Nota
Dónde está Tehuel: una marcha y un festival a un año de su desaparición

Organizaciones sociales y autoconvocades le pusieron color con banderas y dibujos con la cara de Tehuel al centro porteño. Con cánticos y micrófono abierto, la concentración se extendió durante poco más de dos horas hasta que pasadas las seis de la tarde, arrancó la marcha hacia el Congreso de la Nación donde hubo un festival. Qué dicen esas voces: la precarización laboral, la memoria por lxs desaparecidxs, la resignificación de los cuerpos y los territorios. En San Vicente, donde vivía Tehuel, también hubo una marcha e inauguraron un mosaico con su rostro y la frase tantas veces repetida y todavía sin respuesta: ¿Dónde está Tehuel?
Todavía no son las cuatro de la tarde, horario de la convocatoria para la marcha, y ya hay personas frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en el microcentro porteño: “Hace un año que nos falta Tehuel”, advierte una tira blanca con letras negras pegada de manera horizontal sobre la fachada de Callao 237. Es el comienzo de la concentración de organizaciones sociales y autonvocades, que se extenderá hasta el Congreso con un festival.
¿Por qué están hoy acá? Responde Florencia, integrante de la Asociación Civil Infancias Libres: “Somos familias de infancias y adolescencias travestis, y entendemos perfectamente la situación de a quién le importan las vidas travestis trans, estamos porque necesitamos que se haga justicia. Exigimos que se reabra la causa ¿Qué pasó con Tehuel?“.

Francisco tiene 23 años, está sentado en el piso, sobre una hoja A3 blanca ya trazó con lápiz el contorno del rostro de quien nos falta desde hace 365 días y aún le resta pintarlo con acrílico de colores. “Estuve en casi todas las movilizaciones que se hicieron por Tehuel, me parece muy importante reclamar por la aparición con vida de nuestro compañero. En Argentina tenemos una historia y una memoria de que cuando alguien desaparece no lo damos por muerto al menos hasta encontrar un cuerpo y en este caso, Tehuel se encuentra desaparecido y exigimos que el Estado lo busque, que se hagan responsables, que reabran la causa. Estar acá es estar por todos los compañeros trans que día a día enfrentamos el desempleo y ponemos nuestras vidas en peligro. Lo que le pasó a Tehuel no es un caso aislado, es lo que me puede pasar a mí, a mis amigos, necesitamos una política pública real que integre a las personas trans principalmente con el trabajo”. Un rato más tarde, Francisco se trepa para colgar su cartel sobre otro del Gobierno de la Ciudad que refiere a la seguridad y a que “en todo estás vos”.
El jueves 10 de marzo, un día antes de cumplirse un año de la desaparición de Tehuel, el juez de garantías Martin Rizzo, del Juzgado de Garantías Nº 8 de Cañuelas, firmó la elevación a juicio. Lo que significa que Luis Alberto Ramos y Oscar Alfredo Montes serán enjuiciados por el delito de “Homicidio agravado por odio a la orientación sexual y a la identidad de género”, pero Tehuel sigue sin aparecer. Para la fiscal Karina Guyot, la principal hipótesis es que ellos lo mataron.
Sin embargo, nos sigue faltando Tehuel.

La precarización no es un destino
La actriz, guionista y comediante Ana Carolina dice a lavaca: “Estamos acá porque queremos llegar a viejes, como posibilidad, es un anhelo que nos parece vital y debiera de ser posible, sin que nos maten por ser quienes somos”. Luchi de Gyldenfeldt, cantante, docente, integrante del dúo Ópera Queer asegura: “No podia no estar hoy, la calle es nuestro lugar de resistencia siempre. Estamos pidiendo aparición con vida de Tehuel, teniamos que estar acá después de tanto tiempo, no hay que olvidarse de que Tehuel salió a buscar laburo en pandemia donde estábamos bastante aislades todes y entender lo vulnerado que estuvo nuestro colectivo travesti trans durante la pandemia. Es abrazarnos y estar juntes, en contra del horror que sigue sucediendo con nuestras identidades, con nuestras vidas que parece que valen menos. Estamos para buscar el apañe, el abrazo”.


John y Juani también sostienen carteles mientras aguardan que comience la marcha. Cuentan que quieren salir a la calle libres, tranquilos, no quieren sentir miedo de no volver a casa. “No tenemos un trabajo digno, el cupo laboral no se incrementa, en los trabajos que tuvimos sufrimos discriminación. Estamos cansados. Si no levantamos la voz, no va a pasar nada”, dice John. “Soy no binarie, me cuesta conseguir laburo, salgo todos los días a buscar y no consigo. Tuve un trabajo hace poco y me echaron hace un mes, querían solo mujeres para sexualizarlas y vender más”, cuenta Juani.

Qué narrativas
El cantante Valen Bonetto escribió un texto para y por Tehuel, un sentido manifiesto que resalta el dolor de la ausencia:
“Si el mundo es el lugar en el que faltan mis compañerxs, entonces no lo quiero.
El borramiento de la historia trava/trans, la invalidación de nuestras identidades, la falta de memoria y la desaparición sistemática de nuestrxs compañerxes parte de la narrativa de este suelo.
Necesitamos voluntad política real para que nuestro relato deje de circular en la tristeza y el dolor, para que el encuentro deje de ser movilizado por pedidos de justicia. Queremos contar otras cosas, que nuestras identidades dejen de costarnos la vida, la comida y el trabajo.
Tenemos otras historias que contar, tenemos una propuesta de mundo que hacer, tenemos amor para dar, chistes para hacer, libros para escribir, talleres mecánicos que abrir, kioscos, locales de ropa. Queremos construir casas, atender librerías y casas de té, enseñar, tener un boliche, queremos vidas dignas, porque tenemos derecho a pensar un presente vivible y a reparar el pasado de nuestxs compañerxs sobrevivientes.
La desaparición de Tehuel y la ausencia de justicia cristalizan, unan vez más, el abandono histórico del Estado hacia nuesta comunidad. Hace un año no sabemos qué le pasó a nuestro compañero. ¿Donde carajo está Tehuel de la Torre? No queremos vivir en un mundo en el que falten nuestrxs compañerxs. Furia travesti”.

