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Noticiero asambleario en vivo y en directo

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La Unión de Asambleas Ciudadanas realizó su encuentro número 17 en Congreso (25 y 26 de noviembre) y en Luján (27 y 28 de noviembre). Un largo camino ha sido transitado desde que, por primera vez en 2006, un grupo de asambleas se reunieron ante la necesidad de coordinar las diferentes luchas de los pueblos de la cordillera y precordillera amenazados por las explotaciones mineras. Al correr de las reuniones, se fueron sumando colectivos que luchan contra las pasteras, contra represas hídricas, contra las fumigaciones, hasta convertir cada encuentro en un noticiero vivo y directo de las batallas ambientalistas del país.

Esta reunión transcurre entre talleres, charlas, risas, abrazos, mesas informativas y banderas de las diferentes causas ambientales, reencuentros, baños secos, feria de productos orgánicos, volantes, comidas compartidas, agua y un homenaje a Cristian Ferreyra, el campesino del MOCASE-VC asesinado por parapoliciales.
A continuación, un resumen de las voces asamblearias con las que pudo conversar lavaca:
Claudio Garrot, de la Asamblea de Chilecito que forma parte de las Asambleas Riojanas: “Nos organizamos a principios de 2005 y ante la presentación de un proyecto minero a cargo de Barrick Gold que pretendía instalarse en nuestro cerro, el Famatina, que es nuestra fuente de agua y nuestro determinador de clima. A partir de allí comenzaron dos resistencias muy importantes: las del pueblo de Famatina y la del pueblo de Chilecito que es donde yo vivo. Nos oponemos a la minería a cielo abierto y a la explotación de uranio, que son las dos prácticas extractivistas que actualmente se están queriendo llevar a cabo en toda la provincia, entre otros muchísimos proyectos que propone el gobierno provincial y nacional”.
“Desde los primeros momentos de apropiación del espacio público para poder expresarnos, para poder decir y oponernos a la explotación minera, comenzó un proceso de judicialización de la protesta. Logramos expulsar a Barrick Gold mediante un corte de ruta, fuimos denunciados, golpeados en el lugar del corte, reprimidos, pero aún así seguimos, continuamos. Actualmente se ha agudizado esto por la puesta en vigencia de una ley de flagrancia que le otorga a la policía poderes que antes no tenía y la posibilidad de juicios abreviados, que es la posibilidad de abreviar los procesos antes de que lleguen a manos de un juez o un fiscal. Esto nos ha llevado a que nosotros tengamos que redefinir nuestras prácticas y trabajar de otra manera, ya sea al intervenir el espacio público, al protestar, al decir en ámbitos públicos lo que pensamos y lo que sentimos y por lo cual estamos luchando. Esta ley es relativamente nueva, tiene muy pocos meses. Todas las causas que les han iniciado a compañeras y compañeras de las asambleas son un problema serio: vamos a pedir expedientes y los expedientes no aparecen. Varios jueces y fiscales de Chilecito no se han querido hacer cargo y se las pasan a fiscalías de otros pueblos porque se han inhibido, sabiendo que hay una gran resistencia social en el tema minería y no quieren hacerse cargo, saben que es tomar una gran brasa en las manos. Esta situación muy delicada nos deja muy claro que la justicia responsabilizan al gobierno provincial y nacional de lo que pueda pasar de acá en más si llegamos a ser reprimidos”.
Contacto:
www.elfamanosetoca.blogspot.com
www.lariojacontaminada.blogspot.com
Jenny Luján, de Asambleas Ciudadanas de Chilecito: “Luego de las elecciones, en la provincia de La Rioja hay una terrible avanzada a favor de la minería y de la instalación de los proyectos mineros. Si bien es cierto que no hay ninguno en explotación, continúan negociando y firmando convenios con muchas empresas mineras tanto de oro, cobre, plata como de uranio. El mayor impacto en este momento es el impacto social. Sabemos que la minería tiene un impacto sobre lo ambiental, lo que implica el saqueo de nuestros bienes comunes, pero muy pocas veces de dedicamos debate al impacto social y esta es una de las estrategias más terribles de las mineras, y de los gobiernos provinciales que avalan y que son cómplices de este modelo extractivista y tiene que ver con dividirnos a los pueblos. En este momento, en La Rioja están entregando subsidios a instituciones, a grupos de mujeres, a organizaciones de artesanos, a pequeños productores y, una vez que les entregan esos subsidios –que son de muy poca plata en realidad-, los hacen firmar documentos donde ellos expresan que están de acuerdo con la minería. Esto genera muchísimas divisiones entre nosotros, incluso entre los militantes de las asambleas. Lo que molesta es que el Estado se va corriendo de sus obligaciones y son las mineras las que vienen a cubrir ciertas necesidades de la gente y las instituciones. Las mineras están entrando a las escuelas, se están llevando estudiantes en visitas didácticas y de información a los emprendimientos mineros como Bajo Lumbrera, en Catamarca, y a Veladero, en San Juan. Llevan a periodistas, a medios de comunicación y avanzan desde ese lado. A su vez, el gobernador está invitando a ciertos iluminados, supuestamente especialistas en minería, que vienen a la provincia a darnos esa luz porque, según el gobernador, todos nosotros somos ignorantes y mentirosos. Trajeron a un señor llamado Mario Capelo, que es ingeniero en minas y presidente del Consejo de Ingenieros en Minería, que fue tres veces diputado nacional radical por San Juan, y que ha llegado con todo un discurso que baja a los medios de comunicación y a los funcionarios para que ellos lo sigan repitiendo. Descalifican el mensaje de las asambleas e instalan el mensaje de los beneficios de la minera, cueste lo que cueste. Luego de las elecciones se ve una avanzada terrible y nos silencian en los medios de comunicación. No nos permiten el ingreso a las instituciones. No nos permiten participar de algunos actos o eventos que son populares, comunitarios. Hay amenazas permanentes. Muchos compañeros han perdido su trabajo. Todo esto producto de la contaminación social que provocan las mineras, generando divisiones entre los pueblos para, de esa manera, instalarse”.
Contacto:
chiapas_40@hotmail.com
Leonardo Pérez Esquivel, de la Asamblea Barrial de Becar, Buenos Aires, que participa del Espacio Intercuencas: “La asamblea surge en 2001 con la defensa del patrimonio público: había muchos predios que se querían privatizar en forma oscura, como el viejo hospital de San Isidro o como el predio de Obras Sanitarias donde está CENCOSUD. Logramos frenar el proyecto de un estadio para 15.000 personas que se iba a hacer en el Jockey Club, con un impacto ambiental muy fuerte en la zona”.
Entre las varias temáticas que trata esta asamblea, plantean una gestión de basura alternativa que incluya a los cartoneros. “Hoy existe una cadena de valor clandestina repleta de intermediarios que utilizan a la masa de trabajo de cartoneros, blanqueando lo recolectado como insumos para las grandes empresas. Queremos que haya un fondo especial de sostén de los precios, porque hay posibilidades de discutir otra forma de gestión de la basura, reduciendo el costo que tiene en cada municipio, con inclusión social y que permite sacar a todos los cartoneros de la indigencia. Es algo que se puede hacer perfectamente”.
