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Jornadas La protesta social no es delito: el derecho a la vida digna
En el bar que administra el MTD de Solano, en el patio de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, tuvo lugar una nueva actividad en el marco de la Semana contra la Criminalización de la Protesta Social. Se trató de una charla con varios de los mismos protagonistas del vertiginoso itinerario por diversos espacios de la ciudad de Buenos Aires, en la ajetreada semana organizada por Alerta Salta. Y sin embargo, como apuntó Marina Schiffrin, docente neuquina procesada por un corte de ruta de 1997 y símbolo de la criminalización de la protesta social, esta vez la charla resultó distinta a las anteriores. Desde la misma disposición de las sillas, en círculo, al calor que desde la cocina salía al cruce de la noche preinvernal, la situación predispuso a lo que Marina llamó una «conversación entre compañeros».
Valdemar Jara, del MTD de Solano, ofició de moderador/presentador. Y a su turno, fueron hablando Hippie Fernández y Pepino Fernández de la Unión de Trabajadores de Desocupados (UTD) de General Mosconi, su abogada Mara Puntano, la mencionada Marina Schifrin, miembros de la Mesa de Escrache Popular, Claudio Pandolfi, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y Graciela Daleo, de la Cátedra de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras. Ya en la ronda de preguntas e intervenciones, se agregó una joven de la Multisectorial de organizaciones que lucha contra el régimen de los Rodríguez Saá en San Luis. Su relato, como el de todos, despertó interés por las difíciles condiciones de lucha y el hostigamiento incesante que reciben de los poderes establecidos. Más de 50 personas comenzaron escuchando el relato de los dos Fernández de la UTD de Mosconi. «Hippie» reseñó algunos de los elementos que han hecho de la organización a la que pertenece uno de los movimientos más interesantes dentro del abigarrado arco de organizaciones piqueteras. La universidad, los proyectos productivos, la vocación de autonomía frente al Estado y los partidos políticos, la radicalidad de los métodos de lucha, fueron enumerados por Hippie: «No sólo de protestas, sino de propuestas está hecha la UTD de Mosconi», resumió. Y lo que torna tanto más significativa la construcción de este movimiento social es el contexto singularmente represivo en el que le toca desenvolver sus prácticas. La dramática situación social que se vive en la ciudad de Mosconi, en la que las multinacionales del petróleo, que gozan de ingentes ganancias, tienen como contracara un desempleo masivo, sólo puede sostenerse en base a una constante represión, sintetizó. En un contexto de ese tipo, la solidaridad cobra singular importancia. La UTD, como otros luchadores sociales perseguidos y criminalizados, precisa estar rodeada de apoyo. Pepino Fernández fue quien destacó la importancia de este tema, al agradecer al Concejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras por el apoyo prestado. Esa fue una de las características de esta charla: la de subrayar el poder de la solidaridad. La abogada de la UTD Mara Puntano -defensora de más de 600 luchadores sociales en la provincia de Salta-, enfatizó la importancia que esos pequeños gestos pueden representar para la lucha contra la criminalización. «Cada persona que se solidariza, cada fax, cada email, es protagonista de la lucha -destacó-. Todo eso se imprime y va al expediente». Posteriormente, Graciela Daleo se reconoció sorprendida por las palabras de la abogada salteña. Según admitió, en los años 70 se tenía por menores esas ayudas apenas «morales». En su intervención se ocupó de desplazarse de esa antigua creencia: «La solidaridad no es el gran gesto absoluto, sino la suma de los pequeños gestos». Marina Schifrin narró su historia, que es la historia de las persecuciones de la justicia asociada
a los poderosos contra aquellos que no se doblegan fácilmente. En tanto docente y militante, fue una de las que impulsó las asambleas ciudadanas que culminaron en una serie de cortes de ruta en 1997. Por esas acciones, junto a varias otras personas, fue enjuiciada y hallada culpable. El resto de los procesados aceptó al recurso de la probation: el reconocimiento de la falta a cambio de la conmutación de la pena y su cumplimiento a través de tareas sociales. Marina no culpa a aquellos que optaron por esa vía -«son padres de familia»-, pero no aceptó 4esa salida. «No quise convalidar el dictamen de la justicia que establece que mi derecho a protestar por una vida digna es delito». El caso de Marina recorrió todas las instancias judiciales, y hoy se encuentra a la espera del fallo de la Corte Suprema de Justicia: en su caso se juega una cuota importante del destino de la lucha contra la criminalización de la protesta. Marina reconoce el atraso que hay en la articulación de todos aquellos que padecen la persecución por parte de la justicia. Prima el sectarismo y la desconfianza. «Por eso valoro el gesto de Alerta Salta, que sin conocerme me invitó y tomó mi caso sin pedirme prueba de sangre», ironizó. Sobre el final, Schifrin deslizó la posibilidad de constituir un Comité de Solidaridad Permanente con los afectados por la ola criminalizadora. Claudio Pandolfi, de la CORREPI, se mostró a continuación como alguien que viene meditando sobre este desafío. El problema, según él, es construir un discurso que permita el reconocimiento por parte de la mayoría de la sociedad de la justicia de los reclamos de las organizaciones sociales. «Debemos pasar a la ofensiva -propuso-. No se trata meramente de señalar que la protesta no es delito. Es preciso exigir que se cumplan los derechos que están estipulados en la Constitución y en la Convención Interamericana de Derechos Humanos». Contra los pruritos de la izquierda sobreideologizada, Pandolfi destacó el carácter estratégico de trabajar en terrenos no habitualmente transitados por las izquierdas, como los espacios legales existentes.” De lo contrario, el riesgo es quedar aislados de la sociedad”. El alegato que se entregará el viernes 11 en Tribunales toma la perspectiva de Pandolfi, según informó luego Claudia Acuña, de Alerta Salta. Se trata de extender los mecanismos de articulación con el resto de la sociedad a partir del reclamo por lo que aparece como evidente: el derecho a una vida digna.
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La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
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Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