Falta Tehuel
“Las disidencias somos resistencias”, se escucha sobre avenida Callao. Así comienzan a marchar hacia Avenida Rivadavia. “Busquen a Tehuel Ya”, “La juventud trans está en peligro” y “Dónde está Tehuel?” exigen, aseguran y preguntan las tres banderas que encabezan la marcha. En el escenario ubicado frente al Congreso, la artista, docente, activista y una de les organizadores de la marcha, Quimey Ramos, toma el micrófono y anuncia el comienzo.

Suena Luvi Torres y su tema dedicado a Tehuel, acompañade por la poesía de Gonzalo, también escrita especialmente para Tehuel. Luego, Susana Reyes —la mamá de Cecilia Basaldúa, la joven de 35 años asesinada en abril de 2020 en Capilla del Monte, Córdoba— es invitada a subir al escenario: “Vengo a apoyar la lucha por Tehuel para que aparezca, es un ser humano, tiene derecho a elegir lo que quiere ser, que no discriminen a nadie más. A mi hija le gustaba viajar. En marzo de 2020 viajó a Capilla del Monte para escribir sus vivencias y ahí desaparece en abril de 2020. La encontraron muerta, hacía una semana que habían pasado por ese lugar y el cuerpo no estaba. Agarraron a un chico y lo metieron preso y ahora lo van a juzgar el 2 de mayo, supuestamente es inocente, no hay pruebas, nosotros con mi marido hemos investigado y sabemos lo que pasó. Hay una fiscal que encubre a los asesinos y a la policía. Se viene el juicio y les pedimos que nos acompañen”.



Le sigue en el relato Alfredo Cuellar, su hija Florencia apareció ahorcada en su celda en el penal de Ezeiza: “Estoy acá no solo por mi hija sino por todas las mujeres que son torturadas y asesinadas en las cárceles. En la Unidad N° 35 de Magalena acaban de asesinar a otra mujer. Es una situación caótica en las cárceles y hay que visibilizarla”.
Marlene Wayar, activista y psicóloga social, con su larga y elegante capa que llevaba los colores de la bandera trans, dice en el escenario: “Estamos todavia buscando a Tehuel, pero los cuerpos que desaparecen son por muchas lógicas, es la sociedad en la que vivimos que institucionalmente se dedica al genocidio, a la violencia, hay que hacer fuerza porque aunque no tengamos tanta propaganda como otras movidas que llenan esta plaza o cualquier plaza, tenemos que insistir para resignificar que nuestros cuerpos y nuestros territorios, a nosotras, a nosotros y a nosotres sí nos duelen. Asi que sigamos construyendo y fuerza compañeres. Gracias por bancar la lucha”.



La artista Ferni de Gyldenfeldt saluda a les presentes y canta el tema de Susy Shock “Angel de la madrugada”. Luego invita a su hermana Luchi a cantar la canción de Gabo Ferro “Volver a volver”, un momento de mucha emoción por la cálida interpretación de las gemelas: “Lejos de ser algo superficial, lejos de ser algo que solamente se pone play en Spotify, nosotres sabemos que estamos hoy aquí y es nuestra herramienta para transformar el mundo. Y a este cistema, con c, a este patriarcado que nos oprime a mujeres, a disidencias sexuales y de género que estamos presentes aquí, que también muchas veces hacemos número estando en otras marchas, hoy nos gustaría ver más llena todavía la plaza del Congreso. Yo hago una crítica política, hago esta denuncia a todos los feminismos a que realmente nos sentemos en una mesa y pongámonos a charlar verdaderamente. De qué hablamos cuando decimos hay que cambiar esta humanidad. Todes les que estamos aquí, construimos esa humanidad desde el arte”. Ferni canta “Pena, penita”, de Michelle Lacroix y Leo Azul y se despe con la copla de Lorena Carpanchay, “Las coplas del valle”.



“Los Invisibles” llevan folclore al escenario y baile en la calle. Con la voz de Bebo Chacoma, se arman tres focos danzarines que sacan chispas al asfalto. A continuación se leen los documentos escritos por Autoconvocadxs por Tehuel, la Asamblea por Tehuel de La Plata y la asamblea por la Absolución para Higui. “Canción por vos” es el tema que entona Valen Bonetto, dedicado a Tehuel. Luego canta con Lautaro Matute y finaliza con la canción “Brotecitos”. Anikke también enciende el escenario con sus canciones, antes de que una performance de la colectiva Arte al Ataque haga arder durante algunos minutos las letras que formaban “Falta Tehuel” sobre el pasto, en una esquina de la plaza.
“Que arda todo”, alguien grita.
Y para finalizar, la banda cumbiera Sudor Marika cierra el festival a puro ritmo y movimiento de cuerpos en una jornada de lucha por la aparición de Tehuel.
El reclamo insiste desde la calle, con el encuentro que sostiene y el arte que construye.
¿Dónde está?

Nota
Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
Nota
Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»
La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.
Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.
«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.
La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
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