Nota
México: CNTE, reformas y represión después de Nochixtlán
El editor del diario La Jornada analiza México hoy, la masacre en la manifestación contra la reforma educativa y las perspectivas de la mesa de diálogo que se abrió tras las 10 muertes. Qué hay detrás de este masivo reclamo: las claves para entender por qué México grita basta. Por Fabrizio Lorusso, para Desinformémonos.
El editor del diario La Jornada analiza México hoy, la masacre en la manifestación contra la reforma educativa y las perspectivas de la mesa de diálogo que se abrió tras las 10 muertes. Qué hay detrás de este masivo reclamo: las claves para entender por qué México grita basta. Por Fabrizio Lorusso, para Desinformémonos.
El domingo 19 de junio hubo una matanza en Nochixtlán, en la mixteca oaxaqueña, la policía federal arremetió en contra de grupos de manifestantes, pobladores y docentes de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) y finalmente resultaron muertas 10 personas. Finalmente, el 22 de junio se reabrió una mesa de diálogo entre la Coordinadora y la Secretaría de Gobernación.
¿Tiene que haber una matanza para que pueda abrirse un diálogo en México?
Hay que dar el contexto. Había pasado un año sin diálogo entre la Coordinadora y el Gobierno Federal. El último que se había realizado fue el 4 de junio del año 2015, en donde varios de los más importantes dirigentes sindicales fueron trasladados en un avión militar a la Ciudad de México y sostuvieron una reunión en el campo militar número 1 con el Secretario de Gobernación. Lo que éste señaló es que ellos tenían que aceptar sus puntos, si no iba a ir la policía federal al Estado de Oaxaca. Estaban en puerta las elecciones intermedias parlamentarias de 2015.
Desde entonces, no había habido un diálogo formal, incluso los acuerdos que se habían tomado en el anterior fueron incumplidos por el gobierno. Entonces viene una ofensiva más o menos generalizada del gobierno contra los maestros que se resistían a la reforma educativa. En Oaxaca se intervino el Instituto de Educación Estatal, se congelaron las cuentas sindicales de los dirigentes y sus cuentas personales incluso, las cuentas del sindicato. Se dejó de pagar a los comisionados sindicales y después fue escalando para detener a distintos dirigentes. Primero el regional y luego el seccional, al punto de que hoy en día están presos en penales de alta seguridad ocho dirigentes, incluyendo al Secretario General, el de Organización y el de Finanzas.
De hecho, la reciente detención del Secretario General, Rubén Núñez, y el de Organización de Oaxaca, Francisco Villalobos, en el marco de la ofensiva de la Coordinadora iniciada el pasado 15 de mayo con un paro indefinido es lo que provoca un conjunto de bloqueos en prácticamente todo el estado pero de manera muy relevante en la región del Istmo. Bloqueos que llegan incluso a impedir el abasto de gasolina desde la refinería de Salina Cruz.
Viernes 17 en la noche más o menos comienzan los operativos de desalojo primero en el Istmo, y se van escalonando a lo largo del sábado. Allí no hay bajas graves, hay una actitud relativamente flexible de los padres de familia y de los maestros que bloquean las vías. Cuando pasa la policía hay refriegas, bombas molotov, enfrentamientos pero se repliegan y luego vuelven a instalar esos retenes.
Sin embargo, en Nochixtlán, entre Tlaxiaco y Huajuapan en la mixteca, la situación fue diferente. Nochixtlán es un municipio indígena, fue muy importante en los siglos XVIII y XIX y su nombre significa el “lugar de la grana, de la cochinilla”, con la cual se elaboraba el tinte rojo y buena parte de la riqueza oaxaqueña vienen de allí, de la explotación de ese tinte. Ese día era de mercado, lo que significa un día de plaza en que bajan más de dos mil vendedores y compradores, se hace trueque y es una jornada clave en la economía local.
Había un plantón de maestros que se había instalado desde antes y habían hecho bloqueos muy duros, pues como pueblo los mixtecos son muy aguerridos y combativos. En el primer operativo de desalojo de la policía la gente resistió pero se replegó. Era todavía relativamente temprano pero los policías terminaron agrediendo a la gente del municipio que estaba allí en el mercado y entonces los pobladores y los del mercado fueron rodeados e increpados. Se comenzaron a sonar las campanas en su defensa, para convocar a la gente a salir a las calles, se tiraron cohetones y la policía respondió disparando con el saldo que tenemos: es un saldo de 11 muertos, uno de estos no es de esta región sino que resultó muerto en otro desalojo en Piedras, cerca de la ciudad de Oaxaca.
Tras la refriega, había heridos de las comunidades y la policía dio la instrucción de no permitir que fueran atendidos en los centros médicos. El presidente municipal, un cacique priista, impidió que se usará la ambulancia que se había comprado con los recursos de los migrantes de Nochixtlán a su comunidad. La gente acabó prendiéndole fuego al palacio municipal y algún rancho de uno de los familiares más cercanos del presidente municipal que acabó huyendo.
El gobierno trató de negar los hechos. Primero dijo que los policías no iban armados, pero después por las evidencias de fotografías y grabaciones, y por la misma prensa internacional, tuvo que retroceder y decir que quien realizó los disparos habían sido grupos de francotiradores y encapuchados y esto no es cierto, no hay ningún testimonio de que así sea. Todos los muertos son del lado del pueblo y no hay nada más allí que ocultar.
A partir de ese momento siguieron los desalojos y otros bloqueos, por ejemplo en Hacienda Blanca o en Piedras, y siguió una situación de tensión, pero el escándalo que esto suscito obligó efectivamente al gobierno a tener que dar marcha atrás y a negociar, a abrir un diálogo.
Sobre el diálogo que empieza el 22 de junio, entre la Comisión Nacional Única de Negociación, establecida por la Asamblea Nacional de la CNTE, y el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ¿cómo ves las posibilidades o márgenes de maniobra de la CNTE dentro de este diálogo que, según las palabras del Secretario de Educación Aurelio Nuño, va a ser sobre cuestiones políticas y no sobre la reforma educativa?
