Sigamos en contacto

Nota

La pregunta del millón: ¿Quién es el dueño de Página 12?

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Las primeras referencias se remontan a los años de la dictadura. Un joven Fernando Sokolowicz, preocupado por esa Argentina brutal, se acerca a los organismos de derechos humanos, llevado por sus convicciones y su fe: integra el Movimiento Judío por los Derechos Humanos. Así fue como Fernando Sokolowicz comenzó a trabajar en el área de presos políticos y a frecuentar, con esa misión, cárceles, abogados, políticos y periodistas; los mismos que hoy lo recuerdan más por sus gestos que por sus palabras.

Los inicios de Página 12 y su editor responsable

La llegada de la democracia lo encontró al frente de un negocio aserradero próspero, pero sin proyectos épicos. Fue allí cuando Jorge Lanata y Ernesto Tiffenberg lo invitaron a convertirse en financista de un diario. Tendría ocho páginas, saldría de martes a sábado y contaría con el entusiasmo de un grupo de jóvenes periodistas que ya habían compartido la experiencia de la revista El Porteño. Sokolowicz dio el sí y se convirtió en el principal accionista. A cambió, sólo reclamó un lugar en las marquesinas: desde el primer día Página 12 lo presentó como su editor responsable.

Sin embargo, Sokolowicz nunca abandonó sus oficinas -ubicadas a apenas dos cuadras de la primera redacción del diario- y su bajísimo perfil, que por entonces fue interpretado como una virtud escasa: su rol no interferiría en los contenidos del diario.

Pasó un año, varios levantamientos carapintadas, , pasó un Alfonsín, pasó un Yoma Gate, y tantísimas cosas más que convirtieron a aquella aventura en un negocio inimaginable. Página 12 se transformó en el tercer diario de venta a nivel nacional (rozando con sus ventas los 100 mil ejemplares) y sus efectos en el resto de la prensa no solo eran inmensos, sino imprevisibles. Y, por lo tanto, incontrolables.

El copamiento del Regimiento de La Tablada selló la grieta que todavía hoy sacude los cimientos de esa postal de una Argentina cuyos secretos son todavía inconfesables. La cercanía de algunos de los integrantes del Movimiento Todos por la Patria con Sokolowicz nunca quedó totalmente revelada. ¿Eran relaciones criadas en aquellos años de militancia humanitaria? ¿Eran, tal vez, acuerdos económicos cuyas implicancias Sokolowicz jamás sospechaba? Las dos preguntas fueron formuladas por varios responsables periodísticos del diario, al día siguiente del copamiento, ante un Sokolowicz de gesto adusto, incómodo, pero imperturbable. Contestó con el estilo que más lo representa: pocas palabras, todas vacías.

El desenlace llegaría años después, cuando la hiperinflación y las cíclicas crisis sumaron a aquella grieta en la confianza, un problema económico que dejó, no sólo al diario, sino al país al borde del colapso.

«Estamos de rodillas», dijo entonces y premonitoriamente Roberto Dromi, aquel ministro de Obras y Servicios Públicos, a cargo de todo el incipiente negocio de las privatizaciones. Y Sokolowicz se arrodilló, como todos, en secreto.

La negociación con su principal competidor, el diario Clarín, en el reparto del negocio y el mercado nunca estuvo clara. Nadie sabe cómo, ni por cuánto, ni por qué, pero nos consta que el acuerdo se realizó e incluyó dejar en la marquesina a Sokolowicz, inmutable en su rol de editor responsable.

Despidos, conflictos, ajustes y después, la operación fue un éxito desde todo punto de vista. Nadie se enteró de nada, excepto los lectores que lo fueron abandonando, quizá por ya no encontraban en sus páginas lo más importante: no un escándalo o dos, sino un concierto de libertad de expresión al frente del cual brillaba una docena de tenores inolvidables. Las cifras son claras: la principal empresa de pautas publicitarias, Latin Track, le adjudicaba antes de la crisis del 2001 una venta de 35.700 ejemplares. Algunos distribuidores aseguran que esa cifra cayó este año a la mitad. Y la ong Poder Ciudadano en su informe sobre el reparto de la pauta oficial de publicidad dado a conocer a fines de 2004 le atribuye una venta de apenas 10.000.
Luego del acuerdo con Clarín, Sokolowicz se refugió en la realización de videos, documentales y la producción de películas. Formó, para eso, una empresa (otra y diferente a la responsable de Página, llamada Aleph Producciones) y desde allí se entretuvo con proyectos puntuales, pequeños, olvidables: la vida del Che, dirigida por Juan Carlos Desanzo, y Operación Fangio, de Alberto Lecchi formaron parte de sus coproducciones cubanas.

