Nota
San Martín de los Andes: la rebelión de los mapuches
Los mapuches de la zona de San Martín de los Andes lograron un momento que definen como histórico, al lograr ser atendidos por las autoridades en algunos reclamos territoriales y culturales. Habían amenazado el corte de rutas y de energía eléctrica. Detalles sobre las conversaciones, y las tareas a veces asombrosas de la vida cotidiana.
El pasado viernes 23 de Julio el pueblo mapuche se reunió con el gobierno neuquino tras mantener San Martín de los Andes en vilo. Los mapuches habían anunciado un duro plan de acción que incluía desde cortar rutas; desconectar la energía eléctrica que mueve a los medios de elevación del Cerro Chapelko hasta declarar a la ciudad «no apta para el turismo». Después de esos anuncios el pueblo originario consiguió atención y apoyo de sectores insospechados: el intendente de San Martín de los Andes, Jorge Carro, el secretario de Turismo, Hansi Carro y la Cámara de Comercio sanmartinense.
Es un momento histórico para los mapuches y para San Martín, típica ciudad configurada por felices esquiadores locales, turistas y aún más felices comerciantes, que ahora respiran fragilidad.
Roberto Ñancucheo, líder de la Confederación Mapuche del Neuquén, explica el por qué: «Los cables que llevan electricidad al Chapelko pasan por la puerta de nuestras casas, así que podemos cortarlos tranquilamente». Ñancucheo se queja de los diarios regionales porque analizan como «sorprendente» la suma de voluntades a la que se asiste hoy: «Esto es el fruto de años y años de trabajo», asegura con su característico tono convincente.
La demanda del pueblo mapuche tiene que ver con los reclamos que ya habían oficializado en 2003 y que en ese momento el gobierno se había comprometido a cumplir: se trata de la entrega de títulos de los lotes 69 A y 69 B de las comunidades Vera y Curruhuinca respectivamente que están en pleno Cerro Chapelko; la conformación de un observatorio ambiental intercultural para monitorear el Chapelko; y por último una universidad intercultural.
El gobierno se adelantó a decir que los lotes del Chapelko no serían devueltos pero a cambio ofreció otro lote cercano que no afecte la actividad del Cerro que explota Nieves del Chapelco, empresa de Paco Cappozzollo.
Cerca de la medianoche del viernes 23, llegaron las novedades de la reunión que mantuvieron los mapuches con el segundo de Jorge Sobisch, Federico Brollo. Por los territorios del Chapelko les ofrecieron cuatro opciones:
-una suma de dinero;
-otro territorio;
-llevar el caso a la Justicia y
-una consulta popular en San Martín.
lavaca tuvo la oportunidad de escuchar los primeros análisis que los mapuches hicieron sobre las propuestas: «Llevarlo a la Justicia es retrasar todo. La consulta popular la ganamos seguro, a menos que vengan del gobierno a mapilularla. Otro territorio es lo que más se esperaba que ofrecieran » dice Ñancucheo rodeado por el directorio de la FM Pocahullo, integrada por periodistas que acompañan,co-organizan y difunden las actividades del pueblo. Curiosamente la opción del dinero no es siquiera analizada.
El pueblo mapuche aún estudia la decisión que tomará y mientras, continúan el trabajo cotidiano: Mirta Colipán -también referente de la Confederación Mapuche- comienza a organizar el trabajo con asistentes sociales en las adopciones de niños mapuches. «A los que son pobres, el Estado les quita los bebés. Mi trabajo concreto es que busco al bebé en el hospital y ayudo en la elección de la familia entre un gran listado de familias mapuches posibles», explica.
Caleu Colipán es la persona que más sabe de Educación Intercultural de toda la comunidad: «Estamos haciendo talleres con chicos para comenzar a hablar de nuestra cultura y empleamos las dos primeras clases para responder las preguntas más comunes que los niños tienen en sus cabezas: ¿por qué dicen que los mapuches somos chilenos? ¿qué se hace en las ceremonias?».
Roberto Ñancucheo en su primer encuentro con lavaca acababa de llegar de la cárcel Suyai en Junín de los Andes: «Vengo de ver a Susana Colimán, una mapuche de 20 años que quedó huérfana y sufrió un abuso tras otro y terminó embarazada producto de una violación. Por supuesto, la violación no fue probada y al final como el caso de esa chica de Jujuy (Romina Tejerina) asesinó al bebé», relata con bronca.
«Qué van a probar la violación si es una india, encima deben decir que lo provocó, que es puta, quién le va a creer a una india puta ». En lo que sigue del relato Ñancucheo, con sus compañeros que escuchan azorados, dice que la chica le dijo que estaba «re-bien» en la cárcel, que tenía amigas y un lugar donde dormir tranquila: «Imagínense la vida de esta hermana, que su mejor opción es la cárcel», describe Ñancucheo. Todos juntos se ponen a pensar en cómo ayudar a Susana cuya causa, a diferencia de la de Romina Tejerina, esta caratulada como «homicidio simple».
Entre muchos otros, estos son algunos de los cotidianos trabajos sobre derechos humanos de los mapuches que hoy, después de casi diez años, consiguieron que los funcionarios y la remilgada sociedad sanmartinense comiencen a reflexionar sobre la legitimidad de sus ancestrales reclamos.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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