Sigamos en contacto

Nota

El CEO de los derechos humanos (2da parte)

Publicada

el

Segunda parte de la investigación sobre Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos de la Nación, como parte de la tarea propuesta por el Consorcio de Periodismo de Investigación Autogestivo (CPIa)creado para profundizar las revelaciones de los Panamá Papers, tan manipuladas por la prensa comercial. MU y Tiempo Argentino decidieron investigar la lista de funcionarios que poseen cuentas en paraísos fiscales. En total son 14. Claudio Avruj es el primer capítulo.  El diario Tiempo publicó una investigación sobre sus empresas, en tanto MU, en su edición de este mes, publica este perfil de sus relaciones políticas y reportaje.
A la semana de asumir, el secre­tario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj, citó a todo el plantel en el predio de la Ex ESMA, donde tiene su oficina. De un total de 1.200 emplea­dos fueron apenas 100. Ante el auditorio diezmado, formuló sus primeras definicio­nes: “Voy a seguir con las políticas de Memo­ria, Verdad y Justicia”. Quienes ya lo cono­cían por su gestión como subsecretario de derechos humanos en Ciudad o cuando fue representante de la DAIA, advirtieron en­tonces que Avruj suele acomodarse en el tre­cho que cava entre los dichos y los hechos. Licenciado en organización institucional por la Universidad Bar Ilan, su fuerte es mante­ner un trato amable con los más variados ac­tores sociales y utilizar la técnica que le ha enseñado su coach personal: escuchar.
Buenos muchachos
Claudio Bernardo Avruj se hizo co­nocido como encargado de las rela­ciones institucionales de la DAIA durante la dirección de Rubén Beraja, en pleno atentado a la AMIA. Si bien no está claro si Avruj fue la mano derecha o la iz­quierda de Beraja -quien está imputado por haber pagado dinero para desviar la inves­tigación- fue su sombra.
Avruj fue director ejecutivo de la DAIA en­tre 1997 y 2007, época en que su director ad­junto era Alfredo Neuberger, quien aparece mencionado en los Wikileaks por sus infor­mes a la Embajada de los Estados Unidos. Neuberger, además, fue asesor de Enrique Mathov, secretario de Seguridad del gobier­no de la Alianza, quien fue recientemente condenado por la represión del 19 y 20 de di­ciembre del 2001.
Guillermo Yanco, marido de Patricia Bullrich, es otro nombre asociado a Avruj. Yanco es presidente del Instituto de Estu­dios Argentinos (Idear), una de las usinas de pensamiento Pro, y comparte con la productora de la familia Avruj un progra­ma televisivo sobre la colectividad judía llamada Vis-A-Vis. Según revela Tiempo Argentino en su investigación conjunta con MU, Vis-A-Vis recibió pauta del gobierno de la Ciudad en 2014, cuando Avruj ya era funcionario del gobierno porteño.
Otro nombre más polémico: Jorge El Fino Palacios, a quien Avruj conoce desde su gestión en la DAIA. Según el periodista Jor­ge Elbaum, Avruj fue uno de los impulsores del premio que se le entregó al comisario Palacios “por su compromiso en la Causa AMIA”, antes de ser acusado de encubri­miento. Distintas fuentes coinciden, ade­más, que fue Avruj quien se lo presentó a Macri para su nominación como jefe de la Policía Metropolitana.
Sin embargo, cuando el 26 de octubre de 2010 declaró ante la comisión investigado­ra especial sobre las escuchas ilegales de Palacios, Avruj precisó que lo había reco­mendado el ex embajador de Israel, Rafael Eldad y que había compartido varios even­tos sociales con el comisario, a quien des­cribió como alguien “muy apreciado por la comunidad judía”.
El elegido
José Schulman, titular de la Liga por los Derechos del Hombre, lo define de esta manera: “Es un cuadro de la derecha del siglo 21, no del siglo 18”.
Schulman, como parte de la colectivi­dad, enmarca a Avruj dentro del sionismo: “Ni siquiera tiene una onegé trucha como (la vicepresidenta Gabriela) Michetti, que practica la compasión. Avruj es otra cosa: es parte del sionismo mundial que crea fun­daciones para recaudar fondos”. Así inter­preta la sociedad que se le descrubrió en pleno Panamá Papers: Kalushy, creada el 27 de julio 1992, cuando Avruj era director de la organización judía B’nai B’rith, orientada a la asistencia social. Avruj vivió en Venezue­la y Panamá cuando formó parte del staff directivo de esa organización.
En la sociedad Kalushy también figura su esposa, Elisa Alfie.
La feria de los derechos
En 2007, Avruj deja la dirección ejecu­tiva de la DAIA y asume como direc­tor de Relaciones Institucionales del Gobierno de la Ciudad. Elbaum asegura que luego una comisión investigadora revisó su gestión económica, en particular los precios de la edición de materiales gráficos.
En 2011 asume como subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad. Su ges­tión se caracterizó por la disolución del área de violencia de género y el vaciamiento de recursos destinados al Parque de la Memo­ria, espacio que tras la visita del presidente Obama se convirtió en la imagen principal del portal de la Secretaría que ahora dirige.
Otra característica de su gestión porteña fueron las ferias destinadas a colectivida­des, cuyo hit fue la gastronómica Buenos Ai­res Celebra. Gabriela Alegre, ex legisladora del Frente Para la Victoria, ocupó el mismo cargo que Avruj en la subsecretaría porteña. Dice: “No está mal promover la diversidad cultural de todas las colectividades, pero es un negocio donde lo único que hacen es ven­der. Es la lógica PRO: promover negocios privados a costa del Estado”.
Schulman analiza otra variable: “Es una política doble, hipócrita. Por un lado se fo­menta celebrar la diversidad cultural, al tiempo que se convive con talleres textiles clandestinos y de discriminación hacia los migrantes latinoamericanos”.
Además de los contratos nunca transpa­rentados sobre los empresarios que acce­dían a los puestos de Buenos Aires Celebra, estas fuentes señalan que las impresiones destinadas a este tipo de eventos “se las daban todas a la imprenta de Marcelo Glas­man”. Glasman es propietario de la im­prenta Mimeográfica S.A., además de pro­secretario del Museo del Holocausto, del cual Avruj es presidente honorario.
Avruj asumió esa presidencia siendo subsecretario de Derechos Humanos, y la mantiene hasta hoy. Ahora sumó otro car­go: se nombró a sí mismo presidente del instituto de Derechos Humanos de la UNESCO.
En el pliegue de ese perfil internacional y la atención doméstica de los derechos humanos, Avruj juega un rol clave: “Cuan­do entienden que van a tener una política abierta hacia el mundo y que en ese mundo los derechos humanos gozan de un con­senso muy fuerte, se dan cuenta -sobre todo con la primera visita de Hollande (presidente de Francia)-, que no pueden ningunear a los organismos porque tienen un peso específico en la imagen interna­cional de Argentina. En ese sentido en­tienden el rol de la Secretaría, en función de los negocios que pretenden y la plata que necesitan que venga. La ambición es la de crear a un tipo con prestigio en organis­mos internacionales. El más consciente de eso es Avruj y Macri lo está aprendiendo”, interpreta Schulman.
Sigue Schulman: “Y hay otra cosa que Macri está aprendiendo: no es fácil arreme­ter contra el movimiento de derechos hu­manos. Le volteamos a Lopérfido, le frena­mos la libertad de Etchecolatz, evitamos que venga Obama a la ESMA, y ahora estamos peleándola para que aceleren los juicios”.
En cuanto a los organismos de derechos humanos, Gabriela Alegre distingue un trato distinto hacia Madres y Abuelas y otro, hacia HIJOS: “Intentan hacer quedar a HIJOS como violentos, como cuando los asociaron con las piedras que le tiraron a Macri en Mar del Plata”. Schulman razona por qué: “Por dos razones: porque los HI­JOS ya plantearon la diferencia entre la ley y la legitimidad y porque si hay un genoci­da libre van a ir a escracharlo. Y por algo más pragmático: a diferencia de nosotros, que tenemos 70 y pico de años, ellos tienen 35. Se las van a tener que ver con HIJOS por los próximos 50 años”.
Genocidas go home
Avruj vive a tres cuadras de la ex Es­ma. Desde el primer día llega pun­tual a su oficina y cumple riguroso horario. Según trabajadores despedidos, su trato al comienzo fue amable: “Nos sa­ludaba con un beso cada mañana”. Luego, llegaron las rispideces. “Lo primero que hicieron es pedirle al jefe de logística que guardase un ejemplar de cada libro y folle­to que sacó la Secretaría los últimos 13 años, que habíamos hecho nosotros. Y or­denaron tirar todo el resto”. Primero, cuentan, querían quemarlos. Luego acep­taron venderlos como papel.
Entre los hombres clave en el manejo de la Secretaria, los trabajadores distinguen a uno del ámbito empresarial, que ubican en una oficina especial: El Hombre del Cubícu­lo. Luego, señalan al director de prensa, Hernán Bubu Arbinder.
Arbinder fue el encargado de comunicar a los empleados la nueva línea: “Queremos cosas que alegren a los argentinos, nos de­cía”. Lo concreto es que la agenda fijada en Ciudad se trasladó a Nación: pueblos origi­narios, diversidad sexual, comunidades. Para estas actividades, “la agenda de con­tactos que utiliza es la misma de la Ciudad”, aseguran quienes estuvieron en la organi­zación de algunos eventos.
Otro de los ejemplos que ilustran los nue­vos aires de la Secretaría llegó cuando Avruj debió expedirse sobre la prisión domiciliaria a los genocidas. En el blog Pacificación Nacio­nal Definitiva se puede escuchar el audio en el cual Alejandro Patrón Costa (h) relata la reu­nión que mantuvieron con Avruj los defen­sores de los genocidas presos.
Los planteos:

