Nota
Escena Política Día 1: cómo se piensa la desobediencia cultural
El primer día intensivo del Congreso Transversal Escena Política movilizó cuerpos de artistas, periodistas, abogados y participantes desde el Centro Cultural Paco Urondo al Caras y Caretas. De la videoconferencia con Bifo y la acción de abogados manteros en pleno microcentro a los apuntes de talleres sobre el cuerpo, el pensamiento, el extractivismo, el baile y Lopérfido. Todo partió de una pregunta: cómo la inteligencia colectiva se organiza en acción. Apuntes de un día intenso.
La pregunta no era sencilla.
La respuesta, menos.
El primer día intensivo del Congreso Transversal Escena Política, tras la jornada de apertura en el Centro Cultural Caras y Caretas, comenzó a las 11 de la mañana en el Centro Cultural Paco Urondo, y durante todo el día se buscó la construcción de un pensamiento que respondiera a un interrogante inquietante: cómo la inteligencia colectiva se organiza en acción.
Por ese motivo, el día uno del Congreso arrancó con una videoconferencia con el filósofo, teórico de los medios y activista Franco Berardi, mejor conocido como Bifo, quien dialogó con un auditorio repleto durante dos horas. “Mi camino personal ha estado marcado en la percepción del hecho de que todo es posible. Es lo que lo que yo he aprendido de mi experiencia vital, pero al mismo tiempo me doy cuenta del hecho de que vivimos como una ceguera en la cual no somos capaces de ver cuántas posibilidades de aprender hay en el futuro”.
Los medios de comunicación juegan un papel clave en la construcción de esa ceguera. “Los media no nos dicen qué tenemos que pensar, porque somos libres y podemos pensar lo que queremos, lo que hacen es definir el contexto en el que podemos pensar, el imaginario. Los media son esencialmente herramientas de producción de la ceguera, no porque nos impiden ver sino porque transforman el campo amplio en un campo muy estrecho de probables”.
Bifo destacó el paro nacional de mujeres de Argentina y Polonia: “¿Cuál es la novedad? Se está manifestando la dimensión de la corporeidad como una autonomía de la corporeidad emocional, es como el territorio que el capitalismo neuro-totalitario no puede integrar en sí mismo”.
Abogados Manteros
Tras la videoconferencia comenzaron dos actividades en simultáneo. Una de ellas fue un diálogo peripatético que consistió en una caminata desde el Paco Urondo al Caras y Caretas. La otra fue una acción llamada “Abogados Manteros”, que consistió en ubicar a expertos y expertas en materia legal, con trayectorias en organismos de derechos humanos y litigios internacionales, en Lavalle y Florida, pleno microcentro porteño. Allí arrojaron mantas y realizaron consultas legales y jurídicas “a la gorra” (10 pesos), para visualizar una problemática que ha marcado al espacio público de la Ciudad de Buenos Aires en los últimos años: la persecución policial y estatal a los manteros.
El cuerpo social
De 15 a 18, ya en Caras y Caretas, se desarrollaron talleres con diversos colectivos. Uno de ellos –Contra la crítica- estuvo coordinado por lavaca y contó con la participación del filósofo, investigador y científico Miguel Benasayag, hoy radicado en Francia. “El cuerpo social actual se encuentra casi muerto, hacen falta muchas operaciones para sanarlo, pero ninguna hoy es posible”, sostuvo. “Grecia es un ejemplo: votás lo que querés, pero son los técnicos de la macroeconomía los que dominan. Lo es que todavía posible es lo imposible: desarrollar nuevas experiencias y paradigmas”.
En ese sentido, y a partir de su trabajo con el Foro Arte y Época, en Francia, Benasayag subrayó la importancia del arte. “El arte tiene esa posibilidad de no estar capturado por el objetivo. Aceptar la no finalidad como estructuración de mi acto tiene que ver con el arte, porque yo estoy en un aquí y ahora, en esta situación, y eso es lo más bello. Lo que podemos hacer es actuar con potencia, por y para la situación. Los límites son los que permiten la potencia: que haya cuerpos quiere decir que no todo es posible, pero que no todo sea posible implica pensar nuevos”.
Escapar de la pirámide
Luego de los talleres fue la puesta en común, donde se sintetizaron los principales aportes de los trabajos colectivos realizados en cada uno de ellos. El primero en hablar fue Benasayag, quien planteó qué puede hacer el arte por el periodismo. “Lo que tratamos de comprender es la relación entre la función del arte y los movimientos sociales, tratando de explicar -contrariamente a lo que pensaba mi generación- que el arte no es un mero instrumento del movimiento social. El arte puede dar a los movimientos sociales una estructura para que no queden entrampados en la búsqueda de puestos, de lugares, que lleva a esa repetición permanente del fracaso de los movimientos revolucionarios. La idea es que para poder escaparse de la disciplina actual, el rol del arte es fundamental porque en un mundo capturado por el utilitarismo, es lo único que te permite pensar dónde se encuentra un lugar que resiste a esto. Siempre se busca cuál es la llave del cambio, despreciando el camino, la multiplicidad conflictual, sin ver que el paradigma artístico es el único que permite pensar un modo de vida, de lucha, que no quede entrampado en esa visión de pirámide”.
