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Empresas recuperadas por sus trabajadorxs, con Alberto Fernández: inteligencia común y celebración para quienes inventaron un nuevo modo de producir

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“Siempre se cierran fábricas, pero nosotras sabemos cómo abrirlas”. Así hablan las personas que celebraron este lunes el Día de lxs Trabajadorxs de Empresas Recuperadas. Con la consigna “ocupar, resistir y producir” lograron revivir fábricas vaciadas o fundidas por las patronales. En tiempos de “inteligencia artificial” proponen la inteligencia común: la capacidad colectiva, autogestiva y cooperativa de crear situaciones y soluciones que el sistema económico solo suele empeorar. Durante el acto se emitió además un capítulo de Las cosas que hay que hacer para trabajar, el documental realizado por la Cooperativa de Trabajo Lavaca.   

Empresas recuperadas por sus trabajadorxs, con Alberto Fernández: inteligencia común y celebración para quienes inventaron un nuevo modo de producir

Imágenes del acto en Llavallol. (Fotos Lina Etchesuri).

La Cooperativa de Trabajo Cotramel, ex metalúrgica Canale, fue la sede de la celebración por el Día de lxs Trabajadorxs de Empresas Recuperadas, que reunió a más de 2.000 trabajadoras y trabajadores de todo el país en un acto en la localidad bonaerense de Llavallol que encabezó el presidente de la Nación, Alberto Fernández.

En tiempos de inteligencia artificial, el encuentro fue convocado bajo una consigna original: “Futuro con inteligencia común: trabajadores y Estado para recuperar Argentina”. También fue el motivo del festejo de un movimiento que cumple 25 años de recuperación de fábricas y creación de fuentes de trabajo, con más de 400 unidades productivas en todo el país y aproximadamente 18 mil trabajadoras y trabajadores.

“La inteligencia común es el trabajo que hacemos día a día: no solamente un empresario puede manejar la empresa, sino también sus trabajadores”, apuntó Silvia Ayala, de la Cooperativa Mielcita, fábrica de alfajores, galletitas y golosinas. “Y a ese futuro podemos aportar muchísimo. Por ejemplo, cómo hacer para no perder los puestos de trabajo. Siempre se cierran fábricas, pero nosotras sabemos cómo abrirlas”.

Empresas recuperadas por sus trabajadorxs, con Alberto Fernández: inteligencia común y celebración para quienes inventaron un nuevo modo de producir

Murúa, Tolosa, Alberto Fernández, Pérsico y Nicolás Macchi, presidente de la cooperativa Cotramel (ex Canale). (Fotos Lina Etchesuri).

Mientras llegaban micros y delegaciones de las provincias, y un equipo técnico acomodaba cuatro micrófonos en una mesa sobre el escenario, en las pantallas se estaba proyectando el primer capítulo de Las cosas que hay que hacer para trabajar, la serie audiovisual de ocho capítulos que lavaca produjo y estrenó este año. El capítulo, casualmente, trata sobre el encuentro federal del año pasado, que también contó con la presencia del Presidente, pero en la Cooperativa Aceitera La Matanza.

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Durante este gobierno, por primera vez las empresas recuperadas tuvieron un reconocimiento institucional desde el Estado. En diciembre de 2019, Eduardo Vasco Murúa, histórico referente de la metalúrgica IMPA y del movimiento, asumió como director nacional de Políticas de Inclusión Económica, conocida en el sector como la Dirección Nacional de Empresas Recuperadas, donde se lanzó la línea Recuperar, con proyectos de subsidios, créditos y capacitaciones a las empresas, así como el RENACER, un registro nacional que permite un mapeo de las empresas en el país.

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Fotos: Lina Etchesuri.

“La construcción de políticas públicas que tuvieron como protagonistas a nuestros compañeros en lugares institucionales, como nunca antes en la historia, también da cuenta de esa inteligencia común”, subrayó Gisela Bustos, abogada del movimiento, miembro de la Cooperativa 19 de Diciembre, y directora en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). “En un mundo donde se discute y se sufre la transformación vertiginosa del ámbito del trabajo, venimos a plantear un mojón: defendemos el trabajo y decimos que es posible. No lo planteamos como un panfleto, sino como algo posible y concreto. ¿Qué planteamos a ese futuro y al mundo? Que es posible sostener las fuentes de trabajo desde una mirada social, solidaria y popular, y que tengan a trabajadores y trabajadoras en el centro de la escena”.

