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Entrevista a la madre de María Julieta Riera: las pruebas de un femicidio y los beneficios a un hijo del poder

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María Julieta Riera murió tras caer de un octavo piso en Paraná, Entre Ríos. La familia sospecha de su pareja, hijo de una funcionaria judicial de Entre Ríos, y según la reconstrucción del fiscal ella tenía marcas de haberse defendido. Tras estar 4 meses preso, el joven fue beneficiado con la prisión domiciliaria. “Por más dolorosa que sea, necesitamos saber la verdad”, asegura la madre de Julieta, Ana, en esta entrevista en la que recuerda a su hija y analiza cómo lograr justicia desde la calle en una ciudad que clama justicia también por Fátima Acevedo: “Julieta iba a las marchas por Fátima: uno escucha los casos y nunca te imaginás que te vaya a tocar a vos”.

Por Lucrecia Raimondi

“Te amamos. No te olvidamos ni te vamos a olvidar nunca. Estás siempre presente con nosotros. Y donde estés ilumina con tu luz”.

Esas palabras le dedicó Ana Brugo a su hija María Julieta Riera.

El domingo 6 de septiembre hubiera cumplido 25 años. Ana cuenta que se juntaron en familia para recordarla con mucho amor: “Le preparamos una torta y le cantamos al cielo su feliz cumple”.

La violencia machista le arrebató la vida. Según la reconstrucción del fiscal, María Julieta fue empujada desde un octavo piso por su ex pareja, José Julián Crhiste, en la madrugada del 30 de abril. El hombre intentó hacer pasar el hecho como producto de un accidente.

Christe estuvo cuatro meses detenido. Hasta la semana pasada cuando la Justicia aceptó el beneficio de la prisión domiciliaria, a cumplir por 60 días con una tobillera electrónica en la casa de su madre, una ex camarista de Entre Ríos. La familia recibió esta noticia con dolor y tristeza: “Él tendrá su derecho, pero a mí no me cabe la menor duda, porque soy su mamá, que no fue un accidente. Ella tenía muchos proyectos”.

El beneficio procesal dispuesto por la vocal de Apelaciones Carolina Castagno abrió la puerta para que la defensa del femicida de Fátima Acevedo, encontrada en Paraná el 8 de marzo después de estar una semana desaparecida, también solicite la prisión domiciliaria. El defensor oficial de Jorge Martínez analiza el fallo de Christe como precedente para su representado. El acusado de asesinar a Fátima cumple prisión preventiva en la Unidad Penal Nº1 de Paraná, la misma donde estuvo detenido Christe. “Hemos planteado los mismos argumentos, el argumento principal es que todavía no ha sido condenado y estamos hablando de una persona inocente, a veces, cuesta pensarlo pero, técnicamente, es así”, aseveró el defensor de Martínez, Jorge Sueldo, al medio local La Calle sobre pedir la morigeración de la prisión a partir de la resolución de Castagno en relación a Julián Christe.

Entrevista a la madre de María Julieta Riera: las pruebas de un femicidio y los beneficios a un hijo del poder
Ana y María Julieta, en una de sus últimas fotos juntas.

¿Quién es Julieta Riera?

Sus familiares cuentan que Julieta era “sensible, solidaria, buena persona”. Iba a la casa de su mamá y con sus dos hermanos menores hacían las tareas de la casa. Todos los días iba a la casa de su abuela, enferma de diabetes, para ayudarla a bañarse, cambiarse y a mantener la casa. Quería terminar las materias del secundario para el año que viene empezar la carrera de abogacía. Cuenta su mamá: “El año pasado había empezado de nuevo el secundario, estaba terminando sus materias del colegio para continuar con abogacía. Tenía un proyecto armado para su vida:  hacer a full las materias que le quedaban y ponerle onda con todo para el año que viene empezar la carrera. Ella quería luchar por los derechos de las personas y de los niños. Era muy justiciera. Le gusta mucho la abogacía en ese sentido”.

Su madre habla en presente. Y remarca que Julieta tenía proyectos, planes, sueños a largo plazo. “Le encantaban los elefantes, amaba los animales, los rescataba”, sigue. Ahora Ana cuida a Mía, la gatita que Julieta rescató de la calle y con la que sale en las fotos con las que se pide justicia. “Mirá como son los animales que cuando falleció Juli la gatita se vino a los pies de mi cama y estuvo tres días sin comer, ni levantarse, ni nada”. Ana cuenta la anécdota de que les habían regalado un pajarito que estaba en una jaula y Julieta no podía verlo así, encerrado: “Ella decía que los animales tenían que estar en libertad. Abrió la jaula y el pajarito voló”.

