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Diario del aborto en el Senado (17-7-2018)

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Por Pablo Marchetti

La Cámara de Senadores sigue debatiendo el proyecto de legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Ayer, martes 17 de julio, durante ocho horas expusieron 18 personas sus argumentos a favor y en contra de la ley. Se suponía que cada una tenía siete minutos, pero la mayoría habló mucho más. Además, contestaron las preguntas que les hacían las senadoras y los senadores presentes. Y los tiempos se extendieron. Mucho. Hubo momentos brillantes, otros delirantes. Hubo debates políticos apasionados y argumentos científicos, económicos y filosóficos. Y algunos que seguramente, en algunos años, nos causen mucha, muchísima gracia, aunque lo que se dice sea terrible. Estos son algunos momentos que dejó esta discusión histórica en la Argentina.

Cuestión de números

Un powerpoint con cifras, gráficos de barras, tortas. Impecable. Planteo, desarrollo y la conclusión: con la legalización del aborto el sistema de salud se ahorraría dos veces y media lo que se gasta hoy en prácticas derivadas del aborto ilegal. Eso sin contar los daños psicológicos. Y ni hablar de lo que pasaría si el Estado decidiera producir el misoprostol en un laboratorio público, tal como se está experimentando en la provincia de Santa Fe.
La exposición de la economista Sonia Tarragona fue prolija, pulcra, contundente. “Este es un estudio con base científica, no deben mezclarse aquí los términos personales”, detalló la integrante de la Asociación de la Economía de la Salud, fundada en 1991. Una senadora le preguntó si eso lo ahorrarían las provincias y Tarragona contestó que sí, pero que si el Estado nacional se hiciera cargo, el ahorro de las provincias sería mayor. “En economía, lo que se quita de un lado se pone de otro, es suma cero”, explicó, porque a veces hasta en el Senado hay que explicar lo obvio.

Decime quién te banca

La pregunta parece haberse transformado en un nuevo caballito de batalla de los militantes anti derecho: “¿Y a vos quién te banca?” Sí, una pregunta que parecía potestad de la izquierda, ahora forma parte del repertorio de quienes se oponen al aborto legal. O sea, de quiénes bancan el aborto clandestino.
“A usted la financian fundaciones que están vinculadas al negocio del aborto y a la venta de órganos de niños abortados”, acusó una senadora a Paola Bergallo. Y Bergallo respondió: “Desde 2006, cuando se aprobó la Ley de Educación Sexual, este Senado nunca interpeló a un Ministro de Salud para que expliqué por qué no financió la ley”. Esta vez la respuesta fue el silencio.
La senadora Beatriz Mirkin tomó la palabra y sacudió un poco la hipocresía de algunos colegas: “Veo que hay mucho interés por parte de algunos senadores de saber cómo se financia la actividad de algunos especialistas. Pero debemos decir que muchos de estos senadores realizan viajes por el Mundo, financiados por fundaciones extranjeras. Me gustaría que nos centráramos en el debate, no en la financiación”.
Bergallo agradeció pero aclaró que, como investigadora del Conicet, estaba acostumbrada a dar cuenta de todo lo que hacía y a explicar detalladamente quién iba a financiar sus proyectos, pues a ella le paga el Estado argentino. “Así que creo que es lo que tenemos que hacer”, remató.
Se ve que Mirkin se quedó con las ganas y remató: “Sí, pero quiero seguir con la discusión. Además, yo no les pregunté a los representantes de la Iglesia Católica si están financiados por el Estado. Básicamente porque sé que están financiados por el Estado”. Amén.