Otro tema: “Defensa de los humedales y de toda la costa para que no la privaticen, desde La Plata hasta el Delta. Hay muchas luchas ambientales contra emprendimientos inmobiliarios y empresas que están privatizando esas zonas. Queremos recuperar el río y la costa para todos”.
Contacto:
espaciointercuencas@gmail.com
Medardo Ávila Vázquez, coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud de Médicos de Pueblos Fumigados: “Hicimos un primer informe que presentamos en octubre de 2010 con todos los datos recolectados por los profesionales que en diferentes provincias están investigando los efectos del uso de agroquímicos en la salud de la población. Lejos de tenerse en cuenta nuestras recomendaciones, ahora nos enteramos, a través de los compañeros de la zona metropolitana, que las empresas de ferrocarriles, en lugar de desmalezar como corresponde, utilizan los mismos agroquímicos en medio de zonas muy densamente habitadas. Es decir, están utilizando el glifosato, que numerosos trabajos demuestran que produce malformaciones y trastornos reproductivos. Un abuso total de las empresas, en complicidad con las autoridades que autoriza estas prácticas”.
Contacto:
http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/
Horacio de Carli, de la Asamblea Popular Ambiental Colón, Ruta 135, Entre Ríos: “Desde hace seis años estamos con el tema de las plantas de celulosa y visualizando el IRSSA que es un proyecto de los doce países sudamericanos. Hemos estado siempre apoyando la lucha de Gualeguaychú, junto con las otras asambleas, como la de Concordia, en todo Entre Ríos. Hoy hay compañeros judicializados, con causas que son interminables, que se tramitan en varios lados: el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, la Cámara Nacional de Apelaciones de Paraná , inclusive en Comodoro Py. Hay varios frentes que se han abierto en lo judicial-penal. También, personas particulares, pero impulsadas por el gobierno nacional, han iniciado acciones civiles. Todo esto para que la gente se baje de la lucha”.
Contacto:
www.asambleaambientalruta135.blogspot.com apacolonruta135@yahoo.com.ar
Eduardo Lancioni, de Vecinos Autoconvocados por la Vida en contra de la Subestación Rigolleau en Berazategui, Buenos Aires: “Somos una asamblea de vecinos que estamos en contra de una subestación eléctrica de 132.000 voltios que está instalada en el casco urbano de Berazategui. Queremos que sea trasladada a un lugar a donde no pueda producir contaminación electromagnética a las personas. Nuestra lucha viene desde hace más de 5 años. Tuvimos en el 2006 la primera represión cuando los vecinos tratamos de impedir que pongan los cables de alta tensión. Este año, en mayo de 2011, nos reprimieron otra vez. Eran las 3 de la madrugada cuando varios vecinos fueron golpeados. Algunos tuvieron que ser derivados a un hospital. Llevábamos acampando un mes en la vereda y nos pegaron, nos quitaron las carpas, fue bastante complicado. A raíz de eso se hizo un corte de vías y calle. Por eso hay seis vecinos judicializados con una causa bastante rara, sin testigos oculares, solamente una cámara que registró imágenes, pero no se puede identificar claramente a la gente. Con esto le arman la causa a seis vecinos que colaboran en la asamblea. La citación les fue entregada en su domicilio, a las 11 de la noche: así de violento es esto. No había necesidad de que la policía entregue citaciones a esa hora, podría haber sido por la mañana. Intentan amedrentarnos”.
Contacto:
www.fueralasubestacion.blogspot.com
Pedro Antonio Castrioti, guardaparque e integrante de la Asamblea en Defensa del Parque Pereyra Iraola: “Empezamos a reunirnos para mejorar la calidad de vida de quienes vivimos del parque, tanto los trabajadores como la gente que tiene las huertas, de los visitantes y de la gente que trabaja dentro del parque: así surgió la asamblea. Estando organizados, aparece el problema de que quieren atravesar el parque con una autopista. Esto copó la temática de la asamblea y se transformó en lo principal para ser tratado. Esa es la lucha ahora: no permitir que una autopista atraviese el parque y valorarlo como lo que es, un área natural protegida”.
Contacto:
asambleaparquepereyra@gmail.com
Enrique, de la huerta de Saavedra, Espacio Cucocó, Capital: “Funciona en un terreno comunitario recuperado por la asamblea de Saavedra en 2002. Tenemos una huerta orgánica y organizamos actividades culturales. Luchamos, por ejemplo, contra las fumigaciones con glifosato en la ciudad. El espacio ahora está amenazado por la gestión porteña que tiene la decisión de enviar a subasta los espacios públicos, entre esos terrenos está la huerta que ya había sido declarada de “interés cultural” por la Legislatura en el año 2010”.
Contacto:
www.cucoco.com.ar lahuertadesaavedra@gmail.com
Graciela Degano, de Vecinos Autoconvocados contra la CARE y el CEAMSE de González Catán, Buenos Aires: “El relleno sanitario de González Catán es gestionado por el CEAMSE desde hace 33 años. Debido al mal manejo de la disposición final de residuos ha causado enfermedades sumamente graves. Tenemos casos de lupus púrpura, cáncer en la piel, de colon, de esófago, leucemia, displacia. Todas enfermedades relacionables con la contaminación. Nos organizamos para solicitarle al gobierno nacional la urgente implementación de una política pública seria con respecto a la disposición final de residuos. No aceptamos más los parches provisorios: que cierren un CEAMSE y que abran otro. Los rellenos sanitarios producen, a la larga, consecuencias nefastas. Los rellenos de Catán y Ensenada ya tienen orden judicial de cierre con fecha de diciembre de 2007, pero hasta el día de hoy está incumplida. También por orden del juzgado Nº 3 de Morón de fecha 16 de junio de 2006, se debe entregar en forma gratuita agua potable a los barrios en riesgo: San Enrique, Las Marías y Micol, entre otros aledaños al CEAMSE Catán. Orden que tampoco se cumple al día de hoy. El agua está contaminada con cromo, plomo y arsénico, superando el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud”.
Contacto:
catancontralaceamse@hotmail.com
Mariana , de la Asamblea para la Protección de Aguas y Tierras Argentinas (APATA), de San Luis: “Una de las problemáticas de San Luis es la presencia de la minera Pinsapo Ecogold, en el pueblo Carolinas, donde se encuentran todas las nacientes de los ríos. Nosotros estamos pidiendo que se declare ese lugar como reserva libre de minería. Esta minera tiene antecedentes y denuncias por tráfico de armas en Europa. Estuvieron ofreciendo plata en las elecciones. Venimos a pedir que se reglamente la ley en San Luis, porque hay una ley que prohíbe la minería química, pero no está reglamentada. Otro tema delicado es el de los campesinos del Valle de Conlara, con las fumigaciones. Esto es lo que venimos a visibilizar al encuentro, además de tejer redes con otras asambleas de todo el país”.