  • Que la Secretaría deje de ser querellante en las causas por delitos de lesa huma­nidad. La respuesta de Avruj: no.
  • Otro: que no sean llamados “delitos de lesa humanidad”. La respuesta de Avruj: “Para él está bien llamarlos así”, lamen­ta Patrón Costas (h).
  • Finalmente, plantearon el tema de las prisiones domiciliarias. “Avruj nos dijo que ese era el camino: movilizar denun­cias sobre la situación de los presos, por cada caso en particular”.

El relato de Patrón Costas coincide con lo que cuenta un empleado de la oficina de prensa: El Hombre del Cubículo le pidió que escribiera una editorial política que sería firmada por el secretario. “Me dice: ‘Poné que están muy viejos, enfermos y que en algunos casos se pelean con sus compañeros de celda. Decí que ante esos casos, aceptaría la domiciliria’”.
El joven, que venía de la anterior ges­tión, se negó.
El Hombre del Cubículo le dijo enton­ces: “Dejá, se lo pido a otro”.
En marzo el diario La Nación –entusias­ta defensor de genocidas- publicó un re­portaje en la cual Avruj expone estos con­ceptos.
Medios, adentro
Dirigido por Bubu Arbinder, el es­quema de la Secretaría incluyó la creación de un nuevo cargo: la subdirección de prensa, ocupada por Ro­berto Bobby Menna.
Bobby, a diferencia de Bubu, viene de la tevé y según los ex trabajadores, “tiene to­dos los contactos con los medios”. Ade­más, en la dirección de prensa fue contra­tada la joven novia de un famoso productor de radio Metro, “con los contactos del ám­bito radial”. Y también, un joven panelista del noticiero de las 18 horas del Canal 26. “Metieron mucha gente vinculada a me­dios, con muchos contactos: ahí tenés no solo una política de cara a los medios, sino los medios adentro”.
Aportan una anécdota para resumir qué rol juega Avruj y su Secretaría dentro de la geopolítica comunicacional de Cambiemos:

  • Lo que van diciendo es un grupo de What­sapp que enlaza a los principales funcio­narios del gobierno nacional con Marcos Peña y su equipo de comunicación.
  • A fines de enero llegó a esa lista el men­saje de que Darío Lopérfido, por entonces Ministro de Cultura porteño, había rela­tivizado el número de desaparecidos.
  • Luego, desfilaron los mensajes del sis­tema de monitoreo de redes sociales que evaluaban las reacciones que habían co­sechado las opiniones de Lopérfido.
  • Por último, llegó la orden de Marcos Pe­ña para neutralizarlo. “Primero que salga Avruj”.

Y Avruj salió.
En primera persona
Estamos en la Esma, que aún impo­ne su pasado siniestro a pesar del Ex. Nos recibe Bobby Menna, quien se esfuerza por hacernos sentir como en casa. El nombre (en rigor es Roberto) y la cara recuerdan a un zapping televisivo, que luego sintoniza: Bobby condujo junto a Jésica Cirio el programa Impacto 9.
 
