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Adiós, Marcelo

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Es una maldición escribir sobre grandes periodistas a los que la realidad, los dioses o unas células enloquecidas deciden llevarse, dejándonos solos.
Marcelo Zlotogwiazda fue una persona extraña, si se entiende lo extraño que es en estos tiempos ejercer oficios como la coherencia, la seriedad y el talento. Marcelo lo hizo toda su vida. Cuando era un chiquilín en El Porteño, luego en esa gran revista que fue El Periodista, en Página 12, en Trespuntos, en todas sus creaciones radiales y televisivas.
Fue autor de libros cruciales. La Mafia del Oro debe estar en cualquier podio sobre cómo hacer periodismo a través de un libro.
Ejerció otra rareza: el pensamiento crítico sin grietas. O sea: sin descanso, y a la vez sin entrar en el juego perverso de asumirse tuerto de mente, para cuestionar solo un costado de la realidad omitiendo los agujeros negros en los universos que podían resultarle más cercanos.
No lo hizo. Vivió como periodista: una persona que se permite la curiosidad, que elige la investigación y la información antes que el panelismo barato y las redes que es uno de los cánceres purulentos que azotan el presente.
Fue un periodista que entendió que la economía no se puede separar de los derechos humanos, que la concentración es un esquema de poder que arrasa con cualquier idea de una sociedad más igualitaria y más digna. Los criterios con los cuales encaraba los temas tal vez fueron: contra la injusticia, la desigualdad, y la crueldad.
Fue además, otra cosa rara: un compañero. No en el sentido meramente retórico y tantas veces ficcional con el que tantas veces se usa la palabra. Marcelo era el tipo que compartía, que se entusiasmaba con el trabajo de sus compañeros, sumaba el aporte que podía sin estar calculando ventajas o protagonismos. O sea: alguien a quien el éxito profesional no le generó amnesia, ni burbujas cerebrales, ni esclerosis intelectuales.
En su programa de televisión de este año, agregó el aporte de La Poderosa y él mismo realizó una emisión desde la Villa 31 hace pocas semanas. El concepto: en un país azotado por el hambre y la pobreza, conviene oír la voz de quienes mejor conocen el tema. Sin tomarlos como víctimas, sino como quienes cotidianamente hacen algo para que la vida sea posible.
Zloto ya estaba enfermo, haciendo ese esfuerzo no ganaba nada (en los términos patológicos que se le suele dar a la palabra “ganar”). Hubiera sido más cómodo para él estar en el estudio, en sillas mullidas, recogiendo opiniones y sin complicarse la vida. Pero le gustaba complicarse la vida, en el más creativo y vital de los sentidos. Y con el cuerpo maltrecho, salió de la comodidad y estuvo donde creía que debía estar.
La televisión no pudo disimular la batalla que estaba librando y de la que no hablaba, cada vez más consumido.
Este lunes alcanzó a publicar una nota con su mirada sobre el debate presidencial del domingo.
Su whatsapp informa que estuvo comunicado por esa vía, por última vez, el lunes a las 18.52. A la noche, la pantalla emitió un aroma a sospecha, cuando Claudio Martínez, y no Zloto, condujo el programa Desafío 20.19.
Este martes la noticia se convirtió en esa maldición que nos hace repensar, entre lágrimas, lo que hacemos, lo que comunicamos y lo que compartimos en esta vida, cuando muere una buena persona. Tenía 61 años.
 

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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