Nota
Evo y la nueva Constitución: Cómo fabricar un Estado
El gobierno boliviano logró un acuerdo con la oposición para materializar la Constitución que, estima, implicará una oportunidad para la construcción de un nuevo Estado. La sola mención del asunto llama a debate: ¿Será así? ¿Una posibilidad de realización más plena para la sociedad, o un emprolijamiento liberal y una nueva máquina de coerción? Alrededor de esos temas lavaca conversó con Jaime Parejas y Carlos Lara en Santa Cruz de la Sierra. Son representantes del gobierno y a la vez no dejan de marcar los límites de lo que ellos mismos están construyendo. Los enigmas entre el liberalismo y el socialismo.
“Sabemos que el Estado es un instrumento de dominación. Y siempre pensé que debe ser destruido para que exista una revolución. Pero ahora nos encontramos con que no podemos salir de ese marco ni construir imaginarios distintos a lo que es –hoy mismo- una relación de poder o jerárquica”.
Carlos Lara explica así a lavaca esta compleja cuestión que dibuja una intriga en esa mezcla boliviana tan típica de estos tiempos: el militante social con el funcionario público. ¿Cuáles son los caminos de la transformación? ¿La política estatal puede ser alguna vez una fórmula de cambio, o en realidad sigue siendo centralmente un modo de controlar a las sociedades? Cada charla en la Bolivia oficialista parece implicar una mezcla de pasión y cálculo, de esperanza y pragmatismo.
Carlos es autor del libro “Construcción Social del Estado”, se ha hecho exactamente tales preguntas, y es a la vez representante departamental del gobierno de Evo Morales a la Asamblea Constituyente. Jaime Parejas integra también la Representación Presidencial a la Asamblea, y la Corriente de Responsabilidad Ciudadana, que se ha planteado la inhóspita tarea de proponer aperturas y rupturas del sectarismo en esa ciudad más bien dominada la cerrazón y el sectarismo.
El poder político y empresario cruceño encaró acciones separatistas, además de simbolizar mecanismos neo feudales de concentración de tierras, control político y mediático, y liso y llano racismo contra los sectores pobres, obreros e indígenas. (El detalle sobre el tema y las respuestas de la sociedad en el barrio obrero e indígena Plan 3000, que proyecta convertirse en Ciudad Igualitaria, está contado en la nota Que se vayan todos, artículo publicado en Mu de octubre).
Para entender el choque
El gobierno de Evo Morales ganó las elecciones en diciembre de 2005 superando el 50% de los votos, cosa inédita en Bolivia. Planteó una Asamblea Constituyente que llevó adelante una propuesta constitucional novedosa, plagada de garantías para los ciudadanos, cargos revocables, reconocimiento de las autonomías de los pueblos originarios, reconociendo derechos y libertades que en Bolivia el poder político ignoró durante décadas.
Cuando los tradicionales sectores de poder, simbolizados en los prefectos (gobernadores) de los departamentos (provincias) más ricos, empezaron a percibir que el triunfo de Morales y su partido MAS (Movimiento al Socialismo) parecía una bisagra electoral en la historia del país comenzaron a plantear su “autonomía”.
Traducción: se dieron cuenta de que no hay mucha chance de que vuelvan a la presidencia con elecciones, y empezaron a promover movimientos separatistas de las provincias ricas.
Morales propuso un referéndum que en agosto lo ratificó con más votos aún, el 64%. Eso hizo crecer el conflicto, los prefectos entraron en crisis con el gobierno, que devolvió las gentilezas auspiciando movilizaciones sociales que bloquearon a las provincias ricas. Finalmente llegaron las negociaciones, acuerdos y cesiones mutuas con respecto a la Constitución, la posibilidad de Morales de ser reelecto una vez (y gobernar hasta el 2014) y la puesta en marcha del referéndum que determinará la entrada en vigencia de la nueva Constitución en 2009.
Los que proponen el No Estado
Lara es un hombre de izquierda: “Me han dicho guevarista, maoista, leninista, aunque la verdad es que lo que más me atrajo siempre es el anarquismo”. Tanto con él como con Jaime cuesta hacerse a la idea de lo que suele conocerse como “funcionario público”.
-¿Por qué cree que no se puede salir del marco de pensamiento estatal, y de las formas de pensamiento y relación de poder y jerárquicas?
-(Carlos Lara) La gente no es crítica todavía. Todo en su cabeza se formó con la concepción de la existencia del Estado. Los teóricos más avanzados aquí quieren imaginar que puede existir un Estado de naturaleza socialista. Pero le digo: ¿Qué Estado socialista podemos tener si la Constitución es netamente liberal?
-¿Liberal?
