Nota
El cuarto de Lucía, el cuarto de todas
La instalación El cuarto de Lucía quedó inaugurada en el centro de Mar del Plata, en medio de una escalada de violencia machista creciente en la ciudad y el país. Cómo nació la idea, cómo se concretó y sigue. La capacidad movilizadora del arte, que convierte al dolor y la indignación por la impunidad del caso en fuerza y movimiento. Lo que sintió el público que salía de la playa y se encontró con la obra; lo que relata la familia, al ver representado el cuarto; lo que dicen quienes la acompañan, nucleadas en la Campaña Nacional Todas Somos Lucía. Y qué significa esa frase, ante un evento distinto e inédito en cuanto a la forma de reclamar justicia y construir memoria y verdad.
María Inés le avisó a la custodia policial que no se preocupara, que hoy salía a ver la muestra de Lucía. El viernes le habían baleado la casa.
Johana llega con el ojo morado, porque el sábado fue golpeada en la calle, donde vivía hasta que fue auxiliada por una de las integrantes de la Campaña Nacional Todas Somos Lucía, que convirtió su casa en un refugio para personas trans como ella.
Cada persona movilizada implica una historia. Así, en la rambla de Mar del Plata, entre el Hotel Provincial y el Casino, mientras muchas familias en malla huyen de la playa porque empieza la lluvia, se va tejiendo esa red que comenzó en la calle y hoy tiene una cita especial: también en la calle, pero como parte de una muestra oficial en el Teatro Auditorium, el más importante de Mar del Plata.
El refugio se llama El cuarto de Lucía.
Pasar por el cuarto
Marta Montero es la mamá de Lucía Pérez, la chica asesinada el 8 de octubre de 2016 aquí, en Mar del Plata. Aquel crimen provocó, a nivel nacional, el Primer Paro de Mujeres.
Marta está afónica. El jueves pasado estuvo cantando y gritando en la marcha por otro femicidio, el de Claudia Repetto, que terminó siendo reprimida por la policía.
Este domingo, a las 17, en la inauguración de la muestra que reconstruye el cuarto de su hija asesinada, una ronda la rodea. No hay afonía que la detenga:
“Tenemos que mirar el cuarto de Lucia para ver cómo es el cuarto de una adolescente. Ahí está su vida, sus amores, su cultura, las cosas que a ella le gustaban. Quiero que cada uno se sienta identificado en esas cosas, las que le gustan a cualquier adolescente. Es una mirada para que veamos cómo las víctimas transformamos ese odio y ese maltrato que tienen ellos. A varios les vendría bien pasar por el cuarto para que sepamos en qué consiste el cuarto de una niña. Todo lo que matan”.
Las personas que van saliendo de la Bristol, al pasar y ver el tumulto, afinan el ojo y la reconocen: es la mamá de Lucía. Se quedan escuchando por unos segundos, y entonces algunos se animan a entrar. Matías, el hermano de Lucía, y su novia Agustina, están a cargo de rociar con alcohol en gel a les visitantes.
Se ve la reconstrucción de la habitación en la que está todo, menos Lucía.
Entonces sucede, por ejemplo, que un hombre que venía de la playa ve una tabla de surf dentro del cuarto de Lucía, y llora.
O que una mujer observa los zapatos de Lucía: dice que le recuerda a los de su hija, y llora.
Cada objeto se transforma en un código que cada persona descifra según su historia. Esa decoración y compañía que Lucía eligió va transformando quien se acerca, y transforma además los llantos en comprensión, o en indignación, o en fuerza.
Guillermo, el padre de Lucía, cuenta que la tabla de surf, así como el longboard, fueron regalos que él le hizo por pasar de año en la escuela. “Si pasaba, podía pedir lo que quería”, cuenta el ritual. “Y le iba muy bien”.
Su mirada recorre el cuarto con asombro por lo idéntico de la representación. Toca uno de los “atrapasueños”: son iguales a los que hacía Lucía, dice. “Agarraba alguna ramita flexible, y se ponía”, recuerda y se queda observando las tizas. “¿Ves? Pensaba todo tipo de dibujos, como ésos”. Luego pasa a los pósters que ella misma hacía, los cuadros de bandas de rock: “Íbamos juntos a ver recitales, como los del Indio Solari”. Guillermo tiene la mirada atrapada por el cuarto que reproduce el que está en su casa, para que nadie deje de conocerlo.
