CABA
El vaciador: Perfil de Hernán Lombardi
Con los 357 despidos en Télam consagró una política de medios que se basa en el ajuste. De pasado progresista, fue también empresario hotelero y estuvo junto a De La Rúa la tarde del helicóptero. Verborrágico y tuitero, quién es y cómo piensa el Titular de Medios Públicos. Por Franco Ciancaglini.
Mientras los trabajadores de Télam se iban anoticiando de sus despidos mediante telegramas y rumores, y los delegados contaban unos 60 hasta el mediodía de aquel martes mundialista, Hernán Lombardi dio la primicia en el programa radial de Jorge Lanata: los despidos eran 357.
La cruel jugada contra los periodistas, fotógrafos y administrativos de Télam no empezó ni terminó ahí. Lombardi acompañó la cifra con un posteo en sus redes que tildaba de “propagandistas” del gobierno anterior a los trabajadores, y celebraba: “Hoy ganó el periodismo”. Hubo más: a los periodistas que sí seguían en la agencia les llegó un mail dándoles la bienvenida “a la nueva agencia Télam”.
El titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos volvió a estar en el centro de la polémica, en la que se siente cómodo. Verborrágico, discutidor, tuitero, ocupó móviles de tevé para intentar explicar su decisión y hasta discutió con Nelson Castro en su programa de radio Continental sobre la causa del recorte. Sin embargo, el funcionario evitó ir a dar explicaciones al Congreso Nacional en una primera oportunidad por orden del propio gobierno; luego, finalmente, fue. Sin clases de coach y con un impacto creciente sobre la imagen presidencial, Lombardi quedó como perro sin bozal y, otra vez, sus palabras se transformaron en polémicos titulares. Para el gobierno ya daba igual: su tarea ya estaba hecha.
El que no baja las banderas
Hernán Santiago Lombardi es desde el 10 de diciembre de 2015 quien decide el rumbo de la Televisión Pública, las emisoras de AM y FM de Radio Nacional y la agencia de noticias Télam. Además, Macri lo premió dándole el control sobre los canales Encuentro, Paka-Paka y DeporTV, antes dependientes del Ministerio de Educación. Su área, bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete conducida por Marcos Peña, es clave para el gobierno. Como con otros ministros, la frase interna que ilustra el desempeño de Lombardi habla más de su fidelidad que de su capacidad: “Es de confianza del Presidente”.
Êl hubiera preferido instalarse en el ministerio de Cultura de la Nación. No fue a Turismo porque ya había ocupado ese cargo durante la presidencia de Fernando de la Rúa: “Sería una mala coincidencia”, argumentó este ingeniero con un frondoso pasado como empresario hotelero. A diferencia de los CEO´s, hizo carrera política desde la secundaria en el Nacional Buenos Aires y luego en el Centro de Estudiantes de Ingenería, del cual fue presidente con la agrupación radical Franja Morada. Lombardi es cultor del chicaneo sobre la “falta de calle” de los “Cardenal Newman Boys” que ocupan los ministerios. Considera que él sí tiene los dos componentes: calle y cultura. Los Boys piensan que, al contrario, esa mezcla hace que no termine de ser ninguna de las dos cosas. Por las dudas, el ex Franja Morada se diferencia: no usa corbata y. a veces, ni siquiera saco.
Lombardi está afiliado al radicalismo desde los años 80, cuando formó parte de una suerte de ala de izquierda de la UCR llamado “El radicalismo que no baja las banderas”. Compañeras de aquellos años de militancia lo definen como “un cuadro” ya formado, comprometido y generoso para poner a disposición su casa para encuentros y reuniones. “Era de los piolas”, resumen.
Ese sector del radicalismo, crítico hasta con Alfonsín, mantuvo aliados inesperados. Fue en esos años que el documentalista José Luis García hizo un viaje del que Lombardi fue parte: poco antes de que se derribara el Muro de Berlín, la Unión Soviética organizó un Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Pyongyang, la capital de Corea del Norte. En una abultada comitiva argentina viajaron alrededor de 90 personas, la mayoría del Partido Comunista, pero también del Partido Socialista y otros s que el PC consideraba “potenciales aliados”. Así aparecieron varios peronistas, y algunos radicales como Lombardi. En el plantel también estaban el periodista Eduardo Aliverti, y los músicos Juan Carlos Baglietto e Ignacio Copani, entre otros.
En una entrevista brindada a La Nación en 2013, el propio Lombardi resumió su parábola militante: “Yo nunca me desafilié, pero hoy me siento muy parte integrante del PRO. Siento que defiendo hoy la misma escala de valores que defendía en el 83 cuando era presidente del centro de estudiantes de Ingeniería, adaptado a este tiempo, pero con los mismos valores esenciales”.
