CABA
Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto
Voces y Silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente, el escritor y otros que no se arrepienten de este amor.
Voces y silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente y otros que no se arrepienten de este amor.
Mauricio Macri baila en el balcón de la Casa Rosada, cumpliendo el deseo de quienes abajo, al sol, 30º, gritaron: “Que baile, que baile”.
Un joven con remera del PRO aúlla ante lavaca.org: “Es un grosso”. La escena de Macri bailando es acaso inolvidable, aunque es difícil determinar si eso es bueno o malo. En cierto momento la vicepresidenta Gabriela Michetti, toma el micrófono y canta (cabe consignar que nadie se lo había pedido). Al escucharla el joven del PRO decidió callar y ponerse auriculares de su móvil, tal vez en homenaje a Gilda y su tema que seguía sonando como fondo: No me arrepiento de este amor.
Es sabido que durante algunas horas el presidente argentino fue Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, ex alumno de la Escuela Argentina Modelo y no del Cardenal Newman: es el tipo de dato que fluye por los pasillos del neopoder, sin que nadie sepa cómo descifrarlo. Se presume que la Presidencia Pinedo hubiera alegrado los corazones de varios no-macristas si hubiese resultado sustentable por más tiempo, pero el pinedismo no alcanzó a tomar forma.
Al llegar Macri al Congreso, lo más interesante fue la presencia de un señor que sostenía un cartel rodeado exactamente por cinco policías y tres en segunda línea: marcación similar a la que padecen normalmente el rosarino Lionel Messi o los terroristas en las series.
En el cartel podía leerse:
-Si devalúan, salimos a la calle.
El hombre estaba en silencio, mirando hacia la puerta del Congreso. Tiene 70 años. En un momento explicó que al rodearlo de ese modo, se estaba violando su libertad de expresión. Del otro lado de la pancarta decía:
-No devaluar, no endeudarse.
Los policías lo miraban atentamente, persuadidos de que algo no estaba bien en esa escena.
Macri ya hablaba en el Congreso, mientras en el móvil de un canal privado uno de los técnicos advertía algo que quizás no revelen los análisis políticos: “Parece que estuviera contando un cuento”.
No enojarse con los ignorantes
La Plaza de los Dos Congresos se había llenado de gente, de globos y de alegría ante lo que evidentemente resulta un triunfo histórico. Sobre las vallas había carteles amarillos con letras negras, como los que suelen promocionar las bailantas. Uno de ellos se dirigía a todos nosotros:
-Vecino. No tengamos miedo de votar a Macri. Mauricio no viene a sacarte ningún derecho conquistado. Mauricio viene a traer la paz, la unidad y lo más importante, la reconciliación de todos los argentinos bajo una sola bandera, la celeste y blanca”.
En los globos habían logrado imprimir como consigna las supuestas materias primas del vademécum gubernamental:
-Amor- Paz- Unión- Felicidad.
Macri salió del Congreso y recorrió Avenida de Mayo en una 4×4, asomado por el techo junto a Juliana Awada. Cerca de Plaza de Mayo se vio a una señora que observaba callada y sin gestos desde un balcón, mostrando una bandera con el rostro estampado de Cristina Kirchner.
Una mujer desde la calle, anteojos de sol, sombrero de paja, comenzó a hacerle llegar argumentos del tipo “chorros, corruptos, ladrones”. Los que habían logrado memorizar la consigna de los globos (amor, paz, etcétera) quisieron calmarla.
-No se enoje, señora.
-Para nada. ¿Cómo me voy a enojar, si debe ser una ignorante que ni debe saber dónde está el Río de la Plata?- dijo la mujer y siguió su marcha. La miraba un Mauricio Macri con bigotes, tal la máscara de uno de los concurrentes, vestido de traje, que solicitó a lavaca.org lo siguiente:
-No me saques la foto sin máscara, ni puedo darte mi nombre, porque me escapé del laburo.
