Nota
Perdón
(Texto en el que se basó el testimonio de Claudia Acuña, testigo en el juicio ético que la Asociación Madres de Plaza de Mayo organizó el 29 de abril de 2010)La pregunta que tratamos de responder hoy es qué rol cumplió el periodismo durante la dictadura. Estamos hablando, entonces, de una época de censura marcial.
Mirar de frente y a la cara a ese agujero negro absoluto nos permite hoy reconocer los mecanismos que tejieron esa red que secuestró la libertad de expresión no de un profesional de la comunicación ni de un medio, sino de toda la sociedad.
Mi hipótesis es que el plan criminal que llevó adelante la dictadura incluyó a un grupo de medios y personas cuya tarea fue difundir, sostener y justificar la máquina de terror.
Tomo como base un caso testigo: el de la editorial Atlántida, por entonces propiedad de la familia Vigil y editora de la revista Gente, en esos años dirigida por Samuel Gelblung; la revista Somos, cuya edición política estuvo a cargo de Gustavo Landívar y la secretaría de redacción la desempeñaron Héctor D’ amico (hoy secretario general del diario La Nación) y Jorge de Luján Gutierrez (hoy director de la revista gente) y la revista Para Ti, dirigida por Lucrecia Gordillo y Agustín Botinelli.
De manera sincronizada y sistemática, estas publicaciones difundieron un discurso homogéneo que podría distinguirse en dos grandes líneas narrativas:
1) En primer lugar, la difusión del sustento ideológico del terror. Sería interminable la lista de ejemplos que podría entregar a este tribunal, especialmente los referidos a cómo se creó una gramática que justificó la represión, criminalizó a las víctimas y muy especialmente a la organización sindical y resaltó las virtudes del plan económico en general y la personalidad del ministro José Alfredo Martínez de Hoz en particular. Creo puede dar una idea certera de qué a niveles llegó esta literatura de propaganda este texto que se publicó con el título de Carta Abierta a los padres argentinos, en la revista Gente a fines de diciembre de 1976, en forma de nota periodística en la revista Somos y luego, como guía de consejos para padres en la revista Para Ti. Entrego al Tribunal las copias correspondientes y solicito que se lean los párrafo por mi seleccionados:
Carta abierta a los padres argentinos, publicada en la revista Gente en diciembre de 1976:
«Después del 24 de marzo de 1976, usted sintió un alivio. Sintió que retornaba el orden. Que todo el cuerpo social enfermo recibía una transfusión de sangre salvadora. Bien. Pero ese optimismo -por lo menos, en exceso- también es peligroso. (…) Hoy, aún cuando el fin de la guerra parece cercano, aún cuando el enemigo parece en retirada, todavía hay posiciones claves que no han podido ser recuperadas. Porque hay que entender algo, con claridad y para siempre. En esta guerra no sólo las armas son importantes. También los libros, la educación, los profesores. La guerrilla puede perder una o cien batallas, pero habrá ganado la guerra si consigue infiltrar su ideología en la escuela primaria, en la secundaria, en la universidad, en el club, en la iglesia. Ese es su objetivo principal. Y eso es lo que todavía puede conseguir. Sobre todo si usted, que tiene hijos, no está alerta. (…) Porque si usted se desinteresa, no tendrá derecho a culpar al destino o a la fatalidad cuando la llamen de la morgue».
Cómo reconocer la infiltración marxista en las escuelas, artículo publicado en la revista Para Ti en marzo de 1977:
«Lo primero que se puede detectar es la utilización de un determinado vocabulario, que aunque no parezca muy trascendente, tiene mucha importancia para realizar ese transbordo ideológico que nos preocupa. Aparecerán frecuentemente los vocablos: diálogo, burguesía, proletariado, América Latina, explotación, cambio de estructuras, compromiso, etc.
(…) Asimismo, el trabajo grupal que ha sustituido a la responsabilidad personal puede ser fácilmente utilizado para despersonalizar al chico. Estas son las tácticas utilizadas por los agentes izquierdistas para abordar la escuela y apuntalar desde la base su semillero de futuros combatientes».
2) Otra de las líneas narrativas estuvo destinada a contrarrestar las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos. Comenzó en el año 1977 como puede inferirse de las notas cuyas copias entrego a manera de ejemplo.
Esta línea llegó a su máxima expresión en 1978, en la misma medida en que se fortalecía la organización de las denuncias y al ritmo en que los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos comenzaban a investigarlas. Así surge la frase «campaña anti-argentina» que recorre todas las publicaciones de Atlántida y cuya síntesis emblemática son las famosas postales que reemplazaron a las tradicionales fichas de cocina de la revista Para Ti durante 4 números, en agosto de 1978. De esta etapa, entrego al tribunal algunos ejemplos y destaco especialmente una tapa de la revista Somos que hoy puede parecer una parodia de la revista Barcelona: Es la que lleva la foto del general Videla festejando el gol de la selección argentina en el Mundial 78 y lleva por título «Un país que cambió». Lo paradigmático, sin embargo, es su contratapa: El aviso del nuevo Ford Falcon modelo 78, «para un marcha más serena, suave y gratificante».