Al escenario subieron Alberto Fernández, el Vasco Murúa, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, y el presidente de la Cooperativa Cotramel, anfitrión de la celebración, Nicolás Macchi. También se sentó, pero sin micrófono, el secretario de Economía Social, Emilio Pérsico. Fue el único que no habló.

Previamente, Macchi había recorrido con el Presidente y la ministra las instalaciones de la fábrica, cuya historia contamos en MU.

La ex Canale y el futuro del trabajo

Cotramel es un predio de seis hectáreas y media, producen hojalatería y litografía, y su ex nombre, Canale, es sinónimo de toda una historia, que pasó a manos de SOCMA (Macri), luego Nabisco y Kraft, en procesos de concentración, extranjerización y desguace de la industria alimentaria. El predio de Llavallol era parte de esa empresa, que colapsó, y sus trabajadores conformaron la cooperativa en 2018 para defender el trabajo, sobreponiéndose al vaciamiento y a las patotas de la UOM. “Alberto, acá se respira lucha: somos resultado de las políticas que van en contra de nuestra clase”, dijo Macchi. “La mayoría de nuestros compañeros tienen más de 20 y 30 años de antigüedad, y todos pasamos por lo mismo: rupturas familiares, llanto, todo. El trabajo dignifica”.

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Luego Murúa repasó parte de la historia del movimiento, agradeció a sus compañeras y compañeros, y sostuvo que, ante el cambio de forma en las condiciones del capital, el camino es el de una central sindical que contemple todas las formas de trabajo, asalariadas y cooperativas. Destacó la importancia de generar mecanismos de acceso al crédito para cooperativas y de contemplar una reforma en la seguridad social para que lxs trabajadorxs no deban jubilarse con la mínima por ser monotributistas, luego de perder los años de aportes tras los fraudes patronales.

A su turno, la ministra Tolosa Paz reconoció que “cada empresa que se cae es el desenlace de políticas que no creen en la capacidad productiva” del pueblo, y afirmó que no es sólo tarea del movimiento “poner de pie” cada estructura cooperativa.

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A.F: Capitalismo, plata y “planeros”

El cierre estuvo a cargo de Alberto Fernández: “La realidad es que el mundo ha cambiado. Ni siquiera es el que conocimos con Néstor. Tiene un capitalismo muy perverso, más preocupado por lo financiero que por lo productivo”. Destacó que ese proceso motivó el despliegue de la economía popular: “No es una coyuntura, la economía popular vino para quedarse. Es imperioso reconocerla y darle un marco que la contenga”.

Tomó nota de que hoy la fábrica está funcionando al 20% de su capacidad productiva por la dificultad de acceder a los insumos: “Le preguntaba a Nico cuánta plata falta. ¿50 millones de pesos? Cuesta mucho acceder al crédito a las cooperativas. Tiene mucho sentido que le prestemos atención”. Y cerró con una frase que, en minutos, ya estaba en varios portales informativos: “Ahora el 10 de diciembre va a haber otro gobierno. Uno o una de los nuestros va a sucederme, y lo que hay que explicarle a la mayoría es que el problema no está adentro, está enfrente. El problema son los que dicen que la economía popular son planeros que no quieren trabajar”.

Inteligencia común y emociones hechas proyectos

Al cierre del acto, lavaca se acercó a Macchi: “Le conté toda la historia. Uno tiene ganas de contar y ser escuchado. Y que actúen en consecuencia. No sé si van a actuar, pero es importante que estén acá”. Macchi pasó en cinco años de dormir en la calle y enfrentarse a la seccional de la UOM a recibir al Presidente: “El sueño era mantener el trabajo y hoy está más que cumplido. Me gustaría lograr que mi hija no tenga que pasar por lo mismo. Papá ya peleó, ¿por qué tiene que seguir peleando la generación siguiente? Yo le decía al Vasco que somos hijos de ellos, pero en algún momento tiene que llegar el corte. Pusimos el cuerpo, hicimos el desgaste. Hay que institucionalizar esas necesidades que tenemos como sueños a futuro. Afianzar el sector. Y que recuperar una empresa no tenga que ser algo tan doloroso”.