Ana es maestra de primer grado. Al proceso pandémico de adaptarse al teletrabajo y la educación a distancia, se sumó el duelo de perder a una hija por femicidio. “Mi hija participó de las marchas pidiendo justicia por Fátima, la chica que mataron en Paraná antes que a Julieta. Uno escucha los casos y nunca te imaginás que te vaya a tocar a vos, es tremendo – relata Ana – Siempre digo que la vida nos prepara primero para que se vayan nuestros abuelos, después nuestros padres. Nunca para que se te vaya un hijo antes que vos y menos en un caso de violencia tan terrible como le pasó Juli. Creo que como madre, es inexplicable. Hay días que yo me despierto y no puedo entender que nos pasó esto”.

Por gestión de la fiscalía a cargo de Ignacio Aramberry, Ana y su familia están con tratamiento psicológico. Se siente acompañada por sus compañeras de trabajo y sus amistades, de quienes recibe apoyo constante. Son una familia católica muy creyente y Ana cuenta que rezar le da fuerzas: “Ponerme en manos de Dios me ayuda muchísimo en todo momento, cuando estoy mal prendo una velita y rezo, enseguida como que aparece la fuerza. También cuando me siento muy triste llamo a mis nietos, miro a mis hijos que están acá. Y por supuesto mis amigos y familia que me llaman, están cerca siempre”.

¿Qué pedís cuando rezas por Julieta?

Pido por su alma, que esté en paz, que sane su almita. Que vaya con los seres de luz, que se deje cuidar por los ángeles. Que nosotros acá vamos a estar bien, que vamos a hacer justicia por ella. Que la ame, la amo y la amaré toda mi vida. Que algún día nos volveremos a ver pero que esté ahora en paz, que vaya con los ángeles. Y le pido protección a la Virgen para que nos cuide, a mis hijos, a mis padres, a mis hermanos y mis sobrinos, porque esto nos descolocó, nos afectó a todos.

¿Qué cambió como familia?

Sentimos dolor, tristeza y angustia. Pero cuando hablamos con mis hijos sentimos que tenemos que aprender de los errores, tenemos nosotros ahora la posibilidad de revertir que si les pasa algo poder hablarlo. Juli callaba mucho, era muy introvertida, muy tímida. Aprender de los errores en ese sentido de tener más diálogo, hablar las cosas, de qué gusta, que no gusta, si les pasa o no algo. No cometer el error de callarse.

La pandemia invisible

Julieta conoció a Christe por amigos en común, y convivían hacía un año y medio. A su familia le contaba muy poco de su vida privada; casi siempre era sobre qué comían o a dónde salían a pasear. Ana percibió que su hija cambió: “Ella tenía muchos amigos, era muy amiguera. Pero se juntó con este chico y como que se aisló de sus amigos. Al principio de nosotros también nos comunicábamos solo por mensajes”.

¿Qué decía Julieta de Christe?

Que él  estaba muy solo, que ella era lo único que él tenía. Obviamente ella lo quería muchísimo. Pero yo como madre, por lo que hablábamos, veía que estaba queriendo poner fin a la relación.

¿Qué actitud tenía Christe?

Él la dejaba en casa y después la venía a buscar. Yo lo saludaba en la puerta. Ella lo invitó varias veces pero nunca entró. Al departamento de ellos nunca fui, ella venía a comer a mi casa sola, sin él. Y a la casa de la mamá de él a ella no le gustaba ir porque era diferente, decía que no era su casa, no eran sus cosas, que se sentía encerrada. Acá tenía más libertad si quería comer algo o tomar un mate lo agarraba.

¿Julieta cambió su actitud cuando empezó a salir con Christe?

Si, empezó a aislarse, retrotraerse. O por ejemplo tenia marcas. Es cierto que ella no veía muy bien, tenía mucho aumento en los anteojos. Pero una vez le pregunté porque tenía unas marcas en las muñecas y dijo que se había caído de la moto en el campo. Mi mamá le preguntaba y ella decía que no veía bien, que se chocaba con las cosas. Y como no veía bien yo lo entendí así.

¿Notaste que podía sufrir violencia?

Ella hablaba muy poquito de su relación con él. Era muy tímida y como dice mi psicóloga no debe haber sido fácil para ella poder decir lo que le pasaba, que la maltrataba. Y yo no la veía triste o mal como para decir que le estaba pasando algo porque estaba siempre bien, con una sonrisa, contenta, positiva. Creo que ella pensaría que la situación que estaba viviendo iba a cambiar.

¿Porque pensás que no fue un accidente?

Ella tenía muchas ilusiones y expectativas puestas en el año que viene. Este año estaba poniendo todo para terminar el colegio. Estaba con tantas expectativas y tantas ganas de revertir cuestiones. Ella sentía que había perdido mucho tiempo por no terminar las materias, estaba a full con todo, contenta porque le iba bien. Una persona con esas ganas de vivir no piensa en esas cosas.

