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Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto

Voces y Silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente, el escritor y otros que no se arrepienten de este amor.

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Voces y silencios de quienes se manifestaron al asumir Mauricio Macri la presidencia. Bailes, definiciones, consignas en globos, y expectativas hacia el futuro, mientras la máquina de gobierno se prepara para hacer lo suyo. La peluquera, la decoradora, la docente decente y otros que no se arrepienten de este amor.

Parte 2, Congreso-Plaza de Mayo, 10D: el primer acto
Mauricio Macri baila en el balcón de la Casa Rosada, cumpliendo el deseo de quienes abajo, al sol, 30º, gritaron: “Que baile, que baile”.
Un joven con remera del PRO aúlla ante lavaca.org: “Es un grosso”. La escena de Macri bailando es acaso inolvidable, aunque es difícil determinar si eso es bueno o malo. En cierto momento la vicepresidenta Gabriela Michetti, toma el micrófono y canta (cabe consignar que nadie se lo había pedido). Al escucharla el joven del PRO decidió callar y ponerse auriculares de su móvil, tal vez en homenaje a Gilda y su tema que seguía sonando como fondo: No me arrepiento de este amor.
Es sabido que durante algunas horas el presidente argentino fue Federico Pinedo, presidente provisional del Senado, ex alumno de la Escuela Argentina Modelo y no del Cardenal Newman: es el tipo de dato que fluye por los pasillos del neopoder, sin que nadie sepa cómo descifrarlo. Se presume que la Presidencia Pinedo hubiera alegrado los corazones de varios no-macristas si hubiese resultado sustentable por más tiempo, pero el pinedismo no alcanzó a tomar forma.
Al llegar Macri al Congreso, lo más interesante fue la presencia de un señor que sostenía un cartel rodeado exactamente por cinco policías y tres en segunda línea: marcación similar a la que padecen normalmente el rosarino Lionel Messi o los terroristas en las series.
En el cartel podía leerse:
-Si devalúan, salimos a la calle.
El hombre estaba en silencio, mirando hacia la puerta del Congreso. Tiene 70 años. En un momento explicó que al rodearlo de ese modo, se estaba violando su libertad de expresión. Del otro lado de la pancarta decía:
-No devaluar, no endeudarse.
Los policías lo miraban atentamente, persuadidos de que algo no estaba bien en esa escena.
Macri ya hablaba en el Congreso, mientras en el móvil de un canal privado uno de los técnicos advertía algo que quizás no revelen los análisis políticos: “Parece que estuviera contando un cuento”.

No enojarse con los ignorantes

La Plaza de los Dos Congresos se había llenado de gente, de globos y de alegría ante lo que evidentemente resulta un triunfo histórico. Sobre las vallas había carteles amarillos con letras negras, como los que suelen promocionar las bailantas. Uno de ellos se dirigía a todos nosotros:
-Vecino. No tengamos miedo de votar a Macri. Mauricio no viene a sacarte ningún derecho conquistado. Mauricio viene a traer la paz, la unidad y lo más importante, la reconciliación de todos los argentinos bajo una sola bandera, la celeste y blanca”.
En los globos habían logrado imprimir como consigna las supuestas materias primas del vademécum gubernamental:
-Amor- Paz- Unión- Felicidad.
Macri salió del Congreso y recorrió Avenida de Mayo en una 4×4, asomado por el techo junto a Juliana Awada. Cerca de Plaza de Mayo se vio a una señora que observaba callada y sin gestos desde un balcón, mostrando una bandera con el rostro estampado de Cristina Kirchner.
Una mujer desde la calle, anteojos de sol, sombrero de paja, comenzó a hacerle llegar argumentos del tipo “chorros, corruptos, ladrones”. Los que habían logrado memorizar la consigna de los globos (amor, paz, etcétera) quisieron calmarla.
-No se enoje, señora.
-Para nada. ¿Cómo me voy a enojar, si debe ser una ignorante que ni debe saber dónde está el Río de la Plata?- dijo la mujer y siguió su marcha. La miraba un Mauricio Macri con bigotes, tal la máscara de uno de los concurrentes, vestido de traje, que solicitó a lavaca.org lo siguiente:
-No me saques la foto sin máscara, ni puedo darte mi nombre, porque me escapé del laburo.
En la mano izquierda el prófugo llevaba una calabaza con una foto de Cristina Kirchner llorando, referencia a que el día anterior la ex presidenta había dicho que a las 12 de la noche se convertiría en calabaza, situación política por la que anteriormente habría pasado Cenicienta, según rumores no confirmados.
El rumor que si se confirmó en la Plaza fue que la noche anterior Macri jugó al fútbol nada menos que con Evo Morales en Boca Juniors, ante la mirada del presidente de la institución y operador político-judicial Daniel Angelici. Intercambiaron camisetas y ambos demostraron no ser muy veloces para el fútbol, pero sí para la política.
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Alivio moral

