Nota
Lo que dejó el debate por el rol del Conicet: ¿para qué sirve financiar investigaciones en Ciencias Sociales?
Ezequiel Adamosky es doctor en Historia, investigador independiente del Conicet y recibió hace pocos días el premio Houssay por su labor en el área de las Ciencias Humanas. Le fue entregado en la Casa Rosada en los días que estuvo tomado el Ministerio de Ciencia y Técnica por el recorte presupuestario. Aprovechó la ocasión para entregar una carta de respaldo a la protesta, firmada por todos los distinguidos por ese premio; estuvo presente luego en la toma y participó activamente del debate en las redes sociales, contestando ataques que -según demuestra una investigación de la revista de divulgación científica El gato y la caja– estuvo orquestada, seguramente desde call centers contratados por… Toda esta experiencia le dejó como saldo un tema para seguir pensando y que desarrolla en este artículo: a pesar de los argumentos salvajes y pagos, es necesario explicar a la sociedad por qué financiar estudios sobre Ciencias Sociales.
(Ezequiel Adamovsky, para lavaca) Durante el reciente conflicto por los recortes de fondos en CONICET, el organismo recibió ataques inéditos en las redes sociales, lamentablemente levantados por la prensa como si se tratase de un “debate”.
Desde Twitter se convocó a la indignación por el hecho de que el Estado estuviera financiando lo que consideraban “investigaciones inútiles”. Con nombre y apellido, se pusieron en circulación títulos de publicaciones sobre temáticas que sonaban irrelevantes, incluso ridículas. Aparentemente parte de ese ataque fue políticamente orquestado. Así y todo, es importante hacerse cargo de los cuestionamientos.
¿Es realmente necesario que los dineros públicos se destinen a estudiar la revista Billiken o el teatro español del Siglo de Oro? ¿Sirve para algo que se investiguen las historietas de Fontanarrosa, las letras de cumbia, las antiguas literaturas escandinavas o la historia rusa del siglo XVIII?
Para entender por qué lo es, es preciso conocer cómo se organiza la producción científica en esas áreas y los modos a veces invisibles en que los saberes que producen impactan en la vida social.
Aquí van algunas claves.
- Para empezar, las investigaciones en ciencias sociales y humanidades sirven para muchas cosas bien concretas. Por dar algunos ejemplos: gracias a los geógrafos tenemos mapas y entendemos mejor los problemas de las economías regionales; sin los sociólogos no sabríamos cómo generar estadísticas sobre la pobreza ni cómo realizar encuestas; los antropólogos llevan a cabo una labor indispensable para el desarrollo de políticas enfocadas a los pueblos originarios; sin filósofos no podrían funcionar los comités de ética que debe haber en hospitales y en otras reparticiones públicas, etc. Podrían sumarse numerosos ejemplos a esta lista. Además, las investigaciones y debates que promueven los historiadores, antropólogos, geógrafos, sociólogos, etc. con frecuencia proveen ideas, información y conceptos para ayudarnos a entender el mundo en el que vivimos, quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Ayudan a pensar los problemas colectivos que enfrentamos y a imaginar maneras más justas de organizar la vida social. Aportan inclusive algunos de los términos que luego se vuelven de uso común. En nuestro país, “populismo” y “clientelismo” –dos conceptos fundamentales de los debates actuales– se pusieron en circulación originalmente entre investigadores, luego fueron retomados por la prensa y finalmente por el público general.
- Claro que también hay temas cuya aplicabilidad práctica parece menos evidente, algunos de los cuales motivaron las críticas al CONICET. En el terreno específico de las Humanidades (disciplinas como Historia, Antropología, Letras o Filosofía), las investigaciones del CONICET están en sintonía con lo que los organismos de Ciencia y Técnica hacen en todo el mundo. El CONICET brasileño (CNPq), por ejemplo, sostiene proyectos sobre temas como la filosofía de Kant, los manuscritos jesuíticos del siglo XVIII, la música en Angola o el debate de ideas en la Francia del siglo XVI. En los últimos años, el CONICET británico (el AHRC) financió trabajos sobre la acústica de las cuevas prehistóricas, la homosexualidad en la antigua Grecia, la poesía de Baudelaire o el arte en islas Fiji, entre muchas otras. De hecho, en 2016 el AHRC entregó fondos importantes para que una investigadora inglesa estudie la revista Billiken. Ni en Argentina ni en Gran Bretaña se trata de un absurdo: es la revista infantil más longeva del mundo. Su trayectoria permite entender mejor cómo hemos pensado (y cómo queremos pensar hoy) nuestra relación con los niños y con su educación. Y es también perfectamente normal que se estudien expresiones de la cultura de masas actual, para entender, por ejemplo, cómo se reproducen formas de discriminación de las mujeres o de las minorías étnicas, o cómo van cambiando las identidades nacionales, o el modo en que la cultura global afecta los escenarios locales. El CONICET norteamericano (NEH), por caso, financió a un investigador de ese país para que estudie las canciones de Sandro y la música de Gustavo Santaolalla.
