#NiUnaMás
Femicidio de Anahí: piden investigar a sus amigos y condenan a un solo imputado
Hoy se celebró la última audiencia por el secuestro, violación y femicidio de Anahí Benítez: Marcos Bazán fue condenado a prisión perpetua, mientras que a Marcelo Villalba, de quien se encontró rastros de ADN en el cuerpo de la joven, se lo declaró por el momento inimputable alegando motivos psiquiátricos. Además, el TOC 7 de Lomas de Zamora pidió investigar por “falso testimonio” a tres amigos de Anahí. “Tenemos un montón de preguntas sin respuestas y mucha bronca porque pretenden involucrar al círculo de la víctima”, manifiesta a lavaca Quimey Barrera, de 15 años, alumna de la Escuela Nacional Antonio Mentruyt (ENAM), una comunidad que en este artículo plantea todas las dudas del proceso, y cómo continúa la lucha por verdad y justicia. A solo un día del Ni Una Menos, las jóvenes centran su grito en la justicia patriarcal: “En este mundo vivimos, en este mundo nos tenemos que desenvolver, en este mundo perdimos a una compañera y en este mundo están juzgando su caso, a ella y a sus amigos, en vez de a los verdaderos culpables, a quienes están encubriendo”.
Por Lucrecia Raimondi
La última audiencia del juicio por el secuestro, violación y femicidio de Anahí Benítez terminó con un único imputado sometido a proceso: Marcos Bazán fue condenado hoy a prisión perpetua por los delitos de “coautor de privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por alevosía, crimins causa y por mediar violencia de género, abuso sexual agravado por acceso carnal este último en carácter de partícipe necesario”. El TOC 7 de Lomas de Zamora pidió además extraer declaraciones testimoniales de la instrucción y del debate oral para que se investigue por falso testimonio a tres amigos de Anahí, a dos amigos y a la novia de Bazán. El otro acusado, Marcelo Villalba, de quien se encontró rastros de ADN en el cuerpo de Anahí, está detenido en una unidad psiquiátrica y por ahora el proceso en su contra está en suspenso; una junta médica lo declaró durante el juicio incapaz de someterse a proceso por padecer esquizofrenia en un estado crítico. “Ya sabíamos que iban a sentenciar a Bazán, pero estamos con mucha bronca e indignación con que sigan culpabilizando a los pibes, que los acusen de falso testimonio a Elías que era su novio, a Lautaro, su mejor amigo, y a Pedro, que era un conocido… Queda esa sensación de que no estamos satisfechos, tenemos un montón de preguntas sin respuestas y así no debería ser cerrado un juicio por el asesinato de una piba de 16 años”, manifiesta a lavaca Quimey Barrera, de 15 años, alumna de la Escuela Nacional Antonio Mentruyt (ENAM) de Banfield a donde iba Anahí Benítez.
La Comisión Verdad, Justicia y Transparencia por Anahí Benítez, integrada por ex alumnos que fueron amigos y compañeros de curso de la adolescente asesinada, junto con toda la comunidad educativa de la ENAM, se involucraron desde el minuto cero de su desaparición hace casi tres años. Ese compromiso continuó hasta el final del proceso y aseguran que seguirá hasta saber la verdad de qué pasó. “Este juicio no responde ni respondió las dudas que existen sobre el caso, procurando pasar cualquier cabo suelto que pueda llevar a una apelación. Desde la Comisión siempre fuimos claros exigiendo la reapertura de la investigación denunciando este juicio y a esta justicia patriarcal que lo único que hizo fue perpetuar la impunidad. Seguiremos luchando por conseguir una justicia real y transparente por nuestra compañera. Porque la única manera de que paguen los verdaderos culpables de la desaparición y femicidio de Anahí es denunciando todo este proceso, planteando la nulidad del juicio y una nueva investigación. Y exigimos que se juzgue a Marcelo Villalba, abusador de Anahí”, aseveraron en un comunicado cuando el Tribunal anunció que condenaría a Marcos Bazán.