Contacto:
www.alertatierra.org.ar
María Teresa Caña, de la Asamblea Popular por el Agua del Gran Mendoza, pertenecientes a las Asambleas Mendocinas por el Agua Pura: “La lucha por el agua en Mendoza surge a partir de los primeros cateos y proyectos megamineros que aparecen hace seis años atrás. Ahí se empiezan a generar las primeras asambleas en el interior de la provincia, como en General Alvear y San Carlos. Vecinos que se movilizan a favor de una ley que no permita el uso de sustancias tóxicas en la megaminería. Fue así como en Mendoza, por presión de las asambleas, surgimos nosotros: como grupo de apoyo para cuando se movilizaban hacia la capital provincial”.
Contacto:
asambleaporelagua@gmail.com
María Luisa, de Vecinos Autoconvocados de Ezeiza, Barrio Alto de Tristán Suárez, Santa Marta, San Javier, Barrio del Plata, Barrio el Trébol y La Unión: “Nos convocamos espontáneamente porque nos enteramos que estaban poniendo, en medio de nuestros barrios, un centro de distribución de soda cáustica. Desde el primer momento en que empezamos a pedir cuentas, se acercó un secretario de la intendencia y nos dijo que era mentira y que no teníamos noción de lo que se iba a poner, que no era así. Seguimos investigando y era peor: además de manejar soda cáustica, va a procesar 99 productos químicos más. También tenemos problemas con el agua: Greenpeace comprobó que hay uranio. Hay gente que se enferma de cáncer, otras con enfermedades de piel. Seguimos todas las instancias legales que corresponden: hay una medida cautelar emitida por el juez Federal Armella y la empresa está suspendida por el OPDS, pero aún así están trabajando.”
Contacto:
avefenix@hotmail.com
Martín Farina, integrante del colectivo ecológico Unidos por Laguna de Rocha: “Es una reserva histórica del sur del conurbano bonaerense, que fue afectada por diversos proyectos inmobiliarios e industriales y que tiene el honor de ser tierra de Querandíes y sitio arqueológico. Nos centramos en tres tipos de actividades: una directa sobre el humedal, para que la gente lo conozca organizando visitas guiadas; otra de corte más social y político, realizando volanteadas, eventos para que la sociedad se entere de cuál es la problemática no sólo del lugar y también organizamos festividades con los pueblo originarios, para que no se pierda esa memoria cultural”.
Contacto:
www.laguna-rocha.com.ar porlagunaderocha@gmail.com
Pablo Domínguez, de la Asamblea Ciudadana en Defensa del Médano Costero, Villa Gesell, Buenos Aires: “La playa para nosotros es la fábrica, la fuente de trabajo. Ahora enfrentamos un deterioro alarmante, de la pérdida, de erosión, con caída de construcciones y salinización del acuífero. Esto se produce por varios factores: el cambio climático, el ascenso del mar y el mal manejo de la costa que se ha hecho en los municipios y permitió robo de arenas, desagües pluviales, construcciones demasiado cerca de la costa. Arrasaron con el médano costero. Toda esa problemática de mal manejo ha hecho que estemos perdiendo la playa que es nuestra fuente principal de trabajo. Desde la asamblea hemos logrado parar una obra desde hace un año y medio de 30 millones de dólares, que pretendía arrasar con un hermoso médano de 400 metros de largo, ubicado en el frente costero de Villa Gesell. Estamos teniendo un gran apoyo de la población. Nos reunimos en el médano de la 310, todos los miércoles a las 17 horas”.
Contacto:
www.endefensadelmedano.com.ar
endefensadelmedanocostero@yahoo.com.ar
Titina Romero, de la Asamblea Giardino Despierta, Córdoba: “Nosotros estamos viviendo en una zona donde quieren explotar uranio. Nos organizamos para defender la Ley 9526, que es una ley en contra de la minería a cielo abierto. La Comisión Nacional de Energía Atómica y los sectores pro mineros quieren declarar inconstitucional a la ley. Nuestra zona es totalmente turística, pero está sobre una cantera de uranio, por lo que estamos realmente en peligro. Otra de las luchas es contra emprendimientos inmobiliarios, ya comenzaron a construir un hotel cinco estrellas en Giardino, para lo cual construyeron el “camino del cuadrado”. Nosotros advertimos que iba a haber problemas, presentamos un recurso de amparo para pararlo. Siguieron adelante y el camino se empezó a desmoronar. Otro tema es el de los megabasurales: quieren instalarlos en Pampa de Ola, en Tres Campanas, que es un lugar mágico, maravilloso y limpio. El gobernador saliente ya entregó 11 millones de pesos para comenzarlo”.
Contacto:
giardinodespierta@gmail.com
www.asambleaongamiradespierta.blogspot.com
Marina, Unidos por el Río, Vicente López, Buenos Aires: “Venimos a presentar nuestra lucha, que es una lucha socioambiental, sobre todo territorial, contra el mismo sistema que mata a unos y deja sin espacios verdes a otros. Sobretodo la lucha es contra la forma en que se toma la decisión, porque los vecinos en su mayoría no están de acuerdo con los negocios que hace el intendente con 3 ó 4 empresarios, para destinar hectáreas y hectáreas a torres de lujo y shoppings, sin hacer un estudio de impacto ambiental, ni una consulta ciudadana, que todavía seguimos reclamando. También criticamos el porqué de esa política pública. Necesitamos viviendas en Vicente López, hay mucho déficit, pero no ese tipo de vivienda para el público ABC1. No creemos que el consumo tenga que mediar nuestro modo de vida, nuestro disfrute del espacio. Tratan de imponernos por la fuerza que para estar al lado del río tenés que tener plata. Se vuelve todo más restrictivo yla costa de Vicente López no la usamos sólo nosotros, la usan gente de todas las zonas. Nos reunimos todos los miércoles a las 20, en la Biblioteca Popular Sudestada, en Aristóbulo del Valle 1631”.
Contacto:
www.unidosporelrio-vl.blogspot.com
Roberto, del Foro por la Salud y el Ambiente de Vicente López e integrante de Médicos de Pueblos Fumigados: “En este momento estamos tratando de frenar las fumigaciones en las vías de los trenes. Hace dos años que se votó una ordenanza que prohíbe las fumigaciones en Vicente López, pero lo que aleganes que como la vía es de jurisdicción nacional, allí no tienen poder de policía, a pesar de la gravedad que significa esto. Por lo pronto, hay un fiscal que está iniciando una causa penal contra las fumigadoras. También tratamos de que no se desmantele y vacíe el geriátrico municipal: el año pasado lo querían reducirlo de 90 a 30 camas y logramos, a través de la lucha con los compañeros del geriátrico y vecinos, que se mantengan las 90. También tratamos de recuperar el hospital, que está sufriendo cierto vaciamiento. Nos reunimos en el Centro Cultural La Galpona, ubicado en Grecia y Agustín Álvarez, todos los jueves de 20 a 22”.
Contacto:
rmarcer@arnet.com.ar
