Nota
La Equidad es ley: evento oficial para apoyar un cambio de paradigma en los medios

Autoridades nacionales encabezaron en el Centro Cultural Kirchner el acto de presentación de la reglamentación de la ley de “Equidad en la representación de los géneros en los servicios de comunicación de la República Argentina», impulsada por organizaciones de periodistas y distintos sindicatos del rubro de la comunicación. Quiénes estuvieron presentes, qué dijeron y lo que plantea la Ley.
Participaron el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Ayelén Mazzina; la Ministra Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Kelly Olmos; el secretario de Medios y Comunicación Pública, Juan Ross; y la Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra. En el salón estuvieron presentes periodistas, sindicatos y universidades que impulsaron la ley y que tras su reglamentación forman parte de la mesa de trabajo encargada de avanzar en su aplicación. En primera fila estaban las integrantes de Periodistas Argentinas, entre ellas nuestra compañera Claudia Acuña.
El actual jefe de Gabinete, Agustín Rossi, comenzó felicitando a las trabajadoras de medios que impulsaron la norma. Dijo Rossi: “Cuando el Palacio funciona en sintonía con la calle suceden las mejores cosas. Las leyes y la reglamentación no son puntos de llegada sino de partida. Esta ley permite defender y ejercitar un derecho y que quienes lo ejercitan tengan una herramienta que los proteja. Ahora hay una expresión de la derecha política y social que cuestiona los mecanismos de inclusión, con una idea de sociedad patriarcal, autoritaria. No la podemos permitir”.
Vilma Ibarra, Secretaria Legal y Técnica, también se refirió a la reacción conservadora. “Sabemos el dolor, la lucha, los femicidios y los maltratos que tuvimos que pasar históricamente para ir conquistando derechos, aun sabiendo lo mucho que falta. Y esta reacción conservadora viene con un contenido muy fuerte de misoginia hacia los planes de vida libres”, dijo y enumeró que “esta Ley, IVE, Cupo Travesti Trans, y todos los derechos adquiridos, son contenidos de justicia social”.

Equidad es democracia
La Ministra Kelly Olmos fue la primera en tomar la palabra, ya que la cartera que encabeza es autoridad de aplicación de la norma. Olmos fue quien horas después de la reglamentación (publicada el último jueves 8 de junio en el Boletín Oficial) convocó a la conformación de una mesa de trabajo encargada de dar curso a la aplicación de la norma a través de foros participativos en las tres regiones del país. “No hay democracia plena, no hay posibilidad de justicia social sin equidad de género”, sostuvo Olmos. Y agregó que la reglamentación puso en marcha “un proceso que requiere voluntad política y cambio cultural”.
La Ministra Ayelen Mazzina también enmarcó la ley en una norma conseguida mientras se alcanzan los 40 años de democracia ininterrumpida en nuestro país. “Esta ley es un orgullo. Los momentos electorales son complejos y estamos envueltos en discursos de odio, discriminatorios, antidemocraticos, que claramente tienen un objeto: las feministas, las mujeres, las diversidades sexo genéricas, las que discuten, las que tienen voz pública. Me gustaría preguntar si dejamos que se siga legitimando la violencia; no vamos a dejar que eso siga sucediendo”. Además resaltó que la ley “no solo tiene perspectiva de género y derechos humanos sino también perspectiva federal”.
Los medios públicos
El Secretario de Medios y Comunicación Pública, Juan Ross, recordó que la ley fue sancionada por 61 senadores (unanimidad) y 134 diputados que generaron “una ley de avanzada”. Explicó además que se realizó un relevamiento y tres sociedades del Estado ya vienen trabajando en puntos de la ley. “Empezamos a implementar la política antes de la reglamentación”. Dio además otro dato: las tres sociedades del Estado están conducidas por mujeres. “Estas leyes siempre generan discusiones y debates y algunos sectores se vieron preocupados por el avance de la ley, por si condiciona la libertad de expresión. No es contra nadie sino que es por la equidad de los medios: sin ninguna dudas va a tender al fortalecimiento de los medios. Dedicarse a esto es mejorar la calidad comunicativa”.
Ross mencionó además el tema de pauta publicitaria, dijo: “Esta ley se mete con sentido positivo. Hay muchos que preferirían que se concentrarán en 3 ó 4 grupos de medios. Hoy los criterios merecen la incorporación de uno nuevo para la asignación de la pauta”.
Es que la ley que tiene por objeto promover la equidad en la representación de los géneros desde una perspectiva de diversidad sexual en los servicios de comunicación, consagra un régimen obligatorio para los servicios de comunicación operados por prestadores de gestión estatal y un régimen de promoción para los servicios de comunicación operados por prestadores de gestión privada con y sin fines de lucro.
Ley 27.635: La ley de Equidad
La Ley de Equidad en la Representación de los Géneros en los Servicios de Comunicación de la República Argentina, Ley 27.635, tiene como fin promover la representación de los géneros y diversidades en los medios de comunicación. Alcanza de forma obligatoria a los prestadores de gestión estatal nacional, aquellos que están en la esfera de Radio y Televisión Argentina S.E., Contenidos Públicos S.E., Télam S.E., así como a los servicios de comunicación del Estado nacional que se creen en el futuro. Para los Servicios de Comunicación operados por Prestadores de Gestión Privada se establece un régimen de promoción.
Asimismo, establece que para que haya equidad en los medios, deben cumplirse al menos cuatro de los siguientes requisitos:
1) Procesos de selección de personal basado en el respeto del principio de equidad en la representación de los géneros
2) Políticas de inclusión laboral con perspectiva de género y de diversidad sexual
3) Implementación de capacitaciones permanentes en temáticas de género y de comunicación igualitaria y no discriminatoria
4) Acciones para apoyar la distribución equitativa de las tareas de cuidado de las personas trabajadoras
5) Disposición de salas de lactancia y/o de centros de cuidado infantil
6) Promoción del uso de lenguaje inclusivo en cuanto al género en la producción y difusión de contenidos
7) Protocolo para la prevención de la violencia laboral y de género
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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