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Hebe de Bonafini: «La democracia no se construye con más policías, palos y cárceles»
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo analiza la imagen de Juan Carlos Blumberg, el avance de ideas de derecha y las consecuencias de agitar las banderas de “mano dura”.
Hebe de Bonafini estaba cocinando una cima rellena en su casa de La Plata, y pidió unos minutos para terminar esa especie de artesanía gastronómica antes de volcarse a la entrevista.
En su ánimo y en su humor también había algo cocinándose durante los últimos días, a fuego no tan lento como el de la cima, tras la presentación de Juan Carlos Blumberg en el Congreso de la Nación con sus seguidores, sus petitorios, sus misterios, y su hostilidad. Se conoce cómo comenzó su historia pública, aunque nadie sabe muy bien en qué terminará.
En La Plata, Hebe de Bonafini terminó de preparar la cima y luego aceptó hablar sobre los sentimientos que le produce la aparición pública de un hombre que sostiene que los derechos humanos son para defender a los delincuentes.
-Estoy muy enojada con toda esta situación. El señor Blumberg es adicto a Pinochet -nada menos- y quería traer al candidato pinochetista para que hablara en el Congreso. La gente de su propia fundación se opuso. También tengo entendido que viene de una familia que ha simpatizado con el nazismo. Y sé que tiene custodia de la SIDE y anda en auto oficial. Entonces esto ya resulta demasiado. Ya uno tiene que pensar, además de todo lo que pensamos: ¿quién apuesta a este tipo?
-¿Esos datos son fidedignos?
-Me lo ha dicho gente de total confianza, y lo del auto y la custodia lo contaron en Radio Nacional. Se los dieron desde el Congreso, porque este hombre entra y sale de ahí como de su casa. Como si fuera un senador o un diputado, o más. Yo lo que quiero aclarar -si es posible- es que no le voy a aceptar a Blumberg eso de que los derechos humanos son para los delincuentes. No voy a permitir que nadie trate de delincuentes a mis hijos. El único delincuente es él, que está usando al hijo para ser candidato. Además quiero saber: ¿Quién le prestó la escalinata del Congreso para hacer el acto? Las Madres nunca pudimos ir al Parlamento. Nunca nos dejaban entrar, nos dejaban pasar de a una o de a dos. Una vez entramos porque nos hizo pasar Zamora y otra vez Claudio Lozano. Pero nunca pudimos ir a hablar con todos los diputados o senadores. Nunca nos atendieron. Yo quiero saber qué pasa, que este señor entra y sale y le dan la escalinata: cuando vamos las Madres nos ponen las vallas y la policía adelante, para que nos peguen. Entonces ¿quién le dio permiso a este señor? Me parece repugnante que los senadores y diputados a los que les estamos pagando, les den permiso a los fascistas para hablar en el Congreso.
-¿Cuál sería su interpretación sobre esa permisividad?
-Los que le dan el espacio son golpistas, querido, golpistas. La derecha está dándole duro al gobierno. Son los que no quieren al Presidente, ni a este gobierno. Los duhalidstas, los Ruckauf (Carlos), toda esa sarta de nazis que tenemos, que sabemos muy bien quiénes son. Todos los que están adentro del Parlamento, el mismo Scioli (Daniel Scioli, vicepresidente de la Nación): bueno señor acá están, él es de la misma calaña que Scioli. Hay que tener muchísimo cuidado con esa gente, porque no son amigos de nadie.
-Hay gente que toma a Blumberg como una expresión de quienes sienten inseguridad.
-Que se enteren bien de que es un pinochetista, y para cuando habla de democracia defiende el voto calificado, o cosas peores. Mirá qué clase de tipo es. Siniestro. Racista. Ya se sabe lo que opina de los pobres, y que nuestros hijos son delincuentes. Por tipos como ese, es que existió la dictadura. Por tipos como ese, mataron a 30.000 personas y asesinaron a 15.000 en las calles. Por tipos como ese, que apoyaron todo lo que pasó, es que el país está en la lona. Así que hay que tener mucho cuidado con los golpistas. ¿Quién le dio la escalinata? ¿Quién le da el coche? ¿Quién le pone la custodia? La verdad, estoy furiosa con todo esto.
-Una rareza: el estilo de movilización y de reclamo parece copiar una metodología de los movimientos sociales e incluso de los organismos de derechos humanos.