Javier Rodríguez Pardo, del Movimiento Antinuclear del Chubut MACH: “El Movimiento nace en 1986 cuando quisieron imponernos un basurero nuclear en Chubut. Logramos ordenanzas en toda la Patagonia que declaraban territorio no nuclear, la primera fue en El Bolsón. Inclusive Santa Fe se plegó y se declaró libre de traslado y tránsito de residuos radioactivos. En el 96 logramos una ley, que hoy es nacional, que determina que para llevar a cabo una instalación nuclear relevante en el país, debe ser consultada la Autoridad Regulatoria Nuclear –autoridad que es fruto de nuestra lucha- y también consultar a la provincia. Hace poco organizamos una marcha a Zárate para instalar un debate: no hay central atómica que no haya tenido escapes radioactivos. Después de lo de Fukushima quedó más visible, que ya no era Chernobyl solamente, que ya no dependía de un error humano solamente, sin embargo no es un tema de discusión entre nosotros si queremos o no sostener este tipo de peligro”.
Contacto:
http://www.machpatagonia.com.ar/
Pilar, de la Asamblea Delta y Río de la Plata: “Vecinos de la Isla y del continente de Tigre comenzamos a movilizarnos porque la contaminación nos estaba llegando a la isla a través del río Reconquista, que es el segundo río más contaminado de Argentina, después del Riachuelo. Ahora la asamblea está destinada a generar un plan de protección para el Delta, que es un ecosistema de humedales que purifica el aire y la tierra y, a la vez funciona como una intefaz entre la ciudad y el río, como un colchón de tierra que absorbe y amaina la inundación antes de que llegue a la ciudad, además de que es una reserva de agua dulce y de diversidad. La asamblea está focalizada en proteger el Delta que está siendo arrasado por proyectos inmobiliarios y contaminación”.
Contacto:
www.asambleadeltayriodelaplata.blogspot.com
Sofía, del Centro Cultural y Comunitario Casa Puente de la primera sección del Delta del Tigre: “Es un espacio abierto, horizontal y autogestionado que brinda actividades culturales para los vecinos. También es un espacio de reunión en torno a las diferentes problemáticas que afectan la isla. Como el Delta se puso de moda se está empezando a valorizar la tierra y hay problemas con la gente que está viviendo en el lugar desde siempre. Un ejemplo: la Municipalidad empezó a cobrar alumbrado, barrido y limpieza, pero el servicio no existe y hay problemas cuando el río crece porque toda la gente deja la basura en el muelle y el agua se la lleva. Nos une con la asamblea el conflicto de Colony Park, un proyecto de country que desalojó a familias de isleños y también afecta la producción local de juncos. Vivimos en el humedal del Delta, uno de los más grandes que queda en el mundo. La lucha y la defensa ambiental tiene que ver con un modo de vida isleño que es una forma de vida rural que nos motiva a varios a vivir ahí: eso también es parte del espacio y la conciencia ecológica y ambiental”.
Contacto:
http://casaelpuente.blogspot.com/ lacasapuente@gmail.com
Pedro Moreira, de la biblioteca Intihuasi de San Miguel, que integra el Movimiento en Defensa de la Pacha: “Intentamos frenar el desastre en Punta Querandí, donde grandes empresas inmobiliarias con el afán de ganar dinero, no les importa generar desastres. En particular defendemos un sitio arqueológico de más de mil años y una zona de humedales que tienen un papel importante en la biodiversidad”.
Contacto:
http://movimientoendefensadelapacha.blogspot.com/
María, de Vecinos Autoconvocados en lucha de Bahía Blanca: “Venimos a mostrar el problema terrible que tenemos en Bahía Blanca de contaminación urbana-ambiental. Nuestra última lucha fue en la audiencia pública contra el dragado, un dragado que significa la ampliación del Polo Petroquímico, un dragado para que entren los buques regasificadores para abastecer a las multinacionales del agronegocio. Sabemos que después del dragado se viene una termoeléctrica, una aceitera, la planta de biocombustibles. A eso le sumamos toda la problemática de contaminación que ya tenemos. Es todo un paquete, un modelo económico, una matriz energética que hace que nuestra ciudad sea parte de ese modelo de producción de forrajes para biocombustibles, de saqueo, de contaminación. Nuestro puerto, que en otras épocas ha sido un puerto de granos, con variedad de frutas, vinos, peces, cereales, hoy es prácticamente sojero agroexportador y nos resistimos a ello. Estamos en una crisis hídrica y por ley, las empresas tienen prioridad en el consumo de agua. Nuestra fuente alternativa de agua es el Río Colorado que está próximamente a ser atacado por la multinacional Río Tinto que va a salinizarlo.”
Contacto:
mujeres_por_ladignidad@hotmail.com
Yanina, de la Asamblea No a la entrega de la Costa de Quilmes –Avellaneda: “Nos organizamos para defender el espacio de bosque de la ribera de Bernal, que está declarado reserva natural y parque ecológico por una ordenanza municipal del año 2003 y que constituye un ecosistema de una biodiversidad única. Está en peligro por un megaemprendimiento inmobiliario llamado Nueva Costa del Plata, de la multinacional Techint. El proyecto es similar al que está en la zona de Puerto Madero Sur. Tienen el apoyo del municipio de Avellaneda, que ya votó la ordenanza de rezonificación en 2008, y en Quilmes todavía está en discusión. Nos reunimos todos los domingos en la ribera de Bernal, entre la autopista Buenos Aires –La Plata y la Costa, en la placita Villa Luján.”
Contacto:
www.riberaconurbanosur.blogspot.com noalaentregadelacostaqa@gmail.com
Sol y Salomé, del colectivo urbano Semillas de Rebelión, de Rosario, que forma parte de la campaña Paren de Fumigar: “Nos organizamos en torno a la problemática de los agronegocios, que son parte de un mismo modelo productivo donde todas las problemáticas ambientales de alguna forma se van entrelazando. En nuestra zona lo que más nos afecta es la soja. En Rosario hemos creado, junto a otras organizaciones, el Espacio por la Biodiversidad. El desafío es desnaturalizar estos temas y visibilizarlos, concienciar y articular con las personas que viven en las zonas rurales afecatadas, conectar las luchas y resistir en forma conjunta. Nos juntamos cada 15 días en el Centro Cultural La Toma, que es un espacio recuperado por sus trabajadores”.
Contacto:
www.semillasderebelion.blogspot.com semillasderebelión@hotmail.com
Oscar, delgado del Centro de Acción Popular Olga Márquez de Aredes, Ledesma, Jujuy: “Somos una organización de pobladores de base que trabajamos en la promoción y defensa de los derechos humanos. No pertenecemos a ningún círculo oficial ni a ningún partido político. Hay una larga historia de atropellos, en especial del Ingenio Ledesma, y esa impunidad que sigue presente hasta el día de hoy. Confluyen dos modelos de saqueo: el agronegocio de la soja transgénica en el norte de Salta y parte de Jujuy y los ingenios azucareros.”
Contacto:
www.contraledesma.org
Marcos Pastrana, comunero del pueblo diaguita-calchaquí de las comunidades indígenas de Tafí del Valle: “La problemática fundamental en la defensa del territorio es que, al diluirse el uso y tenencia de la tierra de las comunidades indígenas y campesinas del noroeste argentino, también hemos perdido la autonomía, la libertad. Por la influencia de la megaminería, los megaemprendimientos turísticos, la soja y un montón de empresas multinacionales que están actuando. El denominador común son funcionarios electivos o de gobierno que abren la tranquera para el saqueo, la contaminación y el avasallamiento de nuestro pueblo”.
Contacto:
pastranamarcos@gmail.com