Un poco más allá Analía, una joven cincuentona, luce gorra, lentes oscuros y desconfianza:
-Esto es un alivio moral- dice al ver el panorama soleado.
-¿Por qué es un alivio moral?- consulta lavaca.org.
-Porque esto (señala con el dedo en general) es otra cosa distinta. ¿De qué medio sos? ¿La qué? ¿Es un medio nacional? Si eras extranjero te hablaba de todo. Pero acá no se puede opinar porque no hay libertad de expresión. Hay que opinar igual que ella porque si no…
-Señora, ella no está más.
-Bueno, ahora no, pero hasta ayer sí. Igual no voy a decir nada- concluyó la dama.
Victoria es docente de la Universidad de San Martín, entre otros establecimientos, y fue hasta Plaza de Mayo con paraguas, a falta de sombrilla.
-Lo principal para mí es que haya paz y que se acabe la desunión. No soy K ni del PRO, pero la verdad es que siento que los K pasaron todos los límites y derraparon mal. Y para mi es cierto que tenemos que hacer las cosas todos juntos.
-A veces parece más una expresión de deseos que otra cosa.
-En la Plaza estaban las Madres. Yo las aplaudí, y la gente me decía: “eh, son unas viejas locas y corruptas”. Yo les dije que cuando estamos diciendo todos juntos, es también con las Madres. Si ya las están insultando, nunca vamos a poder estar todos juntos. Esa es por lo menos mi idea.
Continúa Victoria con ideas que no suelen brillar en el macrismo.
-Creo en un gobierno popular en el que entremos todos. No creo que si nos sumamos al ALCA nos beneficiemos con nada, y en ese sentido las políticas K en cuanto a la región tienen que ser seguidas. Hubo políticas muy buenas. No se puede ir para atrás. Eso sí: ya se empoderó al pueblo, pero ahora hay que calmarlo y ver si podemos estar juntos. Y te reconozco que no veo muchos de este lado que quieran estar juntos, así que hay que ser prudentes.
-¿Por qué pasa eso? Parece una contradicción entre los discursos y lo que las personas sienten en realidad.
-Para mí el problema es que la clase media tiene cero cultura de participación. Eso pasa también porque mucha de la gente trabaja, no son militantes que tienen todo el tiempo para leer y pensar sin trabajar. Del otro lado en otros trabajos míos, no te hablo de la UNSAM, directamente me han abucheado por no apoyar al kirchnerismo. Y esas son las cosas que nadie tiene por qué aguantar- dice abriendo el paraguas para seguir caminando protegida del sol.
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¿Qué se robaron?