Bombita Durand

La presentación de Luis Durand pareció salida de los archivos de aquello que no se anima a poner al aire Peter Capusotto. Durand es parte de una asociación que se llama Médicos Por La Vida. Para su presentación presentó un power point donde todo, pero todo, era trágicamente maravilloso.
Primero, el logo de Médicos Por La Vida: la silueta de un feto al que le sale un cordón umbilical, que es el cable de un estetoscopio. Como si la combinación feto-estetoscopio no fuera suficiente, la silueta del feto una bandera argentina, con sol y todo. El power point parecía hecho con la primera versión del paint, copiado en un diskette (de los grandes), y usando todas las tipografías existentes.
En el medio de tantos gráficos y flechas aparecían dos videos que se veían bastante borrosos, como si fueran sacados de viejos VHS con la cinta un poco estirada. En él se veían testimonios de dos supuestos abortistas arrepentidos: el estadounidense Bernard Nathanson y la ecuatoriana Amparo Medina.
Nathanson era presentado como el hombre que más abortos había hecho en la historia. Y luego se había arrepentido. Como si Rocco Sifredi se pusiera a predicar la castidad. Medina contaba en ese video que un día acompañó a abortar a una amiga suya, izquierdista y atea como ella, porque estaba a favor del aborto. Hasta que vio “caer los bracitos y las piernitas del bebé” que le sacaban a su amiga. Y allí recapacitó y se hizo anti abortista.
“La madre y el hijo en el vientre son dos seres vivos en distinta etapa de la vida”, dijo Durand, el Bombita Rodríguez antiderecho. Y explicó que las mujeres que fueron madres tienen un 50% más de atención que las que no lo fueron. “Por ejemplo, al tener cuidado de no dejar una hornalla prendida”, aseguró.
En la sala se escuchaban ya varias risas ante los comentarios de Bombita Durán, que insistía en los suyo: “El aborto es un genocidio”. Hasta que la senadora Nancy González tomó la palabra y dijo: “Doctor, usted nos dice genocidas a nosotros, pero usted es especialista en esófago”. Entonces sí, la carcajada fue general.

Organitos para todes

La doctora Paola Bergallo hizo un recorrido por la historia de la legalidad del aborto y comparó a la Argentina con distintos países centrales, donde es legal hace años. También habló del avance en los países de la región, con Uruguay como principal exponente. Enseguida vino el contraargumento de un senador: “Esos mismos países civilizados de los que usted habla son los mismos que tienen armas nucleares y de destrucción masivas”, argumentó, o algo así.
Sin embargo, el argumento preferido de los antiderecho hoy es la denuncia de un supuesto tráfico de órganos que, dicen, existe en los países donde el aborto es legal. Más que órganos, organitos. Como El último organito, el tango con letra de Homero Manzi.
Nadie supo explicar bien qué es lo que se hace con esos órganos de fetos. ¿Se trasplantan a adultos? ¿No les quedan un poco chicos? ¿O es que hacen hamburguesas? ¿O paté? Ningún antiderecho explicó muy buen cómo funcionaría este tráfico, a pesar de que muchos se dedicaron a denunciarlo de modo natural. No es una hipótesis: es una realidad. Para Obarrio, por ejemplo, es algo que existe.
¿Y por qué no iba a existir el tráfico de órganos de fetos? Si comemos chinchulín, molleja, riñón o tripa gorda, ¿por qué privarnos de tan microscópico pero accesible manjar? Hay que esperar a que salga la ley. Total, estamos en la Argentina. Un país donde la parrilla siempre está lista para tirar lo que venga.