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Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

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Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.

En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.

La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.

Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.  

El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban  conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.

Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:

  • la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
  • el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
  • las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
  • el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
  • las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
  • las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
  • Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
  • Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.

Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:

  • Sí: sí a la vida.
  • Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
  • Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
  • Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.

Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.  

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24 de marzo de 2023: Que la memoria (los) ilumine

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Crónica de un nuevo 24 de marzo desde la voz de la gente, que habla de todo: de cuánto estaba el chori la marcha pasada a cuánto está hoy; de la pesificación de los fondos jubilatorios y de las elecciones por venir; de las dos marchas, y de la realidad. La necesidad de seguir enfrentando al fascismo, ¿cada vez más presente?, y la energía que da la calle. El recuerdo de Hebe, la presencia y las palabras de Nora Cortiñas, la partida sin condena de Carlos Blaquier. Lo pendiente: los juicios aún en curso, la falta de respuestas del Poder Judicial y de la política, les desparecides de hoy. La presencia de niñas y niños como herencia de una sana costumbre: memoria, verdad y justicia, ahora y siempre.

Y si de vos
me dijeran que no exististe,
les gritaría que me quedan,
tus ojos tristes,
tu caminar lento,
tu sonrisa apenas esbozada,
tu caricia leve,
y una espera,
una larga espera
de la que no volveremos
nunca,
o tal vez sí…

“Octubre 1976”, de Ana María Ponce, desaparecida.
24 de marzo de 2023: una de las intervenciones callejeras con el Nunca Más como bandera. Foto: Sol Tunni

Ahora es marzo de 2023.

24 de marzo de 2023.

Un pibe alto camina lento, con ojos tristes; el frente y el dorsal de su musculosa negra, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi abuelo”. Al lado, su mamá, camina lento, con una sonrisa apenas esbozada. Su musculosa gris, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi papá”. Caminan lento porque hay un océano de cabezas, pies y corazones que se dirigen desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo, a reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 47 años de la noche más sombría.

El pibe alto se llama Thomas Aballay y sostiene un cartel que contiene la foto de su abuelo, cuya sonrisa es tan ancha que parece desbordarse de la imagen. Se lee: “Jorge Oscar Tanco, detenido desaparecido, 16/09/1976”. Dice: “Pertenezco a la agrupación de Nietos de desaparecidos, conmueve un montón estar acá. El Nunca Más no debe quedar en el aire, por eso hay que seguir luchando”. Lo escucha su mamá, Maika Tanco, la hija de Jorge. Plantea deudas de esta democracia en relación a los castigos por los crímenes de lesa humanidad: “Necesitamos hablar no sólo del pasado, sino del presente y del futuro. La cárcel para los genocidas debe ser definitiva; cárcel común, no que estén en sus casas. Además, los juicios están retrasados. En los últimos cuatro años no hubo adelantos significativos y eso quedó manifiesto en que el empresario Carlos Blaquier acaba de morir sin ser juzgado por su complicidad con la dictadura. 47 años después, no es justicia. Y él ni siquiera la tuvo; falleció como inocente, y no lo fue”.

Lo que plantea Maika, minutos después lo confirman en números desde Sobrevivientes, Familiares Compañerxs y Amigxs del Centro Clandestino de Detención «El Olimpo”, emplazado en el barrio porteño de Floresta: “Hoy, 8 de cada 10 condenados por delitos de lesa humanidad están en sus casas cumpliendo las penas que debieran completar en cárcel común”. Desde que se reabrieron los juicios, entre 2006 y 2022 hubo 283 sentencias dictadas, 1115 personas condenadas y 171 absueltas. Hay 15 juicios en curso y 75 causas aguardan fecha de debate. En relación a la falta de celeridad, se debe a la escasez de tribunales orales disponibles. Un ejemplo es el proceso judicial por las violaciones de derechos humanos en el Centro Clandestino “Puente 12”, en La Matanza. El debate, pactado para principios de 2022, recién comenzará el próximo 3 de abril “por cuestiones de agenda”.

Como el mundial

El olor a humo que emana de decenas de parrillas acompañan toda la marcha. Hay olor a chori, hay olor a un pueblo que, pese a ser una fecha que evoca la peor de las crueldades, se hermana, se abraza. Se trata de una fecha para encontrarse y reencontrarse, con unx mismo y con el resto. El barro que se multiplica con el paso de las horas en varios sectores de la Plaza de Mayo refleja la masividad de la cita ineludible. Hay mil banderas de organizaciones sociales, de partidos, de sindicatos; pasacalles, stencils, graffitis viejos y que acaban de nacer; bombos, cánticos, intervenciones artísticas; hay sueños compartidos: “La importancia de estar acá es mostrar que la derecha, los milicos, la policía, no tiene la cancha libre; desearía que fueran menos, pero no lo son, siguen teniendo mucho poder. Entonces, la única defensa que tenemos es la calle”, alza Cecilia, 69 años, de Florida Norte. Y profundiza: “Hay que apuntar a la igualdad social como eje; tenemos alimentos para millones de personas, pero la mitad de nuestra población infantil es pobre. Alguien se la está llevando y es contra ellos que debemos pelear”.