-(Jaime Parejas) Claro, tiene toda las estructuras liberales, aunque con mucha inclusión de derechos laborales, de salud, culturales, derechos colectivos, que rompen en parte la estructura convencional del derecho liberal, pero no se puede hablar de un esquema socialista.
-(Lara) Tiene aspectos revolucionarios, en el tema de la educación por ejemplo, donde plantea una revolución transformadora y crítica, descolonizadora. Pero el resto es un sustento del Estado, de la construcción de un nuevo Estado yo diría, con una perspectiva social.
-¿En qué se diferenciaría de lo actual?
-(Parejas) Primero, en que esta constitución ya no está hecha por una élite gobernante, de patrones, sino por el campesinado, por los barrios obreros e indígenas, todo discutido, elaborado, reflexionado. Usted, yo, todos. Y eso mismo va generando conciencia de lo que significa ser parte integrante de un Estado.
-(Lara) Y esa construcción estatal no puede negar las relaciones de poder. Pero paralelo a eso, también se ha ido desarrollando una concepción de Nación de los aymaras, chiquitanos, quechuas, que hasta pueden negar al propio Estado.
-¿Pero lo niegan, o lo integran?
-(Lara) No niegan al Estado, aunque pueden hacerlo. Pero no lo hacen porque voluntariamente se están incorporando a ser parte del Estado. Es otro proceso. No sé cómo seguirá. Pero de manera voluntaria estas naciones que podrían haber sido un No Estado, ahora van a ser parte del Estado que van construyendo ellos mismos. La nueva Constitución crea un Estado Plurinacional que incorpora a estas naciones.
Las ideas de los otros
-¿Se puede considerar voluntaria a esa incorporación, o no deja de ser una forma de las que tradicionalmente se conoce como “cooptación”?
-(Lara) El Estado mantiene al fin de cuentas todas sus categorías coercitivas, todo un aparato ideológico con un poder de represión estatal. Esto no va a cambiar mucho. La diferencia es que ahora es incluyente. Empieza a reconocer cosas inexistentes.
-(Parejas) Imagínese que el derecho ciudadano al voto existe recién desde 1952. La idea de democracia deliberativa, con referéndum, recién se ha incorporado. Son formas que tendrán que ir enriqueciéndose, como otro elemento de una democracia comunitaria. Como deberá ir creciendo esa participación de la economía comunitaria, el derecho colectivo, la justicia comunitaria campesino-indígena, que no ha sido normada pero que la Constitución manda normar.
-(Lara) Analizando todo el proceso, el Estado boliviano que se está construyendo tiene más proximidad con el poder del pueblo. El poder constituido (las instituciones) y el poder constituyente (la sociedad) se van acercando.
-Eso dicen todos, Carlos.
-(Lara) Pero aquí el Estado plantea que la soberanía se ejerce de manera directa por el pueblo, no sólo a través de los representantes. La diferencia entre Estado y sociedad puede achicarse ya que se da participación popular y se demanda que la sociedad tenga mayor conciencia, más capacidad de acción, dentro de la vida normada de manera colectiva.
-(Parejas) Las instituciones que hemos tenido son corporativas, antidemocráticas y elitistas. Aquí estamos planteando una nueva institucionalidad que rompa el statu quo y que desarticule la dominación que existe sobre la falsa conciencia de clase, que significa que la gente termina pensando con las ideas de los que la oprimen.
-Pero en esta misma tradición de ideas, ¿eso se puede lograr con un Estado que ustedes mismos califican como liberal?
-(Parejas) Sí, en la medida en que se logre combinar a esta constitución, que reconocemos como liberal, con la participación.
(Lara) Es importante mencionar que las corrientes que plantean la dictadura del proletariado no han entrado al debate de la Constituyente. Esas teorías fueron relegadas, y se le dio espacio al tema de la inclusión de los pueblos originarios indígenas. Eso no ha entroncado con el discurso del Estado Socialista o la dictadura proletaria, ni se ha logrado crear un ambiente de insurrección popular campesino indígena en ese sentido. No se está destruyendo al viejo Estado capitalista mediante la vía armada y revolucionario. No hay argumentos frente a una idea de revolución pacífica y transformación cultural, como plantea Evo. La variante proletaria está desenchufada. Sí está en marcha una idea de colocar en un nivel de menos poder a la burguesía. Sobre todo en Santa Cruz. En La Paz la burguesía ha tenido que empezar a cumplir su rol de clase productiva bajo nuevas reglas de juego. Aquí todavía hay un trabajo asalariado con niveles de sobreexplotación alarmantes y situaciones de servidumbre.
Entre la clase obrera y el progresismo
-Por momentos parece que este proceso es para alejar a Bolivia del feudalismo, por así decir. Una modernización y reconocimiento mínimo de instancias de ciudadanía. ¿Es un proceso de alivio de la pobreza, lo cual es crucial, o va más allá todavía, a una situación de transformación de fondo?