Sentar al gobierno a negociar ya es un triunfo porque tenía un año negándose e negociar. El punto de partida son los acuerdos que ya se tenían establecidos desde el 4 de junio de 2015. Eso seguramente va a aparecer allí. La CNTE lo que está planteando es que se tiene que discutir el proyecto educativo del país, el Secretario de Educación puede decir lo que quiere pero no puede condicionar de qué se va a tratar el diálogo, ¿no?
O sea, en esa mesa la Coordinadora va a plantear sus puntos de vistas, cuyos ejes van a ser varios: primero, el problema de la represión, de los presos políticos, de pedir justicia para los asesinados y la reintegración de los maestros despedidos, y luego otro que tendrá que ser encontrar un corredor de salida para la discusión sobre la transformación de la educación en México. Esta resistencia de la Coordinadora tiene tres años y medio y no han podido frenarla. Comenzó en 2013, aunque la CNTE nació en 1979 y tiene una larga tradición de lucha, y en los últimos tres años y medio hubo paros nacionales, protestas, foros, pues hay una permanencia de la protesta con la que tienen que tratar finalmente. El gobierno apostó durante un año a debilitarla y los resultados están a la vista, no está debilitada.
Últimamente la CNTE han ido ganando incluso más legitimidad nacional y, en parte internacional, y a partir de mayo ha retomado la iniciativa y cierto protagonismo y mayor aprobación de la opinión pública, pese al cerco mediático. Ha habido cierta presencia y legitimación “cíclica” a partir del plantón del 2013 en el zocalo de la capital, pero hay momentos de mayor presencia mediática y fuerza negociadora.
Sí, ha habido protestas, después de lo que señalas, del desalojo del plantón del 2013, prácticamente todas las semanas en todo el país. Son protestas de distintos tipos, algunas son masivas y otras no, pero estamos hablando de movilizaciones generalizadas, aun con sus flujos y contraflujos, y son de alcance nacional por más que en los medios internacionales no se les quiera voltear a ver.
Considerando la carta de solidaridad a la CNTE, que también firmaste, y a los apoyos a los maestros por parte del EZLN, el CNI, el obispo de Saltillo Raúl Vera, Padre Solalinde, entre distintas organizaciones y grupos, ¿crees posible el desarrollo de un movimiento nacional más amplio de oposición y la opción de revertir la reforma educativa?
El movimiento magisterial en lo particular, los maestros más en lo general, y la educación pública están bajo ataque, no desde ahora, sino por lo menos desde el año 2010 en el cual la organización empresarial Mexicanos Primero, que dirige ahora Claudio X. González, emprendió una ofensiva en toda la línea, en medios de comunicación y con la elaboración de una película que se llama “De panzazo”, que es una copia de otra película que hizo la derecha estadounidense y se llama “Waiting for Superman”. Hay una ofensiva de estigmatización salvaje en contra del magisterio, en la que participan medios y agentes estatales, entre otros. Y esto limitó mucho las expresiones de solidaridad y apoyo hacia los maestros. Creo que hoy esta situación comienza a revertirse y el movimiento magisterial encuentra aliados fuera de su órbita natural. Decir “aliados” naturales del movimiento significa hablar los padres de familia en lugares como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán en donde los maestros son los intelectuales orgánicos de las comunidades y aldeas rurales. Esta convergencia social o alianza nunca se ha puesto en duda, y no tiene necesariamente una expresión con siglas partidaria. También participan allí movimientos sociales, etcétera. Pero ha tenido enormes dificultades este movimiento magisterial para saltar más allá de ese ámbito de los sectores “subalternos”, vamos a decirlo así, y ha logrado hoy construir relaciones más importantes con sectores intelectuales, académicos y de otro tipo.
Hasta donde vaya a dar una alianza de este tipo está por verse. En este país ese tipo de convergencias han mostrado ser muy frágiles, digamos. Pero lo que hoy se ha logrado es muy importante. ¿Se va a lograr construir una gran convergencia nacional que tenga en el magisterio su columna vertebral? Creo que no. Intermitentemente la CNTE lo ha intentado prácticamente desde su nacimiento. En 1983-84 convocó a un Frente nacional contra la austeridad y la carestía y creó el Comité de defensa popular tratando de enfrentar los primeros ciclos de reformas neoliberales, convocando a un paro cívico, y no tuvo suerte. Desde entonces ha intentado construir un gran frente nacional, eso está en su visión del mundo y de hacer política. Pero se ha topado con problemas por la naturaleza misma de su movimiento y también de los otros movimientos.
¿Qué comentarías acerca del respaldo que recientemente dio Andrés Manuel López Obrador, líder de Morena, a la CNTE?
Es un hecho novedoso. La CNTE desde su nacimiento se declaró como una fuerza independiente, claramente diferenciada del Estado, de las Iglesias y de todos los partidos políticos y como tal no realiza compromiso electoral alguno. No está atravesada por la dinámica electoral, sin embargo, en las pasadas elecciones del Estado de Oaxaca hubo una orientación de la Sección 22 de la CNTE de votar en contra de los partidos del Pacto por México, que votaron la Reforma Educativa (PRI, VERDE; PAN, PRD), y apoyar, sin decirlo explícitamente, a Morena y López Obrador, que se habían opuesto a las políticas neoliberales. En ese contexto varias corrientes del movimiento magisterial oaxaqueño hicieron una alianza electoral con Morena para los comicios del 5 de junio de 2016. En otros estados de la República también se dieron estos tipos de compromisos y Andrés Manuel lo ha expresado públicamente, pero son compromisos que se hacen a título individual o como corriente y no como movimiento magisterial como tal.
¿Puedes resumir la diferencia entre la CNTE (Coordinadora Nacional Trabajadores de la Educación) y el SNTE (Sindicato Nacional Trabajadores de la Educación) y los puntos más polémicos de la reforma “educativa”?