Antes de empezar a marchar, Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, le dice a la lavaca que está “con mucha fuerza para seguir pidiendo Memoria, Verdad y Justicia”; le dice que “el país está cada día peor, porque este gobierno, gobierna para los ricos, y hay que resistir en la calle”; le dice que pasó su cumpleaños (93, el 22 de marzo) “muy feliz, llena de abrazos y de afecto, pero la felicidad nunca es completa y será así hasta encontrar a Gustavo (su hijo, desaparecido)”; dice que el compromiso “debe ser hasta morir” y antes de terminar la charla, en medio de un intenso calor, propone ir tomar una cerveza al final de la jornada.

Lucía Iérmoli tiene 35 años y está embarazada de seis meses. “Las conquistas hay que defenderlas acá, contra el poder concentrado que sigue creciendo. No estar un día como hoy marcaría una ausencia. Que reviente de gente esta plaza es un logro de todas, de todos. No sé cuántos lugares en el mundo tienen un día que reivindique la memoria”, dice, con voz tierna y con Vera en la panza, que también sigue creciendo. A su lado, su amiga Alejandra Spinetta, 59 años, agrega: “No se puede no estar acá; si uno falta, si no se compromete, es dejarle el lugar para que avance la derecha”.

A unos metros, Laura, de 66, está contenta. Muestra una vitalidad que está recuperando, a medida que avanzan las horas: “Es mi primera movilización después de la pandemia; estuve muy enferma, durante muchos años, pero hoy sentía que debía estar con mi pueblo y no me arrepiento: me llena de energía”.

Detrás, una imagen bellísima que retrata a Hebe de Bonafini, en el primer 24 sin su presencia física. Está con sus dos hijos, chiquitos, ambos desaparecidos. Una frase acompaña el cuadro, a 40 años de la recuperación de la democracia: “El día que me muera no me tienen que llorar. Hagan una fiesta en la calle, porque hice lo que quise y peleé con todo como quise”.

Retrato de Hebe de Bonafini: símbolo de lucha y de una época. Foto: Sol Tunni

El 24 de marzo de 1995 a las 6 de la mañana llegó al mundo Victoria Rossi. “Victoria por la frase del Che, de ‘hasta la victoria siempre’, por el concepto del triunfo del pueblo”, rememora Viqui, a metros de la Catedral vallada, en su cumpleaños 28. “A partir de que empecé a militar en el centro de estudiantes del secundario, sentí que los 24 de marzo ya no había lugar para festejos personales, sí para abrazos, sí para estar con mi gente, pero desde un lado más colectivo”. Su mamá y su papá, militantes de izquierda, venían a las marchas mucho antes de que se decretara feriado, allá por 2022: “Desde chiquita fui consciente del valor que tenía esta fecha y me acuerdo que en cuarto grado fue el último cumple que festejé en la escuela. Sin embargo, estar acá es lo más importante en este día; un año no vine y algo me faltó. Decidí que esa sensación no la quiero sentir más”. Y asocia: “Más allá de que esto no sea una celebración, vivo un 24 de marzo como lo más parecido a ganar un campeonato del mundo, porque hay un gran motivo para juntarse: hay orgas, partidos, familias, parejas, gente que va de la mano con quien quiere y eso tiene que ver con la búsqueda de la libertad por la que peleaban las y los desaparecidos”.

Ideas de ayer a hoy

Un hombre cuarentón camina de la mano de su hija. Ambos tienen puesta el mismo modelo de remera que exige “Juicio y castigo”. La diferencia es que una es talle X y la otra es talle S. Expresa Lucas: “Estamos acá por dos motivos: por responsabilidad social y porque mi papá es uno de los 30 mil”. ¿Qué utopías de su viejo hay que traer al presente? “Nunca dejar de hacer política seria y trabajar mucho en los barrios”. Se va a seguir marchando, siempre de la mano de su hija. En su espalda, de su mochila cuelga un pañuelo blanco que denuncia: “Pablo Córdoba, desaparecido”.

Ana Valverde escucha atentamente el documento leído por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Tiene 72 años, milita hace 54 y lleva bien alto un cartel con la foto y el nombre de Patricia Gaitán, desaparecida por la última dictadura cívico militar eclesiástica. “La principal pelea de los 70 que hay que dar hoy es cómo lograr la unidad de las y los laburantes”. Dice que es jubilada y protesta porque “el gobierno nacional acaba de confiscar el fondo de garantía de sustentabilidad que estaba en dólares y que por un DNU lo pesificó. Esto no perjudica a quienes ahora somos jubilados, sino también a ustedes, los más jóvenes”.

–¿Vos aportás? –me pregunta.
–Sí.
–Bueno, te acaban de afanar.

Un pasacalle grita: “30.000 razones contra el FMI”; un cartel pegado con engrudo sigue la línea: “Basta de extorsiones del FMI”; desde arriba del escenario, en el documento que leen los organismos de derechos humanos, se agita: “El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos”. Abajo, la inflación arrasa. Alberto es de Avellaneda y atiende una parrilla que instaló en la esquina de Avenida de Mayo y Carlos Pellegrini: “En la marcha pasada, el chori estaba 150 pesos, cobrándolo caro; hoy, yo lo tengo 700, como barato; en otros puestos está hasta 900”. A 50 metros, Viviana está sentada en un banquito. En el piso, sobre una lona, expone pañuelos blancos y azules, con la consigna “Nunca Más”. “El año pasado estaban 250 pesos, hoy 500”. Agrega: “Fue muy floja la venta, hoy se vendió mucho menos que en 2022”.

La primera actividad que arranca el 24, a media mañana, y la que cierra, a eso de las 20, se da en Plaza de los Dos Congresos. Es un festival por la memoria donde cantan bandas de heavy metal, que se organiza desde hace 16 años. Quien presenta a las bandas se llama Fernando Ricart, tiene 52 años, un pelo larguísimo y un padrino que estuvo detenido desaparecido: “Se lo llevaron por ser delegado, como si eso fuera un delito. Estuvo un mes y medio desaparecido, pero el daño que le hicieron fue para siempre. Se lo llevaron siendo uno, y me devolvieron a otra persona. Nunca se recuperó”. Andrés, 39 años, escucha la música pesada junto a su hijo de 6. Lleva una remera que se pregunta qué hicieron con Santiago Maldonado. Le pregunto qué ideas de la militancia de los 70 serían importantes que hoy sean prioridad: “Se perdió la perspectiva de un cambio revolucionario real; el peronismo tiene su eje en la Justicia, como si no fuera parte de este sistema que hay que cambiar de raíz; mientras que la izquierda partidaria sigue en la pelotudez, discutiendo en el Congreso sobre concepciones marxistas de hace tiempo, sin pensar en el cambio social actual”.

