Nota
#FueraBarrick: respuestas y preguntas del nuevo derrame en Veladero
Un nuevo derrame en Veladero que explota la canadiense Barrick Gold fue confirmado por las autoridades oficiales e inquieta a los vecinos de Jáchal, que piden el cierre definitivo de la mina. Es el cuarto conocido en menos de un año y medio, mientras los estudios previos hallaron metales en los ríos y las causas judiciales por su contaminación no avanzan. La Asamblea: «Es la última prueba que se necesita para demostrar que la megaminería es inviable porque es altamente contaminante e inmanejable».
Un año y medio después del derrame de más millón de litros de agua cianurada, Jáchal amaneció hoy con la noticia de otro derrame en la mina Veladero que explota la multinacional Barrick Gold. El boca a boca comenzó a correr luego que el subsecretario de Información Pública de la provincia, Osvaldo Lima, lo confirmara oficialmente en radio Blu. “Anoche (22 horas) la empresa notificó de un incidente. Aparentemente se habría desconectado un caño, no con solución cianurada sino con material rico”, fue la explicación que inquietó a los vecinos y las vecinas, que en el plazo de un año y medio han sufrido al menos cuatro derrames confirmados por parte de la empresa. El Gobierno informó que una delegación de la Policía Minera encabezada por el secretario de Gestión Ambiental y Control Minero, Eduardo Machuca, estaba haciendo tareas de inspección en el lugar.
Ya al mediodía el Ministerio de Minería de la Provincia confirmó el derrame a través de un comunicado: “El Ministerio de Minería de la Provincia comunica que el día martes 28 de marzo de 2017 aproximadamente a las 22,30 horas, la empresa Barrick informó que entre las 17,15 a 17,30 hs. se produjo en la mina Veladero el desacople de cañerías ubicadas sobre un canal de contención que transportan solución rica (conduce oro y plata). Este desacople ocasionó arrastre y acumulación de material (ripio) contactado con solución rica que se depositó sobre un camino horizontal compactado. Asimismo, informa que al detectarse dicha situación se iniciaron trabajos para reparar la cañería y reingresar el material desde el dique de contención al Valle de Lixiviación”.
“Ya no te puedo decir que estamos sorprendidos: estamos acostumbrados”, dice a lavaca Nora Torres, integrante de la Asamblea Jáchal No se Toca. “Y ya sabemos que no podemos confiar en lo que nos dicen: la primera vez empezaron con miles de litros, y terminaron siendo un millón y tenía cianuro”.
El gobernador de San Juan, Sergio Uñac (FpV), habló con la prensa y dijo que “supuestamente no es algo grave” pero que iban a esperar el informe de la Policía Minera y del secretario Machuca para informar novedades. Sobre el derrame, sostuvo: “Aparentemente es solución rica de proceso”. Agregó: “La empresa con seguridad va a ser multada pero por ahí nos vamos quedando cortos con las sanciones porque tenemos un parámetro hasta dónde podemos sancionar”. Además, sostuvo que la megaminería es una actividad generadora de “riqueza” y que emplea a mucha gente, pero advirtió: “También hay que entender que no podemos descuidar el medio ambiente en función de los eventos que se vienen produciendo”.
Sin embargo, pese a la “riqueza” valorada por el gobernador, según el informe de la Dirección de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicado este martes por el INDEC, el Gran San Juan es el tercer anglomerado con mayor cantidad de pobres de la Argentina: el 43 por ciento está por debajo de la línea de pobreza, mientras que casi el 6 por ciento es indigente.
De todos modos, Uñac afirmó que iba a ser “implacable” en el cuidado del medio ambiente. Miriam Corso, de la Asamblea lo interpreta: “Lo lamentable es que no inviten a las organizaciones ni a nadie de Jáchal para ver las inspecciones que hacen. Nosotros somos el pueblo más afectado porque hay una corriente terrible desde Veladero a nuestro territorio. A todo esto, el intendente no aparece. El juez tampoco. Es muy triste que nuevamente estemos pasando nuevamente por esto”.
Agua no potable y represiones
La preocupación de la Asamblea tiene raíces en los derrames que han sufrido en el plazo de tan sólo 18 meses y que tienen comprobaciones científicas: las investigaciones de la Universidad de Cuyo detectaron en diversas localidades niveles de mercurio y otros metales por encima del Código Alimentario Argentino. “El río Jáchal está re mal, el agua no sirve para bebida de ganado ni para irrigación. Se van incrementando los elementos tóxicos. El aluminio y el manganeso están por encima de lo admisible”, había dicho a lavaca Saúl Zeballos cuando se conocieron los informes. De todos modos, pese a los informes, la Justicia y el Gobierno avalaron el reinicio de las tareas en Veladero luego de su clausura preventiva.
Los vecinos bloquearon en diciembre la entrada de la mina en protesta por la decisión judicial y gubernamental, pero el juez Pablo Oritja –el mismo que instruye la causa que debe investigar a Barrick Gold- emitió una orden desalojo que el secretario de Seguridad provincial, Gustavo Fariña, transformó en una violenta represión cristalizada en detenciones a 28 jóvenes y 2 niños transportados hacinados en camionetas durante 200 kilómetros. Además, los incomunicaron durante 10 horas.
Los perros de Barrick: jueces, funcionarios y policías contra Jáchal
Ese es el contexto bajo el cual Jáchal se enteró hoy de un nuevo derrame.
“Derrame comunicacional”
Según la empresa, el derrame se produjo cerca de las 22, horas después de que el gerente general de Veladero, Jorge Palmés, dijera en el programa de televisión Paren las rotativas que el derrame del año pasado había sido sólo “un derrame comunicacional”.
