Nota
Por más músicas mujeres en vivo: la Ley que apunta a equilibrar la grilla de los festivales
Un grupo de músicas apoyadas por más de 700 artistas impulsan una Ley que propone que el 30% de los festivales incluya mujeres solistas, agrupaciones de mujeres o agrupaciones mixtas. La propuesta surge de un análisis de las grillas de los 46 festivales de música en el país, en los que las mujeres escasean. El género más machista: el rock. Qué dicen las voces del futuro.
La música Celsa Mel Gowland junto a Alcira Garido, ambas con experiencia en gestión cultural, analizaron las grillas de los 46 principales festivales de música del país, abarcando todos los géneros y todas las provincias. El resultado fueron estos números que representan una radiografía (machista) de la escena:
- 42 de esos festivales, es decir el 91%, tiene menos de 20% de participación de solistas mujeres o agrupaciones lideradas por mujeres.
- En 25 de los 46 festivales, el 54%, el número de la desigualdad desciende a 10%
- En 8 de los 46 festivales no hubo ninguna mujer liderando.
Ahora que sí nos ven
A fines del año pasado el debate sobre las pocas mujeres en el escenario comenzó, primero, en las redes sociales. Celsa, por entonces vicepresidenta del Instituto Nacional de la Música, convocó a varias músicas a seguirlo en un programa especial que se hizo por el Día del Músico en el Canal de la Música. El programa incluyó el informa y charla «Las mujeres y las músicas» en donde mediante un relevamiento de una revista chilena se planteaba la poca participacion de mujeres en festivales de la región. Se había encendido una llama. Meses después terminó su gestión y comenzó a trabajar en hacer el relevamiento propio de Argentina y en un proyecto de ley que cambie la composición de los escenarios.
Fue entonces cuando convocó a músicas de distintas generaciones y circuitos para construir juntas un proyecto de ley que levante el piso de participación en los festivales. Entre ellas: Hilda Lizarazu, Isabel de Sebastián, Mavi Díaz, Mariana Bianchini, Nelly Gómez, Liliana Vitale, Elbi Olalla, Lucy Patané, Lula Bertoldi, Carolina Peleritti, Barbarita Palacios y Nora Sarmoria.
Cuentan: “Ahí decidimos pedir el 30% en los escenarios y que ese 30% esté conformado por mujeres solistas, por agrupaciones de mujeres o por agrupaciones mixtas entendiéndose por agrupaciones mixtas a una aquellas que tengan por lo menos 30% de mujeres”.
El Proyecto de Ley, llamado “Por más músicas mujeres en vivo” ya cuenta con el apoyo de más de 700 artistas y fue presentado a la senadora Anabel Fernández Sagasti (FPV – PJ).
Mel Gowland explica que hay “un prejuicio muy instalado de los productores argentinos que tienen esa idea de que la mujer no vende, de que no es exitosa en la música”. La propuesta: “Tracemos una raya, vamos de acá para adelante, porque esto así no da”.
Menos escenario en lo concreto se traduce en menos trabajo. “Es una clara discriminación laboral, las mujeres compositoras no pueden cobrar su derecho de autor sino pueden tocar en vivo, y es una desigualdad a la hora de expresarnos”, explica Celsa.
Entre los diferentes géneros la brecha cambia. El peor escenario se da en el rock. “La gran paradoja del rock que nació contestatario, contracultural, rebelde y sin embargo es donde se ve la mayor discriminación”. El número: menos de 5% de mujeres.
El tango presenta la brecha más angosta, la distribución es más pareja. Una posible interpretación: “Existe esa distribución porque hay mucho tango nuevo, músicos entre 20 y 30 años”. Entre lo nuevo, claro, se cuela lo femenino.
Tomar los micrófonos, ampliar los posibles y dar nuevas discusiones. Esa es la cuestión. Celsa cierra: “Más escenarios, más camarines, más micros de gira con mujeres, darán otras discusiones, otros debates entre los músicos que van a ayudar a revertir esa misoginia, ese destrato que está tan naturalizado”.
Más información, acá.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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