En la mano izquierda el prófugo llevaba una calabaza con una foto de Cristina Kirchner llorando, referencia a que el día anterior la ex presidenta había dicho que a las 12 de la noche se convertiría en calabaza, situación política por la que anteriormente habría pasado Cenicienta, según rumores no confirmados.
El rumor que si se confirmó en la Plaza fue que la noche anterior Macri jugó al fútbol nada menos que con Evo Morales en Boca Juniors, ante la mirada del presidente de la institución y operador político-judicial Daniel Angelici. Intercambiaron camisetas y ambos demostraron no ser muy veloces para el fútbol, pero sí para la política.
Alivio moral
Un poco más allá Analía, una joven cincuentona, luce gorra, lentes oscuros y desconfianza:
-Esto es un alivio moral- dice al ver el panorama soleado.
-¿Por qué es un alivio moral?- consulta lavaca.org.
-Porque esto (señala con el dedo en general) es otra cosa distinta. ¿De qué medio sos? ¿La qué? ¿Es un medio nacional? Si eras extranjero te hablaba de todo. Pero acá no se puede opinar porque no hay libertad de expresión. Hay que opinar igual que ella porque si no…
-Señora, ella no está más.
-Bueno, ahora no, pero hasta ayer sí. Igual no voy a decir nada- concluyó la dama.
Victoria es docente de la Universidad de San Martín, entre otros establecimientos, y fue hasta Plaza de Mayo con paraguas, a falta de sombrilla.
-Lo principal para mí es que haya paz y que se acabe la desunión. No soy K ni del PRO, pero la verdad es que siento que los K pasaron todos los límites y derraparon mal. Y para mi es cierto que tenemos que hacer las cosas todos juntos.
-A veces parece más una expresión de deseos que otra cosa.
-En la Plaza estaban las Madres. Yo las aplaudí, y la gente me decía: “eh, son unas viejas locas y corruptas”. Yo les dije que cuando estamos diciendo todos juntos, es también con las Madres. Si ya las están insultando, nunca vamos a poder estar todos juntos. Esa es por lo menos mi idea.
Continúa Victoria con ideas que no suelen brillar en el macrismo.
-Creo en un gobierno popular en el que entremos todos. No creo que si nos sumamos al ALCA nos beneficiemos con nada, y en ese sentido las políticas K en cuanto a la región tienen que ser seguidas. Hubo políticas muy buenas. No se puede ir para atrás. Eso sí: ya se empoderó al pueblo, pero ahora hay que calmarlo y ver si podemos estar juntos. Y te reconozco que no veo muchos de este lado que quieran estar juntos, así que hay que ser prudentes.
-¿Por qué pasa eso? Parece una contradicción entre los discursos y lo que las personas sienten en realidad.
-Para mí el problema es que la clase media tiene cero cultura de participación. Eso pasa también porque mucha de la gente trabaja, no son militantes que tienen todo el tiempo para leer y pensar sin trabajar. Del otro lado en otros trabajos míos, no te hablo de la UNSAM, directamente me han abucheado por no apoyar al kirchnerismo. Y esas son las cosas que nadie tiene por qué aguantar- dice abriendo el paraguas para seguir caminando protegida del sol.
¿Qué se robaron?
Marichu es lo que Landrú solía llamar “gente como uno”.
-¿Por qué vino al acto, señora?
-Porque sí, porque se han robado todo.
-¿Qué se robaron?
-Todo, no dejaron nada. Ni un poquito.
-¿Pero qué cosa, concretamente?
-Todo- reitera, aunque es posible que a este ritmo nunca la inviten a ser conferencista en las TEDx.
Hartazgo y smile
-¡Smile!
La mujer hace el pedido a su amiga, que efectivamente sonríe, y le toma una fotografía. La amiga lleva una bandera con la imagen de Macri.
-¿De dónde son?
-De Capital- dice la fotógrafa, dama con sombrero panamá, un top con la bandera Argentina, ojos claros, pantalones ídem, oficio decoradora y de nombre Graciela.
