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El Mendozazo continúa: “Vamos a seguir en la calle hasta la derogación”

Luego de las manifestaciones más multitudinarias de la historia de la provincia, el gobernador Rodolfo Suárez comunicó en conferencia de prensa que no reglamentaría las modificaciones a la ley 7722 que habilitaron el uso de sustancias tóxicas en la minería metalífera. Sin embargo, como la norma ya fue promulgada, las asambleas siguen en alerta. “El único diálogo posible es la derogación”, subrayan a lavaca, aunque reconocen que el comunicado fue un “acuse de recibo” de las enormes movilizaciones que el lunes cercaron la Casa de Gobierno en rechazo al proyecto. Desde las reinas de la Vendimia hasta el sector rural pidieron su derogación. Dos proyectos de legisladores de todos los bloques entraron a Diputados y Senadores para que se debata. El efecto se replica en Chubut, que se moviliza a la Legislatura para evitar que se derogue la norma local que prohíbe la actividad minera. El modelo extractivo en jaque. Qué es lo que está en juego.
La asambleísta María Teresa “Guni” Cañas atiende el teléfono en medio de trompetas y bubuselas que suenan en su pueblo, Luján de Cuyo, en Mendoza. Son las diez de la noche, y dice a lavaca:“Esto pasa en cada pueblo de la provincia: en cada lugar hay ahora gente en la calle. La plaza, acá, está llena. También en Mendoza capital. Estamos, todos los días, en estado de movilización permanente. La gente no va a salir de la calle hasta la derogación. Ese es el único diálogo posible”.
Las calles y las plazas volvieron a llenarse luego del tembladeral que significó el anuncio de este jueves. Secundado por una parte de su gabinete, el gobernador Rodolfo Suárez comunicó en conferencia de prensa que no iba a reglamentar la ley 9209, que habilita la utilización de sustancias tóxicas –como cianuro y ácido sulfúrico- para la explotación minera, luego de las modificaciones a la 7722. “Voy a suspender la reglamentación de la ley. No la voy a reglamentar”, afirmó. También sugirió la posibilidad de convocar a una consulta popular vinculante y llamó al “diálogo” para buscar la “paz social” ante los supuestos “hechos de violencia”, aunque negó la brutal represión que desató el viernes en la histórica y pacífica marcha contra la aprobación del proyecto pro minero.
Más acá del anuncio, en toda la provincia se encendieron rápidamente las alarmas. La norma, que deroga la histórica 7722 (fruto de las multitudinarias movilizaciones en rechazo a la actividad), fue aprobada el viernes, primero en Senadores (28 votos a favor y 7 en contra) y luego en Diputados (36 contra 11). Con una ley aprobada, el Ejecutivo tiene dos opciones: la promulgación o el veto. Suárez la promulgó: la ley fue publicada el martes 24 en el Boletín Oficial. Por esa razón, y en respuesta al anuncio oficial, las asambleas alertaron: “Suspender no es derogar: hoy más que nunca salgamos a pedir el veto”. Las movilizaciones continuarán durante estos días para exigir una medida concreta.
¿Cómo hay que leer este anuncio? Guni no duda: “El mensaje que transmiten es que buscan tiempo para informarnos porque estamos desinformados. En realidad, lo que quieren es tiempo para bajar línea en todos los medios y tratarnos como fundamentalistas. Pero la gente está encendida”.
Luego de la conferencia se viralizó un audio del subsecretario de Energía y Minería, Emilio Guiñazú, que incrementó todavía más las sospechas de las asambleas. “No es en absoluto un paso atrás: es simplemente dar el tiempo necesario para poder contrarrestar la campaña de desinformación a la que nos ha sido sometidos”, sostiene, y repite: “De ninguna manera es un paso para atrás”.
Por esa razón, Guni subraya: “¿Mi lectura? Fue un acuse de recibo. Hasta el momento no había hecho ningún guiño ni para bien ni para mal. Pero ahora acusó recibo. Qué hizo: tiró la pelota para adelante para ganar tiempo. Pero la repercusión es enorme: dijo que la gente no sabe nada, que la Iglesia no se meta, mientras que lo único que ha generado es todavía más malestar”.