¿Crees que él la mató intencionalmente?

Sinceramente, no sabría qué pasó por su cabeza. Tampoco sé qué pasó esa noche. Obviamente me gustaría saberlo como madre, y lo voy a saber en algún momento. Pero no me parece normal que si fue un accidente no pidió ayuda, se fue a la casa de su mamá que vive en el centro y en el camino está lleno de policías. Cualquier persona se desespera, pide auxilio a los gritos, sale corriendo a pedir ayuda. Actuó de una manera muy fría, con poca empatía, desinteresado con la situación.

La investigación

El fiscal Aramberry presentó al juez de garantías Mauricio Mayer los resultados de la autopsia: según la reconstrucción Julieta sufrió maltrato físico y falleció por los golpes al caer de un balcón a 19 metros de altura. En la primera audiencia de instrucción, el representante del Ministerio Público Fiscal relató: “Jorge Julián Christe le dio muerte a su pareja María Julieta Riera, con quien convivía en un vínculo caracterizado por la violencia de género, habiéndola sometido a maltrato físico, agresiones sexuales, daños a la propiedad y agresiones psicológicas. Para producir su muerte, Christe agredió físicamente a Riera y le comprimió manualmente el cuello hasta dejarla en estado de inconsciencia. Aprovechando ese estado, y sin ningún riesgo para sí, la arrojó con vida desde el balcón”. Christe será juzgado por “homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y violencia de género”.

¿Cómo pensas que está avanzando la investigación?

Yo creo que están haciendo todo lo humanamente lo más rápido que pueden. Calcular la trayectoria que el cuerpo hace al ser arrojado y la caída desde el balcón lleva su tiempo. Estudian para decir milimétricamente lo que pasó según cómo cayo el cuerpo y eso es prueba para el juicio. Todavía investigan la criminalística, están haciendo todo para informar con precisión lo que sucedió. Lo que piensan es según lo que encontraron. Y el forense dijo que ella tenía marcas en su cuerpo como que se había defendido.  Pero hasta que no tengan todo no me informan nada.

Que la madre de Christe haya sido funcionaria judicial, ¿influye en su situación procesal?

No me preocupa eso porque confío en que se va a hacer justicia. Si ella tiene influencias, allá ella. Pero no creo que tenga tanto poder para con un caso como este revertir la situación. Y como siempre digo, tengo un excelente fiscal, una excelente abogada que están atentos, firmes al lado mío en todo momento, siempre cuidándonos. Confío en que esto va a ser un juicio justo y se va a saber, él va a tener su merecido. Si tiene ahora la prisión preventiva la jueza sabrá porque lo hizo. Pero le ponemos énfasis a que se resuelva en el juicio.

¿Cómo están encarando la lucha por justicia para Julieta?

Si hay que hacer marchas las haremos respetando los protocolos, porque entendemos que estamos en pandemia. Así nos manejamos nosotros, con honestidad y respeto, sin violencia. Queremos que se haga un juicio justo, equitativo, y que sepa la verdad: por más dolorosa que sea, merecemos saber la verdad.

Violencia machista

En las últimas semanas, Entre Ríos hizo gala de dos medidas judiciales polémicas. El Tribunal Superior de Justicia excarceló a Néstor Pavón, uno de los implicados en el femicidio de Micaela García. Y el juez de Garantías Mauricio Meyer, el mismo de la causa de Julieta, refrendó hace pocos días el pedido de juicio abreviado a Rubén Retamar, ex funcionario del Consejo Provincial de Niños, Niñas y Adolescentes que reconoció haber abusado sexualmente de una niña en la sede central del organismo: La fiscalía, la defensa oficial y el juez acordaron condenar a 8 meses de prisión condicional más dos años de tareas que prueben su conducta.

En la provincia tampoco olvidan el caso de Fátima Acevedo, que ha sido emblemático porque denuncian las activistas que desde la Justicia taparon pruebas e información respecto a ese femicidio, además de haberla desprotegido.

¿Qué analizás sobre la situación de los femicidios en la provincia?

Me da mucha angustia. Desearía que haya un cambio de mentalidad, que empecemos a cambiar la educación. Creo en cambiar estas cuestiones muy machistas que están generadas en el pueblo. No solo en Paraná, sino que en muchos lados están y son muy difíciles de sacárselas. Pero con educación es posible, dialogando, escuchándolos. Por ahí es una utopía pero desearía que todo esto cambie para que no haya más chicas muertas, niñas violadas y violentadas.

¿Cómo se puede trabajar esto?