- ¿Por qué se financian temas que parecen ser tan poco “útiles”? En todas las ciencias, estudiar alguna cosa pequeña y en apariencia irrelevante con frecuencia es un paso dentro de un programa más amplio, cuya importancia no se nota si uno mira solamente esa pieza. Los investigadores solemos ir publicando cada parte por separado, en artículos de revistas especializadas o en congresos, hasta que estamos en condiciones de unirlas a todas en un gran rompecabezas. Por ejemplo, podría parecer que estudiar las historietas de Fontanarrosa es una estupidez. Pero gracias a ello Néstor García Canclini pudo entender cómo funciona hoy la cultura latinoamericana y formular una teoría acerca de la cultura de masas en el escenario global. El concepto de “hibridación” que él desarrolló se estudia hoy en universidades de todo el mundo.
- Además, en la investigación científica, buena parte de los descubrimientos y desarrollos se dan “por casualidad”, mientras uno busca entender o estudiar otra cosa. Se calcula que no menos del 30% de los descubrimientos científicos en las ciencias “duras” tienen ese origen. Esas felices “casualidades” se vuelven más frecuentes a medida en que se acumulan más investigaciones, cuyos resultados permiten “atar cabos” y arribar a conocimiento nuevo. En ese sentido, no puede saberse de antemano qué investigación resultará “útil” (o dicho de otro modo, no existe indagación de la que pueda asegurarse que es “inútil”). En las humanidades pasa algo similar. Con permiso del lector, me permito dar un ejemplo personal. Alguna gente conoce mi trabajo sobre la historia de la clase media argentina, una cuestión que (espero) puede juzgarse como no del todo irrelevante. Lo que nadie sabe es cómo llegué a ese tema y de dónde saqué las herramientas para abordarlo. Ciertamente, no fue desde un interés inicial por la historia de la clase media, ni siquiera por la de la Argentina. Sería largo explicar los detalles, pero créanme que desarrollé el interés por ese tema y adquirí la perspectiva y las herramientas metodológicas que me permitieron investigarlo a partir de un proyecto anterior, que indagaba sobre la imagen de Rusia entre los franceses del siglo XVIII. Sobre eso fue mi investigación doctoral. No tengo dudas de que este tema podría haber sido juzgado como “irrelevante” por los tuiteros que atacaron al CONICET. Por supuesto que no lo es, aunque aquí no tenga espacio para explicar por qué. En cualquier caso, sin haber pasado por ese tema, yo no habría concebido mi trabajo posterior sobre la clase media argentina.
- Por lo mismo, a veces un rompecabezas no lo arma un investigador individualmente, sino el trabajo colectivo de la comunidad científica. Algunas indagaciones pueden parecer totalmente inútiles y permanecer muchos años sin que nadie les preste atención, para luego alimentar algún descubrimiento innovador. Doy el ejemplo más extremo que conozco. En el siglo XVII el filósofo Baruch Spinoza presentó ideas sobre el modo en que los cuerpos físicos se afectan unos a otros. Mucho tiempo después, a comienzos de nuestro siglo, académicos de diversas disciplinas comenzaron a aplicarlas para entender, entre otras cosas, el modo en que las ondas sonoras afectan al cuerpo humano y la vida social. Lo de Spinoza fue “inútil” durante siglos, hasta que alguien le encontró una aplicación práctica.