Dijo Palmés: «Hubo dos incidentes y el único incidente ambiental importante, que sí fue un derrame, no tuvo consecuencias ambientales y fue el de 2015. Lo del año pasado, en cambio, fue una cosa muy menor que se manejó muy mal internamente por la empresa».
En tanto, Lima dijo a radio Blu que las delegaciones provinciales de Minería no salieron a inspeccionar qué había ocurrido durante la noche a causa del temporal en la Provincia, sino que partieron “primera hora” de este miércoles. Señaló que eran encabezadas por el secretario de Gestión Ambiental y Control Minero, Eduardo Machuca. “Además de eso hemos pedido, y estamos chequeando, la información que brindan las cámaras de seguridad en el momento preciso en que ocurrió el incidente, de qué características fue y obviamente la serie de trabajos que se han hecho para remediar esa situación”.
Según lo comunicado por la Asamblea, la cámara de monitoreo correspondiente al lugar del derrame (Río Potrerillos) no funciona desde que se conoció la noticia. En cambio subieron a su página de Facebook un video que muestra el movimiento de máquinas a través de otra de las cámaras: “Las imágenes que pudimos recopilar y que ponemos a disposición muestran el trabajo de máquinas en lo que suponemos son labores de emergencia producto de este nuevo desastre”.
Qué es el «agua rica»
¿Qué quiere decir “material rico”? Explica Domingo Jofre, periodista de Radio Nacional de Jáchal e integrante de la Asamblea: “El proceso de lixiviación consiste en triturar roca, regarla con agua cianurada, separar los materiales y luego extraer la solución rica: es ni más ni menos que el cianuro con el agua que desprendió todos los minerales pesados. Eso va por una cañería a una planta de procesamiento donde se separan todos los materiales para darles sus destinos: los minerales son separados y al cianuro lo reutilizan. Tengamos en cuenta algo: el cianuro no sólo desprende el oro, sino toda la tabla periódica que tenga la roca”.
Marcelo Giraud, profesor del Departamento de Geografía de la Universidad de Cuyo, dio otra explicación: “El «material rico» (creo que evitaron decir «solución rica», término más común) es el que va de la pila de lixiviación a la planta de tratamiento, cargado con el mercurio, oro, cobre y plata disueltos por la solución cianurada con que se regó la pila. NO ES un «desecho» como se lee o escucha en algunos medios, sino justamente lo que se extrae de la roca triturada, para de allí obtener finalmente el oro y la plata”.
Para hacerlo más comprensible, Jofre sintetiza: “Mientras la solución cianurada es el agua con cianuro que viene de una planta y riega todo el valle de lixiviación, la solución rica es eso mismo pero con los minerales pesados desprendidos”. La explicación es importante ya que el funcionario Lima subrayó en la entrevista que el derrame no contenía cianuro. Jofre: “El funcionario está mintiendo: sí tiene cianuro. Y ese no es sólo el problema, sino todos los minerales pesados que desprende de la roca”.
La asamblea aún está esperando nueva información oficial. “Es el cuarto derrame producido de los que conocemos. Al del 2015 se le sumó el que ocurrió en septiembre del año pasado, cuando estábamos conmemorando el año del derrame. No tuvimos ninguna respuesta: sólo el procesamiento de 9 perejiles por parte del juez, pero nada más. Ni una multa. Sólo la promesa del gobernador de que la empresa no tenía más margen de error. Pero en enero ocurrió otro, no de solución cianurada sino de agua ácida producto de un túnel que han hecho. Las autoridades no dijeron nada, sólo que habían ordenado cerrar el túnel”.
El acabóse
La Asamblea Jáchal No se Toca emitió un comunicado en sus redes sociales.
- “En la noche de ayer, y ante el rumor de nuevo derrame, consultamos el monitoreo de la mina Veladero, y llamativamente la cámara del Rio Potrerillos NO TRANSMITIA. Las imágenes que pudimos recopilar y que ponemos a disposición muestran el trabajo de máquinas en lo que suponemos son labores de emergencia producto de este nuevo desastre.
Informan diarios locales que hay operarios internados, pero que a «simple vista» estarían «bien». De más está decir que cuanto se trata de Barrick Gold el ocultamiento es sistemático y los medios hegemónicos sanjuaninos muy diligentes a la hora de exculpar a empresa y gobierno, por lo que nuestro descreimiento es absoluto.
Instamos al pueblo de Jáchal y de Iglesia a autoconvocarse masivamente puesto que consideramos necesario el esclarecimiento y el CIERRE DEFINITIVO de la Mina Veladero. Hoy asamblea en la carpa a las 20 horas!! Sumate, cerra tu negocio, deja un cartel y sumate y exijamos unidos hoy más que nunca el cierre definitivo de la mina!”.
Jofre: “Ellos le llaman ´un nuevo incidente´, pero para nosotros es un derrame contaminante. Todavía no sabemos cantidades ni nada por el estilo. Los funcionarios dicen que gracias a las cámaras de seguridad que pusieron van a saber la hora, pero si ha vuelto a ocurrir quiere decir que los controles no funcionan y que las cámaras sólo sirven para saber en qué momento ya ocurrió. Esto es el acabóse, es el final: ni el Gobierno ni la empresa tienen ninguna forma de defender la actividad. Es la última prueba que necesitaban para demostrar que la megaminería es inviable porque es altamente contaminante e inmanejable. Punto”.
Nota
5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.
Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar
25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..
Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.
– Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.
Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.
–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.
Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.
La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:
Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género. Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.
El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.
Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.
Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como granaderos.

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.
El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.
La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?
Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.
La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:
“Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.
Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.
Nota
Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»
La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.
Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.
«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.
La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

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