Murúa también estaba emocionado: “Todavía nos quedan seis meses de gestión. La intención de estar con el Presidente era discutir ante los trabajadores lo que estaban exigiendo los trabajadores. Ahora mi labor es convencerlo para que se pueda hacer”.

Sobre el futuro, la inteligencia común, y la recuperación de Argentina, las tres dimensiones de la convocatoria: “Todavía es un desafío. Tenemos que desarrollar plantearnos como un actor importante dentro de la economía popular. Vamos al eje de la discusión política y en contra de todas las intenciones de la clase política que lee los viejos libros, ya sean los capitalistas como los keynesianos. Se acabó. Para esta inteligencia común que tenemos que lograr, necesitamos un aparato estatal que la comprenda. Sin eso, va a ser imposible. Es la tarea que nos toca. Hay que seguir peleando por esos derechos, y la política que deberían dar otros sectores la tenemos que dar nosotros. Y convocar para no perder ese rumbo, para no perder la Nación”.

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57 femicidios en el año, infancias huérfanas cada dos días: Informe mensual del Observatorio Lucía Pérez

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Según datos del Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez, hubo 26 femicidios durante febrero, contabilizando un total de 57 en los dos primeros meses del año. Estos crímenes dejan, a la vez, un saldo de 35 infancias huérfanas. Si bien existe una ley que obliga al Estado a brindarles una protección integral económica, de acompañamiento y de acceso a la salud, desde que asumió la actual gestión no se otorgó ninguna: la Ley Brisa no se cumple. Los otros indicadores de la violencia patriarcal de este 2025: 43 intentos de femicidio, 15 desaparecidas, 595 funcionarios denunciados.

El cuerpo de Carolina Ríos, 43 años, fue encontrado por una de sus diez hijas. Maite y Carolina, las mayores, le pidieron luego a la prensa que difundiera este mensaje : “Necesitamos ayuda para poder criar, vestir y mandar a nuestros hermanitos a la escuela. Hoy estamos destruidas, y hacemos todo lo posible para seguir adelante y no quebrarnos ante nuestros hermanos menores». 

Tres días antes asesinaban a Ailén Oggero, de 32 años, delante de sus hijos de 11  y 4 años. El mayor fue quien avisó del crimen a los vecinos. 

A Otilia Cubilla Jara, de 65 años, también la encontró asesinada su propio hijo. 

Estos son solo tres de los 26 femicidios y travesticidios que ocurrieron durante febrero. 

Una síntesis de la violencia que marca los dos primeros meses del año:

Toda la información sobre cada uno de estos casos está disponible en la web del Observatorio Lucía Pérez, el primero y único autogestionado y público.

Una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por nuestra cooperativa. 

www.observatorioluciaperez.org

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Trabajadores de Morvillo toman la fábrica tras el anuncio del cierre de la planta, que implica 200 despidos

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Una histórica empresa gráfica de Avellaneda -donde se imprimen títulos de la editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias– anunció su cierre dejando a 200 trabajadores en la calle. Se enteraron por un comunicado pasadas las once de la noche del martes y la respuesta fue unánime: ingresaron a la imprenta e iniciaron una permanencia pacífica en defensa de los puestos de trabajo. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la firma faltó a la audiencia. Los argumentos empresariales de caída de la producción y los argumentos obreros: “Somos las principales víctimas de esta situación”.

Por Lucas Pedulla

El obrero gráfico Enrique Andina terminó su jornada de trabajo en Anselmo Morvillo SRL a las 22 horas y se marchó a su casa, como todos sus compañeros, como todos los días. Muchos estaban llegando a sus hogares cuando pasadas las 23 horas les llegó un comunicado de la histórica imprenta, que terminaba de la siguiente manera:  

“Con una tristeza difícil de describir tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante. Sabemos acerca del impacto, no sólo económico, sino emocional que tiene para cada uno dejar parte de nuestra historia en el recuerdo, y los relatos que hemos compartido siempre con nuestras familias. Le dejamos a cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su invaluable esfuerzo y el deseo de que todos puedan superar este trago amargo con la capacidad de levantarse que los caracteriza”.