Hacia finales de los 90, la guerra de los medios tenía dos grandes protagonistas: en este rincón, Clarín, poderoso y absoluto; en el otro el CEI, con un Raúl Moneta desafiante, que había acumulado, entre otras cosas, Editorial Atlántida y Telefé. Curiosamente, la única columna firmada por Sokolowicz en Página fue contra un Moneta que lanzó -en un programa televisivo- comentarios antisemitas. Fue publicada el 13 de diciembre de 1996 y comenzaba así: «Raúl Moneta cree que todo se consigue con dinero. Con dinero, y hay que reconocerlo, con la nunca despreciable ayuda de su amigo Carlos Menem».

Poco tiempo después, el dinero fue justamente lo que llevó a Sokolowicz a asociarse con Daniel Vila, principal responsable del Grupo Vila, propietario de la señales de cable de Supercanal (con negocios en varias provincias argentinas, la República Dominicana y Bolivia), el Diario Uno, de Mendoza, La Capital de Rosario y varias radios. Uno de los accionistas de este grupo era Jorge Mas Canosa, miembro de una familia de larga tradición anticastrista, residente en Miami. El director del grupo Vila era José Luis Manzano.

Sokolowicz vendió su empresa productora al grupo Vila, quien lo dejó al frente como director general. La noticia fue publicada por el ya desaparecido diario Perfil y muy pocos pudieron leer su significado entre líneas. En realidad, Vila por entonces era un aliado estratégico de Moneta en su Mendoza natal. Apenas unos días después, la plana mayor del CEI concurrió a un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada, con Carlos Menem como anfitrión y Richard Handley y Raúl Moneta sonrientes en la primera fila. Una butaca más atrás, podía verse en las fotos a Daniel Vila. Y a su lado, a Fernando Sokolowicz, incómodo por tantos flashes. Un empresario presente calificó la postal como una verdadera puesta en escena, dedicada al Grupo Clarín.

La ruta del Grupo Vila con el poderoso conglomerado económico que representa el Grupo Mas Canosa parece estar trazada por la mano de Manzano. Mas Canosa representaba a la familia líder de la línea dura anticastrista, antidialoguista y sostenedora del bloqueo económico a ultranza. Su pater familia murió y, con él, comenzó el debate postergado: ¿Cuánto tiempo le queda a Fidel? ¿Cuándo, entonces, conviene acercarse? ¿Conviene mostrar los dientes o usar las guantes, para desembarcar con empresas a la isla ahora, que está quebrada y desesperada?
Esta discusión no es tan lejana. Si la respuesta partía de la línea «blanda», el dinero de las inversiones tendría como prioridad la ruta cubana. Si, en cambio, triunfaba la oposición rabiosa, el dinero estaba disponible para invertir en aquellos negocios que más les interesaba: la comunicación, las campañas, la opinión pública. Un estratégico know how en el que el grupo necesitaba entrenar. Un experto en el tema simplificó así la cuestión: «el grupo solo tiene una condición: invertirá en aquel país que demuestre, siempre que haga falta, que Cuba con Fidel permanecerá aislada. El resto, son business».

Business, entonces, lo llevaron a invertir en radios y periódicos argentinos, apostando una ficha acá y otra más allá hasta acumular en un mismo tablero varias líneas. Sin embargo, los negocios se complicaron. Así lo sintetiza la revista Poder, de Miami:

«En octubre de 1995, MasTec (propiedad de los Mas Canosa) adquirió una participación del 33 por ciento en Supercanal S.A., una empresa de televisión por cable en Argentina de propiedad de Daniel Vila -un empresario de la ciudad de Mendoza- y José Luis Manzano -ex ministro del Interior del gobierno de Carlos Menem. Manzano había sido acusado de corrupción durante su paso por el gobierno y estuvo en los Estados Unidos en un autoexilio durante el cual estableció lazos estrechos con la familia Mas Canosa. A su regreso a la Argentina se vinculó con la empresa de Vila y comenzó una compra frenética de empresas de comunicación que llevó a Supercanal a convertirse en el tercer operador más importante de Argentina. Vila y Manzano están ahora demandados en un juzgado de Mendoza por lavado de dinero. Además, la Sindicatura General de la Nación -Sigen- concluyó una investigación sobre el entramado de compañías adquiridas por Supercanal en la que señala la «posible existencia de hechos con presuntas derivaciones de orden tributario», y la «presencia de actos jurídicos que entrañan interrogantes sobre el origen de los fondos de las personas jurídicas que celebraron los contratos obrantes en los expedientes analizados». Y presentó una denuncia ante la justicia argentina. La Sigen analizó 51 expedientes que se encontraban en poder del Comité Federal de Radiodifusión. También el Grupo Vila fue analizado en el Informe Carrió. Los legisladores documentaron las sucesivas compras, ventas y fusiones de sus empresas y concluyeron que constituyen una operación sospechosa de lavado.

A fines de 2000, Supercanal Holding entró en concurso de acreedores por 500 millones de dólares. A las investigaciones sobre el origen de sus fondos sumó un juicio iniciado por el tradicional propietario de La Capital de Rosario, quien los denunció por desviar préstamos y recursos del diario hacia empresas fantasmas, hasta dejarlo totalmente endeudado.
A esta altura, las apariciones públicas de Sokolowicz tuvieron otro escenario oficial: concurrió a la asunción como vicegobernador del que luego se convirtiera en intendente de Córdoba, Germán Kammerath, el ex secretario de Comunicación de Menem, responsable de las adjudicaciones de licencias que, entre otras cosas, le permitieron obtener Radio 10 a Daniel Hadad.

Hadad vendió su participación en esa radio a un consorcio norteamericano y luego, concretó una sociedad para adquirir el diario económico BAE, junto a Sergio Spolski, el ex miembro del Banco Patricios. Fue en noviembre del 2001 cuando esta sociedad adquirió el paquete minoritario de las acciones, con opción a quedarse con la totalidad en un año y medio. En ese momento esos fueron las datos que se anunciaron, pero luego Hadad informó que de esa sociedad también participó Sokolowicz.

Con Spolski, Sokolowicz estuvo relacionado cuando adquirió la señal de cable El Aleph, dedicada a la comunidad judía.

La compra de Azul Televisión dejó finalmente al descubierto las alianzas que teje y desteje el dinero. La operación se concretó de la siguiente manera:

  • La compra del canal fue por un total de 34 millones de dólares. Al contado se pagaron 3 millones, 9 se pactaron a desembolsar a 4 años y el resto era el pasivo de esa emisora, que alcanzaba los 22 millones de dólares.
  • La sociedad que adquiría de esta manera Azul Televisión estaba compuesta en un 50% por Daniel Hadad y en otro 50% por Sokolowicz y Benjamín Vijnovsky.

El nombre de Benjamín Vijnovsky recién fue revelado el 13 de julio de 2002, cuando Página 12 publicó una nota de Horacio Vertbisky donde reveló quién era el tercer integrante de la sociedad HFS S. A., flamante adjudicataria de Azul: Vijnovsky era gestor de negocios del Grupo Meller «rostro visible del menemismo en las privatizaciones de agua y gas». Verbitsky menciona que los interlocutores oficiales del socio de Hadad y Sokolowicz eran Eduardo Bauzá, Humberto Toledo y José Luis Manzano.

Poco tiempo después, en un reportaje publicado por la revista Noticias, Sokolowicz da la siguiente versión de su relación con Hadad:

-¿Cómo conoció a Hadad?

-Lo conocí a través de Sergio Szpolski (actual editor del diario universitario La U), hará unos ocho meses. Sergio estaba en el BAE desde hacía un año, me contó el proyecto y le dije que, a mi juicio, era un diario muerto. Volvió a los meses, planteando que tenía a Hadad y a Laje interesados y le dije que ahí le podía cerrar más, por la llegada que ellos tienen al establishment y la capacidad de Hadad en los negocios radiales. Ahí me lo presentó, en el Caesar Park. No invertí en el diario (N de R: se refiere a BAE). Sí se incorporó mi hijo Gastón, con algunas acciones, desde su empresa independiente.

A los pocos meses, Sokolowicz abandonó la sociedad con Hadad en Canal 9.