La CNTE (con C) forma parte del SNTE (con S), es una tendencia sindical dentro del sindicato que busca su democratización. Desde su nacimiento la Coordinadora ha tenido tres grandes objetivos: democratizar al sindicato, la educación y el país. Sin embargo, como corriente actúa dentro de un sindicato corporativo como es el SNTE, el cual tiene en su liderazgo estrechos vínculos con el poder. La CNTE controla una parte del sindicato y no éste como tal, pero esta diferenciada de sus líderes institucionales. Es una tendencia de clase en el interior del sindicato, en la que los maestros se reivindican como trabajadores de la educación y no como clase media.
La “reforma educativa” es realmente una reforma laboral y administrativa, no tiene contenidos pedagógicos sustantivos, no aborda los grandes problemas nacionales. ¿Cuáles son? Por un lado el rezago educativo, esto quiere decir que por ley es obligatorio que las personas mayores de 15 años hayan cursado 10 años de educación básica. Solamente los han cursado el 60% de la población, o sea 4 de cada 10 mexicanos mayores de 15 años no terminaron la escuela secundaria. Casi 7 millones de mexicanos mayores de 15 años viven en el analfabetismo, mientras que hay países con muchos menos recursos que México como Bolivia, Cuba o Venezuela, que han sido declarados territorios libres de analfabetismo por la UNESCO (ONU). Entonces este problema no se trata, como tampoco se trata del problema de la inequidad educativa. La mayoría de los recursos se concentran en los grandes centros urbanos de tal manera que el 40% de las escuelas en México son escuelas que se llaman “unitarias”. Esto quiere decir que en el mismo salón de clases el mismo maestro atiende de manera simultánea a niños de primero, segundo y tercer año. Y en estas escuelas no hay generalmente baños o agua potable, mobiliario, receptividad, etcétera. Hay una enorme inequidad y la reforma no aborda este aspecto. Este problema de inequidad expresa otro más profundo que es el de las grandes diferencias socioeconómicas y culturales que tiene el país. Esto no es realmente incorporado por esta reforma.
Entonces, ¿qué objetivos formales tiene la reforma? Dos. Uno, dicen, es recuperar la rectoría de la educación por parte del Estado. Hasta hora, se dice, la educación ha estado en manos del sindicato, del SNTE y de la CNTE, y se trata de que el Estado la recupere. Segundo, dicen, es impulsar una educación de calidad. Mas a la hora de definir “calidad” no la saben definir. En el artículo tercero de la Constitución y en las leyes reglamentarias hay definiciones distintas y se vuelve un verdadero galimatías. Es un concepto que viene del mundo empresarial y no de la pedagogía, pero bueno es un concepto que está de moda.
¿Cuál es el instrumento para recuperar esa calidad y la rectoría, según lo que plantean en la reforma?
La evaluación a los maestros. Una evaluación que, dicen los empresarios, debe de tener consecuencias, y es entendida como una medición a partir de un examen estándar para todo el país, lo mismo para las regiones ricas y pobres, de opción múltiple, es decir, que se trata de llenar bolitas. No se trata de una evaluación para ver qué funciona y qué no funciona y resolverlo, sino para sancionar y vigilar a los maestros.
Además, primero, hay que decir que en los hechos esta reforma lo que hace es crear un régimen laboral de excepción para los maestros acabando con la permanencia en el empleo. Tú antes, cuando ganabas tu plaza, sabías que, a excepción de que cometieras una falta grave, podías seguir trabajando como maestro hasta que te jubilaras. Eso se acabó a partir de ahora.
Segundo. La educación básica en México es una obligación del Estado. El Estado había creado un sistema de formación de maestros para impartir esa educación y era el “normalismo”, con la formación para maestros en las escuelas normales, un término que viene de la revolución francesa en la que se trataba de formar al hombre nuevo. Bueno el normalismo tenía la prerrogativa de que quienes iban a dar clases eran maestros egresados de sus aulas, o sea tenía conocimientos de didáctica, de la realidad con la que iban a trabajar y todo eso. Hoy eso se acaba con la reforma y cualquier persona, un contador, un dentista o un veterinario por ejemplo, puede pasar a dar clases de primaria, y es una condena de muerte del normalismo.
Tercero. La reforma avanza en la privatización de la educación pública en el sentido de que bajo el concepto de la autonomía escolar se traslada a las escuelas la responsabilidad de conseguir recursos para su funcionamiento, abriendo el paso, entonces, para que en México empiecen a instalarse escuelas chárter o escuelas por concertación. De tal manera que si la educación pública según la Constitución debe ser gratuita, hoy esa gratuidad está en entredicho, y eso explica por qué hay apoyo de muchos padres de familia a los maestros.
Prácticamente ya hay un sistema de cuotas.
Sí, si los padres no pueden pagar, finalmente son sancionados, pueden sacar a sus hijos, y ya sucede en los hechos aunque formalmente no se reconozca. Los padres tienen que pagar cuotas para el mantenimiento de las instalaciones, o para pagar la luz, de manera cada vez más creciente. Es como un sistema de cuotas escondido porque dicen que no es así pero bajo el concepto de autonomía escolar se avanza en esa dirección.
¿Por qué ahora es más fácil despedir a los maestros? Por ejemplo con tres faltas injustificadas…
La regla según la cual se podía ser despedido tras tres faltas injustificadas ya existía antes, pero más bien lo nuevo es que el maestro tiene una espada de Damocles sobre su cabeza, por buen maestro que sea. Porque se tiene que estar evaluando permanentemente y si no pasa ese examen estandarizado, que evalúa de la misma manera a un maestro que da clases en la montaña de Guerrero y a uno de una zona de clase media de una ciudad como Monterrey, es removido de su empleo.
¿Entonces, no es que los maestros no quieren ser evaluados, como se dice comúnmente y en parte de la prensa?