“Son cosas que ella hacía o que le íbamos regalando para ir compartiendo algo con los hijos, ¿no?”, resume emocionado. “Como padre, Lucía me permitió compartir”.
Cómo es la muestra
La instalación el Cuarto de Lucía fue una idea que parieron Marta Montero y Claudia Acuña en uno de los tantos viajes que Marta hizo a La Plata para impulsar el jury contra los jueces del Tribunal n°1 de Mar del Plata Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale, y pedir un nuevo proceso frente a ese juicio vergonzoso que pareció ensañarse en culpar a la víctima y no a quienes cometieron el femicidio.
La obra se propone exponer públicamente el ámbito privado de la víctima de un femicidio que sigue impune. Consta de dos dispositivos estéticos/comunicacionales:
1) El cuarto: El ámbito “privado” en dos sentidos de esa palabra: el de intimidad y, a la vez, el que nos recuerda la privación de esa vida a escala humana. La idea surge ya que las familias sobrevivientes de femicidios cuyas hijas compartían la casa han contado lo mismo: no han tocado el cuarto desde el día del crimen. Sacar a la luz pública ese cuarto es, sobretodo, compartir el peso del duelo de esas familias que ante la falta de justicia se tornó eterna lucha cotidiana contra los aparatos patriarcales vigentes y decadentes. Pero también humanizarlo: no es un “caso” ni una cifra. Es una vida joven, con sueños que ya no podrá soñar.
2) Las proyecciones: en un aparato de televisión se emiten en forma continua las 23 horas del juicio oral que dejó impune el femicidio y que, tras una larga batalla librada en la calle y con los pies por la familia de Lucía y la sociedad, se logró anular. En las paredes del cuarto se proyectan videos conceptuales breves, que repiten imágenes, detalles y palabras del juicio y la foto de Lucía, la de los acusados, la de los jueces.
3) Al “salir” del cuarto, un texto/volante invita a cada visitante a participar de la campaña Justicia por Lucía, adhiriendo a un petitorio y filmando un video por el nuevo juicio oral ya.
Lo posible
Marta, que es enfermera pero también vende unas exquisitas mermeladas en distintas ferias, compartió la idea de mostrar el cuarto de Lucía con Héctor Martiarena, miembro del programa municipal de Almacenes Culturales, que se acercó a su stand de mermeladas hace algunas semanas.
Martiarena hizo algo extraño en estas épocas: prometió y cumplió.
Le dijo a Marta que la muestra del cuarto podría hacerse en el Teatro Auditorium, el más importante de la ciudad costera. Y fue Marcelo Marán, director del lugar, quien dio el visto bueno para que eso sucediera.
Una semana después, en un Zoom se reunieron los ideólogos y los realizadores.
¿Era posible?
Era posible.
¿Qué se necesitaba?
Voluntad.
¿Tiempos?
Marta arriesgó: “¿Será posible que se llegue para el 14 de febrero, que es el día del cumpleaños de ella?”
Los realizadores se miraron: faltaba una semana.
Y respondieron:
-Sí.
Lo que siguió fue una artesanía hecha con talento, amor y voluntad.
Foto: Lina M. Etchesuri
El equipo
Una de las indicaciones de la dupla creativa Acuña-Montero fue reproducir el cuarto de Lucía tal cual, detalle por detalle: “Lo que estéticamente representa esa reproducción fiel es el valor de la verdad: es el cuarto de Lucía. La herramienta del arte es la ética”, les escribieron a los realizadores.
Ese logro tiene nombre y apellido porque, como dice Juan Ignacio Echeverría, “jugó mucho lo emocional en esta muestra: no fue armar una estructura como quizá estamos habituados en la tarea que desarrollamos como escenógrafos, en teatro. Hay un equipo preparado para resolver técnicamente, pero lo más importante acá es el componente sensible del cuarto, de la historia que tiene adentro, de quien lo habitó: buscar esas fibras que son movilizadoras. Y hubo que hacerlo con cierto cuidado para no movilizar a quienes estuvieron conviviendo con Lucía, padres, hermanos. Transmitir esa sensibilidad en un espacio fue la tarea”.