El año pasado que tuve un sexto grado estuvimos trabajando en educación sexual hablando, escuchando, porque dialogar no es solamente hablar uno sino escuchar el otro, comprenderlo, entenderlo y ponerse en el lugar, tratar de ayudarlo, ver lo que no entiende, buscar la forma de cómo hacer para revertir.

¿Cómo abordás el tema en tu familia?

Tengo un hijo varón, el más chico, criado entre cuatro mujeres y nunca se le dijo que levantara la mano a una mujer. Y mis nietos son varones. Les enseñé que todo se resuelve por medio del diálogo, hablando las cosas con la verdad, escuchándolos, con cero violencias. Yo pienso que los chicos de la edad que tienen mis nietos, todos varones, de 4, 5, 7 años, van a revertir muchas cosas en esta sociedad.

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91 femicidios y ninguna respuesta

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“Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia” dice la 2ª carta del colectivo que nuclea a familiares de todo el país, dirigida a Javier Milei. Este 8 de abril las Familias Sobrevivientes de Femicidios se reunieron en Plaza de Mayo, como todos los primeros lunes de cada mes, mientras el mundo seguía el eclipse de sol. Denunciaron en un documento –también presentado en la Casa Rosada– que hasta el domingo 7 se produjeron 91 femicidios en el año, que dejaron además 9 víctimas menores asesinadas y 52 huérfanos. Hay, en lo que va de 2024, 18 mujeres desaparecidas. Luego las Familias hablaron sobre las causas, el factor narco y la responsabilidad del Estado.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta, madre de Lucía Pérez y Facundo, el papá de Luna Ortiz. La lectura del documento que exhibe el nivel de violencia contra las mujeres en el país.

En sintonía con el eclipse de sol de este lunes, la Plaza de Mayo presentó de pronto un clima desapacible, frío, ventoso, mientras las Familias Sobrevivientes de Femicidios volvieron a presentarse allí para visibilizar el reclamo sobre las mujeres asesinadas y para solicitar por carta (la 2ª en el año) que el presidente Javier Milei las reciba.

El grupo, alineado en sillas negras de espaldas a la Casa Rosada, aguantó la ventolera y leyó un documento del que se desprenden distintos datos:

  • º Hubo 91 femicidios en los 98 días del año hasta el domingo 7 de abril, registrados por el Observatorio Lucía Pérez.
  • º Además, 9 víctimas menores fueron asesinadas en el transcurso de esos femicidios.
  • º Otro saldo: 52 huérefanxs.
  • º Se contabilizaron otros 62 intentos de femicidios.
  • º Hay en el país 18 mujeres desaparecidas en lo que va de 2024.
91 femicidios y ninguna respuesta

Mariela, y el reclamo por su hija.

Genocidio por goteo

Sobre estas cifras –que revelan lo que Marta Montero (madre de Lucía Pérez) define como “genocidio por goteo”– no ha habido respuesta alguna por parte del Estado.

El texto de la misiva fue presentado por la propia Marta, su esposo Guillermo Pérez, Susana Reyes (madre de Cecilia Basaldúa), Mariela Quintanilla (madre de Iara Nardelli), Facundo Ortiz y Marisa Rodríguez (padres de Luna Ortiz) en nombre del colectivo.  

El texto: “Señor Presidente de la Nación Argentina. Nosotras, familias sobrevivientes de femicidios nos dirigimos a usted para solicitar con respeto y esperanza una audiencia. Creemos necesario y urgente ser escuchados por usted. Desde ya, muchas gracias”. En marzo se había presentado la primera carta en la Casa Rosada y les dijeron que sería derivada a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

91 femicidios y ninguna respuesta

Susana con imágenes de su hija, Cecilia Basaldúa.

Asesinadas en democracia

Susana Reyes, con una foto de su hija y las palabras “Verdad y justicia”,   recordó que hace cuatro años desaparecía Cecilia Basaldúa en Córdoba, cuyo cuerpo apareció el 25 de abril de 2020. “Y todavía estamos luchando para tener un fiscal en la causa por el crimen de mi hija, porque hubo un primer juicio en el que metieron preso a un inocente. Hay muchas causas armadas en Córdoba. Ahora estamos esperando que nos nombren nuevo fiscal, porque el que nos habían designado se jubiló el año pasado en agosto. Y no salió el decreto del nuevo.  Nosotros vamos a seguir siempre. Estamos luchando no solo por Cecilia sino por todas y todos los asesinados en democracia”.

Susana agrega: “Queremos que nos reciban para ver si nos pueden escuchar, si pueden hacer algo. Cada vez son más muertes que se siguen sumando. Hay niños huérfanos y las madres también quedamos huérfanas por la muerte de nuestras hijas. Así que vamos a seguir peleando hasta las últimas consecuencias”.