La lucha por verdad, justicia y transparencia queda instalada en los pasillos y las aulas de la escuela, y está grabada a fuego en la memoria de una generación de adolescentes de la zona sur del conurbano que no se conforman con lo que les dicen jueces y fiscales sobre el femicidio de Anahí Benítez. “No tenemos confianza en este poder judicial, sabíamos que iba a terminar así, que lo iban a cerrar con muy pocas pruebas y que iban a ser contra marcos Bazán, que Villalba iba a terminar en un psiquiátrico. Sabíamos que iban a encubrir violadores y lo esperábamos. Pero este caso es mucho más complejo y las pruebas tan frágiles que hay no concuerdan con que se sepa que hay más gente, que hay un violador, que hay una comisaría, la 9na de Parque Barón que fue desmantelada por una red de trata y es la que se encargó, entre muchas comillas, de buscar a Anahí”, apuntó Quimey que se siente con “la bronca a flor de piel”. Y expresa con voz severa que a ella y sus compañeros les “hierve la sangre de bronca porque nos gustaría que las cosas sean diferentes”. Sigue: “No queremos seguir como desde hace tres años con la pregunta de qué le pasó a nuestra compañera. Eso nos pasa hoy en esta instancia compleja, que tan inteligentes fueron para cerrar todo tan rápido en una época que no podemos salir a cumplir nuestro derecho a manifestarnos, salir a la calle a gritar el nombre de mi compañera, porque estamos en una pandemia de mierda, somos menores de edad y no nos dejan salir solos”.
Ahora que terminó el juicio con sabor a impunidad, los jóvenes no piensan quedarse quietos: desde el Centro de estudiantes del ENAM manifestaron por redes sociales su descontento con la investigación y el proceso de debate oral y público. “Ya finalizado el juicio por nuestra compañera asesinada Anahí Benítez, expresamos nuestra enorme indignación y bronca ante los resultados. A solo un día del Ni Una Menos, seguimos confirmando cómo la justicia continúa encubriendo a la policía, a los violadores, a femicidas, redes de trata, y una larga cantidad de etcéteras. Fue juzgado solamente un acusado, cuándo la misma fiscalía reconoció que había muchos más implicados en el caso. No solo hubo infinidad de irregularidades y dudas en cuanto a la investigación, si no que ahora además de no haber siquiera cuestionado a la policía y el poder político, pretenden acusar a los amigos de la víctima. Desde el comienzo tanto la fiscalía como los jueces atacaron a les compañeres de Anahí en el momento de declarar. Nos parece sumamente hipócrita pretender culpabilizar a lxs pibxs, sabiendo que desde el principio lo único que hicieron fue encubrir tanto a Marcelo Villalba (violador de Anahí, quien no fue sentenciado) como a todos los demás responsables del femicidio de nuestra compañera”, expresaron en un comunicado donde también exigen que todos los verdaderos responsables sean juzgados y sentenciados.
Las preguntas y la bronca que queda
A casi tres años del femicidio, con una investigación que no fue y una condena sin todas las condenas que esperaban y con sospechas de otros implicados sueltos, lxs pibxs tienen más preguntas que respuestas:
“¿Qué pasó con Anahí los días que estuvo desaparecida? ¿Por qué le arrancaron páginas al diario de Anahí? La fiscalía confirmó que hay más implicados ¿Por qué no están acusados? ¿Por qué no encuentran relación entre Marcelo Villalba (violador comprobado y confeso) y Marcos Bazán? ¿Por qué cortaron la intervención de Villalba cuando estaba hablando, y luego lo declararon no apto psicológicamente? ¿Cómo fue transportada Anahí a la Reserva Natural Provincial Santa Catalina?”.
Desde que empezó el proceso, lxs pibxs percibieron que cuando fueron interrogados por los jueces y fiscales “no preguntaron con la misma severidad desde el estrado a las fuerzas policiales intervinientes y a cargo de la investigación, que durante los cuatro o cinco días que Anahí estuvo viva no actuaron eficazmente para evitar su asesinato”. Además, cuando piden que se reabra la investigación apuntan a las fuerzas de seguridad: “Varias comisarías de Lomas, entre ellas la novena de Parque Barón, la misma que llevaba a cabo la investigación del caso, se vieron implicadas en causas de trata de personas tiempo después del asesinato de Anahí”.