No, ellos dicen que la evaluación es necesaria. Evalúan a sus alumnos todo el tiempo y los maestros ya son evaluados en lo que era el sistema de carrera magisterial que existía hasta ahora y que se quitó con la reforma. Pero lo que dicen es que hace falta una evaluación para ver lo que no funciona y solucionarlo, para ver lo que está bien y entonces aplicarlo. Una evaluación en la que se tienen que incorporar a sus pares, entonces a otros maestros que saben cómo es su trabajo, y a los padres. La evaluación tiene que ser contextualizada: un maestro que tiene que caminar tres horas para llegar a su escuela porque no hay medios de transporte no puede ser evaluado de la misma manera que un maestro que tiene su coche para ir a la escuela. Evaluación sí, pero no punitiva.
¿La CNTE como corriente o movimiento tiene una propuesta articulada sobre todos estos aspectos?
Sí, la puedes encontrar en la web en un documento llamado “Hacia la educación que necesitamos los mexicanos” y se presentó a la Secretaría de Educación y a Gobernación ya desde 2013 y éstas nunca le hicieron caso.
También en 2006 hubo masacres y represiones de un gran movimiento magisterial y popular, que dio origen a la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca) durante el mandato del gobernador priista Ulises Ruiz. En 2010 surgió una alianza entre el entonces neogobernador Gabino Cué, postulado por PRD, PAN, PT y Convergencia, y el magisterio oaxaqueño para dar otro rumbo a la educación por lo menos en ese estado. ¿Qué semejanzas ves con el 2006 y qué pasó con la alianza y el experimento educativo de Oaxaca?
La ofensiva contra los maestros que empezó desde 2010 a nivel nacional no se vivió tanto en Oaxaca. Allí hubo una convergencia entre Cué y el movimiento magisterial que se rompió, pues hubo hasta amenazas contra el gobernador de meterlo a la cárcel por parte del gobierno federal y hace un año se rompió de manera definitiva la alianza con el magisterio, pues Gabino traicionó los compromisos que había hecho con los maestros y dio marcha atrás. Entonces se dio la posibilidad de que lo que había sucedido en 2006 en Oaxaca se reprodujera y creo que es lo que estamos viendo, pero con una diferencia muy importante. El movimiento de la APPO del 2006 estuvo concentrado sobre todo en la ciudad de Oaxaca y ahora las protestas y la organización están en varias regiones, como hemos visto, y eso difícil el proceso de represión. Después de los hechos de Nochixtlán siguen habiendo más de veinte bloqueos en el estado…
A parte de la agrupación Mexicanos Primero, ¿hay otros think tanks y agencias, incluso no mexicanas, comprometidas con el apoyo ideológico y material a la reforma educativa?
Es doble. Por un lado está la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que ha impulsado una agenda de reformas educativas en todo el mundo, no sólo en México, y en todos los países desarrollados también. Desde Brasil a Chile y Grecia, etcétera, hay una política con líneas generales de transformaciones generales de la educación que coinciden con lo que vemos aquí. La OCDE está dirigida por un mexicano, el ex ministro de hacienda José Ángel Gurría, un personaje con siniestra trayectoria en México.
Pero no podemos olvidar que la reforma educativa en México es una copia de la reforma educativa en Estados Unidos que fue promovida con donaciones de multimillonarios como Wharton, Bill Gates y demás, pues ha habido mucho dinero allá para impulsar esta reforma y muchas de las líneas de acción en México son una copia directa de eso. Ya mencioné la película “De Panzazo” en México para luchar contra la educación pública, los maestros y los sindicatos que copió la estadounidense “Waiting for Superman”…
La acusación común contra el magisterio es que son corruptos, venden o heredan las plazas, los líderes se enriquecen y manipulan las bases. Y justo ahora, durante el conflicto, meten a prisión a varios líderes con acusaciones dudosas ligadas a ilícitos económicos. ¿Hay cierta tendencia o timing del poder judicial al respecto?
Es algo muy interesante. Porque se les acusa de vender plaza o enriquecerse, etcétera, en la opinión pública pero no hay ninguna denuncia penal por eso. Las denuncias penales son por otras cosas. Por ejemplo, al secretario general de la CNTE, Núñez, se le acusa de lavado de dinero y las pruebas del lavado serían dos básicamente. El dinero de las cuotas sindicales que los maestros dan. El gobierno intervino las cuentas del sindicato y las congeló y entonces los maestros organizaron una cooperación extraordinaria para tener recursos. Ese dinero de los maestros serían los “recursos de procedencia ilícita”.
Y la segunda sería por un acuerdo establecido desde hace muchos años en todo el sindicato nacional en el cual se hacen convenios con empresas que venden seguros de vida o enciclopedias, por ejemplo. Los maestros los contratan en lo individual, no es el sindicato que los contrata. Se les descuenta por vía de la Secretaría de la Educación Pública, se hace un convenio que no firma el sindicato, sino la secretaría estatal, el maestro, el Instituto Estatal de Educación Pública y la empresa. Funciona en todo el país, es anterior a la llegada de Rubén Núñez como secretario de la CNTE y a él lo acusan de manejar eso, aunque en realidad ese dinero no pasa por sus manos, hay una comisión que se encarga del manejo de ese tipo de convenios. A Villalobos y a otros les acusan de haber robado libros de texto y es interesante porque es una acusación de 2014 y la hace una facción rival del sindicato que dice que en una casa había como mil cajas de libros de texto gratuitos. En cada caja hay como 40-50 libros. La pregunta es ¿qué hacen allí? Se supone que Villalobos y otros se robaron libros de una casa en que no tenían que estar esos libros de textos gratuitos. Ésas son las acusaciones.
Nota
Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.
En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.
La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.
Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.
El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.
Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:
- la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
- el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
- las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
- el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
- las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
- las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
- Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
- Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.
Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:
- Sí: sí a la vida.
- Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
- Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
- Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.
Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.
Nota
24 de marzo de 2023: Que la memoria (los) ilumine
Crónica de un nuevo 24 de marzo desde la voz de la gente, que habla de todo: de cuánto estaba el chori la marcha pasada a cuánto está hoy; de la pesificación de los fondos jubilatorios y de las elecciones por venir; de las dos marchas, y de la realidad. La necesidad de seguir enfrentando al fascismo, ¿cada vez más presente?, y la energía que da la calle. El recuerdo de Hebe, la presencia y las palabras de Nora Cortiñas, la partida sin condena de Carlos Blaquier. Lo pendiente: los juicios aún en curso, la falta de respuestas del Poder Judicial y de la política, les desparecides de hoy. La presencia de niñas y niños como herencia de una sana costumbre: memoria, verdad y justicia, ahora y siempre.