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Marisa y Facundo, los padres de Luna Ortiz. El caso de su hija (drogada y muerta por sus captores) fue calificado como “homicidio imprudente”. Las familias reclaman justicia.

Homicidios imprudentes

Facundo suma sobre la historia de su hija, Luna Ortiz (19 años cuando fue asesinada el 2 de junio de 2017): “Hace ya siete años que asesinaron a Luna y todavía no podemos llegar a conseguir justicia, es una lucha interminable. La causa está en Casación, la Sala I. Es algo muy importante. Necesitamos que estos jueces nos escuchen y tomen una buena decisión condenando a Villarreal por femicidio”.

Para comprender: Luna fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal. Los jueces Ariel Introzzi Truglia y Sebastián Hipólito Urquijo y la jueza Verónica Mara Di Tommaso lo condenaron finalmente al máximo posible solicitado por un delito menor: 4 años y 11 meses por “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente”.

Marisa, la madre de Luna, agrega: “El femicidio sigue impune, nos encontramos en la etapa de Casación otra vez planteando un femicidio. Apelando lo después de siete años de impunidad porque los jueces liberaron a uno de los femicidas de Luna. Vamos a seguir luchando porque queremos justicia por Luna y por todas nuestras hijas”.

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Lucía Pérez y Carla Soggiu. “Luchamos por justicia para todas”.

¿Cuál es la responsabilidad del Estado?

Guillermo (el padre de Lucía Pérez): “Hace 8 años que venimos buscando justicia por nuestra hija (el femicidio ocurrió el 8 de octubre de 2016 y provocó el Primer Paro Nacional de Mujeres). Ahora el 29 de abril tenemos el recurso de Casación”. En el caso de Lucía, en marzo de 2023 hubo sentencia a perpetua en un caso (Matías Farías), y el otro acusado (Juan Pablo Offidani) terminó con una condena menor, 15 años en total, como “partícipe secundario” del crimen, que incluye la condena a ambos por la venta de drogas en la puerta de una escuela secundaria, lo que desencadenó toda la tragedia. La familia apeló la sentencia a Offidani, y las defensas de los acusados apelaron sus condenas. Es lo que comenzará a debatirse en el tribunal de Casación bonaerense.

“Queremos justicia” dice Guillermo, “y que nuestras hijas puedan descansar”.

En el documento presentado el mes pasado al gobierno junto a la solicitud de audiencia, se planteaba una mirada amplia y a la vez profunda de lo que ocurre: “No podemos hablar de femicidios y travesticidios sin hablar de narcotráfico, como no podemos hablar, sin nombrarlo, de ningún otro tema de esta emergencia social que estamos padeciendo hoy: hambre, desocupación, destrucción de la educación y salud pública. Todos fuegos que alimentan el incendio de nuestro futuro y paz social”.

Marta Montero habla sobre el rol estatal: “El Estado es responsable, por eso hablamos de genocidio, con un Estado que no hizo ni hace nada por evitarlo. Y decimos que son narcofemicidios, porque muchísimas veces tienen que ver con esa cuestión de lo narco, donde el Estado no solo está ausente sino que muchas veces está presente, porque ¿quién es el que no hace nada cuando venden droga en la puerta de una escuela? La policía, que es parte del Estado. ¿Y quién deja impunes muchos de estos crímenes? El Poder Judicial, que es parte del Estado”.

¿Y en los casos en que el origen es la violencia dentro de una pareja? “El Estado también es responsable al no avanzar en las investigaciones, al ocultar pruebas muchas veces, al dejar impune al asesino, al no atender a las víctimas, a los huérfanos, a las familias. Pero además, muchas veces esa violencia se genera por lo que hablábamos antes: el tema de la droga, la violencia que se genera territorialmente y en la gente que está en eso, que termina golpeando y matando a las mujeres”.

91 femicidios y ninguna respuesta

Marta y Guillermo, los padres de Lucía.

El caso de Lucía implica una ruptura y un precedente, porque la familia logró que se anule el primer y vergonzoso juicio que absolvió a Farías y Offidani por el femicidio, acusándolos solamente de vender droga en vereda de la escuela marplatense a la que iba Lucía, que tenía 16 años cuando la mataron. Esa anulación permitió el segundo juicio (el que ahora irá a Casación por las respectivas apelaciones) y motivó además un jury: un juicio a los jueces de aquel primer proceso. “Estamos esperando que se concrete, porque ya está todo listo” explica Marta.