El texto cerraba con esta firma: “La Dirección”.

Así como llegaron a sus casas, los obreros volvieron a la gráfica, ubicada en Avellaneda, municipio al sur del conurbano bonaerense. Andina contextualiza: “Somos 200 compañeros; yo tengo 17 años de trabajo y muchos tienen más de 30 y 40 años de antigüedad. En la pandemia vivimos una situación similar pero logramos mantener nuestras conquistas. Somos la gráfica que más cobraba dentro del gremio, pero esto fue imprevisto”.

La respuesta fue unánime: los trabajadores votaron la permanencia.

Avon, papel & toma

Anselmo Morvillo SRL inició sus actividades en 1974 desarrollando folletos cosméticos. En su página web cuentan que en 1988 incorporó la primera rotativa de tecnología de punta, “única en el país en esa época”, y sumó la segunda tres años después. Cuentan que crecieron más del 70% en la segunda década de los noventa y que hoy, en su planta de 13500 metros cuadrados de Avellaneda, los folletos comerciales representan un 70% de la producción, mientras que los trabajos editoriales significan el 30% restante. Andina cuenta que, entre las publicaciones, se encuentran títulos de la Editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias.

En el comunicado que “la Dirección” les mandó a los obreros, a quienes se refirió como “queridos compañeros de tantos años”, la empresa expresó su posición:

  • “Hemos atravesado las reiteradas crisis económicas de nuestro país, los cambios en el mercado gráfico con la marcada implosión por el avance tecnológico y el comportamiento poco ético de algunos de nuestros colegas competidores”. 
  • “Fuimos golpeados por la Presentación en Concurso de algunos de nuestros clientes y por la Quiebra de nuestro cliente número dos, ARCA Distribuidores. Luego, a la escalada de precios internacionales de la mayoría de los insumos y repuestos, se le sumó la exigencia de pago anticipado del papel y la desaparición del crédito internacional. Todas situaciones que enfrentamos con mejor éxito que muchos de nuestros colegas”. 
  • “En el año 2014 RR Donelley cerró su planta de Argentina, en enero de 2016 AGR también cerró sus puertas, y en enero de 2020 IPESA cerró la mayor parte de su operación”. Una aclaración: tras el abandono empresarial, Donelley fue recuperada por sus trabajadores y trabajadoras y, hoy, es una cooperativa gestionada sin patrón.

La empresa describe un contexto “tan negativo” en el que inscribió la caída del 63% del volúmen de producción: “Avon, que como bien saben representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”.

Los trabajadores respondieron con la permanencia pacífica y otro comunicado que respondía los argumentos de la empresa: “Todos factores ajenos a la responsabilidad de los trabajadores, que somos las principales víctimas de esta situación”.

Gris de espera

Enrique Andina integra la Comisión Interna y explica: “Estamos en permanencia pacífica para preservar las fuentes de laburo. A lo largo del día se hizo presente el sindicato. Exigimos una presentación en el Ministerio de Trabajo y también hicimos un pedido de plenario de delegados para discutir con todos los delegados los pasos a seguir”.

El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no se presentó a la audiencia. “Está incumpliendo -dice Andina-. Mientras tanto, nosotros seguimos sin tener comunicación de la empresa. Tampoco atienden los teléfonos. La última comunicación oficial fue el comunicado de anoche. Eso deja un gris, porque estamos en la calle sin un mango, pero no hay un telegrama de despido ni nada”.

Los trabajadores tienen sólo rumores, desde un cierre definitivo hasta la posibilidad de la llegada de inversionistas “que reclaman despidos masivos”, según denuncian. “Se olfateaba que la situación venía rara, pero nadie pensó que todo fuera de esta manera -dice-. La convocatoria acá fue masiva, y agradecemos también que se acercaron de otras ramas, como médicos del Garrahan. La intención es difundir el conflicto y rodearlo de solidaridad para lograr lo que necesitamos, que es que la patronal se siente a discutir”.

