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Jornadas La protesta social no es delito: «El gran saqueo fue la privatización
«Nuestro pueblo no tiene gas y es el segundo productor de gas en el mundo», comenzó ayer Pepino Fernández, en la clase abierta que dio en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA junto a la docente rionegrina Marina Shiffrin, Hippie Fernández también de la UTD Mosconi, Mara Puntano abogada defensora de más de 600 luchadores sociales y Hugo Palamidessi representante del Grupo Moreno. «El gran saqueo lo hizo las privatizaciones, las petroleras que no hicieron ninguna clase de inversiones», sostuvo Pepino, el luchador más emblemático de la UTD Mosconi que carga con 76 causas relacionadas con la protesta social. Contó cómo junto a su pueblo habían parado los compresores que llevan gas a Bolivia y con la calma habitual dijo: «Y encima nos preguntaron qué era lo que queríamos…». Agregó que la empresa, luego de esa medida de fuerza para conseguir gas, llamativamente no hizo ninguna denuncia. «Los tubos estaban sobredimensionados, eso quiere decir que metían en ellos cinco veces más gas del declarado», explicó Pepino y concluyó: «Por eso somos la otra cara de la crisis energética». «Saqueo y destrucción de nuestras familias: eso es lo que están haciendo las multinacionales», dijo luego Hippie Fernández y siguió: «Destruyeron la salud y la escuela». Después, Hippie con orgullo comenzó a desplegar varios mapas en los que se detallan los diversos proyectos de la UTD Mosconi, entre ellos el más deseado: un Polo Petroquímico. Además enumeró: «obras deportivas, comunitarias y el año pasado inauguramos también una Universidad que hoy está en funcionamiento».
Bajo su lema «Protesta y Propuesta social», Hippie explicó cómo estaban construyendo todo lo que el Estado dejó de lado o bien destruyó y luego de hablar del desarrollo de su movimiento, planteó en concreto la recuperación del Estado a través de la recuperación de la salud y la educación. «Todo esto significa además, recuperar la dignidad», sostuvo. Marina Shiffrin, a su turno habló de las persecuciones a los luchadores rionegrinos: «Me llevaban citaciones cuatro gendarmes que se bajaban de un jeep y ahí me quedó claro el verdadero motivo de estas causas: asustar a los que luchamos», reflexionó Marina, quies hoy enseña Matemática en la Universidad del Comahue y que también está procesada por participar de manifestaciones sociales. El caso es de suma importancia pues ha sido el primero en llegar a la Corte Suprema de Justicia y de dictarse un fallo favorable, sentaría un precedente para los 3.000 luchadores sociales procesados por cortes de ruta y los 10 mil que hay entre toma de tierras, edificios, escraches, etc. Además de contar su historia, Marina celebró que estas discusiones pudieran darse en el ámbito de la Universidad y felicitó a los profesores por la clase, (entre los halagados estaba Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo y creadora de esa cátedra) y llamó a los más jóvenes a interesarse más por los problemas sociales, criticó el individualismo y reivindicó las protestas: «Piensen que esta Universidad en la que hoy estudian con mucho sacrificio seguramente, y en la que hoy podemos estar teniendo esta charla, es pública y que se consiguió también a través de la lucha», finalizó. Hugo Palamidessi, representante del Grupo Moreno de Pino Solanas comenzó así: «Estamos dedicados a denunciar el saqueo, desde el inicio, la cantidad de elementos y de situaciones que hicieron al desguace total del Estado». Dijo que todo empezó con las campañas mediáticas y siguió con un interesante recorrido: «Empezaron a hacerle la cabeza a la gente sobre la incompetencia del Estado; después vino el consiguiente desplomo de las empresas por diversos motivos, las tarifas, etc; esa caída se consumó con leyes truchas; siguió con el efecto directo sobre el trabajador público y gremios sindicales (algunos de estos también fueron beneficiarios de los procesos de privatización), los niveles de ganancias, luego, fueron desmesurados y ahí se produjo el proceso de concentración, incluso de grupos locales que después se vendieron a grupos del exterior «, relató Palamidessi. Para explicar el desguace, tomó dos ejes: los recursos naturales y otros bienes: «El caso paradigmático de los ferrocarriles y el modo en que se han perdido los trenes». Y el otro eje: los recursos humanos: «Todo el saber acumulado de los planteles técnicos, de esos grupos de personas con el capital del saber, gente que conocía bien el sector». Luego del recorrido, Palamidessi explicó que en los últimos años se habían creado nueve gasoductos para exportar gas a Brasil y a Chile y remató: «Si a las empresas les conviene mandarlo al exterior,¡ por qué lo van a dejar para abastecer al mercado interno? Ahí se produce el desabastecimiento. Pero esta crisis energética es producto de un juego del mercado y de las grandes empresas». «El verdadero gran saqueo», intervino al final Nora Cortiñas.
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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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