Negocios & política
Antes y después de su militancia, Lombardi hizo carrera como empresario hotelero, gracias al legado de su padre también ingeniero. Lejos de la cosa pública, Lombardi hijo cursó posgrados en manejo de marketing y economía e hizo carrera en Mar del Plata. A su militancia radical se sumó un trampolín social: el complejo Torres de Manantiales en la ciudad balnearia, negocio familiar que gerenció desde los 80 y del que fue director de 1992 a 1999. Según recuerdan en Página 12 fue ese emprendimiento hotelero el que puso el primer aviso en el diario ícono del progresismo. Lombardi fue el promotor de ese aviso, todo un símbolo. Por años los periodistas se hospedaron en sus torres para cubrir las temporadas de verano como parte del canje.
Allí, en 1989, conoció a la actriz Soledad Silveyra. Al tiempo que avanzaba en los negocios, esa relación lo perfiló en el mapa social, empresario y político de una nueva manera.
Lombardi y Silveyra fueron pareja durante ocho años hasta que, según declaró él, la relación terminó ante la tensión de un embarazo frustrado. Actualmente se encuentra casado con la médica nutricionista Vivian Sanz, amor que floreció también en Mar del Plata, donde ella se desempeñó entre 1993 y 2011 como directora médica del Spa de Mar de Manantiales, del que Lombardi era dueño, y donde se casaron.
Sanz colaboró en hacerle bajar notoriamente de peso a a su pareja hace 3 años, gracias a una dieta que incluía ir al trabajo en bicicleta. Un artículo periodístico que defenestraba su gestión política fue de todos modos elogiado por el funcionario ya que, a la pasada, reconocía que estaba más flaco.
Como empresario hotelero Lombardi fue exitoso, y heredó de su padre cierta tendencia a innovar con los flujos turísticos: Torres de Manantiales fue en su momento el paradigma de los nuevos complejos de un balneario que buscaba alejarse de los hoteles –peronistas- sindicales y para jubilados. Años después, post 2001, promovió el hotel Axel en Monsterrat, Buenos Aires, enfocado en parejas homosexuales.
En el medio, en 1997, había comenzado a colaborar con Fernando de La Rúa, entonces jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que preparaba su carrera presidencial. Lombardi era el experto en turismo que lo acompañaría en su gestión, y así fue: con de De La Rúa triunfador, Lombardi fue secretario de Turismo de la Nación y, al igual que con Cambiemos, obtuvo yapa como interventor de la Administración de Parques Nacionales, área que puede haberle resultado clave para desembarcar con negocios turísticos en el sur patagónico.
Grupo helicóptero
Los meses antes de la debacle de diciembre de 2001, De La Rúa le dio más poder al unificar las secretarías de Turismo, Cultura y Deportes en un solo Ministerio. Para entonces se sabía que Lombardi era más que un ministro para Chupete. Su perfil cultural y su militancia radical lo llevaron a hacerse íntimo y motor del llamado grupo Sushi, el círculo de confianza y de generación de ideas del presidente, por así decir, que no evitó la recordada partida en helicóptero desde la Casa Rosada.
El grupo Sushi estaba conformado además por el hijo del presidente, Antonio De La Rúa; Darío Lopérfido (el ex secretario de cultura de la Ciudad que terminaría desplazado en 2016 tras su polémica postura sobre los desparecidos); y Darío Richarte, actual vicepresidente 3ª de Boca, y ex Side durante el gobierno de la Alianza. Todos Sushi que siguen vinculados al PRO.
Otros jóvenes Sushi fueron Lautaro García Batallán, hoy asesor de Cristian Ritondo en la provincia de Buenos Aires; y Cecilia Felgueras, ex interventora del PAMI junto a Horacio Rodrìguez Larreta; entre otros.
El otro personaje clave de este grupo era el Enrique “Coti” Nosiglia, siempre silencioso y poderoso radical con quien Lombardi había competido en la militancia universitaria. En este mapa, definen los históricos, Lombardi representa una militancia más progresista que la de Nosigilia, menos outsider que la de Lopérfido y menos conservadora que la de Ernesto Sanz y la de muchos correligionarios provinciales. “Tiene una mirada progresista en unos aspectos culturales, pero conservadora respecto del Estado”, definen quienes lo trataron. “Con los trabajadores siempre tuvo una actitud más bien patronal. Se dice progresista en el ámbito cultural, o incluso hablando sobre los más necesitados, pero en el fondo su concepto del trabajador es el mismo que el de un empresario”, impronta que le viene de su biografía hotelera en Mar del Plata, entre otras cuestiones.
Pero el lugar en el que se ubica Lombardi con mayor comodidad no es estrictamente el de un empresario. Una de las personas que ha trabajado con él desde hace años cuenta: “Se siente cómodo en el poder. La función pública es algo que le da importancia. Él le dijo ‘adiós’ a De La Rúa cuando se iba en helicóptero. Va a acompañar hasta el final la causa. Y la causa es ésta”.
Narrativas de la realidad
Después de 2001 Lombardi reapareció en la arena política de manera testimonial en 2003, como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires con el partido de Ricardo López Murphy, otro ex Alianza, neoliberal y promotor como ministro del recorte del 13% a los jubilados. Lombardi obtuvo casi el 4% de los votos bonaerenses y se volvió a volcar a la actividad privada. Cuatro años más tarde, cuando Macri fue elegido como jefe de gobierno de la Ciudad, fue designado ministro de Cultura.