Dos proyectos para derogar
Luego de la conferencia del gobernador Suárez, diversos legisladores opositores presentaron dos proyectos para derogar las modificaciones y retornar a la 7722 original:
- Por un lado, en la Cámara de Diputados ingresó un proyecto firmado por Gustavo Majtruk, Laura Soto y Cristina Pérez (Frente de Todos); Mario Vadillo y Pablo Cairo (Protectora); Mailé Rodríguez (FIT); y Mauricio Torres y Jorfe Difonso (Cambia Mendoza). Son los mismos que votaron en contra de la modificación en la sesión del viernes.
- A su vez, los peronistas Bartolomé Robles y Andrea Blandini presentaron en el Senado su propia propuesta para anular los cambios. Como precisó el portal jornadaonline.com, los argumentos subrayan que “tan grande es el rechazo de la sociedad que los días 22 y 23 de diciembre en Mendoza se vio una de las manifestacione populares más grandes de su historia” y que “el pueblo de Mendoza en las calles le solicita responsabilidad a la clase política ya que el sebate se dio en el marco de un altísimo conflicto social”.
Por su parte, el Frente de Todos de Mendoza -que había apoyado las modificaciones de la histórica 7722- emitió por la tarde un comunicado en el que solicitó la derogación de la ley para “poder empezar el diálogo desde foja cero”, ya que consideraron que “cualquier otra instancia que no sea vinculante puede ser interpretada como una maniobra dilatoria”. Las firmas del texto están encabezadas por la senadora nacional y excandidata a gobernadora, Anabel Fernández Sagasti, criticada porque había apoyado el debate prominero, pero en el marco de la modificada 7722.
Sobre reinas y terratenientes
Miles de personas de toda Mendoza realizaron el domingo una masiva e inédita marcha que incluyó acampes y cortes de ruta pacíficos, con festivales, y que confluyó el lunes en una pueblada histórica que rodeó Casa de Gobierno con un grito claro: “No se toca”. El gobierno reprimió y hubo más de 30 detenidos. La movilización siguió toda la noche a pesar de la violencia estatal desatada.
El rechazo social atravesó toda la provincia. La Comisión de Reinas de la Vendimia reclamó la suspensión del histórico festival: “No hay nada que festejar, sin agua no hay vendimia”. La reacción también se hizo escuchar en cooperativistas vitivinícolas, la Iglesia y la Confederación Rural Argentina (CRA). Esta mañana, además, la Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, señaló en un video: “No queremos veneno en el agua. Le digo al presidente: ´Alberto, te estás equivocando. No te equivoques porque esto le cuesta caro a los argentinos´”. Fernández se había reunido con Suárez, con claros gestos de consensuar la explotación minera, y dos días antes de la sesión había dicho frente a la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que la ley iba a aprobarse.
“No voy a hacer nada en contra del pueblo mendocino”, repitió Suárez en varios pasajes de la conferencia. El gobernador justificó nuevamente la minería como generadora de fuentes de trabajo: “Mendoza tiene al 40 por ciento de la población debajo de la línea de la pobreza”. Ese argumento ya había empujado a una carta firmada por más de 500 docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y el CONICET en la que hablaban sobre la irresponsabilidad de la propuesta. “La idea de desarrollo provincial a partir de la expansión de la minería aparece a todas luces simplificada y anacrónica y, en tanto, irresponsable”, alertaron, sobre uno de los principales argumentos pro mineros. “De las múltiples actividades con valor económico existentes en la provincia, la propuesta de insistir en viabilizar la minería como una de las principales alternativas puede ser la peor forma de ‘ampliar’ la matriz productiva”.
El gobernador defendió la actividad en aquellos lugares que haya “consenso social” y con controles para desarrollar una “minería sustentable” y preservar el agua como “recurso más preciado”. Como contó lavaca, el debate se está desarrollando en la mayor crisis hídrica provincial desde que hay registros oficiales. “Lo que más quiero es cuidar el agua”, resaltó, y habló de la importancia de generar energías alternativas, pero dijo que “la única manera de hacerlo es con la minería”.