-Ella es de Estados Unidos, pero la traje para que vea esta fiesta- explica Graciela quien se reconoce una mujer en pleno éxtasis de asombro:
-Nunca pensé que iba a tener vida para ver este milagro. Te lo digo y me emociono. El milagro es sacarnos de encima a un gobierno que creyó que era un reino. Y dejó a mucha gente sangrando por la herida. Yo por eso digo que no soy antiperonista, soy antikirchnerista. Ahora hay que mirar hacia adelante.
Carlos solicita que le tomemos una foto con su mujer y la bandera argentina flameando.
-Estoy como liberado porque se cortó la manera de hacer política casi dictatorialmente, de forma autoritaria.
-Perdón, pero ¿cuál fue la parte dictatorial?
-Había una línea que te marcaban a seguir, sin lugar a réplica, sin conferencias de prensa, haciendo abuso de la construcción hegemónica- dice Carlos, haciendo un posible abuso de Antonio Gramsci.
El argumento muestra que la sensación de hartazgo hacia el kirchnerismo fue crucial, incentivada seguramente por los medios opositores y, a su modo, por los oficialistas.
El fin del choripanismo
María Julia, bajita y de rulos, parecía compartir ese clima cuando apareció trotando a los gritos:
-¡Se acabaron los choripanes!- clamaba ante los aplausos y risas de la gente.
-¿Qué signfica eso? dudó lavaca.org.
-Que acá no hay nadie pago, nadie vino por el choripán o por la Coca. No hay micros.
-¿Cuál es su actividad?
-Soy una docente decente. ¿Entendiste? Docente, decente. Y le pido al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas y plante una flor blanca, que simboliza la bendición. ¿Lo pusiste?
-Sí, sí, puse que le pide a Macri que…
-¡No! Te dije que pongas así: “Al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas”. ¿Entendiste bien? Y que ponga la flor blanca y la haga bendecir. Y que haga el jardín como quiera. Pero con flores blancas. ¿Anotaste?
La docente decente vigila al bolígrafo, mientras se acerca una mujer rubia, pelo atado, lentes oscuros y musculosa, que se suma a la nueva tendencia.
-Soy Susana. Poné que adhiero a todo lo que dice la señora. Y poné que soy una empresaria que la remó desde el barro.
-…que- la- remó desde- el- barro- anoto, bajo la sospecha de que el periodismo, efectivamente, puede ser un sacerdocio.
Cerca del Cabildo se arremolinan caballeros jóvenes, canosos, gordos, babosos & afines porque hay una modelo brasileña, Daniele, con camiseta de su Selección, una joven levemente deslumbrante con sus rulos, su sonrisa, ojos más grandes que los pies, y el resto de sus atributos regionales, sumados a un cartel que propone:
-Trocamos Dilma x Mauricio.
Y del otro lado:
-Vem Mauricio governar o Brasil
O sea: Daniele nos cambiaría a Dilma por Macri, propuesta que hubiera tenido más éxito la noche anterior. Los señores presentes piden que les hagan fotos, o se sacan selfies junto a la señorita del trueque.
-Vine por turismo pero quise estar aquí para decir que lo que pasa en Brasil es muy duro, y que estamos maravillados con Mauricio Macri.
Nada suena demasiado creíble. Al rato la pasan a buscar y el show cesa.
Si te borran del Facebook
Nadia es peluquera a domicilio en la zona de Constituyentes y está indignada porque algunos familiares la borraron del Facebook por sus opiniones a favor de Cambiemos.
-Esa división quiero que se acabe. No podemos estar peleando entre nosotros, llenos de odio y de rencor, como pasa con las Madres y todos lo que lucran con los derechos humanos y se llenaron de plata con ese curro y las Abuelas lo mismo porque mi papá me lo contó que él vivió más toda esa época y bien que no nos cuentan toda la verdad de la historia porque están todos metidos en ese negocio cuando lo que tenemos que conseguir con Mauricio es unidad y amor.