El rol de Marta Montero en Mar del Plata generó la invitación a participar con una ponencia en la 5º Asamblea Mundial por la Salud de los Pueblos que se está llevando a cabo en esa ciudad hasta el 11 de abril. Marta intervendrá este martes 9 en una sesión que tratará “Justicia de género en salud. Praxis feminists por la justicia en salud”. En el panel coordinado por Melanie Alperstein (Sudáfrica) intervendrá Marta (Femicidio, luchas por la justicia de género y rendición de cuentas), Julie Dale, de Brasil (Violencia y discriminación contra LGBTQI+), Zahira Bouhabra (en conexión desde Marruecos), y hablará sobre Resistencia a los sistemas violentos y respuesta a las crisis de violencia de género Rawia Mahmoud (en conexión desde Sudán).

Lo crucial del trabajo de la familia continúa en Mar del Plata con La Casa de Lucía, punto de encuentro, de conferencias, recitales, eventos culturales y lugar además de acompañamiento para otras familias víctimas de violencia o de femicidios.

O sea que allí se reúne lo académico con lo barrial y la solidaridad concreta, no discursiva. Sostiene Marta: “Para nosotros es una alegría, porque hay un enorme movimiento alrededor de las cosas que se hacen allí. Vienen mujeres, familias, también estudiantes, abogados, de todo. Estamos empezando un curso de huerta, pero también va a ser lugar para que terminen la secundaria quienes no pudieron hacerlo. Y el acompañamiento a otras familias es fundamental, porque a todos nos pasa que ante la justicia estamos desorientados, te hablan de modos que no entendés muchas veces. Con la experiencia que lamentablemente hemos tenido, ahora podeos ayudar a otra gente que pasa por lo mismo para que conozca y entienda sus derechos, y cómo llevar adelante las causas”.

Vuelve a hablar sobre la casa, y la cantidad y calidad de eventos que allí suceden: “Eso sorprendió incluso a los vecinos. Nos decían que era una casa que había estado siempre cerrada, oscura, abandonada (había pertenecido a un grupo narco, según puede verse en MU 190). Y la gente del barrio nos dice que hoy pudimos transformar esa oscuridad en una luz muy linda, que les da entusiasmo. Imaginate la alegría que es para nosotros” dice Marta, cuando se iban de Plaza de Mayo habiendo presentado la carta y el informe y –sorprendentemente- el lunes frío, ventoso, desapacible y eclipsado se transformaba en un día de otoño cálido y luminoso.

El próximo encuentro está previsto para el 6 de mayo.  

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En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

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Nuevo informe mensual del primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal.

En lo que va del año el Observatorio Lucía Pérez registró  85 femicidios y travesticidios en todo el país. Solo durante marzo ocurrieron 18, con el agregado de 3 infancias asesinadas: Alma, de 11 años; Mateo, de 2; y Zamir, de 9. El total en lo que va del año es de 9.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Otro dato que surge del relevamiento es que, como resultado de estos crímenes de mujeres, se registraron 47 huérfanxs.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

En este 2024, se llevan registradas 53 tentativas de femicidios.

Hay 18 mujeres desaparecidas.

Y llevamos 1.144 días preguntándonos ¿dónde está Tehuel de la Torre?

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Por otra parte, se realizaron 105 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal que exigen justicia ante los crímenes que no cesan. 

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

El número de funcionarios denunciados que ha registrado el Observatorio asciende a 482.

En 91 días de 2024 se produjeron 85 femicidios y travesticidios y hay 18 mujeres desaparecidas: datos del Observatorio Lucía Pérez

Esos datos, esos crímenes, no son solamente cifras: por eso en nuestros padrones se visualiza cada nombre, la edad, el lugar donde vivían las víctimas y cómo sucedió cada femicidio, entre otros muchos datos que permiten dimensionar la violencia.

El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran una serie de padrones que compartimos en la web de manera libre, los cuales comenzaron a confeccionarse en talleres que realizamos con víctimas de violencia, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así reunidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.

Todo la información que producimos es de público y libre acceso en en www.observatorioluciaperez.org

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8M: Estamos

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En otro Día Internacional de la Mujer el movimiento feminista volvió a llenar las calles de Buenos Aires, frente al Congreso, como supo hacer durante las movilizaciones a favor del aborto, en medio de algunas novedades: un gobierno que ataca al feminismo, que cree que lo puede contener con un protocolo antipiquetes y que enfrenta la agenda de derechos que las mujeres y disidencias volvieron a poner hoy en la calle. La desigualdad como eje. Las principales reinvindicaciones y palabras de hoy. Los testimonios que hablan de emergencias de hambre (con comedores sin comida y con el triple de gente), a la conexión con las banderas de derechos humanos. Les Nietes de personas desaparecidxs, y el lema de la bandera que salió hoy por primera vez a la calle: “Soy feminista porque tengo memoria”.

Texto: Anabella Arrascaeta

Fotos: Lina M. Etchesuri

“Soy feminista porque tengo memoria”, dice la bandera que Ana, nieta de detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, pintó para marchar junto a sus compañeres de Nietes. Es la primera vez que esta frase sale a la calle, en este 8M, a días del 24, el primer marzo de la era de Javier Milei. 