Una secretaria ofrece algo de tomar y en tiempo récord llega una moza con agua y café. En las paredes de la sala de espera cuelgan sólo dos cuadros con dibujos: uno de las Madres de Plaza de Mayo; otro de un chupete colgando de una celda. Dentro del despacho del secretario Claudio Avruj, la decoración cambia: sobresalen tres cua­dros, cada uno de una colectividad distin­ta: afro, musulmana y judía. Sobre el es­critorio, fotos familiares y en un rincón, fotos con el Papa y Obama. Y encima del sillón donde transcurrirá la entrevista, el retrato de Mauricio Macri con la banda presidencial.
Bobby se quedará durante toda la charla; luego, se sumará Bubu.
A diferencia de Bobby, Bubu no es cono­cido por su trabajo en los medios, que has­ta el día de hoy mantiene: a pesar de su función ministerial, sigue trabajando co­mo productor del periodista de Radio Mi­tre, Marcelo Longobardi.
En ese marco, Avruj comienza delinean­do los principales ejes de su política, que define como alineada “con lo que propone Naciones Unidas”. Resalta: “Obviamente un eje importantísimo es Memoria, Verdad y Justicia como política de Estado, pero no­sotros detectamos muchísimas ausencias del Estado a nivel federal en materia de de­rechos humanos. Un eje principal para no­sotros es pueblos originarios. El segundo eje es la diversidad sexual. Si bien nosotros reconocemos que durante estos últimos 25 años hubo un despliegue de derechos en cuanto a la diversidad sexual, sin lugar a dudas, hay una brecha muy grande entre lo legal y lo real. Y cuando recorrés el país -ni hablar del GBA- no se despliegan los dere­chos como en la Capital Federal. Esto lo he­mos visto en Salta, donde recién están dis­cutiendo la posibilidad de una zona roja para que la población trans pueda ejercer desgraciadamente la prostitución sin ser avasallados por la policía».
¿La zona roja es la mejor solución para la ex­plotación sexual?
La zona roja no es la mejor solución, por­que sabemos que detrás de la prostitución están los que hacen negocios, está la droga y un montón… Pero no podemos prescin­dir de que la gente que tiene que llegar a esa situación vea sus derechos humanos permanentemente avasallados por la Poli­cía Federal, con complicidad del Estado.
En Salta, justamente, ya se realizaron 503 marchas contra la violencia institucional …
Era el otro foco que iba a mencionar: el te­ma de la violencia institucional. Es de los problemas más graves del Estado. En Ar­gentina tenés policías muy violentos en todo el país, muy violentos. Ni hablar que todos sabemos qué poder tienen las poli­cías locales. Es un país en el cual hoy la tortura existe en las prisiones: esto lo sa­bemos. Es un problema muy serio, here­dado desde principios de la historia, pero al cual la democracia no pudo darle solu­ción. Pero siguiendo en orden, el tercer eje novedoso que trajimos acá es el tema de la división nacional de multiculturalismo y pluralismo cultural. Yo lo instalé en Ciu­dad, esto fue muy bien visto por Naciones Unidas y por distintos organismos inter­nacionales como algo novedoso. Porque cuando uno mira colectividades, no es el folklore. Es eso, pero además son las redes de contención que crean las comunidades: todas tienen cementerios, escuelas, igle­sias centros deportivos, centros de asis­tencia social, hogares para ancianos, lo que quieras. El valor que eso tiene como sostén de acompañamiento del Estado es fantástico. Entonces, hay que potenciar.
Sobre el tema de las comunidades hay un ca­so aberrante: el asesinato de Massar Ba, un referente de los derechos senegaleses que murió a patadas en plena calle de San Telmo.
Sí, claro, el senegalés. Nosotros intervini­mos ahí. Estamos en contacto permanente con la comunidad senegalesa, con la cual yo tengo muchos vínculos desde la Ciudad.
¿La secretaría va a constituirse como quere­llante en la causa?
Ahí estamos trabajando y definiendo… porque ahí tenés también un límite. Como secretaria de Derechos Humanos no podés ser querellante en todos los hechos indivi­duales.
En este caso era un referente de los dere­chos humanos y hay presunciones de que el crimen involucra agentes del Estado, o que hubo una mala actuación policial
El Estado sí, es otra cosa. Porque si nos po­nemos a ser querellantes por cualquiera, primero que no tengo la atribución. Todos los temas de contención, de apoyatura, eso se está haciendo. El proceso de querellante ya no me corresponde.
Sobre otro de los ejes: pueblos originarios. En Salta una niña wichi fue violada y el com­portamiento de las instituciones del Estado constituyó una segunda violación…
Sí, sí, estuvimos, de hecho ahí intervini­mos. Porque yo tengo mucho vínculo con Ubilla, el que levantó el tema, que es un le­gislador del FPV justamente. Estuve en Salta, ahí se instaló el tema fuertemente, ahí vamos acompañando también.
Otro caso de violencia institucional: Belén.
Ese tema, bueno, tenía muchísimas defi­ciencias todo el trabajo que habían hecho los médicos, y la justicia posteriormente. Por eso nosotros presentamos el informe que nos transmitía a Naciones Unidas y bueno, nos reunimos con todos los orga­nismos de derechos humanos, con la abo­gada, y por suerte se logró la liberación.
 