Y si de vos
“Octubre 1976”, de Ana María Ponce, desaparecida.
me dijeran que no exististe,
les gritaría que me quedan,
tus ojos tristes,
tu caminar lento,
tu sonrisa apenas esbozada,
tu caricia leve,
y una espera,
una larga espera
de la que no volveremos
nunca,
o tal vez sí…

Ahora es marzo de 2023.
24 de marzo de 2023.
Un pibe alto camina lento, con ojos tristes; el frente y el dorsal de su musculosa negra, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi abuelo”. Al lado, su mamá, camina lento, con una sonrisa apenas esbozada. Su musculosa gris, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi papá”. Caminan lento porque hay un océano de cabezas, pies y corazones que se dirigen desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo, a reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 47 años de la noche más sombría.
El pibe alto se llama Thomas Aballay y sostiene un cartel que contiene la foto de su abuelo, cuya sonrisa es tan ancha que parece desbordarse de la imagen. Se lee: “Jorge Oscar Tanco, detenido desaparecido, 16/09/1976”. Dice: “Pertenezco a la agrupación de Nietos de desaparecidos, conmueve un montón estar acá. El Nunca Más no debe quedar en el aire, por eso hay que seguir luchando”. Lo escucha su mamá, Maika Tanco, la hija de Jorge. Plantea deudas de esta democracia en relación a los castigos por los crímenes de lesa humanidad: “Necesitamos hablar no sólo del pasado, sino del presente y del futuro. La cárcel para los genocidas debe ser definitiva; cárcel común, no que estén en sus casas. Además, los juicios están retrasados. En los últimos cuatro años no hubo adelantos significativos y eso quedó manifiesto en que el empresario Carlos Blaquier acaba de morir sin ser juzgado por su complicidad con la dictadura. 47 años después, no es justicia. Y él ni siquiera la tuvo; falleció como inocente, y no lo fue”.


Lo que plantea Maika, minutos después lo confirman en números desde Sobrevivientes, Familiares Compañerxs y Amigxs del Centro Clandestino de Detención «El Olimpo”, emplazado en el barrio porteño de Floresta: “Hoy, 8 de cada 10 condenados por delitos de lesa humanidad están en sus casas cumpliendo las penas que debieran completar en cárcel común”. Desde que se reabrieron los juicios, entre 2006 y 2022 hubo 283 sentencias dictadas, 1115 personas condenadas y 171 absueltas. Hay 15 juicios en curso y 75 causas aguardan fecha de debate. En relación a la falta de celeridad, se debe a la escasez de tribunales orales disponibles. Un ejemplo es el proceso judicial por las violaciones de derechos humanos en el Centro Clandestino “Puente 12”, en La Matanza. El debate, pactado para principios de 2022, recién comenzará el próximo 3 de abril “por cuestiones de agenda”.
Como el mundial
El olor a humo que emana de decenas de parrillas acompañan toda la marcha. Hay olor a chori, hay olor a un pueblo que, pese a ser una fecha que evoca la peor de las crueldades, se hermana, se abraza. Se trata de una fecha para encontrarse y reencontrarse, con unx mismo y con el resto. El barro que se multiplica con el paso de las horas en varios sectores de la Plaza de Mayo refleja la masividad de la cita ineludible. Hay mil banderas de organizaciones sociales, de partidos, de sindicatos; pasacalles, stencils, graffitis viejos y que acaban de nacer; bombos, cánticos, intervenciones artísticas; hay sueños compartidos: “La importancia de estar acá es mostrar que la derecha, los milicos, la policía, no tiene la cancha libre; desearía que fueran menos, pero no lo son, siguen teniendo mucho poder. Entonces, la única defensa que tenemos es la calle”, alza Cecilia, 69 años, de Florida Norte. Y profundiza: “Hay que apuntar a la igualdad social como eje; tenemos alimentos para millones de personas, pero la mitad de nuestra población infantil es pobre. Alguien se la está llevando y es contra ellos que debemos pelear”.
Antes de empezar a marchar, Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, le dice a la lavaca que está “con mucha fuerza para seguir pidiendo Memoria, Verdad y Justicia”; le dice que “el país está cada día peor, porque este gobierno, gobierna para los ricos, y hay que resistir en la calle”; le dice que pasó su cumpleaños (93, el 22 de marzo) “muy feliz, llena de abrazos y de afecto, pero la felicidad nunca es completa y será así hasta encontrar a Gustavo (su hijo, desaparecido)”; dice que el compromiso “debe ser hasta morir” y antes de terminar la charla, en medio de un intenso calor, propone ir tomar una cerveza al final de la jornada.

Lucía Iérmoli tiene 35 años y está embarazada de seis meses. “Las conquistas hay que defenderlas acá, contra el poder concentrado que sigue creciendo. No estar un día como hoy marcaría una ausencia. Que reviente de gente esta plaza es un logro de todas, de todos. No sé cuántos lugares en el mundo tienen un día que reivindique la memoria”, dice, con voz tierna y con Vera en la panza, que también sigue creciendo. A su lado, su amiga Alejandra Spinetta, 59 años, agrega: “No se puede no estar acá; si uno falta, si no se compromete, es dejarle el lugar para que avance la derecha”.
A unos metros, Laura, de 66, está contenta. Muestra una vitalidad que está recuperando, a medida que avanzan las horas: “Es mi primera movilización después de la pandemia; estuve muy enferma, durante muchos años, pero hoy sentía que debía estar con mi pueblo y no me arrepiento: me llena de energía”.