¿Qué sensación se quedaron con la condena a Bazán?
Con confusión. Se escuchaban insultos de la gente que estaba presenciando. Se sentía que había una resolución, que no se entendía bien y no tenías a nadie al lado que te lo explique. Es una desesperación no entender, de no poder estar ahí, de que los jueces no digan nada y no tenes a nadie que lo haya escuchado con vos al lado, que te lo explique, analizarlo. Estas sola en tu casa y lo único que tenes es la tele, la computadora, el celular y a tus amigos que te hablan desde sus casas con la misma sensación de confusión. Después cuando escuche a los abogados que dijeron que sí, que condenaron a Marcos Bazán, sentí una cachetada de impunidad y desinterés por el femicidio de mi compañera, ese es el sentimiento que queda. Maso menos lo esperas pero siempre tenes esa pizca de esperanza de que pueda ser diferente. Pero la desesperanza que se tiene frente a la Justicia parlamentaria, frente a estos jueces y el Poder Judicial tiene que quedar bien en claro que no significa que dejemos de exigir que se reabra la investigación y que todos los culpables estén tras las rejas, que haya juicio y castigo a los verdaderos femicidas de Anahí Benítez.
¿Qué hacer con la bronca?
La bronca y la tristeza tienen que ser utilizadas para arder, para que te movilice, para que siga siendo un reclamo, no para bajar los brazos y decir que no se puede hacer nada. Tenemos que luchar y gritar por el nombre de nuestra compañera. Cuando nos preguntan qué pensamos del Poder Judicial no sale toda la bronca, pero esa bronca la vvamos a utilizar para luchar, no nos vamos a quedar callados, pero a la vez las cosas deberían ser diferentes: la conclusión final es que tenemos que seguir exigiendo. Sabemos que esto no es un caso aislado, sabemos que el caso de Lucía Pérez a los asesinos, violadores y torturadores los juzgó solamente por tenencia de drogas. En ese mundo vivimos, en ese mundo nos tenemos que desenvolver y en ese mundo perdimos a una compañera, en ese mundo están juzgando su caso, a ella y a sus amigos, en vez de a los verdaderos culpables, a los están encubriendo. Entonces la postura que tenemos que tomar en este momento es la de visibilizar toda esa basura, pedir que se re investigue, visibilizar cómo actúa la justicia frente a los femicidios. Creo que ese es nuestro deber como estudiantes, ex alumnos y compañeros de Anahí Benítez.
Las dos justicias
Al día siguiente de que Anahí Benítez fuera encontrada asesinada, el lunes 5 de agosto de 2017 los chicos y las chicas de la ENAM organizaron una marcha en la Ciudad de Buenos Aires. Quimey estaba en primer año, tenía 12 y era seguridad de la columna de pibas y pibes estudiantes que salieron a exigir justicia por Anahí Benítez. En la 9 de Julio, Quimey recuerda que se encontró con una de sus mejores amigas de ese momento y que se dieron un abrazo que para ella fue el más contenedor en una situación “muy de mierda” como que la Policía encuentre muerta a una compañera de colegio después de estar seis días buscándola sin descanso. “Donde tenes un Estado que no hace nada para buscar a tu compañera, una Policía que te persigue, la única contención que encontras es el abrazo de tus pares y tus compañeros de lucha, aunque sean más grandes que vos”, define Quimey. El domingo 4 encontraron a Anahí en la reserva Santa Catalina de Parque Barón, donde una y otra vez los chicos y chicas fueron a buscarla. La Policía lo supo al mediodía, ellos se enteraron a la noche. “Estábamos en la ENAM, durante toda la tarde sin saber si era o no. A medianoche nos reúnen en el SUM y nos avisaron que era su cuerpo. En esa situación nada es contenedor, te podes abrazar y estar juntos es importante pero nada te contiene. Sí encontré la definición de contención al día siguiente cuando nos encontramos en las calles y en particular para mí ese abrazo que fue uno de los más significativos de mi vida. Ese día estábamos todos mal pero juntos en las calles luchando codo a codo, hombro a hombro primero con la consigna de Aparición con vida de Anahí Benítez y después por Justicia”.