Juan Ignacio llegó a Mar del Plata hace 10 años, es escenógrafo y si bien se define “autodidacta” es un talento de las artes visuales. Fue uno de los imprescindibles de un equipo interdisciplinario que contó con la participación esencial de Alejandra Vilar, escenógrafa, Natalia Beresiarte, muralista; Claudia Acuña, escritora y periodista; y Sebastián Smok, diseñador de la revista MU.
Lo primero que hicieron Alejandra, Natalia y Juan Ignacio fue ir a la casa de Lucía, tomar fotografías y conversar con los padres. Cuenta Beresiarte: “Ahí entendimos cómo era Lucía, cuáles eran sus intereses, cómo pensaba, qué le gustaba. Y como primera impresión nos detuvimos en la gran impronta artística de Lucía. Eso se plasmó en la instalación: dibujos, frases, posters, canciones, artesanías de atrapasueños. Una pequeña gran artista”, define.
Natalia hizo algo que sería increíble sino fuese porque todo, en esta historia, está teñido de una increíble profesionalidad y voluntad: hizo las copias exactas, como calcos, de los dibujos que Lucía tenía en su cuarto.
Imitó su letra, su trazo, la disposición de tramas y colores.
La familia sintetizó su trabajo en una frase: “No entendemos cómo hizo”.
Natalia también dibujó el frente de la instalación con los ojos de Lucía junto a otra compañera, Natalia González, quienes firman como Naná Begó. Esos ojos, que inspiraron al Observatorio Lucía Pérez, son el faro de toda la instalación en la que Lucía a su vez mira a los ojos a cada persona que pasa por la rambla de Mar del Plata.
Quiénes son Lucía
Paloma tiene 22 años, uno más de los que cumpliría hoy Lucía, y está escribiendo en un pizarrón “… días sin justicia”. Es una de las acciones que la Campaña Nacional Todas Somos Lucía empezó hace más de 150 días y seguirá hasta lograr que se celebre un nuevo proceso: “El 3 de junio salimos a las calles, a pesar de la pandemia, y pensamos que teníamos que conseguir una manera de visibilizar también por las redes”, cuenta la idea. “Decidimos que haya un video todos los días, contando los días. Porque esta es una lucha de todos los días”.
El contexto de la instalación, según Paloma: “El jueves balearon la casa de nuestra compañera María Inés Benítez, que es testigo de la causa de Lucía, como parte de lo que consideramos un crimen organizado. El jueves tenía que declarar quien secuestró y mató a Claudia Repetto, y terminaron reprimiendo a la familia que fue a garantizar que eso suceda. Nancy Segura, Blanquita, mamá de Agustina Frers, se hace cargo de su nieta; igual que Nancy Segura con su sobrina; todas en Mar del Plata, sin ningún tipo de ayuda. Las familias están solas”.
¿Están solas? Blanquita, una histórica en estas batallas marplatenses por la vida y la justicia, aparecerá sobre el final de la jornada de la mano de su nieta, demostrando que cuando Paloma habla de soledad, se refiere al Estado. “En Mar del Plata está demostrado que el Estado no da ninguna respuesta”, sigue Blanquita. “El otro día Marta dijo: no es que están ausentes: están presentes defendiendo al patriarcado. Y es así. Lo más valioso de esta lucha es que los familiares se han unido y se dan fuerza ente ellos. Y nosotros acompañamos”.
¿Cómo definiría qué es la Campaña? “La campaña Somos Lucía nace desde el movimiento y desde la urgencia y desde la indignación. En la calle. Salimos durante semanas y nos fuimos conociendo. Con la familia y entre nosotras. Nos hicimos hermanas. Y lo que hacemos es empujar los reclamos desde lo que pueda surgir de nuestras creatividades”.
Todas esas creatividades hoy entran en ebullición: junto a jóvenes como Sofía están filmando los videos de Días sin justicia con cada persona que sale de la muestra; a su vez proponen a cada una firmar un petitorio para la realización del nuevo juicio; sacan fotos, filman y reparten pedazos de un budín especialmente preparado para aguantar la larga jornada.
