Nota
Ecuador resistió el “Paquetazo”: datos y voces desde una rebelión histórica
Esta semana se levantó el paro nacional luego que el presidente Lenin Moreno derogara el Paquetazo tras doce días de rebelión en las calles. La Defensoría del Pueblo confirmó hasta el momento ocho muertes provocadas por la represión, más de 1000 detenciones (la mayoría de jóvenes entre 15 y 24 años) y más de 1300 heridos. Desde la CONAIE, principal confederación indígena del país explican a lavaca el conflicto que sacudió al mundo. Cómo la gente dejó los medios comerciales de comunicación y se volcó a los comunitarios para romper el cerco del estado de excepción. Cómo se lanzaron a limpiar y reconstruir los destrozos del enfrentamiento. Por qué el Estado condonó deudas millonarias a los grandes grupos mientras atacó a los pobres y acudió al FMI: “Todo esto fue una crítica a la política colonial y al modelo económico que se ha planteado desde el extractivismo”.
Fotos: Fluxus.
A la 1:10 de la madrugada del 14 de octubre, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) publicó en su cuenta de Twitter un video en los exteriores de la Casa de la Cultura –el principal centro de resguardo y de asamblea durante las jornadas de paro nacional- en el que se ven los festejos luego de la derogación del decreto 833, el llamado “Paquetazo” que el presidente Lenin Moreno había aplicado una semana y media atrás. El tweet era conciso: “Hoy celebramos, mañana, con todos y todas, minka para limpiar las calles del país”.
Al día siguiente, miles de personas salieron a las calles en una gran minka (o minga: trabajo conjunto, comunitario y colaborativo) de limpieza en los principales lugares de movilización tras 12 días de protestas, marchas y brutales represiones.
https://twitter.com/wambraEc/status/1183775145074315265
“Durante toda la protesta el Gobierno tuvo una política racista responsabilizando al pueblo de la destrucción del patrimonio y del estado de insalubridad en el que supuestamente sumimos a Quito”, describe a lavaca Lenin Sarzosa, integrante del equipo de abogados de la CONAIE y uno de los referentes en derechos humanos de la principal organización indígena del país, protagonista de relevancia durante las protestas. “Entonces dijimos: se acabó la protesta, y todos los colectivos vamos a recuperar esto, para demostrar que no fue parte del vandalismo que nos querían achacar. Nos sorprendió: miles de vecinos se sumaron, y hasta otra gente se acercó a donarnos cemento”.
Esta quizá sea una de las imágenes más conmovedoras de un pueblo que no dejó las calles durante casi dos semanas. Otra dimensión son las cifras que confirmó la Defensoría del Pueblo:
- 8 personas muertas.
- 1192 detenidas. El 76% -precisa- fueron capturas arbitrarias e ilegales. El rango de edad de las detenciones fue entre 15 y 24 años.
- 1340 heridas. Sin embargo, las organizaciones precisan que hay un subregistro, ya que no se consideraron los datos de las zonas humanitarias y de otros sectores.
- Se creó una comisión especial por 90 días para investigar las violaciones a derechos humanos. “El objetivo es encontrar la verdad y determinar la responsabilidad de los actos”.
Sarzosa habla con lavaca recuperándose tras haber sido herido por perdigones de la policía. “Fueron días muy complejos. Muy brutales. Se tuvieron que hacer cercos comunitarios con médicos voluntarios, de la Cruz Roja, para evitar allanamientos en las zonas de acogida que facilitaron universidades y la Casa de la Cultura, en medio del toque de queda y el estado de excepción, y donde tuvimos que evacuar mujeres y niños en un ambiente de guerra total”.
Golpear a los pobres
A través del decreto 883, el principal anuncio de Moreno fue la quita del subsidio estatal a las gasolinas y al diésel, que elevaría su valor en un 123%. En Ecuador sabían que esta brutal variación incidía en el resto de la cadena de precios de la canasta básica y provocararía un efecto inflacionario automático. Luego del llamado al paro general, el Gobierno decretó el estado de excepción, que significa:
- Disponer de las Fuerzas Armadas en las calles, con directrices de reprimir con armamento militar.
- El cierre de puertos, aeropuertos y pasos fronterizos.
- Faculta a trasladar la sede de Gobierno a cualquier lugar del territorio. En efecto, Moreno trasladó la capital desde Quito a Guayaquill.
- Dispone la censura previa en la información de los medios de comunicación, bajo la excusa del estado de excepción y la seguridad del Estado.
Fotos: Fluxus.
Sarzosa: “Desde el Estado nos mencionaban por qué niños y mujeres estaban en las protestas. Los dirigentes aclararon que esa es su forma de lucha cuando se produce un levantamiento indígena. La comunidad se traslada, y allí también van mujeres y niños. De hecho, las mujeres armaron una marcha pacífica para denunciar toda la represión”.
https://twitter.com/CONAIE_Ecuador/status/1183132358184185857
Las organizaciones consiguieron finalmente que el Gobierno llamara a una mesa de diálogo. Exigieron que la discusión se transmitiera en vivo y en directo. “Fue una reunión bastante álgida en la que el principal opositor fue el ministro de Economía, Richard Martínez. Es el enviado de la burguesía ecuatoriana, con una línea neoliberal muy rígida. Pero luego de confirmar la derogación del decreto, se habló de la creación de una mesa con varias organizaciones y el Estado para discutir un nuevo decreto, que busca focalizar el subsidio. Al día siguiente se produjo la disminución del costo de pasajes de transporte, bajaron los precios inflados de los productos de primera necesidad. Es decir, la población sintió un alivio en su economía básica y familiar”.