¿Qué es para vos la verdad, la justicia y la transparencia?
La realidad y la verdad son subjetivas, pero hay cosas que son hechos que pasaron, que en este caso afectaron a Anahí Benítez. Alguien la violó, la torturó y la asesinó. La verdad que nosotros tenemos es que Anahí fue secuestrada, violada, torturada y asesinada. La verdad que no está siendo mostrada es quién hizo eso porque está siendo oculta, tergiversada, y esa verdad no la tenemos.
Hablando con la presidenta del centro me di cuenta de que hay dos tipos de justicia: la injusticia parlamentaria y el Poder Judicial que terminan jugando en contra de este tipo de víctimas como Anahí Benítez y las mil y un pibas que nunca volvieron a sus casas. Después está la justicia social, la justicia popular, que está en manos de cada uno de los que luchan, en las mías, en las de mis compañeros, en la de las familias.
Esa es la justicia que nosotros buscamos constantemente mostrar, que no se olvide el nombre, que se sepa que no estamos conformes con esa injusticia que nos quieren pintar de Justicia. En un juicio justo, en manos del Poder Judicial, tiene que haber una verdad que debe ser mostrada sin tergiversación de testimonios, tiene que haber pruebas fuertes, contundentes y estables, se tiene que ser transparente con lo que pasó con Anahí, que puede ser doloroso, pero es parte de saber la verdad y encontrar respuestas a nuestras preguntas. Si no hay transparencia no hay verdad y sin verdad no hay justicia. En el juicio que llevó adelante el Tribunal de Lomas de Zamora no tiene transparencia porque si no estarían respondidas las preguntas que tenemos y si dijeran toda la verdad, también. Entonces, sin esas dos cosas no tenemos justicia.
La justicia está en la calle
Sol Mc William de la Comisión Verdad, Justicia y Transparencia por Anahí Benítez, ex alumna y compañera de Anahí en la ENAM, estuvo frente a los Tribunales de Lomas de Zamora cuando el TOC 7 anunció que condenaría a Marcos Bazán. Para la concentración hicieron contacto con otras organizaciones, con los pibes del centro de estudiantes que no participan de la Comisión – que apoyaron por redes sociales – y con profesores de la ENAM. La necesidad de estar en la calle para el final del juicio respondió a ser “consecuentes con lo que nosotros planteamos de estar ahí presentes como estuvimos todos estos años”. Y contó que la tensión que se vivió el 27 de junio tuvo que ver con que sus dudas no se resuelven y “sabiendo que lo quieren cerrar a las apuradas en medio de una cuarentena”.
¿Qué los motivó a estar en la calle?
Frente a la sentencia no nos quedamos contentos con el cierre del juicio porque no estamos conformes con el proceso de investigación. Eso se tiene que ver que por más que los titulares de los diarios sean “perpetua para Bazán” nosotros no estamos conformes con esa situación, nosotros queremos saber qué es lo que pasó. Que se vea que las cosas no terminan acá.
¿Cuáles son las dudas que no les resolvió el juicio?
Son varios puntos pero el más destacable es que nosotres como compañeres y amigues de Anahí al día de hoy no sabemos que paso con nuestra compañera los seis días que estuvo desaparecida y que las pericias dicen que estuvo viva. A nosotres nadie nos puede responder esa pregunta. Después, la situación de Marcelo Villalba, como va a ser su juicio, si sigue incapacitado a nivel psiquiátrico o como lo van a juzgar.