No quiero, sin embargo, explayarme sobre esto que considero los ejes centrales del mecanismo porque me interesa resaltar algunos casos que para mi representan hasta dónde fue capaz de llegar.
1) Uno es esta nota publicada en la revista Somos el 16 de diciembre de 1977 titulada Cómo viven los desertores de la subversión que ilustran con fotos que muestran un supuesto «centro de rehabilitación para extremistas», según dice el epígrafe. Conociendo hoy la realidad de los campos de concentración de la dictadura da miedo mirar estas fotos.
2) Otro ejemplo es esta serie de notas que dan cuentan de la situación de niños involucrados en operativos militares. La primera es publicada por la revista Somos el 30 de diciembre de 1977 con el título Los hijos del terror e informa, de manera muy especial como podrá apreciar el tribunal, del operativo realizado el 15 de setiembre de 1977 en Uruguay donde fue detenido, entre otros, el pianista Miguel Angel Estrella y diputado Jaime Dri en un procedimiento que derivó luego en el traslado ilegal de los detenidos al centro de detención clandestino ESMA y para su comparación entrego una copia de la misma noticia publicada por el diario uruguayo La República.
La segunda nota que involucra a niños fue publicada el 24 de marzo de 1978, se titula Los herederos del odio y hace referencia, en un tono similar a la anterior, al «abandono» de tres niños «que eran hijos de María Luisa Cerviño, una notoria subversiva».
Según consta en el legajo N° 1791 de la Conadep María Luisa Cerviño fue privada ilegalmente de su libertad el 7 de abril de 1977. Cito esa denuncia:
«El mayor de los niños, de 11 años de edad, relató que junto a su madre y sus hermanos, Paula y Marcos, ´fueron a visitar a Jesús en la iglesia´, y luego se dirigieron a una confitería (de Villa Devoto). Al salir vio a unos señores vestidos de civil armados que los rodean. Allí su madre baja a la niña de dos años que tenía en brazos y corre, siendo baleada y herida. Luego, dos hombres la introducen a un auto, y a los chicos en otro. La abuela de los chicos se enteró que su hija estaba internada en un Hospital de Villa Devoto, donde le dijeron que personal del Ejército la había retirado sin ser curada.
María Luisa fue vista en el campo de concentración El Vesubio.
La citada nota de la revista Somos no menciona ninguno de estos datos. Concluye, en cambio, con la siguiente infomación, que solicito al tribunal de lectura:
«Quizá la explicación a esto, que en principio parece inexplicable, le den dos cartas halladas recientemente durante un operativo antisubversivo. Una de ellas, firmada por «tu padre» está dirigida a Ernesto y dice:
«No puedo concebir que esta sociedad podrida te contagie con tus sus dibujos, sus parques de diversiones y juguetes (…) (corte en el orginal) Debes hacer honor al nombre que te puse , Ernesto, por el Che, utilizar a tu reaccionaria madre para que te alimente hasta que puedas hacerlo solo e incorporarte a la organización y nunca escuchar sus consejos burgueses que pueden hacer de vos un maricón amanerado».
3) Otro ejemplo concreto de hasta dónde llegó la prensa en tiempos de dictadura es el caso de Thelma Dorothy Jara de Cabezas, secuestrada en la puerta del Hospital Español la noche del 30 de abril de 1979 y mantenida prisionera en la ESMA durante un año. Era una madre que buscaba a su hijo de 17 años desaparecido desde el 10 de mayo de 1976. Por esta madre se habia presentado el habeas corpus N º746 ante el Juzgado Federal Nº5 que fue rechazado. Está probado que en ocasión de su cautiverio fue sometida a mecanismos de tortura y que fue obligada por sus secuestradores a realizar un reportaje para la revista Para Ti, que fue publicado el 10 de setiembre de 1979.
La entrevista formó parte de la campaña que esa editorial montó en oportunidad de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En su segundo párrafo señala:
«La señora Thelma Jara de Cabezas es un testimonio (sic) nunca antes contado. Es sacar a la luz la verdad y la infamia que se esconden detrás de grupos con clara e inequívoca ideología, que se amparan en una supuesta y malintencionada defensa de los derechos humanos».
La primera denuncia judicial por este falso reportaje fue en 1984 y contra Aníbal Vigil, director ejecutivo de Editorial Atlántida, pero se diluyó como consecuencia de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Ahora está en manos del juez Sergio Torres que debe investigar si hay delito, como sostiene la nueva querella que le atribuye a las autoridades de Atlántida la condición de partícipes necesarios en el delito de privación ilegítima de la libertad.
4) Otro ejemplo: La falsa carta atribuida al capitán del equipo holandés de fútbol, Rudd Krol que fue publicada en la revista El Gráfico el 13 de junio de 1978. Al publicarse, el embajador de Holanda presentó un protesta formal y la selección de ese país amenazó con retirase de la Copa. Finalmente, decidieron dar una conferencia de prensa donde el propio Krol desmintió lo publicado, pero la mayoría de los medios locales no publicó la noticia. La falsa carta decía lo siguiente:
«Mi preciosa:
Mamá me contó que los otros días lloraste mucho porque algunos amiguitos te dijeron cosas muy feas que pasaban en Argentina. Pero no es así, es un mentirita infantil de ellos. Papá está muy bien. Aquí todo es tranquilidad y belleza-. Esto no es la Copa del Mundo sino la Copa de la Paz. No te asustes si ves alguna foto de la concentración con soldaditos vestido de verde al lado nuestro, esos son nuestros amigos, nos cuida y nos protegen. Dile a tus amiguitos la verdad: Argentina es una tierra de amor».