Para jóvenes como Paloma o Sofía, así como para miles de mujeres que motorizaron el Primer Paro de Mujeres, el femicidio de Lucía Pérez no fue uno más. Significó la canalización de la bronca y de la indignación pero también la visibilización de miles de historias como las que hoy acompañan con el cuerpo esta instalación. Lucía somos todas, es la consigna. Y desde esa unión que significa Lucía, asegura Paloma: “Hemos generado presión. Ahora tienen que sí o sí aparentar que dan una respuesta, porque hasta ahora no lo están haciendo. Hay jueces que incorporan perspectivas de género porque saben que hay un movimiento atrás: el fallo de casación que anula el juicio de Lucía repite las consignas que parimos en la calle. Parece dictado por nosotras, es todo lo que fuimos gritando. Siento que desde ahí hay un camino para seguir: el sentido común ha sido quebrantado”.
Un día antes de la inauguración de esta muestra, y días después de que el grupo de Familiares Sobrevivientes de Femicidios entregara su Sexta Carta al presidente Alberto Fernández, el gobierno creó una mesa federal para el abordaje de femicidios y transfemicidios. Paloma se ríe, dice que prefiere no hablar de eso, pero menciona otro tema de coyuntura: “Ahora se está hablando mucho de la reforma judicial, pero es por el bardo que tienen entre ellos. No escuché nada de reforma de género, que es lo que venimos pidiendo hace años”.
Cultura injusta
La muestra en el Auditorium marplatense durará 10 días, estará abierta de 17 a 21 horas, y se espera que siga girando por otros puntos del país, convirtiéndose en un ícono de cómo pensar nuevas formas de comunicar a escala humana la urgencia de políticas efectivas para parar los femicidios, prevenir la violencia y garantizar el fin de la impunidad para un grupo de familias y de mujeres que ya sí sabe qué más va a hacer para lograrlo.
Lourdes vino sola y está llorando apoyada en una columna.
Es quien se emocionó con las zapatillas de Lucía, iguales a las de su hija. “Queremos cambiarlo todo y falta muchísimo. Se sigue porque siguen ocurriendo cosas que no tienen que pasar. A mí me gustaría que todos vieran esto. Si a alguien no le llega… es porque es incapaz de sentir algo. Eso es lo que logra esta muestra”.
Marcelo Marán, director del teatro, coincide desde otro lado: “El Cuarto de Lucía es una gran metáfora sobre cómo debemos mirar desde otro lugar a nuestros jóvenes; cómo los podemos cuidar; y cómo debemos escucharlos. La responsabilidad de la mirada patriarcal, de la justicia, de la policía, de los medios, recaen sobre esta víctima joven, con un cuarto como éste. Este cuarto es el de cualquier adolescente. Y la justicia le da vuelta la cara. Esto hay que decirlo. Y los que estamos en la cultura debemos hacer algo.
-Y los que están en el Estado, también
-La cultura sin justicia no tiene sentido. El Estado tiene que reforzar más, todavía. Hay algunos intentos –como la Ley Micaela- pero hay que reforzarlo y apresurarlo. Quizás estas acciones calan más profundo que normativas que cuestan mucho llevar adelante, completarlas. A veces es el arte el que hace que mucha más gente empiece a entender que hay otros caminos y otra forma de relacionarse.
Nota
Septiembre en Mu Trinchera Boutique
Obras de teatro, música, comida rica, dos ceremonias especiales, y una propuesta para las infancias: este septiembre te esperamos en nuestro espacio (Riobamba 143, CABA) con todas estas propuestas. Recordá que si sos suscriptor, tenés descuentos.
Sábado 7 de septiembre, 20.30hs
TERROR DE ARRABAL
Tres barrios porteños, tres leyendas urbanas y la pesadilla de una inquilina en busca de hogar. Terror de Arrabal es un unipersonal de narración oral que recorre leyendas urbanas de la Ciudad de Buenos Aires en el camino de una inquilina que mudanza tras mudanza no para de chocar con lo paranormal.
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 8 de septiembre, de 13 a 17 hs
PACHA URBANA
Una ceremonia para testimoniar la vida y celebrar el placer del encuentro colectivo.
Un ritual para nutrir el cuerpo y el alma, con el escenario urbano de fondo, con nuestros pies sobre el territorio que nos cobija.
Empanadas salteñas, bebidas, DJ y fiesta: todo incluído.
