#NiUnaMás
El Presupuesto que el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad no ejecutó
El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad ejecutó menos del 27% de su Presupuesto, y la mayoría fue para pagar remuneraciones y “gastos menores”, según la respuesta al pedido de información pública que realizó lavaca. La lentitud de esta ejecución no solo contrasta con el contexto de aislamiento social y obligatorio, sino con el propio destino que había dispuesto la actual gestión, que pidió ampliar el crédito ya que los cálculos iniciales habían sido proyectados por el gobierno anterior. La respuesta del Ministerio y de la Jefatura de Gabinete al respecto. Los riesgos de que no se reasignen las partidas. Y la promesa que se asume para lo que viene, mientras la urgencia por violencia machista no puede esperar más.
El Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad tiene un presupuesto de 545.485.282 millones de pesos de los cuales, al 10 de junio, ejecutó el 26,48%. De ese porcentaje sólo el 8,82% correspondió a transferencias de recursos del Estado a organizaciones provinciales, municipales y de la sociedad civil. La cifra se dimensiona cuando se tiene en cuenta dos aspectos centrales:
- A esa fecha la ejecución presupuestaría debería rondar el 50%, lo cual han hecho otros ministerios. Según informa el sitio web Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía y Hacienda al 19 de junio ya se había ejecutado el 48,6% del presupuesto anual. El sitio no registra al Ministerio de las Mujeres.
- Estamos en reclusión obligatoria desde el 20 de marzo, lo cual pone al rojo la agenda de necesidades de mujeres y disidencias.
La información surge del informe requerido por lavaca a través de la Ley de Acceso a la Información Pública en incluye el detalle de la ejecución de cada mes, a saber:
- Enero: ejecutó el 3,57%. La transferencia de recursos fue 0%
- Febrero: ejecutó el 3,78%. La transferencia de recursos fue 0%
- Marzo: ejecutó el 6,09%. La transferencia de recursos fue 4,10%
- Abril: ejecutó el 3, 40%. La transferencia de recursos fue 0%
- Mayo: ejecutó el 8,82%. La transferencia de recursos fue 0%
- Junio: al 10 se había ejecutado el 0,82%. La transferencia de recursos fue del 4,73%
Según justifica el Ministerio en la carta que acompaña esta información “hasta el momento, como puede observarse, gran parte del gasto está relacionado con el pago de remuneraciones, además de otros gastos menores relacionados con actividades realizadas por los equipos técnicos del MMGyD, como los Foros participativos regionales para la elaboración del Plan Nacional de Acción contra las violencias por motivos de género, las actividades vinculadas al Día Internacional de las Mujeres trabajadora, o el fortalecimiento de la Línea 144 y su difusión. Debido a que los procesos para ejecutar otro tipo de erogaciones implican que la UOC (Unidad Operativa de Compras) esté constituida, y eso ha sucedido al finalizar el mes de mayo”. Sin embargo, al 10 junio y ya funcionando los mecanismos burocráticos – tarea que le insumió cinco meses- solo había transferido el 4,73% de los recursos disponibles.
La lentitud de esta ejecución del crédito presupuestario se contrasta con lo que el propio presupuesto dispone como destino de esos recursos y más en tiempos de aislamiento social obligatorio, ya que los rubros que aún no se ejecutaron son aquellos destinados a transferir recursos del Estado a organismos provinciales, municipales, de la sociedad civil y ayuda a personas, que suman en total 63.486.190 millones de pesos, de los cuales se ejecutaron sólo 5.600.000.
Si a estos fondos disponibles y no gastados se suman aquellos que están destinados a rubros que deberían ser reasignados ya que la pandemia los tornó inútiles –por ejemplo pasajes y viáticos: $ 5.689.689- los recursos disponibles y no ejecutados se elevan a casi 70 millones de pesos.
¿Qué pasa con el presupuesto no gastado?
Algunas claves para comprender el riesgo.
El presupuesto es una Ley nacional y como tal es aprobado por el Congreso de la Nación. En este caso, la actual administración tuvo que afrontar que ese presupuesto no fue ni elaborado por la actual gestión ni contaba con un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad que creó especialmente. Por lo tanto, la gestión de este Ministerio asumió con el presupuesto asignado al antiguo esquema que destinaba una partida de 272.742.641 millones de pesos para el Instituto Nacional de las Mujeres, cifra que esta administración decidió duplicar. Así desde el 13 de enero de 2020 el ministerio de las Mujeres contó con un crédito presupuestario de 545.485.282 millones de pesos.
Según la normativa vigente la autorización del gasto presupuestario es trimestral y es facultad del Jefe de Gabinete reasignar las partidas no utilizadas. Es decir: si bien el crédito presupuestario es anual su rendición ante Hacienda es trimestral. Este mecanismo permite reasignar partidas de acuerdo a las prioridades de políticas públicas que a criterio del Jefe de Gabinete sean más necesarias. En síntesis: con tan baja ejecución del gasto autorizado, los recursos del Ministerio de las Mujeres se pusieron en riesgo de ser reasignados a otras carteras que hoy tienen en rojo sus cuentas debido a la emergencia sanitaria, hecho que confirma el vocero de prensa de Jefatura de Gabinete ante la consulta de lavaca: “La subejecución es algo transitorio que se solventará en los próximos meses. Se debe a las readecuaciones presupuestarias que todos los ministerios sufrieron por el efecto del covid, por lo que muchas partidas se dirigieron a Salud y Ciencia, como fue el caso de los 77 millones que (Santiago) Cafiero redestinó de la AFI al programa de médicos comunitarios y los kit de testeo rápido, por sólo citarte un ejemplo”.
Otro tema es el relacionado con la autorización del gasto de acuerdo a cada partida presupuestada. Ningún ministerio puede destinar recursos a otros rubros sin pedir trimestralmente autorización para reasignarlos. En este caso, los 5.689.689 millones de pesos autorizados para pasajes y viáticos deben contar con un pedido formal de reasignación y la correspondiente autorización de la Jefatura de Gabinete para que así sea. Teniendo en cuenta que se trata de un crédito presupuestario anual, al menos el 50% de este monto podría ser resignado a, por ejemplo, recursos para contener y prevenir violencias de género.
La respuesta del Ministerio: “Los recursos disponibles se ejecutarán en el transcurso del año. Las reasignaciones que hicieran falta se irán realizando en la medida de lo necesario y no requieren, en principio, pedidos formales. Los programas que implican transferencias de recursos a provincias, municipios y organizaciones de la sociedad civil están siendo reformulados como parte del Plan Nacional contra las Violencias por Motivos de Género y forman parte de las líneas de acción prioritarias del Ministerio. En la medida en que se confirme el excedente en el rubro pasajes y viáticos, dichos recursos serán reasignados”.
La carta del Ministerio aclara: “La ejecución presupuestaria aumentará significativamente durante el segundo semestre del año”.
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La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?

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