Marichu es lo que Landrú solía llamar “gente como uno”.
-¿Por qué vino al acto, señora?
-Porque sí, porque se han robado todo.
-¿Qué se robaron?
-Todo, no dejaron nada. Ni un poquito.
-¿Pero qué cosa, concretamente?
-Todo- reitera, aunque es posible que a este ritmo nunca la inviten a ser conferencista en las TEDx.
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Hartazgo y smile

-¡Smile!
La mujer hace el pedido a su amiga, que efectivamente sonríe, y le toma una fotografía. La amiga lleva una bandera con la imagen de Macri.
-¿De dónde son?
-De Capital- dice la fotógrafa, dama con sombrero panamá, un top con la bandera Argentina, ojos claros, pantalones ídem, oficio decoradora y de nombre Graciela.
-Ella es de Estados Unidos, pero la traje para que vea esta fiesta- explica Graciela quien se reconoce una mujer en pleno éxtasis de asombro:
-Nunca pensé que iba a tener vida para ver este milagro. Te lo digo y me emociono. El milagro es sacarnos de encima a un gobierno que creyó que era un reino. Y dejó a mucha gente sangrando por la herida. Yo por eso digo que no soy antiperonista, soy antikirchnerista. Ahora hay que mirar hacia adelante.
Carlos solicita que le tomemos una foto con su mujer y la bandera argentina flameando.
-Estoy como liberado porque se cortó la manera de hacer política casi dictatorialmente, de forma autoritaria.
-Perdón, pero ¿cuál fue la parte dictatorial?
-Había una línea que te marcaban a seguir, sin lugar a réplica, sin conferencias de prensa, haciendo abuso de la construcción hegemónica- dice Carlos, haciendo un posible abuso de Antonio Gramsci.
El argumento muestra que la sensación de hartazgo hacia el kirchnerismo fue crucial, incentivada seguramente por los medios opositores y, a su modo, por los oficialistas.
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El fin del choripanismo

María Julia, bajita y de rulos, parecía compartir ese clima cuando apareció trotando a los gritos:
-¡Se acabaron los choripanes!- clamaba ante los aplausos y risas de la gente.
-¿Qué signfica eso? dudó lavaca.org.
-Que acá no hay nadie pago, nadie vino por el choripán o por la Coca. No hay micros.
-¿Cuál es su actividad?
-Soy una docente decente. ¿Entendiste? Docente, decente. Y le pido al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas y plante una flor blanca, que simboliza la bendición. ¿Lo pusiste?
-Sí, sí, puse que le pide a Macri que…
-¡No! Te dije que pongas así: “Al Excelentísimo Señor Presidente Electo de la Argentina Mauricio Macri que antes de entrar a la Quinta de Olivos con su hermosa familia mande a sacar esas horribles flores amarillas”. ¿Entendiste bien? Y que ponga la flor blanca y la haga bendecir. Y que haga el jardín como quiera. Pero con flores blancas. ¿Anotaste?
La docente decente vigila al bolígrafo, mientras se acerca una mujer rubia, pelo atado, lentes oscuros y musculosa, que se suma a la nueva tendencia.
-Soy Susana. Poné que adhiero a todo lo que dice la señora. Y poné que soy una empresaria que la remó desde el barro.
-…que- la- remó desde- el- barro- anoto, bajo la sospecha de que el periodismo, efectivamente, puede ser un sacerdocio.
Cerca del Cabildo se arremolinan caballeros jóvenes, canosos, gordos, babosos & afines porque hay una modelo brasileña, Daniele, con camiseta de su Selección, una joven levemente deslumbrante con sus rulos, su sonrisa, ojos más grandes que los pies, y el resto de sus atributos regionales, sumados a un cartel que propone:
-Trocamos Dilma x Mauricio.
Y del otro lado:
-Vem Mauricio governar o Brasil
O sea: Daniele nos cambiaría a Dilma por Macri, propuesta que hubiera tenido más éxito la noche anterior. Los señores presentes piden que les hagan fotos, o se sacan selfies junto a la señorita del trueque.
-Vine por turismo pero quise estar aquí para decir que lo que pasa en Brasil es muy duro, y que estamos maravillados con Mauricio Macri.
Nada suena demasiado creíble. Al rato la pasan a buscar y el show cesa.
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Si te borran del Facebook