No somos la justicia pero si entendemos que debe haber una investigación que se meta en todos los lugares donde se tienen que meter, que se escuche a la madre que dice que hay otros implicados, que se investigue realmente a quienes deben investigar. Cuando en ese momento empezamos a buscar a Anahí, como comunidad educativa nos encontramos con un montón de trabas por la inoperancia de la policía, el poco interés del gobierno municipal, provincial y nacional para buscar a nuestra compañera. Entonces apuntamos también a eso, a que las cosas no pasan porque sí, sino que hay una desidia del Estado que lleva a estas situaciones.
¿Por qué usan el concepto de transparencia?
Los últimos meses incorporamos la transparencia a raíz de todo lo que sentimos con el juicio y la investigación. Creemos que hay cosas que no están claras, que la resolución del juicio no son las que nos pueden llegar a dar una claridad alrededor del caso. Apelamos a la transparencia en ese aspecto, de que a nosotros nos tiene que quedar cien por ciento claro de quiénes son todos los responsables del femicidio de Anahí.
El legado de Anahí
En un comunicado en su cuenta de Instagram, al conocerse la sentencia, los amigos y compañeros de Anahí que integran la Comisión Verdad, Justicia y Transparencia publicaron: “Anahí era una piba que se organizaba para transformarlo todo, se movilizaba en defensa de la educación pública, por los derechos humanos, era partícipe del movimiento feminista movilizándose por el Ni Una Menos y contra la violencia hacia las mujeres y diversidades. Nosotres queremos recordarla de esa manea, levantando ese ejemplo de lucha y de organización”.
Sol cuenta que con Anahí fueron compañeras de curso por varios años, “hicimos el secundario hasta donde se pudo”. En contexto del cierre de etapa, de una lucha que continúa, la joven activa la memoria para traer a Anahí al presente: “Uno la tiende a recordar en los últimos momentos en que la vio y que estuvo con nosotros. Yo personalmente la recuerdo como una piba que peleaba, que se plantaba, que denunciaba todas estas cosas que nosotros ahora estamos lamentablemente denunciando”.
¿Cómo van a seguir la lucha?
Lo que la justicia hace siempre que es dejar impunes a violentos, a femicidas, a los violadores en pos de decirle a las mujeres y a las disidencias lo que pueden y no pueden hacer dejando impunes a quienes las lastiman. Por eso nos sostiene la indignación, la pelea política por que haya una justicia real por nuestra compañera. Es cuestión de organizarse y seguir planteando que independientemente qué se diga en la sentencia nosotros no estamos conformes con esta situación. Vamos a seguir de a pasos, organizadamente, cuidadamente, intentar seguir con esta línea. A lo que apuntamos nosotros es hacer que otra vez se vuelva a hablar del caso de Anahí, un poco más fuerte de lo que se venía haciendo, apelar a las organizaciones para no quedar solos entre los compañeros.
#NiUnaMás
Tras diez años de impunidad, hubo condena por el femicidio de Nancy Fernández
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro condenó a Juan Carlos Corvalán como autor del asesinato de Nancy Fernández, perteneciente a la comunidad qom del Tigre. El hecho ocurrió hace diez años. Nancy reclamaba por el crimen de su hija Micaela, que aún sigue impune. Por Anabella Arrascaeta.
Hubo un gesto de justicia, diez años después. El Tribunal Oral de San Isidro anunció la condena de Juan Carlos Corvalán por el crimen de Nancy Fernández. El 1°de octubre se conocerá la resolución final, el tiempo de la condena, y los fundamentos. El fallo fue unánime, y los magistrados señalaron que para tomar la decisión tuvieron en cuenta la perspectiva de género y el derecho internacional. En la calle estaba Lisette, la hija de Nancy, quien agradeció el apoyo con el que contó y anunció que continuará la lucha por esclarecer el crimen de su hermana Micaela.
Nancy y su hija Micaela. La madre comenzó su lucha buscando esclarecer la verdad sobre el crimen de la niña de 14 años (caratulado como suicidio), y también fue asesinada.
Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada. Ambas eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.
Pese a esta condena, el crimen de Micaela sigue impune porque fue caratulado como suicidio. Esta historia, se teje entonces entre muertes e impunidades. Y el entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse.
Los crímenes
En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”.
El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas.
Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada.
El reclamo de justicia
Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales.