Tras confirmar que no hay vendedores ambulantes de ansiolíticos, la consulta:
-Usted habla de unidad y amor, pero acusa…
-Yo no acuso, digo la verdad, y no quiero profundizar ese tema, porque es un día de fiesta y hay que mirar para adelante los temas del futuro.
-¿Cuál es el más importante?
-La seguridad. Ahora sí que va a haber seguridad y una buena policía. Quedate tranquilo- dice, propuesta que no tiene éxito.
Últimas banderas
Las banderas estaban a 50 pesos.
-¡Vamos con las banderas, que nos quedan las últimas diez mil!
-¿Cómo va la venta?
-Masomenos- dice el vendedor, metalero, pelo atado, lentes oscuros y dudas filosóficas.
-Me parece que estos son re amargos, como los de Independiente. Por eso les digo que son las últimas 10.000, a ver si se despiertan- dice riéndose cómplice con otro vendedor grandote que anda medio ofuscado con sus banderas en oferta.
-En general, ¿están contentos con el cambio de gobierno?
-Má qué contento ni contento, no me compraron un carajo. Al final, la gente humilde compra más. Ayer por lo menos.
-Yo me la perdí- dice el primero- porque el proveedor me trajo las banderas de Macri pero no las de Cristina. Así que ayer me clavé.
Gabriela y Natalia son veinteañeras y reiteran mucho de lo que se dice en esta convocatoria: paz, apertura a opiniones diferentes, diálogo, unión, amor. En programas de televisión que miden el rating minuto a minuto, no durarían 15 segundos con tanta redundancia.
Ahora agregan: “Tiene que haber seguridad y trabajo en lugar de planes sociales “.
La gente canta “sí se puede”, “sí se pudo”, o “ya no va a estar la Cadena nacional”.
Pegar y rezar
-¿Puede pensarse ese cambio con figuras como Prat Gay, Melconián y Sturzenegger, que si algo tienen es su propia historia?
-No vamos a volver a los 90 ni al 2001. Las condiciones macroeconómicas son otras- dice Ana, cubierta bajo un paraguas amarillo-. No sé qué dice Sturzenegger, pero Melconían pronosticó todo lo que está pasando ahora. Y además te digo: nada va a ser igual, porque el mundo es completamente distinto.
Karina:
-Y Macri nunca aceptó estar con Menem. Él formó su propio espacio.
Pasa un micro del Ministerio del Interior. Ana riéndose:
-Ahí se va Cristina.
-Si fuera cierto, ¿qué harías?
-Me saco los tacos, corro al micro, y la cago a patadas.
-¿Por qué tanta violencia?
-Porque estamos cansados. Lo que hizo con el traspaso no se lo hizo a un ingeniero. Nos ofendió a todos.
La música en la Plaza sigue siendo la de la fallecida Gilda. Dos señoras bien bronceadas, rubias, con lenes de sol, bailan tomadas de una bandera argentina. Muy cerca un hombre se arrodilla, se persigna y abre los brazos.
-Gracias Jesús –grita al cielo-. Gracias por este cambio y este país.
No quiere decir su nombre. Chupa un cubito de hielo, por lo que escupe a cada momento mientras predica.
-Esto es la democracia: fe, amor, verdad y justicia. Por Dios y por este país es que estamos acá.
La Plaza va quedando vacía. Unos camioncitos de la empresa AESA con cepillos giratorios limpian las calles, los obreros municipales levantan vallas, y apenas en un rato empieza la ronda de las Madres, como siempre.
Porque más allá de todo, hoy es jueves.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

- Revista MuHace 3 semanas
Mu 205: Hay futuro
- CABAHace 2 semanas
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios en julio: la noticia es el horror
- ActualidadHace 2 semanas
Mendoza movilizada: sábado de caravanazo contra la minera San Jorge
- ActualidadHace 3 semanas
Mapuches en Neuquén: 10.000 personas movilizadas contra la represión y en apoyo a las comunidades originarias