Muchos de los ejemplos que aquí traigo son burdos y, por eso mismo, se podría sospechar que he sido tendenciosa en la selección. Pero señor fiscal: este es el nivel que tiene el infierno. Y llamar a esto periodismo insulta de todas las maneras posibles mi profesión.
Por último, y para no limitarme a un solo caso, y dar idea de hasta cuándo persiste en el tiempo esta burda pero sistemática operación discursiva y dar una idea de la promiscuidad, aporto el editorial publicado por el diario La Prensa el 5 de junio de 1982, bajo la dirección de Máximo Gainza Castro: Allí se sostiene:
«El éxito obtenido por las fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión, la prudencia y discreción con que habitualmente proceden sus miembros en el gobierno, la inclinación de las autoridades por la democracia y la libertad son hechos de pública notoriedad que se traducen en la tranquilidad general y el orden jurídico que prevalece en el país. Los órganos de opinión se expiden con absoluta independencia. Los derechos existen y las garantías constitucionales, subsisten.»
El general Ramón Camps dedicó su libro donde da su versión del caso Timerman a Gainza Castro, a quien la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo reclama infructuosamente que declare en el causa en la que intenta averiguar el paradero de su nieta Clara Anahí. Chicha Mariani nos contó que descubrió que en la declaración que hizo Camps ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas asegura que el señor Gainza Castro estuvo presente en el operativo donde fue secuestrada su nieta. Hasta que el señor Gainza Castro no aclare esta versión quedará pendiente una pregunta siniestra ¿qué hacía el director de un diario en un operativo donde se secuestró un bebe?
Quizá La mejor síntesis sobre el rol que cumplió la prensa durante la dictadura fue la que escribieron Ignacio Lozano, por entonces propietario del diario La Opinión de Los Angeles y Edward Seaton, propietario y editor del diario Mercury de Kansas en un informe que dio a conocer la Sociedad Interamericana de Prensa en el año 1978, donde se retrató la actitud de los editores argentinos de la siguiente manera:
«La mayoría de los diarios ignoran la mayoría de los secuestros. Por ejemplo, pocos quisieron cubrir la desaparición de diez dirigentes de las llamadas Madres Locas que se reúnen los jueves frente a la sede presidencial». Otros editores y directores «dijeron que no le dan espacio a la violencia porque están de acuerdo con la campaña del gobierno en contra del terrorismo y que ‘van a cooperar’.
Según interpretó este informe en 1978 el motivo de esta actitud es el siguiente:
«Se benefician de tal comportamiento al asociarse con el Estado para la producción de papel».
El informe señaló que la única «notable excepción» a la ausencia de cobertura de los crímenes del gobierno militar es el Buenos Aires Herald, dirigido por David Cox. Fue precisamente Cox quien aseguró en una entrevista:
«Si sólo hubiésemos tenido una prensa decente, no podría haber pasado lo que pasó».
No encuentro mejor manera de concluir todo lo que estas pruebas representan que con las palabras que le dijo Risha Timerman al entonces director de La Nación, Claudio Escribano. Fue cuando Risha asistió con sus hijos a una reunión de la SIP realizada en 1981 para denunciar el arresto y las torturas a la que era sometido su esposo Jacobo. Escribano, sentado en la primera fila, desmintió su testimonio acusando a Risha de mentirosa ya que en Argentina y en plena dictadura había libertad de expresión. Fue entonces cuando Risha le dijo:
«Nadie te pide tanto».
«Nadie les pidió tanto» podríamos decirles hoy a quienes ayer, 28 de abril de 2010, distinguieron a José Claudio Escribano como miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
No soy ingenua y entiendo que en estos días un debate como este pretende ser utilizado por la mediocre interna política argentina, pero también sé que esto es posible porque en todos estos años no supimos ni quisimos construir un espacio de debate y autocrítica.
Que sea hoy y en la calle es mérito de las Madres.
Y nuestra falta.
Hoy tampoco nadie nos pide tanto.
Nos piden simplemente que asumamos que nuestro oficio tiene derechos, pero también obligaciones. Y que aceptemos que esas obligaciones son ineludibles, porque son éticas y sociales.
Eso que nos piden hoy es algo que comprendió el Colegio de Periodistas de Chile cuando en junio de 2008 pidió públicamente perdón a víctimas y familiares de la dictadura pinochetista por considerar que hechos como los que aquí se citan afectan a la profesión toda. Dijeron entonces nuestros colegas chilenos:
«Sabemos que pedir perdón no es suficiente, pero sí imprescindible para restablecer algo de la dignidad perdida».
Hago suyas sus palabras.
Perdón.
Nota
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
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