En agosto de 2003 una noticia publicada en España informó acerca de sus nuevos planes:
«El sitio español ElConfidencial.com reveló que el empresario de medios Fernando Sokolowicz integró la comitiva oficial que viajó a Europa con el objetivo de entablar negociaciones con el Grupo Telefónica para la compra de Telefé y Radio Continental. Al mismo tiempo que el presidente Néstor Kirchner se reunía con los empresarios españoles en la sede de la CEOE y les echaba las culpas de las crisis por la que atraviesa el país, un grupo de empresarios argentinos, también en Madrid, se entrevistaba con ejecutivos de Telefónica de España para, una vez más, tratar de averiguar si el canal de TV abierta (el de mayor audiencia en la Argentina) estaba en venta y cuál era su precio. Liderados por Sokolowicz, este grupo de empresarios habría participado de un encuentro que, según admitieron fuentes cercanas, dejaron las puertas abiertas para avanzar en las tratativas».

Pero lo más interesante de esta información es la opinión que recoge ElConfidencial.com del empresario Sokolowicz y para qué le sirvió exhibir durante ese viaje su relación con el presidente Kirchner:

«Al otro lado del Atlántico, en un principio, no dieron mucha credibilidad a las intenciones del empresario argentino. Pensaron que era un farol. Por este motivo, se sorprendieron al enterarse de que Sokolowicz y sus acompañantes habían formado parte de la delegación que acompañó a Kirchner en su visita a España (también habían estado junto al presidente argentino en la escala francesa). Con este aval, las acciones de Sokolowicz suben en su cotización. Además, el empresario aprovechó la oportunidad para insinuar que el gobierno de Kirchner vería con buenos ojos el regreso de Telefé y Radio Continental a manos argentinas».
Radio Continental fue vendida, finalmente, en diciembre de 2004. La empresa Telefónica confirmó la venta al grupo Prisa (conocido por ser el editor del diario El País) por 10.5 millones de dólares. Mediante un comunicado la compañía española afirmó que:

«En cumplimiento del principio de acuerdo alcanzado entre las partes, el Grupo ATCO, filial de Telefónica de Contenidos, S.A., ha suscrito en el día de hoy el contrato de venta del 100 % del capital social de las compañías Radio Continental LS4, S.A. y Radio Estéreo, S.A.- sociedades operadoras de radio en Argentina del Grupo Telefónica- a las compañías del Grupo PRISA, GLR Services Inc. y Corporación Argentina de Radiodifusión S.A., por el precio de 10,5 millones de dólares».

Antes de concretarse esta operación se había hecho público el interés del diario La Nación de participar de la sociedad. Esta fue la versión publicada por el Cronista Comercial acerca de el pre acuerdo entre La Nación y el grupo Prisa:

«Los propietarios del diario La Nación de Argentina quieren ser socios del grupo español PRISA, para adquirir juntos a Radio Continental, actualmente en manos de la empresa Telefónica. La empresa de telecomunicaciones está esperando que Prisa arme el andamiaje legal para concretar la operación. Y, en ese sentido, La Nación formará parte del consorcio comprador.

´Tenemos voluntad de entrar en medios. Hubo reuniones con Prisa. Nuestro interés es tener participaciones minoritarias en radio y televisión´, explicaron fuentes de la compañía de los Saguier al diario El Cronista. Una vez saneada la empresa, la intención es volver a armar un multimedios. En la operación, podría haber un tercer empresario de los Estados Unidos, que las partes no identificaron.

De esta manera, al estar amparados en el Tratado de Protección Mutua de Inversiones, la Ley de Bienes Culturales, que impediría la adquisición de medios argentinos por parte de empresas extranjeras, no sería un inconveniente.

El multimedios de Polanco, que ya ganó la licitación para operar cinco radios en el interior del país y tiene participaciones en Chile, Colombia y otros mercados de América latina, cuenta con la bendición del Gobierno, gracias a la aceitada relación entre el presidente Néstor Kirchsner y su par europeo José Luis Rodríguez Zapatero.

La intención de Prisa es armar un multimedios que pueda competirle al grupo Clarín».
A esta altura, está claro que el laberinto de intereses hace difícil contestar preguntas que deberían cosechar respuestas sencillas. Por ejemplo y solo para volver a centrarnos en este caso:¿quién es el dueño de Página 12?.

Es una de las tantas preguntas que revelan la falta de información con la contamos para saber quiénes son los dueños de la verdad en esta increíble Argentina.

Nota

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

Seguir leyendo

Nota

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Seguir leyendo

Nota

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.

Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.

Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.

Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.