Mientras esperan, en las próximas asambleas decidirán los pasos a seguir: “Es un golpe fuerte, pero uno tiene que estar fuerte, también, por la familia. La mayoría de los compañeros son sostén de hogar. Estamos dispuestas a lucharla hasta el final y no aflojarle hasta encontrar una solución, que es sostener las fuentes de trabajo con las mismas condiciones que teníamos hasta ayer antes de recibir el comunicado”.

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Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

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Empezó el segundo proceso judicial a integrantes de la lof mapuche, a quienes se les endilga el delito de usurpación en la localidad de Villa Mascardi, en Bariloche, Río Negro. 

El juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal de General Roca y que se realizará de manera virtual, tendrá 132 testigos que serán llamados a declarar y como mínimo, se espera que dure hasta abril. Expresan desde la comunidad: “Somos sometidos injustamente, acusados de usurpar nuestro propio territorio, el mismo que libremente caminaron nuestros kuifikecheiem (antepasados) cuando aún no existían alambrados, ni parques nacionales, ni ningún winka que con su ambición destructora mirara nuestra tierra”.

Para entender el conflicto hay que retroceder a 2017, cuando la lof inició la recuperación de su territorio a partir del levantamiento de una machi –guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche–, y la construcción del rewe –un sitio sagrado de conexión con otras energías del espacio en donde la machi atendía a quien fuera a curarse–. La respuesta del Estado fue de terror: un operativo de desalojo comandado por la vigente ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que terminó con el asesinato de Rafael Nahuel, a manos del grupo Albatros de Prefectura, el 25 de noviembre de aquel 2017. Todo ese proceso derivó en el primer juicio contra la comunidad, donde fueron condenados siete mapuche.

Tiempo después del crimen de Rafita, la comunidad volvió al territorio hasta que en 2022, ya en el gobierno de Alberto Fernández, se ejecutó otro desalojo represivo.

En el juicio que arrancó hoy y continúa mañana, se juzga de la usurpación de distintos terrenos a Luciana Jaramillo, Yéssica Bonnefoi, Romina Rosas, Betiana Colhuan, Celeste Ardaiz Guenumil y Matías Santana. Se defienden desde la comunidad: “Nos encontramos frente a un contexto muy difícil alimentado por un sistema político y judicial perverso, que agudizó la persecución hacia el Mapuche con más violencia y encarcelamientos, con el fin de debilitarnos y quitarnos nuestro territorio”. 

El juez a cargo se llama Alejandro Silva y es el mismo que presidió el proceso por el fusilamiento de Rafael Nahuel y que condenó a sus responsables con penas ínfimas. 

Ataques

El contexto al que hacen referencia refiere a un gobierno que agudizó el hostigamiento preexistente hacia el pueblo mapuche, además de un avasallamiento de derechos a las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Algunos ejes de esa persecución: el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); el decreto que barrió a la Ley de Emergencia Territorial Indígena (26.160) que mantenía la suspensión de los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios y que allanó el terreno para el desarraigo de la comunidad Paillako a principio de este año; y el señalamiento sin pruebas como causantes de los incendios en la Patagonia. Por citar un caso, Victoria Heredia Núñez, integrante de Lof Pillan Mahuiza, cumple arresto domiciliario desde el 12 de febrero acusada del incendio en la Estancia Amancay, en la localidad chubutense de Trevelin, pese a demostrar mediante georreferenciación que al iniciarse el fuego estaba a más de 90 kilómetros.

La gente de la comunidad frente a la policía durante una inspección ocular en octubre de 2023. Fotos: Jaime Carriqueo

Absurdos

La defensa de la comunidad está a cargo de la Gremial de Abogadas y Abogados. Uno de ellos, Gustavo Franquet, le dice a lavaca ni bien concluida la primera audiencia: “Esto comenzó en 2017 y estamos en 2025; llevamos más de 7 años donde se supone que juzgados de instrucción federal, fiscalías federales, fuerzas federales de investigación como Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura investigaron a la comunidad y no pudieron conseguir elementos para acusarlos de otra cosa que no fuera usurpación, motivo por el que ni tendrían que estar en el banquillo. El Estado argentino, desde la Constitución de 1994, reconoce los derechos preexistentes de los pueblos originarios, por lo que no puede ni debe criminalizar el conflicto territorial; en una recuperación, no hay delito. Si esto fuera juzgado como corresponde, no pueden de ninguna manera condenar a nadie”.