La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estuvo presente en los Tribunales acompañando a Lisette.
“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.
Esa red garantizó por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organizó que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención.
La condena marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia.
“Es gracias al apoyo que ustedes me dan que yo puedo seguir de pie, la lucha sigue; hoy se hizo justicia por mi madre pero todavía falta justicia por mi hermana”, dijo Lisette en la puerta de los Tribunales tras conocerse la sentencia de Nancy, que tal vez sea apenas el primer paso para desentrañar el fondo de esta historia.
Nota
Diez años después: comienza el juicio por el femicidio de Nancy Fernández
Comienza este martes el juicio por el asesinato de Nancy Fernández que se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Por Anabella Arrascaeta.
Nancy tenía 36 años cuando el 2 de mayo de 2014 fue encontrada en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Venía reclamando justicia por su hija, Micaela Fernández (14), que un año antes había sido secuestrada, violada y asesinada (ambas en la foto de portada). Sin embargo, se caratuló el caso de Micaela como suicidio. El acusado es Juan Carlos Corvalán, conocido narco de la zona. Nancy y Micaela eran parte de la comunidad qom Yecthakay, de Tigre.
Esta historia, situada en el Municipio de Tigre, se teje entre muertes e impunidades. El crimen de Micaela Fernández fue caratulado como suicidio, y sigue impune. Este martes comienza entonces el juicio por el asesinato de su madre, Nancy Fernández, que se extenderá hasta el viernes 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 7 de San Isidro. Hay un solo imputado por el femicidio: Juan Carlos Corvalán, narco de la zona.
El entramado detrás de estas muertes sigue aún sin visibilizarse.
Nancy Fernández, de la comunidad qom del Tigre. La asesinaron porque seguía denunciando que el caso de su hija Micaela no había sido un suicidio, sino un asesinato (Foto de Canal Abierto)
Los crímenes
En 2013, cuando Micaela Fernández desapareció, su madre Nancy fue a la Comisaría 6ª de Talar pero no le quisieron tomar la denuncia; había sido secuestrada y violada por varios hombres. Cuando su hija apareció días después, con golpes, cortes en la cara y el pelo cortado, Nancy insistió en denunciar lo sucedido y otra vez volvieron a negarle ese derecho. En una entrevista con la TV Pública, Nancy reveló que la policía la llevó a la comisaria, donde la ataron y golpearon. Cuenta Nancy en el video: “India de mierda, me dijeron, te callás la boca, no vas a hablar vos”.
El 17 de febrero de 2013 Micaela apareció asesinada en la casa de Dante “Pato” Cenizo. Tenía un tiro en la cabeza. La investigación de su muerte estuvo a cargo del fiscal Diego Molina Pico, de la Fiscalía de El Talar, que a los pocos meses archivó la causa caratulada como suicidio. Dante “Pato” Cenizo solo estuvo preso por venta de drogas.
Un año después, mientras Nancy, reclamaba justicia y denunciaba la complicidad policial en la trama, la encontraron en su casa semidesnuda, violada y asfixiada. Ahora, diez años después, su muerte llega a Tribunales.
El reclamo de justicia
Nancy y su familia son parte de la comunidad Qom Yecthakay del partido de Tigre. Micaela tenía una hermana: Lisette Fernández, que tenía 12 años cuando asesinaron a su hermana, y 13 cuando asesinaron a su mamá. Cuando cumplió la mayoría de edad tomó el reclamo de justicia y se rodeó de las organizaciones que desde el territorio acompañan los reclamos por los femicidios locales.
La misma red que acompaña por ejemplo el reclamo de justicia por Luna Ortiz (asesinada en 2017 cuando tenía 19 años) estará presente en los Tribunales acompañando a Lisette.
“Es importante el acompañamiento porque es una causa fuerte. Esta red de mafia territorial se creía que al matar a Nancy y al morir su abuelo Eugenio de tristeza, Lisette no iba a hacer nada por su corta edad, pero cuando cumplió los 19 años decidió salir como particular damnificada, y es importante levantar junto a ella el pedido de justicia”, dice a lavaca Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz y miembro de la red que acompaña el pedido de justicia por Nancy y Micaela.