Nadia es peluquera a domicilio en la zona de Constituyentes y está indignada porque algunos familiares la borraron del Facebook por sus opiniones a favor de Cambiemos.
-Esa división quiero que se acabe. No podemos estar peleando entre nosotros, llenos de odio y de rencor, como pasa con las Madres y todos lo que lucran con los derechos humanos y se llenaron de plata con ese curro y las Abuelas lo mismo porque mi papá me lo contó que él vivió más toda esa época y bien que no nos cuentan toda la verdad de la historia porque están todos metidos en ese negocio cuando lo que tenemos que conseguir con Mauricio es unidad y amor.
Tras confirmar que no hay vendedores ambulantes de ansiolíticos, la consulta:
-Usted habla de unidad y amor, pero acusa…
-Yo no acuso, digo la verdad, y no quiero profundizar ese tema, porque es un día de fiesta y hay que mirar para adelante los temas del futuro.
-¿Cuál es el más importante?
-La seguridad. Ahora sí que va a haber seguridad y una buena policía. Quedate tranquilo- dice, propuesta que no tiene éxito.
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Últimas banderas

Las banderas estaban a 50 pesos.
-¡Vamos con las banderas, que nos quedan las últimas diez mil!
-¿Cómo va la venta?
-Masomenos- dice el vendedor, metalero, pelo atado, lentes oscuros y dudas filosóficas.
-Me parece que estos son re amargos, como los de Independiente. Por eso les digo que son las últimas 10.000, a ver si se despiertan- dice riéndose cómplice con otro vendedor grandote que anda medio ofuscado con sus banderas en oferta.
-En general, ¿están contentos con el cambio de gobierno?
-Má qué contento ni contento, no me compraron un carajo. Al final, la gente humilde compra más. Ayer por lo menos.
-Yo me la perdí- dice el primero- porque el proveedor me trajo las banderas de Macri pero no las de Cristina. Así que ayer me clavé.
Gabriela y Natalia son veinteañeras y reiteran mucho de lo que se dice en esta convocatoria: paz, apertura a opiniones diferentes, diálogo, unión, amor. En programas de televisión que miden el rating minuto a minuto, no durarían 15 segundos con tanta redundancia.
Ahora agregan: “Tiene que haber seguridad y trabajo en lugar de planes sociales “.
La gente canta “sí se puede”, “sí se pudo”, o “ya no va a estar la Cadena nacional”.
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Pegar y rezar

-¿Puede pensarse ese cambio con figuras como Prat Gay, Melconián y Sturzenegger, que si algo tienen es su propia historia?
-No vamos a volver a los 90 ni al 2001. Las condiciones macroeconómicas son otras- dice Ana, cubierta bajo un paraguas amarillo-. No sé qué dice Sturzenegger, pero Melconían pronosticó todo lo que está pasando ahora. Y además te digo: nada va a ser igual, porque el mundo es completamente distinto.
Karina:
-Y Macri nunca aceptó estar con Menem. Él formó su propio espacio.
Pasa un micro del Ministerio del Interior. Ana riéndose:
-Ahí se va Cristina.
-Si fuera cierto, ¿qué harías?
-Me saco los tacos, corro al micro, y la cago a patadas.
-¿Por qué tanta violencia?
-Porque estamos cansados. Lo que hizo con el traspaso no se lo hizo a un ingeniero. Nos ofendió a todos.
La música en la Plaza sigue siendo la de la fallecida Gilda. Dos señoras bien bronceadas, rubias, con lenes de sol, bailan tomadas de una bandera argentina. Muy cerca un hombre se arrodilla, se persigna y abre los brazos.
-Gracias Jesús –grita al cielo-. Gracias por este cambio y este país.
No quiere decir su nombre. Chupa un cubito de hielo, por lo que escupe a cada momento mientras predica.
-Esto es la democracia: fe, amor, verdad y justicia. Por Dios y por este país es que estamos acá.
La Plaza va quedando vacía. Unos camioncitos de la empresa AESA con cepillos giratorios limpian las calles, los obreros municipales levantan vallas, y apenas en un rato empieza la ronda de las Madres, como siempre.
Porque más allá de todo, hoy es jueves.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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