-Lo que más nos robó es otra cosa. Nos quiere robar la historia. Fijate que locura, que dicen «ay, por Blumberg se consiguió tal o cual ley». Y ya lo dijo Arslanián (Carlos León Arslanián, ministro de Seguridad y Justicia boanerense). Esas cosas ya estaban, nada se consiguió por Blumberg. Y otra cosa que es sumamente grave es la siguiente: cómo esta gente avanza sobre la idea de que más policía es más seguridad. Más palos, más seguridad, y más cárcel para los pobres, para los negros y para los marginados del sistema. ¿Cómo puede ser que se lo escuche, y se le de tanto espacio? ¿Y quién le dio el espacio? Hay que tenerlo clarísimo: Canal 9, Radio 10, Clarín y hasta Página/12 que le ha dado páginas y páginas que nunca nos dio a los organismos de derechos humanos. Nosotros también hacemos marchas, y qué marchas. Y a veces las ignoran. Hasta los diarios que se dicen de izquierda le dan lugar a estos fascistas.
-Sin embargo, ese diario publica artículos que cuestionan profundamente a Blumberg.
-Claro, le pegan a Blumberg pero le sacan cuatro páginas, seis páginas. ¿Por qué no le preguntan a otras personas lo que piensan? Escriben ellos, pero no le dan espacio a otras voces. Tendrían que darle más espacio a los que piensan diferente, no sólo a sus periodistas. Por ahí de lo que vos hacés o lo que decís, sacan cuatro rayitas y listo.
-¿Cuál sería la causa?
-La moda. Si no hablás de Blumberg, parecería que no sos un buen periodista. Y en realidad, cuanto más hablás, peor es.
-Reapareció, además, un discurso de cuestionamiento a los derechos humanos que no se oía desde hacía décadas. ¿Qué opina?
-Las madres no vamos a permitir que un nazi diga que nuestros hijos son delincuentes. Es Harguindeguy. (Albano Harguindeguy, general y ministro del Interior de la dictadura).
-¿Qué le parece que el gobierno debería plantear con relación a la inseguridad?
-La democracia no se basa en mano dura, más cana, más palos. Estaríamos a millones de años de la democracia de la que tanto se habla y con la que todos se hacen buches. La democracia no se construye con más policías, palos y cárceles. La democracia se construye con más escuelas, con más estudio, más hospitales, más gente que trabaje, más gente que no esté en la miseria.
-Esta policía ¿sigue siendo esencialmente la de la dictadura?
-Este que agarraron, el Hígado no sé cuanto, le pegaron un itakazo en la cara para dejarlo irreconocible. Uno puede pensar entonces que mataron a cualquier pobre desgraciado. ¿Qué vienen con ese discurso de que asaltó un banco y la pobre gente se pegó un susto bárbaro? Eso fue una parodia, un teatro, que nadie se puede creer. Porque esta policía está dirigida por estos gobernadores, y estos municipios que tienen los Patti y los Rico. Hay que tener mucho cuidado.
-Pero ¿cuál es la política que habría que seguir?
-¿Sabés qué pasa? Todo empieza con la formación. Se los forma con esa cabeza podrida del poder, de prepararlos para torturar, para robar y coimear.
Acá no hay ningún policía bien formado, porque están todos para la corrupción. Los altos jefes coimean, las comisarías se venden. Esa es la verdad. Los Duhalde, los Solá, los Ruckauf y toda la mafia, se llenan de plata con eso. Y también los municipios. Es de terror.
-Blumberg y quienes piensan como él, acusan al gobierno de no hacer lo suficiente con respecto a la seguridad.
-Dicen cualquier cosa, porque son golpistas. Quieren golpear al presidente. Es como el gobernador del Chaco (Roy Nikisch). ¿Por qué lo lleva preso a Castells? (Raúl Castells, creador del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados) Para ponerse contra Kirchner. De ahí nace toda esta basura. Y Castells también le pega a Kirchner. Lo mete preso el gobernador menemista, pero él aprovecha para pegarle al Presidente, y allá tiene todos los privilegios y la tribuna para hacer lo que quiera.
-Mientras tanto, el discurso de la seguridad queda en manos de quienes reclaman una supuesta mano dura.