Detrás, una imagen bellísima que retrata a Hebe de Bonafini, en el primer 24 sin su presencia física. Está con sus dos hijos, chiquitos, ambos desaparecidos. Una frase acompaña el cuadro, a 40 años de la recuperación de la democracia: “El día que me muera no me tienen que llorar. Hagan una fiesta en la calle, porque hice lo que quise y peleé con todo como quise”.

El 24 de marzo de 1995 a las 6 de la mañana llegó al mundo Victoria Rossi. “Victoria por la frase del Che, de ‘hasta la victoria siempre’, por el concepto del triunfo del pueblo”, rememora Viqui, a metros de la Catedral vallada, en su cumpleaños 28. “A partir de que empecé a militar en el centro de estudiantes del secundario, sentí que los 24 de marzo ya no había lugar para festejos personales, sí para abrazos, sí para estar con mi gente, pero desde un lado más colectivo”. Su mamá y su papá, militantes de izquierda, venían a las marchas mucho antes de que se decretara feriado, allá por 2022: “Desde chiquita fui consciente del valor que tenía esta fecha y me acuerdo que en cuarto grado fue el último cumple que festejé en la escuela. Sin embargo, estar acá es lo más importante en este día; un año no vine y algo me faltó. Decidí que esa sensación no la quiero sentir más”. Y asocia: “Más allá de que esto no sea una celebración, vivo un 24 de marzo como lo más parecido a ganar un campeonato del mundo, porque hay un gran motivo para juntarse: hay orgas, partidos, familias, parejas, gente que va de la mano con quien quiere y eso tiene que ver con la búsqueda de la libertad por la que peleaban las y los desaparecidos”.

Ideas de ayer a hoy
Un hombre cuarentón camina de la mano de su hija. Ambos tienen puesta el mismo modelo de remera que exige “Juicio y castigo”. La diferencia es que una es talle X y la otra es talle S. Expresa Lucas: “Estamos acá por dos motivos: por responsabilidad social y porque mi papá es uno de los 30 mil”. ¿Qué utopías de su viejo hay que traer al presente? “Nunca dejar de hacer política seria y trabajar mucho en los barrios”. Se va a seguir marchando, siempre de la mano de su hija. En su espalda, de su mochila cuelga un pañuelo blanco que denuncia: “Pablo Córdoba, desaparecido”.

Ana Valverde escucha atentamente el documento leído por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Tiene 72 años, milita hace 54 y lleva bien alto un cartel con la foto y el nombre de Patricia Gaitán, desaparecida por la última dictadura cívico militar eclesiástica. “La principal pelea de los 70 que hay que dar hoy es cómo lograr la unidad de las y los laburantes”. Dice que es jubilada y protesta porque “el gobierno nacional acaba de confiscar el fondo de garantía de sustentabilidad que estaba en dólares y que por un DNU lo pesificó. Esto no perjudica a quienes ahora somos jubilados, sino también a ustedes, los más jóvenes”.
–¿Vos aportás? –me pregunta.
–Sí.
–Bueno, te acaban de afanar.
Un pasacalle grita: “30.000 razones contra el FMI”; un cartel pegado con engrudo sigue la línea: “Basta de extorsiones del FMI”; desde arriba del escenario, en el documento que leen los organismos de derechos humanos, se agita: “El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos”. Abajo, la inflación arrasa. Alberto es de Avellaneda y atiende una parrilla que instaló en la esquina de Avenida de Mayo y Carlos Pellegrini: “En la marcha pasada, el chori estaba 150 pesos, cobrándolo caro; hoy, yo lo tengo 700, como barato; en otros puestos está hasta 900”. A 50 metros, Viviana está sentada en un banquito. En el piso, sobre una lona, expone pañuelos blancos y azules, con la consigna “Nunca Más”. “El año pasado estaban 250 pesos, hoy 500”. Agrega: “Fue muy floja la venta, hoy se vendió mucho menos que en 2022”.



La primera actividad que arranca el 24, a media mañana, y la que cierra, a eso de las 20, se da en Plaza de los Dos Congresos. Es un festival por la memoria donde cantan bandas de heavy metal, que se organiza desde hace 16 años. Quien presenta a las bandas se llama Fernando Ricart, tiene 52 años, un pelo larguísimo y un padrino que estuvo detenido desaparecido: “Se lo llevaron por ser delegado, como si eso fuera un delito. Estuvo un mes y medio desaparecido, pero el daño que le hicieron fue para siempre. Se lo llevaron siendo uno, y me devolvieron a otra persona. Nunca se recuperó”. Andrés, 39 años, escucha la música pesada junto a su hijo de 6. Lleva una remera que se pregunta qué hicieron con Santiago Maldonado. Le pregunto qué ideas de la militancia de los 70 serían importantes que hoy sean prioridad: “Se perdió la perspectiva de un cambio revolucionario real; el peronismo tiene su eje en la Justicia, como si no fuera parte de este sistema que hay que cambiar de raíz; mientras que la izquierda partidaria sigue en la pelotudez, discutiendo en el Congreso sobre concepciones marxistas de hace tiempo, sin pensar en el cambio social actual”.

Rocío y Darío viajaron desde Tandil junto a su hijo Amadeo, de un año recién cumplido, para sentir en vivo y en directo la marcha que tantos años recorrieron cuando vivían en Buenos Aires. “La memoria se construye desde la cuna y las Madres y las Abuelas son la escuela”, recuerda ella. “La mejor manera de reivindicar a las y los desaparecidos es seguir su camino: el trabajo de base que se hacía en esos años”, recuerda él, que al igual que su bebé lleva puesta una remera de Diego Maradona. A su lado está Belén, una amiga de la pareja que por primera vez es parte de esta movilización: “En Tandil es diferente; hay un espacio fuerte y comprometido con los derechos humanos, pero es una ciudad mayormente oligarca; para mí es muy fuerte estar acá. Más que nunca debemos mantener viva la memoria y para eso hay que movernos”.
Memoria en este momento
Hay un graffiti recién pintado en la estación de subte Lima, de la línea A, que reza: “Memoria en este momento”.
