Nota
El día que el zapatismo volvió a proponer cambiar el mundo
A propuesta del EZLN se aprobó durante el quinto Congreso Nacional Indígena (CNI) una consulta a los pueblos originarios para la creación de un Consejo Indígena de Gobierno y una candidata indígena independiente a las elecciones presidenciales mexicanas de 2018.
Por Marta Z., San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) para Periódico Diagonal
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional lo ha vuelto a hacer. Decidió que es hora de que el Congreso Nacional Indígena (CNI) vaya delante y las zapatistas detrás. Durante el quinto CNI lanzó una propuesta “absurda” (en palabras del Subcomandante Galeano), de tan extraña que empieza a parecer posible: la creación de un Consejo Indígena de Gobierno que desde lo colectivo apoye a una mujer “que hable y haya nacido indígena” como candidata independiente a las elecciones nacionales de 2018. Como ya pasó en enero de 1994 con el levantameinto armado, el EZLN volvió a sacudir el país y el mundo de su adormilamiento desde las raíces de la tierra que son los pueblos indígenas.
Reunidos en el veinte aniversario del CNI en el Cideci-Unitierra de San Cristóbal de las Casas (Chiapas), se acordó mantener en asamblea permanente el congreso debido a la importancia del tema a tratar. El primer día del congreso, el pasado lunes 11 de octubre, en sesión plenaria cerrada, se consensuaron las líneas principales de la propuesta traída por la delegación zapatista a este quinto CNI. La idea es fortalecer el proceso organizativo, potenciar la fuerza política del Congreso, articular con otros sectores del pueblo pobre, volver a retomar las luchas de los pueblos como sector central de la política nacional.
Una propuesta que aún ha de bajarse a consulta en los pueblos, que habrá que discutir, pero que tiene como objetivo dejar de pensar en los dolores que tiene la resistencia y pasar a pensar “en la posibilidad de la ofensiva”. Parte de la realidad que se lleva analizando desde el encuentro del Pensamiento Crítico frente a la hidra capitalista (2015) es que “nos están matando”, “si no ganamos vamos a morir”… eran algunas de las voces que iban resonando en el auditorio recogiendo las experiencias del ataque frontal y descarnado del Estado y las transnacionales. Así lo decía también el portavoz del EZLN, el Sub.Moisés, en las palabras de inauguración del congreso: “HOY NO NOS QUEDA DE OTRA, más que fajarnos en organizarnos nosotros mismos los pueblos originarios del campo y de la ciudad… ya no tenemos dónde refugiarnos”.
Así se sentía en las cuatro mesas donde se debatió sobre despojo, represión, rebeldías, resistencias, balance y propuestas para fortalecer la estructura autónoma de coordinación de pueblos originarios mexicanos que cumplía en esta ocasión veinte años. Congreso Nacional Indígena que el mismo EZLN impulsará tras la traición del gobierno mexicano a las negociaciones en 1995-1996. “Llegó el momento de atacar y darle al sistema donde más le duele: en la clase política” de un país profundamente clasista y racista a la que sólo le queda la dominación neoliberal frente a los principios del zapatismo y el CNI: convencer y no vencer, proponer y no imponer, bajar y no subir, representar y no suplantar, obedecer y no mandar, construir y no destruir, servir y no servirse, enlazar y no aislar.
Convencer y no vencer
Una parte importante de la propuesta está en saber transmitirla. Para ello se acordaron diversas formas de apoyo en para poner bien las palabras, para que no sea una “propuesta para tumbar un gobierno, sino para que se vayan todos”. Se insistía desde la coordinación provisional del CNI en que “no es planteamiento electoral, ni electorero”. Y cabe recordar que los pueblos indígenas organizados tienen en su práctica cotidiana la asamblea, la gestión comunitaria de los recursos, y la asunción de voces colectivas y conectadas con el entorno y sus antepasados. Un sujeto político muy distinto al de la sociedad civil.
También desde esa realidad no se plantea interés en candidatos regionales o municipales, sino más bien iniciar un proceso de consulta en las bases que pueda disparar la imaginación, los vínculos y los caminos posibles al interior de las organizaciones de pueblos originarios: “que agriete y no apuntale el sistema”. “Tal vez se acuerde que sí y empieza la recogida de firmas. Una vez con las firmas van a ver que la fuerza la tienen en el corazón y ya no le va a importar si el/la candidato o no, sino van a ver lo que creció en ese proceso”, comentaba el Sub.Galeano en un emotivo discurso que sirvió para aclarar rumores y disipar malentendidos en esta propuesta que no obvia los procesos de autonomía que se vienen construyendo, sino que les da otra herramienta de lucha.
No electoral, no electorero
La intención, se explicitó, no es el poder; lo que se busca es precisamente destruir el poder. En palabras de un compañero delegado del Estado costero de Veracruz: “Ya no queremos decidir por los otros, y tampoco que decidan por nosotros. No queremos el poder, sino poder hacer, que sean nuestras asambleas las que gobiernen”. Así se explicita en el documento resolutivo del quinto congreso que recupera como título uno de los versos del himno nacional mexicano, reafirmando que la propuesta no es sólo para los pueblos indígenas, sino para todas: “Ratificamos que nuestra lucha no es por el poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir, en la defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o barrio. De construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos”.
La propuesta a formar un consejo indígena de gobierno sería algo que no se capitalice en un individuo, sino en una estructura organizativa, una fuerza política anticapitalista, abajo y a la izquierda. Otra política, no una fuerza política más, no un partido: una idea de subversión capaz de “voltear todo de cabeza”. Otra vez.
La hora de los pueblos
“Cuesta creer que llegó nuestra hora, creíamos que iba a ser en otra vida, pues nos tocó ahora. Los zapatistas fueron tan generosos que nos mostraron un símbolo, una mujer de nosotros, una mujer del CNI en medio de los milicianos (en Oventik, durante la celebración del 12 de octubre), viéndonos ahí de frente.. si había alguna duda pues se disipó. Pues ya estamos”. Fue el sentir expresado por un delegado de la mixteca poblana en un clima de confusión que fue creciendo hacia el optimismo de quienes sienten la posibilidad de cambiar el sistema.
Los pueblos pobres e índigenas –en la idea de la (teología de la) liberación tan importante en estas latitudes– son los portadores de un mundo nuevo que pone a las víctimas en el centro. De ahí nace en parte esta propuesta, “nada habrá para nosotros de lo que queremos y lo que necesitamos, en los partidos que ya hay, ni en los dizque nuevos que vendrán, porque son los mismos”, comentaba el subcomandante Moisés en un auditorio abarrotado en el que se contaron más de mil asistentes durante los cinco días de congreso. Y afirmó ante el silencio y la emoción de quien siente nacer –otra vez– algo que puede remover el cielo sin tener que tomarlo por asalto.
Ahora es la hora del Congreso Nacional Indígena.
Que a su paso retiemble en su centro la tierra.
Que en su sueño se derrote el cinismo y la apatía.
Que en su palabra se levante la de quien no tiene voz.
Que en su mirada se ilumine la oscuridad.
Que en su oído encuentre casa el dolor de quien se piensa solo.
Que en su corazón encuentre consuelo y esperanza la desesperación.
Que con su desafío se asombre de nuevo el mundo…
Subcomandante Moisés, Palabras de la CGRI- EZLN en la apertura del quinto Congreso Nacional Indígena.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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