Son 30 mil
 
Usted es presidente honorario del Museo del Holocausto y entende­mos que gracias a esa labor es que, de alguna forma, está aquí. Por eso puede entender mejor que nadie que cuando un funcionario pone en duda la cifra de desa­parecidos -y mucho más si se dice que es por plata o por susbsidios- está cometien­do algo más que un error. ¿Cuál es su inter­pretación?
Fui el primero que salió al cruce de las de­claraciones de Darío (Lopérfido). Creo que no hay duda alguna. Lo digo como Estado y lo digo como persona: el número de 30 mil más que simbólico es emblemático. Tiene que ver con una lucha, un paradigma que se planteó desde los organismos de dere­chos humanos como búsqueda de demo­cracia y de verdad y tras el cual toda la so­ciedad ase enarboló. Ese número no puede ser nunca motivo de discusión política ni ideológica. Eso es gravísimo, porque ¿qué vas a discutir? ¿La dimensión del horror? Si te digo que en vez de 30 mil fueron 25 mil, ¿qué estoy planteando? La minimización de lo que fue la tragedia del terrorismo de Estado: la ponés en duda. En todo caso, lo que sí corresponde es la discusión históri­ca y académica, pero por ahí no es el tiem­po, esto vendrá más adelante. Pero nunca tiene que ser una discusión ideológica. Es cierto que la Conadep -un documento in­discutido por todo el mundo- tiene de­nuncias de 8.400 y pico. Que esas denun­cias, a su vez, se nutren del primer archivo que hicieron los familiares: se juntan las que habían recibido la APDH, más las que habían recibido Familiares, eso se le da a Conadep y la Conadep aumenta. Entonces, ese número no es discutible.
Sobre todo porque, como usted repasa, las cifras y los aportes se hicieron siempre des­de organizaciones de la sociedad civil y no desde el Estado
Es que siempre es así.
Al día de hoy existen hábeas corpus sin res­puesta, por ejemplo el de Nora Cortiñas, que exige que el Estado le diga dónde está su hijo
Es lo que decimos siempre: los números siempre vienen desde las víctimas. Ahora, ¿qué pasa con todas esas familias que fue­ron diezmadas, que no quedó nadie? ¿Qué pasa con todas esas familias que se fueron al exilio o están acá y no denuncian? Pero está interpretado que vos tenés documen­tos donde los militares muchas veces di­cen que “para terminar este problema ne­cesitamos que mueran o desaparezcan miles”. Y hay documentos de ellos que di­cen 17 mil, hay documentos de 22 mil… ¿Y si son 40 mil? Hagamos al revés: si a lo lar­go de los años se demuestra que fueron 52 mil. ¿Qué van a decir? “Che qué boludos: no sabían que no eran 30 mil, sino 52 mil?” ¿Y en qué cambió la cuestión de fondo? Por eso hay que ser muy respetuoso y serio y cuidadoso con los números.
Otra cuestións que exige respeto y cuidado son las prisiones domiciliarias de genocidas.
Hay dos dimensiones que hay que enten­derlas muy bien. Una dimensión es lo emocional. Lo que representa un asesino – haya matado a uno o a diez, haya robado un bebé- para la inmensa mayoría de la so­ciedad. Ahora, como trabajadores y lucha­dores identificados con los derechos hu­manos sabemos que nuestra aspiración máxima es la justicia. Si Argentina tiene este plexo normativo en el que dice que a los 70 años el juez puede entregar la pri­sión domiciliaria, no es un tema de impu­nidad: es un cambio de lugar de cumpli­miento de la sentencia. Eso también hay que dejar claro: no es una amnistía o un “ya está, terminaste”. No. Te cambian el lugar de prisión y ahí tiene, la policía o quien corresponda, que velar para que la justicia se cumpla. Ahora, si la ley es taxa­tiva y dice: “a los 70 años, en situación de enfermedad y que no revista un peligro para la sociedad, el hombre es pasible de…”. Como organismo de derechos hu­manos, si eso es la ley, tenemos que ser los primeros en respetarla y no opinar desde lo político. Porque si no nos vamos a con­vertir en lo mismo que juzgamos. Acomo­damos la justicia según nuestra opinión. Y ese es mi límite.
¿El caso Etchecolatz es un límite?
Ahí entra a jugar lo que representa. Nadie puede desconocer en este concierto lo que representa Etchecolatz para la sociedad, o Videla en su momento. Nadie lo puede desconocer. Pero ahí había otro límite. Lo que sí vimos es dónde se sostuvieron los jueces y pedimos en la causa que se revise la decisión. Pero no podemos apelar por­que no estamos habilitados. La ley no lo permite. La ley te dice que una prisión do­miciliaria la pide el detenido al juez que lo condena; y el único que puede apelar es el fiscal: la querella no.
Las posturas garantistas, el debido proceso y a la presunción de inocencia no están en cuestión. Son condenas firmes los casos de Etchecolatz, de Weber, de Menéndez …
Esos son los conocidos.
Y hay muchos desconocidos que preferiría saber quiénes son porque me los puedo en­contrar en la panadería.
Para el familiar es el mundo, porque fue torturado. Para José Pérez, que nadie lo co­noce, ese es el mundo.
¿Un mundo en el que Hitler puede ser tu vecino?
Ya que tocás el tema de los nazis: Priebke fue un asesino de las fosas en Italia, un capo SS, el tipo es responsable de haber matado 800 judíos. Vivió toda su vida co­mo un gran hombre, fundador de escue­las, en Bariloche. Se lo detecta y se lo de­tiene en el 95. En el 96 logamos que se extradite. Llegó a Italia y murió en su ca­sa, porque la ley le daba la domiciliaria. O sea, no es el primer caso. Hay que separar lo emocional de lo real. Y también creo que hay que desprejuiciar a la sociedad en esto de la impunidad. Porque ¿cuál fue el proceso histórico en estos últimos tres años de las domiciliarias? Hoy tenés da­das 465 domiciliarias a fecha de hoy. 441 se dieron hasta antes del 10 de diciembre. Con toda la oposición que yo puedo tener al gobierno anterior, nadie le va a decir “estuviste trabajando por la impunidad de los militares”. Nadie se lo permitiría. Entonces hay que empezar a desprejui­ciarse. Si hablamos de derechos humanos lo mejor que nos puede pasar como socie­dad es someternos a Derecho todos y cumplir la ley. Abramos la cabeza.
En el sentido de “desprejuiciar”, nosotros también le hicimos las preguntas que tenía­mos que hacerle a la anterior gestión. Una que se repite hoy, a 10 años de la segunda desaparición de Julio López. ¿Qué está ha­ciendo el Estado para encontrarlo?
Te doy una primicia: hoy me siento con el ministro de Justicia para proponerle cons­tituirnos como querellantes. Porque esa es una desaparición en democracia.
Otro de los temas que hablan de rupturas y continuidades con políticas anteriores: la búsqueda de los nietos, ¿qué recursos es­tán destinados hoy?
Lo primero que hice cuando asumí: ratifi­qué a Claudia Carlotto al frente de la Cona­di. Y ratifiqué a Claudia Naftal en el Sitio. Abuelas permanentemente recibía subsi­dios y apoyo; lo que nosotros hicimos fue transparentarlo en un convenio y no que queden acuerdos de un funcionario de tur­no con Estela. Hay que decir la verdad: Es­tela liquidaba hasta el último papelito del gasto, no hay nada que la enturbie ni nada por el estilo. Pero tener un convenio, al Es­tado lo tranquiliza.
 