Aparece también en paredes, en carteles y en diversos reclamos. Elizabeth tiene 70 años y lleva colgado un cartel que pide “Libertad a Assange, una verdad sin mordaza”. Lo relaciona con el 24 de marzo: “En el caso de Julian, se condena la libertad de expresión, no hay derecho a la información de la población y se expone cómo se persigue a la gente cuando se descubren los secretos de los gobiernos”. Detrás de ella, un stencil negro exhorta: “Abran los archivos secretos de la Dictadura”. Elizabeth tiene tres compañeros desaparecidos: Mónica Epstein, Hernán Abriata y Klaus Zleschank. “De ellos, además de recordarlos, hay que seguir su ejemplo: militar por una mejor redistribución de los ingresos”.
El recorrido desde la 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo está acompañado por afiches de la organización La Poderosa con un encabezado: “40 años alimentando la democracia”. Se da en el marco de un proyecto de ley que impulsa el conglomerado de asambleas villeras para que se reconozca con un salario a las más de 70 mil cocineras comunitarias que trabajan en el país sin percibir un salario. ¿Qué implica el reconocimiento laboral? “Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías”, expresan desde el movimiento.
Uno de esos afiches lo tiene a su lado Francisca, que vive en la calle y ahora está delante de un kiosco de diarios cerrado. Tiene una bandeja de arroz por la mitad y una voz que pide escucha: “Se la pasa muy difícil acá”. Y en un puñado de palabras, esgrime una deuda sustancial de la democracia: “Pensemos, ¿cuántos políticos en los últimos años hablaron de la situación de calle, de las villas? Eso dice mucho de cómo estamos”.

Detrás de su lente, la mirada de Oswald, colombiano de 41 años que hace 14 vive en Argentina, fotografía a un pueblo que recuerda sin parar. “Es imposible estar acá y no compararlo con mi país. Allá, pese a que no hubo una dictadura tan marcada, la serie de gobiernos de derecha y los paramilitares han desaparecido a más gente que en cualquier dictadura del cono sur”. Añade: “Por eso es tan importante valorar lo que se consiguió acá. En mi país, el miedo y la violencia aún imposibilita la unión de familiares de víctimas para reclamar en conjunto. En el último tiempo la juventud comienza a jugar un rol clave y para esto la Argentina es un ejemplo a seguir”.
Sobre Avenida de Mayo, un gazebo contiene a un grupo de “peruanos autoconvocadxs” que vocifera por la “dictadura que vive Perú”. Más de 60 caras se alternan con cintas de luto negro, en un antimemorial que estremece. Son las “víctimas del Estado Peruano”. Merly tiene 36 años, nació en Parcona Ica y hace 20 vive en Argentina. “Estamos acá porque también queremos decir Nunca Más. Las muertes tienen rostro y la mayoría son de pueblos originarios, del sur del país”.
Carolina, de 23, muestra su juventud caminando rápido, para no perderle pisada a sus amigos que van un poco más adelante. “Recordar a los desaparecidos de la dictadura es luchar por los desaparecidos de hoy. La derecha sigue avanzando y no lo podemos permitir”. A pocos metros de la Plaza de Mayo, donde desemboca la enorme movilización, Daniela, de 35, vende hamburguesas veganas. En el frente de su heladerita de telgopor está pegado un cartel con los colores de la diversidad, que se pregunta: ¿Dónde mierda está Tehuel? “No se puede aceptar tener desaparecides en democracia. El Estado define de quién se ocupa y de quién no, discriminando a las identidades trans. El racismo sigue, nunca se fue”.

Pablo está a pasos de la Pirámide de Mayo. Tiene 36 años, una militancia desde la juventud y un miedo que le recorre el cuerpo: “La democracia vuelve a estar en riesgo; las voces que la amenazan vuelven a tener más peso, que se traducen en persecución, en proscripción, en prohibición”. Suma: “Sufrimos salarios de miseria que sólo lo podremos dar vuelta con una transformación obrera y un pacto social que resguarde un piso que la derecha busca perforar. Para esto, hay que poner el cuerpo como en los 70, porque salvo en determinados momentos como el 2001 o la reforma jubilatoria del macrismo, no pudimos hacerlo en unidad”. A su lado, lo escucha Fidel, su hijo de 8 años.
–¿Por qué estás acá? –le pregunto a Fidel.
–Por la desaparición de los compañeros.
La tarde empieza a caer, la multitud a desconcentrarse y, mientras las paredes siguen pintando preguntas, también se escuchan versos que alimentan la memoria.
Se que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
“Poema para no morir”, de José Beláustegui, desaparecido.
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo, mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos
versos.

Nota
24 de marzo: Las sombras de la democracia
En pocas horas, una marea humana llenará las calles desde el Congreso de la Nación hasta la Plaza de Mayo y sus alrededores. Lo hará marchando en silencio, lo hará cantando, lo hará gritando, saltando, bailando, reclamando. Recordando. Lo hará a plena luz del día. Pero en vísperas del 24 de marzo, el escenario nocturno arroja ya algunas pistas sobre las deudas de la democracia, las que no se ven de día. Imagenes y significados actuales de la memoria despierta.
Por Francisco Pandolfi
Es jueves 23 de marzo, 23.30 y la medianoche está al caer. Y con ella, el inicio de una jornada en la que se recuerda que hace 47 años irrumpió la más cruenta dictadura cívico militar eclesiástica.
La luna, finita, ya es casi imperceptible en una noche especialmente agradable, sin frío ni calor; con una brisa necesaria que hace recibir al otoño con los brazos bien abiertos. En esas calles que pronto serán caminantes abarrotados, ahora pasan otras cosas. Un montón de cosas.

Un pibe de veintipico duerme, literalmente, en una de las puertas del Congreso Nacional, sobre avenida Rivadavia, aferrado a un parlante que hace luces multicolores al ritmo en que suena una cumbia, a un volumen que nada tiene que envidiarle a un boliche top. En la puerta contigua de la casa legislativa, otro tipo duerme arriba de dos viejos colchones.