Su gestión se caracterizó por el cierre de centros culturales barriales, y por distintas situaciones de crisis en el Teatro Colón y el Teatro San Martín. La más recordada fue la toma de la Sala Alberdi del San Martín, que terminó con una represión con balas de plomo en plena Avenida Corrientes. Lombardi mantuvo una actitud confrontativa con los jóvenes hasta el último día y, si bien hasta en el PRO se habló de su mal manejo del tema, terminó festejando la represión como un triunfo personal.
Distintos trabajadores de Radio Ciudad recuerdan una feroz interna entre la cartera de Lombardi y la de Medios, a cargo entonces de Miguel de Godoy, (quien renunció en mayo pasado al ENACOM), y hombre de Larreta. La interna llegaría hasta las batallas poteñas del PRO, donde Lombardi se pondría del lado perdedor, apoyando a Gabriela Michetti. Con la vicepresidenta comparten, entre otras cosas, su simpatía por el papa Francisco.
“La acusación interna que le hacían en el mismo PRO es que juega solo, que es es un loco que se manda por las suyas”, recuerdan quienes compartieron su gestión porteña.
Su turbulento paso como ministro cultural porteño incluyó la entrega al Centro Cultural de España en Buenos Aires del edificio del Ex Padelai, que arrastraba a su vez una historia de desalojos y violencia. En 2003 la represión policial había obligado al desalojo de 40 familias, varias de las cuales volvieron luego ya que no tenían hogar. En agosto de 2009, la Legislatura dio trámite en tiempo récord -6 días -a la ley que cedió el uso gratuito y por 30 años del edificio al CCEBA.
Lombardi impulsó, ya con los españoles en la órbita porteña, diversas movidas culturales europeas y organizó durante su gestión una jornada que se le volvería un boomerang de l conflicto del Padelai.
En las paredes convocó a cooperativas de fotógrafos y movimientos audiovisuales independientes nacidos en 2001 a hablar sobre arte. Y organizó una mesa llamada Narrativas de la realidad con periodistas y editores de revistas, desde Rolling Stone a Barcelona. Fue precisamente uno de los editores de esa revista, Daniel Riera, quien leyó un texto llamado Yo no me sentaría en tu mesa que recordaba los muertos del 2001, las familias desalojadas y la entrega del ex Padelai a los españoles. La cara de todo eso era Hernán Lombardi.
Una de las últimas cosas que se recuerda de su gestión porteña fue un tweet. En la madrugada del 15 de abril de 2014, un personaje fake de polémicos mensajes xenófobos llamado Dra. Piñata, subió a su cuenta una foto de las personas que se convocaron a ver un eclipse lunar en el planetario. Era un mensaje que debía salir en la cuenta oficial del ministro Lombardi. El episodio reveló que Dra. Piñata era el perfil del responsable del manejo de las cuentas de Lombardi , promotor de mensajes discriminatorios. Ante un seguimiento de oficio en el INADI, Lombardi ensayó un descargo sobre la situación que pretendió ser chistoso: “En cuanto a su misión de observar conductas en personajes de ficción les sugiero algunas ideas. La discriminación que sufre el indio Patoruzú por parte de Isidoro Cañones, Micky Vainilla, etc.”. Malos chistes para xenofobias reales. En cualquier caso, todos coinciden en que su estilo de humor calza como guante para ese personaje.
Todos somos Télam
Su última chicana fue para los trabajadores de Télam. Al decir que los 357 trabajadores despedidos de la agencia son “propagandistas disfrazados de periodistas”, violó tres legislaciones que protegen a las y los trabajadores discriminados por razones ideológicas.
Los despidos no sólo afectan a la agencia de noticias, sino al sistema contralor de la pauta oficial, de la cual Télam es responsable. Desde hace años esa agencia es la encargada de ejecutar el trámite de las órdenes de publicidad que en forma arbitraria, discrecional y sin control social, reparte cada gobierno. Es decir, Télam no determina el reparto, sino que es la encargada de controlar el cumplimiento efectivo de lo otorgado por cada administración política del Poder Ejectutivo. Se trata del desmantelamiento de la agencia que controla la ejecución de 2.982.485.735 pesos, tomado como referencia la cifra que alcanzó la pauta oficial en 2017. Los despidos afectan, también, a las delegaciones provinciales, ya que se trata de la única agencia que, tras el cierre de DyN, mantenía un sistema de producción federal.
El desguace de la agencia Télam, además, ocurrió en la misma semana en la que se autorizó la fusión de Telecom y Cablevisión (Grupo Clarín), con lo que se conforma la empresa más grande del país y se consolida la dinámica de concentración y monopolización de los medios. Pero Lombardi siguió cargando contra los trabajadores: “Los propagandistas se quisieron esconder en el noble oficio del periodismo”, dijo. Y, como buen cultor de refranes, agregó: “Los lobos se disfrazan de corderos”.
Quizá esa metáfora lo defina a él, y resuma las vueltas inesperadas que puede tomar el llamado progresismo argentino.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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