Panamá y después
 
Una consulta sobre su situación pa­trimonial: la sociedad en Panamá. Usted dio una explicación que luego fue desmentida. ¿Cuál es su versión final?
Hubieron dos mails de B’nai B’rith inter­nacional a Página 12 y ellos tomaron el pri­mero y no el segundo, que era el completo. No aparezco en los Panamá Papers.
Aparece en el registro público de Panamá…
¿Por qué aparezco en el registro? Porque viví en Panamá. No era una cuenta offsho­re. ¿Por qué tenía una empresa? Porque yo era el director de B’nai B’rith en Argenti­na. Para que entiendan me tomo un minu­to: la B’nai B’rith internacional se organi­za en distritos. Un distrito es Chile, Argentina, Uruguay Paraguay. Otro es Brasil. Y otro es el Caribe. Yo era director del Caribe, que abarca México, Venezuela, Guatemala, Curacao y Panamá. Los presi­dentes de esos distritos se eligen cada dos años y van rotando. Legalmente, lo que es­tá inscripta es la B’nai B’rith local, no el distrito. Es como si fuese una franquicia que le da la marca internacional. Ahora, yo estaba en Venezuela dirigiendo. Para que pueda vivir en Panamá había tres formas, que son las que se siguen manteniendo hasta hoy: o sos inversionista y yo no tenía un mango para hacerlo; o tenés un contra­to, que el distrito no me lo podía dar por­que no estaba legalmente registrado; y otra es tener una empresa. El presidente electo decide que lo mejor era armar una empresa, a tal punto que se pone como se­cretario general. Y eso fue lo que me per­mitió tener un contrato de alquiler, abrir una cuenta bancaria para cobrar el sueldo, comprarme el auto y cuando me fui, me fui. Esa es la verdad de la historia.
Por último ¿sobre los dichos del Presidente sobre la dictadura tiene algo que decir?
Lo que sí puedo garantizar es que el Presi­dente cuando dijo “esto no voy a debatir­lo” tiene que ver con lo que estoy plan­teando: no es un tema de debate, muchachos. Lo mismo cuando habló de la “guerra sucia”: está claro que estaba ha­blando del sistema que instaló la dictadu­ra. Y en esa dirección estamos trabajando. Y una cosa más: el hecho de estar en el mismo espacio político no es garantía para que avalemos todo lo que cualquiera diga. Lamentablemente, en el gobierno anterior nadie cuestionaba. Yo salí a cuestionar al intendente de General Alvear, en pleno romance con Urtubey me metí en Salta con el quilombo, con Lopérfido me metí yo. Que seamos del mismo espacio es bueno para festejar una elección. Voto un pro­yecto común, pero desde mí no te va a dar para que te acompañe en todo.

Primer capítulo
Esta investigación forma parte de la tarea propuesta por el Consor­cio de Periodismo de Investigación Autogestivo (CPIa) que nació ante la necesidad de profundizar las revelaciones de los Panamá Papers, tan manipulados por los medios comerciales. El CPIa fue creado por lavaca, y su dirección periodística está a cargo de la revista MU, el diario Tiempo Argentino y la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo de Argentina (REDCOM). Ya hay 10 carreras trabajando en la base de datos de Panamá Papers. Por otra parte, MU y Tiempo Argentino decidieron relevar la lista de funcionarios que poseen cuentas en paraísos fiscales. En total son 14. Claudio Avruj es el primer capítulo. En MU se publica un perfil y reportaje, en tanto Tiempo Argentino investiga su empresa.

Nota

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Publicada

el

Tras el resultado electoral, las integrantes de distintas organizaciones sociales, barriales, políticas y sindicales (ATE, CCC, UTEP, CTA, FPDS, Barrios de Pie, PO, Evita) analizan lo que pasó, en la previa al Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer. Los errores que llevaron al presente, la situación económica actual y la inflación, la falta de trabajo. El regreso de los que se la llevaron con pala, el clima en los barrios y el comienzo del ajuste, en paralelo a la desmovilización de las mujeres tras la Ley de aborto. Sensaciones, incertidumbres y estrategias frente a lo que viene.

Por Anabella Arrascaeta.

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org

“No es posible que siempre nos esté uniendo el espanto”

Silvia León, referenta de ATE Nacional, llegó a Plaza de los Dos Congresos el viernes con el pañuelo violeta sindical al cuello y el verde por aborto legal en la muñeca. El día anterior, siempre en representación de las trabajadoras y trabajadores estatales, había estado en la Ronda que las Madres de Plaza de Mayo hacen cada jueves. “El límite es el ataque a los derechos humanos, el ataque a las mujeres, el ataque a los trabajadores. Pertenezco a ATE, en la época de Macri sufrimos alrededor de 60.000 despidos en el Estado y esto se avecina de la misma forma pero con características más graves”, dice sobre quienes acaban de ganar las elecciones. “En esta etapa, con este gobierno, tenemos que ampliar los ámbitos de debate y de construcción colectiva. No es Macri, va a ser más fuerte, más feroz y más profundo: más fascista. Y la única forma de enfrentar eso, como decían las Madres en la Ronda, es con esperanza y con organización. Ahora bien, creo que en este tiempo hay que pensar una estrategia bien distinta a lo que estamos haciendo”. 

¿Por qué?

No es posible que siempre nos esté uniendo el espanto. Hacemos las alianzas, el frente, y después adentro hay un aquelarre y cada uno tira para su lado, los personalismos y los egos… todo ya lo vivimos. Porque la primera pregunta es: cómo llegamos a este momento. Hay que dar una respuesta distinta, ampliar los espacios del debate, no se puede salir con una resistencia loca, salir a la calle sin pensar lo que vamos a hacer; hay que construir bases sólidas con una visión de futuro. 

¿Esa base con qué alianzas se puede construir?

Desde los feminismos tenemos una experiencia grande de construcción donde ponemos objetivos concretos y secundarízamos las diferencias, eso es lo primero. Y para nosotras se construye desde todo el campo popular, porque además hacen falta proyectos y formas que puedan enamorar y llegar a los y las jóvenes. Yo estoy segura que gran parte de la población que votó al partido que ganó no votó el proyecto de Milei, sino que votó una oposición ante la desesperación por este gobierno que no dio respuestas profundas, y que pudiendo hacerlo no lo hizo. Hay que hacerse cargo. Y el primer paso es estar en la calle todas juntas, defendiendo nuestros derechos, van a cerrar el Ministerio de las Mujeres que es nuestra conquista, están atacados los derechos que construimos, tenemos que estar defendiéndolos desde los sindicatos, desde la intersindical feminista que es una experiencia a profundizar, desde las organizaciones sociales, desde los feminismos, y sobre todo tendiendo puentes. También estamos acá por el Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual en las infancias, porque en este contexto como siempre los que van a perder derechos son las niñeces: a medida que se agudiza la violencia en la sociedad, también se agudiza dentro de los hogares. Este es un momento para pensar cómo hacer la resistencia.

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Silvia León. (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org.)

“Los que se la llevaron con pala están de vuelta”

Nené Aguirre, de la Corriente Clasista y Combativa, vive en zona norte de la provincia de Buenos Aires, donde cuenta que grandes fábricas ya empezaron a suspender trabajadores. “Lo hacen a dos días de ganar, ni subieron, pero se envalentonan, y el camino es este: juntarnos para pensar qué hacer”, dice en Plaza Congreso. “La convocatoria de hoy es importante: una vez más las mujeres estamos en la calle. Estamos acá para defender lo conquistado y avanzar con las conquista que faltan” 

¿Cómo creés que será esa defensa y avance?

