Sigamos en contacto

Nota

Efecto Alperovich: recién después de la denuncia de su sobrina por violación, el Senado empezó a implementar un protocolo contra abusos y violencia machista

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La secuencia puede ser ésta:

  • El senador José Alperovich fue denunciado por una sobrina suya, que era su asistente y trabaja en el Senado, por abuso y violencia sexual entre 2017 y 2019. La joven tiene hoy 29 años. La denuncia se conoció el viernes pasado.
  • La agencia Lavaca quiso averiguar qué dispositivos tiene el Senado Nacional para enfrentar ese tipo de situaciones y descubrió que el “Protocolo contra la violencia laboral con perspectiva de género” sancionado por el cuerpo en octubre de 2018 nunca se aplicó y ni siquiera se nombró, en más de un año, al Comité encargado de implementarlo. 
  • Ante tal insistencia periodística, entre el desconcierto y el apuro tras el estallido público del escándalo, este lunes por la tarde la presidenta del Senado Gabriela Michetti informó que se había creado el “Comité de Seguimiento de Violencia Laboral y de Género”, que obviamente no existía hasta ahora y que tal vez algo podría haber hecho en un caso como este. Al no existir el Comité, el Protocolo era una cáscara vacía.

Según el Protocolo el Comité es el ente encargado de recibir las denuncias y brindar acompañamiento, asesoramiento, asistencia legal y psicológica, confeccionar estadísticas y análisis sistemáticos, impulsar campañas y cursos. Pero nunca se constituyó. Cualquier mujer que trabaje en el Senado se hubiera encontrado con un muro de silencio si hubiese querido denunciar algo, lo mismo que le hubiese ocurrido a la denunciante contra Alperovich.

Protocolo aprobado, disponible en esta página

Ante la denuncia contra el ex gobernador tucumano, y para conocer las medidas que podrían implementarse contra él, la Agencia lavaca consultó a la secretaría del Senado, luego a la Secretaría Administrativa, y luego a la Presidencia. No hubo respuestas. La única certeza llegó de una asesora de una senadora quien remitió a esta agencia el único avance en la materia: una carta enviada por distintas senadoras el 14 de noviembre –hace menos de quince días- con el pedido urgente de conformación del Comité que debía poner en funcionamiento el Protocolo.

La carta firmada por más de quince senadoras, enviada antes de haber trascendido la denuncia al senador José Alperovich, sostiene: “La demora en la aplicación efectiva del protocolo contra la violencia laboral con perspectiva de género no hace más que dejar a la víctima en una situación de vulnerabilidad extrema y una doble violencia, laboral e institucional, y como organismo debemos ser ejemplificadores y actuar en consecuencia de lo rubricado por las autoridades de esta Cámara como lo que sancionamos como legisladores y legisladoras. La falta de dicho Comité no hace más que dejar al descubierto la falta de compromiso ante lo rubricado en Reunión de Paritarias y la incapacidad como institución para brindar una solución adecuada a las normas ante cualquier denuncia de violencia laboral”.

Según difundió el diario contrainformativoClarín, el presidente provisional de la Cámara alta, Federico Pinedo, por pedido de la Senadora tucumana Elías de Pérez, emitió una resolución el viernes a última hora que ordenaba “dejar sin efecto la asignación de tareas vigente” de la denunciante y afectarla a la “secretaría Parlamentaria”. Según ese medio, el decreto insta a brindar “asesoramiento integral, asistencia jurídica, y psicológica a la víctima «a través del Comité de Seguimiento de Violencia Laboral de Género”.

Pero ese Comité no existía.

La senadora Norma Durango, presidenta de la Banca de la Mujer en la Cámara Alta, explicó a lavaca: “Lo de Pinedo son sólo declaraciones periodísticas porque el Protocolo está creado pero no implementado”. Agregó: “La senadora Elías de Pérez dice que se ponga en práctica el protocolo, hace 15 días en la última reunión que tuvimos en la Banca de la Mujer hice circular una nota que firmaron todas las senadoras presentes, la senadora Elías de Pérez no estaba presente, dirigida al secretario administrativo del Senado para que ponga en marcha este protocolo, para que nombre los profesionales que tienen que estar capacitados en situaciones como estas que nunca nos imaginamos que íbamos a tener tan rápido”.

Efecto Alperovich: recién después de la denuncia de su sobrina por violación, el Senado empezó a implementar un protocolo contra abusos y violencia machista

Es difícil pensar la razón de tanta demora. Partidariamente, a un Senado manejado por el oficialismo, le convenía la denuncia contra Alperovich, tildado como “cristinista” en la interna que mantuvo con el actual gobernador Juan Manzur. Pero tal vez se trate de otras cuestiones:

-Inercia burocrática: entre quienes se están yendo y quienes aún no llegaron, hay varias zonas del Estado que funcionan en modo zombi.

-Inercia corporativa: falta o ausencia de interés de ciertos organismos en investigar a sus propios integrantes.

-Inercia temática: la violencia contra las mujeres aún no es comprendida y valorada en toda su dimensión, siendo que se trata de un hecho fáctico, judicial y a la vez cultural de nivel global que marca una nueva época.

Sobre el caso puede decirse que la denunciante de 29 años trabajó junto al actual senador Alperovich en su fracasada campaña para gobernador de Tucumán, y según trascendió luego, es empleada de planta transitoria en el despacho de la senadora Beatriz Mirkin. Los hechos denunciados habrían ocurrido tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en San Miguel de Tucumán, entre diciembre de 2017 y mayo de 2019. El propio avance judicial y las declaraciones determinarán, si es preciso, en qué lugares ocurrió el delito.  

Según detalló el abogado de la joven: “El delito previsto en el Código Procesal, es abuso sexual. Deberá evaluarse el agravamiento tanto por haber producido un daño grave en la salud de la víctima, como por la relación de dependencia entre la denunciante con el demandado, por el sometimiento gravemente ultrajante para la víctima cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción».

El señor Alperovich escuchó las sugerencias públicas que hiciereon políticos como Felipe Solá, y pidió licencia de su banca: A fin de dedicar mi esfuerzo y mi tiempo a desbaratar la infamia, aclarar la verdad, y reparar mi honor, le pido expresamente que me confiera licencia en mi honorable cargo” dice su misiva con inflación de referencias al honor. Alperovich al menos no cobrará su sueldo aunque no hay sospechas sobre que eso haga peligrar su bienestar económico. El problema de fondo ante estos casos parece darle una vez más la razón a lo que dicen las mujeres en la calle sobre la violencia machista: el Estado es responsable.  

Nota

Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld

Publicada

el

Campaña: Encontremos a las/los nietos de Oesterheld
Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Ahora que tenemos la atención de todo el mundo, te pedimos algo: ayudanos a encontrar a las o los nietos de Oesterheld, el creador de El Eternauta: compartí estas placas.

Seguir leyendo

Nota

Cien

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

Cien

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

Cien

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

Cien

Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

Cien

Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

Seguir leyendo

Nota

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Pasaron cinco años del femicidio de Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte. Tres años de un juicio que absolvió a un imputado sin pruebas. Cuatro fiscales, cuatro policías presos y numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad, ese compromiso que aún es la certeza que falta.

Fotos y crónica de María Eugenia Morengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Luquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

5 años sin Cecilia Gisela Basaldúa: crónica desde Cruz del Eje

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.