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Femicidio de la periodista Griselda Blanco: sospechan de su ex pareja y de la policía local

El sábado fue encontrada muerta, estrangulada y con golpes en el cuerpo, en su casa en Curuzú Cuatiá, Corrientes. Griselda Blanco era periodista independiente y desde sus redes denunciaba al poder local, en particular compartiendo información sobre casos de abuso sexual, de impunidad policial y judicial. Por ello la fiscal que investiga su muerte no solo detuvo a su ex marido sino que pidió la intervención de fuerzas federales para evitar el encubrimiento de lo que pudo haber pasado. Tanto FATPREN como FOPEA se pronunciaron por el pronto esclarecimiento del femicidio. Por Bernardina Rosini.
Griselda Blanco vivía en Curuzú Cuatiá, Corrientes, como periodista independiente; publicaba información y realizaba vivos desde su cuenta de Facebook “Griselda Blanco Noticias”, donde cuenta con 5.000 seguidores. Desde allí también daba servicio a su comunidad, compartía necesidades de sus vecinos, reclamos y campañas solidarias. La noche del pasado viernes 19 realizó su última emisión en vivo.
Cálida y sonriente saludó a su audiencia. Y como otras tantas veces, compartió información sobre casos de abusos sexuales denunciados en su localidad y alrededores. Cansada de la inacción judicial frente a las presentaciones, en su última transmisión expresó: “¿Qué está pasando con la Justicia en esta provincia. ¿Cuándo van a proceder; cuando te maten, te mutilen, te corten la cabeza?”.
Horas antes, Griselda había compartido a su hijo Lautaro el teléfono de una abogada con la que se asesoraba para que la contactara por si le “pasaba algo”. Es que en el último tiempo estuvo recibiendo amenazas y era víctima de hostigamientos constantes.
En marzo difundió información que implicaba a un comisario denunciado por abuso sexual a compañeras de la fuerza en la localidad de Montecasero que habías sido trasladado a la comisaría 1° de Curuzú Cuatiá. Griselda ya había advertido sobre esta modalidad de encubrimiento e impunidad: miembros de la policía que, tras ser denunciados por distintos motivos, son transferidos a otros destinos.

El femicidio de Griselda Blanco
El cuerpo de Griselda fue encontrado por su hermana este sábado, tirado en el piso y con signos de haber sido golpeada. Sin enbargo, la policía local lo informó como un suicidio. Desde Corrientes Capital viajaron dos representantes de Fatpren (la federacion de periodistas), se entrevistaron con la fiscal María José Barrero Sahagun y objetaron que la investigación quede en manos de quienes podrían ser sospechosos del crimen. La fiscal decidió entonces apartar a la fuerza provincial y convocó a la Policía Federal. Envió también a Corrientes Capital el cuerpo para que se le practicara la autopsia, cuyos resultados serán conocidos hoy.
Griselda le había dejado el teléfono de la abogada Silvia Casarrubia a sus hijos «por si me pasa algo». Con ella se contactaron y les contó que le pidió ayuda para responder una carta documento que le había remitido el comisario Nicolás Romero, del que Griselda había difundido denuncias de abuso en su última transmisión de Facebook.
El relato de la doctora Casarrubia: «Este comisario fue recientemente trasladado a Curuzú Cutia. A pesar de que la información sobre las denuncias se publicaron en varios medios locales, solo le envió una carta documento a Griselda. Cuando ella me llamó me contó que estaba recibiendo amenazas, que la presionaban para que les diga quien les daba la información, porque ella denunciaba todo tipo de irregularidades. Yo le dije que se cuidara porque vivía en un pueblo chico. Ahora detuvieron a su pareja, Armado, de quien ella aprendió el oficio. Esperaremos las pericias y el avance de la investigación para ver si se corresponde con esta hipótesis, pero la fiscal aparto a la policía local porque todos los audios que le reenvié a los hijos expresaban claramente el temor de Griselda a esa fuerza. Al escucharla no quedan dudas que sentía una actitud hostil y amenazante por parte de la policía local, En los videos que hacia también queda claro: ella se sentía amenazada».
Su hijo Lautaro Cesani, quien encontró el cuerpo confirmó a la prensa estas sospechas: «Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron… Hoy fue nuestra madre y mañana puede ser cualquier persona de esta ciudad. Todo va a salir a la luz. Pedimos justicia porque es lo que ella hubiese querido y lo que se merece».
Lautaro además señaló que tampoco se trató de un robo, ya que las cosas de valor de su madre estaban allí y en principio el único objeto faltante era el celular con el que Griselda trabajaba.
Frente a la gravedad del hecho, tanto la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) como el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) solicitaron que se “extremen los cuidados para esclarecer el hecho” dado que los “recientes casos en los que estuvo trabajando exigen despejar toda duda sobre la autoría y la motivación de su trágica muerte”.
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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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