-Vos fijate lo que hace la derecha. Se va a vivir a los countries. Primero eran lugares fantásticos, bellos y divinos. Después subieron los alambrados. Después pusieron gente en la puerta que te revisa y, si no te invitó nadie, no entrás ni loco. Después electrificaron. Después pusieron carritos de golf que andan vigilando, después cámaras. Cada vez se encierran más. Igual a veces se matan. Fijate lo que le pasó a María García Belsunce. Después que no nos vengan a reclamar seguridad, palos y mano dura. Si los chorros son ellos, se roban y se matan entre ellos.
-Usted habla de la derecha, pero al menos la primera movilización tuvo un apoyo relamente masivo, en muchos casos de gente bien intencionada que además no defendía un dogma ideológico.
-Los que eran bien intencionados ya se han dado cuenta. Fijate lo que pasó con lo del pibe que mataron en Mendoza , Bordón (aclaración: Blumberg, con una mezcla de impunidad, crueldad y falsedad asombrosas, justificó el asesinato de Sebastián Bordón a manos de la policía, repitiendo la teoría policial de que Sebastián se drogaba).
Los padres en seguida se dieron cuenta. Desde el primer momento nosotras dijimos que el tipo era un fascista. De todos modos te aclaro que a mí me da mucha pena ese chiquito Axel, que lo hayan matado, y que además haya tenido un padre así.
-¿Qué le recomendaría usted al gobierno con respecto a este tema?
-Ya que tenemos que seguir teniendo policía, cambiaría los planes de estudio. Sacaría a todos los profesores, y empezaría todo de cero.
¿Cómo en una comisaría va a haber picanas, todavía hoy? ¿Y las armas? Esas armas no tienen que estar en la comisaría. Eso hay que controlarlo. A mí no me alcanza con que vayan a las movilizaciones con palos y no con pistolas. Porque te llevan a la comisaría, y ahí tienen todo lo que necesitan.
La enseñanza es la que fracasa. Los tipos aprenden a torturar, a coimear, a robar, a golpear, y a tener a su servicio a los pobres pibes que llevan presos y después los usan para que roben, hasta que no les sirven más, les meten dos balazos y a la mierda.
-¿Cómo ve usted la cuestión de la seguridad en la provincia de Buenos Aires?
-Yo creo que Arslanián, por más buena voluntad que tenga, puede echar a 200.000 policías y no va a cambiar nada porque el resto se queda. Esto es como cuando tenés un cáncer generalizado. Te sacan un pedazo de pulmón, de hígado, te meten en la máquina, te meten drogas, pero el cáncer avanza igual. Acá es así. El cáncer está enquistado, y el cáncer son ellos.
Entonces por más buena voluntad que tenga Arslanián, no hay caso. Y Solá… Solá es un atorrante. ¿Qué querés con Solá, si está comprometido con cuanto comisario te puedas imaginar? Todos los comisarios que él pone, al rato los tienen que sacar. Y si hablamos del tema bonaerense, mataron a Kostecky y Santillán, pero ¿quién es el responsable? Para mí, Duhalde. Hay uno que pegó el tiro, pero hay una responsabilidad de los que estaban con Duhalde. Hasta ahí no se quiere enterrar el cuchillo.
Pero mientras siga toda esta gentuza suelta, se generan más secuestros y más inseguridad.
-Pero Hebe…
-Perdoname: ¿quién puede cortarle un dedo a un chico, como le pasó a ese muchacho que secuestraron, si no un tipo que sabe torturar? Hay que decirlo, por favor, esa era una de las torturas que la policía le hacía a nuestros hijos: les cortaban la punta de los dedos para que declararan. ¿Quién hace eso? ¿Un pichi? No, lo hace la cana. Esos son los métodos de torturas que aprendieron de los norteamericanos y nazis amigos del señor Blumberg.
-¿En qué medida todo esto afecta al gobierno?
-Blumberg es el golpismo. La situación es peligrosa para el Presidente porque es una situación de tipo golpista, que va preparando un terreno muy complicado. Muy jodido. Esto es lo que pasa. Le pegan al Presidente todo el día. Le pega Castells, le pega Blumberg, le pega Solá, le pegan todos. No son amigos del Presidente. Son de terror.
-¿Cree que la sociedad opina lo mismo?
-No sé. Pero a las Madres siempre tardan unos años en entendernos. Y después dicen: «ah, mirá, las Madres lo habían dicho. ¿Te acordás? Y tenían razón».
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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