También llamó a una “gran convocatoria al diálogo” con universidades, cámaras empresariales, sindicatos, partidos políticos y organismos internacionales porque “es muy fácil invocar el miedo y confusión en la sociedad”. Para Suárez, “es mentira que por explotación minera inmediatamente haya contaminación”.
Para Guni, la solución es una sola: “Que se derogue la ley. La gente no va a dejar de estar en la calle hasta su derogación. ¿Y cómo se logra? Con otra ley. La 7722 fue derogada por la 9209. Bueno: ahora queremos una sesión extraordinaria y una ley que pida la derogación de esa norma. Hasta el Frente de Todos lo pide, cuando ellos fueron parte del pacto”.
¿Cómo se explica ese viraje? “Ellos tampoco habían dimensionado la conciencia del pueblo. Veían sólo a los activistas, pero nunca habían podido ver lo que significaba el agua para Mendoza. Estamos hablando acá que hay ríos secos, que no ha nevado y que los cauces están a la mitad de lo que tendrían que tener. La montaña está sin nieve, y la gente lo sabe. Por eso, no existe el diálogo que pide el gobernador: el único diálogo posible es la derogación de la 9202. Punto”.
De fondo, la marcha en Luján de Cuyo continúa. “Desde el martes estamos en la calle y esta ola no para. No sabemos qué pasará después. Hay muchas lecturas sutiles, pero acá se ha creado un estado de hermandad de fiesta. La gente se siente protagonista. Y este estado de empoderamiento es parte de los procesos que hay mirar en clave de cambio climático. No nos queda mucho tiempo y este es el insumo necesario para el viraje. No podemos no estar en la calle”.
El efecto inspirador
La otra provincia amenazada por el lobby político-minero es Chubut. Hace tres semanas, la policía reprimió una manifestación de vecinos y vecinas que reclamaban contra la minería a cielo abierto frente a la Legislatura. Fueron detenidas dos mujeres y tres hombres quienes, tras ser liberados, denunciaron haber sido sometidos a torturas y vejámenes. Todo este año Chubut estuvo atravesada por una crisis económica y política que mantuvo huelgas estatales por 18 semanas. En la provincia, la ley 5001 prohíbe la megaminería a cielo abierto con uso de cianuro, efecto del histórico plebiscito de Esquel de 2003, en el que el 82% de la población le dijo NO a un proyecto minero. En las últimas semanas, el rumor de su derogación circuló por todas las asambleas, mientras crecía la amenaza de tratarla sobre tablas. El día de la represión, la manifestación era contra la reforma de la Ley de Ministerios, que creó una cartera específica para la minería. Al habilitar sesiones extraordinarias, la preocupación era que el Ejecutivo colara el proyecto en las últimas semanas del año.
Por esa razón, desde esta noche, las asambleas esperarán el comienzo de la sesión con una vigilia que ya es masiva, con festivales y bandas musicales. “Después de lo de Mendoza, el gobierno retrocedió un poco: están tratando de llamar por todos lados para decir que no se va a dar tratamiento”, apuntó a lavaca Pablo Lada, integrante de las asambleas por el No a la Mina de Chubut. “Pero, también, vallaron prácticamente cuatro cuadras a la redonda: eso nunca había pasado. No quieren que nos acerquemos a la Legislatura”.
Desde Trelew, Puerto Madryn y Esquel –entre otros municipios- se estuvieron organizando caravanas para esperar la sesión. “Además están apareciendo grupos autoconvocados que no están vinculados a asambleas. Se está removiendo todo. Y hay mucha expectativa, más allá del vallado y de las declaraciones para desmovilizar. Distintos funcionarios salieron a decir que ahora no se iba a tratar nada, que no estaban dadas las condiciones. Tenemos que hacerle un monumento a los mendocinos: fortaleció mucho porque demuestra que, más allá de que puedan tirar abajo una ley, en realidad no van a poder avanzar con esa movilización social. Eso es y va a ser inspirador”.
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Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
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Cien

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día.
La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán.
En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.
En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas.

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica.

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.
En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.
Más información en www.observatorioluciaperez.org
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5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
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