The Obarrio Horror Show

“Por desgracia, a mí no me financia nadie”, arrancó su testimonio el periodista del diario La Nación Mariano Obarrio. Obarrio es uno de los principales referentes mediáticos de los anti derecho. Y uno de sus ideólogos, además de un provocador y un tipo al que le encanta estar en el centro de la escena. Hay que reconocerle talento en eso: Obarrio es un Chilavert de los antiabortistas.
Grandote, de traje impecable y corbata celeste, empezó provocador y así siguió: “Algo ilegal que se legaliza pasa a ser algo incentivado y esta ley lo que pretende es incentivar los abortos y penalizar y perseguir a los médicos que se oponen. Además, abre las puertas al aborto irrestricto”.
“Acá hemos escuchado a expertas en derechos humanos que se olvidan de los derechos humanos del embrión”, continuó. “Además, la ley no tiene en cuenta el derecho de los hombres, que pueden querer ser padres aunque la mujer quiera abortar. Tanto se habla de igualdad de género y acá vemos cómo el hombre queda en inferioridad de condiciones”.
Varias senadoras protestaron por los dichos del periodista de La Nación, que interrumpía a quienes preguntaban, se peleaba, protestaba y seguía adelante: “Perón estaba en contra del aborto porque quería poblar la Argentina. Detrás de esta ley lo que hay es un proyecto de control de natalidad disfrazado de cuestión de género. Hoy es cool estar a favor del aborto, pero no podemos legislar de acuerdo a las modas”.
La senadora Mirkin cuestionó varias veces a Obarrio, a quien le pidió que no la llamara “genocida”. Después de pelearse, la senadora le preguntó al periodista de La Nación si estaba a favor de la educación sexual. “Por supuesto”, respondió Obarrio. “Los niños tienen que saber a qué se exponen con el sexo. Tiene que haber educación sexual, aunque después hay que discutir desde que ideología o cuestión de género se da esa educación”.
El periodista de La Nación puso énfasis también en otro de los caballitos de batalla antiderecho: la objeción de conciencia. “Debería ser por la positiva. Así como hay médicos especialistas que son ginecólogos, traumatólogos o cardiólogos, debería haber también abortistas. O aborteros”, concluyó el rey de los antiabortistas. O antiaborteros. O antiderechos.

Derecho y humano

El abogado Alejandro Osio, de la Asociación de Pensamiento Penal, Universidad de La Pampa, fue muy claro: “Ni la Constitución Nacional ni los tratados internacionales dicen en ningún lado que la vida comienza con la gestación. El proyecto cumple con los cánones y mandatos internacionales, cosa que no pasa con la ley actual. Por eso les pido a los senadores que saquen al país de la ilegalidad”.
“Antes del nacimiento, el feto goza de derechos, pero no es sujeto de derecho”, continuó Osio. “Se puede y es válido definir cuándo comienza la vida desde el punto de vista médico, moral, filosófico o religioso. Pero vivimos en un estado de derecho, no en un estado médico, moral, filosófico o religioso”.
Un argumento hecho y derecho.

Volvieron los 90

Hubo dos expositores anti derecho que no derraparon nunca con argumentos ridículos: Gerardo Bozovich y Eduardo Menem. El primero hizo una defensa de su sector, las clínicas privadas. Sobria y con argumentos claros. El segundo hizo política a lo grande. Y nos hizo pensar realmente de qué hablamos cuando hablamos de volver a los 90.
Menem (Eduardo) hizo, básicamente, una defensa de la Constitución del 94. De la importancia del consenso y de la singularidad de la legislación argentina. O sea, todo bien con los pactos internacionales que la Constitución del 94 incorpora “en virtud de la defensa de los derechos humanos”. Pero si la Argentina tiene una legislación mejor, no debe fijarse en pactos internacionales. Y la Argentina tiene una legislación mejor porque incorpora los derechos del niño por nacer.
La ley argentina es tan buena que acompaña a las personas desde la gestación hasta después de su muerte. Eso dijo Menem (Eduardo). Por supuesto que tuvo derrapes. Como cuando dio a entender que no estaba bien eso del aborto en caso de violación porque una mujer podía ir a abortar y decir que había sido violada.
“¿Usted está diciendo que una mujer se expondría a mentir sobre una violación?”, le preguntó una senadora. “Nooooo, de ninguna manera, ¿cómo voy a pensar algo así?”, fue la respuesta de Menem (Eduardo). “Lo que digo es que eso se comentó después del caso FAL, pero yo no estoy de acuerdo”. La cintura política del senador e histórico operador político sigue intacta.
Menem (Eduardo) tiene 80 años pero parece diez menos. Está lúcido y picante en la política. Lo sabe todo y lo entiende todo. Con su intervención de rockstar (“Vuelvo a mi casa, fui senador durante 22 años”, dijo en su presentación) confirmó que sigue vigente. O que podría seguir vigente si se lo propusiera. Como para hacer realidad aquello de que vuelven los 90.