Anfitriona y cocinera: Carla Morales Ríos
Musica en vivo y DJ: Big Mama Laboratorio
Entradas por Alternativa Teatral
Sábado 14 de septiembre, 20 hs
NENA GORDA
Un biodrama que surge de la convicción de que una herida personal es un interesante y genuino punto de partida para la creación. En éste caso, el foco está anclado en lo más íntimo y a la vez universal: el cuerpo propio y la mirada de los otros sobre él.
Regresar, a través de sus objetos, al cuarto de la infancia; aquel sitio que alberga aún el recuerdo, las memorias, los deseos de otros proyectados sobre nosotros.
Una foto. Una pequeña bailarina clásica llamativamente gorda es el disparador para preguntarnos ¿Qué tiene que cambiar para que el cuerpo de una niña sea suficiente?
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 15 de septiembre, 18 hs
MARYTA DE HUMAHUACA
KILLA RAYMI (la Fiesta de la Luna)
Maryta de Humahuaca, cantora indígena, jujeña, llega a Buenos Aires para presentar sus nuevas canciones en una ceremonia con artistas invitadas.
Entradas por Alternativa Teatral
Viernes 20 de septiembre, 21 hs.
Maca Mona Mu
Nos invita a recibir la Primavera
presentando su disco Ruca.
Canciones enhebradas a través del elemento fuego para iluminar, abrigar, cocinar y encender nuestros sentidos.
La voz de Maca Mona Mu narra emociones íntimas que exponen la nueva sensibilidad de esta época.
Sábado 21 de septiembre, 20.30 hs
SER EVA, por Eva Basterra Seoane
Textos y canciones para no olvidar, el arte para testimoniar y celebrar la vida.
La Eva artista, la que se rebela, la que se entrega, la lucha, la que grita, la que muerde, la que sueña, la que vive.
Un encuentro mensual, con una invitada especial en cada ocasión. En esta oportunidad: Graciela Daleo, docente, investigadora, sobreviviente de la ESMA.
Eva es escritora, cantora, murguera, feminista, hija de Víctor Basterra y Laura Seoane, sobrevivientes de la ESMA. El testimonio de Victor fue crucial en el Juicio a las Juntas Militares, inmortalizado en un texto de Jorge Luis Borges.
Entradas por Alternativa Teatral
Domingo 22 de septiembre, 16 hs
FESTIVAL MOSTRES E INFANCIAS
¡Primer Festival para Infancias libres y Todo Tipo de Familias, porque deseamos que crezcan en toda su diversidad!
Habrá:
-Ronda de Lectura con hadas travas madrinas: Susy Shock, Luz Ventura, Eugi
-Juegos participativos y Juegos cooperativos: Amarella y Amarellita.
-Talleres organizados por la Editorial Muchas Nueces.
-Música en vivo: La Banda de les Mostres, Susy Shock, Sofia Dieguez, Lelé Música, Amarella, Mika De Frankfurt, ¡y más amigues!
Entradas por Alternativa Teatral
Nota
Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández
Comienza este martes el juicio por el asesinato de Nancy Fernández que se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Por Anabella Arrascaeta.
Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada (ambas en la foto de portada). Sin embargo, se caratuló el caso de Micaela como suicidio. El acusado es Juan Carlos Corvalán, conocido narco de la zona. Nancy y Micaela eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.
Esta historia, situada en el Municipio de Tigre, se teje entre muertes e impunidades. El crimen de Micaela Fernández fue caratulado como suicidio, y sigue impune. Este martes comienza entonces el juicio por el asesinato de su madre, Nancy Fernández, que se extenderá hasta el viernes 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Hay un solo imputado por el femicidio: Juan Carlos Corvalán, narco de la zona.
El entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse.
Nancy Fernández, de la comunidad qom del Tigre. La asesinaron porque seguía denunciando que el caso de su hija Micaela no había sido un suicidio, sino un asesinato (Foto de Canal Abierto)
Los crímenes
En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”.
El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas.
Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Ahora, diez años después, su muerte llega a Tribunales.
El reclamo de justicia
Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales.
La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estará presente en los Tribunales acompañando a Lisette.
“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.
Marisa Rodríguez, la mamá de Luna Ortiz, junto a Lisette, hija de Nancy y hermana de Micaela que retomó el reclamo de justicia ante la audiencia que comenzará este martes 3.