8M: Estamos
Les Nietes en la puerta de Mu Trinchera Boutique. Foto: Lina Etchesuri

Argentina, 2024. Sobre Callao la Policía Federal intenta mantener cortada la Avenida para la foto que da cumplimiento al protocolo de la ministra Patricia Bullrich. No pueden. Los autos circulan solo esa cuadra y doblan a la izquierda por Avenida Rivadavia. Hacia la plaza Congreso las calles están cortadas porque el músculo de los feminismos está entrenado y volvió a llenarla. Partidos políticos, organizaciones sociales, sindicales, culturales, asambleas, deportistas, músicas, periodistas, y miles de grupitos de amigas, madres, abuelas, hijas, vecinas, nietes, en un largo y cada vez más inabarcable etcétera.  

A las cuatro de la tarde el hit sacude el pasto: “El que no salta votó a Milei”. 

La Plaza, una vez más, está llena.

¿Por qué?  

Límites

Cristina, 80 años, abre los ojos grandes desde abajo de la gorra que la protege del sol y dirige la mirada hacia sus amigas (otra Cristina de 72 años, y dos Lilianas, 67 y 70 años). Dice: “Peleamos mucho por este momento, y lo tenemos que defender”. Llegaron temprano, con sus remeras del grupo de teatro comunitario al que pertenecen y con el que en el último tiempo hicieron una obra sobre la Semana Trágica, y otra que es un homenaje a Azucena Villaflor, Madre de Plaza de Mayo desaparecida. “Tenemos una edad donde vivimos a full el patriarcado, y vemos en nuestras hijas ese cambio de paradigma: no son las mismas mujeres y yo me alegro profundamente por eso. Y aprendo todos los días de las generaciones nuevas, necesitamos acompañarlas porque debemos lograr ese cambio que de a poco se va modificando. No es que se haya logrado todo, nos falta, pero tenemos que estar unidas”. 

“Estar” y “juntas” son de las palabras que más se repiten hoy en Congreso. Y que se sienten: todas las generaciones, de los centros a los bordes. Dice una de las Cristinas: “Te voy a decir una frase peronista: unidos o dominados. En este momento, con este gobierno estamos en un retroceso, y nosotras tenemos que poner un límite: hoy, todas en las calles, estamos poniendo ese límite concreto en la calle”. 

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Comedores

Claudia, 54 años, vino de San Miguel y señala a una compañera: “Ella trae una papa”, y después apunta a otra: “Ella trae una cebolla”. Después mira a otra: “Ella trae fideos”. Así explica cómo están sosteniendo en los barrios las ollas desde que no reciben alimentos tras la asunción del nuevo gobierno.

Dice que lo hacen porque, cuando hay una emergencia, “el pueblo es solidario”. Y porque saben cómo hacerlo. “Nosotras echamos a los ingleses: las mujeres. Hicimos la bandera para Belgrano, organizamos la campaña para San Martín, y ahora tenemos que organizar la campaña para sacar a este loco. Las compañeras muchas son de programas sociales, todas trabajan, sirvieron cuando estaba la pandemia pero ahora las quieren descartar”. 

Según su termómetro, la gente que asiste a los comedores se triplicó. No son solo niñes: ahora son familias enteras. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri

“El barrio ahora se está dando cuenta que la casta somos nosotros” dice a lavaca. “La gente estaba cansada de los políticos comunes corrientes, pero ahora las mujeres del barrio están preocupadas porque no les alcanza para comer. Muchas no pudieron comprar útiles de sus hijos, y en los comedores no hay mercadería”. 

Claudia, que es militante del Movimiento Evita, dice que la organización está haciendo una autocrítica interna, pero ella ya tiene clara una posición: “Aunque sea un gobierno nuestro, si hay que hacer un reclamo, hay que hacerlo. No hay que esperar. Aprendimos que si un funcionario o compañero no está haciendo las cosas como corresponde, hay que protestar”. 

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

En los comedores de La Boca que tiene el MST también se triplicó la demanda. “Muchos vecinos que no iban, ahora van. En diciembre ya teníamos escasez de variedad pero ahora la situación está cada vez peor. No tenemos alimentos, hace varios meses no llegan”, dice Susana. Para sostener la olla organizan actividades: rifas, hay quienes arreglan cosas, otras que hacen las uñas: “Nos la rebuscamos”. Ese es el reclamo que llegó hoy hasta el Congreso. 