Primero tenemos que encontrarnos, reunirnos, hablar, nosotras supimos hacer una gran unidad ante las adversidades, siempre el recorrido fue poder reunirnos primero, y en este momento necesitamos unirnos como fuerza, y entre todas pensar qué medidas, qué acciones, qué objetivos. Las mujeres seguimos haciendo frente a la violencia de género en los barrios y seguimos a cargo de las ollas, y esto va a venir peor porque ataca a muchos sectores a la vez, todos populares. 

¿Qué autocrítica tiene que hacer el movimiento?

Creo que desde el movimiento de mujeres peleamos mucho para que no llegue Milei. Nos manifestamos en todas las formas posibles, no alcanzó porque hay una situación objetiva de 150% de inflación. Al haber firmado con el FMI hubo un cambio. En nuestra organización decimos: tienen que pagar los que se la llevaron en pala, que son los que ahora volvieron, están de vuelta. Hubo infinidad de manifestaciones para defender lo que conseguimos, no alcanzó porque el gobierno no dio respuesta a quién paga la crisis. Hay que hacernos fuertes para que los sectores que la tienen paguen la crisis, y no el pueblo. 

_

“Hay que llorar, patalear y putear, pero después seguir adelante”

Lis González es de la villa 21-24, donde en las PASO ganó Milei, pero en las generales Massa. “Se vienen tiempos muy duros, como mujeres quedamos más perjudicadas, y más como mujeres pobres y villeras”, dice. Lis milita en el Movimiento Evita. “No le tenemos miedo, pero hay cierta consternación sobre qué va a pasar. No estoy enojada con la gente, soy autocrítica y entiendo que no hicimos un buen gobierno, mucha gente la pasó mal y fue un voto bronca”. 

¿En el barrio qué se ve?

Es que no podes decirle a alguien que vive en una villa que va a vivir sin derechos, cuando alguien que vive en una villa no goza de derechos: no tenemos luz, ni agua potable, no tenemos cloacas, caen dos gotas y perdemos todo porque se inunda o se electrocutan las paredes, y mucha gente no entiende qué gobierno tiene que hacerse cargo, no se sabe que no hay programas del gobierno de la Ciudad para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en la villa. La gente en el barrio está triste, porque no sabe qué va a pasar. Es complicado, pero hemos sabido durante el gobierno de Macri organizar la resistencia y en este gobierno también lo vamos a hacer. 

¿Cómo se sale de la tristeza y de la consternación hacia la acción?

Organizándonos, hay que llorar, patalear y putear lo que haya que putear, pero después seguir adelante, y siempre juntas, porque cuando no hay un proyecto de país que nos ayude se hace más difícil pero quizás podemos generar, en esa falta, la alternativa. 

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

_Lis González (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)

“La organización comunitaria es nuestro oro”

Norma Morales, de la UTEP, suspira y dice: “Seguimos teniendo las heridas abiertas, es difícil, pero tenemos que reflexionar sobre qué está pidiendo el pueblo que votó a favor de esta nueva dirigencia política. Veníamos notando que la política se venía alejando de la realidad, entonces era difícil contrarrestar los planteos que te hacía un jubilado o una mamá que está criando sola y que no llega a fin de mes, o ir a un hospital y que te den turno para 6 meses, o la inflación; hay que sentarnos a reflexionar y ponernos a la altura de lo que hoy está pidiendo el pueblo”.

¿De dónde agarrarse?

Creo que tenemos un tesoro los feminismos y los movimientos sociales: la organización comunitaria, es nuestro oro, tenemos que fortalecer y cuidar esa red que hemos construido en este tiempo. Falta, hay cosas que estamos haciendo mal, se nos siguen muriendo mujeres por feminicidios, por eso tenemos que escucharnos, abrazarnos. 

¿Qué aparece como sensación en los barrios?

Hay mucho dolor, miedo, intranquilidad, tenemos muchas compañeras grandes y los anuncios en las redes, en los medios, traen mucha incertidumbre. Y en la otra vereda tenemos muchos vecinos que nos dicen que votaron a Milei porque quieren un cambio, y así abrieron una puerta donde la habitación que aparece es oscura. Por eso: nos tenemos que preparar. 

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Norma Morales (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org).

“Basta de alianzas bobas”

Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, llegó desde Tucumán, donde dice que ya hay despidos y achique de Ministerios, por eso plantea para lo que viene: “Unidad, estrategia, y federalización” ¿Por dónde empezar? “Primero: dejar de decir que nos derrotaron y que tienen la mayoría, porque eso no es cierto, hay un 44% de la población que le dijo que no. Es un tiempo de mucha escucha, las organizaciones tenemos la obligación de seguir en las asambleas escuchando el run run que por lo visto estuvo abajo, no hemos sabido construir un liderazgo, construir alternativas. El movimiento feminista en toda su diversidad y en toda su amplitud debe hacer un análisis sincero de la construcción de nuevos liderazgos, porque construir nuevos liderazgos es construir nuevo poder, y el poder que hemos venido construyendo por lo visto no ha convencido ni ha enamorado; tenemos que poder revisarlo sin flagelarnos porque no vamos a ponernos la culpa. Hay que debatir la construcción real de poder pero no el que estamos acostumbradas, porque hay un nuevo tiempo y eso es también una nueva oportunidad: la oportunidad de volver a enamorar, no es utopía, es realidad, y el movimiento lo supo hacer y va a estar a la altura de estos tiempos”. 

¿Qué alianzas pueden construir esa utopía?

Todas, creo que no puede quedar nadie afuera. Pero basta de alianzas bobas, la unidad no se decreta. Todos tenemos una idea de proyecto de país: con justicia social, con más democracia, con trabajo, con producción, con soberanía. ¿Qué significa eso para cada uno de nuestros espacios? Hay que empezar a amalgamarlo en una idea común que nos una. No podemos caer en decir que nuestro pueblo se volvió fascista, porque eso es la derrota, nuestro pueblo no se volvió fascista, hay una parte que siempre lo fue, y lo sabemos, pero hay otra parte que está cansada, que tiene hambre, que está agobiada, que ve que nuestros barrios son cárceles a cielo abierto, que las juventudes no es que no tienen futuro, no tienen presente, a esos compañeros y compañeras hay que volver a enamorar. 

“Los derechos humanos nos abrazan y sostienen como sociedad”

Celeste Ortiz lleva atado en la cintura un pañuelo blanco con dos palabras: Nunca Más. Es militante de Barrios de Pie, está sentada con sus compañeras, y se ríen entre chistes. Cambia su ánimo al ponerse hablar del presente, y cuando dice que imagina que se vienen años de tristeza. “Es fundamental que el feminismo, las organizaciones sociales, políticas y sindicales estemos en la calle. Va a ser desgastante”. 

¿Cómo hacerlo entonces? 