En cuanto a cómo abrió el juicio, cuenta: “Sólo en un par de horas que duró, ya se cometieron varios despropósitos jurídicos, aunque estamos seguros que lo más horroroso de este juicio está por venir; vamos a escuchar cosas muchísimos más jodidas, hoy fue un precalentamiento”.

¿Qué despropósitos?

Entre las barbaridades que dijeron, hubo tres que no se pueden creer. 

A una de las mujeres, Yéssica Bonefoi, la quisieron acusar de la usurpación de una cabaña, que cuando la fiscalía pidió la elevación a juicio, ni se mencionó. Fue algo insólito, porque no pueden inventar elementos nuevos. Pidieron un cuarto intermedio y cuando volvimos retiraron ese planteo porque obviamente estaba fuera de lugar. Es tanta la voluntad de persecución, de acusación gratuita, que ni se fijaron en eso.

Un segundo despropósito es que cuando se produce lo que llaman la usurpación del ex Hotel Mascardi, una de las acusadas (la machi Betiana) seguía siendo menor. Por ley de minoridad, hay todo un proceso que en este caso no se cumplió cuando se acusa a menores de entre 16 y 18 años y que ahora imposibilita al juez a dictar sentencia contra ella. Como una cuestión lógica le exigimos al juez que no la someta al juicio, y en vez de aceptarlo, dijo que lo va a decidir al final del proceso. Algo totalmente absurdo y re victimizante para la machi.

Y un tercer punto que es la pretensión de la fiscalía y de las querellas de que consideren a la usurpación como un delito continuado. Se denomina con esta tipificación a delitos como la desaparición forzada, o un secuestro, pero no a una usurpación, que es un tipo específico de hurto o de robo, en este caso de un inmueble. Si alguien comete un robo, el delito es en ese momento, no continúa en el tiempo. Ahí hay otro absurdo.

Truchos

En 2022, antes del segundo desalojo a la comunidad Lafken Winkul Mapu, se incendió un trailer y un remolque de Gendarmería. Desde los gobiernos provinciales y nacionales se acusó al pueblo mapuche, al igual que de usurpar una cabaña. Recuerda Gustavo: “Ahí empezó toda esta farsa. Esa zona está protegida por fuerzas federales, pero señalaron a la lof y así allanaron el camino para desalojarlos”. 

Ese desalojo fue brutal, con más de 250 efectivos del Comando Unificado que irrumpieron en el territorio. Romina Rosas, una de las mapuche detenidas, estaba embarazada de ocho meses y fue golpeada y arrastrada por el piso; días después, parió a su bebé rodeada de policías. Celeste, decía esto de aquel 4 de octubre de 2022: “Me tiraron al suelo, a mí y a mi nena de 5 años. Nos apuntaron con el arma en la cabeza. Fue una cacería”.

Retoma Gustavo Franquet: “A las seis personas que están enfrentando el juicio jueces federales les dictaron su falta de mérito, porque no hay ningún elemento que los ligue a lo que se los acusa. Toda esta causa es trucha porque fue creada para criminalizar, para desalojar y para allanar a la comunidad. Y por ende, todo este juicio es trucho”.

Lafken, en mapudungún, significa espejo de agua. Winkul, espíritu guardián de la montaña. Y Mapu, tierra. Desde la lof Lafken Winkul Mapu, concluyen: “Seguimos llamando a la unión, a mantenernos fortalecidos en nuestro feientun (creencia) y esencia mapuche. A enfrentar al winka con nuestra verdad, por más que el aparato estatal utilice todos los medios a su alcance para difamarnos pretendiendo poner a la opinión pública en nuestra contra, con falsas acusaciones. Pero tenemos total confianza en la fortaleza de nuestro pueblo milenario que ha resistido y preservado el territorio a pesar de los atropellos”.

Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

Matías Santana, la Machi Betiana, Luciana Jaramillo y Romina Rosas son cuatro de los seis acusados, durante la primera audiencia del juicio en su contra.

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