Nota
La ESMA, del banquillo al banco
Se postergó por segunda vez el inicio del juicio oral por los delitos cometidos en la ESMA, a raíz de la repentina decisión del Poder Ejecutivo de disponer una nueva integración del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 5.
La fecha próxima no fue dictada, y la espera de justicia abre la polémica.¿Qué significa que el juicio no comience este jueves, como estaba planeado, y su fecha esté nuevamente indefinida? En palabras del comunicado lanzado este martes 17, el directorio del Espacio para la Memoria señala: «Esto implica que tenemos que seguir esperando para que sean juzgados los represores de uno de los más grandes centros clandestinos que funcionó en nuestro país, y que sigan gozando de impunidad. Ya esperamos más de 30 años, no podemos seguir esperando; no queremos seguir esperando. Queremos justicia por todos los compañeros y que las madres y abuelas puedan vivirlo. Necesitamos justicia para poder decir genocida y que no sea sinónimo de impunidad».
El martes 17 de noviembre estaba programada una visita y conferencia de prensa en la Escuela Mecánica de la Armada, ahora ocuapda en parte por la Asociación Madres de Plaza deMayo, en parte por el Espacio para la Memoria. En ese marco y, desde las 11, los medios de comunicación pudieron recorrer guiados por especialistas las instalaciones del campo de concentración. Se abrieron las puertas – y evidencias – de aquel lugar tan tenebroso.
Cartografía del terrorLa ESMA es escalofriantemente grande; las pseudo calles se cuelan entre enormes edificios, cada uno asignado a una función específica de esa máquina de terror.
Ahora, Al fondo de la Enfermería, la Asociación Madres de Plaza de Mayo le pone vida al lugar con su espacio cultural. En el último edificio se alza el Casino de los Oficiales; y para llegar a su zona habremos pasado primero por el edificio de los Automotores – destinado la reparación mecánica de los Falcon sin patente-, la imprenta – donde se emitían documentos falsos-, el llamado Pabellón Coy y la mencionada Enfermería.
Por un costado, tras salir por una puerta lateral del Salon Dorado -hoy sede de la conferencia-, el guía lleva al tumulto de cámaras y libretas a la primera parada: el sótano. Y así anticipa el tono de la recorrida.
Al sótano lo separan no más de 20 escalones de la superficie. Debajo, una especie de galpón vacío se extiende 50 metros. Las separaciones están señaladas por carteles explicativos – al mejor estilo museo – que describe un sitio o transcribe algún testimonio. El primero de ellos, junto al umbral: «Por esta puerta, la mayoría de los desaparecidos fueron trasladados a su destino final».
El sótano funcionó, en efecto, como la principal sala de torturas. Todos los miércoles se renovaban los detenidos, y a aquellos que ya habían pasado por allí los trasladaban hacia Aeroparque. Y luego, historia conocida.
Está conectado mediante escaleras con diferentes arterias del edificio. La famosa Capucha, donde convivían los detenidos, una de ellas.
Otras separaciones distinguen oficinas y la llamada «huevera», donde se producía el material audiovisual para la difusión de la propaganda de la dictadura.
Salimos y el respiro nos dura hasta la nueva orden del guía. «Suban hasta el último piso». Y marchamos.
El primero y el segundo edificio no son parte de la recorrida; los carteles, sin embargo, muestran que allí estaban los dormitorios de los militares, tanto aquellos del Grupo de Tareas como los que trabajaban en la propia Escuela. Allí traían regularmente a sus respectivas familias, y en las escaleras mismas se cruzaban con los encapuchados detenidos. Todos sabían qué estaba pasando allí dentro.
Los pisos están alfombrados, hay lámparas, placards, ventanales y hasta un balcón. Bastante diferente de lo que se verá más arriba.
El tercero piso responde a la simetría propia del edificio: está separado en dos facciones iguales, pero con distintas funciones históricas.
A la izquierda, estaban las «cuchas» – en jerga militar – donde comían, dormían y vivían los detenidos-desaparecidos. Es la famosa Capucha, y se estima que se agrupaban allí alrededor de 100 o 150 personas; tres, en poco más de 2 metros cuadrados.
Las estructuras metálicas que sostienen el techo y el techo a dos aguas mismo son los únicos vestigios de los años siniestros. Los pisos y paredes fueron remodeladas ante una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1979. Visitar la Capucha, entonces, obliga a desatar la imaginación. No hay elementos que sensibilicen más que la articulación de los propios testimonios, como el que Víctor Basterra – detenido del 79 al 83 y acompañante de la visita- desparrama sobre el lugar: «Nos tenían con grilletes en los pies, maniatados y con una capucha en la cabeza» – de aquí el nombre del lugar -; «Comíamos mate cocido y pan a la mañana; un trozo de carne semi – podrida al mediodía; y la dieta se repetía en merienda y cena».
Sobre uno de los carteles que acompañan un sitio, el testimonio de Lila Pastoriza reza: «Estar en la Capucha: sin movilizarse, sin ver, sin saber quién me amenazaba o golpeaba, sin tener la menor idea sobre mi situación y destino».
Los testimonios coinciden en la suciedad y olor del lugar. Y recuerdan la música de Radio del Plata, a todo volumen, las 24 horas.