-(Parejas) Es una transformación, hay participación social fuerte, empoderamiento de los movimientos sociales. Mucha gente quiere sumarse porque no está de acuerdo con las políticas de la burguesía. Eso es transformador. Hay una transferencia de poder al pueblo. El elemento represivo del Estado son las Fuerzas Armadas. Pues bien, ahora el elemento de control social serán los movimientos sociales.
-¿Qué elementos son de verdadera transformación?
-(Lara) Por decirlo metafóricamente, el campesino ha levantado la cara. Eso es mucho. En Plan 3000 usted ha podido ver cómo la gente demostró que puede hacer su propia dinámica y cómo puede imponerse la voluntad de la masa. Esas cosas también se abrieron al haber un gobierno diferente.
-¿El gobierno abre a esas situaciones o es al revés: la situación general de rebeldía abrió la posibilidad de que Evo Morales llegue al poder? La gente ya venía levantando la cabeza: El Alto, la Guerra del Agua, la Guerra del gas….
-(Lara) Es cierto, pero hay una transformación que estamos viendo ahora. El kolla ya no es el “kolla de mierda”. Ahora aparece un elemento protagónico del proceso de transformación, aunque no sea una transformación socialista, troskista ni ensamblada en ningún proyecto clásico de la política. El obrero según la nueva Constitución es un ciudadano más, con sus derechos laborales, seguridad, pero no hay ninguna mención ni intención de colocar a la clase obrera como vanguardia o como sujeto o como direción revolucionaria. Nada de eso. por eso no es un proyecto socialista.
-Pero la intención con todo esto, ¿no es la de mantener una estructura vertical, recuperar legitimidad para el Estado y absorber de algún modo el potencial de los movimientos sociales?
-No es tan así. La gente ha influido en la Asamblea Constituyente, pero por la fuerza de abajo. Las propuestas vinieron de abajo, la gente se ha movilizado en torno a una representación que dio. El gobierno lo ha ido manejando porque hay diferentes intereses en juego, pero la gente lo está asumiendo como algo suyo.
(Parejas) Los medios plantean que este es un proceso comunista, de extrema izquierda e indigenista. Atemorizan a la clase media y a la clase trabajadora para que no acepten estos cambios, y en ese punto yo defiendo la idea de que el texto constitucional es netamente liberal, y busca una sociedad que sea progresista. El problema es que tenemos una derecha reaccionaria, fascista, sin un proceso teórico, que simplemente se manejada por el dinero y el racismo.
Maquillaje y más allá
-Eso ya se sabe. La consulta es si la Constituyente representa, según ustedes, a la sociedad, a los movimientos. Porque en realidad, terminó sumergida en la lógica partidista política que la gente rechazaba.
-(Parejas) Eso ocurrió. La asamblea volvió al partidismo como herramienta por encima de los movimientos sociales que fueron los que pusieron el cuerpo.
(Lara) Pero pasaron también cosas más ricas. Hubo partidos que se mantuvieron en su lógica, pero los representantes del MAS tuvieron un seguimiento permanente de los movimientos, que interactúan con sus representantes.
-¿Y cómo garantizar que una nueva Constitución no sea puro maquillaje?
-(Lara) El gobierno no necesita ir más allá del maquillaje. Pero necesariamente el nuevo texto será el que de las pautas para que lo haga. Ahorita mismo no puede hacer políticas de crédito. Pero si se logran instalar las autonomías indígenas, por ejemplo, los recursos irán allá directamente. Y ya vamos a ver qué significa eso en manos de pueblos que administren su propia comunidad y territorialidad.
-¿Cómo juegan en este marco las organizaciones no gubernamentales (oenegés) que se reproducen como conejos en Bolivia?
-(Parejas) Hay muchas oenegés de derecha dura que generan dependencia en las comunidades. Van a un lugar, generan un proyecto, consiguen fondos, y cuando se van todo sigue igual o peor que antes. Muchas fortalecen el imaginario de las clases dominantes.
-(Lara) Hubo un proyecto en San José, financiado con un millón de dólares para el pueblo ayoreo. Al margen de lo que se embolsillaron las autoridades municipales, llegaron 500.000 dólares para cultivar el maíz. Pero los ayoreos no son agricultores, ni siquiera son sedentarios. Son nómades, cazadores, recolectoes, artesanos. Los quisieron volver agricultores: tenían que ir a buscarlos al monte. Los subieron a unos tractores para sacarles fotos. Pero era todo falso. De paso, les querían enseñar español. ¿Quién sacaba rédito? Los técnicos y asesores y la propia oenegé.
Aprender a destruir al Estado
-Les quiero consultar por un riesgo teniendo en cuenta la historia y el continente: ¿no tienen ustedes demasiada confianza en la capacidad y en la intención del Estado de generar verdaderas transformaciones?