Esa red garantiza por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organiza que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención.
El juicio marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia.
Nota
Talento eterno
Ricardo Talento –actor, director, dramaturgo y docente, fundador del Circuito Cultural Barracas y uno de los principales impulsores del teatro comunitario– se “mudó de casa”, como dicen las Madres de Plaza de Mayo cuando alguna de ellas parte hacia otras dimensiones. El recuerdo de Luis Zarranz, periodista, escritor y autor de del libro Actores Sociales, de Lavaca Editora: una investigación, descripción y guía sobre una experiencia de una profundidad única en el mundo, con Ricardo Talento como uno de sus emblemas. En esa obra Luis explica el rol del teatro comunitario en la reconstrucción del tejido social tras la dictadura, hasta el presente. Y en esta nota cuenta sus batallas, sus conceptos, lo que fue capaz de crear con la mirada siempre puesta en lo grupal. Su debate tanto con el liberalismo como con el progresismo sobre lo que significa el arte como producción social y autogestiva. La definición de la palabra “talento” que le falta a los diccionarios. El retrato de un imprescindible que supo combinar alegría, entusiasmo y comunidad.
Por Luis Zarranz
(foto de portada publicada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices)
Ricardo Talento tuvo un apellido que le calzaba justo. Su virtud no estaba solo en su capacidad actoral o dramaturga sino en algo más trascendental y difícil de hallar: la potencia para generar proyectos artísticos comunitarios a lo largo y ancho del país.
En ningún lugar de eso que llamamos mundo existe algo similar –en términos de extensión, recorrido, articulación, transformación y hecho cultural– como el teatro comunitario argentino. ¿Qué es? Teatro de y para vecinos y vecinas. En nuestro país, más de sesenta grupos conforman una red nacional de enorme vitalidad en la que se fusionan conceptos tales como comunidad, arte, identidad, celebración, autogestión y juego: todo como parte de una unidad teatral.
Sin embargo, lo que hace más interesante aún al teatro comunitario es la generosidad fundacional con la que creció. Y es precisamente ahí donde emerge la figura de Talento junto con la de Adhemar Bianchi como directores de los dos primeros grupos del país: fueron ellos quienes durante los días aciagos del 2001 salieron por los barrios a propalar el encuentro de vecinos a través del arte, lo que permitió que surgieran diversos grupos hasta en los lugares más inimaginables del país.
Eso es Talento.
A partir de ese impulso, en pueblos de no más de seiscientos habitantes, por ejemplo, comenzaron a surgir grupos de teatro comunitario en los que participaba buena parte de la comunidad: la vieja estación de tren abandonada pasaba ser un escenario para una función, lxs vecinxs contaban ellxs mismxs la historia del lugar, es decir su historia.
Talento vio allí el hecho cultural en toda su dimensión transformadora.
Antes, mucho antes, en la década del setenta había participado en el Centro de Cultura Nacional José Podestá, en el grupo La Podestá y en el Grupo de Teatro Cumpa. En 1987 comenzó a dirigir al grupo de teatreros Los Calandracas. Finalmente, en 1996, en plena sobredosis menemista, fundó el Circuito Cultural Barracas y, junto a Adhemar, creó “El Fulgor Argentino Club Social y Deportivo”, la gran obra del primer grupo de teatro comunitario, Catalinas Sur de La Boca, hermano mayor del Circuito de Barracas.
Imagen de la actual versión de El fulgor argentino, espectáculo organizado y creado en1996 por Ricardo Talento y Adhemar Bianchi, cuyo éxito lo renueva año año. Foto Lina Etchesuri
Pero todo el párrafo anterior engendra un error: nada de lo que haya hecho Talento podría conjugarse en singular. Sus iniciativas siempre propiciaron el encuentro con el/la otro/a para, a partir de allí, crear proyectos de índole grupal.
Su nombre y apellido nunca fueron un nombre propio sino sustantivos colectivos. Por eso le preocupaba tanto combatir la aparente capacidad individual de un artista. Ese fue su verdadero arte: dialogar con la época para transformarla en comunidad: “Creemos que el arte es un derecho de todos. El mundo liberal creó la figura del artista como para decir que están los que se permiten desarrollar su actividad y tienen un don. Están diciendo que otros no lo tienen. Y, además, que se trata exclusivamente de una producción personal. Es un nefasto concepto liberal y hay otro del progresismo: la idea del arte como herramienta, como una utilidad. Nosotros creemos que en sí es transformador”.