Rocío y Darío viajaron desde Tandil junto a su hijo Amadeo, de un año recién cumplido, para sentir en vivo y en directo la marcha que tantos años recorrieron cuando vivían en Buenos Aires. “La memoria se construye desde la cuna y las Madres y las Abuelas son la escuela”, recuerda ella. “La mejor manera de reivindicar a las y los desaparecidos es seguir su camino: el trabajo de base que se hacía en esos años”, recuerda él, que al igual que su bebé lleva puesta una remera de Diego Maradona. A su lado está Belén, una amiga de la pareja que por primera vez es parte de esta movilización: “En Tandil es diferente; hay un espacio fuerte y comprometido con los derechos humanos, pero es una ciudad mayormente oligarca; para mí es muy fuerte estar acá. Más que nunca debemos mantener viva la memoria y para eso hay que movernos”.

Memoria en este momento

Hay un graffiti recién pintado en la estación de subte Lima, de la línea A, que reza: “Memoria en este momento”.

Aparece también en paredes, en carteles y en diversos reclamos. Elizabeth tiene 70 años y lleva colgado un cartel que pide “Libertad a Assange, una verdad sin mordaza”. Lo relaciona con el 24 de marzo: “En el caso de Julian, se condena la libertad de expresión, no hay derecho a la información de la población y se expone cómo se persigue a la gente cuando se descubren los secretos de los gobiernos”. Detrás de ella, un stencil negro exhorta: “Abran los archivos secretos de la Dictadura”. Elizabeth tiene tres compañeros desaparecidos: Mónica Epstein, Hernán Abriata y Klaus Zleschank. “De ellos, además de recordarlos, hay que seguir su ejemplo: militar por una mejor redistribución de los ingresos”.

El recorrido desde la 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo está acompañado por afiches de la organización La Poderosa con un encabezado: “40 años alimentando la democracia”. Se da en el marco de un proyecto de ley que impulsa el conglomerado de asambleas villeras para que se reconozca con un salario a las más de 70 mil cocineras comunitarias que trabajan en el país sin percibir un salario. ¿Qué implica el reconocimiento laboral? “Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías”, expresan desde el movimiento.

Uno de esos afiches lo tiene a su lado Francisca, que vive en la calle y ahora está delante de un kiosco de diarios cerrado. Tiene una bandeja de arroz por la mitad y una voz que pide escucha: “Se la pasa muy difícil acá”. Y en un puñado de palabras, esgrime una deuda sustancial de la democracia: “Pensemos, ¿cuántos políticos en los últimos años hablaron de la situación de calle, de las villas? Eso dice mucho de cómo estamos”.

Detrás de su lente, la mirada de Oswald, colombiano de 41 años que hace 14 vive en Argentina, fotografía a un pueblo que recuerda sin parar. “Es imposible estar acá y no compararlo con mi país. Allá, pese a que no hubo una dictadura tan marcada, la serie de gobiernos de derecha y los paramilitares han desaparecido a más gente que en cualquier dictadura del cono sur”. Añade: “Por eso es tan importante valorar lo que se consiguió acá. En mi país, el miedo y la violencia aún imposibilita la unión de familiares de víctimas para reclamar en conjunto. En el último tiempo la juventud comienza a jugar un rol clave y para esto la Argentina es un ejemplo a seguir”.

Sobre Avenida de Mayo, un gazebo contiene a un grupo de “peruanos autoconvocadxs” que vocifera por la “dictadura que vive Perú”. Más de 60 caras se alternan con cintas de luto negro, en un antimemorial que estremece. Son las “víctimas del Estado Peruano”. Merly tiene 36 años, nació en Parcona Ica y hace 20 vive en Argentina. “Estamos acá porque también queremos decir Nunca Más. Las muertes tienen rostro y la mayoría son de pueblos originarios, del sur del país”.

Carolina, de 23, muestra su juventud caminando rápido, para no perderle pisada a sus amigos que van un poco más adelante. “Recordar a los desaparecidos de la dictadura es luchar por los desaparecidos de hoy. La derecha sigue avanzando y no lo podemos permitir”. A pocos metros de la Plaza de Mayo, donde desemboca la enorme movilización, Daniela, de 35, vende hamburguesas veganas. En el frente de su heladerita de telgopor está pegado un cartel con los colores de la diversidad, que se pregunta: ¿Dónde mierda está Tehuel? “No se puede aceptar tener desaparecides en democracia. El Estado define de quién se ocupa y de quién no, discriminando a las identidades trans. El racismo sigue, nunca se fue”.

¿Dónde está Tehuel?. Foto: Sol Tunni

Pablo está a pasos de la Pirámide de Mayo. Tiene 36 años, una militancia desde la juventud y un miedo que le recorre el cuerpo: “La democracia vuelve a estar en riesgo; las voces que la amenazan vuelven a tener más peso, que se traducen en persecución, en proscripción, en prohibición”. Suma: “Sufrimos salarios de miseria que sólo lo podremos dar vuelta con una transformación obrera y un pacto social que resguarde un piso que la derecha busca perforar. Para esto, hay que poner el cuerpo como en los 70, porque salvo en determinados momentos como el 2001 o la reforma jubilatoria del macrismo, no pudimos hacerlo en unidad”. A su lado, lo escucha Fidel, su hijo de 8 años.

–¿Por qué estás acá? –le pregunto a Fidel.

–Por la desaparición de los compañeros.

La tarde empieza a caer, la multitud a desconcentrarse y, mientras las paredes siguen pintando preguntas, también se escuchan versos que alimentan la memoria.

Se que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo, mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos
versos.

“Poema para no morir”, de José Beláustegui, desaparecido.
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Nota

24 de marzo: Las sombras de la democracia

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En pocas horas, una marea humana llenará las calles desde el Congreso de la Nación hasta la Plaza de Mayo y sus alrededores. Lo hará marchando en silencio, lo hará cantando, lo hará gritando, saltando, bailando, reclamando. Recordando. Lo hará a plena luz del día. Pero en vísperas del 24 de marzo, el escenario nocturno arroja ya algunas pistas sobre las deudas de la democracia, las que no se ven de día. Imagenes y significados actuales de la memoria despierta.

Por Francisco Pandolfi

Es jueves 23 de marzo, 23.30 y la medianoche está al caer. Y con ella, el inicio de una jornada en la que se recuerda que hace 47 años irrumpió la más cruenta dictadura cívico militar eclesiástica.

