra. Los funcionarios dijeron que no hay demasiada tierra fiscal o del Estado que pueda distribuirse a quienes quieran trabajarla, pero habrá reuniones con el Plan Arraigo para estudiar en qué medida aparecen lugares que permitan pensar en producir en una escala mayor que la de los actuales emprendimientos del MTD. Como primer paso los funcionarios técnicos del gobierno irán a conocer lo que los MTD están realizando. Dice Alberto: «Sabemos que faltan recursos, y que por más que hablemos de cosas interesantes, todo esto tiene un límite que es la realidad, y la masividad de los sectores en estado de necesidad. Pero toda ayuda, potenciar emprendimientos, siempre es algo».
Alicia Kirchner también les mencionó la posibilidad de acceder a créditos «blandos». «A nosotros tomar crédito no nos convence, porque uno asume un compromiso para cumplirlo» dice Alberto, esgrimiendo un tipo de pensamiento opuesto al de la clase empresaria y la recua de gobiernos que hipotecó al país durante las últimas décadas.
-Todas estas reuniones, planes e ideas, ¿no ponen en tela de juicio la idea de autonomía que ustedes defienden?
-La autonomía no es aislamiento. No podríamos vivir. La autonomía es un proyecto que se construye, es la realización de cada uno de nosotros como ser humano, en un marco de respirar libertad. Libertad de relacionarnos, de poder recuperar la palabra, libertad de recuperar la sociabilidad que necesita todo ser humano.
Pero desde un comienzo nosotros tuvimos presente que las relaciones con el Estado, con los funcionarios, lejos de subordinarnos nunca aceptaríamos nada que nos subordine a una lógica que nos venga impuesta. Para nosotros es importante que las cosas se vayan haciendo como nosotros queremos, no por imposición de «te doy esto pero a cambio de esto otro». No lo aceptaríamos nunca.
-¿Te parece válida la idea de que el gobierno intenta dar una respuesta a los reclamos de los movimientos sociales, para legitimarse?
-La crisis no está resuelta. Un presidente gana, pero eso no significa que en 2 ó 3 meses no esté en el piso. Ellos saben que tienen graves problemas y que si quieren llevar adelante un programa de gobierno tienen que responder a todo lo que no se hizo. Es la única manera en que pueden seguir adelante. No veo otra.
-También es fuerte pensar que un año atrás estaban en el Puente Pueyrredón, en medio de una cacería represiva. Y ahora estuvieron en la sede del gobierno.
-Nosotros siempre tuvimos la idea de llevar las cosas bien, en buenos términos. Lo que no hemos tenido es eco. Hemos sufrido una especie de discriminación. Por ahí se nos recibió en la provincia, pero con el gobierno nacional siempre tuvimos problemas. No éramos reconocidos como organización, y éramos vistos como un peligro potencial en cuanto a su territorio, el bonaerense sobre todo. Han tenido una fuerte preocupación porque en el conurbano siempre tuvieron ellos la hegemonía, con sus redes clientelares. Aparecimos como un virus en el territorio. Muchos gobernadores o intendentes siguen hablando así , de «nuestro territorio», como si fuera de ellos.
-Y aparecen los que cuestionan eso. Los piqueteros duros.
-Esa denominación tiene que ver, con que siempre nuestro movimiento tuvo firmeza y tenacidad, en medio de todas las adversidades que hemos pasado. A veces decimos que el gobierno tiene el palo y la zanahoria. Nosotros tratamos de salir de esa lógica, con nuestros planes de lucha. Y hemos visto cómo no se reconocían las necesidades, o se burlaban diciendo cosas que no se cumplían. Frente a eso hemos tenido actitudes de firmeza y de sostener en la práctica lo que decíamos con nuestras palabras. Cuando estaba pasando lo de General Mosconi, con una represión terrible con costo en vida, heridos, vimos que los medios habían apagado sus cámaras y el pueblo seguía rodeado, y ahí propiciamos un bloqueo a toda la Capital Federal, tuvimos una actitud muy firme bloqueando los accesos, sobre todo la autopista. De ahí viene el tema de la dureza, pero comparado con la situación de que le estaban tirando con fusiles FAL a una población desarmada, creo que la palabra «dureza» les corresponde a ellos. Es la violencia
Nosotros no queremos eso. Siempre supimos los peligros de salir de nuestro barrio, de hacer marchas, manifestaciones, cortes de ruta. Sabemos que nos ponemos en riesgo. Pero nunca lo hicimos como agitación o propaganda, sino reclamando situaciones reales, reivindicaciones reales.
Por eso el tono de Alberto es de mucha cautela. Recuerda algo, que jamás olvida: «Por defender la vida, hemos tenido que pagar el costo de perderla». Y repite algo más: «La experiencia a uno lo va curtiendo». El alcance de esas palabras es un enigma que resolverá el futuro.
Mientras tanto, los MTD están realizando sus estadísticas barriales para mostrar a los funcionarios, están recordando que un año atrás los cuervos de la muerte se ensañaron con ellos, están anunciando que de todos modos prefieren hacer las cosas desde la vida, y saben que el 3 de julio tienen agendadas unas reuniones en el centro de la ciudad, y en el centro del poder.
Allí estarán los 18, para constatar si las palabras empiezan a convertirse en acciones.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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