La única iglesia que ilumina

Desde la retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta no se veía en un lugar oficial una expresión tan encendido contra la Iglesia Católica como la intervención de María Eugenia Estenssoro.
La ex senadora Estenssoro arrancó tranca: “El papa Francisco dijo que quienes defendíamos el aborto legal éramos nazis de guante blanco. Pero si hablamos de nazis, creo que la Iglesia debería pedir por haber colaborado con Hitler. Una iglesia a la que le tomó 400 años pedir perdón por haber condenado a Galileo Galilei, padre de la ciencia moderna”.
“Voy a ser política porque es un momento de ser política”, aclaró, por si hiciera falta. “Veo que de un lado están las mujeres y del otro la Iglesia. Y quienes deciden en la Iglesia son hombres, por más que haya monjas o fieles mujeres. El aborto es el último candado que mantiene soldado al Estado argentino con la Iglesia Católica”.
“No entiendo la defensa del embrión que hace la Iglesia, mientras no dice nada de los casos de abuso sexual que involucran a tantos curas”, siguió Estenssoro. Y concluyó en primera persona: “No nos llamen genocidas. Yo fui madre soltera y aborté, las dos cosas. El cuerpo de la mujer sigue siendo un botín de guerra en todo el Mundo”.
Un testimonio que se escuchó en la Tierra, pero también en el Cielo.

Un aplauso para el senador

A diferencia de lo que sucede en Diputados, en el Senado no se puede aplaudir. Es parte del reglamento. Por supuesto, al comienzo, cada vez que alguna intervención generaba simpatía, se escuchaban algunos aplausos. Pero enseguida venía la reprimenda y la advertencia: si aplauden, se van.
Las chicas de pañuelo verde decidieron entonces cambiar de método. Cada vez que alguna intervención era digna de aplauso, agitaban las manos al aire. Un gesto silencioso, pero a la vista con mucho más desparpajo que un simple y convencional aplauso. Y si se lo veía en contraste con las columnas de mármol, las paredes de mármol, los muebles de madera antigua y los hornamentos, el estruendo silencioso era total.

A ciencia cierta

El doctor Alberto Kornblith es un tipo al que nadie querría tener de enemigo. El tipo es una eminencia en química y biología, un científico lleno de pergaminos, que parece saberlo absolutamente todo sobre el tema que lo ocupa. Da la sensación de ser algo soberbio, aunque quizá sólo sea producto de que el tipo es realmente un genio. Tan genio que sabe lo genial que es.
La intervención de Kornblith fue demoledora. Dijo que el concepto de vida humana era una cuestión de la ley y de la filosofía. Que la ciencia sólo podía decir qué era la vida. Pero eso sí, que el feto es algo muy distinto de un niño. Porque por su dependencia del cuerpo gestante, el feto es casi un órgano de la madre. Todo cotejado con mucha bibliografía.
Una senadora intentó cuestionar los dichos de Kornblith, acusándolo de algo que el doctor no había dicho. Terminó tan enredada que aseguró (la senadora, no el doctor) que el síndrome de down es una enfermedad, a lo que el científico le retrucó: “¿Usted se da cuenta de la barbaridad que está diciendo?” Todavía debe estar lamentando el momento en que intentó discutir con el científico.

Las muchachas antiabortistas

No tuvieron para aportar ni grandes pergaminos ni grandes discursos. Pero Paola Guía, de la Red de Familias, de Entre Ríos, y la socióloga Segolene du Closel, profesora en la UCA y la Universidad del Salvador, se destacaron por algo fundamental: fueron las dos únicas mujeres entre las personas que expusieron en contra del aborto legal.
“Hay que hacer una ley de desamparo del niño por nacer, porque es el más indefenso frente a la omnipotencia de la madre”, expresó Guía. Y luego se puso a describir un aborto, entre lágrimas, visiblemente ganada por la emoción. Una emoción generada, casi con seguridad, por estar en contra del aborto.
Du Closel es una francesa que vive en Buenos Aires desde hace un par de años. Gracias a ella nos enteramos que en Francia las cosas no estaba bien, 42 años después de la legalización del aborto. Y se confirmó que siempre es bueno tener a un orador con acento francés. Que eso es muy distinguido, más allá de que la expositora, en francés o en castellano, y frente a las preguntas de una senadora, admita que no domina mucho el tema para el cual fue convocada a hablar.

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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