- Además, incluso las indagaciones humanísticas en apariencia más fútiles nutren también, de manera capilar, el desarrollo cultural del país, sin que se note a simple vista. Alguien podría preguntarse, con justa razón, “¿Me beneficia en algo que haya especialistas en literaturas escandinavas antiguas?”. Aunque pocos lo sospechen, hay una respuesta afirmativa para esa pregunta. Buenos Aires es considerada “capital cultural” de América Latina, entre otras cosas, por los escritores de renombre mundial que tuvo y tiene, por su robusta industria editorial, por sus notables librerías, por ser uno de los polos de innovación teatral más importantes del mundo, por sus museos, por sus debates intelectuales. Esa consideración no sólo es motivo de orgullo para todos los argentinos: el Estado y las agencias de viajes la usan incluso como argumento para atraer turistas. Nada de todo eso existiría sin escritores, artistas, directores de teatro, curadores de museos, críticos de arte e intelectuales. A su vez, su talento no viene de la nada: la gran mayoría de ellos se forma en nuestras universidades, leyendo investigaciones sobre sus respectivas áreas y adquiriendo conocimientos universales. ¿Qué aportó concretamente el saber sobre literatura escandinava medieval? Pocos lo recuerdan, pero Jorge Luis Borges fue un especialista en esa materia, sobre la que dictó clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA durante muchos años. Borges es mundialmente celebrado como uno de los mejores escritores de todos los tiempos, entre otras cosas, por el carácter “universal” de su literatura. Y los especialistas en su obra concuerdan en que ese carácter viene del amplio conocimiento que él tenía sobre las literaturas mundiales, la escandinava en particular. En otras palabras: Borges no habría sido Borges si no hubiese contado con saberes especializados sobre poesía inglesa o islandesa del medioevo (ámbito al que, además, dedicó algunos de sus cuentos y poemas). Y sin los Borges, sin Cortázar, sin Beatriz Sarlo, sin Rafael Spregelburd, sin Javier Daulte (por mencionar algunos de los creadores que pasaron por nuestras universidades), Buenos Aires no sería “capital cultural”.
En los últimos años el Estado destinó a Ciencia y Técnica alrededor de un 0,7% de su presupuesto, lo que supone una inversión proporcionalmente mucho menor a la de los países desarrollados e inclusive a la de muchos de los menos avanzados. De esa porción, el CONICET recibe aproximadamente la mitad (el resto va a otras dependencias). Los que nos dedicamos a ciencias sociales y humanas somos sólo el 22% de los investigadores de CONICET. Y de ese 20%, quienes nos ocupamos de temas propiamente “humanísticos” sin aplicabilidad práctica directa somos a su vez sólo una porción. Los salarios que recibimos, por otra parte, son bastante más bajos que los de los investigadores brasileños o mexicanos (para no mencionar los de los países del hemisferio norte) y suelen ser menores a los de un obrero calificado argentino. Por supuesto que, más allá de todo esto, es nuestra obligación bregar para que nuestras indagaciones tengan toda la transferencia posible a la sociedad que las financia. Y siempre se puede hacer un poco más en ese sentido. Pero los ciudadanos de este país pueden estar tranquilos de que los modestos fondos públicos que recibimos quienes investigamos en disciplinas humanísticas no caen en saco roto.
Nota
57 femicidios en el año, infancias huérfanas cada dos días: Informe mensual del Observatorio Lucía Pérez

Según datos del Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez, hubo 26 femicidios durante febrero, contabilizando un total de 57 en los dos primeros meses del año. Estos crímenes dejan, a la vez, un saldo de 35 infancias huérfanas. Si bien existe una ley que obliga al Estado a brindarles una protección integral económica, de acompañamiento y de acceso a la salud, desde que asumió la actual gestión no se otorgó ninguna: la Ley Brisa no se cumple. Los otros indicadores de la violencia patriarcal de este 2025: 43 intentos de femicidio, 15 desaparecidas, 595 funcionarios denunciados.
El cuerpo de Carolina Ríos, 43 años, fue encontrado por una de sus diez hijas. Maite y Carolina, las mayores, le pidieron luego a la prensa que difundiera este mensaje : “Necesitamos ayuda para poder criar, vestir y mandar a nuestros hermanitos a la escuela. Hoy estamos destruidas, y hacemos todo lo posible para seguir adelante y no quebrarnos ante nuestros hermanos menores».
Tres días antes asesinaban a Ailén Oggero, de 32 años, delante de sus hijos de 11 y 4 años. El mayor fue quien avisó del crimen a los vecinos.
A Otilia Cubilla Jara, de 65 años, también la encontró asesinada su propio hijo.
Estos son solo tres de los 26 femicidios y travesticidios que ocurrieron durante febrero.
Una síntesis de la violencia que marca los dos primeros meses del año:





Toda la información sobre cada uno de estos casos está disponible en la web del Observatorio Lucía Pérez, el primero y único autogestionado y público.
Una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por nuestra cooperativa.