Rajar de las estructuras
Desde el taller Primero hay que saber rajar (una escritura del agite), se planteó la importancia de ubicar la escritura al servicio de vincular vida y política. “La escritura concebida como una máquina al servicio de los comunes posibles. Una escritura que exagere, provoque cosas, que no sea solo de registro. Antes de la escritura hay un raje y un momento sensible que después se traduce a texto. Ya se va escribiendo antes de escribir”. Desde lxs participantes del taller subrayaron el Paro Nacional de Mujeres y al colectivo Ni Una Menos como un eje de vinculación para ejemplificar cómo la escritura debe responder a lo caliente, a lo que late, al murmullo que se escucha. Una mujer que participó en la movilización en Mar del Plata sostuvo: “Sentir esa indefensión y, al mismo tiempo, el sentimiento de comunidad de estar todos juntos. Lo que primaba ahí era la emoción. Había una subjetividad diferente donde se jugaban cosas nuevas que estaban presentes, pero más que nada en lo emocional. Eso quedó flotando. Algo que nos tocaba profundo, pero sin una respuesta intelectual. Lo importante es apropiarnos de la experiencia y ponerle palabras. Fue un paro, un parar para demorarse, de estar en lo que está pasando, de hurgar en otros sentidos. Y de parar a la violencia. De mantenerse vivo y bien potente. No explicarlo, ni representarlo o controlarlo, sino seguir sintiéndolo”.
La potencia es colectiva
Más ideas, esta vez acerca de lo se apuntó como un problema recurrente en los colectivos: “Una dificultad para hablarnos hacia dentro. En nuestro taller surgieron términos como: destapar, demostrar, convencer. Siempre cuando se habla a un otro se hace desde una verdad que descubriría algo, de alguien que es dueño de lo que dice. Pero si esa verdad es enunciada colectivamente tiene un valor más que una enunciación más. La potencia de la enunciación crece cuando es colectiva”.
Bailar
Desde el taller La hazaña colectiva (política del goce de la actividad nocturna de la Ciudad de Buenos Aires), coordinado por el club de baile Hiedrah: “Queríamos ser parte de una escena política. Nos empezamos a preguntar por qué teníamos tanta necesidad de bailar, y entendimos que esa necesidad expresa que el baile es un espacio de construcción cultural yde militancia social. Los cuerpos ordenados o desordenados son un espacio de gestión. Deconstruir qué significa para el neoliberalismo personas bailando en un espacio reducido. Discutir los microfascismos. Tomar la noche como espacio de encuentro de cuerpos, proponer un convide de otro tipo de dinámicas, estar atento a cómo encontrarnos”.
La captura de lo extractivo
Desde Contra la crítica surgió otra reflexión: “Hablamos de la relación entre ciencia, comunicación y arte. Para el proyecto macroeconómico actual que nos gobierna, un cuerpo es una cantidad de información, por lo tanto el objetivo de este poder es capturar toda esta información para capturar todo lo vivo. Y a eso llamamos modelo extractivo, entendido como un sistema de captura cultural, estética, política, económica. Pero los cuerpos tienen algo que no pueden disolverse en información, y para la neurociencia, en lugar de tomar ese dato como un síntoma de resistencia, lo decodifica como un error, como falta de información. Lo que le falta para perfeccionar la captura de lo vivo. Pero Lla vida es una trama de lazos sutiles imposibles de capturar. Por eso en esta época el sistema de resistencia está más en los signos a-semánticos porque no son capturables por el lenguaje, que es una máquina de dar sentido a lo que sentimos”.
El pescado
Al finalizar el día, el Colectivo Trabajadores de la Cultura dio una conferencia en un gran auditorio repleto. Los artistas analizaron lo que llamaron el Caso Lopérfido. El pez por la boca muere o cómo hacer saltar un Ministro con palabras. Se proyectaron videos que registraban distintos momento todo lo que sucedió desde las declaraciones del ex Ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, sobre los desaparecidos. Los trabajadores de la cultura independiente analizaron -cual conferencia teórica –académica- cómo acciona un colectivo frente a una coyuntura determinada, cuando lo que sucede lo mueve a hacer algo. También sumaron al debate cómo se generan ámbitos de participación política en acciones concretas.
La recopilación de materiales fue amplia y variada. Se pudo ver en pantalla gigante cuáles fueron las reuniones con representantes del poder gubernamental y cómo organizaron sus acciones artísticas para hacerle frente a cada contestación negativa sobre el pedido de renuncia. Se analizaron las estrategias discursivas del Gobierno de la Ciudad.
Los videos dieron cuenta de qué manera se sostuvo con el cuerpo la imagen de Lopérfido como un Ministro Negacionista. “Los artistas tenemos ojos y oídos en todas partes. Estamos en sus reuniones. Sabemos quiénes son. Eso nos sirvió para organizarnos”, sostuvieron y agregaron: “Hubo que trabajar para refinar la estética de las acciones y para que no quedara como algo endogámico del teatro y la danza. Cuando llegamos con el repudio al Bafici fue un salto”.
Por último, entre aplausos, cerraron la charla con una pregunta muy a tono con el Congreso: ¿Cómo se sigue?
La respuesta es parte del debate de este sábado.











Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
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