Susana explica: “Los comedores están compuestos por mujeres: somos las que los mantenemos. Pero hoy hay muchas compañeras grandes que no pudieron venir; son mayores y hace mucho calor; otras tienen muchos chicos. Antes podíamos venir, pero ahora no, porque se reprime. Es una decisión que muchas compañeras que tienen muchos hijos se quedan cuidando los comedores y las demás que podemos venir, venimos”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Aguante

Paula está con un cartel que clama: “Nuestros derechos no se negocian”. Del otro lado sentencia: “Milei nunca”. Llegó sola a Plaza Congreso, pero se encontró con amigas en el camino. Tiene 52 años, y dice: “Viví muchas crisis, pero hoy veo que estamos cada vez peor, tenemos un gobierno que no tiene idea de lo que es la empatía, de cómo se lleva adelante un país con todos los sufrimientos que hemos tenido, con una dictadura todavía reciente, con cosas nefastas que nos han pasado. Y en ese contexto, las mujeres somos las que hemos luchado”. 

Paula afirma que así como hubo y hay crisis, hay salidas: “Salimos primero organizándonos; somos las que podemos sacar este país adelante, porque somos empáticas. Hoy tenía miedo que no haya gente pero para sorpresa y alegría veo que todavía hay mucho aguante. Seguimos acá”.

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

Tensión

Cuando los bombos de ATE dejan de tocar, Marina, a quien llaman “La capitana”, descansa. Están al frente de la masiva columna de trabajadoras del Estado, aún cuando se anunció que se les iba a descontar el día a quienes pararan. El efecto fue el contrario: “Estamos acá justamente por eso, a pesar que nos quieren guardadas en nuestros lugares y casas, aunque estén avasallándonos con que nos van a descontar el paro, con tomar represalia, venimos a poner el cuerpo más que nunca porque no vamos a permitir que se retroceda en ninguno de los derechos que hemos conquistado y están tratando de poner en riesgo”. 

¿Cómo los resguardamos? “Con esto”, dice y mira alrededor una marea de gente. “Animándonos entre nosotras a salir a la calle, fortaleciéndonos entre nosotras en los lugares que ya habíamos conquistado, perdiendo el miedo, entendiendo que si estamos juntas vamos conseguir la fuerza para defendernos, que ninguna se va a salvar sola, que es muy necesario que los feminismos puedan poner una voz en lo que está sucediendo y poder decir cómo impacta sobre nosotras el hambre que está generando este gobierno. Las voces están, las compañeras estamos: hay que animarse a levantarlas porque los lugares están todavía en tensión”. 

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa, joven asesinada en Capilla del Monte. Foto: Lina Etchesuri

Transversal

Las integrantes de Nietes posan con su bandera que lleva la insignia con la que comienza esta nota. Ana cuenta que escribió esa frase para recuperar “las luchas que hacen a las libertades que tenemos hoy y la memoria de los derechos que tenemos: esa es la conciencia que hoy reivindicamos”. 

¿Cómo se conectan el movimiento feminista y el de derechos humanos?

Lucía: No lo hemos charlado con tal profundidad en el organismo, podemos darte nuestras perspectivas; yo considero que empezaron a tener puntos de conciliación a partir del 2017-2018, con todo el movimiento que generamos las feministas jóvenes junto con las feministas históricas, contra la violencia hacia las mujeres que después se pudo darle muchísima fuerza a lo que fue la legalización del aborto. Solemos tener mucho vínculo con sobrevivientes, construcción política fraternal y compañerismo; hablando con una compañera de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de Tucumán, nos contaba cómo le influyó el movimiento desde el 2017 en adelante, para tener el valor de poner en palabras la violencia sexual como parte de las torturas. A partir del 2017 se pudo retomar de otra manera porque también había más herramientas para problematizar un montón de cosas y para que también las nuevas generaciones acompañen procesos de históricas luchadoras.

8M: Estamos

Fotos: Lina Etchesuri para lavaca

¿Por qué les parece que esas dos banderas, la de feminismos y derechos humanos, son las más atacadas hoy? 

Ana: Creo que son los dos movimientos que han tenido la masividad, que han logrado interpelar al conjunto de la sociedad; tanto el movimiento de derechos humanos como el movimiento feminista ha logrado ser transversal a todas las tendencias. Y esa fuerza constituye una amenaza muy fuerte y ellos lo saben. Yo creo que los esfuerzos en desarmar todo esto es por la potencia que tiene en términos de transformación social, económica, subjetiva; por la fuerza y la potencia que tiene de interpelar al conjunto de sociedad, que se involucren personas que por ahí en la política no se meten tanto y en temas como derechos humanos y feminismos, sí. Eso es una fuerza muy grande. 

Después de marchar, les Nietes tocan en el piano de nuestra trinchera “Los dinosaurios” de Charly García. Y cuando terminan, aplauden y brindan por lo que están haciendo juntes. Historia, futuro, y presente.

Fotos: Lina Etchesuri

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