Nota
Trabajadores de Morvillo toman la fábrica tras el anuncio del cierre de la planta, que implica 200 despidos

Una histórica empresa gráfica de Avellaneda -donde se imprimen títulos de la editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias– anunció su cierre dejando a 200 trabajadores en la calle. Se enteraron por un comunicado pasadas las once de la noche del martes y la respuesta fue unánime: ingresaron a la imprenta e iniciaron una permanencia pacífica en defensa de los puestos de trabajo. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la firma faltó a la audiencia. Los argumentos empresariales de caída de la producción y los argumentos obreros: “Somos las principales víctimas de esta situación”.
Por Lucas Pedulla
El obrero gráfico Enrique Andina terminó su jornada de trabajo en Anselmo Morvillo SRL a las 22 horas y se marchó a su casa, como todos sus compañeros, como todos los días. Muchos estaban llegando a sus hogares cuando pasadas las 23 horas les llegó un comunicado de la histórica imprenta, que terminaba de la siguiente manera:
“Con una tristeza difícil de describir tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante. Sabemos acerca del impacto, no sólo económico, sino emocional que tiene para cada uno dejar parte de nuestra historia en el recuerdo, y los relatos que hemos compartido siempre con nuestras familias. Le dejamos a cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su invaluable esfuerzo y el deseo de que todos puedan superar este trago amargo con la capacidad de levantarse que los caracteriza”.
El texto cerraba con esta firma: “La Dirección”.
Así como llegaron a sus casas, los obreros volvieron a la gráfica, ubicada en Avellaneda, municipio al sur del conurbano bonaerense. Andina contextualiza: “Somos 200 compañeros; yo tengo 17 años de trabajo y muchos tienen más de 30 y 40 años de antigüedad. En la pandemia vivimos una situación similar pero logramos mantener nuestras conquistas. Somos la gráfica que más cobraba dentro del gremio, pero esto fue imprevisto”.
La respuesta fue unánime: los trabajadores votaron la permanencia.
Avon, papel & toma
Anselmo Morvillo SRL inició sus actividades en 1974 desarrollando folletos cosméticos. En su página web cuentan que en 1988 incorporó la primera rotativa de tecnología de punta, “única en el país en esa época”, y sumó la segunda tres años después. Cuentan que crecieron más del 70% en la segunda década de los noventa y que hoy, en su planta de 13500 metros cuadrados de Avellaneda, los folletos comerciales representan un 70% de la producción, mientras que los trabajos editoriales significan el 30% restante. Andina cuenta que, entre las publicaciones, se encuentran títulos de la Editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias.
En el comunicado que “la Dirección” les mandó a los obreros, a quienes se refirió como “queridos compañeros de tantos años”, la empresa expresó su posición:
- “Hemos atravesado las reiteradas crisis económicas de nuestro país, los cambios en el mercado gráfico con la marcada implosión por el avance tecnológico y el comportamiento poco ético de algunos de nuestros colegas competidores”.
- “Fuimos golpeados por la Presentación en Concurso de algunos de nuestros clientes y por la Quiebra de nuestro cliente número dos, ARCA Distribuidores. Luego, a la escalada de precios internacionales de la mayoría de los insumos y repuestos, se le sumó la exigencia de pago anticipado del papel y la desaparición del crédito internacional. Todas situaciones que enfrentamos con mejor éxito que muchos de nuestros colegas”.
- “En el año 2014 RR Donelley cerró su planta de Argentina, en enero de 2016 AGR también cerró sus puertas, y en enero de 2020 IPESA cerró la mayor parte de su operación”. Una aclaración: tras el abandono empresarial, Donelley fue recuperada por sus trabajadores y trabajadoras y, hoy, es una cooperativa gestionada sin patrón.
La empresa describe un contexto “tan negativo” en el que inscribió la caída del 63% del volúmen de producción: “Avon, que como bien saben representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”.
Los trabajadores respondieron con la permanencia pacífica y otro comunicado que respondía los argumentos de la empresa: “Todos factores ajenos a la responsabilidad de los trabajadores, que somos las principales víctimas de esta situación”.
Gris de espera
Enrique Andina integra la Comisión Interna y explica: “Estamos en permanencia pacífica para preservar las fuentes de laburo. A lo largo del día se hizo presente el sindicato. Exigimos una presentación en el Ministerio de Trabajo y también hicimos un pedido de plenario de delegados para discutir con todos los delegados los pasos a seguir”.
El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no se presentó a la audiencia. “Está incumpliendo -dice Andina-. Mientras tanto, nosotros seguimos sin tener comunicación de la empresa. Tampoco atienden los teléfonos. La última comunicación oficial fue el comunicado de anoche. Eso deja un gris, porque estamos en la calle sin un mango, pero no hay un telegrama de despido ni nada”.