Nosotros creemos en la democracia. El pueblo eligió, y lo respetamos. Vamos a tener que ser estrategas, hay que salir, pero cuidándonos, para no exponer a compañeras y compañeros. 

¿Qué significa el pañuelo con el Nunca Más?

Los derechos humanos son los que nos abrazan y sostienen como sociedad, me parece importante usar el emblema de Nunca Más, vamos a tener una vicepresidenta negacionista, que defiende a los genocidas, y hoy más que nunca tenemos que recordar a nuestros compañeros y compañeras desaparecidas, a las infancias que han arrebatado, reivindicar a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y llevar el pañuelo a todos lados, como una forma de seguir construyendo memoria. 

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

_ Leonor Cruz (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org).

“Hay que volver a las calles”

Vanina Biasi integra el Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero. Imagina que vienen años de mucha lucha, “y eso tiene un aspecto positivo para reivindicar, porque cuando te tenés que sacar de encima a un Milei, a una Villarruel, no da lo mismo cómo lo hagas, de eso depende si vas a tener un futuro o no. El movimiento de mujeres tiene que saber que tiene un poder enorme, y que tiene que salir a organizarse para frenar los atropellos, para tener nuevamente la primacía en las calles que es un elemento fundamental en nuestra lucha porque ellos trataron de competirnos en la calle y no pudieron. Y hay que seguir militando en los barrios, en los lugares de trabajo, hablando con el votante de Milei, explicando por qué llegamos hasta acá.  

¿Qué propuesta hay que construir?

Creo que tenemos que identificarnos con un programa independiente, no podemos salir a decirles a los que votaron a Milei que queremos volver al esquema que tuvimos hasta ahora, porque la gente votó contra el esquema de este gobierno. Realmente creo que tenemos que defenderlo desde un lugar de mucha independencia para salir a reconquistar a quienes votaron a Milei y no son fachos, obviamente. Esa tiene que ser nuestra estrategia: ganó Milei, las mujeres tenemos que volver a organizarnos; el movimiento obrero también, pero tiene una losa más pesada sobre la cabeza: la burocracia sindical. 

El movimiento feminista quedó desarticulado tras la Ley de aborto, ¿por qué?

Quedó desarticulado porque estos años fue la prédica de que no necesitábamos movilizarnos porque teníamos un Ministerio de las Mujeres, y finalmente ni una cosa ni la otra se hizo. Siento que hay que reconstituirlo, y va a haber que sortear muchos debates, hay que ir a hablar con gente de otra corriente política que depositaron sus esperanzas en el gobierno anterior y plantearles que hay que volver a las calles. El norte tiene que ser el programa de las mujeres, no el programa de un gobierno que después pone por delante los intereses económicos de ese gobierno y nos deja a nosotras nuevamente sin avanzar sobre nuestras demandas. No va a ser fácil, pero nosotras vamos a colaborar en este camino. 

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

_Vanina Biasi. (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)

“No hay trabajo en las calles”

“Este gobierno en la campaña dijo todo lo que iba a hacer, así que ya lo sabemos. Hay que estar atentas, y luchando”, dice Vany Velarde, del Frente Darío Santillán, una de las organizaciones que concentraron frente al Congreso. “Hay una estigmatización grande, pero los movimientos sociales y piqueteros existen porque hay un Estado ausente. No somos piqueteras porque queremos, no somos como dicen planeras, lo que hacemos es defender derechos que no están garantizados”.

¿Cómo imaginás que puede impactar en las mujeres la quita de planes sociales?

Terrible, porque muchas estamos organizadas en cooperativas y lo que recibimos es un impulso. Por ejemplo el Potenciar Trabajo, que aunque no cubre la canasta familiar, ayuda mucho. Lo mismo con toda la ayuda social que hay, otro ejemplo es la Asignación Universal por Hijo, que es fundamental para nosotras las madres, lo necesitamos, porque hoy no hay trabajo para todas en las calles. 

Alianzas bobas, espanto político, el ajuste y el oro, en el Día de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer

Vany Valerde (Fotos: Juan Valeiro/lavaca.org)

Seguir leyendo

Nota

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

Publicada

el

(Desde Mar del Plata) «Vine con mis dos hijas para que vean que mientras en las redes hay odio y miedo, acá hay mujeres aliadas» dijo Andrea a lavaca este viernes, en plena y multitudinaria movilización marplatense convocada ante el Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer.  

La marcha ocupó más de diez cuadras entusiastas en las que fermentaron también temas relacionados con el contexto político tras las elecciones del domingo pasado. La bandera que encabezó la movilización plantea: 25N Milei: ni un paso atrás con los derechos de las mujeres y diversidades”. Las mujeres aliadas que mencionaba Andrea esgrimieron también argumentos de las luchas por los derechos humanos y contra la violencia institucional y especialmente policial.

Algunas canciones, frases, ideas, sentimientos:

“Nuestros derechos no son privilegios. Derechos sí, derecha no”.

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

“No a la violencia/ las mujeres somos resistencia».

“Creyeron que el feminismo se va a  acabar/ unidas y organizadas seremos más”.

Camila, de 21 años, iba con un letrero hecho a mano: “La ESI y la ley del aborto no se negocian”. Explicó a lavaca: «Tenemos que cuidar los derechos que ya tenemos, así, juntas y sin miedo». El tema del miedo parece acompañar estos tiempos, pero también los modos de superarlo.

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

Una pareja iba de la mano. El hombre explicó su presencia: «Ella tenía miedo y le dije: te acompaño».

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

Mucho más joven, Alex Sánchez (17 años) “Llevo este cartel porque la Memoria, la Verdad y la Justicia deben estar más vigentes que nunca».

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

La marcha en todo su recorrido unió las consignas clásicas del feminismo con las que denuncian la violencia policial, lo que despertó el aplauso de chicos jóvenes que miraban el paso de las mujeres muy desde afuera, al escuchar las canciones como “Dale alegría a mi corazón, vamos a llenar de ratis el paredón”.   

Una mujere acompañaba también con aplausos. «Vienen tiempos difíciles pero nosotras vamos a dar pelea. Ni un paso atrás». La marcha continuó hacia adelante, en una ciudad que parece decidida a no dejarse ganar por el miedo.

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

(Fotos: Sebastián Smok)

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

Mar del Plata protagonizó una gran marcha para espantar el miedo

(Fotos: Sebastián Smok)

Seguir leyendo

Nota

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Publicada

el

Primera Ronda de Madres de Plaza de Mayo, después de las elecciones. La gente en la Plaza, los comentarios, chiquilines de alto vuelo y mujeres que encaran el presente sin olvidar sonreír. Por Lucas Pedulla.

Jara Fernando.

Jarach Franca.