-(Lara) Bolivia tiene que vivir ese nuevo Estado e ir descubriendo la perversidad del Estado. Porque yo sé que es perverso, tanto para la realización del individuo como de la colectividad. Y para la vida humana. Pero eso aquí nunca se pudo descubrir.
-(Parejas) No se pudo, porque el empresariado, las élites, no quieren que haya Estado para poder así evadir sus responsabilidades y mantener situaciones de impunidad, servidumbre y hacer lo que quieren. Le tienen miedo al Estado y son ellos los que no han permitido que el Estado llegue a las comunidades.
-(Lara) Yo creo que tenemos que conocer al Estado para descubir en él sus sistema, y cómo abollirlo. El individuo tiene que ser constructor de su propia negación como ser estatal. Pero si no somos Estado, lo mejor es construirlo. Y si lo fabricamos nosotros mismos, vamos a conocer cada elemento de ese aparato. Es como un fabricante. Si lo estás construyendo, conoces sus piezas.
-¿Y entonces?
-(Lara) Entonces van a ser más sencillas dos cosas: destruirlo, o manejarlo a tu favor. No como ahora, que tenemos un Estado que nadie sabe de dónde surgió, sacramentado, que está ahí y parece una verdad previa a los seres humanos. En cambio ahora los indígenas están aprendiendo qué es ese Estado. O los pobres y trabajadores del Plan 3000. Saben para qué puede servir. Y empiezan a saber cómo manejarlo.
-¿Pero eso surge de la gente, o del MAS?
-(Parejas) De la gente. Y de una Constitución que no es el final, sino el comienzo de una transformación que hay que pensar a 20 o 30 años.
-Pero con la nueva Constitución, ¿qué sería lo nuevo, concretamente, en Bolivia?
-(Lara) Primero, la construcción de la ley marco para las autonomía. Y la elección de los que van a redactar la ley marco. Elecciones para presidente, para la Asamblea constitucional Plurinacional, la elaboración de leyes.
-Siento que si planteo este tipo de cuestiones en los barrios, me mirarían como a un extraterrestre que habla de cosas raras.
-Bueno, pero todas estas propuestas tendrán que ser refrendadas, sometidas a consultas. Todo se va a debatir. Nos vamos a aburrir de ir a consultas. Pero en todo caso volvemos a que lo principal es que la gente decida y conozca lo que se está haciendo.
-Algunos planteos critican la brecha del gobierno, entre discurso y práctica. Que no se ha tocado ningún resorte genuino de poder económico.
-(Parejas) En la Constitución sí que existen propuestas que apuntan al poder. Y por eso el rechazo que siempre han mostrado las clases dominantes. Ven que ahí el problema es el grado de estatismo que le da a la economía.
Control social o sociedad controlando
-Pero en casos como los hidrocarburos, la nacionalización vuelve a parecer más una declaración que una realidad.
-(Parejas) Tal vez no sea todo lo radical que uno querría, pero tampoco se pueden hacer las cosas muy distintas en estas condiciones, con una burguesía poderosa que puede aliarse con las multinacionales para destruir. Esto era lo tolerable. Pero
-(Lara) Yo siento que el solo hecho de dar derechos y beneficios a los obreros está dando un golpe a las empresas privadas, a los agroindustriales que producen soja que ahora deberán tener asegurada a la gente, pagar indemnizaciones y dejar de lado la servidumbre que sigue existiendo en la práctica.
-(Parejas) Es que yo creo que el propi Estado también tiene un comportamiento feudal, y en todo caso habrá que ir rompiendo esa falsa conciencia de clase que hace creer que el Estado está para representar a la sociedad inexorablemente.
-¿Cómo pensar que no se instaure una nueva burocracia formada por supuestos militantes que una vez en los cargos suelen olvidar el pasado y aferrarse a los sillones?
-(Lara) Va a haber más burocracia.
-¿Y más control social?
-Sí, pero no control del Estado a la sociedad. También se buscará el control social como forma en que el pueblo controle y demande al Estado.
-Las experiencias con fuerte incidencia estatal, como las de los países del Este, ya se saben qué tipo de situación generan.
-Es que se bloqueó la participación social. en lugar de disminuir el poder del Estado se lo aumentó. Si queremos ir como antesala a una sociedad comunista o socialistas, nuestra lógica no tiene que ser la de fortalecer al Estado como aparato ideológico y represivo. Aquí estamos en un momento previo, donde pensamos que hay que fabricar un Estado, tras siglos de no tenerlo, para que la gente pueda vivir. Y luego veremos
Nota
Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.
Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.
Por Sergio Ciancaglini
A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org
Sonrisas junto al paraíso
Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
Madre de la bombacha roja
Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
El día que se distanciaron
Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
La hora del secreto
Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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