-¿Las organizaciones como la CONAIE propusieron gravar a los sectores más ricos?
-Estamos convencidos de que el subsidio debe ser focalizado. Sabemos que si el Estado necesita políticas de austeridad, hay dos opciones: cobrarle a los más ricos o a los más pobres. El gobierno golpeó a los más pobres. Pero tiene que golpear a los más ricos, con políticas tributarias y fiscales: lo que hizo fue condonar deudas que los sectores empresarial, bancario y agroindustrial tenían con el Estado. Esa es realmente la lucha que tenemos. Y lo que descubrimos en estas mesas fue que el Estado, además, tenía planteado eliminar el subsidio al gas y subir el IVA entre diciembre y enero.
-¿De cuánto fue la condonación de las deudas?
-Condonaron unos 4.200 millones de dólares, aproximadamente el monto que otorgó de préstamo el FMI. Entonces el combo fue: condonar deuda a los sectores más ricos, endeudarse con el FMI y golpear a los más pobres.
Medios, minas y petróleo
La CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador) expresó uno de los ejes cruciales de la protesta: la resistencia indígena. “Nace de los años 50, de la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI), un brazo del Partido Comunista ecuatoriano. Allí plantea su diversificación a partir de dos luchas fundamentales: la reforma agraria y la colectivización de la economía. Ya en los 90, un sector adhirió a los discursos de Estado plurinacional, pero en el último tiempo surgió un grupo de jóvenes que se denominaron como ‘los hijos del primer levantamiento’, que plantean ya nuevas realidades”.
Sarzosa subraya que son jóvenes que tuvieron acceso a educación bilingüe y a la universidad. “Es una nueva camada con más conciencia de clase de los sectores populares. Por eso, la facilidad o potencia de coordinación que tuvieron los dirigentes con los barrios de Quito, con sindicatos, con trabajadores. Y eso es algo que CONAIE logró: capitalizar la lucha de todos los sectores”.
-¿Por qué ocurrió eso?
-Por la legitimidad que tenemos desde la lucha con el correísmo. Hay que tener en cuenta que el movimiento indígena participó en la caída de tres gobiernos anteriores (Abdalá Bucaram, en 1997; Jamil Mahuad, en 2000; y Lucio Gutiérrez, en 2005). Que llevó una lucha popular, pero también agudizó las luchas que tenía la propia oligarquía dentro de su poder. La diferencia de esta vez fue que ningún sector de la oligarquía pudo de manera oportunista vincularse a esta lucha. Dentro de nuestros análisis, ha sido la lucha de izquierda más legítima desde el retorno a la democracia. Una confrontación de sectores populares versus burguesía de una manera muy marcada. El gobierno no cae, pero sí el decreto, y aun así hay varios sectores de poder tras el nuevo decreto, amenazando al gobierno de que tiene que establecer las políticas de austeridad.
-¿Cómo se puede entender esa legitimidad?
-No deja de causar conmoción todo lo vivido. Teníamos cientos de barricadas en los barrios. La otra gran perdedora de todo esto es la prensa tradicional. El pueblo se volcó al sistema de medios comunitarios. Hubo una denuncia muy fuerte a los medios empresariales más poderosos: fue tal el rechazo que los pueblos indígenas desconectaron las antenas de los canales de televisión. Hubo provincias sólo conectadas a los canales comunitarios, en un apagón de cinco días. Por eso el gobierno hizo un apagón de Internet en los centros de acogida. La ministra de Gobierno María Paula Romo arremetió ayer contra los medios comunitarios diciendo que fueron los artífices de mentir contra el gobierno y llevar un intento de golpismo. Lo que no se dice es que hoy continúa una enorme persecución penal contra dirigentes populares y medios.
-¿Cómo debe leerse la crisis ecuatoriana desde un gobierno que no cambió de signo político y que tenía a Lenin Moreno como el candidato del expresidente Rafael Correa?
-El giro al neoliberalismo y el FMI comienza durante los últimos años de Correa. Y se agudiza la confrontación con los sectores sociales. Durante sus últimos años se produce la mayor ola de criminalización de la protesta social. Moreno consolida ese giro, con los sectores empresariales a tono para establecer una política directa. Ahí no hubo posibilidad de ningún diálogo.
-¿Cómo encarna el modelo extractivo allí? En todos los comunicados de las organizaciones, además de pedir que se vaya el FMI, había una crítica hacia esa matriz.
-A partir de ahí arranca también la lucha del movimiento indígena, en razón de que más del 90% de las concesiones mineras y petroleras están en territorio indígena. Y por las características que tiene Ecuador, la mayor parte están en fuentes de agua. Entonces tenemos una acumulación de la agroindustria del agua: todo esto significaría la hecatombe de la economía familiar campesina. Realmente estamos hablando de una política de arrasar todo y de fortalecer la agroindustria. En cuanto a la ampliación de la frontera petrolera, la crítica era siempre cómo se distribuían los recursos y cuánto ganaba el Estado: más del 80% va a sectores empresariales, internos y externos, todos monopólicos. Por eso una de las regiones más ricas del petróleo, la provincia de Sucumbíos, tiene los índices más altos de pobreza. Todo esto fue una crítica a la política colonial y al modelo económico que se ha planteado desde el extractivismo.
Fotos: Fluxus.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
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