La luna, finita, ya es casi imperceptible en una noche especialmente agradable, sin frío ni calor; con una brisa necesaria que hace recibir al otoño con los brazos bien abiertos. En esas calles que pronto serán caminantes abarrotados, ahora pasan otras cosas. Un montón de cosas.

Un pibe de veintipico duerme, literalmente, en una de las puertas del Congreso Nacional, sobre avenida Rivadavia, aferrado a un parlante que hace luces multicolores al ritmo en que suena una cumbia, a un volumen que nada tiene que envidiarle a un boliche top. En la puerta contigua de la casa legislativa, otro tipo duerme arriba de dos viejos colchones.

A la vuelta, la fachada principal sobre la avenida Entre Ríos luce ambientada en una tonalidad azulada. Es imponente la gigantografía compuesta por mucho más que dos palabras: Nunca Más. Detrás, dos logos que sacan una cuenta ineludible: 40 años, democracia siempre.

Me paro en la esquina y también resulta imponente ver cómo viene envalentonada una manada de ciclistas y motociclistas con caparazones rojos, amarillos y naranjas, según la empresa precarizadora de delivery, que pareciera estar disputando una carrera.

Empiezo a caminar por donde en un rato habrá cientos de miles de corazones. No hago treinta metros y ya en la puerta del café Nápoles otra persona duerme en la calle. Cruzo a la Plaza de los Dos Congresos y allí no hay calculadora que resista. Una persona sueña sobre un banco, otras cuatro en una ranchada hecha de cartones y frazadas; otro más allá, tirado sobre su carro; un poquito después, cuatro pibes ríen sobre un par de colchones. A metros, la plaza de juegos está llena de infancias felices, subidas a hamacas y tiradas desde toboganes, encerradas por un cerco de rejas grises.

Aparecen los primeros grupos vestidos con camisetas de Argentina que van llegando desde el estadio Monumental, donde anoche la Selección le ganó a Panamá en el primer partido post conquista en Qatar. Ven lo mismo que yo: una persiana baja de una óptica con un grafitti que dice “Abajo la dictadura de Perú”; una persiana baja de una panadería con un lema que dice “Vivas nos quiero”; una persiana baja de un banco con unas letras que dicen: “Ni olvido ni perdón”. Enfrente, un mural impactante de las Madres de Plaza de Mayo: “La memoria es la patria que soñamos; 30.000 presentes”.

Son las 12 de la noche y entonces ya es 24 de marzo. Ya está latiendo. Un pibe, de no más de 25 años, lleva en brazos a un bebé de no más de dos. Tiene hambre y le pide al kiosquero si no le regala algo. No tiene suerte. Sigue su camino, en búsqueda de algún otro kiosco. Antes, se topa con otros dos pibes durmiendo en una esquina; y después con una pareja que lleva dos carros de bebé, sin ningún bebé adentro. Allí van juntando descartes de otros humanos.

Van, –vamos–, mirando los carteles que están pegados en el trayecto a Plaza de Mayo y que en cuestión de minutos serán tapados por cientos de carteles de organizaciones sociales y partidos políticos referidos al Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Una cartulina rosa que pide más tizas y menos balas; otro que interpela: “Me dicen tortillera como si eso fuera una ofensa”; otro que exige “Justicia por Carmen y Liliana”; un dibujo en la acera que exhorta: “No me toques”; otro que recuerda: «Falta Tehuel».

Son las doce y media y otro pibe durmiendo en un banco de cemento que es incómodamente duro, hasta para sentarse. Lleva un pañuelo, que no es blanco: es negro y verde y le sirve para taparse la cara.

Llego a la Estación Lima del subte A. La escalera mecánica sigue funcionando aunque hace rato ya pasó el último subte y las puertas están cerradas. Una mujer está a unos pasos pero no se da cuenta: duerme, en el palier de un negocio. Enfrente, un enorme edificio de la Unión Industrial Argentina. A sus dos costados, dos personas acostadas sobre el piso.

En la 9 de Julio, dos pibes con visera intentan vender los últimos pañuelos descartables que les quedan, aprovechando el cambio de temperatura. En el piso, una ilustración pequeña que a partir del mediodía pasará desapercibida ante las miles de piernas. Lo que no pasa desapercibido es lo que dice: “Ni una menos”.

Hacia el norte, el obelisco; hacia el sur, Evita, iluminada de celeste y blanco. Tras cruzar la que se considera la avenida más ancha del mundo, otra persona tirada en la calle, con una manta de rombos negros y blancos, y con una mochila devenida en almohada. Bares abiertos con un derroche de luminaria encendida; bares cerrados con un derroche de luminaria encendida. Pasan otros tantos ciclistas deliverys confirmando que sí están disputando una carrera. Ni de casualidad leen el graffiti que exclama una deuda interna: “Libertad a las presas mapuche”.

Una pareja de cincuentones caminan en sentido contrario, lookeados como si fueran a bailar unos tangos. No parecen darle importancia a unas letras A4 recién pegadas, que forman una verdad innegable: “El precio del alquiler lo desreguló la dictadura”. Ni tampoco a las y los vecinos de la organización La Poderosa, que llegaron desde las villas 31 de Retiro; Fátima de Soldati; 21-24 de Barracas; 20 de Lugano; entre otros barrios empobrecidos, para hacer memoria desde temprano y comenzar a colgar banderas y pasacalles.

En la Plaza de Mayo y en las cuadras previas, ya abundan los carteles de las organizaciones y partidos que buscaron primerear, ganar un mejor lugar en los registros audiovisuales. Uno que prepondera dice: “Hebe vive en nuestras luchas y en nuestros corazones”. El otro: “Defender a Cristina es volver a Perón”. En un grupo de tres jóvenes que pasa por debajo, el varón le pregunta con ironía a sus dos amigas: “¿Eso es a favor o en contra de Cristina?”.

A doscientos metros de la Casa Rosada, otro hombre duerme en la calle, esta vez en la puerta de una feria artesanal. Y enfrente otro más, al descubierto. A la intemperie.

En la Plaza: el escenario armado. La Policía de la Ciudad armada. La catedral vallada.

A metros, un pibe, un poco pasado de alcohol, se le queda mirando a otro, que está sentado en uno de esos bancos hechos para que nadie se quiera sentar. Lo amenaza con que le va a robar, pero sigue: “Eh, ojo, no te regalés”, le suelta. El otro no le dice nada. Se calla. Detrás, una inscripción con aerosol: “Memoria, es NO al FMI”. Arriba, colgado entre dos árboles, un pasacalle cierra el círculo: “La democracia se defiende en las calles”.

Ahí nos vemos.

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