Eso es Talento.
Así, en 2001, bajo su dirección, el Circuito Cultural Barracas parió una de sus emblemáticas obras: El casamiento de Anita y Mirko. Un casamiento como una excusa para generar un espacio de encuentro, intercambio y diversión que amortiguara la crisis neoliberal que, como un tsunami, arrasaba con todo. La fórmula que crearon lxs vecinxs fue medicina para curar el agobio, la desesperación y el desencuentro. Y fue también un éxito teatral que lleva veinte años ininterrumpidos de funciones agotadas sábado tras sábado, con más de 70 vecinxs actores en escena.
El Casamiento de Anita y Mirco, obra y experiencia emblemática del Circuito Cultural Barracas desde 2001, otra muestra de la capacidad de Ricardo para reunir lo social y lo artístico y hacer una fiesta (literal y divertidísima) que comparten y actúan con el público más de 70 vecinas y vecinos del barrio. Foto Lina Etchesuri para lavaca .
Hace un tiempo, en una charla para una nota de lavaca, Talento me dijo: “En todo estos años cambió el clima político y el social, pero sigue esa necesidad de jugar, aunque sea por dos horas, a que no tenemos paranoia el uno del otro. En el fondo, el Casamiento es una ficción: ficcionamos que nos conocemos, que nos podemos divertir juntos, que podemos compartir una mesa sin que nos conozcamos. No es poca cosa”.
Eso es Talento.
Más Talento: “El teatro es la última ceremonia humana que le queda al ser humano. Cuando la comunidad la toma, vuelve a darle encarnadura, sentido. Porque a veces el teatro se vuelve una ceremonia hueca, no de comunicación sino de exhibición: de habilidades, de construcciones artísticas. Una de las cosas por la cual el teatro comunitario tiene tanta repercusión en el público es porque al tomarlo la comunidad vuelve a tener sentido esta ceremonia celebrativa. El vecino produce con otro vecino, que es el espectador: hay empatía y todos juntos estamos participando de un hecho colectivo”.
Así, con esas pócimas, Talento supo dialogar y protagonizar su tiempo: con otros/as: “Creatividad significa cómo puede imaginarse uno de otra manera, cómo puede modificar el entorno y puede construir política. Estás desarrollando prácticas a nivel comunitario, de construcción política, partiendo de la posibilidad de imaginar de otra manera. Y ejercerla, además, porque no es que lo decís teóricamente y después te vas a tu casa solo. No, lo estás ejerciendo todo el día en la práctica, con otros”.
Cómplices y compinches. Adhemar Bianchi y Ricardo Talento, creadores de espacios de encuentro, intercambio y diversión para escaparle a la desesperación y los desencuentros. Foto LAVACA
Pocas veces palabra y acción se sintieron tan a gusto: eso sí es Talento.
Otra vez, cuando participó del Foro Social de Porto Alegre puso en discusión la frase “Otro mundo es posible”, leiv motiv de esos encuentros. Talento planteó dos cosas: primero que nada iba a ser posible si no éramos capaces de imaginarlo. Y, segundo, que no había que plantear otro mundo posible sino este, el de aquí y ahora, el que se manifiesta en el más político de los ámbitos: el cotidiano.
Eso es Talento.
Hay personas que dejan una huella tan imborrable de su paso por el mundo que resulta imposible mencionarlos en pasado, su tiempo es tan actual que siempre están en presente: eso es también es Talento. Y, por eso mismo, siempre están y estarán vivas: cada vez que un grupo de teatro comunitario se junte, cada vez que empiece una función, cada vez que surja otro grupo más, Ricardo Talento estará ahí, como parte inescindible de esa acción.
La Real Academia Española, que poco sabe del mundo real, admite tres definiciones de “talento”: “1) inteligencia (capacidad de entender). 2) aptitud (capacidad para el desempeño de algo). 3) Persona inteligente o apta para determinada ocupación”.
Le falta la más trascendental de las definiciones: “Talento: sustantivo colectivo teatral y comunitario”.
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