Los trabajadores tienen sólo rumores, desde un cierre definitivo hasta la posibilidad de la llegada de inversionistas “que reclaman despidos masivos”, según denuncian. “Se olfateaba que la situación venía rara, pero nadie pensó que todo fuera de esta manera -dice-. La convocatoria acá fue masiva, y agradecemos también que se acercaron de otras ramas, como médicos del Garrahan. La intención es difundir el conflicto y rodearlo de solidaridad para lograr lo que necesitamos, que es que la patronal se siente a discutir”.
Mientras esperan, en las próximas asambleas decidirán los pasos a seguir: “Es un golpe fuerte, pero uno tiene que estar fuerte, también, por la familia. La mayoría de los compañeros son sostén de hogar. Estamos dispuestas a lucharla hasta el final y no aflojarle hasta encontrar una solución, que es sostener las fuentes de trabajo con las mismas condiciones que teníamos hasta ayer antes de recibir el comunicado”.
Nota
Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

Empezó el segundo proceso judicial a integrantes de la lof mapuche, a quienes se les endilga el delito de usurpación en la localidad de Villa Mascardi, en Bariloche, Río Negro.
El juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal de General Roca y que se realizará de manera virtual, tendrá 132 testigos que serán llamados a declarar y como mínimo, se espera que dure hasta abril. Expresan desde la comunidad: “Somos sometidos injustamente, acusados de usurpar nuestro propio territorio, el mismo que libremente caminaron nuestros kuifikecheiem (antepasados) cuando aún no existían alambrados, ni parques nacionales, ni ningún winka que con su ambición destructora mirara nuestra tierra”.
Para entender el conflicto hay que retroceder a 2017, cuando la lof inició la recuperación de su territorio a partir del levantamiento de una machi –guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche–, y la construcción del rewe –un sitio sagrado de conexión con otras energías del espacio en donde la machi atendía a quien fuera a curarse–. La respuesta del Estado fue de terror: un operativo de desalojo comandado por la vigente ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que terminó con el asesinato de Rafael Nahuel, a manos del grupo Albatros de Prefectura, el 25 de noviembre de aquel 2017. Todo ese proceso derivó en el primer juicio contra la comunidad, donde fueron condenados siete mapuche.
Tiempo después del crimen de Rafita, la comunidad volvió al territorio hasta que en 2022, ya en el gobierno de Alberto Fernández, se ejecutó otro desalojo represivo.
En el juicio que arrancó hoy y continúa mañana, se juzga de la usurpación de distintos terrenos a Luciana Jaramillo, Yéssica Bonnefoi, Romina Rosas, Betiana Colhuan, Celeste Ardaiz Guenumil y Matías Santana. Se defienden desde la comunidad: “Nos encontramos frente a un contexto muy difícil alimentado por un sistema político y judicial perverso, que agudizó la persecución hacia el Mapuche con más violencia y encarcelamientos, con el fin de debilitarnos y quitarnos nuestro territorio”.
El juez a cargo se llama Alejandro Silva y es el mismo que presidió el proceso por el fusilamiento de Rafael Nahuel y que condenó a sus responsables con penas ínfimas.
Ataques
El contexto al que hacen referencia refiere a un gobierno que agudizó el hostigamiento preexistente hacia el pueblo mapuche, además de un avasallamiento de derechos a las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Algunos ejes de esa persecución: el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); el decreto que barrió a la Ley de Emergencia Territorial Indígena (26.160) que mantenía la suspensión de los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios y que allanó el terreno para el desarraigo de la comunidad Paillako a principio de este año; y el señalamiento sin pruebas como causantes de los incendios en la Patagonia. Por citar un caso, Victoria Heredia Núñez, integrante de Lof Pillan Mahuiza, cumple arresto domiciliario desde el 12 de febrero acusada del incendio en la Estancia Amancay, en la localidad chubutense de Trevelin, pese a demostrar mediante georreferenciación que al iniciarse el fuego estaba a más de 90 kilómetros.

