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Palíndroma: el cuerpo al poder

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En Palíndroma, Margarita Molfino hace mucho más que bailar: comunica algo que no se dice con palabras. Junto a William Prociuk crearon esta obra que apela a la sensibilidad y borra definiciones, fronteras y vuelve al cuerpo como origen de resistencia. Lo demás está todo no-dicho: «Me encanta cuando me dicen no entendí nada: no había nada que entender, es eso que viste y cómo te resuena a vos en el cuerpo, en tu cabeza, en tus imágenes. Es fundamental comunicarnos de otro modo”. Los viernes a las 22.30 hs., en Espacio Callejón, Humahuaca 3759, hasta el 15 de septiembre.

Un palíndromo es una palabra o frase que se lee igual tanto de izquierda a derecha, como de derecha a izquierda. Un ir y venir, volver a empezar, un mismo recorrido que se puede iniciar de distinta manera.
Palíndroma es la palabra que eligieron Margarita Molfino y William Prociuk para la primera obra de danza que gestaron juntos. “Elegimos un recurso literario, una corriente emocional y conceptual que actúa en el cuerpo totalmente diferente al recurso literario. En la palabra palindrómica es ida y vuelta igual y en el cuerpo se desbarata y opera de otra manera”, cuenta Margarita, actriz y bailarina, intérprete de la obra. William, el otro director: “Entiendo la danza como teatro de imágenes, es la dramaturgia más pura que existe. Hay que confiar en la propia sensibilidad”.

Palíndroma: el cuerpo al poder

Foto: Gisela Filc

El saber del cuerpo

Una bailarina en escena, una intérprete, un cuerpo en conflicto. Movimientos repetidos, destellos de la fragmentación; el cuerpo busca, se contrae, se expande, se deforma, se cae y se levanta. Luces, sombras y una música inquietante, en permanente tensión. Síntomas.
¿Qué se hace con el intelecto que todo lo procesa y clasifica cuando vamos a ver una obra de danza? No hay palabras, sólo un cuerpo en movimiento. Y Margarita: “Hay algo en la danza muy esperanzador, de hacer algo y cambiarle el curso: estás haciendo un movimiento y cambiás la dirección, torcés el curso de las cosas. Hay algo del palíndromo que invita a eso, vas para allá pero en realidad podés recalcular el camino, reincidir mil veces, volver  atrás, ese potencial de la danza me convoca mucho: hablar desde el saber del cuerpo. Me gusta el público que no es de la danza, me gusta esa mirada y ese desprejuicio, por un lado; y el prejuicio, por otro, porque te dicen que no entendieron. Trato de desbaratar esa idea porque hablo desde el saber del cuerpo, y eso lo tenemos todos. Estamos muy adiestrados a la interpretación, y no hay que interpretar nada”.
¿Qué nos dice nuestro cuerpo? ¿Y si nos aquietamos y lo escuchamos? “En nuestra cultura estamos más habituados a que el espectador quiere entender algo en términos de comunicación. A mí me interesa abrir otros caudales de comunicación, que tienen que ver con las formas, las imágenes, las texturas. La danza es un lugar muy propicio para todo eso y no tanto un relato convencional. Me encanta cuando me dicen no entendí nada: no había nada que entender, es eso que viste y cómo te resuena a vos en el cuerpo, en tu cabeza, en tus imágenes. No necesito que tenga una lógica, un sentido, sino que apelo a otros canales. Es fundamental comunicarnos de otro modo”.
Margarita Molfino es bailarina, pero también una reconocida actriz (entre otros papiros del under, ostenta haber participado en la taquillera Relatos Salvajes). Hace tiempo que Molfino tenía ganas de hacer algo propio, desde la idea, la interpretación y la dirección. Es profesora, le gusta estudiar, participa en grupos de estudio de filosofía, fue guardando materiales inspiradores y comenzó a abordarlos desde lo físico.
A esa tarea de investigación se sumó William -actor, director, dramaturgo-, que aportó lo suyo al proceso creativo. Se conocieron en la obbra Macbeth, dirigida por Javier Daulte en el Teatro San Martín, en el 2012, y crearon una compañía en la que William escribe y dirige. Participaron de una película y hace cuatro años comenzaron el camino de crear Palíndroma hasta experimentarla en el escenario del Espacio Callejón. Cada uno desde sus experiencias, sus saberes, la danza y la dramaturgia, el movimiento y el relato. William dirá: “Para mí la danza era un lenguaje muy lejano, ahora me remite a la dramaturgia de las imágenes. La danza es el polvo mágico de la dramaturgia, no hay ni una sola palabra”. Contar sin palabras fue un desafío para William. Despojarse del prejuicio de hacer un solo, que le parecía un acto egocéntrico, y comprender que no estaba sola sino que había otras personas acompañando ese acto creativo; poner el cuerpo al servicio de la idea que imaginaron con William; y fortalecerse del aporte de otros profesionales desde la música, el vestuario y la iluminación, fue el aprendizaje de Margarita.
Ambos coinciden en que en Palíndroma hay imágenes que se nutren del cine, de la pintura, que tienen que ver con correrse del cuerpo cotidiano, el de la calle; explorar otros umbrales, otros  bordes que lo conmueven y transforman. “Los movimientos no son palabras y las palabras no cuentan. Fragmentos de memoria, ensoñación de una voz en off que no se oye hacia afuera, continuo devenir que despierta al torso, al cuerpo que anda y desanda sus pasos”, escribieron juntos en el programa de mano de la obra. En la primera función invitaron a amigos y en las siguientes funcionó muy bien el boca a boca. Esas bocas fueron transmitiendo la belleza y el encanto de Palíndroma y más cuerpos curiosos y expectantes se acercaron para comprobarlo por sí mismos.
Los sentidos se expresan en el cuerpo, los cuerpos se conectan unos con otros. ¿Qué pasa si eso no sucede? ¿Qué salva a un cuerpo? Margarita: “Confío absolutamente en el cuerpo. En este momento lo que nos salva es aparearnos, ir a la calle, a la plaza, a un recital, al teatro. El contacto físico, sentir la solidaridad, no llenando una página de internet sino sabiendo que otro esta ahí bancándote. Lo más contundente que se puede hacer es juntarse. Nos quieren separar lo más posible, es mejor que esté cada uno con su laptop solo. Hay que hacer fiestas, juntarse, bailar, que los cuerpos se mezclen. Eso es lo que rompe las definiciones, las coordenadas, por eso me interesan todos esos lugares donde los cuerpos se mezclan. Cuerpos en armonía, con un mismo deseo. Nos mueve el deseo y eso se puede fomentar o mandar a dormir. El erotismo se fomenta con el contacto de los cuerpos. Mezclarse para borrar definiciones, fronteras y mezclar los cuerpos: ésa es la resistencia”.

Palíndroma: el cuerpo al poder

Margarita Molfino por Lina Etchesuri

Palíndroma
Coreografía e interpretación: Margarita Molfino
Idea y Dirección: Margarita Molfino y William Prociuk
Viernes 22.30 hs – Espacio Callejón, Humahuaca 3759
Hasta el 15 de septiembre.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

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Todos los jueves de agosto, presencial o virtual. Más info e inscripción en [email protected]

Taller: ¡Autogestioná tu Podcast!

De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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