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Pocheando en 2009
Claudio Pocho Lepratti fue asesinado el 19 de diciembre de 2001 en Rosario, cuando en plena represión subió al techo del comedor del barrio Las Flores para pedir que no dispararan. El viernes 13 de marzo habrá un recital para potenciar el trabajo social que Lepratti dejó como una herencia que sigue funcionando.
Es la escena acaso más simbólica de lo ocurrido en 2001 en la Argentina.
Claudio «Pocho» Lepratti, militante barrial de 35 años, ex seminarista, bajo perfil de discurso y alto perfil de acción, observó la represión desatada alrededor del comedor de la escuela 756 del barrio Las Flores, donde trabajaba. Era el 19 de diciembre de 2001. Decidió hacer algo. Subió al techo, y desde allí gritó lo obvio: «Hijos de puta, no tiren, que abajo hay pibes comiendo».
Fueron sus últimas palabras. Un balazo de la policía de atravesó la tráquea, para imponerle silencio.
Pero hoy la historia de Pocho Lepratti se sigue escribiendo, no sólo en las intervenciones callejeras rosarinas (hasta le cambian el nombre a algunas calles por el de Pocho), sino también en un premio a los derechos humanos que otorga cada año el municipio a organizaciones sociales, la propia actividad del Bodegón Cultural Casa de Pocho, las múltiples actividades culturales y musicales en el barrio Ludueña, los temas que le dedicaron (El ángel de la bicicleta, de León Greco, que ganó los premios Gardel 2006), la película Pochohormiga -de un grupo documentalista conducido por Francisco Matiozzi- que refleja vida y obra de Lepratti (y ha recorrido el mundo y cosechado premios).
Además, lo cotidiano: carnavales, murgas, trabajo barrial, pruebas de vida frente a la muerte. E próximo viernes 13, por ejemplo, los integrantes del Bodegón Cultural Casa de Pocho, organizarán un evento para ampliar la casa donde vivió Lepratti y darle más espacio a la biblioteca popular y a los talleres que allí funcionan. Habrá recital en el Anfiteatro Humberto de Nito, con invitados tales como León Gieco, La Pocilga, Farolitos y Varón.
«Por un mundo donde quepan muchos Pochos más», cantó hace poco con su enorme guitarra un niño de ocho años en el escenario del carnaval, donde Lepratti, por mucho que le pese a la casta política santafesina, principalmente justicialista, demostró que sigue ahí, en la cabeza y el corazón de la gente a la que no han logrado imponerle silencio.
La política de pedalear
Desde el pasado jueves 26 de febrero hasta el sábado 28, bien entrada la madrugada, el barrio Ludueña, en la ciudad de Rosario, se vistió con los colores de las murgas, banderas, trapos y murales para cautivar a los vecinos y vecinas que, junto a todas las porfiadas hormigas (los chicos de otros comedores y experiencias sociales) que llegaron desde distintos lugares del país, se encontraron durante tres días para compartir y festejar en el Octavo Carnaval Cumple de Pocho. Una fiesta detrás de la cual, cada año, las distintas organizaciones del barrio aúnan esfuerzos para homenajear al quien este último 27 de febrero habría cumplido 43 años.
«La vida necesita de los fuegos del carnaval», fue uno de los lemas en la plaza que lleva el nombre de Pocho, sobre las calles Vélez Sarsfield y Liniers. Hubo talleres de máscaras, instrumentos y percusión, más las pintadas de murales con los más chicos. En el centro, el telón de fondo del escenario fue pintado por el grupo Arte por Libertad, pleno de colores bajo el emblema de una bicicleta, vehículo que le servía para la recorrida por los barrios y la organización del trabajo. Hacía la recorrida entre Ludueña y Las Flores, por ejemplo, por la avenida Circunvalación. Le plantearon por qué no comprarse una moto o un auto. Lepratti contestó, siempre de pocas palabras: «No me cambien la política».
Carnaval
«El trabajo nos hace ascender como personas, mientras que su falta nos incita a la violencia, a la droga, a la delincuencia», dijo Lepratti alguna vez, conociendo de cerca lo que implica esa violencia que impide que las personas asciendan. En el Carnaval de celebración de su cumpleaños, no hubo violencia sino fuerza. La de la Murga de los Trapos y otras legendarias de Rosario, acompañada por visitantes de todo el país. Se quemó al Rey Momo, hubo cumbia y baile. Al día siguiente mateada general, comida comunitaria y show de Ataque a la Olla, Moncho, Orquesta de Ludueña, Juan, Skatos, Gato a la naranja, Varón, La Jove, La Pocilga, Los Trapos y un cierre con toda la fuerza de Farolitos.
El viernes se renovará la actividad, desde las 20, pensando en ampliar la Biblioteca Popular «Pocho Lepratti», que es una organización sin fines de lucro donde además de la lectura, conferencias, muestras y exhibiciones, hay talleres para el barrio. La biblioteca es de los vecinos. Quizás convenga conocer sus objetivos para comprender el tipo de cuestiones que dejaron en la sociedad argentina trabajos y acciones como los de ese muchacho que hizo votos de pobreza, y quería trabajar para los demás.
- Generar espacios sociales que confronten con el proceso de exclusión social.
Fomentar y difundir derechos sociales que redunden en favor de una mejor calidad de vida ciudadana. - Promover programas de acción comunitaria y mecanismos participativos y solidarios que expresen la creatividad y los conocimientos populares, como aportes a la transformación de la realidad de la comunidad.
- Desarrollar y gestionar proyectos y propuestas ante organismos nacionales e internacionales para implementar dispositivos de abordaje socio-comunitario, destinados a favorecer la inclusión social, educativa y laboral de hombres, mujeres y niños, cuya situación individual y familiar se haya visto vulnerada a partir de las consecuencias de la aplicación de modelos de exclusión social en América Latina.
- Publicar, difundir e intercambiar trabajos e investigaciones, incentivando las relaciones con otras bibliotecas, centros e instituciones afines que aborden temáticas ligadas al campo comunitario, sobre todo en lo que respecta a la educación, a la salud y a la participación popular.
- Articular en redes sociales nuestra labor comunitaria con organizaciones gubernamentales y no-gubernamentales, universidades, colegios profesionales, otros movimientos y actores sociales.
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La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
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Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