Marisa Rodríguez, la mamá de Luna Ortiz, junto a Lisette, hija de Nancy y hermana de Micaela que retomó el reclamo de justicia ante la audiencia que comenzará este martes 3.
Esa red garantiza por ejemplo que durante esta semana Lisette tenga cómo trasladarse al juicio, y se quede a dormir cerca de Tribunales. También organiza que la joven tenga la comida para la semana y las actividades de acompañamiento que sucederán en la calle mientras el proceso transcurre, además del claro apoyo y contención.
El juicio marca la posibilidad de empezar a desarmar el entramado de impunidad. Un primer paso en un largo camino que se inicia por juzgar como femicidio el crimen de Nancy, y que después pueda dar lugar a lo que todavía no se hizo increíblemente: vincular la muerte de Nancy con el crimen de su hija Micaela, y poder poner luz en la trama de responsabilidades y complicidades que mantuvieron durante 10 años sus femicidios sin justicia.
#NiUnaMás
201 femicidios y travesticidios en lo que va del año: datos del Observatorio Lucía Pérez
En los 244 días del año transcurridos hasta fin de agosto el Observatorio Lucía Pérez, primer padrón autogestionado y público de violencia patriarcal, registró 201 femicidios y travesticidios en todo el país. En el mes de agosto, además, se produjeron dos condenas históricas por los crímenes de Luana Ludueña en Córdoba y de Tehuel de la Torre en el gran Buenos Aires, que pueden conocerse en estos links.
De todos modos desde hace 1.297 días nos preguntamos ¿Dónde está Tehuel de la Torre? Su cuerpo sigue sin aparecer, aun cuando en un fallo histórico, Luis Alberto Ramos fue condenado a prisión perpetua por su crimen. Los jueces Claudio Joaquín Bernard, Ramiro Lorenzo y la jueza Silvia Hoerr, integrantes del Tribunal N° 2 en lo Criminal de La Plata, consideraron en el crimen el agravante de “odio a la identidad de género”, como lo planteaban la familia y la fiscalía. Es el primer juicio que incorpora esta mirada en el caso de un varón trans en nuestro país. Como el caso fue dividido, el otro imputado, Oscar Montes, tendrá un juicio por jurado popular sin fecha prevista aún.
Esos avances judiciales se producen mientras los números de la violencia siguen poniendo a la sociedad en la zona del horror.
Solo durante agosto hubo 25 femicidios. La más pequeña tenía 11 años, se llamaba Luján. Otro saldo estremecedor de lo que va del año es que ya hubo 18 infancias asesinadas como producto de esas situaciones de violencia criminal.
Se produjeron, además, 156 tentativas de femicidios en el año. Y 64 desapariciones que continúan sin respuesta y sin que se conozca el destino de esas desaparecidas.
Otro resultado que no suele tenerse presente como efecto de esa violencia sistémica: el número de huérfanos por femicidios ascendió, durante 2024, a 129.
Para seguir exigiendo justicia, se llevaron a cabo 226 marchas y movilizaciones contra la violencia patriarcal en todo el país.
El saldo actual arroja que hay 546 funcionarios denunciados. Es el registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Fuerzas de Seguridad e Iglesia Católicas. Actualizado diariamente, revisado mensualmente. El caso más difundido este mes fue el del ex presidente Alberto Fernández, al que se sumó el del diputado Germán Kiczka.
Estos números y estas situaciones no son cifras aisladas: representan la cartografía de la violencia patriarcal. Frente a esa realidad, el Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por Cooperativa lavaca. Se elaboran de modo autogestivo una serie de padrones que compartimos de manera libre en la web del Observatorio, los cuales comenzaron a materializarse en talleres realizados con víctimas de violencias, familias sobrevivientes de femicidios, organizaciones sociales y activistas del movimiento trans. Los datos así recogidos, sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país, son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas.
Todo la información producida es de público y libre acceso en www.observatorioluciaperez.org
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