En el paso hasta la otra ala del piso tercero, hay dos cuartuchos: es el sector de las embarazadas. Las mujeres de panza eran trasladadas allí una vez pasado el séptimo mes. Una vez que daban a luz, volvían a la Capucha. Pero ya no acompañadas.
Los bebés eran apropiados por miembros de las Fuerzas Armadas o allegados a ella. El sector de embarazadas lo comandaba Héctor Febres, hace dos años encontrado muerto mientras se desarrollaba su juicio.
«De 30 partos, tan sólo 10 lograron restituir su identidad», asegura el guía.
Siguiendo el pasillo se abre el Pañol grande, subdividido en secciones.
Por una parte, se guardaban allí las pertenencias de los detenidos, producto del desvalijamiento de sus casas: cocinas, equipos de música, etc.
Supo estar también la llamada Pecera, sector que le vale su nombre a la estructura de acrílicos que formaban pequeñas oficinas. Allí trabajaban aquellos detenidos de los que se aprovechaba su capacidad intelectual; profesores, políticos, escritores, archivaban diarios o clasificaban información luego utilizada por las fuerzas. Se entiende que fue un sitio clave en relación directa con el proyecto político de Massera. «Hay que pensar que este lugar fue utilizado por los secuestrados como un lugar de resistencia, simulando estar recuperado de los valores, y permitirse sobrevivir. Muchos lo lograron, otros no».
Subiendo una escalera más desde el tercer piso, en el altillo, funcionó la Capuchita, sitio de tortura y hábitat para los detenidos que no eran de la ESMA. Allí fueron secuestrados decenas de personas por el Servicio de Inteligencia, y sólo cuando la Capucha rebalsaba, mandaban a detenidos por el Grupo de Tareas.
El cuarto está dividido por un gran tanque de agua – que consta en las declaraciones del juicio – y dos de sus cuatro paredes alojan marcas de los detenidos en el sitio. Se ve débilmente trazada una cruz, junto a la palabra «fe» y el nombre Mónica. Del otro lado, hay un pequeño corazón.
Su función era doble: contenía dos salas de tortura y otra para los secuestrados. Entonces, se dormía, comía y vivía junto a las sesiones de tortura.
Nos invitan a bajar al Salón Dorado; la visita termina, la conferencia está por empezar. De lo expuesto se destacó:
- La explicación y opinión de Víctor Basterra sobre la postergación del juicio oral:»Tengo entendido que se trasladó el juezGuillermoGordo; el mismomagistrado queformó parte del tribunal que condenó al prefectoHéctorFebres, pero que postergó mucho su enjuiciamiento. Y que además, enel momento final de eseproceso, el principal imputado, o bien se le permitió matarse, o bien lo mataron».Traducción: muy confiable no era este juez.
- Sigue Baszterra: «Además, al ser nombrado este sustituto, tengo entendido que fue recusado, o intenta recusarlo, la defensa de los militares. Es una pausa más a lo largo de, en mi caso, estos 25 años, pero seguimos peleando y no vamos a bajar los brazos. La herida tan profunda que le hicieron a la sociedad argentina, hace que uno se juramente para no olvidar, para no perdonar y para no reconciliarse».
- La explicación del abogado Adrián Gómez, representante de varias querellas -entre ellas la del propioBasterra-sobre la postergación del juicio: «A la justicia la vamos a respetar, pero no queremos dejar, bajo ningún punto de vista, la puerta abierta para que en algún momento los criterios políticos que cambian puedan afectar las sentencias que se dicten. Nosotros queremos sentencias sostenidas en el tiempo, que no puedan ser revisadas. No queremos que el día de mañana, los genocidas salgan a la calle diciendo que habían sido juzgados mal».
- Se agradeció insistentemente a la prensa por haber asistido y difundir la recorrida; que es una muestra de cara al postergado juicio.
En tanto, Madres, Abuelas y sobrevivientes observan como los victimarios eluden el banquillo y regresan al banco. Así es el entretiempo de la impunidad.
Nota
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo.
Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país.
Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle.
Video: Sebastián Smok.
De la economía popular a la formal
“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más.

No con el FMI
Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”.
Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.
Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”.
Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Significado de la libertad
Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.
¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)
¿Por qué creés que quieren que se termine?
Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable.
Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?
Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión.

Foto: Sol Tunni.
¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?
No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más.
¿Cómo volvemos para volver a ser marea?
Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.



Foto Sol Tunni.

Foto: Sol Tunni

Foto: Sebastián Smok
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
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