Jaramillo Galindo Maria del Carmen.

Juárez Carlos Héctor.

Los nombres siguen y siguen. Son decenas. Van por la jota, seguirán por la ele. La voz los lee en un cuaderno escrito a mano y todos son respondidos con un «¡Presente!» a puño alzado. La ronda da vueltas, como todos los jueves, alrededor de la Pirámide de Mayo, detrás de las Madres Nora Cortiñas, Mirta Baravalle y Elia Espen, acompañadas en sus sillas de ruedas.

 

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Nora, Elia y Mirta. La imagen conmovedora en la Plaza, como siempre. Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org

Pero, a diferencia de todos los jueves, hoy ocurrió algo: hay miles de personas acompañando. La ronda se transformó en el acto reflejo de una sensibilidad herida tras el triunfo de Javier Milei con el 55% de los votos en el balotaje del domingo. La Plaza se convirtió así en un escenario urgente de micro asambleas, donde en cada metro cuadrado había grupos de entre 3 y 6 personas con necesidad de hablar, mirarse y, sobre todo, pensar. Donde se escuchaban frases como:

-Hay que saber cuándo salir y cómo.

-Necesito llorar..

-Llorá, pero tenemos que pensar cómo poner el cuerpo para no pagar siempre los platos nosotros.

-Si ellas pudieron, cómo no vamos a poder.

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org

La madre de Tehuel y los sub-12 

Una de las que llegó marchando es Norma Nahuelcura, la mamá de Tehuel de la Torre, el joven trans desaparecido desde el 11 de marzo de 2021. «Vine para pedir justicia por los que ya no están -dice a lavaca-. Siento que hay mucha gente que no sabe la historia, y por eso votaron lo que votaron». 

-¿Tiene miedo?

-¿Miedo? No tengo. Soy la mamá de Tehuel y sigo luchando para que aparezca mi hijo.

-¿Cómo salir de esa sensación?

-Saliendo a movilizarse, por eso estoy acá para saber qué pasó con Tehuel.

La ronda también es escuela a cielo abierto, y por eso Inés -47 años, socióloga-  trajo a sus hijos Facundo, de 11, y Malena, de 8. «Estamos para que las nuevas generaciones aprendan. Me da mucha tristeza que después de tanta lucha, a muchas Madres y Abuelas les toque terminar sus días en un gobierno que desconoce su lucha».

Facundo, con una camiseta de Argentinos Juniors, agrega: «Y que haya negado a los desaparecidos».

-¿Qué piensan tus compañeros de lo que pasó?

-Muchos lo votaron en sus casas.

-¿Qué pensás que les gustó?

-No sé si algo les gustó o si fue más lo que no les gustó de este gobierno, y por eso votaron por un cambio. Tengo un amigo al que le echaron al tío y difícilmente vote por Massa. A mí Massa me parecía un buen candidato, porque con lo horrible que fueron estos años, un 44% fue demasiado.

Es la descripción política de Facundo que, vale recordar, tiene 11 años.

Tania y Aimé son dos hermanas que caminan detrás de la ronda. Aimé, con 10 años, es la segunda vez que participa: “Hay mucha gente que viene porque se preocupa por el país y no le gusta que lo arruinen y disfruta lo que tenemos”. A algunos de sus compañeros les gustó Milei, a otros no: “Los que sí, decían que iba a hacer escuelas, y que como en Estados Unidos se hizo famoso, nosotros íbamos a ser famosos como Estados Unidos”.

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org

Tik tok y la comunicación

Tania tiene 19 y estudia Ingeniería Ambiental: “Mucha gente lo votó por conocer algo distinto, pero falta que conozcan de la historia. Si tu formación es Tik Tok y no hablás con tu familia, vas a repetir lo que ya vivimos. Hay que refugiarse en los cuidados y resistir”. 

Natalia tiene 30, trabaja en una cooperativa de producción de alimentos saludables, y vino desde Avellaneda, sur del conurbano bonaerense. “Perdimos una batalla cultural -piensa-. Dimos por sentado cosas y nos costó poner una pregunta que desnaturalice lo que estaban diciendo: es terrible que hoy tengamos una vicepresidenta amiga de los milicos. La fragmentación, también, hizo que el debate sea entre los que pensamos parecido”.

Le preocupa el odio: “Habilitó la violencia. Esto viene con el antiperonismo histórico, luego fue con el kirchnerismo, la pandemia lo potenció, y el hito fue el intento de asesinato a Cristina: que no haya pasado nada a nivel político, social y judicial, es tremendo. Naturalizamos un hecho terrible, más allá del partido político que seas. Hay que fortalecer la organización, apoyarnos y ser inteligentes en cuándo salir y cuándo no, y qué enfrentar”.

¿Las causas del resultado electoral?: “Veo mucho descontento. Este gobierno no pudo resolver cuestiones materiales que mejoren la calidad de vida. La inflación termina opacando cosas buenas, porque la gente vota con el bolsillo, y el discurso político parece desanclado de las necesidades. Por otro lado, el odio. Luego, la juventud, con una dirigencia que ya no la interpela porque tampoco tiene un proyecto de futuro: no sabe si va a poder alquilar”.

Por último, subraya una crisis de la verdad: “Necesitamos construir una verdad: hoy decís algo, pero el otro no te cree. Sabemos que la verdad es una construcción, pero hoy las palabras que a nosotros nos marcaron ya no significan lo mismo. Lo que representaba un imaginario para otros no existe, y es un problema, porque no nos podemos comunicar”.

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol

Nora y Mirta con paraguas

Hay miles de personas, hace calor, y a las Madres las refugian con paraguas para evitar el impacto directo de los rayos del sol. Cuando termina la ronda, se escucha la voz de Nora Cortiñas, 94 años, con su clásico final: tres veces “30 mil compañeros detenidos desaparecidos”, tres veces “presente”, tres veces “ahora y siempre”, tres veces “hasta la victoria siempre”.

Tres veces “venceremos”.

Frente al miedo y la angustia, las Madres. 

Por eso Mirta Acuña de Baravalle, que desde el 26 de agosto de 1976 busca a su hija Ana María, secuestrada mientras estaba embarazada, junto a su compañero Julio César Gallizi, contesta tranquila: “El pueblo lo votó. Yo puedo sentir un montón de cosas, pero tengamos calma, confiemos en el tiempo”.

-¿No tiene miedo?

El miedo es para los cobardes.

Dice esta mujer de 98 años que, en un gesto tan necesario para estos días, sonríe.

El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

Primera Ronda poselectoral de Madres: Tik Tok, el combate al miedo, las sonrisas, y otras batallas al sol
Seguir leyendo

LA NUEVA MU. Nunca más

La nueva Mu
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Lo más leido