A la vuelta, la fachada principal sobre la avenida Entre Ríos luce ambientada en una tonalidad azulada. Es imponente la gigantografía compuesta por mucho más que dos palabras: Nunca Más. Detrás, dos logos que sacan una cuenta ineludible: 40 años, democracia siempre.
Me paro en la esquina y también resulta imponente ver cómo viene envalentonada una manada de ciclistas y motociclistas con caparazones rojos, amarillos y naranjas, según la empresa precarizadora de delivery, que pareciera estar disputando una carrera.
Empiezo a caminar por donde en un rato habrá cientos de miles de corazones. No hago treinta metros y ya en la puerta del café Nápoles otra persona duerme en la calle. Cruzo a la Plaza de los Dos Congresos y allí no hay calculadora que resista. Una persona sueña sobre un banco, otras cuatro en una ranchada hecha de cartones y frazadas; otro más allá, tirado sobre su carro; un poquito después, cuatro pibes ríen sobre un par de colchones. A metros, la plaza de juegos está llena de infancias felices, subidas a hamacas y tiradas desde toboganes, encerradas por un cerco de rejas grises.
Aparecen los primeros grupos vestidos con camisetas de Argentina que van llegando desde el estadio Monumental, donde anoche la Selección le ganó a Panamá en el primer partido post conquista en Qatar. Ven lo mismo que yo: una persiana baja de una óptica con un grafitti que dice “Abajo la dictadura de Perú”; una persiana baja de una panadería con un lema que dice “Vivas nos quiero”; una persiana baja de un banco con unas letras que dicen: “Ni olvido ni perdón”. Enfrente, un mural impactante de las Madres de Plaza de Mayo: “La memoria es la patria que soñamos; 30.000 presentes”.
Son las 12 de la noche y entonces ya es 24 de marzo. Ya está latiendo. Un pibe, de no más de 25 años, lleva en brazos a un bebé de no más de dos. Tiene hambre y le pide al kiosquero si no le regala algo. No tiene suerte. Sigue su camino, en búsqueda de algún otro kiosco. Antes, se topa con otros dos pibes durmiendo en una esquina; y después con una pareja que lleva dos carros de bebé, sin ningún bebé adentro. Allí van juntando descartes de otros humanos.
Van, –vamos–, mirando los carteles que están pegados en el trayecto a Plaza de Mayo y que en cuestión de minutos serán tapados por cientos de carteles de organizaciones sociales y partidos políticos referidos al Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Una cartulina rosa que pide más tizas y menos balas; otro que interpela: “Me dicen tortillera como si eso fuera una ofensa”; otro que exige “Justicia por Carmen y Liliana”; un dibujo en la acera que exhorta: “No me toques”; otro que recuerda: «Falta Tehuel».
Son las doce y media y otro pibe durmiendo en un banco de cemento que es incómodamente duro, hasta para sentarse. Lleva un pañuelo, que no es blanco: es negro y verde y le sirve para taparse la cara.
Llego a la Estación Lima del subte A. La escalera mecánica sigue funcionando aunque hace rato ya pasó el último subte y las puertas están cerradas. Una mujer está a unos pasos pero no se da cuenta: duerme, en el palier de un negocio. Enfrente, un enorme edificio de la Unión Industrial Argentina. A sus dos costados, dos personas acostadas sobre el piso.
En la 9 de Julio, dos pibes con visera intentan vender los últimos pañuelos descartables que les quedan, aprovechando el cambio de temperatura. En el piso, una ilustración pequeña que a partir del mediodía pasará desapercibida ante las miles de piernas. Lo que no pasa desapercibido es lo que dice: “Ni una menos”.
Hacia el norte, el obelisco; hacia el sur, Evita, iluminada de celeste y blanco. Tras cruzar la que se considera la avenida más ancha del mundo, otra persona tirada en la calle, con una manta de rombos negros y blancos, y con una mochila devenida en almohada. Bares abiertos con un derroche de luminaria encendida; bares cerrados con un derroche de luminaria encendida. Pasan otros tantos ciclistas deliverys confirmando que sí están disputando una carrera. Ni de casualidad leen el graffiti que exclama una deuda interna: “Libertad a las presas mapuche”.

Una pareja de cincuentones caminan en sentido contrario, lookeados como si fueran a bailar unos tangos. No parecen darle importancia a unas letras A4 recién pegadas, que forman una verdad innegable: “El precio del alquiler lo desreguló la dictadura”. Ni tampoco a las y los vecinos de la organización La Poderosa, que llegaron desde las villas 31 de Retiro; Fátima de Soldati; 21-24 de Barracas; 20 de Lugano; entre otros barrios empobrecidos, para hacer memoria desde temprano y comenzar a colgar banderas y pasacalles.
En la Plaza de Mayo y en las cuadras previas, ya abundan los carteles de las organizaciones y partidos que buscaron primerear, ganar un mejor lugar en los registros audiovisuales. Uno que prepondera dice: “Hebe vive en nuestras luchas y en nuestros corazones”. El otro: “Defender a Cristina es volver a Perón”. En un grupo de tres jóvenes que pasa por debajo, el varón le pregunta con ironía a sus dos amigas: “¿Eso es a favor o en contra de Cristina?”.
A doscientos metros de la Casa Rosada, otro hombre duerme en la calle, esta vez en la puerta de una feria artesanal. Y enfrente otro más, al descubierto. A la intemperie.
En la Plaza: el escenario armado. La Policía de la Ciudad armada. La catedral vallada.
A metros, un pibe, un poco pasado de alcohol, se le queda mirando a otro, que está sentado en uno de esos bancos hechos para que nadie se quiera sentar. Lo amenaza con que le va a robar, pero sigue: “Eh, ojo, no te regalés”, le suelta. El otro no le dice nada. Se calla. Detrás, una inscripción con aerosol: “Memoria, es NO al FMI”. Arriba, colgado entre dos árboles, un pasacalle cierra el círculo: “La democracia se defiende en las calles”.
Ahí nos vemos.
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