La gente de la comunidad frente a la policía durante una inspección ocular en octubre de 2023. Fotos: Jaime Carriqueo
Absurdos
La defensa de la comunidad está a cargo de la Gremial de Abogadas y Abogados. Uno de ellos, Gustavo Franquet, le dice a lavaca ni bien concluida la primera audiencia: “Esto comenzó en 2017 y estamos en 2025; llevamos más de 7 años donde se supone que juzgados de instrucción federal, fiscalías federales, fuerzas federales de investigación como Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura investigaron a la comunidad y no pudieron conseguir elementos para acusarlos de otra cosa que no fuera usurpación, motivo por el que ni tendrían que estar en el banquillo. El Estado argentino, desde la Constitución de 1994, reconoce los derechos preexistentes de los pueblos originarios, por lo que no puede ni debe criminalizar el conflicto territorial; en una recuperación, no hay delito. Si esto fuera juzgado como corresponde, no pueden de ninguna manera condenar a nadie”.
En cuanto a cómo abrió el juicio, cuenta: “Sólo en un par de horas que duró, ya se cometieron varios despropósitos jurídicos, aunque estamos seguros que lo más horroroso de este juicio está por venir; vamos a escuchar cosas muchísimos más jodidas, hoy fue un precalentamiento”.
¿Qué despropósitos?
Entre las barbaridades que dijeron, hubo tres que no se pueden creer.
A una de las mujeres, Yéssica Bonefoi, la quisieron acusar de la usurpación de una cabaña, que cuando la fiscalía pidió la elevación a juicio, ni se mencionó. Fue algo insólito, porque no pueden inventar elementos nuevos. Pidieron un cuarto intermedio y cuando volvimos retiraron ese planteo porque obviamente estaba fuera de lugar. Es tanta la voluntad de persecución, de acusación gratuita, que ni se fijaron en eso.
Un segundo despropósito es que cuando se produce lo que llaman la usurpación del ex Hotel Mascardi, una de las acusadas (la machi Betiana) seguía siendo menor. Por ley de minoridad, hay todo un proceso que en este caso no se cumplió cuando se acusa a menores de entre 16 y 18 años y que ahora imposibilita al juez a dictar sentencia contra ella. Como una cuestión lógica le exigimos al juez que no la someta al juicio, y en vez de aceptarlo, dijo que lo va a decidir al final del proceso. Algo totalmente absurdo y re victimizante para la machi.
Y un tercer punto que es la pretensión de la fiscalía y de las querellas de que consideren a la usurpación como un delito continuado. Se denomina con esta tipificación a delitos como la desaparición forzada, o un secuestro, pero no a una usurpación, que es un tipo específico de hurto o de robo, en este caso de un inmueble. Si alguien comete un robo, el delito es en ese momento, no continúa en el tiempo. Ahí hay otro absurdo.
Truchos
En 2022, antes del segundo desalojo a la comunidad Lafken Winkul Mapu, se incendió un trailer y un remolque de Gendarmería. Desde los gobiernos provinciales y nacionales se acusó al pueblo mapuche, al igual que de usurpar una cabaña. Recuerda Gustavo: “Ahí empezó toda esta farsa. Esa zona está protegida por fuerzas federales, pero señalaron a la lof y así allanaron el camino para desalojarlos”.
Ese desalojo fue brutal, con más de 250 efectivos del Comando Unificado que irrumpieron en el territorio. Romina Rosas, una de las mapuche detenidas, estaba embarazada de ocho meses y fue golpeada y arrastrada por el piso; días después, parió a su bebé rodeada de policías. Celeste, decía esto de aquel 4 de octubre de 2022: “Me tiraron al suelo, a mí y a mi nena de 5 años. Nos apuntaron con el arma en la cabeza. Fue una cacería”.
Retoma Gustavo Franquet: “A las seis personas que están enfrentando el juicio jueces federales les dictaron su falta de mérito, porque no hay ningún elemento que los ligue a lo que se los acusa. Toda esta causa es trucha porque fue creada para criminalizar, para desalojar y para allanar a la comunidad. Y por ende, todo este juicio es trucho”.
Lafken, en mapudungún, significa espejo de agua. Winkul, espíritu guardián de la montaña. Y Mapu, tierra. Desde la lof Lafken Winkul Mapu, concluyen: “Seguimos llamando a la unión, a mantenernos fortalecidos en nuestro feientun (creencia) y esencia mapuche. A enfrentar al winka con nuestra verdad, por más que el aparato estatal utilice todos los medios a su alcance para difamarnos pretendiendo poner a la opinión pública en nuestra contra, con falsas acusaciones. Pero tenemos total confianza en la fortaleza de nuestro pueblo milenario que ha resistido y preservado el territorio a pesar de los atropellos”.

Matías Santana, la Machi Betiana, Luciana Jaramillo y Romina Rosas son cuatro de los seis acusados, durante la primera audiencia del juicio en su contra.
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